09
Nov 13

Meditaciones sobre el caso Siekavizza

Antes que nada, y como muchos otros guatemaltecos, me alegro de que Roberto Barreda haya sido capturado, Barreda es señalado por la desaparición y asesinato de su esposa, Cristina Siekavizza.

Para quienes no están familiarizados con el caso, en este enlace hay una cronología; y en este hay otra.

Me alegro, también de que los hijos de aquel infortunado matrimonio estén bien y al cuidado de sus abuelos maternos.  Se temía por los niños luego de de desaparecieran con el padre unas semanas después de la desaparición de la madre. Me alegro de saber que Barreda va a ser procesado judicialmente, y espero que sea un juicio justo.  Paralelamente al proceso judicial ocurrirá un proceso mediático porque este es uno de los casos que más han conmovido a los guatemaltecos; pero como en otros casos, los debates mediáticos no deberían contaminar el debido proceso judicial.  Esto es difícil porque quién sabe si, de no ser por la perseverancia y la participación activa de los familiares y amigos de la señora Siekavizza, y del grupo Voces por Cristina,  ¿quién sabe en qué hubiera parado este asunto? Lo cierto es que este caso también es uno que ha unido a la sociedad chapina.  ¿Quién no quería que apareciera Siekavviza? ¿Quién no ha temido por sus hijos? ¿Quién no deseó que Barreda fuera capturado? ¿Quién no quiere que sea juzgado…y severamente castigado si es hallado culpable?

Ni siquiera la tristeza porque México no va al mundial ha conmovido tanto a tirios y troyanos en esta tierra que duele a veces.

Junto con el asesinato de Juan Gerardi y el de Rodrigo Rosenberg, o el de los hermanos Gaytán, en La Antigua, la de Siekavizza es una de las historias más novelescas de las últimas décadas en Guatemala. Una historia de amor y de violencia intrafamiliar; una de asesinato y desapariciones; una de solidaridad y compromisos familiares y de amigos; una de intrigas misteriosas, encubrimientos y trafico de influencia.  Una que involucra a niños, adultos, padres y abuelos.  Una historia de poder y de perseverancia.  Un que involucra violencia y lealtad.  Una que implica abusos y causa repugnancia.

¿Dejará alguna moraleja la historia? Quien sabe. Tal vez alguna mujer abusada se decida a ponerle alto a la criminalidad de la que es víctima. Quizás una chica a la que sus amigos le dicen que deje a ese novio abusador deje de irse contra la razón.  Ojalá y el triste caso de Siekavizza y sus hijos inspire a otras mujeres que están en situaciones similares, o están por ponerse en situaciones parecidas.

Ojalá y se haga justicia, por Cristina Siekavizza, por sus hijos, por su familia y por sus amigos que nunca la abandonaron.


25
Abr 13

La necromanía y la política

La_recoleta

En la Guatemala soñolienta del siglo XIX y principios del XX se acostumbraba montar un altar en el que se depositaba el cuerpo del niño fallecido en los brazos de la imagen de un ángel.  Luego se tomaba una fotografía y se llevaba el difuntito al cementerio.  En mi casa hay fotos de la tumba floreada de una de mis tatarabuelas y había fotos del cortejo fúnebre de uno de mis abuelos.

Claudio R. Negrete escribió un libro que se titula Necromanía, historia de una pasión argentina.  En él cuenta que en tiempos anteriores a la Revolución de Mayo ya se practicaban excesos increíbles con la muerte, como dejar expuestos los muertos indigentes con una lata a un lado para que la gente pusiera su limosna y se reuniera la suma suficiente para darles sepultura. Después sucedería la común costumbre de dejar en lugares públicos los cuerpos de los ahorcados, o pasear las cabezas de los asesinados, llevadas como trofeos, o el periplo del cadáver de Juan Lavalle pudriéndose, que inspiraría al Sabato de “Sobre héroes y tumbas”. Una sucesión de hechos siniestros que llevan hasta los hechos más recientes, como la momificación y profanación y ocultamiento del cuerpo de Eva Perón; o el de Perón mismo, cuyo homenaje póstumo fue en medio de un tiroteo y mutilación del cadáver.

Sigue Negrete: De “los músculos del cuello de Alicia Muñiz que fueron robados para que no se culpara a Carlos Monzón de haberla asesinado” al robo del corazón momificado de Fray Mamerto Esquiú, o a la devoción popular por las tumbas de la Difunta Correa, de Gardel, Gilda, Rodrigo o el Gauchito Gil. No es casual que “en lugar de conmemorar nacimientos, solemos recordar siempre las muertes”.

Las repatriaciones de cadáveres (hasta el de Jorge Luis Borges intentó ser sacudido), la profanaciones de tumbas, la adhesión masiva a ciertos funerales (los de Hipólito Yrigoyen, Gardel, Eva y Juan Perón, Ringo Bonavena, Alberto Olmedo y Carlos Monzón, entre tantos otros), los desaparecidos y las exhumaciones en su búsqueda y todo lo que conforma ese espiral de la cultura necrómana nacional.

La foto que ilustra esta entrada es de el cementerio de La recoleta, por Así es la vida.  Allá, muchos ataúdes están expuestos y los gatos se pasean entre los nichos.

De lo anterior me acordé cuando leí que ataúdes con los restos mortales de Juan José Gerardi y Próspero Penados fueron exhumados y se hallan expuestos en la Catedral Metroponlitana donde volverán a ser sepultados este viernes.  Ambos obispos fueron exhumandos de las criptas de la parte trasera del templo y ahora estarán más al alcance de los visitantes. Puede ser que en este acto haya algo de la necromanía decimonónica chapina y algo de la necromanía argentina, así como la expresión de una tradicional afición a la posesión, exhibición y veneración de cuerpos y partes de cuerpos a modo de reliquias.  Sospecho,  que además, exposición de Gerardi tiene un toque político dadas las circunstancias de su asesinato y los acontecimientos recientes en la historia política y judicial de Guatemala.  La exhibición de Gerardi, y su recuerdo, son un buen instrumento de propaganda.


26
Abr 12

Otro aniversario del asesinato de Gerardi

El 27 de abril de 1998 yo estaba en la Universidad de Maryland. Cuando llegué a la oficina, y abrí mi correo electrónico, me encontré con varios mensajes acerca del asesinato del obispo Juan Gerardi. Mi primera reacción fue: ¡Que brutos! ¿A quién se le ocurre matar a un obispo? Luego me pregunté: ¿A quién puede beneficiarle esta mulada? Y entonces pensé: A lo mejor no es mulada. Alguien va a sacarle provecho a esto. Acto seguido pasé vergüenza y media, tratando de explicarles a mis compañeros y maestros en qué clase de país era brutalmente asesinado un obispo.

El asesinato Gerardi nos tocó a todos los guatemaltecos y nos persigue. A mí, porque soy periodista, porque lo entrevisté en Libre Encuentro y porque vi de cerca la cobertura de las investigaciones y del juicio. Por eso, y porque se quienes son Maite Rico y Bertrand de la Grange, he esperado con ansias su libro ¿Quién mató al Obispo?

La obra es un reportaje extraordinario; en el que, como Beatriz y Virgilio, los autores nos llevan por un círculo tras otro de revelaciones perturbadoras e infernales. Es la prueba (como si hiciera falta) de que existe el mal. Pero no sólo el mal aleatorio en circunstancias extraordinarias; sino la perversidad misma, que engendra acciones deliberadas, ejecutadas por personas específicas, y dirigida contra seres humanos convertidos en objetivos. La mafia, una sobrina vengativa, militares conspiradores, curas oportunistas y corruptos, diplomáticos y funcionarios internacionales hipócritas y shutes, testigos increíbles, amigos traidores, médicos inescrupulosos, jueces venales y cobardes, fiscales serviles y funcionarios trepadores de la iglesia se mezclan en una trama horrible alrededor de sus víctimas. Trama que no sólo es espeluznante, sino que confirma que la realidad supera a cualquier ficción.

Todo el libro es un torbellino. Pero a mí me impresionaron más la conspiración familiar alrededor de los Lima; la descalificación orquestada contra el experto Reverte; la ocultación de las mordidas de Balou, la indolencia de los jueces frente a los testimonios sospechosos de los indigentes y el origen de la matrícula P-3201; las vidas sórdidas de los Hernández y los Orantes; la historia triste de Villanueva. Usted escoja, y hay más.

En medio de todo, lo que más indigna es el desafortunado encuentro de intereses comunes entre el crimen organizado y la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado [de Guatemala]. Encuentro que muchas veces ha sido pasado por alto y hasta apañado por los socialistas que hacen activismo en las redacciones y por la jerarquía de la iglesia. Yo hace ratos que soy católico de atrio; pero si fuera un católico comprometido, dejaría de dar limosnas en misa, y de contribuir con la iglesia, hasta que no sea cerrado ese engendro espantoso que es la ODHA[G].

A aquella coincidencia de intereses se le une en calidad de indigna la actitud de los jueces y fiscales empeñados en adherirse a una sola línea de investigaciones en el proceso. No nos confundan con hechos, parecían decir. Nosotros ya tenemos toda la verdad necesaria. Y con esa actitud uno no puede sino estar convencido de que este proceso ha sido corrompido y que es una vergüenza para la historia judicial guatemalteca.Claro que los implicados y sus amigos ya han empezado con la usual campaña de descalificación, a falta de hechos y argumentos. Que si los autores trabajaron a sueldo, que si son de derechas, que si esto y que si aquello. Pero lo cierto es que cualquiera que examine sus credenciales encontrará en Maite Rico y Bertrand de la Grange a dos periodistas profesionales, con largas y brillantes trayectorias en El País y Le Monde, así como en América Latina. Ambos han escrito uno de los libros más importantes sobre la historia moderna de Guatemala.

La obra hace evidente que, aunque la paz fue firmada hace años, la guerra todavía está activa. El libro le da una perspectiva necesaria a la historia reciente de los guatemaltecos y le añade elementos imposibles de ignorar. Nos desnuda a los chapines y nos debería poner a meditar profundamente. Si no ha leído ¿Quién mató al Obispo?, cómprelo, pídalo prestado, o lo que sea; pero hágalo preparado para presenciar la autopsia de un crimen y para sentir una profunda angustia. Luego, reflexione.

Este es el artículo que escribí en 2003 con motivo de la primera edición de ¿Quién mató al Obispo?


24
Abr 12

Querella por conspiración en caso Gerardi

Juan Francisco Escobar Blas, testigo en el asesinato de Juan José Gerardi presentó una querella contra 15 personas a quienes se señala de ocultar información de las pesquisas por la muerte del Obispo.  Según Escobar los querellados forman parte de un cuerpo ilegal y aparato clandestino de seguridad que conspiró para manipular los hechos sucedidos a partir de la noche del 26 de abril de 1998 y producir las declaraciones de un indigente que cambió ocho veces su versión.

Asegura, Escobar, que los activistas señalados ingresaron ilegalmente a la escena del crímen y luego de apuntalar la conspiración compraron, amenazaron y entrenaron a personas para que fueran testigos protegidos del caso.

La hipótesis del coronel Escobar es que después de 14 años todavía no se conoce quien asesinó a Gerardi porque ni al Ministerio Público ni a la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala les interesa que se sepa la verdad.

Si te interesa este tema, te recomiendo Quién mató al obispo, por Maite Rico y Bertrand de la Grange.


12
Ago 10

La justicia ¿depende de reos, sicarios y bolitos?

En el caso Giammattei et al, da la apariencia de que la construcción probatoria que sustenta las ordenes de captura correspondientes se basa exclusivamente en testimonios de reos.

En el caso Rosenberg la verdad interina que refrendó la sentencia correspondiente dependió, principalmente, de la colaboración eficaz de sicarios involucrados directamente en el crimen.

En el caso Gerardi, la sentencia se apoyó en el testimonio de un bolito que vivía a inmediaciones del lugar del asesinato del Obispo.
¿Hacia dónde va la justicia? Esto de los reos, sicarios y beodos, ¿sólo se da en los casos de impacto político, o se da en otro tipo de casos?

14
Sep 09

Rosenberg: ¿La tercera será la vencida?

En febrero de 2003, el sargento Obdulio Villanueva, que se hallaba en prisión por su supuesta vinculación con el asesinato de Juan Gerardi, fue asesinado brutalmente durante un motín espantoso; y en febrero de 2007, cuatro policías sindicados de haber participado en el asesinato de tres diputados salvadoreños fueron asesinados en la cárcel de El boquerón.


De aquello me acordé cuando leí que las nueve personas aprehendidas y sindicadas de pertenecer a la estructura criminal que se presume que asesinó al abogado Rodrigo Rosenberg el 10 de mayo, ya se encuentran recluidas en el Centro Preventivo de la zona 18 y se hallan protegidas por tres anillos de seguridad.

Ojalá que en esta ocasión no se repitan la historia del caso Gerardi, ni la del caso de los diputados salvadoreños. La administración de Los Colom ¡debe garantizar la vida y la integridad de los nueve sindicados por el caso Rosenberg! y las de cualquiera que pueda aportar pruebas que permitan llegar hasta los autores intelectuales de aquel crimen.

23
Jul 09

Sobrina de Gerardi se opone a libertad para Orantes

María Antonieta Conedera, sobrina de Juan Gerardi Condera, asesinado en 1998, cuestionó la solicitud de redención de penas que hizo el cura Mario Orantes. Orellana señaló que, a pesar de que la familia del Obispo se ha alejado del proceso, ella se hará cargo de evitar que Orantes salga libre.

Orantes, en realidad, no ha estado propiamente preso ya que la iglesia católica cerró filas para protegerlo y ya pasado casi toda su condena al amparo de un hospital de aquella organización. Otro involucrado que murió sin tener que dar explicaciones razonables fue el cura Efraín Hernández.

Si a usted le interesa el tema; si no le teme a saber que existe el mal, ni le perturban las revelaciones espeluznantes, le recomiendo el libro Quién mató al obispo, por Maite Rico y Bertrand de la Grange.


30
Abr 09

Gerardi, donde se confunden la ficción y la realidad

Hoy, que Edgar Gutiérrez mencionó El arte del asesinato político, por Francisco Goldman, vale la pena comentar dos páginas muy iluminadoras de aquel libro, mismo que fue presentado en Washington D.C. con el patrocinio de una organización llamada Comisión de Derechos Humanos de Guatemala.  La CDHG no tiene página web propia; y lo que se encuentra de ella no es muy informativo.
Tengo entendido que la obra todavía no está en las librerías; pero comparto con usted las páginas 516 y 517.  En esas páginas, Goldman reconoce que una reunión entre Jean Arnault  y Otto Pérez -mencionada en la primera versión de su libro (en inglés) y que supuestamente ocurrió unos días despúes del asesinato de Juan Gerardi- en realidad nunca existió. ¡El propio Arnault la desmintió en una conversación con Goldman!
Arnault, por cierto, era observador y mediador en el proceso de pacificación en Guatemala, y luego fue representante especial de la ONU en esta país.  Otto Pérez, por su parte, quedó de segundo en las elecciones que ganó Alvaro San Nicolás Colom.
¿Quiénes fueron las fuentes de Goldman para involucrar a Pérez? 1. El policía español Rafael Guillamón, de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala (y ahora de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala), y que fue una de las principales fuentes de su libro; 2. El socorrido Rubén Chanax; y 3. La tenebrosa Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, tal y como lo señala el propio Goldman.
Mire usté, me dijo Cándido mientras remojaba el pan francés en su chocolate, si Guillamón se inventó una acusación de este tamaño (¿para perjudicar electoralmente a Pérez?) ¿qué credibilidad se le puede conceder en cuanto a sus otras afirmaciones con las que Goldman intenta sustentar la tesis de su libro?

02
Oct 08

Arzú se pela…pero, ¿es idiota?

Si alguien me dice que El dios del palacio de la loba, Alvaro Arzú, es un arrogante, abusador, tunante, patán, engreído, gérmen de dictador, berrinchudo, ignorante, majadero, demagogo, y por lo menos una docena de epítetos más, seguramente estaré de acuerdo. Pero, de verdad, no creo que sea idiota.

Ayer, el Munícipe se peló y llamó idiotas a los periodistas, y escupió al cielo al manifestarse contra la libertad de expresión. Llamó la atención sobre el papel de procónsules que juegan algunos embajadores y sobre el techo de vidrio que tienen los hombres de la sotana. Mi opinión es que el Jefe del Ayuntamiento no tomó su dósis correcta de litio; pero no es idiota.

El debe saber bien lo de los embajadores porque su administración bailó al son que tocaron los gringos y los europeos para que se hicieran realidad los pactos de apaciguamiento con la URNG. Debe conocer bien a la industria del misal porque, en el affaire Gerardi, la iglesia católica jugó un papel de miedo.

El Alcalde capitalino y ex Presidente de la República tiene razón en algo más: “Ni la SAAS ni la SAE van a poder combatir al crímen organizado, sólo la inteligencia militar”. No lo dudo porque el Ejército fue quien nos evitó crecer en una dictadura como las que les gusta a los marxistas-leninistas que, durante más de 35 años intentaron asaltar el poder mediante secuestros, asesinatos y otros actos de terrorismo. No lo dudo porque, durante la administración presidencial de Arzú, por esa vía fue que los secuestros express, o otras prácticas delincuenciales, fueron reducidas o eliminadas.

En la izquierda, muchos palidecen ante aquella perspectiva porque aún no han cumplido con la consigna de humillar y destruir a la Institución Armada; y no falta quienes clamen contra una supuesta militarización. Sin embargo, y descontando las manías dictatoriales del iracundo Arzú, estimo que vivimos tiempos demasiado peligrosos como para darle la espalda a la realidad: la delincuencia -organizada, o no- ha tomado el control del país. Como en los años 80 y como durante la administración Arzú, seguramente es el momento de tomar decisiones.

¡Por supusto que lo que digo no es un llamado a la militarización! Primero porque en este espacio siempre se hace un llamado al respeto del estado de derecho; y porque no se trata de cambiar a la delincuencia, por la dictadura. Sin embargo, el orden constitucional estipula que “el Éjército de Guatemala es una institución destinada a mantener la..paz y la seguridad interior y exterior”, y añade que es “obediente y no deliberante”. Por lo que no debe extrañarnos que esté llamado a cumplir con tareas para las cueles está facultado y para las cuales está entrenado y equipado.

Eso sí, en estricto apego a la norma constitucional que manda que ninguna fuerza armada puede arrogarse el ejercicio del poder público y con apego a la que manda que los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella.

Honradamente creo que, bajo estas condiciones mínimas (a los que están sujetos todos los que ejercen el poder público) el Ejército sí tiene un papel en estas circunstancias. Y creo que si no se le aprovecha, por razones ideológicas, esa va a ser una decisión política que vamos a lamentar.

Lo que yo no haría es darle el Ejército a Arzú, como lo sugirió él. Esto es porque los capitalinos ya conocemos cómo actúa la guardia pretoriana de la comuna, y no se trata de eso.

Arzú no es idiota, aunque aveces haga méritos para parecerlo. Yo digo que, en esta ocasión, hay que hacer caso omiso de su personalidad nefasta y es conveniente ponerle atención.


07
May 08

¿Quién mató al Obispo?

Maite Rico, coautora de ¿Quién mató al Obispo?, estará hoy en el programa Todo a Pulmón que dirigen Marta Yolanda Díaz-Durán y Jorge Jacobs.

Todoa Pulmón se transmite en 100.9 F.M. y en http://www.radiopolis.info/ a partir de las 12:30 p.m. (Central Time).

Ahora que se recuerda el décimo aniversario del asesinato de Juan Gerardi -y que se ha agudizado la controversia sobre el proceso judicial que siguió al delito- es buena ocasión para ler ¿Quién mató al Obispo? por Maite Rico y Bertrand de la Grange…y es mejor ocasión para escuchar a Maite.