24
Nov 23

Estrellas y sombras, Hollywood y la política inmoral hacia Hamás

 

Susan Sarandon, una actriz admirable…como actriz, fue despedida de su agencia, que es una de las más grandes de Hollywood, después de sus comentarios infames durante una manifestación pro Palestina. Sarandón generó indignación cuando afirmó que los judíos finalmente estaban probando lo que se siente ser musulmán en Estados Unidos, en alusión al antisemitismo. La actriz ha sido intensamente crítica con Israel durante toda la guerra contra Hamás, desencadenada luego de que el 7 de octubre pasado unos 3, 000 terroristas de aquel grupo irrumpieron en la frontera del sur de Israel, mataron al menos a 1,200 personas y tomaron unos 240 rehenes luego de cometer todo tipo de tropelías, incluidas violaciones y asesinatos de bebés.

Avenida de las Américas en la ciudad de Guatemala.

La actitud y lo dicho por Sarandon me recordó algo que dijo Friedrich A. Hayek cuando recibió el Premio Nobel de Economía: El Premio Nobel confiere a un individuo una autoridad que en economía ningún hombre debería poseer… la influencia del economista que más importa es la influencia sobre los profanos: políticos, periodistas, funcionarios públicos y el público general. No hay ninguna razón por la que un hombre que ha hecho una contribución distintiva a la ciencia económica deba ser omnicompetente en todos los problemas de la sociedad (como la prensa tiende a tratarlo hasta que al final él mismo puede ser persuadido a creer).

El querido Fritz añadió que incluso se llega a sentir que es un deber público pronunciarse sobre problemas a los que tal vez no se haya dedicado especial atención. No estoy seguro de que sea deseable fortalecer la influencia de unos pocos economistas individuales mediante un reconocimiento tan ceremonial y llamativo de logros, tal vez del pasado lejano. Por lo tanto, casi me inclino a sugerir que exigáis a vuestros galardonados un juramento de humildad, una especie de juramento hipocrático, de no exceder nunca en los pronunciamientos públicos los límites de su competencia.

Si los galardonados con premios Nobel deberían tomar un juramento de humildad, imagínate el que deberían hacer las celebridades.  Es fatal que esta gente sienta que es un deber público pronunciarse sobre problemas a los que tal vez no le han dedicado atención especial y es fatal que influyan en el público general.  Anthony Hopkins, que es un grande de la actuación explicó por qué cuando dijo que los actores (incluido él) no deberían pronunciarse sobre eventos de actualidad porque los actores son bastante estúpidos y Brad Pitt comentó que los actores no son las mejores personas para ofrecer opiniones sobre determinadas situaciones.  Basta recordar que Jane Fonda fue miembro del Partido Comunista y que Leonardo di Caprio juega en el equipo de Al Gore y Greta Thurnberg.

Por supuesto que no hay que generalizar porque ahí tienes a Ronald Reagan que leía The Freeman; y que fue uno de los más grandes líderes mundiales en el siglo XX a pesar de su conservadurismo en cuanto a la guerra perdida contra las drogas y su ignorancia en cuando al sida. Ahí tienes a Clint Eastwood que se ha expresado abiertamente contra la cultura woke. Rose McGowan y Gina Carano también se han distinguido en esa lucha.

Por supuesto que no se trata de que las estrellas no deban expresar sus opiniones con libertad. ¡Todos, todos, todos, debemos tener la libertad de expresar nuestras opiniones! Y nadie debería ser perseguido penalmente por pensar diferente y expresarse. Pero a la luz de lo que dijo Hayek, cuando se tiene una palestra del tamaño de un premio Nobel, o una del tamaño de las que se tienen en Hollywood esas opiniones deben ser lo más informadas posible y el ejercicio de aquella libertad debe estar acompañado de responsabilidad proporcional.

Lo que hacen Sarandon y otros personajes que justifican los crímenes de Hamás no es sólo una burla para las víctimas.  Lo que hacen es atizar el odio.  Ocultan el hecho de que el mal prospera cuando es apaciguado; y que si Israel no cuenta con el apoyo material, intelectual y moral para acabar de una vez por todas con la perversidad de Hamás y los problemas en Gaza, el próximo objetivo es occidente.

Columna publicada en República.


30
Oct 23

Hamas ataca a Israel y el conflicto impacta en Guatemala

 

Israel fue atacado el 7 de octubre del 2023. El ataque fue organizado y llevado a cabo por terroristas de Hamás que cruzaron la frontera desde Gaza. Llegaron a pie y en motos, en camiones, en automóviles  y en parapentes. ¿A qué llegaron a Israel? Llegaron para asesinar, mutilar y mutilar a cualquiera que se cruzara en sus caminos.

El ataque ocurrió durante el sabbat judío y también durante un día festivo sagrado, lo que significaba que las familias planeaban pasar tiempo juntas en sus casas o en las sinagogas, y que los amigos se reunían. Por los días de fiesta el ataque del 7 de octubre me recordó el ataque durante el Yom Kipur en 1973. La agresión de.hace unos días comenzó con una lluvia de misiles y, por su escala y grado de coordinación se puede decir que no tiene precedentes.

No me voy a aventurar a citar números pero han sido cientos de israelíes muertos y miles de heridos. Y docenas de personas tomadas como rehenes en Gaza, incluidas mujeres, ancianos y niños…bebés.

El conflicto se siente en Guatemala y, ¿cómo iba a ser de otra manera? El conflicto que superficialmente es entre Israel y Hamas, en realidad es entre occidente y la barbarie. Israel lucha contra enemigos que no sólo son suyos, sino de la civilización. Además entre Guatemala e Israel hay vínculos que van más allá de los nacionales y colectivos; hay vínculos familiares y amistosos a niveles individuales. La cancillería de Guatemala tiene el registro que 300 guatemaltecos residen en Israel. 

Es cierto que en Israel hay judíos ultraortodoxos y tribales, que son la clientela de Benjamín Netanyahu; pero, con todo y todo, Israel es occidente en el oriente medio.  ¿Y qué es occidente? Es principalmente el reconocimiento y respeto generalizado a los derechos individuales de todos por igual; y la racionalidad y el método científico.

En Guatemala, parte de la Avenida de la Reforma y parte de la Avenida de las Américas nos recuerda a los hombres, mujeres, niños, ancianos y bebés que fueron secuestrados durante el operativo terrorista del 7 de octubre; y ahí también hay presencia palestina…detrás de la cual se esconden Hamás y sus patrocinadores.

Pasar por ahí es muy conmovedor y si uno tiene sangre en las venas es estremecedor.

Por si no sabes qué es Hamás  el artículo 7 de su carta fundamental, dice que No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: ‘¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!

Aquel es otro nivel de odio y no se puede ser indiferente…o por lo menos yo no puedo ser indiferente ante ese horror. Porque el odio no es sólo contra el pueblo judío, sino contra el individualismo, la razón, la libertad, el capitalismo, la tecnología, el estado de derecho y otros aspectos propios de la civilización y ajenos al tribalismo que prevalece en el oriente medio. No es posible permanecer neutral así.

Sobre todo porque el odio se está extendiendo y se manifiesta cada vez más.  ¿Has visto imágenes de las manifestaciones en ciudades europeas? ¿Leíste que en Dagestán hubo una cacería de judíos el 28 de octubre? 

Porque ya sabemos qué cariz puede tomar lo que está ocurriendo en el mundo, si conocemos lo que pasó entre 1933 y 1945, ¿quién puede permanecer al margen con la conciencia tranquila? 

Mis pensamientos están con las víctimas  de este conflicto -niños y adultos- en ambos lados del mismo; pero la guerra es entre el misticismo y la racionalidad, entre la barbarie y occidente, y entre el tribalismo y la civilización; y así…no es difícil comprender cuál lado debe prevalecer. 

Si te interesa el tema te invito a leer un texto de mi cuate John David Lewis; haz clic en este enlace


14
May 21

Desproporción y defensa de Israel

 

Allá por 1987, cuando yo era productor de noticias internacionales en el noticiario Aquí el mundo, traduje una serie de reportajes para explicar los conflictos en el oriente medio.  ¡Cosa más enredada no he vuelto a ver en toda mi vida! Aún hoy, ese nudo gordiano es complicado y no se por qué me estoy metiendo a comentarlo.  Ah, sí, ya se por qué…

La ilustración la tomé de Facebook.

Cuando observo aquel conflicto lo primero que viene a mi mente es que Israel es un amigo leal y sincero de Guatemala; y si esa no fuera una buena razón para interesarse en lo que ocurre allá, también recuerdo que Israel es occidente en aquella región conflictiva. ¿Y qué es occidente? Pues los derechos individuales, la racionalidad, el método científico y la civilización; frente al tribalismo, el misticismo, el colectivismo y la barbarie. [Te recomiendo El genio de occidente, por Louis Rougier]

En aquel contexto y frente a enemigos cuya misión es la aniquilación de Israel -más de mil cohetes en 38 horas lanzados contra los habitantes de aquel país, sólo para citar los sucesos más recientes- la desproporción en la respuesta es un requisito imprescindible para convencer política y diplomáticamente a Hamas y a Yihad islámica de que cesen sus ataques. [Te recomiendo el libro Nothing Less than Victory, por John C. Lewis]

Cuando pienso en aquel conflicto, no olvido que no es exactamente uno entre judíos y musulmanes. En el mundo árabe también hay oposición a Hamas y a Yihad islámica, como la hay a los talibanes, a Daesh y al terrorismo en general. [Te recomiendo Winning the Unwinable War, por Elan Journo, et al]

En el oriente medio, Israel representa el contraste entre un sistema republicano y de estado de derecho frente a dictaduras y caudillismos; de ahí que -en América Latina, por ejemplo- los defensores de regímenes como los de Cuba y Venezuela, o los simpatizantes de las ex guerrillas marxistas sean, también, los críticos más irracionales y rabiosos del derecho que tiene Israel de defenderse, con todo, contra la lluvia de acero que cae desde Gaza, con el apoyo del régimen iraní.

Duele ver a niños y a civiles víctimas de la guerra y la guerra es abominable; pero la obligación moral del gobierno en Jerusalén es proteger a su población de las organizaciones terroristas cuya misión es aniquilar a Israel.  ¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.


16
Nov 12

¿Qué está ocurriendo en Israel?


Por si te interesa saber qué está ocurriendo en el Oriente Medio, y por qué.


12
Ene 09

El conflicto de Gaza, en Guatemala

El conflicto de Gaza llegó a las calles guatemaltecas de dos formas distintas. La primera foto, por Prensa Libre, es de la manifestación que organizaron los partidarios de Israel; y la segunda foto, por Siglo Veintiuno, es la demostración que organizaron los palestinos.


06
Ene 09

En Gaza se lucha por la civilización

En marzo de 2001, la milicia ultraortodoxa islámica de los talibanes -que gobernaba Afganistán- cumplió su amenaza y dinamitó la cabeza de la mayor estatua de Buda del mundo. La escultura, de 55 metros de altura, estaba tallada en la roca de una montaña.

El coloso fue hecho cuando Afganistán era uno de los centros de la civilización budista, antes de que los ejércitos árabes introdujeran el islam en la región, en el siglo VII y terminó hecho polvo para la gloria de Alá.

Recuerdo esto, ahora que la organización terrorista Hamas está siendo perseguida y eliminada por Israel. Hamás ha sido declarada organización terrorista por la Unión Europea, los Estados Unidos de América, Israel, Japón, Canadá, y Australia, en parte porque las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassam, que forman parte de Hamás, realizan ataques contra objetivos civiles mediante atentados. En el 2002, la organización humanitaria Human Rights Watch acusó a Hamás de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

¡Tiene que haber algo intrínsecamente maligno ente organizaciones como la de los talibanes y Hamás! Organizaciones terroristas, racistas, genocidas y culturicidas, que someten a poblaciones y a naciones enteras, en plenos siglos XX y XXI, no tienen la misma estatura moral que otras formas de gobierno. Por ejemplo, el artículo 7 de la carta fundamental de Hamas, dice que “No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: ‘¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!”

Puede ser que la intervención en Gaza, por parte de Israel, resulte ser una victoria militar, pero una derrota en el campo político. Una victoria pírrica, que le dicen. Y si así ocurriere, eso será injusto porque Israel lucha por su supervivencia contra enemigos que no lo son sólo del estado judío, sino de la civilización.

Las actividades de los talibanes, de Hamás y de otros grupos similares se basan en un profundo odio hacia el individualismo, la razón, la libertad, el capitalismo, la tecnología, el estado de derecho y otros aspectos propios de la civilización. Y si bien es cierto que ningún individuo -y ciertamente ninguna sociedad- sobrevive a la guerra incólume, también es cierto que no se puede permanecer neutral frente a el tipo de cosas que hacen los talibanes, los de Hamás y otros.

Y aún en ese contexto no está de más recordar algo que escribió James Madison: “De todos los enemigos de la libertad, la guerra es, talvez, el que más debe ser temido porque compromete y desarrolla el gérmen de todos los demás”.