08
Jun 08

No es cuestión de controles y más controles

Fo lo pone muy bien en su caricatura de hoy en Prensa Libre. En la administración pública chapina, los millones van y los millones vienen sin que los órganos contralores, como la Superintendencia de Bancos y la Contraloría General de Cuentas lo noten.

Uno puede suponer que el escándalo del Congreso, protagonizado por el equipo del presidente socialdemócrata de ese órgano, es sólo la punta del témpano de hielo; ¿quién está controlando qué ocurre en el resto de la administración?

Empero, la cuestión no es de contralores. En la caricatura de Fo podría haber dos, o tres personajes más con los ojos tapados; y la la corrupción, el desperdicio, y los malos manejos, seguirían como si nada. El meollo del problema reside en la falta de un verdadero estado de derecho, y en el hecho de que el sistema permite y alienta que ocurran cosas así; no sólo porque en arca abierta hasta el justo peca, sino porque al amparo del sistema prosperan el clientelismo y los buscadores de rentas parasitarias.

Por eso es pueril que algunas personas clamen por controles en la Bolsa de Valores, por ejemplo; ya que sin tribunales de justicia efectivos, sin un Ministerio Público efectivo y con el paternalismo que priva en la administración y no demanda responasbilidad de parte de los usuarios, los contralores no son nada más que un grupo de interés adicional, que generalmente actúa de forma política, o peor aún, de forma burocrática.

Total, ya hemos visto que en el sistema financiero regulado, los fraudes se le pasan a la Superintendencia de Bancos; y en la administración pública, los fraudes se le cuelan a la Contraloría General de Cuentas. ¿O no?


14
Feb 08

Cambios en las monedas

Debido al alza en los precios de metales como el cobre, niquel y zinc, la Junta Monetaria de Guatemala aprobó una propuesta para cambiar las aleaciones de las monedas chapinas. Cuando sea ratificada será enviara el Legislativo para su eventual aprobación, o desaprobación. Esto lo leí hoy en la página 12 de Prensa Libre; y no pongo enlace porque no encontré la noticia en el sitio Web.

Como consecuencia de lo anterior, sale más caro acuñar fichas, que lo que valen como como moneda. Esto ha ocasionado, anteriormente, que las personas prefieran fundirlas y venderlas como metal, que conservarlas como unidad de cambio.

En 1962 y 1963, las monedas de Q0.50, en Guatemala, eran de plata de 0.720. En esos años la plata hizo crisis y se hizo demasiado cara por lo que aquellas monedas desaparecieron y fueron sustituidas por billetes. Más tarde, la inflación y la pérdida de valor del quetzal hicieron que hasta los billetes fueran demasiado caros y aparecieron las fichas duraderas de Q0.50 hechas de cobre, zinc y níquel. Mismas que, ahora, también resultan caras.

Las fichas tienen valor como moneda y valor como metal, y pueden tener valor como objetos de colección. Algo de eso podemos aprender en http://www.coinflation.com/, un sitio Web que mide el valor intrínseco del metal en las monedas. Coinflation, además, ha creado ese término; mismo que se refiere a el alza persistente en el valor del metal en las monedas de plata y de metal, al efecto inflacionario en las monedas, y a la diferencia entre el valor del metal y el valor nominal en las monedas.

Para entender esto mejor veamos un ejemplo: el de la moneda de médio dólar de los Estados Unidos de América, acuñada en plata, en 1964, para conmemorar al recién asesinado John F. Kennedy.

Dicha moneda tiene un valor nominal de $0.50. En eBay, estas monedas empiezan cotizándose a unos $5 cada una. En coinflation, nos explican que su valor, por la plata que tienen, es de $6.22 (al precio de la plata de hoy).

¿Se dió cuenta, usted? Algo tiene que ser muy perverso para que el valor como metal de una ficha, sea más alto que su valor como moneda.

Con respecto a la moneda de Kennedy, aquí va una anécdota que no tiene que ver con el tema anterior. En la base del cuello del Presidente se ve, a simple vista, la marca del grabador. Así, a la ligera, parece una hoz y un martillo, que era el símbolo de la extinta Unión Soviética. La moneda fue acuñada en plena Guerra Fría, por lo que este hecho le añadió interés a la ficha citada.