04
Jun 20

Vinieron zompopos de mayo

Los que visitan este espacio con frecuencia saben que me encantan y me alegran los zompopos de mayo; y entre ayer y hoy tuve la dicha de rescatar dos. Víctimas del temporal, resulta que quedaron empapados en el piso de mi balcón y con sus alas pegadas al piso no podían darse vuelta, caminar, ni volar.  Así que los levanté, los sequé y los encaminé al jardín, no sin antes admirarlos y entretenerme con ellos un rato.

Este es el zompopo de ayer, miércoles.

Hoy me enteré de que en algunas poblaciones guatemaltecas a los zompopos de mayo los llaman macashes y en otras ch´eken.

Aquí en Guatemala, mayo y junio son los meses de estos zompopos encantadores y este es el segundo batch del año.

Este es el zompopo de hoy, jueves.

Desde niño me llamaban la atención su tamaño, así como su dignidad y ferocidad porque cuando uno los agarraba, recibía rápido una mordida. Esta sin embargo, no era ponzoñosa como la de de una hormiga de fuego, ni nada parecido.  Pero era una señal inequívoca y valiente: ¡Conmigo no te metas y si caigo, voy a caer luchando!  Ese espíritu combativo también era su perdición; porque los chicos los cazábamos para hacer peleas de zompopos de mayo.  Yo prefería sentirlos caminar en mi manos y sentir los valientes mordidas; pero si había una pelea, no le hacía el feo.

Allá por 1973, un cuate -cuya familia era de Santa Rosa- llevó al colegio una bolsa con zompopos de mayo fritos en mantequilla y les agarré más cariño a esos animalitos porque así son deliciosos.  Pero no los volví a probar hasta unas tres, o cuatro décadas más tarde.  Me gustan así y mucho más si pongo unos seis u ocho entre frijoles volteados, o guacamol, sobre una tortilla recién salida del comal.

En el vídeo puedes ver al zompopo de ayer secando sus alas.

Imagen de previsualización de YouTube

 

Tan temprano como en el siglo XVIII, Francisco Ximénez, tel raductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que críen alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.


25
Feb 18

Devastación en Laguna del tigre

Una zona talada -de 14 manzanas- en el parque nacional Laguna del tigre, en Petén,  fue localizada durante una operación de reconocimiento que se hizo en puntos vulnerables del Biotopo Laguna del Tigre y en  el área limítrofe con México, con el objetivo de monitorear zonas invadidas por personas procedentes de Quiché y Alta Verapaz.

A finales del siglo pasado visité el parque nacional de la Laguna del tigre, donde convergen los ríos San Pedro y Sacluc. Allá aprendí algo sobre las hermosas guacamayas y sobre el cultivo de hierbas medicinales. Comprobé, con tristeza, que El Perú-Waka había sido intensamente saqueado antes de que los arqueólogos pudieran excavarla y estudiarla apropiadamente; que lo que queda allá es lo que los depredadores no quisieron llevarse, o lo que escapó a sus garras.

Los patrullajes se incrementaron a raíz de que los invasores talan grandes extensiones de bosque con la finalidad de convertir el área en una zona agrícola o ganadera, por lo que se mantendrá un control permanente en áreas protegidas de los parques Laguna del tigre, Yaxhá, Sierra del lacandón y Biotopos Cerro Cahuí y El zotz.

Voy a atreverme a especular que si hay un área talada así, posiblemente hay otras; y voy a atreverme a especular que, como los taladores son pobres migrantes, no falta quien se oponga a que se criminalice su actividad.  Es un hecho que los políticos y burócratas a cargo de la conservación de áreas como Laguna del tigre y otras no tienen capacidad alguna para cumplir con su razón de ser.

De hecho, ayer nos enteramos de que en el área protegida Punta de Manabique, en Izabal, grupos de campesinos talan especies en vías de extinción y se estima que al menos ocho caballerías han sido devastadas.  Los lugareños, al salir a luz la denuncia, temen por sus vidas.

En esta semana, leímos, también, que los políticos y burócratas encargados de proteger el patrimonio histórico del país, tampoco están en la capacidad de cuidar los tesoros mayas recién descubiertos, gracias a la tecnología LiDAR y a la colaboración entre Pacunam y NatGeo. Eso es evidente con lo que acabo de contar de Perú-Waká, y con mi experiencia durante el viaje que hice a El Mirador.  Durante todo el camino, de cinco días ida y vuelta, vimos estructuras saqueadas. Es un hecho que los políticos y burócratas que tienen a su cargo la conservación del patrimonio cultural, ¿del país?, tampoco tienen la capacidad de cumplir con su razón de ser.

Los políticos y burócratas no pueden conservar La Antigua, ni Amatitlán, ni Atitlán, ni nada para ser francos.  Pero, si así es con las carreteras, las escuelas y los hospitales, ¿cómo iba a ser diferente con el pasado, y con la naturaleza?

En estas condiciones, y ahora más que nunca, antes de que sea demasiado tarde, es necesario preguntarse, ¿a quién pertenece la historia y a quién pertenecen los recursos naturales?  Es hora de preguntarse si queremos, o no conservar esos recursos y aquella historia.  Y si la respuesta es que sí, que si queremos conservarlos, es el momento para explorar: Si lo que estamos haciendo es inútil y costoso (porque es costoso), ¿qué opciones tenemos? ¿Hay ideas nuevas sobre como conservar la historia y los recursos naturales?

Yo digo que sí; y que aquella exploración no debe ser contaminada por consideraciones ideológicas, sino que debe atenerse a evidencias.  Por eso, si te interesan estos temas, te invito a visitar:

¿A quién pertenece el pasado?

Red de amigos de la naturaleza 

La foto 2 muestra la convergencia de los ríos San Pedro y Sacluc, y en la foto 1 hay un lagarto, ambas las tomé durante mi viaje por el río San Pedro y Laguna del tigre.


23
Ene 16

Excursión a Iximché y a El encanto

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Iximché fue el primer sitio arqueológico maya que visité.  Lo hice con mis compañeros de colegio, en el Cuarto grado de primaria en el Colegio Guatemalteco Bilingüe como parte de la clase de Historia.  Quedé enamorado de Iximché y siempre que vuelvo me quedan más ganas de volver.  Mi espíritu aventurero y explorador se enciende.  Mi imaginación agarra velocidad.

Iximché fue la capital del señorío Cakchiquel, en el siglo XVI fue conquistada por los ejércitos de quauhquecholtecas y tlaxcaletecas comandadas por los hermanos Alvarado, a su lado se fundó la primera capital del reino de Goathemala.  En sus plazas y templos se respira el aire puro y fresco del campo y se respira, también, el recuerdo de su historia trágica. Tiene, al fondo, un lugar sagrado donde se celebran ritos y ceremonias.  Cuando llegamos tuvimos suerte: el lugar no sólo emanaba los aromas propios del bosque, sino que de entre las ascuas ascendían ascendía el aroma del copal más noble.  Yo no quería moverme de ahí.  Quería que mi cuerpo y mi mente absorbieran todo aquello

Hace dos sábados, luego de desayunar en El pedregal, en Santa Apolonia, con Lucy, Raúl y el Ale recorrimos el sitio y gozamos la visita.  Las pirámides son de menor altura que las de Zaculeu -donde recién anduvimos- pero no son menos encantadoras, ni mucho menos impresionantes.

Luego de Iximché nos dirigimos a El encanto, una finca en Tecpán.  Allí, nos abrazaron la paz, el aire frío y el aroma de miles de pinabetes.  Fue un fin de semana de caminar por el bosque, disfrutar de los amigos queridos y de buena comida y de leer junto a la chimenea -leí Marina, de Carlos Ruiz Zafón.  Esta excursión es tradicional entre mis amigos; y es tradición que mi equipo prepare la cena del sábado.  Este año hicimos pulled pork y salió delicioso.

Fue un fin de semana de Historia, lectura, bosque y muchas risas.