El problema de conversar con Alvaro Velásquez

El problema de conversar con Alvaro Velásquez es que sus conclusiones no son consecuencia de sus premisas.  Hoy, por ejemplo, en su columna Del dinero, la virtud y la mezquindad,  quiere convencernos de que como el objetivismo estima que el dinero representa valor; ese reconocimiento es equivalente al amor por el dinero.   Y, además de eso, dice no compartir la idea de que la libertad es sinónimo de tener.  Cómo si el objetivismo sostuviera ese disparate.


Pero el columnista sólo hace esas afirmaciones gratuitas sin citar sus fuentes y sin establecer una relación lógica entre sus pretendidas premisas.  ¿Dónde dice algún autor objetivista que hay que amar al dinero, o algo parecido?  El dinero es es un medio para ahorrar y conservar valor, y para intercambiar.  Es una mera herramienta para guardar valor, o para obtener valores.  Si yo valoro la educación, por ejemplo, el dinero es el instrumento que me sirve para pagar mi educación.  Si yo valoro mis vacaciones que tomaré a fin de año, el dinero es el medio que usaré para ahorrar, para entonces, el valor del trabajo que produje durante todo el año.  En sentido figurado podría decirse que amo la educación y amo mis vacaciones; pero no el dinero que usaré para intercambiarlo luego.  Explíquenos, Alvaro, ¿cómo haría usted para intercambiar valor en una sociedad sin dinero?  ¿Cómo haría para guardar para mañana, el valor que produjo hoy con su trabajo, sin dinero?

Velásquez suelta que no comparte la idea de que la libertad es sinónimo de tener; y con esa frase mañosa implica que que para el objetivismo sí existe tal sinónimo.  Empero, de acuerdo con el objetivismo, las personas actúan libremente cuando actúan voluntaria y pacíficamente, en ausencia de coacción por parte de terceros.  En una sociedad libre lo que importa es que la coacción quede reducida al mínimo y que, en el peor de los casos, la coacción esté sometida a leyes generales y abstractas para ser usada sólo contra aquellos que violan los derechos individuales de otros.  Nada tiene que ver con tener, o no tener.  Niente.

Una persona podría tener mucho dinero y muchos bienes; pero si sus acciones estuvieran sometidas a presión autoritaria por parte de otras y si para evitar males mayores se viera forzada a actuar en desacuerdo con sus propios planes y/o al servicio de terceros, esa persona no sería libre por más riquezas que tuviera.  Ese es el caso de muchos ricos en sociedades sometidas a dictaduras.

Pero si una persona no tiene mucho dinero, ni bienes; pero puede actuar conforme a sus propios planes sin someterse a la voluntad y a los caprichos de otros, ni tuviera que temerle a la presión autoritaria de otros, esa persona sería libre, aunque no tuviera riquezas.  Ese es el caso de muchos pobres en sociedades que no están sometidas a dictaduras.

Velásquez dice que no es exégeta de Ayn Rand; pero que no se pase.  Por lo menos debería leer su obra para no verse en necesidad de inventar cosas acerca del objetivismo. 


Esta entrada fue parcialmente publicada por Siglo Veintiuno.

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4 comments

  1. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Luis: Ultimamente me he dedicado a leer "La Rebelión…" y he de confesarle que por momentos me ha gustado la forma de escribir de Ayn Rand. En general desarrolla bien los personajes pero sufre a mi parecer un defecto: termina caricaturizando tanto lo que quiere criticar que los hace poco creibles. La figura de Jim Taggart por ejemplo, o bien esa muletilla de "Quien es John Galt?, la cual trata de aparecer talvéz como una clave subversiva que sólo los escogidos entienden. También parece caricatura la familia de Hank Rearden y sobre todo su hermano Phillip. De gustos hay miles, y en general el texto me parece simplón en ocasiones, tanto como "Himno", otra obra de Rand que usted ha de conocer. Al final, lo más pesado es el discurso de John Galt, que me parece casi un evangelio del egoismo, que se pretende racional. Es cierto que Rand defiende el capitalismo a ultranza, pero simplifica tanto las cosas que no se puede reconocer la "grandiosidad" de sus personajes centrales, que parecen tan tristes y amargados. Supuestamente son heroes, pero si los comparamos con los "heroes" que quebraron la economía mundial hace 2 años, es de preguntarse si ese ideal de heroe o heroina representados por Hank y Dagny sólo están en la imaginación muy prolífica de Rand, y que la realidad es que todo capitalismo llevado a sus últimas consecuencias termina en el "crony-capitalism" personalizados por GW Bush, Warren Buffet, Hearst, Aznar Runsfeld o Condolezza Rice (no olvidemos a Karl Rove y a Cheney, por favor). Leí el artículo de Velasquez, y pienso que, si no ha leido la obra, por lo menos describe muy bien la conclusión a la que llega uno después de las primeras 50 o 120 páginas. Al final, opino que la rigidez doctrinal de Rand (casi sectaria) es lo que evita que sus seguidores puedan adaptarse al mundo real y discutir coherentemente.Saludos.

  2. ¡No hay que equivocar las cosas!Los "heroes" que quebraron la economía mundial, corresponden tipológicamente en la novela de Rand, a los villanos, como Thompson,Mowen,Lawson, Starnes, etc. Fueron los políticos que deseando hacer bien, queriendo que todos tuvieran casa, aún si no podían pagarla, más aquelllos que no quisieron ver la irracionalidad de esa política, los que causaron el desastre.Warren Orbaugh

  3. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Sr. Orbaugh: La debilidad del análisis según la filosofía randiana es su rigidez. Esa rigidez termina en caricaturizar los procesos que cree analizar. Es dificil creer que Lehman Brothers y otros bancos de inversión hayan formulado y negociado las hipotecas subprime con el propósito subyacente de " deseando hacer bien, queriendo que todos tuvieran casa, aún si no podían pagarla(…) los que causaron el desastre". Sr. Orbaugh, los banqueros negociaron con las hipotecas subprime porque podian ganar dinero y no por el gusto y satisfacción de que los blancos y negros pobres de Luisiana y Missisipi tuvieran casa. Apostaron por un instrumento y la apuesta salió mal, como sucede con muchas apuestas de riesgo en el mercado moderno: la falla del gobierno consistió en que los reguladores (como Greenspan, lector asiduo de Rand) consideraron que el mercado era lo suficientemente sabio como para regularse solo… y aquí estamos. La falla del análisis randiano son sus tres principios: de identidad, de no contradicción y del tercero excluido. La incapacidad que muestran muchos objetivistas es que todo lo dilucidan en blanco o negro, o es libre o es esclavo (saqueador o no-saqueador, como la novela "La Rebelión…")o para más señas, si es del estado o relacionado al estado es automaticamente malo y si es del empresariado es automaticamente libre, bueno, eficiente, infalible. Y si no es infalible, siempre es la intervención del Estado (por mínima que sea), el "altruismo" o las "políticas socialistas" las culpables.Sr. Orbaugh, usted es catedrático de filosofía en la UFM. En mi mundo, la filosofía busca las grandes verdades generales, o por lo menos intenta esbozarlas. Lo invito a explorar otros sistemas de pensamiento para mejorar su capacidad de análisis; el materialismo dialectico es una buena alternativa; comience con Georg Politzer y atrévase a cuestionar, como lo hace John Galt y Howard Roark.Saludos.

  4. Y, ¿por qué no: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Parménides, Zenón, Empédocles, Anaxágoras,Leucippus, Demócrito, Epicuro, Lucrecio, Sócrates, Aristocles Podros, Aristóteles, Antístenes, Diógenes, Cleantes, Crisipo, Epicteto, Cicerón, Catón, Marco Aureliio, Pirrón, Sextus Empíricus, Plotino, Arius, Atanasio, Tertuliano, Pelagio, Mani, Agustín, Aquino, Bacon, Descartes, Newton, Hobbes, Locke, d´Alambert,Wolff, Diderot, Voltaire, Condorcet, Franklin, Bayle, Montesquieu, Hume,d´Holbach, Reid, Paine, Condillac, Mandeville, Smith, Kant, Bentham, Rousseau, de Gouges, Jefferson, Fichte, Schelling, Scheleiermacher, Hegel, Kierkegard, Comte, Feuerbach, Mill, Avenarius, Bolzano, Engels, Marx, Schopenhauer, Nietzsche, Lotze, Martineau, Cohen, Windelband, Rickert, Bentano, Mach, Menger,Böm Bawerk, Maier, Herbart, Newman, Spencer, Hamilton, Russel, Moore, Mises, Carnap, Keynes, Hayek, Schlick, Reichenbach, Wittgenstein,Cassier, Bergson, James, Dewey, Husserl, Stumpf, Hartmann, Whitehead, Bauch, Joseph, Freud, y… ah sí, Politzer, Lefebvre, von Wieser, Wundt, Maslow, Perls, Wertheimer, Lewin, Arnheim, Heidegger, Ortega y Gasset, Bergson, Frege, Santayana, Sartre, Derrida, Lévi Strauss, Foucault, Popper, Rawls, Read, ah… y también Rand, Singer, Rothbard, Hazlitt, Cachanosky, Zanotti, Huerta de Soto, Branden, Kelley, Hicks, Biddle, Tara Smith, Peikoff, Harriman, Bernstein? Seguramente se me olvida algún otro de los que he leído para mejorar mi capacidad de análisis. No obstante sigo empeñado en leer, a ver si así mejoro. Ahora, el problema que tengo, Sr. Fajardo, es que como usted no tiene la "falla" del análisis randiano (o sea análisis lógico), es decir que no se apega al principio de identidad, ni al de no contradicción, ni al del tercero excluido, no sé si lo que usted dice, es lo que usted dice.Warren Orbaugh