09
Feb 24

La Revolución de los tractores, legítima defensa y rebelión justa

 

No es noticia nueva; pero ¿te enteraste de que el gobierno de Irlanda planteó la posibilidad de sacrificar 200,000 vacas para cumplir con los compromisos climáticos establecidos por la Agenda 2030, el Foro Económico Mundial, el Club de Roma y bajo presión ecologista.

¡Por supuesto que semejante idea ha inquietado a los ganaderos irlandeses que quién sabe cuántas vacas tendrá que matar cada uno en 2024.  ¿Ya tuviste tiempo para dimensionar la masacre de vacas, o -como yo- necesitas un minuto más para asimilar la barbarie?

La ilustración la tomé de Facebook.

En todo el mundo los agricultores están siendo estigmatizados como dañinos para el planeta, a pesar de en el mundo hay millones de personas que pasan hambre. Y aquí entre nosotros, también.

Si te das una vuelta por las tierras fértiles de Guatemala, y por los mercados de todo el país, vas a ver que es fácil entender que sin agricultores no hay comida.  ¿Por qué, entonces, es que los agricultores son señalados como enemigos, como en tiempos de Lenin?

Del otro lado del Océano Atlántico, los agricultores están reaccionando contra la represión por parte de gobiernos comprometidos con el Pacto Verde Europeo.  Aunque tardías, ya hay manifestaciones masivas de agricultores en España…que han recibido disparos de balas de hule por parte del gobierno socialista de aquel país; también las hay en Italia, en los Países Bajos -donde el gobierno confiscó 3,000 fincas y los agricultores contra atacaron con rociar estiércol en algunos edificios del gobierno-.  Hay protestas en Alemania, Bélgica, Escocia, Grecia, Lituania, Polonia, Portugal, Reino Unido y Rumania.

La ilustración la tomé de Facebook.

Ahora te preguntaras, ¿por qué es que este tipo de manifestaciones masivas, conocidas como La revolución de los tractores, son legítimas? ¿Por qué es que los bloqueos resultantes son legítimos? Primero, porque son voluntarios, o sea, no forzados; segundo, porque son en defensa de derechos y no para imponer criterios; y tercero…muy específicamente…porque son acciones que se enfrentan a los proyectos globalistas que están destruyendo la capacidad de producción alimentaria.  En Francia, 89% de las personas apoyó a los agricultores rebeldes, el gobierno accedió a reducir impuestos y los bloqueos fueron removidos, no sin que, antes, la policía arremetiera contra los insurgentes. 

¿Te imaginas un mundo sin ganado bovino? ¿Te imaginas condenado a comer insectos y carne impresa? Insectos, no por placer como se comen los zompopos de mayo, los chapulines, los escamoles y los escargots, sino porque no hay opción.  Eso, y la disminución de la población -sin incluirse ellos en la purga- es lo que persiguen los promotores de las campañas contra los agricultores.

La victoria de los agricultores en Europa es importante para Guatemala, porque nuestro país es muy vulnerable a las políticas importadas; especialmente si son para quedar bien, aunque sean irracionales.  No se trata sólo de evitar que 200,000 vacas sean sacrificadas, y de que se salven los agricultores irlandeses; sino de evitar que haya que dar aquel tipo de peleas aquí en Guatemala.

La ilustración la tomé de Facebook.

De ahí que hay que informarse sobre lo que ocurre en Europa ya que son eventos que pueden cambiar la historia del mundo y la forma en que viviremos en el futuro. Y es imposible informarse si se nos ocultan los hechos y si se nos miente acerca de ellos. Es cierto que aquí en casa tenemos problemas propios e inmediatos; pero como dice el dicho manido no por ver el árbol deberíamos dejar de ver el bosque

Columna publicada en República.


26
Oct 23

Maximón, una pacaya y una experiencia

¡Maximón me trajo una pacaya! Bueno…no exactamente, la pacaya me la regalaron cortada de un jardín y se la puse a San Simón en las manos porque me pareció chistoso.  

San Simón y la payaya.

Las pacayas o Chamaedorea tepejilote están muy presentes en la cocina tradicional de los guatemaltecos. Es uno de los ingredientes tradicionales del fiambre y se las come de otras formas y a mi me encantan envueltas en huervo, con chirmol y sobre una tortilla. ¿Sabes dónde las hacen deliciosas? Donde Doña Mela, en el Mercado Central de la ciudad de Guatemala.

Pacaya cocida lista para comerla.

Yo nunca había cocido pacayas porque las que usamos para nuestro fiambre las compramos envasadas. Esto es no sólo por lo fácil, sino porque a travez del vidrio se puede ver si están tiernas, o no.  Para mí tienen que ser bien tiernas para que no sean amargas.  

Momento en el que abrí la pacaya.

La que me regalaron estaba justo en el borde porque empezaba a ponerse amarga, por sazona; y estaba en el borde.  Así son ricas, también, porque su amargura no es ofensiva, sino que le añade carácter.  Pues bien, la cocimos en casa y la comimos con un chorrito de aceite de oliva para disfrutar plenamente su sabor particular.

¿A tí te gustan las pacayas?


19
Oct 23

Ichintal, un tesoro culinario de Guatemala

 

El ichintal es una de mis verduras favoritas desde que era niño. Claro que no es verdura, sino tubérculo; pero en las casas de mis abuelas, y en la de mis padres se lo servía en modo de verdura. Es tan delicioso que mi padre decía que es bocatto di cardinale

Ichintal acompañado por tostadas con guacamol y salpicón.

El de la foto es guisado con mantequilla, y cebolla dorada, además de tomate, sazonado con sal y pimienta negra.  Es una forma muy tradicional de comerlo, con un twist genial, porque normalmente se usa aceite de oliva y no se dora la cebolla.  Al ichintal lo acompañan dos tostadas con guacamol y salpicón…este último con naranja agria, y hierbabuena del mi balcón. En casa, para el salpicón nos gusta usar camote, en vez de bolovique porque la primera carne tiene gelatina y eso le añade mucho carácter al picado.

El ichintal también me gusta, mucho, mucho, envuelto en huevo y bañado con un un buen chirmol de hierbabuena.

El ichintal, por cierto es la raíz del güisquil.


04
Sep 23

Elogio del “sopón”

 

En casa, el sopón es un caldo de frijoles elevado a la décima potencia.

El sopón de frijoles y sus ingredientes coloridos.

Su preparación comienza con la elaboración del caldo propiamente dicho, con frijoles de la mejor calidad y suficientes ajo y cebolla; en la olla de cocimiento lento a falta de olla de barro y fuego de carbón como se hacía el caldo en casa de mis abuelas y en la de mis padres cuando yo era niño.

Los colores no pueden faltar en la mesa.

El sopón de frijoles se sirve con papas en cubos y fritas, huevos duros, tomates y cebollas picadas, aguacates en cubos, tiras de tortillas tostadas (o con crutones), culantro picado, y crema de Acul, Quiché.  

Si el sopón es acompañado con amigos y cervezas, ¡Mejor!


10
Ago 23

Caldo colorado y fiesta en Mixco

 

El caldo colorado es un platillo tradicional en Mixco donde se come, principalmente, en el contexto de la fiesta patronal de ese municipio.  

Es una delicia preparada con carne y hueso, variedad de chiles y de pimientas, canela tomates, cebollas, ajos y culantro. También se le añaden güisquil, güicoy y papa. Lo comimos acompañado por delicadas tortillas negras.

La primera vez que lo comimos fue 2014 gracias a María José; y este año lo volvimos a disfrutaren compañía de Majo, Raúl. Sergio y William.  Caldo colorado en buena compañía es lo puro utz.

Mixco es una población que fue absorbida por la ciudad de Guatemala y que, sin embargo, conserva su propio carácter.  Si a uno le tapan los ojos, le dan una vuelta en carro y le dicen que está en alguna población lejos de la capital (y uno hace caso omiso de la vista preciosa que hay desde allá) uno podría pensar que es cierto.  Sus calles, su plaza, sus casas y la gente, en la mera población, tienen el encanto de un pueblo de poráy. Además fuimos recibidos en la casa de Majo y eso es una dicha.

Por supuesto que disfrutamos de los convites; primero el que organizan personas de Quiché que viven en Mixco y tienen sus negocios ahí; y luego otro de mixqueños.  A mí me encantan los convites. El primer convite que vi fue en Panajachel cuando yo tenía unos 6 años. Recuerdo que no me lo esperaba y que me impresionó mucho lo grandes y cabezones que se veían los personajes. Recuerdo que seguí al cortejo hasta la cocina del Hotel Casa Contenta en donde nos dieron gaseosas y pastel; y que varios de los trabajadores de ese establecimiento bailaban disfrazados.

En la feria de Mixco no podía faltar la marimba orquesta que en la plaza amenizaba el baile del convite de los quichelenses; en tanto que el convite de los mixqueños era amenizado por una marimba que viajaba en un camión, precedida por otro camión que llevaba las bocinas.

¡Que bien la pasamos y que delicia el caldo colorado!  Lo comimos, por cierto, en el salón de la cofradía que está al lado de la capilla del patrono Domingo de Guzmán.

El año entrante recordaré pedir dos porciones y llevar aguacates y mantequilla y sal negra de Sacapulas para mis tortillas.


26
Jul 23

Dos platos de anacates en una semana

 

Con algo de atraso, pero con mucha alegría, ha sido inaugurada la temporada de anacates en mi casa.  Sobre linguini y acompañados por aguacates y cervezas nos comimos el primer plato de la temporada 2023.

Anacates sobre linguini acompañados por aguacates y cerveza.

Los anacates -en cualquiera de sus formas de preparación- son uno de mis platos guatemaltecos favoritos. En casa los disfrutamos mucho con salsa de perejil y jerez, con frijoles colorados, en pizza, con crema y sobre spaghetti.  También los probé una vez en pulique y fueron deliciosos.  Desde niño, en la casa de mis padres y de mi abuela, Frances, los gozaba mucho.  En aquel tiempo no eran tan abundantes como ahora y siempre fueron bocatto di cardinale.

Anacates frescos.

La época de oro de los anacates en casa de mis padres y de mi abuela fue en los años 90 cuando una señora de San Juan Sacatepéquez los traía en pequeñas y encantadoras cestas de hojas.  Fresquísimos a más no poder.

Estos hongos no sólo destacan por su sabor particular y delicado; sino por su consistencia que ofrece algo de resistencia a la mordida.  Su color anaranjado es muy atractivo y sus formas son variadas.

El lunes los comimos sobre linguini y la salsa se hace de la siguiente forma, según receta de mi abuela, Frances: Limpias bien y cortas los anacates a lo largo, en dos, o en cuatro, dependiendo del grosor.  En una cacerola se derrite mantequilla y se le añade un toque de aceite de oliva para que no se queme.  En esa mezcla se fría cebolla picada fino hasta que se cristalice.  Se añaden los anacates, sal y pimienta negra molida.  Cuando ya han soltado jugo los hongos se añade maicena disuelta en agua y se hierve a fuego lento para que espese.  Que no se recuezan los hongos. Una vez ha espesado se sazona con sal, pimienta y jerez seco y con perejil picado fino.  Se pueden comer sólo así, y bien calientes, o se usa como salsa sobre spaghetti, o linguini, como en la primera foto de esta entrada.

Hoy, miércoles los comimos con frijoles colorados, según receta un amigo de mis padres, Rodolfo.  Cueces dos libras de frijoles colorados con dos cebollas, una cabeza de ajos y sal.  En una cacerola fríes cebolla hasta que se cristalice y añades tomates picados, sazonas con sal y pimienta y añades los anacates que se cuezan pero no mucho. Se terminan de cocer a fuego lento y se añaden a los frijoles.  Los servimos sobre arroz y una cantidad generosa de buena crema, y con chile chocolate.

Anacates con frijoles colorados.

Es tradicional que, en mi casa, el segundo semestre del año no empieza hasta que los anacates llegan frescos a la cocina…y  la mesa…y hasta que comienzan las clases.


24
Jun 23

Lorocos y pitayas

En casa, hoy fue inaugurada oficialmente la temporada de lorocos y pitayas.  Hicimos spaghetti con lorocos y pitayas con Triple-sec.

En Guatemala los lorocos son propios de la cocina del oriente del país.  Cuando yo era niño eran muy escasos; pero ahora abundan bastante.  Se comen los botones; ni muy tiernos que estén verdes y duros, ni cuando ya se han abierto los pétalos. Esto es muy importante porque los que son muy tiernos y los tallos saben fatal.

Tradicionalmente se comen con pollo, en dobladas, en chuchitos o con arroz; pero en casa también los hacemos como salsa para spaghetti y en pizzas. El de la foto es spaghetti con salsa de lorocos que se prepara con facilidad: en mantequilla cristalizas cebolla, añades los lorocos bien selaccionados, sazonas con sal y pimienta y los cueces de modo que queden no recocidos,y luego añades crema de la mejor.  En casa usamos crema de Acul, Quiché.  Hoy los servimos con aguacates sazonados con sal negra de Sacapulas.

Recuerdo los lorocos desde que era niño y en casa los hacían con pollo para el almuerzo en tanto que, para las cenas, los hacían con arroz, o en empanadas.  Como eran escasos, también eran proporcionalmente caros, así que, cuando había lorocos era fiesta.

¿Y qué hubo de postre? ¡Pitayas con azúcar y Triple-sec! Que es uno de mis postres de frutas favorito.

A las pitayas se las conoce como frutas dragón, y en Honduras, creo,  hay una cueva, habitada por murciélagos, de la cual salen ríos de sangre.  Sangre que no es otra cosa que los excrementos de aquellos quirópteros alimentados con estas frutas maravillosas.

Aquella historia la leí en uno de mis libros de lectura en la primaria. Imagínate qué sentían los antiguos habitantes de esas tierras cuando veían ríos de sangre saliendo de Xibalbá. Y, tras de aquellos flujos, a los mismísimos mensajeros del inframundo, quizá millones de zotz.

Lo que destaca de las pitayas que conocemos es su color extraordinario; porque, para ser justos, su sabor no es la gran cosa.  En casa eso lo resolvemos al añadirles azúcar y un toque de Triple-sec.

¿Sábes qué ya está cerca? La temporada de anacates.


01
Jun 23

Un zompopo de mayo a última hora

 

Mucha gente cree que los zompopos de mayo, como llevan ese nombre, necesariamente emergen en mayo.  Y puede que a veces sea así; pero no es raro que haya zompopos de mayo tan tarde como finales de junio.  Anoche, 31 de mayo, justo antes de que me fuera a dormir, oí un aleteo en la sala de mi casa y, ¡Sorpresa! era uno de aquellos animalitos. 

Un zompopo de mayo visitó mi casa anoche.

Los zompopos de mayo siempre me alegran; pero anoche fue particularmente divertido que el visitante llegara a último momento en el mes que lleva su nombre.

Desde que era niño me llamaban la atención su tamaño, así como su dignidad y ferocidad porque cuando uno los agarraba, recibía rápido una mordida. Esta sin embargo, no era ponzoñosa como la de de una hormiga de fuego, ni nada parecido. Pero era una señal inequívoca y valiente: ¡Conmigo no te metas y si caigo, voy a caer luchando!  Ese espíritu combativo también era su perdición; porque los chicos los cazábamos para hacer peleas de zompopos de mayo.  Yo prefería sentirlos caminar en mi manos y sentir los valientes mordidas; pero si había una pelea, no le hacía el feo.

Allá por 1973, un compañero de clase -cuya familia era de Santa Rosa- llevó al colegio una bolsa con zompopos de mayo fritos en mantequilla y les agarré más cariño a esos animalitos porque así son deliciosos.  Pero no los volví a probar hasta unas tres, o cuatro décadas más tarde.  Me gustan así y mucho más si pongo unos seis u ocho entre frijoles volteados, o guacamol, sobre una tortilla recién salida del comal.

Tan temprano como en el siglo XVIII, Francisco Ximénez, el traductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su libro Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que críen alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.

Me encantan los zompopos de mayo.

En algunas poblaciones guatemaltecas a los zompopos de mayo los llaman macashes y en otras ch´ekenes.


26
Ene 23

Sopas del corazón y del recuerdo

 

Hay dos sopas que me encantan por deliciosas y porque me traen muy buenos recuerdos.  Sus aroma, sabor y textura tienen el poder de transportarme en el tiempo y el espacio. Una es la sopa de ajos, de la que escribí en diciembre pasado, y la otra es sopa de arroz con menudos de pollo.

Igual que la sopa de ajos, la de arroz con menudos también es comfort food que tiene propiedades curativas no sólo para el cuerpo, sino para el alma.   Tenía añales de no comerla y la extrañaba bastante.

Lleva arroz, caldo de pollo, menudos, tomate y se sazona con clavo de olor, la clave es el clavo de olor.  En casa de mis padres y de mis abuelas se hacía con los piecitos y el cuello del pollo y se picaban los menudos; pero en mi casa se hizo con los menudos enteros y así me gusta más.  En su orden, me encanta comer los corazones, las mollejas y los hígados.  Cada uno con su textura particular.

Me ocurre, como con la sopa de ajos, que comer esta delicia es como recibir un abrazo.

En los años 80 y 90 solía comerla en un restaurante tradicional que quedaba cerca del kilómetro 100 de la carretera panamericana; pero modernizaron el lugar y dejaron de servirla, lo cual fue una lástima.


26
Dic 22

La alegría del caldo de huevos

 

Este año, con los huesos del pavo, hicimos caldo de huevos del modo en que lo hacía mi bisabuela Mami.  Es una tradición familiar que no siempre disfrutamos en casa.

Los que visitan este espacio desde hace tiempo saben que para mi lo bueno del pavo son sus subproductos: el relleno, el caldo de huevos, el sandwich de ensalada de pavo y el sandwich de relleno con gravy.

¿Cómo se hace el caldo? Los huesos se ponen a cocer durante por lo menos una hora y a la media hora se les añade un ramo de apazote. ¿Cuánta agua? Pues suficiente para que cubra los huesos del pavo. Luego ese caldo se cuela en el colador de frijoles para extraer bien los jugos de la carne y el relleno quedaron en los huesos.  A ese caldo se le añaden el gravy que sobró y sopas Maggy de tomate.  ¿Cuántas sopas? Depende de la cantidad de caldo. El caldo se sirve con huevo, crema y queso parmesano.  No vayas a poner un huevo duro en el caldo (como hizo una amiga de mi abuela, Frances, cuando le dio la receta).  El huevo se cuece en el plato y se sirve de uno en uno.  Eso es muy laborioso, pero la recompensa lo vale.

Desde niño me tomo dos platos por lo menos; y cuando lo tomo no sólo me gustan su sabor, su aroma y su textura, sino que me transporto en el tiempo.  Todas estas comidas tienen una característica en común, son comfort food, porque traen recuerdos de personas, de ocasiones, de festividades y de buenos tiempos en compañía de seres amados, o por lo menos bien recordados, con cariño. Están profundamente enraizadas.

Este caldo lo solía servir Mami en su célebre hotel Casa Contenta, en Panajachel.  Era propio del 25 de diciembre y del 1 de enero.  Me gusta tomar el caldo acompañado por vino blanco, o vino verde.