04
Nov 11

¡Recuerda el 5 de noviembre!, lanzamiento del Instituto Mises Hispano

El lanzamiento del sitio Web del Instituto Mises Hispano está programada para mañana sábado 5 de noviembre de 2011, fecha de gran significado para quienes están familiarizados con la película V for Vendetta.

El  objetivo principal del Instituto será acercar el pensamiento austriaco y libertario al mundo hispanohablante.

En un mundo estatista, queremos alzar nuestra voz. Es en el campo de las ideas donde se libra la batalla fundamental, la que definirá el destino de nuestra sociedad. Esperamos tenerles a nuestro lado en esta batalla, ayudándonos a difundir los principios de la libertad, dijo mi cuate, Fred Kofman, presidente del Instituto.

Todos los miembros de nuestro instituto, Joakim Kämpe, cofundador y editor; Celia Cobo-Losey Rodríguez, cofundadora y editora; Mariano Bas, cofundador honorario y traductor; y yo, presidente, agradecemos su apoyo informando a sus conocidos de nuestra existencia, y les invitamos a sugerirnos textos o videos, escribir, traducir o a realizar cualquier contribución que deseen. Les invitamos también a unirse a nuestro grupo de Facebook.

La historia, en palabras de Hans-Hermann Hoppe, es determinada por las ideas, sean éstas verdaderas o falsas, y las ideas pueden cambiar instantáneamente. El desenvolvimiento de la humanidad depende de que adoptemos una filosofía congruente con la naturaleza de los seres humanos, seres inteligentes, dotados de libre albedrío que ansían la libertad. Esperamos que se unan a nuestro esfuerzo para que así sea, concluyó.


13
Nov 10

¿Eres tigre, u oveja?

Imagen de previsualización de YouTube

Un tigre pequeño creció con un rebaño de ovejas tras la muerte de su mamá. Como no tenía ningún otro ejemplo a seguir, llegó a creer que era una oveja más…Este es un relato estupendo por Fredy Kofman y animado por el equipo de New Media.   Yo digo que todo adolescente debería verlo; y luego ver toda la charla de Fredy.


18
Sep 07

Tigres, ovejas, Coca-Cola, el semáforo, el teléfono y los políticos chapines fracasados

Fredy Kofman, editor de La rebelión de Atlas, en español, cuenta que cuando un niño derrama su Coca-Cola y uno le pregunta ¿qué pasó?, el niño generalmente contesta que la gaseosa, “se cayó”. En esa misma línea pregunta: “¿Por qué contestas el teléfono?” y la gente generalmente responde: “Porque suena”. A la pregunta de “¿Por qué te detienes en el semáforo?”, la gente generalmente contesta: “Porque está en rojo”. Si le preguntas a un niño qué pasó con el juguete roto que tiene en sus manos, su respuesta generalmente será: “Se rompió”.

Kofman explica que en el mundo hay dos tipos de personas: las ovejas que no asumen las consecuencias de sus actos y que le echan la culpa de los que les pasa a otras personas, o a las circunstancias; y los tigres, que son protagonistas de sus propias vidas y asumen las consecuencias de sus decisiones y de sus actos.

Cuando le preguntas a una oveja que por qué es que viene mojada, la oveja responde: “Porque llovió”. Cuando le preguntas a un tigre que por qué es que viene mojado, el tigre resonde: “Porque olvidé el paraguas”. Los tigres reconocen que botaron la gaseosa, contestan el teléfono porque les interesa recibir la llamada, admiten que rompieron el juguete y paran en el semáforo porque saben que así es más seguro. Las ovejas y los niños actúan de forma diferente.

De eso me acordé hoy cuando leí las declaraciones de Marco Vinicio Cerezo, que en la página 6 de Siglo Veintiuno asegura que la Democracia Cristiana desapareció porque “estabamos compitiendo contra un sistema poderoso de campañas millonarias. Tuvimos recursos limitados”. De igual cosa me acuerdo cuando leo que Rigoberta Menchú le atribuye su fracaso a “las condiciones en que se dieron estas elecciones”, o sus allegados se lo atribuyen al recismo, al machismo, a la falta de recursos, o al colonialismo.

La Coca-Cola se cayó. Nada se dice de falta de liderazgo, ni de los discursos vacíos. Nada se dice de la falta de organización, ni de la irrelevancia de los planteamientos electorales, o del agotamiento de las consignas. El juguete se rompió.


04
Ago 07

Fábulas, cuentos y pelis, pa´ los chapines

1. Cuando yo era niño uno de mis libros favoritos era el de las fábulas de Esopo. Ahora no recuerdo muchas y supongo que la de la zorra y las uvas, así como la del cascabel al gato, eran parte de aquel libro precioso. La que nunca se me olvidó, sin embargo, era la de las ranas que querían un rey.

Tal y como la recuerdo, la fábula iba así: Las ranas estaban cansadas del desorden y del desmadre en que vivían; así que un día le pidieron a Zeus, el padre de los dioses, que les enviara un rey. Zeus, les advirtió que quizás no era una buena idea pedir un rey; pero como las ranas eran tercas, el dios atendió su petición y les lanzó un leño grueso a su estanque.

Las ranas se asustaron por el ruido que hizo el leño al caer y se escondieron. Pero al darse cuenta de que el leño no se movía, poco a poco fueron saliendo de sus escondrijos y dada la quietud que “reinaba”, empezaron burlarse y a reírse de su monarca. “Es un rey ridículo”, dijeron.

Algo mosqueadas, las más audaces entre ellas empezaron a clamar salvajemente por un verdadero rey. Las demás se les unieron a las primeras y pronto el clamor era inaguantable. A Zeus, se le acabó la paciencia y preguntó “¿Queréis un rey de verdad?”; y luego de un sonoro “¡SÍ!”, les gritó: “¡Pues ahí os va!”. Y les mandó una enorme cigüeña, con corona de oro y cubierta de armiño, que, de inmediato, comenzó a devorarlas.

2. Más recientemente, una de las tiras cómicas que más me disfruto es la de Dilbert, por Scott Adams. En una de mis favoritas, Dilbert le pone el abrigo a su madre mientras se aprestan a salir a pasear, y mientras le pone el abrigo, le dice: “Como siempre, anoche trabajé hasta la media noche, mamá”.

Mientras pasean la madre comenta: “Al menos hiciste dinero extra”. A lo que Dilbert contesta: “A mi no me pagan horas extra”.

“Bueno, por lo menos era trabajo importante”, dice la señora. “Realmente no”, responde el hijo. “Mi jefe hizo que cambiara las diapositivas de mi presentación de PowerPoint, y los cambios hicieron que la presentación se viera peor que antes”, explica Dilbert.

“Bueno al menos estás preparado para la reunión”, comenta la madre. “Fue cancelada”, comenta Dilbert, para luego añadir que “está bien, porque el proyecto no cuenta con fondos, de todos modos”.

“Entonces…¿trabajas gratis para empeorar una presentación para una reunión que no ocurrirá, para un proyecto que no existe?”, pregunta la madre. “Sip”, contesta Dilbert.

“Oh…debes trabajar para las Naciones Unidas”, concluye la señora.

3. El manantial, la película basada en la novela homónima de Ayn Rand, está disponible en Take One, la tienda de vídeos de Futeca, en la zona 14. Esta novela, y la película, son un tributo a todas aquellas personas que están dispuestas a defender lo que es correcto, sin importar el costo.

El manantial ilustra con inmensa claridad y crudeza la lucha entre la creatividad del hombre libre y magnánimo (del latín “de alma grande”); y el resentimiento del hombre servil y pusilánime (“de alma pequeña”). Las palabras de Ayn Rand son una defensa apasionada de la excelencia del individuo y una estocada mortal a los mediocres celosos que pretenden cortarla”. Así se expresó acerca de esta obra, Fredy Kofman, editor de la nueva traducción al español.

En octubre próximo, que se celebra el 50 aniversario de la publicación de La rebelión de Atlas, por la misma novelista y filósofa, es buena idea introducirse a su obra por la vía de El manantial, ya sea viendo la película, o leyendo la novela.

Hace poco escuché una conferencia sobre el inmenso poder que el arte, la literatura, el cine y otras formas de comunicación tienen para transmitir ideas. Los tres ejemplos citados en este espacio son muestras de esa capacidad.

Publicada en Prensa Libre el sábado 4 de agosto de 2007


20
Jul 07

Club de lectura de La rebelión de Atlas

La sesión introductoria del Club de lectura de La rebelión de Atlas -por Ayn Rand– empezó ayer, jueves.

El próximo jueves 26 empezaremos con los capítulos del I al III. Todavía es tiempo para apuntarse. Se ha formado un grupo que amenaza con hacer de las discusiones algo particularmente agradable y constructivo.

La rebelión de Atlas, por Ayn Rand, “el libro que ha marcado una diferencia en más vidas, después de la Biblia”, según una encuesta elaborada por el Club del libro del mes y la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, será objeto de lectura y discusiones en el Club de lectura de la Biblioteca Ludwig von Mises, de la Universidad Francisco Marroquín.

“La rebelión de Atlas es un canto al espíritu y a la mente humana, que merece ser escuchado por todos aquellos que aman la libertad. Al terminar su lectura, algo extremadamente significativo había tenido lugar en mi vida: La virtud y la nobleza de la libertad brillaban tan radiantes que me dolían, quemaban mis retinas y penetraban hasta lo más hondo de mi corazón. Al mismo tiempo, me resultaba intolerable y opresiva la oscuridad maligna del totalitarismo en que vivimos”, dijo Freddy Kofman, de la Editorial Grito Sagrado, responsable de la más reciente edición del libro, en español y sin censura.

Los jueves, del 19 de julio al 11 de octubre de 2007,
de 5:30 a 6:30 p.m.

Universidad Francisco Marroquín
Biblioteca Ludwig von Mises
6 Calle final, zona 10

Participación gratuita
Estacionamiento Q10 por hora

Información en: biblioservicios@ufm.edu.gt


29
Jun 07

¿El Talibán?

Hoy, al salir de un seminario, uno de los participantes me saludó así: “¿Qué dice el talibán?” Se refiere, claro, a que en mis intervenciones suelo ser inflexible e intransigente cuando se trata de defender principios.

La mayor parte de la gente, condecendiente con el relativismo, con la búsqueda obsesiva de consensos y con otras prácticas posmodernas no tolera la intransigencia de los principios. La mayoría cree que se debe ser flexible hasta en eso. Pero yo no; porque, si los principios fueran flexibles y transables, ¡dejarían de ser principios!

A la mayoría de la gente le gusta creer que en aras del interés general es aceptable sacrificar los derechos individuales. Y la discusión que originó el saludo al que me refiero tenía que ver con eso, en el fondo. La gente cree, por ejemplo, que el derecho de propiedad de uno, o de algunos, puede ser ignorado, si eso sirve a muchos, o a varios. Igual pasa con el derecho de libertad…y con el derecho a la vida.

Y yo creo que no es así. Creo que, como es de interés general el respeto a los derechos individuales, estos no deben ser sacrificados ni aunque sean 100 contra 1.

Francamente me molestó el saludo, ¿para qué lo voy a negar? Pero en cuanto a la defensa de los derechos individuales y de la igualdad ante la ley, no voy a ser menos inflexible, ni menos intransigente.

Es más, les propongo que ustedes sean igual de inflexibles e intransigentes con un voto que le escuché a Fredy Kofman hace ratos: “Me comprometo a no iniciar el uso de la violencia física (ni en forma directa, ni mediante mis agentes), contra ninguna persona, ni contra su propiedad”.

¿Hay alguien que quiera ser flexible y estar en desacuerdo con esa promesa?


13
Feb 07

Irresponsabilidad, inocencia e impotencia

Un lector de Prensa Libre relata hoy que “Me decía un amigo: Pobre gente engañada. En mi país (España), como en el resto de países europeos, el Estado es responsable absoluto del accionar de los bancos. No entiendo por qué en Guatemala no se quiere adoptar esta regla”.
Yo creo que es muy perverso que el estado sea responsable absoluto del accionar de las personas. Creo, de verdad, que las personas deberían ser responsables de las consecuencias de sus acciones. Sólo así es posible tener ciudadanos, tributarios y electores libres. Sin responsabilidad no hay libertad; y sin esta última, no es posible la primera. Responsabilidad y libertad son dos caras de la misma moneda.
Claro que hay gente que prefiere la seguridad, a la libertad, y claro que hay gente que prefiere ser irresponsable, a ser libre. Esto se explica por varias razones y entre ellas se cuenta que aveces la gente prefiere no tener que elegir (y dejar que otros elijan por ellos), y no tener que pasar por la ansiedad que producen las decisiones que uno toma y las consecuencias de ellas.
Por eso es perversa la propuesta. Cuando el estado es responsable absoluto del accionar de otros, lo que se cria no son ciudadanos, sino ovejas. Ovejas que, como dice Fredy Kofman, en su irresponsabilidad son inocentes; pero que en su inocencia son impotentes. Impotentes para ser protagonistas de sus propias vidas e imponentes para cambiar sus circunstancias.