En Escuintla, una madre de familia asegura que la suya y otras familias están sacrificando otras cosas para sus casas a cambio de juntar dinero para alquilar una casa en la que están estudiando sus hijos. Y esto es porque, aparentemente, la educación estatizada no les ha cumplido con la construcción de un Instituto que les había ofrecido.
Si aquellos padres de familia dejan de comprar ciertas cosas para sus casas, con tal de darles un lugar a sus hijos para que estudien; ¿es porque desprecian, o porque valoran la educación?
Si no aprecian la educación de sus hijos, lo que hacen cuando dejan de comprar cosas para sus casas y usan ese dinero para facilitarles la educación, lo que están haciendo es dejando de obtener cosas que son de mayor valor para ellos, y las están sacrificando por algo que desprecian.
Si valoran la educación de sus hijos, lo que hacen cuando dejan de comprar cosas para sus casas y usan ese dinero para facilitarles la educación, lo que están haciendo es dejando de obtener cosas que son de menor valor para ellos, con tal de tener dinero para adquirir algo que es de mayor valor: un lugar para que sus hijos estudien.
Sacrificio es dar algo de mayor valor, a cambio de algo de menor valor; y a juzgar por el texto de la noticia que originó estas meditaciones, tengo la impresión de que los padres valoran mucho la educación de sus hijos, hasta el punto de que están dispuestos renunciar a cosas que valoran menos para facilitar que sus hijos tengan donde estudiar.
El costo de oportunidad es aquello de lo cual se priva una persona, o a lo cual renuncia una persona, cuando cuando hace una elección, o toma una decisión. En el caso que nos ocupa, cuando los padres dejan de comprar cosas para la casa para tener con qué pagar el lugar en el que estudian sus hijos, lo que hacen es pagar el costo de oportunidad; pero eso no es sacrificio. A mí me parece que valoran más la educación de sus hijos que las cosas para la casa. Que triste sería que fuera un sacrificio.