10
Mar 23

No a la guerra cultural

 

El miércoles pasado guerreras del feminismo radical revolucionario tomaron la Sexta avenida y cometieron desmanes y actos vandálicos similares a los que han hecho en años anteriores; y parecidos a los que sus colegas hacen en otras latitudes.  Aquí hicieron pintas y prendieron fuego frente a una panadería y ensuciaron las paredes de una iglesia, por ejemplo.

Haz clic en la foto para ver el vídeo.

Casi al mismo tiempo, en el Congreso de la República, grupos de la derecha conservadora y religiosa hicieron sonar dos shofares en el Congreso para sacar los demonios de la agenda globalista y celebrar el primer aniversario de la declaratoria de Guatemala como capital próvida de Iberoamérica.

Así se pelea, en Guatemala, la absurda guerra cultural.

Un día los tirios enarbolan la poderosa vulva, disfrazada de la Virgen de la Medalla Milagrosa, y la pasean frente a la Catedral Metropolitana; y acto seguido los troyanos llenan la ciudad capital con imágenes de vírgenes y santos, sólo para que a los pocos días varias de ellas fueran vandalizadas.

Un día los orcos salen cual esperpentos, suspirando por el che Guevara, y otro día sus compas descabezan a José María Reyna Barrios; sólo para que al rato, los cazadores farisaicos prohíban que toque un grupo de rock llamado Marduk…porque los meapilas dicen que la banda es satánica.

Así se pelea la guerra cultural en Guatemala.

Haz clic en la foto para ver el vídeo.

Hace años, un amigo y maestro me recomendó no usar lenguaje militar cuando se habla de economía y entiendo que tampoco es apropiado usarlo cuando se discuten ideas y ponen a prueba ideas.  A pesar de eso, a veces he caído en el error de hablar de la batalla de las ideas, lenguaje que lleva a equívocos, al menos en un ambiente liberal clásico.  En otros ambientes, como los mencionados arriba, tiene sentido que los protagonistas piensen en términos de guerras porque estatistas unos y estatistas otros, ¿cómo van a ser inapropiados el uso de la coerción, el uso de la legislación y el uso del poder político para imponer sus valoraciones y sus perspectivas?

En un mundo consensual, la prevalencia de valores a nivel social se consigue mediante la persuasión, la negociación y el encanto; no mediante la legislación, el vandalismo, y la imposición.  No cabe el concepto de guerra en un mundo consensual.  El concepto de guerra cultural inflama y alborota pasiones, sólo para minar las condiciones apropiadas para el diálogo y el entendimiento.

Pinta en la Sexta avenida, de la zona 1.

En un contexto liberal clásico se reconoce y protege la diversidad de perspectivas y creencias y no se busca imponer visiones particulares del mundo a los demás; y entendida esa idea, no es difícil concluir que la idea de una guerra cultural va contra los principios fundamentales del liberalismo clásico ya que aquella implica una lucha por la supremacía de una ideología sobre las demás.

La guerra cultural es cosa de los cachurecos y los chairos para quienes Miguel de Unamuno parece haber dicho Venceréis, más no convenceréis.

Columna publicada en elPeriódico.


13
Feb 23

¿Lo que hace el mico, hace el mono?

En materia de destrucción de monumentos a modo de protesta, ¿es una excusa válida, o una forma de atenuante alegar que lo que hace el mico, hace el mono?

La pregunta es oportuna porque en el caso de la destrucción del monumento a José María Reyna Barrios, perpetrada en octubre de 2021, la defensa del principal acusado presentó un testimonio antropológico en el que se presentaron los casos de indígenas que derribaron el monumento a Cristóbal Colón, en Chiapas, México, en 1992, y el caso de la estatua de Saddam Hussein derribada en 2003 con ayuda de marines del ejército de los Estados Unidos de América.  Puedes ver la noticia en Prensa Libre del 9 de febrero de 2023, página 3 porque no encontré el enlace.

La foto la tomé de Facebook.

El caso es que la práctica violenta de destruir monumentos para reescribir el relato histórico al gusto de los destructores -o para borrar y cancelar personajes históricos- pasa de ser controversial a puro vandalismo.

La historiografía es ciencia y arte, tiene métodos y escuelas, combina hechos e interpretaciones que en una sociedad abierta sirven para comparar y contrastar e invitan a conversaciones que pueden ser intensas, o no.  El rol de los personajes históricos debería ser explorado, expuesto, debatido, platicado, pero en una sociedad abierta, la violencia debería estar excluida de aquellos procesos.  El papel de algún personaje puede ser nefasto; pero si tuvo un papel fundamental e importante en la historia de un país y si dejó su impronta, ¿es necesario destruir sus recuerdos?  ¿Hay una mejor opción que salir a las calles en mara, portando una camiseta del che Guevara y con acompañamiento internacional a buscar qué estatua decapitar?

Frente a la historia, estoy seguro de que es mejor usar los monumentos como objetos de paideia o formación.  Pueden ser instrumentos para crear oportunidades pedagógicas, para cuestionar narrativas, exponer nuevas perspectivas, ampliar el conocimiento y fomentar la cultura de diálogo.

Frente a la violencia de los orcos, estoy seguro de que es mejor la curiosidad intelectual de mentes activas dispuestas a sostener conversaciones pacíficas y civilizadas en busca de la verdad.  ¡Y allá aquellos que, en otros tipos de sociedades, prefieren actuar como simios!

Yo diría que la inconoclasia sólo se explica, aunque no necesariamente se justifica, durante los siempre peligrosos momentos de violencia que pueden ocurrir cuando se trata de derrocar tiranías colectivistas y totalitarias; en las que toda posibilidad de diálogo y solución pacífica ha sido eliminada.  Como cuando se derrumbaron el socialismo soviético, o el nacionalsocialismo, por ejemplo.  Ciertamente, no basta que un personaje evoque desigualdad para que los vándalos puedan proceder impunes a la destrucción y a la barbarie.


10
Oct 22

¡Aguas con los monumentos el miércoles 12!

 

El 12 de octubre del 2021, con acompañamiento internacional y con la infaltable iconografía comunista, dos pequeños grupos de orcos vandalizaron los monumentos de Cristobal Colon y de José María Reina Barrios, en la ciudad de Guatemala. ¿Qué plan tienen el Ministerio de Gobernación, el Ministerio de Cultura y la Municipalidad capitalina para evitar el vandalismo este año?

Vándalos que decapitaron la estatua de José María Reina Barrios en 2021. La foto la tomé de Facebook.

No me sorprendería que los cafres la agarren contra el monumento a Colón en la Avenida de las Américas, o contra cualquier otro monumento histórico en la ciudad y no se podrá decir que las autoridades no podían saber que eso ocurriría.

Los políticos y burócratas encargados de la seguridad ciudadana, así como del patrimonio cultural de los guatemaltecos y del ornato de la urbe deben responderle a los tributarios.  Los agentes del orden deben recibir todo el apoyo político, jurídico y presupuestario que se necesite para evitar los actos vandálicos como los citados y como el de la destrucción del monumento a Isabel la Católica, ocurrida en julio pasado.

Un amigo que sabe de esas cosas me contó que los agentes de la Policía Nacional Civil que trataron de defender el Congreso hace un par de años, para que un grupo de vándalos no lo quemara, todavía están presos, sin salario y suspendidos…mientras que los responsables del fuego están libres.  Si aquello es cierto, las autoridades no son autoridades y están de adorno.  ¿Quién responde a los tributarios?

Es muy peligroso que bandas de terroristas lleguen a la conclusión de que pueden cometer actos de violencia con impunidad.  Aquel tipo de actos nada tiene que ver con el derecho legítimo a manifestar; sino que tiene todo que ver con normalizar la violencia, el miedo y la anarquía.


12
Oct 21

Vandalismo contra Colón y Reina Barrios

 

Con acompañamiento internacional y con la infaltable iconografía comunista, dos pequeños grupos de cafres vandalizaron los monumentos de Cristobal Colon y de José María Reyna Barrios, en la ciudad de Guatemala.

La estatua de Reinita fue decapitada y su monumento ecuestre fue gravemente dañado; el hermoso monumento de Colón se salvó porque, aparentemente, había un panal de abejas cerca y los orcos tuvieron que retirarse. ¿Dónde estaban las autoridades? ¡Quién sabe!  De cualquier manera, autoridades sin autoridad y emasculadas, ¿hubieran sido tan útiles en la Avenida de la Reforma y en la Avenida de las Américas como lo son en los bloqueos y en las invasiones?

¿Quiénes son los perpetradores? El mismo tipo de gente que pinta hoces y martillos en la Sexta avenida y apedrean negocios; el mismo tipo de gente que lleva banderas rojas a los bloqueos; los mismos que van con bates y palos de golf a las manifestaciones; el mismo tipo de gente que quema lo que puede; el mismo tipo de gente que ensucia; los mismos que tomaron la Plaza de la Constitución el 15 de septiembre pasado.  ¿Y por qué pueden hacerlo? Porque las autoridades pusilánimes no los sacaron de aquel espacio y permitieron sus desmanes; porque esas autoridades pusilánimes tienen la bandera nacional, en el Obelisco, hecha jirones; porque son tan pusilánimes que quitaron el retrato de Pedro de Alvarado de la Municipalidad capitalina y la sustituyeron por un cuadro anodino.

No hay que dejarse distraer con que la plebe destructora es un grupito de ignorantes que viven existencias miserables; su dirigencia nacional y extranjera sabe perfectamente lo que quiere: caos, violencia, feísmo, inseguridad, ingobernabilidad, terrorismo y en última instancia la revolución.  Así ha sido en Seattle, Washington, en Portland, Oregon, en México y en América del Sur.  El che y la iconografía colectivista y totalitaria no son casualidades.

En Erasing America, libro que aplica a otras culturas,  James Robins explica como es que la izquierda radical controla la educación y los medios masivos de comunicación.  Advierte que grupos de aquella persuasión degradan y demuelen la historia y el pasado, sus lideres, instituciones y sus símbolos para condenar el presente. La guerra contra la historia es más que un espectáculo académico.  Este movimiento tóxico le ha lavado el cerebro a una generación y rápidamente está disolviendo los lazos históricos, culturales y espirituales que hacen posible la cooperación social pacífica. Sobre ese libro, y las ideas que comparte, Bradley J. Birzer, profesor del Hillsdale College, nos recuerda que en casi todos los sentidos, los mitos y símbolos de los pueblos importan inmensa y fundamentalmente; y David Horowitz, autor de The Black Book of the American Left, explica que por eso es que hay una campaña para demonizar el pasado, y borrar y reescribir la historia.

Voy a atreverme a decir que actos de violencia irracional y cada vez más audaz van a irse multiplicando en la medida en que la dirigencia popular y revolucionaria se dé cuenta de que no encuentra oposición.  Ni oposición legal por parte de las autoridades, ni oposición moral por parte tuya…que estás leyendo estas líneas y no sabes qué hacer.

¿Viste el vídeo de los cafres pateando la cabeza de Reina Barrios? Me recordó las espantosas escenas de violencia que se han visto durante los motines carcelarios. Ese es el tipo de gente que participa en actos delincuenciales como los que ocurrieron hoy.  Por cierto, ¿van a quedar impunes esos delitos? Los organizadores, los perpetradores y sus protectores, ¿Van a enfrentar, o no las consecuencias jurídicas de sus decisiones y de sus acciones? A propósito, Acoguate está dirigida por comités basados en Alemania, Austria, Canadá, Francia, Suecia y Suiza; seguramente es buena idea que esas organizaciones paguen las reparaciones de los monumentos que dañaron los grupos que protegen.

Actualización: Felicitaciones a las autoridades que capturaron a un presunto participante en los actos delictivos de hoy contra el patrimonio cultural de los guatemaltecos.  Ahora está por verse si el Ministerio Público y el Organismo Judicial cumplen con sus partes para hacer que esa persona -si fue participante- cumpla con la pena que establece la ley.

Las fotos las tomé de Twitter.


03
Nov 17

Allahu Akbar! y otros gritos espeluznantes

Al grito de Allahu Akbar! –que significa Dios es grande, Dios es más grande, Alá es grande, o Alá es el más grande– Sayfulló Saípov presuntamente protagonizó un ataque terrorista que costó la vida de ocho personas y dejó 12 heridos en Nueva York.  Las autoridades dicen que Saípov es un lobo solitario; pero ha sido inspirado por el Estado islámico o DAESH.

Escucha el podcast aquí.

El atentado que aquel migrante uzbko llevó a cabo –al volante-– no es un incidente aislado, sino que ha sido precedido por actos similares en el contexto de una guerra islamista contra Occidente. Sólo en 2017 ha habido tres atentados con vehículos en Londres, uno en Estocolmo y otro en Barcelona.

Empero, el uso de algún dios para cometer actos de violencia no es nuevo.  Por supuesto.

En los años 70 recuerdo haber leído la noticia de que, en España, grupos de extremistas llegaban a los lugares donde se reunían los hippies y al grito de ¡Viva Cristo Rey! aquellos golpeaban a los jóvenes, les cortaban el pelo y los vejaban.  Los protagonistas de aquellos actos eran los Guerrilleros de Cristo Rey, un grupo parapolicial cuyo objetivo principal era combatir a los movimientos antifranquistas; pero que no dudaba en imponer la moral fascista a palos.

El mismo grito era usado por los cristeros, en México, cuando –en oposición a la educación socialista que promovía la Constitución de 1934– aquel grupo desorejaba maestros rurales.

Occidente representa, entre otras cosas valiosas, el respeto a los derechos individuales de todos por igual y el método científico.  Si Occidente ha de sobrevivir, no va a ser sobre el reclamo vacío de que mi dios es mejor que el tuyo; sino mediante el uso de la razón y la lógica, así como mediante el reconocimiento de que gente como la que admira y apoya al Estado islámico, es enemiga de la confianza, la paz, el comercio, el derecho, la libertad y todo lo bueno que implica la civilización. Si te interesa este tema, te recomiendo el libro Winning the Unwinnable War: America’s Self-Crippled Response to Islamic Totalitarianism, por Elan Journo.

Esta columna fue publicada en elPeriódico; y la ilustración es por TRAJAN 117. BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons


19
Jun 17

El drama de las niñas madres

Hacé sho, o te meto un hijo, es una frase que leí hace años en un blog -y lamentablemente no tuve el cuidado de anotar en cuál fue-.  Según recuerdo, el bloguero se la escuchó a un jóven cuando se la decía, de muy mal modo, a la que quizás era su chica.  Otra frase que también me impresionó, desde que un cuate me contó que se la escuchó a alguien en una finca: Mire, mejor se lo hago yo porque…si alguien más le va a hacer el daño, mejor que sea con su papá.  Este era el padre de una chica, refiriéndose a la forma en la que su hija habría de tener sexo por primera vez.

De aquello me acordé cuando leí que cada ocho horas, al menos una niña se convierte en madre en Guatemala, antes de cumplir 15 años.   Las cifras podrían ser peor porque hay distorsiones en las mediciones.  Las cifras corresponden solo a los partos atendidos en el sistema estatal de salud, y cuatro de cada 10 se atienden fuera de este. Del total de niñas madre registradas en la última década, el 11 por ciento tiene 14 años o menos, lo que indica que han sido víctimas de violencia sexual.

La mayor parte de casos se da en Alta Verapaz, Guatemala, Escuintla, Petén, Huehuetenango y San Marcos.  Las niñas con menor grado de educación corren más riesgos y 45.6 % de los casos registrados se da en áreas rurales, en tanto que 48.9% se registran en areas urbanas.

Es posible que más información sobre salud reproductiva y más información sobre la naturaleza del sexo y las relaciones sexuales incida en la prevención de embarazos por parte de niñas y adolescentes; pero…lo cierto es que muchos de aquellos embarazos son precedidos por amenazas, abusos y violencia por parte de adultos, o coetáneos que, en muchos casos son familiares, o personas allegadas, e incluso por parte de personas que deberían velar por la salud y la seguridad de las niñas y adolescentes.  No se trata sólo de que las niñas estén informadas (que es lo deseable); se trata de una cultura perversa enraízada en la ignorancia, en la violencia y en la pobreza. No que el fenómeno sólo ocurra en ambientes donde la miseria es prevaleciente; sino que las cifras apuntan a que se produce más, donde hay más concentración de pobreza.

Que poco han de poder hacer las niñas y adolescentes (aún informadas) frente a los avances de adultos amenazantes.

Si te hacía falta una razón para unirte a la lucha por políticas generadoras de prosperidad y de riqueza; en vez de promover políticas fabricantes de miseria, esta es una.

La foto es de Prensa Libre, por Erick Avila.


03
May 17

¡Que no haya otra Brenda…y no haya otro Jabes!

Con tanto caos alguien va a hacer algo estúpido, dice el inspector Finch en la película V for Vendetta; y acto seguido un señalador le dispara a una niña y esta cae muerta.   Cuando aquello ocurra, las cosas se van a poner muy mal, añade el policía y en la siguiente escena un grupo de personas acorrala al señalador asesino, que desenfunda su arma para luego recibir un golpe con una llave inglesa por parte de uno de los que lo tienen rodeado. Ese acto desata la cadena de sucesos que llevan el desenlace de la película.

Escucha el podcast aquí.

De esa escena me acordé cuando vi que el miércoles pasado una persona (entonces no identificada) atropelló a un grupo de jóvenes que bloqueaba la Calzada San Juan.  Luego se identificaría al hechor como Jabes Meda Maldonado.  La sucesión de actos en aquél día y lugares fatídicos resultó en la peor de las tragedias cuando Brenda Domínguez, una de las chicas que bloqueaban la vía perdió la vida a causa de las heridas recibidas bajo el automóvil que conducía Meda.

Desde hace ratos –en mayo de 2016 y en junio de 2015– para citar dos ejemplos, he advertido que los bloqueos de calles y carreteras no sólo afectan la libertad de locomoción (así en abstracto); sino que afectan las vidas y los negocios de miles de personas reales, individuales (en concreto). Por eso son situaciones muy volátiles y peligrosas y que lo peor que puede pasar durante un bloqueo, ¡y lo que no debería ocurrir!, es la violencia.

Por su naturaleza, los bloqueos son situaciones muy tensas, en las que la irracionalidad y la violencia pueden encontrar el campo fértil, como triste y desgraciadamente ocurrió en la San Juan.   Además de la muerte de Brenda Domínguez, por lo menos 10 chicos más resultaron embestidos y heridos.

Ahora bien, le corresponde a un tribunal de justicia establecer qué es lo que ocurrió ahí exactamente y quiénes (quiénes, no sólo quién) fueron los responsables de la cadena de sucesos que llevó al desenlace fatal. ¿Está claro que deberíamos tratar de que cosas así no vuelvan a ocurrir?

Parece evidente que hay un consenso con respecto a que quien conducía el automóvil que atropelló a Brenda Domínguez y a sus compañeros están la primera línea de responsabilidad. El piloto tomó la decisión de avanzar y acelerar y embestir a los bloqueadores.

Pero hay una segunda línea de responsables: ¿Quiénes organizaron el bloqueo? ¿Quiénes convencieron a otros de que salir a bloquear la San Juan era una buena idea? ¿Había maestros entre ellos? Brenda Martínez era menor de edad, ¿bajo la responsabilidad de quién, o de quiénes está un estudiante menor de edad cuando se halla en la escuela, o en el instituto cualquiera que este sea? ¿Había estudiantes mayores de edad entre los organizadores? Estos responsables no son los hechores, claro; pero sin su participación activa, o sin su negligencia, el bloqueo y el sucesivo atropellamiento no hubieran sido posibles.

La tercera línea de responsabilidad es la de las autoridades castradas encargadas de hacer cumplir la ley y las de mantener despejadas las vías de tránsito y circulación.  Los bloqueos son  delitos, y cuando las autoridades incumplen con sus obligaciones legales, y permiten que un delito continuado como el bloqueo ocurra y se extienda innecesariamente, su negligencia hace que se intensifique en clima de tensión y que el caldo de cultivo para la irracionalidad y la violencia se haga más nutritivo.

Finalmente hay una cuarta línea de responsabilidad, la de los formadores de opinión y la de las dirigencias que fomentan los bloqueos, las marchas y otras formas de violencia como instrumentos políticos.  Los que no dudan en usar jóvenes y gente modesta, desde lejos, para bloqueo tras bloqueo, marcha tras marcha, generalizar un ambiente de tirantez y estrés sociales que, se suman a los problemas que día a día tiene que enfrentar la gente.  Inocentemente, muchas personas dudan que los bloqueos sirvan para algo, y se preguntan, que, ¿qué ganan los bloqueadores y marchistas? Pues ganan angustia, incertidumbre, tensión y un sentimiento generalizado de estar al borde. En el Hogar seguro virgen de la asunción se llegó al borde; y aquel triste y fatídico miércoles en la San Juan se llegó al borde.

A veces, los chapines sentimos que estamos en una de esas semanas en las que se nos descompone el automóvil, nos abandona la pareja, se nos muere el gato y perdemos el examen parcial.  En esas condiciones, y recordando lo que dijo el inspector Finch: Alguien pude hacer algo estúpido, y las cosas se pueden poner verdaderamente mal. Tal y como ocurrió en la San Juan.

Esto es, en parte (pero no totalmente) a causa de que no distinguimos derechos, de necesidades; ni derechos, de caprichos.  Me explico:

Una característica esencial de un derecho es que su ejercicio no viola derechos ajenos.  Si en el ejercicio de una facultad que yo creo que es mi derecho, violo un derecho ajeno, uno de los dos no es derecho.

Me explico:

Tengo necesidad a trabajar, lo cual implica que otros tienen la obligación de  no impedir que yo busque y encuentre un empleo de forma pacífica y voluntaria. Lo que no puedo hacer, a pesar de tener necesidad de trabajar y el derecho a buscar trabajo libremente, es a forzar a otros a darme empleo.  Si fuerzo a otros a emplearme, violo sus derechos a la libertad y a la propiedad y lo que era mi derecho a trabajar se convierte en una forma de violencia.

¿Otro ejemplo?

Tengo derecho a la libertad de expresión y eso quiere decir que nadie debería impedir, o tratar de impedir que yo diga, o escriba lo que pienso, o creo.  Eso sí, no puedo, de manera alguna, forzar a otros a publicar, difundir, o patrocinar mis ideas, u opiniones, si no están de acuerdo con ellas.  Y ni siquiera si están de acuerdo; pero simplemente no tienen deseos de colaborar con ellas.

¿Un tercer ejemplo?

Tengo el derecho a congregarme y manifestar.  Tengo la facultad de ejercer el derecho de petición.  Incluso puedo manifestar y ejercer mi derecho de petición para solicitar privilegios y hasta disparates.  Pero si en el ejercicio de aquel derecho le ocasiono daños y perjuicios a otras personas, en sus vidas, o en su propiedad, el derecho de manifestar y el derecho de petición dejan de serlo para convertirse en formas de provocación, de agresión, de presión y de violencia.  ¡No existe tal cosa como el derecho a la amenaza del uso de la fuerza, o el derecho al uso de la fuerza para conseguir privilegios, o disparates!  Si existiera, los extorsionistas no serían delincuentes. ¿Verdad?

Voy a apostar a coincidimos en lo que ocurrió en la San Juan el miércoles pasado fue muy malo y muy triste, y que deberíamos evitar que vuelva a pasar.  Voy a apostar a que coincidimos en que los responsables deben enfrentar -con justicia- las consecuencias de sus acciones, u omisiones. ¿Coincidimos en que las autoridades deben proteger la vida, la libertad y la propiedad de todos por igual?  ¿Podemos coincidir en que no está bien usar jóvenes y personas modestas para fines alcanzar nuestros fines?

No se vale derivar, de estas meditaciones, que no se debe salir a manifestar.  ¡Contra la tiranía, contra la corrupción, contra los abusos de las autoridades, para evitar la injusticia, hay que manifestar!  Lo que no es aceptable es violar derechos ajenos durante las manifestaciones, ni dañar, ni perjudicar a otros durante las manifestaciones.

¿Cachas la idea?

¿Podemos coincidir, también, en que debemos evitar acciones violentas, incluidas las amenazas en el uso de la fuerza?  ¿Podemos coincidir en que no es un derecho aquello que causa daños y perjuicios a otros?

A mi me conmueve y me da tristeza cuando mueren jóvenes, especialmente si es en circunstancias evitables; y me conmueve y me da tristeza cuando jóvenes estropean sus vidas por no actuar con prudencia, o por actuar criminalmente. Por las Brendas y los Jabes potenciales que andan por ahí, ¡que no haya una víctima más!


21
Feb 17

Trabajadores secuestrados; y “ni cuío”

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En la madrugada de ayer, un grupo armado de 50 personas, con las caras cubiertas con pasamontañas, invadió la finca Palestina, en Panzós, Alta Verapaz y secuestró a varios trabajadores. Los invasores también causaron daños graves en el lugar; están botando las plantaciones con motosierras.

Tal vez me perdí de algo; pero ¿y el Ministerio Público? ¿Y la Policía?  ¿Yos grupos defensores de los derechos humanos? Ni cuío.  No se ven movilizaciones para proteger a las víctimas de los secuestradores armados.

Esta no es la primera vez que NaturAceites, la empresa propietaria de la finca invadida ayer sufre este tipo de violencia. En agosto de 2016 se vivió un escenario similar en la finca El Pataxte, en el Estor, donde individuos armados secuestraron a 21 trabajadores.


21
Feb 17

¿Y si estás atrapado en un bloqueo?

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Mientras lees esto hay bloqueos en distintas carreteras del país; los bloqueos son para promover la agenda de grupos colectivistas y sus demandas son un fiambre rancio.

¿Qué hacemos si nos hallamos en un bloqueo? Lo peor que puede pasar, y lo que no debe ocurrir, es una escalada de violencia.  No sólo por lo que eso implicaría en términos de vidas y propiedad; sino porque a aquellos grupos los mártires les son muy útiles.

¡Por supuesto que los dirigentes y los ejecutores de los bloqueos inician el uso de la violencia con los bloqueos!  Esto es no sólo porque dañan y perjudican la vida y los negocios de sus víctimas (que son las personas que quedan varadas y las personas que no pueden movilizarse), sino que violan derechos fundamentales al impedir el paso por la fuerza.  Los bloqueos cortan el paso (que de otra forma sería libre y pacífico), interrumpen el desarrollo normal de las actividades de personas pacíficas, inmovilizan, paralizan, y generan tensiones.

He preguntado, pero no existe una teoría general del bloqueo; empero pareciera que se hacen by the book y es evidente que persiguen objetivos políticos por medio del descontento, la inestabilidad, el miedo, violencia psicológica y la amenaza de violencia física.  El propósito de los bloqueos no es el de encontrarles solución a los problemas, sino el de generar conflicto.  Los grupos que promueven los bloqueos viven del conflicto.

¿Cómo pueden, las víctimas de los bloqueos, enfrentarlos de forma creativa y que ponga en evidencia a los agresores?  De los años 60 recuerdo la foto de una manifestación de hippies en los que los manifestantes ponían flores en los cañones de los fusiles de la policía; y eso es ingenioso, ¿o no?  De V for Vendetta veo miles de personas con máscaras de Guy Fawkes, ¿genial, o no?

Si quedas atrapado en un bloqueo la prioridad debe ser evitar la violencia.  Y luego evidenciar a los agresores.  La cosa es no quedarse cruzados de brazos y entretenerse. También puedes tuitear cada 20 o 30 minutos describiendo la situación.  ¿Qué tal si envías fotos, o vídeos de los bloqueos? Quizás con un hashtag como #NoApoyoElBloqueo .

En ocasiones anteriores he sugerido que deberíamos llevar banderas blancas en nuestros automóviles,  banderas de tela, o de plástico, fáciles de hacer y de poner en el baúl.  Y si somos atrapados en un bloqueo podríamos salir con nuestras banderas y plantarnos frente a los agresores y a lo largo y lo ancho de todo el bloqueo. Podríamos cantarles el himno nacional (que dura 5 minutos) cada 15, o 20 minutos.  Son ideas y si alguien tiene mejores sería bueno escucharlas…o mejor aún…verlas en práctiva

Son ideas y seguramente hay mejores.  La cosa es no quedarse cruzado de brazos, de malas pulgas y, sobre todo, evitar la violencia para no caer en la provocación de los agresores.


11
Feb 16

¿De quién son los lugares turísticos?

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Pobladores del municipio de Lanquín tomaron medidas de hecho que pueden afectar el ingreso y tránsito libre al Semuc Champey y a las grutas de Lanquín, en Alta Verapaz; por lo que el Programa de Asistencia al Turista, emitió un comunicado en el que les recomienda a los visitantes no viajar a aquel destino.  Esta es la segunda vez que los pobladores hacen este tipo de cosas.  El comunicado fue dirigido al Cuerpo Diplomático acreditado en en Guatemala.

Según Proatur, al menos 200 personas tomaron las instalaciones de la Municipalidad de Lanquín y los dos lugares turísticos.  Lo que quieren con estas medidas violentas es que se les conceda el derecho de propiedad de los sitios turísticos.

La discusión de a quién le pertenecen los sitios turísticos es una discusión válida y que hay que tener; pero, ¿de forma violenta?   Este tema se parece bastante al de a quién le pertenece el pasado; tema que Alberto Garín explora en este pequeño artículo.

A finales del año pasado visité el Cimarrón, un sitio fantástico ubicado en Nentón, Huehuetenango; y cuando empecé a hacer los arreglos para ese viaje extraordinario, la persona a cargo me advirtió que posiblemente no podríamos visitar aquel fenómeno geológico porque había un enfrentamiento entre dos poblaciones debido a quien tiene derecho a cobrar por el acceso a la dolina.

Tuve suerte porque el conflicto terminó antes de que llega; pero caminando iba, en dirección del Cimarrón -habíendo pagado la tarifa de acceso- cuando vi los restos quemados de lo que parecían bancas y columnas de madera.  La explicación fue que más tardaban los habitantes de una población en construir la estación para el descanso de los visitantes (y vaya si no hace falta un lugar de descanso), que lo que tardaban los habitantes de otra población en llegar a destruirla y quemarla.

Imagínate cómo ha de ser que un turista eche viaje a aquellos lugares remotos y bellísimos, y se encuentre con que no puede verlos porque la gente está peleando.  Es como cuando turistas han llegado a Tikal sólo para encontrarse con que el sindicato ha cerrado el acceso.

Un país turístico debería resolver este tipo de asuntos, sobre todo un país turístico que no hay modo que aproveche todo su potencial.