12
Ago 09

¡Aaaaachú!, Arias tiene Gripe A

Ahora que leo que Oscar Arias, el presidente de Costa Rica, tiene Gripe A, me acordé de que en 1918, cuando la Influenza Española, algunos famosos murieron a causa de aquel mal. Entre ellos se cuentan Edmond Rostand, el autor de Cyrano de Bergerac; Egon Schiele, pintor austriaco muy mencionado en uno de mis libros favoritos que es Los cuadernos de don Rigoberto, de Mario Vargas Llosa; Max Weber, autor de Economía y Sociedad y de La ética protestante y el espíritu del capitalismo; y Jacinta Marto que decía haber visto a la Virgen María.

La primera vez que oí de la Influenza Española, fue cuando mi tía abuela La Mamita nos contaba cómo ella y su familia habían vivido los terremotos de 1917 y 1918; y ella recordaba las mascarillas que había traído la Cruz Roja y otros detalles de la epidemia. Ella era una preadolecente entonces, pero recordaba mucho y sabía como contarlo.

02
Abr 08

¡Bravo!, por Rigoberta Menchú

Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz y excandidata presidencial guatemalteca, criticó las acciones que realiza China Popular en Tibet. Menchú consideró que la permanencia de China en en aquella nación afecta la cultura de los tibetanos.

La postura clara de Menchú contrasta con el wishiwash de Oscar Arias que hizo un cajonero llamado al diálogo y le echó la culpa de la violencia china a que los tibetanos dañaron negocios chinos. La visión de Arias me recuerda a la de aquellos que le hechan la culpa de la violación a la violada, por llevar ropa atractiva.


02
Jul 07

China, el café y el petate del muerto…

Aquí en Guatemala, asustar con el petate del muerto, quiere decir asustar con algo que de ninguna manera debería espantarlo a uno. Hoy leo que “El gobierno chino está interesado en aumentar las compras de café costarricense”. La noticia de de Efe, y fue publicada por Prensa Libre en su página 40 de hoy.

Lo comento porque los cafetaleros chapines ya andaban con la finta de que si no establecemos relaciones diplomáticas con China, los guatemaltecos vamos a perder grandes oportunidades para “nuestro” café.

Por cierto que el economista y columnista José Raúl González, les explicó muy bien a los cafetaleros (y a todos nosotros) cómo es que funciona el mercado: “Más de mil 300 millones de tacitas de café diarias son un montón de quintales. ¿Y se imagina lo que pasaría con el precio? ¿Cuánto cree que necesitamos exportar a China continental para que los caficultores guatemaltecos se beneficien de ese fenómeno? ¡Nada! No importa a quién le compren los chinos; el precio internacional subirá para beneficio de los productores guatemaltecos, colombianos, brasileños, ticos, etcétera. Es exactamente lo mismo que ocurre con el petróleo; cuando aumenta la demanda, su precio sube”.

Mi punto, ahora, es otro. El comercio internacional no es otra cosa que el intercambio entre personas que viven en diferentes localizaciones políticas. En los países que son relativamente libres, este intercambio se ve poco más o menos protegido de la intervención política de los gobiernos; pero en países que viven bajo dictaduras, más o menos autoritarias y hasta totalitarias, aquel intercambio depende directamente de la intervención política de los regímenes a los que está sometida la sociedad.

Por eso es que no es moralmente neutro hacer negocios con China, o con otras dictaduras como la de Pekin. El interés del gobierno chino por el café tico es un pago político por la traición de Oscar Arias al sustituir las relaciones diplomáticas de Costa Rica con Taiwán, por las relaciones formales con China.

El interés del gobierno chino en el café tico no es un asunto comercial relacionado solamente con precios, calidad y otras consideraciones de negocios. Es una decisión política de la que los caficultures ticos y otros empresaurios resultan cómplices.

Los caficultores chapines se beneficiarán de la demanda mundial de café, sin necesidad de servir a los propósitos de la dictadura de Pekin.


22
Jun 07

Dos columnas que hubiera querido escibir yo


08
Jun 07

Tiananmen: A Oscar Arias

Para Oscar Arias y para todos los políticos y empresaurios centroamericanos que creen que es moralmente neutro hacer negocios con la dictadura de Pekin.