13
Jun 24

Ética y exposiciones florales

 

La ética en nuestras vidas y en exposiciones florales, fue el título de la charla que le ofrecí al consejo de jueces del Club Floralí, con la participación de juezas del Club Jardín y del Círculo Floral.

Brunch, ética y exposiciones florales.

La idea fue conversar acerca de las experiencias éticas de las juezas durante las exposiciones y competencias florales y fue una mañana muy enriquecedora debido a la participación y a las preguntas del público.

Hablamos de la ética como el código de valores que guía las acciones para alcanzar el propósito y el curso de nuestras vidas. También de por qué necesitamos un código de valores. Distinguimos entre valores y virtudes. Exploramos virtudes atingentes a los procesos que les interesan a las juezas, tales como: independencia, integridad, honestidad, justicia, laboriosidad, determinación, perseverancia, responsabilidad, honradez y sinceridad. Por supuesto que abordamos la importancia de la prudencia. 

Durante la conversación fueron planteados problemas y dilemas éticos relacionados con las actividades propias de las asociaciones mencionadas.

La actividad fue el 5 de junio y me recordó mis tiempos de orquideólogo.  Quizás no sepas que fui miembro de la Asociación Guatemalteca de Orquideología y fui vocal de su junta directiva.  Fui asistente de jueces el la II Exposición Centroamericana de Orquídeas y fui juez en varias exhibiciones nacionales.  También obtuve dos, que tres listones por algunas de mis plantas. 

¿Por qué es importante este tema? Porque Occidente está perdiendo el valor ético de la belleza. Y porque la jardinería, los arreglos florales, y el cultivo flores son expresiones de belleza. Si te interesa el tema, te recomiendo el siguiente reportaje:

La experiencia con el Consejo de Jueces me trajo muchos y queridos recuerdos.


22
May 24

Egoísmo y virtud

 

De Ayn Rand, la Wikipedia dice que fue filósofa y escritora. Si aquella fuente te parece muy pedestre para tus estándares, ¿qué tal la Stanford Encyclopedia of Philosophy?  Esa fuente de una universidad Ivy League dice que fue una novelista-filósofa que esbozó una filosofía integral, que incluía una epistemología y una teoría del arte en sus novelas y ensayos.

De hecho, la filosofía Objetivista, de Ayn Rand, se ocupa de la metafísica (que es el estudio de la existencia como tal y es la base de la filosofía), de la epistemología (que es la teoría del conocimiento y estudia los métodos de cognición de las personas), de la ética (que se ocupa del bien y del mal y de cómo deberíamos tratarnos entre las personas), de la política (que trata de los principios de un sistema social apropiado) y de la estética (que aborda las necesidades de nuestras conciencias).  ¡Todas ellas ramas de la filosofía! En su obra, Filosofía: ¿quién la necesita? Rand explica que necesitamos de aquella disciplina académica para manejarnos con los problemas concretos, particulares, de la vida real, es decir, para poder vivir en la tierra.

Filosofía: ¿quién la necesita?, por Ayn Rand.

En materia de ética Rand tiene un libro que se titula The Virtue of Selfishness, traducido como La virtud del egoísmo, y por eso algunas personas creen que Rand dice que el egoísmo es una virtud.  Pero eso es un error y te cuento por qué.

El primero paso es avanzar más allá del título y leer el primer párrafo de la Introducción donde la autora explica hay personas que le preguntan por qué es que usa la palabra egoísmo para describir virtudes de carácter; pero Rand no dice que el egoísmo es una virtud. 

Un lector más acucioso querrá enterarse mejor y avanzar al sexto párrafo de la Introducción para hallarse con que el significado exacto de la palabra egoísmo es la preocupación por los intereses personales. Y Rand explica que ese concepto no incluye una calificación moral porque no nos dice si la preocupación sobre lo que a uno le interesa es buena, o mala; ni que es lo que constituye los intereses reales de las personas. 

Hasta aquí no hay modo de que alguien pueda concluir, por ejemplo, que Ayn Rand acuñara la triste afirmación de que el egoísmo es una virtud.

Lo que sí dice la autora, si el lector quiere enterarse, es que la moralidad (el campo de las virtudes) no es una competencia de caprichos; y que como no podemos sobrevivir por medios arbitrarios tenemos que descubrir y practicar los principios que requiere no sólo nuestra supervivencia, sino nuestro florecimiento. De ahí que necesitemos una moralidad de interés racional, o de egoísmo racional.

Nada, hasta aquí, apunta a que -según Rand- el egoísmo sea una virtud.

La virtud del egoísmo, por Ayn Rand.

¿Por qué es necesario hacer este ejercicio de ir a un texto de Ayn Rand para entender a Ayn Rand? Porque, como explican Mortimer J. Adler y Charles van Doren en el clásico How to Read A Book, the Classic Guide to Intelligent Reading, el primer paso necesario para la lectura analítica es llegar a un acuerdo con el autor.  Adler y van Doren recomiendan identificar las palabras importantes de un libro y descubrir cómo es que las está usando el autor.  Hay que determinar el significado de esas palabras con precisión tal y como las usa el autor. 

¿Ves? No se vale criticar a un autor por lo que no dice, ni por lo que quieres creer que dice.

How to Read a Book, por Mortimer J. Adler y Charles van Doren.

De modo que sigamos con textos de la filósofa que nos ocupa. En La ética objetivista (un capítulo de La virtud del egoísmo) Ayn Rand explica que los valores son todo aquello que queremos conseguir, o conservar; en tanto que las virtudes son acciones necesarias para conseguir, o conservar valores morales (porque no todos los valores son morales. Tu computadora es un valor, pero no es un valor moral). 

Y aquí viene el pollo del arroz con pollo. En aquel texto, Ayn Rand ofrece una lista de tres valores cardinales: razón, propósito y autoestima, a las cuales les corresponden tres virtudes cardinales: racionalidad, productividad y orgullo. Y no veo al egoísmo mencionado aquí…por ningún lado.

La filósofa hace una lista de virtudes derivadas de la racionalidad que ella considera importante explicar expresamente: independencia, integridad, honestidad, productividad, y justicia.  Ponle atención a justicia porque nos ocuparemos de ella en unos párrafos; y, mientras tanto, ¿leíste egoísmo en esa lista de virtudes? ¿No? Yo tampoco.  Porque Rand no considera que el egoísmo sea una virtud.

Warren Orbaugh, arquitecto y filosofo guatemalteco, estudioso de la filosofía Objetivista (la de Ayn Rand), escribió una obra titulada Objetivismo: la filosofía benevolente e hizo una lista de virtudes Objetivistas adicionales a las mencionadas arriba: creatividad, laboriosidad, ambición, determinación, benevolencia, perseverancia, responsabilidad, honradez, sinceridad, prudencia, limpieza y fortalecimiento.  ¿Viste que el egoísmo no está en esta lista, tampoco? ¿Sabes qué otra virtud si menciona Orbaugh? La justicia, y no le quites el ojo a esta virtud.

Objetivismo: la filosofía benevolente, por Warren Orbaugh.

Entonces, ¿qué quiere decir la filósofa con la virtud del egoísmo? Pues que la virtud propia de la necesaria facultad de velar, uno por sus propios intereses es la racionalidad.  De ahí la frase egoísmo racional, que se opone al egoísmo irracional, infantil, y caprichoso de aquel que piensa que todo es para él, que puede sacrificar a otros en su propio beneficio, o que puede vivir arbitrariamente. Si el libro se hubiera llamado The Proper Virtue of Selfishness, o La virtud adecuada del egoísmo, quizá habría menos personas confundidas; empero, supongo que un título breve es mejor que uno largo, y que uno, cuando escribe, espera algún esfuerzo intelectual mínimo por parte de los lectores.

¿A qué viene todo esto?

Estas meditaciones vienen a cuento porque Carol Zardetto, escritora guatemalteca notable escribió en X que Ayn Rand, es una pseudofilósofa que acuñó la triste afirmación de que el egoísmo es una virtud. Y ya vimos que ni una cosa, ni la otra, si confiamos en la Wikipedia y en la Stanford Encyclopedia of Philosophy y si hacemos el mínimo esfuerzo intelectual de leer a Rand directamente.

Aquello nos lleva al X de la distinguida escritora que añade: Su pensamiento [el de Rand] es asidero de los narcisistas y de los que creen que la libertad puede existir sin la justicia. Además, la dilecta escritora afirmó que aquellos conceptos están a lo largo de la obra de Rand y que no es difícil hallarlos si uno la lee.

Me animé a escribir estas líneas por invitación de Benjamín Alvarado -un lector de la escritora citada- que publicó en X lo siguiente: Responda porfa Luisfi, no se comporte como Netcentero que solo tira la piedra y esconde la mano…Espero su respuesta porque se ve que lo dejaron en jaque.

Eso sí, le comenté al lector que en realidad no respondo bajo presión; y prefiero almorzar antes que ocuparme de cosas así. Ya que la conversación me agarró a la hora del almuerzo. 

Ahora exploremos la justicia

En La virtud del egoísmo, Rand menciona expresamente a la justicia entre las virtudes; y en Objetivismo: la filosofía benevolente, Orbaugh menciona a la justicia entre las virtudes.  Si llegamos a acuerdos con los autores, ¿es apropiado decir que ellos consideran que la justicia es una virtud? Yo digo que sí; y me parece clarísimo.

En el célebre discurso de John Galt, en La rebelión de Atlas, que es una novela filosófica de Rand, el héroe dice que la justicia es el reconocimiento del hecho de que no se puede falsear el carácter de los hombres como no se puede falsear el carácter de la naturaleza, que se debe juzgar a todos los hombres tan concienzudamente como se juzgan los objetos inanimados, con el mismo respeto por la verdad, con la misma visión incorruptible, mediante un proceso de identificación tan puro y racional que cada hombre debe ser juzgado por lo que es y tratado en consecuencia.

En su libro Introduction to Objectivist Epistemology, la filósofa explica que el “juicio objetivo” es una de las categorías más amplias a las que pertenece el concepto de “justicia”. ¿Qué distingue a la “justicia” de otras instancias de juicio objetivo? Cuando uno evalúa la naturaleza o las acciones de objetos inanimados, el criterio de juicio está determinado por el propósito particular para el cual los evalúa. Pero ¿cómo se determina un criterio para evaluar el carácter y las acciones de los hombres, en vista del hecho de que los hombres poseen la facultad de volición? ¿Qué ciencia puede proporcionar un criterio objetivo de evaluación con respecto a cuestiones volitivas? La Ética. Ahora bien, ¿necesito un concepto para designar el acto de juzgar el carácter y/o las acciones de un hombre exclusivamente sobre la base de todas las pruebas fácticas disponibles, y de evaluarlo mediante un criterio moral objetivo? Sí. Ese concepto es “justicia”.

Por si no quedó claro, Warren Orbaugh la explica así: Justicia es la racionalidad en la evaluación y trato de otros individuos. Es una necesidad práctica para la vida humana.  La justicia es la muestra de la honestidad y de la racionalidad y por lo tanto exige objetividad al tratar a otros como se merecen.  Es un medio vital para proteger y promover los valores de uno.

Semejante virtud, ¿cómo podría estar divorciada de la libertad que es la ausencia de coacción arbitraria?

Habiendo practicado las recomendaciones de Adler y van Doren, en How to Read a Book, no cabe afirmar que el pensamiento de Ayn Rand es asidero…de los que creen que la libertad puede existir sin la justicia.

Por supuesto que alguien podría tener una definición distinta de justicia; y en el espíritu de Adler y van Doren sería genial que la compartiera; para salir a su encuentro y no perdernos en el camino de entender a Rand.

La falacia del hombre de paja

Friedrich A. Hayek, en Los fundamentos de la libertad explicó que todas las teorías políticas dan por sentado que la mayoría de los individuos son muy ignorantes. Aquellos que propugnan la libertad difieren del resto en que se incluyen a sí mismos entre los ignorantes e incluyen también a los más sabios. El conocimiento que el individuo más ignorante puede deliberadamente utilizar y el que usa el hombre más sabio, comparados con la totalidad del conocimiento que constantemente se utiliza en la evolución de la civilización dinámica, son insignificantes. Y es cierto, todos somos ignorantes en algo y en mucho.  Por lo tanto, nadie está obligado a tener conocimiento de la filosofía Objetivista, que es la de Ayn Rand.

Lo que no se vale…y esto se aplica a cualquier filosofía (o texto) es criticarla sin haberla leído, repetir consignas sin fundamento, ningunear a la autora (y esto se aplica a cualquier autor) para predisponer a la clientela; ni se vale fabricar un hombre de paja para no tener que entrarle al hueso de lo que se quiere criticar.

Análisis del libro: La virtud del egoísmo (Sesión 1)

La falacia del hombre de paja consiste en fabricar una imagen débil del oponente, que no necesariamente refleje sus argumentos para luego atacar y desprestigiar esa imagen, haciendo creer a los demás que ese en realidad es el oponente.

¿Viste? Es un hombre de paja decir que Ayn Rand es una pseudofilósofa (en X), cuando la enciclopedia de filosofía de la Standford University (y otras instancias) la describen como filósofa.  Es un hombre de paja decir que Rand dice que el egoísmo es una virtud, cuando no dijo tal cosa. Es un hombre de paja decir que la autora da pie a suponer que la libertad y la justicia son incompatibles.


06
Ene 22

Así se corrompe nuestra capacidad de pensar

 

Googleo Funciones del lenguaje y recibo 347,000,000 resultados; casi todos los que vi antes de aburrirme como ostra viuda coincidían poco más, o menos en que el lenguaje tiene funciones referencial o representativa, cuando comunica contenidos; emotiva o expresiva, cuando muestra la intención del emisor; conminativa o apelativa, cuando busca causar una reacción en el receptor; poética, cuando atrae su atención en su forma estética; fática, cuando su propósito establecer, prolongar o interrumpir la comunicación; y metalingüística, cuando se utiliza el código para hablar del código…y bla, bla, bla.

Council of Europe, Atribución via Wikimedia Commons

La principal función del lenguaje, sin embargo, es hacer posible que pensemos bien.  Nada de lo anterior es posible si no pensamos bien y pensar bien significa pensar hacerlo de forma lógica y de acuerdo con la realidad.  Nada de eso es posible sin un código de símbolos que nos permitan convertir los conceptos abstractos en perceptos concretos.

Antes que ser instrumento de comunicación, el lenguaje es un instrumento cognitivo.  Si quieres saber más de este tema, te recomiendo Introduction to Objectivist Epistemology, por mi filósofa favorita, Ayn Rand.

Tu y yo necesitamos concretar conceptos abstractos, integrarlos y pensarlos bien para todo: para comprar un auto, para elegir pareja, para seleccionar el colegio de los niños, para decidir qué vamos a almorzar, para compartir con nuestros jefes una idea innovadora, o para convencer a inversionistas potenciales que la nuestras es una buena idea de negocios.  De ahí que uno de los propósitos para 2022 debería ser la resistencia contra la corrupción del lenguaje.  ¡Al diablo con la fragmentación de los idiomas! ¡Al carajo con absurdos como todes y todx! Ni la guerra es la paz, ni la libertad es esclavitud, ni la ignorancia es fuerza, como en 1984. Ni una preferencia es necesariamente racismo. Quienes persiguen corromper el lenguaje, persiguen corromper nuestra capacidad de pensar; y si se corrompe nuestra capacidad de pensar…¿quién va a pensar por nosotros?  ¿Qué piensas?


12
Nov 21

¿Por qué estudiar filosofía?

 

Santiago Ramón y Cajal es mi científico favorito, dijo Barbara Oakley al explicar que aquel humilde médico rural es considerado como el padre de la neurociencia porque sus análisis cuidadosos de lo que ocurría realmente en la neuroanatomía le permitieron ver los hechos; y él podía cambiar sus hipótesis de acuerdo con los hechos.  Sean leales a los hechos, recomendó el sábado pasado en la Universidad Francisco Marroquín.

Lo dicho por aquella extraordinaria educadora, me recordó lo siguiente: Debemos estudiar filosofía porque toda acción es conducta deliberada detrás de la cual hay pensamientos; pero esos pensamientos no necesariamente son correctos.  Es necesario distinguir entre pensamientos correctos e incorrectos para no actuar tontamente y hacer, o hacernos daño. Hay quienes piensan que no tienen ideología, pero todos tenemos ideología.  Esta es una filosofía inconsciente que guía las acciones de las personas y que va así como armando una ensalada: un poquito de aquí y uno de allá. Alguien ve una novela y agarra ideas, platica con sus amigos y agarra ideas; el colegio contribuye a su sistema de creencias y todo aquello se mezcla y así algunos van teniendo una visión del mundo con qué funcionar.  Pero muchas veces esa ideología es absurda, porque no la controlan y porque no saben si tiene contradicciones.  Así explica, el filósofo Warren Orbaugh, la importancia de estudiar filosofía, al invitarnos a estudiar filosofía Objetivista.

Aquel es un curso que no sólo trata de la filosofía de Ayn Rand, una que es acerca  de adherirse a la realidad por medio de un sistema llamado lógica, que nos permite pensar objetivamente.  En el curso, aquellas ideas se comparan con otras.  Muchas personas creen que algo puede ser bueno en teoría; pero no en la práctica y esa idea platónica es errónea porque una teoría sólo es buena si funciona en la práctica; si no, es una mala teoría. No deberíamos encaminarnos por ahí porque es absurdo. Uno debe buscar lo que es verdadero, porque es lo que sirve para vivir, dice Orbaugh.

¿Te animas a estudiar filosofía Objetivista? Info en posgrado.ufm.edu/maestria-en-objetivismo/

Columna publicada en elPeriódico.


05
Oct 21

Altruismo vrs. solidaridad

 

A veces por ignorancia -porque todos somos ignorantes en muchas cosas- y en veces por mala intención para crear un hombre de paja, o para confundir, algún comentarista equivoca el concepto de altruismo con el de solidaridad, o benevolencia.

Si la confusión ocurre en el cuchubal, o durante las chelas después de la chamusca es útil aclarar que no son lo mismo; pero si ocurre en el contexto de la gran discusión ética y política sobre la naturaleza de la sociedad y las funciones del gobierno, la aclaración es imperativa.

En la calle, la gente suele creer que una persona altruista es una persona benevolente, o solidaria; pero filosóficamente no es así.  Especificamente en el contexto de la filosofía Objetivista, en el que son excluyentes un concepto del otro.

No confundas el altruismo con lo que no es.

El padre del concepto de altruismo es Augusto Comte, en El catecismo de la religión positivista, donde sostuvo que las personas pertenecemos a la sociedad y que, en consecuencia, no existen derechos, sino sólo obligaciones para con los demás.Todo derecho humano es tan absurdo, como inmoral, elaboró Comte, para concluir en que el sacrificio es el deber moral de toda persona. El principio básico del altruismo es que el hombre no tiene derecho a existir por sí mismo, que el servicio a los demás es la única justificación de su existencia, y que el autosacrificio es su más alto deber moral, virtud y valor, dice Ayn Rand en Filosofía, ¿quién la necesita?

No confundas el altruismo con amabilidad, buena voluntad, o el respeto por los derechos de los demás. Aquellos no son principios primarios, sino consecuencias que, de hecho, el altruismo hace imposibles. El principio irreductible del altruismo, el absoluto básico, es el autosacrificio, lo que significa; autoinmolación, abnegación, autodestrucción, lo que significa: el yo como estándar del mal, el altruismo como estándar del bien, explica Rand en esa obra.

La benevolencia tiene que ver con tener buena voluntad o simpatía hacia otras personas, o hacia sus obras, como cuando un cuate está enfermo y se le quiere ayudar. Tiene que ver con la caridad, que es obrar desinteresadamente en favor del prójimo (próximo) sin esperar nada a cambio.  Tiene que ver con la filantropía, que es el aprecio  el amor que se tiene a los semejantes y a sus obras en bien de la comunidad y de ahí con la solidaridad que tiene que ver con la adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles.

¿Ves? Si todos somos sacrificables, de acuerdo con los principios altruistas, es imposible ser benevolente, caritativo, filántropo, ni solidario. De ahí que ni el capitalismo, ni la cooperación social pacífica sean posibles cuando prevalecen los principios altruistas en la sociedad. No es posible la cooperación social, si unas personas están convencidas de que ellos y los demás son sacrificables.

En el espíritu de confundir conceptos -por ignorancia, o por mala voluntad- también suelen confundirse los conceptos de libertarianismo con Objetivismo.  Otra vez, si eso ocurre en una charla de amigos es útil aclarar la diferencia abismal; pero si ocurre en la gran conversación ética y política sobre la naturaleza de la sociedad y las funciones del gobierno, la aclaración es imperativa. Sobre todo en el caso de alguien de la talla de Samuel.

El libertarianismo es una postura política y parte básicamente de la idea radical de que otras personas no son tu propiedad y de que, por lo tanto, debemos respetar los proyectos de vida de los demás en tanto esos proyectos no violen los derechos de terceros.  Varias filosofías coinciden en sus principios políticos con aquel postulado; de tal modo que los libertarios pueden estar de acuerdo con aquella idea radical y diferir en otros principios.

La política es una parte de la filosofía.

El Objetivismo es un sistema filosófico o una filosofía y por lo tanto tiene componentes metafísicos (¿Qué es la realidad?), epistemológicos (¿Podemos conocer la realidad y cómo?), éticos (¿Cómo debemos actuar de acuerdo con la realidad?), políticos (¿Cómo debemos relacionarnos con los demás?) y estéticos (¿Cuál es nuestro sentido de vida y qué es lo importante?).  Warren Orbaugh explica muy bien esto en Objetivismo: la filosofía benevolente.

¿Ves? La política es sólo una parte de la filosofía.  No todo libertario es objetivista; y ciertamente que los objetivistas no son libertarios.  Por ejemplo, a lo largo de mi peregrinaje intelectual he pasado de preferir la etiqueta de liberal clásico a la de libertario (porque comparto la idea radical de que otras personas no son tu propiedad y de que, por lo tanto, debemos respetar los proyectos de vida de los demás en tanto esos proyectos no violen los derechos de terceros), y a profundizar más en mi estudio del Objetivismo.

No es correcto, pues, confundir libertarianismo con Objetivismo y criticar una filosofía, con base en criterios de propios de una postura política con la que puede tener algunos principios en común.  ¿Sabes? Es como confundir peras con manzanas y si es por ignorancia no hay mucho clavo; pero si es con mala intención, no se vale.

No es raro que las confusiones se den sin mala voluntad, sólo porque a veces no seguimos el consejo de Adler y van Doren en How to Read a Book, en el sentido de que debes identificar las palabras importantes en un libro y descubrir cómo las usa el autor … determinar el uso de estas palabras, tal como se usan con precisión.

Es inútil leer un texto de Objetivismo y persistir en la practica de entender altruismo como la tendencia a procurar el bien de las personas de manera desinteresada; pero…repito…el fenómeno no es raro. Por ejemplo, en el contexto de la economía de la escuela austríaca, subjetivo quiere decir personal en el sentido (acertado) de que las valoraciones son personales ya que las hace el sujeto; pero en un contexto objetivista, subjetivo tiene que ver con la doctrina (equivocada) de que podemos vivir, actuar y lograr nuestros objetivos al margen, e incluso en contradicción con los hechos de la realidad. Si discutimos el concepto de subjetivo sin el contexto filosófico apropiado, ni austríacos, ni objetivistas pueden entenderse.  Hay que descubrir cómo usa las palabras el autor y usarlas con precisión si uno quiere tener una conversación honesta y productiva.

Hay muchos casos similares: egoísmo irracional, es un sinónimo aceptable, pero no sustituye a altruismo; democracia liberal no sustituye a república, ni con canciones; contribuyente no sustituye a tributario; y capitalismo de amiguetes; no sustituye a mercantilismo.

Pero ya para concluir, porque estoy se hizo largo, ni el libertarianismo, ni el Objetivismo excluyen la solidaridad, la benevolencia, la caridad, ni la filantropía.  El Objetivismo, como filosofía, si identifica que el altruismo es perverso y estoy seguro de que el libertario promedio también considera que nadie es sacrificable. ¿Tu que piensas? ¿Crees que hay personas sacrificables?


17
Ago 21

Debate “Objetivismo Vs. Conservadurismo, sobre razón y fe”

 

Esto va a estar bueno de ver, el debate Objetivismo Vs.Conservadurismo sobre razón y fe que tuvo lugar durante la AynRandCon 2019 en Buenos Aires, Argentina.

La cita es hoy, martes 17 de agosto de 2021 a las 4:00 p.m. de Guatemala (-6 UCT) en https://www.youtube.com/c/AynRandCenterLatinAmerica

Participan Yaron Brook, presidente del Board del Ayn Rand Institute y Onkar Ghate, senior Fellow del Ayn Rand Institute; también Gabriel Zanotti, doctor en filosofía por la Universidad Católica de Argentina y Gustavo Hesperué, secretario académico de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad Católica de Argentina.

A los cuatro los conozco y he conversado con ellos, este encuentro no puede sino ser muy ilustrador.

Moderado por Eduardo Marty, presidente de la Fundación para la Responsabilidad Intelectual, en este debate escucharás hablar acerca de razón y fe, pecado original y culpa, ateísmo y religión, capitalismo y marxismo, egoísmo y altruismo, libertad y autoritarismo, entre otros temas, y verás cómo cada uno de los oradores relaciona todos estos temas.


02
Feb 21

¡A celebrar el Día de Ayn Rand!

Hoy es el Día de Ayn Rand o de el egoísmo y suele celebrarse comprando algo que te da placer y alegría, o haciendo algo que disfrutas y que te pone contento.  El 2 de febrero cumpliría años la escritora y filósofa Ayn Rand y para celebrar aprovecha el día para desafiar cualquier premisa basada en el deber, para reafirmar el amor por tus valores y para honrar el principio de que la alegría de vivir es un fin en sí mismo.

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Craig Biddle, en The Objective Standardexplica que Rand defendía lo que ella llamaba egoísmo racional: la idea de que uno siempre debe actuar de una manera racionalmente interesada, perseguir siempre los valores que le sirven a la vida por medio del mejor juicio, siempre considerar las consecuencias a largo plazo de sus acciones y nunca cometer un sacrificio (“la rendición es un valor mayor por el bien de uno menor”).

Sostener este principio, explicó, es ser moral; de ahí la virtud del egoísmo. Rand vio esta idea como la clave de la felicidad personal y como la base moral de una sociedad libre. Y ella tenía razón. Si desea vivir su vida plenamente y alcanzar la mayor felicidad posible, debe actuar de una manera racionalmente interesada como un principio inquebrantable. Debe elegir objetivos, actividades y relaciones que sirvan para la vida, y debe buscarlos de manera racional y ambiciosa a lo largo de sus días y años. Hacer lo contrario es vivir menos plenamente, menos felizmente de lo que puedes vivir.

El Día de Ayn Rand [o Día del egoísmo] es para que recordemos que el placer es una necesidad real, una exigencia psicológica de una consciencia volitiva. Para el hombre, la motivación, la energía y el entusiasmo no son algo que podamos dar por hecho; la depresión patológica no sólo es posible, sino que está creciendo de forma alarmante en nuestra cultura, una cultura que predica el deber y la auto-denigración. La alternativa no es una diversión superficial de corto plazo, sino un placer real, profundo y auto-gratificante. En el Día de Ayn Rand, si haces algo que normalmente considerarías “divertido” o “entretenido”, hazlo bajo una premisa diferente y con un significado más profundo: aceptando el hecho que necesitas placer, que te lo mereces, y que el propósito y la justificación de tu existencia es conseguir lo que quieres – lo que realmente quieres – con plena consciencia y dedicación.

En “El Manantial”, Peter Keating llega a darse cuenta de esto:

“Katie, yo quería casarme contigo. Era la única cosa que realmente quería. Y ese es el pecado que no puede ser perdonado: que no hice lo que quería. La sensación que tengo es tan sucia, tan inútil y monstruosa, como lo que uno siente sobre la locura, porque no tiene ningún sentido ni dignidad, es sólo dolor, y dolor en vano. . . . Katie, ¿por qué siempre nos enseñan que es fácil y malo hacer lo que queremos, y que necesitamos disciplina para refrenarnos? Es la cosa más difícil del mundo, hacer lo que queremos. Y se necesita el mayor tipo de valor. Quiero decir, lo que realmente queremos. Como el que yo quisiera casarme contigo. No el que quiera acostarme con cualquier mujer, o emborracharme, o que mi nombre aparezca en los periódicos. Esas cosas… no son ni siquiera deseos… son cosas que la gente hace para escapar de los deseos, porque es una responsabilidad tan grande, el realmente querer algo”. [pp. 599-600]

Para celebrar, en casa nos compramos un paté que nos gusta mucho y lo comeremos a la tarde. No seas un Peter Keating de esos que abundan.  Desafía cualquier premisa basada en el deber, y reafirma el amor por tus valores para honrar el principio de que ¡la alegría de vivir es un fin en sí misma!

El texto en itálicas es por Harry Binswanger, publicado en HBL en el aniversario del nacimiento de Ayn Rand; y lo tomé de objetivismo.org.


02
Sep 20

Celebramos el Día de la rebelión de Atlas

Hoy, que celebramos el Día de La rebelión de Atlas, recordamos que Guatemala es mencionada dos veces en aquella novela que te recomiendo leer. Siempre me he preguntado que por qué es que Ayn Rand menciona dos veces a Guate.

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[Cuffy Meigs]…vendía rieles a Guatemala o a compañías tranviarias de Canadá, cables a fabricantes de fonógrafos y durmientes como combustible para hoteles de centros turísticos, dice en el capítulo V de la tercera parte de la novela. Meigs, por cierto, es un saqueador que medra en la crisis, al amparo de los políticos.

Coincidentemente, ese capitulo comienza con: La mañana del 2 de septiembre un alambre de cobre se rompió entre dos postes de teléfono, junto a la línea de la vía del Pacífico, de Taggart Transcontinental.  ¿Viste? el 2 de septiembre y Guatemala en el mismo capítulo. Por cierto que fue el 2 de septiembre de 1946 cuando Rand empezó a escribir la novela.

La República popular de Guatemala -escribían los periódicos del 26 de enero- rechaza el pedido de los Estados Unidos de mil toneladas de acero. dice en el capítulo VIII d la segunda parte de la novela.  Este capítulo aborda el enfrentamiento entre la fuerza bruta y el intelecto; y el hecho de que los humanos necesitamos de libertad política para sobrevivir.

La rebelión de Atlas fue publicada en 1957, once años después de que Ayn Rand comenzara a escribirla. ¿Qué pasó en la historia de Guatemala entre 1946 y 1957 que pudiera llamar la atención de la filósofa a tal punto de que incluyera a Guatemala, dos veces, en su novela monumental?  Luego del período revolucionario que es cooptado por el socialismo, e incluso  por políticos e ideólogos marxista-leninistas, en 1954 -y con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de América- los guatemaltecos llevan a cabo La liberación contra un gobierno cada vez más radicalizado hacia el socialismo.  Guatemala tuvo que estar en las noticias con bastante frecuencia, sobre todo a partir de 1949 cuando el régimen revolucionario empieza a deteriorarse gravemente luego del asesinato del candidato opositor.

Independientemente de cualquiera otra causa -y quizás la respuesta se halle, o no en la correspondencia y archivos de Rand- la lucha de los guatemaltecos por su libertad, contra el colectivismo y el potencial totalitarismo podría haber llamado la atención de la autora.  Ojalá lo llegáramos a saber.

Por cierto, si eres hispanoparlante y te interesan el objetivismo y la filosofía, seguramente querrás vistar y seguir al Ayn Rand Center América Latina.


22
May 20

“El método literario de Ayn Rand”

El método literario de Ayn Rand, por Warren Orbaugh, lo vas a valorar si: 1. Disfrutas no sólo de leer literatura, sino que también de cómo es concebida y escrita; 2. Si entiendes a los seres humanos como heroicos, con su propia felicidad como el propósito moral de sus vidas, con el logro productivo como su actividad más noble y la razón como el único medio para comprender la realidad y adquirir conocimiento; y/o si 3. Te interesa la filosofía contemporánea.

Haz clic en la foto para comprar “El método literario de Ayn Rand”.

Aquí hay poco espacio, así que me voy a concentrar en los héroes de Rand que, como explica Orbaugh, aman la vida, son saludables, hábiles y eficientes, y sus valores son de la tierra en el sentido de que quieren dominar la naturaleza. Al contrario de sus villanos que odian la vida, desprecian el cuerpo, la habilidad y la eficiencia; y quieren dominar a otros hombres. ¿Ves la importancia de este libro en estos tiempos? Galt, Roark, Dagny y Dominique son aquel tipo de gente.

El héroe randiano se parece al superhombre maduro de Nietzsche personificado por Goethe, y a otros personajes de la talla de B. Franklin y T. Jefferson.  Aún D´Anconia, su personaje más torturado sabe contenerse y no permite que su sufrimiento y sus sentimientos lo afecten y lo distraigan en la consecución de su propósito.

Un libro como el que nos ofrece Orbaugh es necesario para explorar no sólo las novelas de Rand qua novelas; sino para profundizar en ideas complejas, en tiempos adversos.  ¡¿Cuándo, sino ahora, necesitamos héroes y entenderlos!? Héroes que carecen de las virtudes del rebaño, en sociedades dominadas por la moral del rebaño, que es la moral del miedo, del sufrimiento y de la dependencia.

A algunos lectores (y a algunos que nunca han leído a Rand) les incomoda que los personajes de la novelista no sean personas como son, sino proyecciones del potencial humano; y para que esas proyecciones sean exitosas, los personajes deben distinguirse de todos los demás y hacer inteligibles las causas de sus acciones.  Yo me cuento entre quienes pensamos que debería haber más personas como los héroes de Rand, que Orbaugh nos ayuda muy bien a entender, en su libro.

Columna publicada en elPeriódico.


02
Feb 20

¡Feliz Día de Ayn Rand o del egoísmo!

¡Hoy, que es capicúa, ten un feliz y egoísta Día de Ayn Rand! El 2 de febrero cumpliría años la escritora y filósofa Ayn Rand.  Aprovecha el Día de Ayn Rand para desafiar cualquier premisa basada en el deber, para reafirmar el amor por tus valores y para honrar el principio de que la alegría de vivir es un fin en sí mismo.

La ilustración me pareció muy atinada para este año porque cada vez más, cada vez más, los peores entre nosotros están tratando de imponernos sus valores y de decirnos como debemos vivir nuestras vidas.

“En nombre de lo mejor que hay en ti, no sacrifiques este mundo a los peores”

Craig Biddle, en The Objective Standard, explica que Rand defendía lo que ella llamaba egoísmo racional: la idea de que uno siempre debe actuar de una manera racionalmente interesada, perseguir siempre los valores que le sirven a la vida por medio del mejor juicio, siempre considerar las consecuencias a largo plazo de sus acciones y nunca cometer un sacrificio (“la rendición es un valor mayor por el bien de uno menor”).

Sostener este principio, explicó, es ser moral; de ahí la virtud del egoísmo. Rand vio esta idea como la clave de la felicidad personal y como la base moral de una sociedad libre. Y ella tenía razón. Si desea vivir su vida plenamente y alcanzar la mayor felicidad posible, debe actuar de una manera racionalmente interesada como un principio inquebrantable. Debe elegir objetivos, actividades y relaciones que sirvan para la vida, y debe buscarlos de manera racional y ambiciosa a lo largo de sus días y años. Hacer lo contrario es vivir menos plenamente, menos felizmente de lo que puedes vivir.

El Día de Ayn Rand [o Día del egoísmo] es para que recordemos que el placer es una necesidad real, una exigencia psicológica de una consciencia volitiva. Para el hombre, la motivación, la energía y el entusiasmo no son algo que podamos dar por hecho; la depresión patológica no sólo es posible, sino que está creciendo de forma alarmante en nuestra cultura, una cultura que predica el deber y la auto-denigración. La alternativa no es una diversión superficial de corto plazo, sino un placer real, profundo y auto-gratificante. En el Día de Ayn Rand, si haces algo que normalmente considerarías “divertido” o “entretenido”, hazlo bajo una premisa diferente y con un significado más profundo: aceptando el hecho que necesitas placer, que te lo mereces, y que el propósito y la justificación de tu existencia es conseguir lo que quieres – lo que realmente quieres – con plena consciencia y dedicación.

En “El Manantial”, Peter Keating llega a darse cuenta de esto:

“Katie, yo quería casarme contigo. Era la única cosa que realmente quería. Y ese es el pecado que no puede ser perdonado: que no hice lo que quería. La sensación que tengo es tan sucia, tan inútil y monstruosa, como lo que uno siente sobre la locura, porque no tiene ningún sentido ni dignidad, es sólo dolor, y dolor en vano. . . . Katie, ¿por qué siempre nos enseñan que es fácil y malo hacer lo que queremos, y que necesitamos disciplina para refrenarnos? Es la cosa más difícil del mundo, hacer lo que queremos. Y se necesita el mayor tipo de valor. Quiero decir, lo que realmente queremos. Como el que yo quisiera casarme contigo. No el que quiera acostarme con cualquier mujer, o emborracharme, o que mi nombre aparezca en los periódicos. Esas cosas… no son ni siquiera deseos… son cosas que la gente hace para escapar de los deseos, porque es una responsabilidad tan grande, el realmente querer algo”. [pp. 599-600]

No seas un Peter Keating de esos que abundan.  Desafía cualquier premisa basada en el deber, y reafirma el amor por tus valores para honrar el principio de que ¡la alegría de vivir es un fin en sí misma!

…y además la de hoy es una fecha capicúa: 02022020; una fecha que se lee igual de adelante para atrás, que de atrás para adelante.

El texto en itálicas es por Harry Binswanger, publicado en HBL en el aniversario del nacimiento de Ayn Rand; y lo tomé de objetivismo.org.

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