29
May 20

¡A los amigos!

Mis primeros amigos, de cuando yo era así de chiquito, se llamaban Francis y Bernard; eran vecinos de la casa de mis abuelos Jorge y Juanita. Debe haber durado poco nuestra amistad infantil, un año, quizás; pero siempre los recuerdo y afortunadamente hay foto.  En eso pensé porque una amiga, (somos amigos desde principios de los 80) compartió un artículo titulado 5 beneficios de tener amigos desde hace 20 años.

Bernard y Francis al frente. Atrás mi abuelita Juanita, la hermanita de B. y F. en brazos de mi tía abuela, La Mamita; y mi abuelito Jorge.

Hace dos meses, al principio del encierro, falleció mi amigo Quique.  No fue posible abrazar a su madre y a sus hermanas; y para mi grupo de amigos del 76 -porque fue en el año del terremoto cuando nos conocimos- fue muy triste no poder abrazarnos tampoco.

Aquí paro para explicar que uso la palabra amigo, no como se usa en Facebook, sino en un sentido aristotélico: la amistad de lo bueno, que es la que uno tiene con personas con las que comparte valores y virtudes; la de amistades que suelen durar toda la vida, si se tiene un cierto nivel de bondad. Amistades íntimas y profundas, placenteras y benéficas, que existen por sí mismas.

Dice el artículo que tener amigos desde la niñez, ayuda a desarrollar la confianza en sí mismo, la autonomía, la empatía, la lealtad y el respeto hacia el otro; así como a desarrollar actitudes que ayudarán a ocupar un lugar en un grupo y experimentar sentimientos de afirmación y pertenencia.

Mi amigo más antiguo (casi hermano) lo es desde 1974 y nos conocimos en clases de retrasadas; la vida nos separó para luego reencontrarnos y caminar vidas paralelas desde 1980.  Ese año es importante porque hice mi segundo grupo de amigos, ya en el contexto de la universidad; y en otra U, tres años después me hice de un tercer grupo de amigos.

Así llegamos a 2001, ¡Año de grandes acontecimientos vitales!, cuando tuve la dicha de conocer a mi siguiente grupo de amigos en los célebres Viernes de luto y en mi trabajo.

A veces coincidimos la mayoría, en mi cumpleaños; y ahora los extraño (como extraño a mi familia).  ¡Salud por los amigos! ¡Salud por las personas que extrañamos!

Columna publicada en elPeriódico.


28
May 20

No quebremos Guate

Con la consigna de #NoQuebremosGuate una caravana contra el encierro forzado recorrió las calles de la ciudad de Guatemala entre el Monumento a los próceres de la Independencia y la Plaza de la Constitución.

¿Por qué participé?

1. Porque estoy convencido de que la función del buen gobierno es proteger los derechos individuales de todos por igual; y no administrar las vidas de las personas en función de intereses políticos, por muy buena apariencia que tengan esos intereses. Cuando los políticos y burócratas empiezan a violar las esferas de acción privada de las personas, para imponer criterios, es el momento de salir en defensa de la libertad.

2. Porque cada día de encierro que pasa destruye más y más capacidad productiva que costará muchísimo reponer.  De esa capacidad productiva dependen miles y miles de familias guatemaltecas para trabajar, pagar el colegio de los niños, la mensualidad del carro, el alquiler de la casa, el mercado y el supermercado, la salud, y tantas otras necesidades que a muchos, quizás demasiados, no les cuesta.  Aquella destrucción de capacidades afecta más a los más pobres, a los que no tienen ahorros, a los que viven en un cuarto,o dos y a los que viven al dia; y no puede empezar a ser recuperada si no le les permite a las personas trabajar y producir.

3. Porque si bien es cierto que el Sars-Cov-2 y la Covid-19 son amenazas; también es cierto que cada día las conocemos mejor y que, eventualmente pasarán, como pasaron la influenza española y la pandemia de 1958.  En ninguna de esas ocasiones se encerró a la gente y se le prohibió trabajar.  Las pandemias pasaron, y no hubo daños irreparables a las capacidades productivas de las personas. No puedo quedarme tranquilo, en casa, cuando miles de personas han llegado al borde de la desesparación y hay hambre fabricado.

4. Tampoco puedo ser indiferente al pensar en las miles de familias que viven hacinadas y ahora encerradas; en los niños y las mujeres que sufren de abusos, ahora encerradas y empobrecidas; o en los campesinos (por mencionar una actividad económica) que han visto como se pierden sus cosechas y sus esperanzas de elevar su calidad de vida.

5. Porque aunque vendrán tiempos de aprendizaje y de adaptación, como consecuencia de todo lo que ignoramos acerca del virus chino y de la enfermedad que causa, también es cierto que las personas no pueden enfrentar la incertidumbre si a la incertidumbre natural se le añaden los golpes de timón, las arbitrariedades y los caprichos desde el poder.

6. Porque aquí y en Timboctú, la centralización de decisiones limita la búsqueda de soluciones, crea cuellos de botella y es caldo de cultivo para la corrupción.  Y porque mientras más tiempo duran el encierro y las prohibiciones, más se agravan los males que trae.

7. Porque cada vez que veo un niño (y claro que las valoraciones son personales), pienso que no me hubiera gustado crecer en una sociedad tipo rebaño, en la que el miedo y la dependencia fueran las actitudes prevalecientes; y en la que se viviera por permiso, en vez de por derecho; y en la que los intereses colectivos prevalecieran sobre los derechos individuales.

Dicho lo anterior, celebró que haya ido un gentío a la caravana; una estimación calculó que había por lo menos tres kilómetros de vehículos, muchas veces en doble fila.  ¿Por qué en vehículo? Para guardar la distancia, que es una medida razonable. ¿Quén querría un 8-M como el que organizaron en España?

Por un momento el acceso a la Plaza de la Constitución estuvo bloqueado (y creo que esa fue una decisión inmadura e innecesaria); pero cuando llegué a ese espacio el paso estaba expedito.  Al final de la Avenida de la Reforma (norte) el acceso a la zona 4 estaba bloqueado por policías (otra decisión absurda), así que agarramos hacia el Estadio Mateo Flores y de ahí enfilamos hacia la Séptima avenida para reencontrar a la caravana cuando entraba al Centro Cívico.

Ojalá todos aprendamos de esta experiencia, para bien.  En paz.  Con respeto. Con el ánimo de detener la destrucción y chambear como chambeamos los chapines.


27
May 20

Volcán Pacaya a la hora azul

La actividad de los volcanes a la hora azul es un espectáculo hermoso; y hoy el volcán Pacaya nos regaló flujos de lava y expulsiones de material igneo que se distinguían contra los tonos de azul en el cielo y en el mismo volcán.

Volcán Pacaya al sur de la ciudad de Guatemala.

Me desperté así de temprano y como todas las mañanas salí al balcón a buscar los volcanes, escuchar los pájaros y tomar aire cuando me encontré con la actividad en el volcán Pacaya.  La hora azul mañanera es uno de los mejores momentos para tomar fotos; lastima que soy tan cleto.  Desde niño me ha encantado este momento del día, con mi hermano solíamos emocionarnos mucho cuando nos despertábamos y veíamos el cielo con esos tonos intensos tan característicos. Además, tenía ganas de cómo había amanecido todo luego de la lluvia intensa de anoche.

Con respecto a Pacaya, desde ayer se observa el cráter MacKenney, con fumarola de color blanco, que el viento dispersa hacia el oeste y noroeste. Por la noche y madrugada, se observaron explosiones estrombolianas que expulsan material incandescente de 50 a 100 metros sobre el cráter. Las estaciones sísmicas de PCG y PCG5 registran tremor asociado al ascenso del magma y gases. Se mantiene activo un flujo de lava en el área del cráter, en dirección noreste, con una longitud aproximada de 300 metros.

Volcán Pacaya a la hora azul.

La hora azul, es esa franja del día justo antes de la hora dorada por las mañanas y a continuación de la hora dorada en el caso de la puesta del sol.


22
May 20

“El método literario de Ayn Rand”

El método literario de Ayn Rand, por Warren Orbaugh, lo vas a valorar si: 1. Disfrutas no sólo de leer literatura, sino que también de cómo es concebida y escrita; 2. Si entiendes a los seres humanos como heroicos, con su propia felicidad como el propósito moral de sus vidas, con el logro productivo como su actividad más noble y la razón como el único medio para comprender la realidad y adquirir conocimiento; y/o si 3. Te interesa la filosofía contemporánea.

Haz clic en la foto para comprar “El método literario de Ayn Rand”.

Aquí hay poco espacio, así que me voy a concentrar en los héroes de Rand que, como explica Orbaugh, aman la vida, son saludables, hábiles y eficientes, y sus valores son de la tierra en el sentido de que quieren dominar la naturaleza. Al contrario de sus villanos que odian la vida, desprecian el cuerpo, la habilidad y la eficiencia; y quieren dominar a otros hombres. ¿Ves la importancia de este libro en estos tiempos? Galt, Roark, Dagny y Dominique son aquel tipo de gente.

El héroe randiano se parece al superhombre maduro de Nietzsche personificado por Goethe, y a otros personajes de la talla de B. Franklin y T. Jefferson.  Aún D´Anconia, su personaje más torturado sabe contenerse y no permite que su sufrimiento y sus sentimientos lo afecten y lo distraigan en la consecución de su propósito.

Un libro como el que nos ofrece Orbaugh es necesario para explorar no sólo las novelas de Rand qua novelas; sino para profundizar en ideas complejas, en tiempos adversos.  ¡¿Cuándo, sino ahora, necesitamos héroes y entenderlos!? Héroes que carecen de las virtudes del rebaño, en sociedades dominadas por la moral del rebaño, que es la moral del miedo, del sufrimiento y de la dependencia.

A algunos lectores (y a algunos que nunca han leído a Rand) les incomoda que los personajes de la novelista no sean personas como son, sino proyecciones del potencial humano; y para que esas proyecciones sean exitosas, los personajes deben distinguirse de todos los demás y hacer inteligibles las causas de sus acciones.  Yo me cuento entre quienes pensamos que debería haber más personas como los héroes de Rand, que Orbaugh nos ayuda muy bien a entender, en su libro.

Columna publicada en elPeriódico.


21
May 20

San Antonio Palopó y los Maudslay

De su visita a San Antonio Palopó, a orillas del lago de Atitlán, Ann y Alfred Maudslay cuentan: Subimos por los senderos estrechos y empinados hasta el cabildo, donde propusimos pasar la noche, y encontramos la veranda frente al edificio repleta de viajeros indios y sus cargas. Solo había dos habitaciones, una utilizada como prisión, que estaba abarrotada de delincuentes, que extendían sus manos a través de la pesada puerta enrejada y rogaban limosna; el otro se usaba como “Sala Municipal”, que era pequeña y sucia: sin embargo, estábamos listos para aprovecharlo como alojamiento, cuando se nos informó que, como el Secretario estaba fuera, nadie podía darnos permiso para usarlo. Un poco desanimados, seguimos andando, en busca de un lugar de descanso, más allá de la iglesia, sin techo debido a los golpes de muchos terremotos, y llegamos al pie de un alto tramo de escaleras, torcidas y pintorescas, en la parte superior de las cuales se encontraba el escuela. Esta era nuestra oportunidad: buscamos al maestro ladino; Gorgonio y él se hicieron amigos rapidamente, y la habitación utilizada como escuela de niñas fue puesta completamente a nuestra disposición. La habitación tenía piso de barro y estaba amueblada con una pizarra, muy útil para colgar la ropa, una mesa y algunos bancos de madera. No había ventanas, y la puerta tenía que mantenerse abierta para admitir luz y aire, para deleite de unos pocos erizos que se demoraban en los escalones y observaban furtivamente nuestros movimientos.

“A Glimpse at Guatemala”, por Anne y Alfred Maudslay.

Mi más reciente visita a San Antonio no fue afortunada; pero tengo bonitos recuerdos de mis caminatas hacia ese pueblo cuando era niño y preadolescente.

Antecedentes de esta serie de entradas

Hace como cinco años me dieron ganas de compartir las fotos deA Glimpse at Guatemala(1899); un libro publicado por Ann Carey Maudslay y Alfred Percival Maudslay, viajeros británicos que estuvieron en Guatemala en tiempos de Naná Camota.  Había dejado a un lado el proyecto que voy a retomar en estos días propicios para priorizar y valorar no sólo lo que tenemos, sino a quiénes tenemos.


17
May 20

Carta abierta al Presidente, por Juan Carlos Castillo

Del abogado Juan Carlos Castillo C. circula esta carta que invita a meditar y que les recomiendo leer. Lástima que no puedo transcribir el texto; pero subo las fotos en la mejor resolución que tengo. Tanto el presidente Alejandro Giammattei, como sus asesores…y todos nosotros, deberíamos leerla, creo yo.  Transcribiré algunas frases que creo que son importantes para entender el carácter de la misiva.

Señor presidente con asombro y sobre todo con mucha preocupación hemos sido testigos de la evolución de su comportamiento desde que asumió la presidencia hasta el día de hoy…nada podría prepararnos para el estado de excepción que decretó en marzo…su gusto por los estados de excepción es evidente…supongo que de alguna manera hemos sido sus cómplices, callando y aceptando sin preguntar, sin cuestionar, limitándonos a esperar a que todo sea pasajero, que termine pronto y volvamos a la “normalidad”….al contrario, sus restricciones van “in crescendo”…sus cada vez más frecuentes “cadenas nacionales” se han convertido en peroratas ininteligibles que denotan un creciente nivel de improvisación y de irresponsabilidad...

Desde el principio ha violado todas las disposiciones constitucionales y leyes que irónicamente cita en sus alocuciones y en los furiosos decretos que a toda velocidad salen de su despacho…vale la pena recordarle o informarle…que vivimos bajo un régimen de gobierno limitado, de constitucionalismo….en un régimen constitucional, usted sólo puede hacer lo que la constitución y las lees permiten de manera expresa…¿puede explicarme, señor Presidente, cómo vamos a sobrevivir si no podemos trabajar? ¡Puede decirme usted de qué vive un mesero, un albañil, o un trabajador o un empresario de la economía informal, por citar algunos ejemplos, si no puede salir de su casa?…que fácil es para los que tienen ingresos asegurados…ordenar a los demás que no trabajen…desde una perspectiva jurídica y por su posición como funcionario público…usted lleva la carga de la prueba , usted debe demostrar que lo que está haciendo es necesario, que por esas medidas que no se cansa de improvisar y de imponer, y que han restringido nuestras garantías y derechos constitucionales  de una manera sin precedentes de este país son realmente indispensables.

Es mas, entre mayores y más ruinosas sean sus efectos, más será la  necesidad de demostrar su necesidad…lo que usted exige de nosotros es fe ciega…desafortunadamente, ha sido capaz de engañar a muchos, de someterlos a base de miedo…usted que gusta de acompañar a su nombre el grado de “Doctor”…no puede olvidar que uno de los principios fundamentales en el ámbito de la salud y de la medicina, que es el más importante de todos es…”primero no hacer daño”.

Señor presidente, ¿cuántas vidas más va a destruir?…¿Cuánto daño está dispuesto a hacer?…Basta ya de comprometer al país como si fuera una finca y usted fuera el dueño. …déjenos trabajar.

Así termina la carta abierta que nos invita a meditar.


16
May 20

¡Tarde de Lucia di Lammermoor!

En casa, hoy le dedicamos la tarde a Lucía di Lammermoor cortesía de The Metropolitan Opera y fue la versión de 1982, con Joan Sutherland y Alfredo Kraus.  Lucía es mi opera favorita desde que era niño y fui introducido a ese mundo encantador por mi abuela, Frances.

Siempre me han gustado mucho el dueto de Lucia y Edgardo en su despedida; la bienvenida de Arturo al castillo de Enrico; el sexteto clásico y magnífico, y el enfrentamiento entre Edgardo y los Ashton. Pero hoy vi Lucia di Lammermoor con otros ojos.

El enfrentamiento de Edgardo y los Ashton; y la intervencion del cura Raimondo.

El segundo acto, se centra en el engaño y en el sacrificio, Lucia es conminada por su hermano a sacrificarse por él; el cura la extorsiona con que si no se sacrifica por su hermano, su madre se retorcerá en su tumba; y la chica es forzada a casarse sólo para terminar en la locura.

Creo que es buen material para discutir la inmoralidad del sacrificio.

La nostalgia me llevó a tomar Tales from the operas, el libro de historias de operas que era de mi abuela y que antes había pertenecido a Edyth M. Vinter (un día les cuento quién era Mrs. Vinter).  Ese libro contiene las historias de muchisimas operas y es de principios del siglo XX.  Mi abuela me lo daba a leer antes de que escucharamos una opera y luego de que ella me daba un resumen ejecutivo de la historia y me señalaba los highlights.

El libro de operas, de mi abuela.

Luego, la nostalgia me llevó a buscar el libreto de Lucia di Lammermoor con el que escuché por primera vez aquella opera, en los discos de vinil de mi abuela.  Y en él estan marcadas con lápiz mis escenas y arias favoritas. En aquel tiempo, los años 70 sólo podíamos oir Lucia, Tosca, Madama Butterfly y otras en los discos, durante tardes lluviosas y no había posibilidad de verlas (como no fuera viajando).

Libreto de Lucia di Lammermoor.

Lucia di Lammermoor, por cierto, fue la primera opera que vi, en VHS, en la televisión de mi casa a finales de los años 80. Madama Buterfly fue mi primera opera en vivo, y Lucia di Lammermoor, la segunda.

Joan Sutherland durante el aria de la locura.

Fue una dicha pasar la tarde con Lucia y entre buenos recuerdos.


16
May 20

Al oído del Presidente, por Marcos Ibargüen

Estas líneas que escribió el abogado Marcos Ibargüen, al oído del presidente Alejandro Giammattei son de lo mejor que he leido en estos días; por eso se las comparto:

En estos tiempos del coronavirus, me ha resultado imposible evitar volcarme a la pluma (o teclado, mejor dicho) para escribir lo que pienso.  Tal vez hoy con un poco más de molestia, pero con esperanza de que lo que diga se escuche donde tenga que oírse aunque cause molestias.   Aquí va:

Aún hay tiempo para enmendar.

Haz clic en la imagen par ver el artículo en elPeriódico.

Con el incremento de casos de estos últimos días y el carácter autoritario que ha ido mostrando, aconsejado por el miedo y la falsa creencia de que está únicamente en sus manos salvar al pueblo, anoche, 14 de mayo de 2020, a la hora acostumbrada, 7 p.m., el presidente Giammattei dio rienda suelta a su verborrea ininteligible y  derramó nuevas disposiciones gubernamentales intencionadas a milagrosamente contener un virus, pero destinadas a causar más hambre, rabia y aglomeraciones.

Señor Presidente, todos entendemos su formación médica y deseo de  priorizar la salud y la vida. Pero es tiempo de informarle que su mensaje de ayer delataba entre líneas la arrogancia de aquel que piensa que sabe más que los demás. Que es más inteligente que nosotros. Ignoró por completo al problema del trabajador que se sentía afortunado de aún poder trabajar, para poder siquiera cobrar el cheque de su quincena. No consideró que la gente no se preparó y asumió que todos a pie o sobre caballos o burros iríamos a una tienda de barrio dentro de un horario restringido reabasteciéndonos como por arte de magia y sin pisto y sin causar aglomeraciones ni molestias.

Con las medidas de anoche que le ganarán fama, pero no de la buena, el lunes 18, a partir de las 5 a.m., veremos cómo el pueblo al que quiere contener (y esto si lo logra mantener encerrado a la fuerza porque visualizo infinidad de personas más necesitadas violando por extrema necesidad sus medidas) muchos ciudadanos no tendrán más remedio que aglomerarse para poder cubrir sus necesidades básicas. No se olvide que comer también es salud y que la gran mayoría de guatemaltecos trabajamos para comer.

Regreso a su arrogancia. Entiendo que consultó con epidemiólogos y que comparten el miedo de los duros efectos de esta trágica pandemia.  Quiero seguir creyendo también que en el fondo mantiene un interés genuino por el bienestar de  todos los guatemaltecos. Pero no pretenda ordenarnos a abrir, cerrar, despachar o llegar milagrosamente al puesto de trabajo si no entiende de economía. Sí, la arrogancia de pensar que la economía se dirige y que el pueblo es un borrego que siempre hace  caso. Desde arriba las cosas se ven distintas. Se distorsionan por el ego y los interlocutores interesados que mantiene a su alrededor y que le trasladarán la información con parcialidad e imprecisión. Esto le pasa a todos los gobernantes.

Le sugiero oír a la gente de a pie estos días, que seremos millones por decreto, y no dar órdenes sin pensar los tremendos incentivos perversos que por su arrogancia mostrada van a generar. Sí, los médicos saben de su oficio y lo deben cumplir. Su misión es salvar vidas. Pero los verdaderos estadistas (ojo no digo políticos ni gobernantes) muestran su sabiduría al reconocer con humildad la naturaleza humana y aceptar que no siempre lo que se decreta o impone logra el resultado deseado.   No pretenda cambiar la naturaleza humana de un plumazo porque una tras otra, verá cómo este pueblo “desobediente e ignorante” le llevará la contra.

Suficiente daño y miedo tenemos con esta enfermedad. No lo agrave con sus disposiciones que están destinadas a causar tremenda molestia, a desgastar aún más su gobierno recién inaugurado y a lograr inspirarnos a quienes usualmente no lo hacíamos, a expresar con voz cada vez más recia que se deje aconsejar también por el sentido común, que la naturaleza humana no se cambia por decreto y que hay cosas que están en nuestras manos y otras que no lo están. Mejor enfóquese en atender la tremenda crisis hospitalaria que tenemos, acérquese a esos médicos que son nuestra primera línea de batalla con la enfermedad y provéalos de los insumos necesarios. Asegúrese de que los millardos de quetzales para atender esta crisis que tiene a su disposición lleguen a quien los necesite de verdad, pues también aquí le falta entendimiento de naturaleza humana en el Estado y pareciera que no solo no llega a quien debe sino que habrá mucha gente aprovechada.

Los guatemaltecos somos amantes de nuestra libertad. En los más de dos meses que llevamos con restricciones a nuestras libertades hemos sido tolerantes. Pero todo tiene un límite. Es cierto, hemos visto cómo en otros países los gobernantes se aprovechan del miedo para mantener zozobra y control. Para restringir libertades ganadas con el esfuerzo y derramamiento de sangre (sí, vidas) de varios siglos de muchos héroes que nos anteceden. Quiero creer que sus intenciones siguen siendo buenas. Por favor, cambie de enfoque y no se deje llevar por las medidas de moda de otros gobernantes. No somos del primer mundo. Aquí la mayoría de la gente vive al día. Vaya usted a un cajero automático en el interior a pie. ¿En donde? Sí, esta enfermedad es terrible no solo por su virulencia y rápida propagación sino por el miedo que causa y que ciega la razón.

Aprenda de las historias de éxito en otros países que han sabido manejar mejor el delicado balance entre restricciones sanitarias y libertades de locomoción y de industria y trabajo. Aproveche los recursos financieros extraordinarios con que usted (como ningún otro gobernante que tenga memoria) cuenta para dar genuino alivio a la población más afectada.

La restricción de nuestras libertades jamás debe tomarse a la ligera –ni siquiera dentro de esta pandemia–. De nuevo le ruego volcar la vista hacia El Salvador. Vea a su Presidente. Observe bien lo que está haciendo y diciendo y asegúrese de aprender mucho de lo que NO se debe hacer.

Errar es de humanos y rectificar oportunamente es de sabios. Aún hay tiempo.

Artículo también publicado en el Centro de Estudios Económico-Sociales.


15
May 20

Un ¡Hasta aquí! a los excesos

Cuando yo veía películas distópicas, de esas como Gattaca y otras que muestran estados totalitarios como Black Mirror, siempre me preguntaba que cómo es que las sociedades llegaban a eso.  ¿Es que nadie se daba cuenta del deterioro? me cuestionaba. Es cierto que V for Vendetta es bastante ilustrativa; pero uno…o yo, por lo menos, no la vi como una forma de receta para los estatistas, colectivistas y totalitarios.

Haz clic en la ilustración para ver una escena de V for Vendetta.

Imagen de previsualización de YouTube

Pues así como es la vida, me ha tocado atestiguar el proceso; y ojalá me toque ver cómo se revierte esa tragedia, de forma pacífica y antes de que cause más daños y destruya más vidas humanas.

Primero surge un enemigo invisible y omnipresente, pero también puede ser muy material y visible como ocurrió con el 11-S.  Luego se va construyendo el miedo por medio de los medios de comunicación masivos.  ¡Miedo al virus, o miedo a usar aviones!  En este año vimos imágenes perturbadoras de gente asfixiándose y de cadáveres abandonados en las calles.  Y cifras, cifras y cifras de contagiados, historias de viejitos abandonados, y el miedo fue sustituido por el pánico.  V lo dice en V for Vendetta: Sé por qué lo hicisteis, sé que teníais miedo ¿Y quién no? Guerras, terror, enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sandler. Os prometió orden, os prometió paz. Y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión.

Y poco antes de aquel párrafo, V observa que ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que os conforméis y os convirtáis en sumisos. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?

Una vez sembrado el miedo y convertido en pánico la mesa estaba servida: vinieron las primeras limitaciones a la libertad individual para satisfacer las necesidades colectivas. Así tuvimos la primera temporada de encierro forzoso a la que muchos respondieron con el agradecimiento y la sumisión esperadas; y luego vino la segunda temporada en un tira y afloja para medir reacciones y conseguir el pretexto para la tercera temporada que comentó el viernes. La pérdida de libertad va ocurriendo poco a poco, en el síndrome de la rana hervida. ¿Cuánto aguantarán sin acabar con la libertad de expresión?

El costo en vidas humanas, para satisfacer la necesidad de seguridad y de orden que había entre muchos ya no cuenta.  Cuentan los contagiados de los cuales se nos da un informe a diario y en la televisión (by the book); y las que no cuentan son las cifras -que han de ser pavorosas- de gente que se ha quedado sin trabajo y sin ingresos; de gente que ha tenido que cerrar sus negocios y despedir trabajadores; de gente que ha tenido que dejar su casa, o su cuarto por no poder pagarlos; de gente cuyas mercancías, o cosechas se pudrirán en la intemperie.  El costo de la gente que se está sumiendo en la desesperación y quizás llegue hasta la depresión, cuando no a decisiones fatales. Todo por disposiciones presidenciales que sirven a quienes están a salvo en sus casas, con el cheque depositado y pueden darse el lujo de no producir valor, para vivir.

¿Ya leíste las disposiciones del jueves en la noche publicadas el viernes? Son escalofriantes y dignas de une peli distópica, o dignas del régimen de Pekín. Por ejemplo, lee la Undécima disposición de Alejandro Giammattei que autoriza a su administración a separar pacientes, de sus familias y tercerlos, hasta que se considere que se han recuperado.  ¿Te imaginas? ¿Te imaginas a un niño contagiado y separado de sus padres?  ¿Te imaginas que las autoridades dispongan que estás contagiado y te aislen completamente? Cosas así tienen que ser inconstitucionales con ley de orden público, o sin ella. Imagínate que han prohibido que te trates, si estás contagiado, como no sea en hospitales, o instalaciones del gobierno.  ¡A cargo del gobierno, como los presos, o las niñas del hogar de protección!  En hospitales e instalaciones donde no se les paga a los médicos y encargados, y donde ni siqueira el personal sanitario tiene el equipo necesario para protegerse. Cosas así tienen que ser inconstitucionales porque violan la dignidad de las personas.

Lee el documento para ver hasta donde estamos viviendo por permiso, y no por derecho.

¿Por qué llegamos aquí? Por miedo.  Por miedo y porque nos han entrenado para creer que nada malo debe ocurrir; y para creer que los responsables de que nada malo ocurra son los políticos y burócratas y que, si algo malo ocurriera, son los políticos y burócratas los llamados a hacer algo.  Y francamente, ¿qué es lo que mejor saben hacer los que ejercen el poder? Prohibir. ¡Así que ya lo tienes! Vivimos por permiso; y lo peor es que algunos creen que eso es vivir.

A este estado de cosas hay que ponerle un ¡Hasta aquí!; pero el pollo del arroz con pollo será: Que tiene que ser cuanto antes, y sin causar un caos de tal naturaleza que permita pescar en río revuelto. La responsabilidad de detener los daños y evitar daños mayores, pues, es de Alejandro Giammattei como jefe de estado y jefe de gobierno. ¿La va a aprovechar, o lo va a ganar su carácter volado?


15
May 20

¿Adiós al ISO?

El Impuesto de solidaridad es un tributo que tienen que pagar las personas individuales o jurídicas, los fideicomisos, los contratos de participación, las sociedades irregulares, las sociedades de hecho, el encargo de confianza, las sucursales, las agencias o establecimientos permanentes o temporales de personas extranjeras que operen en el país, las copropiedades, las comunidades de bienes, los patrimonios hereditarios indivisos y de otras formas de organización empresarial, que dispongan de patrimonio propio, realicen actividades mercantiles o agropecuarias en el territorio guatemalteco y obtengan un margen bruto superior al 4 por ciento de sus ingresos brutos.

¿Qué hace que los impuestos no sean robo? ¡El polvo mágico de una hada! Ilustración tomada de Facebook.

Sustituyó al Impuesto extraordinario y temporal de apoyo a los acuerdos de paz, que les fue servido como atol con el dedo a los guatemaltecos y vino para quedarse en forma de ISO.  Ya sabes Nada es tan permanente como un programa temporal del gobierno, como dijo Milton Friedman…¡y menos si se trata de un impuesto!

El ISO es el tipo de impuesto que sabotea la formación de capital, la productividad y las oportunidades de progreso, es el tipo de tributo que lleva al estancamiento y debilita la economía.  Es el peor tipo de impuesto en cualquier circunstancia; pero más en el contexto del virus de Wuhan y del encierro forzado.

En el Congreso de la República, el diputado Cristian Álvarez, de Creo, presentó una iniciativa de ley para eliminar aquel impuesto; y las razones para apoyar esa iniciativa son de orden ético:  es un tributo adelantado que cobra utilidades antes de que existan; obstaculiza la reactivación económica y asfixia el clima de negocios en el país; las pequeñas y medianas empresas ya están sintiendo los efectos negativos causados por el encierro y la contracción de la actividad económica en el mundo; y encima,  la ley del ISO obliga a pagar el tributo a pesar de aquella crisis, lo que desincentiva la creación de nuevos emprendimientos en la formalidad.

Esta es la oportunidad para acabar con un impuesto particularmente injusto e inmoral.  ¿La vamos a dejar pasar?

Columna publicada en elPeriódico.