16
Jun 22

“El camino de servidumbre” en mis manos

 

En 1944, Friedrich A. Hayek publicó The Road of Serfdom y ese libro fue un éxito.  La revista Reader´s Digest publicó un resumen y Selecciones hizo lo propio en septiembre de 1945.  Tuve esa edición en mis manos y no dejó de ser emocionante.

En The Road of Freedom, F. A. Hayek denunció al estado por abandonar su misión -la de proteger los derechos individuales de todos por igual- y dedicarse a satisfacer necesidades.  Hayek se dio cuenta de que en persecución de esa quimera llamada justicia social, estaban siendo destruidos la libertad personal y el mercado y de que íbamos por un camino de servidumbre.

Esa obra convirtió a Fritz en una especie de rock star de las ideas de la libertad y lo llevó por giras para dar conferencias.  Incluso fueron producidas caricaturas inspiradas en el libro y las mismas se veían en los cines.  ¿Te acuerdas de que antes de las películas en los cines se pasaban noticiarios y otros. materiales? Pues…eso.

El éxito de The Road of Serfdom le trajo a Hayek la envidia de muchos colegas; pero con parte del dinero que ganó con aquella obra fundó la Mont Pelerin Society.

El volumen de Camino de servidumbre, en Selecciones, lo llevó a clase mi cuata y colega Adriana Peralta, y formaba parte de la colección empastada que era de su abuelo.

Mi abuela, Frances, también leía Selecciones y durante buena parte de los años 70, 80 y 90 me pasaba las revistas cuando ella ya las había leído.  Tengo muy, pero muy buenos recuerdos de esa revista.


18
Mar 22

Ni de religión, ni de política

 

La libertad concedida tan sólo cuando se sabe de antemano que sus efectos serán beneficiosos no es libertad. Si supiéramos cuándo debe utilizarse libertad, desaparecerían en gran medida las razones a favor de la misma. No es una razón en contra de la libertad individual el que frecuentemente se abuse de ella. La libertad necesariamente significa que se harán muchas cosas que no nos gustan, escribió Friedrich A. Hayek y añadió que su confianza en la libertad no descansa en los resultados previsibles en circunstancias especiales, sino en la confianza en que a fin de cuentas dejará libres más fuerzas para el bien, que para el mal.

La ilustración la tomé de aquí: https://bit.ly/3qgGySL

Esta es una de las perlas hayekianas más difíciles de entender porque es una de las más difíciles de llevar a la práctica; tanto en la vida personal como en la de la polis.  ¿Por qué? Porque la tentación de querer siempre el bien es tan poderosa, que a veces puede impulsarnos a sacrificar hasta los derechos individuales. Por ejemplo, la libertad de expresión suele ser una de las primeras víctimas de aquella persecución desesperada del bien por parte de quienes saben exactamente qué es el bien y no están dispuestos a sostener una conversación al respecto.

Esa indisposición tiene sus raíces en un mal consejo que nos dan desde niños, ese que dice que no hay que hablar de religión, ni de política.  Esa mala admonición inhabilita a algunos para sostener conversaciones civilizadas sobre temas controversiales; y es en aquellas condiciones de precariedad intelectual que medran el pensamiento único y la pulsión de hacer callar, eliminar y arrasar.

Si la civilidad ha de sobrevivir y con ella la civilización, quizá sería mejor escucharía el consejo de Hayek más que el despropósito de no conversar abiertamente sobre temas controversiales.  Quizá es mejor huir del pensamiento único y de la tentación de vencer, en vez de convencer, como se huye de la peste.

¿Y si sale ideas y cosas que no nos gustan?  Pues aprendemos y luego afinamos, pasamos de pintar con brocha gorda a pintar con pincel.  Y conservamos el valor de la libertad y el del placer de conversar con agudeza.

Columna publicada en elPeriódico.


24
Jul 21

¡Gracias, Jeff Bezos!

 

Para mí, un niño que creció en los años 60 junto al proyecto Apolo, el vuelo espacial de Jeff Bezos fue una de las cosas más estupendas de este mundo y de parte del extranjero.

Después de que la cápsula alcanzara una altitud máxima de unos 106 km, comenzó el descenso con paracaídas para amortiguar el aterrizaje, la nave y los cuatro tripulantes aterrizaron 11 minutos después. Luego de tocar tierra, Bezos declaró: ¡El mejor día de mi vida!…y no lo dudo.

Cuando yo era niño, ¡¿Quién no quería ser astronauta?! Vi el alunizaje del Apolo 11; tuve, como muchísimos de mis compañeros, modelos de la cápsula y el módulo lunar de aquella misión; devoraba revistas y enciclopedias que tuvieran que ver con la luna y viajes espaciales; no me perdía El mundo del pequeño Adam, ni nada, en la tele, que tuviera que ver con el espacioDe modo que el hecho que Bezos haya inaugurado las posibilidades de turismo espacial no puede sino alegrarme y maravillarme.

Además, como lo explica Friedrich A. Hayek en el capítulo 3 de Los fundamentos de la libertad, hoy los relativamente pobres podemos tener carro, o refrigerador, un viaje en avión, o una radio al precio de una porción razonable de nuestros ingresos, porque en el pasado otros con rentas mucho mayores fueron capaces de gastar en lo que entonces se consideró un lujo. El camino al progreso se facilita grandemente por el hecho de que otros lo hayan recorrido antes. En cualquier fase del progreso los ricos, mediante la experimentación de nuevos estilos de vida todavía inaccesibles para los pobres, realizan un servicio necesario sin el cual el progreso de estos últimos sería mucho más lento.

Gracias, Jeff Bezos. Sueño con que, si no soy yo, mis sobrinos puedan visitar el espacio.


21
Jul 20

Jubilado mi ejemplar de “Los fundamentos de la libertad”

A sólo unos días de comenzar las clases y en medio de una pandemia y de un encierro forzado, hoy se jubiló mi viejo libro de Los fundamentos de la libertad, por Friedrich A. Hayek.

Haz clic en la foto para adquirir tu ejemplar nuevo.

Es el libro en el que estudié Filosofía social de Hayek, con el dilecto Jesús Amurrio en 1981, el que usé cuando fui auxiliar de Julio César De León Barbero, José Antonio Romero, Clynton López y Juan Carlos Castillo; y el que he usado como durante años como profesor titular.

Cuando leo ciertos párrafos recuerdo bien dónde estaba parado Amurrio -en clase- cuando discutimos ese tema (con su taza de café y su cigarrillo), en el viejo campus de la Universidad Francisco Marroquín, frente al Campo de Marte.  Está algo desvencijado y sus páginas están marcadas con distintos resaltadores de textos y con algunos post-its;  y están subrayadas y anotadas con distintos bolígrafos.  Muestra las huellas de mucho tiempo de uso.

Este semestre será sustituido por una edición nueva a la que mi madre le ha traspasado las marcas, los subrayados y las anotaciones relevantes, con mucho cuidado.  El viejito se va a descansar y el nuevo ¡sólo ganas!

Me encanta dar la clase de Hayek porque es un grande del pensamiento, a pesar de que no tiene la consistencia, ni la contundencia que tienen Ludwig von Mises y Ayn Rand, desarrolla ideas muy valiosas como la dispersión del conocimiento; la diferencia entre kosmos y taxis, y nomos y thesis; la diferencia entre las tradiciones de libertad inglesa y francesa; la diferencia entre valor y mérito por mencionar unas.

Difiero con él en su apreciación de la democracia y en cuanto a la naturaleza de las configuraciones (que él llama ordenes espontáneos) y los órdenes (que él llama ordenes creados), por mencionar dos.

¡Muchas gracias a mi libro viejito de Los fundamentos de la libertad!


10
Ago 19

Una por la libertad de expresión

En Guatemala, en América Latina y en todo el mundo la libertad de expresión está siendo atacada por diferentes vías; en esta conversación con Mario Noya -periodista y editor de Opinión en Libertad Digital– exploramos el tema.

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Mario explica que aunque estamos viviendo el esplendor de las sociedades abiertas y los medios para expresarte libremente están al alcance de cualquiera, también es cierto que muchas personas piden que se les permita expresarse con plena libertad; pero que el de enfrente, el que te molesta, esté amordazado y, además, les piden a las autoridades que intervengan para ello.

Observó que, las redes sociales -que son tan beneficionsas para tanto- se convierten en enemigas de la libertad cuando se convierten en elementos de distorsión para acallar.  Lo más desafiante de las sociedades libres es aprender a vivir con el que te incomoda, aprender a gestionar la incomodidad, no tener que ir amordazando al enemigo.  A veces el objetivo es achicharrar a la persona, y alguien que se pone en el foco de la opinión pública puede acabar achicharrado porque la presión es brutal, de parte de mucha gente, en un período muy corto.

Tenemos un problema tremendo con la corrección política, que es un hombre de paja.

Al referirse  a los limites de la libertad de expresión, Noya opinó que tienen mucho que ver con el contexto y que tienen que ser las mínimas, muy relacionadas con amenazas inminentes y muy creíbles de violencia.  Tiene que primar la libertad de expresión, que no es para escuchar al que te agrada, sino para el que te va a soltar la cosa más desagradable del mundo; pero tiene derecho a decirlo y nadie tiene derecho a callarlo. Eso cuesta muchísimo de afrontar; porque el ser humano, cuando oye decir algo que considera que es una aberración, si no se opone a ello, casi que entiende que está claudicando frente al mal y dispone que hay que callarlo.  Hay que saber cuándo es que hay un peligro y ser realista.

En ese sentido, Arturo Pérez-Reverete recién expuso que vivimos entre montones de inquisiciones. Y este puritanismo espantoso. Nunca he sentido mi libertad personal tan amenazada como en los últimos 10 años. La estupidez es una mala compañera de viaje de la libertad.

Mario Noya, explica que la lucha por la libertad consiste en exponer y denunciar al farsante para que todo mundo sepa que es un farsante; pero no en amordazarlo; y Pérez-Reverte añade que el malo es suficientemente inteligente para darte la libertad que sabe que necesitas. El estúpido te las niega todas. Primero nos mandaron los ricos, luego los resentidos y ahora los estúpidos.

Recién, también, Manuel Llamas, Redactor jefe de Economía en Libertad Digital, se refirió al tema en los siguientes términos: Aquí están los puritanos de izquierdas, mojigatos del siglo XXI, censurando letras y canciones, como los curas y las monjas en la época de Franco. Corren malos tiempos para la libertad. Los ofendiditos de los políticamente correcto.

Comparto aquellas perspectivas de Mario Noya, Manuel Llamas y Arturo Pérez-Reverte.  Como ex editor de Opinión, como columnista y blorguero, pero sobre todo como liberal clásico, se me hace cuesta arriba (como no imposible) estar de acuerdo con que se censure la opinión de alguien, por repulsiva que esta me parezca.  ¿Con excepciones? Si, las mencionadas por Noya: que sean disparadoras inminentes y creíbles de violencia, de terrorismo, por ejemplo; y las contextuales.

Como el ejercicio de la libertad implica la responsabilidad, por supuesto que me parece que la injuria, la calumnia y la difamación deben tener consecuencias jurídicas, pero las opiniones de esa naturaleza no deben ser objeto de amordazamiento.

Fui editor de Opinión durante algún tiempo y me hubiera sentido muy, pero muy disgustado si el Director del diario, o el Consejo editorial me hubieran pedido amordazar a alguien sólo porque sus opiniones eran basura, ya fuera objetivamente, o desde la perspectiva si el Director, o el Consejo editorial.

Por cierto que Friedrich A. Hayek explica, acertadamente,  que siendo la libertad un estado de cosas en el que hay ausencia de coacción arbitraria -o sea un estado de cosas en el que las personas pueden actuar de acuerdo con sus mejores juicios posibles- lo que conocemos como libertades (como la libertad de expresión), en realidad son privilegios específicos.

Esta perspectiva es importante porque cuando se viola la libertad de expresión para no ofender sensibilidades, se anula el estado de libertad.

Lo anterior, por supuesto, no invalida el derecho -incuestionable- que tiene el propietario a decidir quiénes pueden usar sus recursos y quienes no.  Siempre que esté dispuesto a responsabilizarse de las consecuencias intencionadas, y no intencionadas de su decisión.


25
Jun 19

Artesanías y “apropiación cultural”

La revista Forbes publicó un reportaje titulado The Impact of Fast Fashion and Cultural Appropiation on Guatemalan Artisanship, y el asunto no hubiera llamado mi atención si Pacunam no lo hubiera compartido en su Instagram.

El impacto de la moda rápida y otras formas de apropiación cultural en la artesanía guatemalteca.

Admiro el trabajo que hace Pacunam y por eso me da tristeza (y me incomoda) que le de alas a la noción de apropiación cultural, que no sólo es peligrosa, sino empobrecedora. Peligrosa porque el contexto filosfófico del que procede la noción de la apropiación cultural es el mismo del cual proceden las acciones políticas y activistas que dañan y hacen ver como malignas y viles las actividades económicas y productivas de algunas de las personas y empresas que patrocinan a la Fundación.

Es empobrecedor porque la noción de apropiación cultural no solo pasa por alto, sino que pretende erradicar las formas en que funcionan las culturas; formas basadas en el dinamismo y en el orden espontáneo, u orden sin control; y no basadas en el estancamiento, la paralisis y el orden creado. Las culturas evolucionan por medio de préstamos, reinterpretaciones, mezclas y mejoramientos, por ejemplo; en vez de quedarse inmóviles en formas puras.

De ahí que el concepto de apropiación cultural sea un enemigo del futuro, si pensamos en términos de dynamism and stasis, de Virginia Postrel en The Future and its Enemies.  La idea de apropiación cultural castra el poder creador de una civilización libre, si pensamos en términos hayekianos, porque la riqueza de una civilización libre depende, en buena parte, de que no sepamos cómo van a ser usadas, combinadas, imaginadas, exploradas o aplicadas las aportaciones culturales.

Las aportaciones culturales deben ser diferenciadas de la propiedad intelectual porque la propiedad intelectual es el derecho al producto de la mente de individuos (la base de todo derecho de propiedad), o grupos específicos identificables plenamente en el tiempo y en el espacio; sabemos quien es el desarrollador y el propietario de ciertas canciones, o de ciertas medicinas. Las aportaciones culturales, en cambio son consecuencias de un largo proceso colectivo y evolutivo perdido en el tiempo y en el espacio, sin propietarios originales identificables. ¿Quién es el dueño de los tamales, o de ciertos diseños textiles? El concepto (legítimo) de propiedad no es aplicable, ni puede ser aplicado a una cultura; ya que una cultura es la suma de las ideas y los logros de unos individuos, ideas y logros que otros individuos han aceptado y que influyen en el modo de vida de un grupo específico de personas (que es el que practica esa cultura). Afirmar que una étinia o un grupo es dueño (tiene la propiedad) de una cultura es una noción colectivista. Es la afirmación de que la étnia, o el grupo es el dueño o propietario de las ideas y los logros de los individuos, y que solo los miembros de aquella étnia, o grupo pueden usar aquellos productos intelectuales de individuos.

Si buscas una definición de apropiación cultural, lo que vas a encontrar es poco más, o menos que es la adopción no reconocida o inapropiada de las costumbres, prácticas, ideas, y otros. de un pueblo, o sociedad por parte de los miembros de otro y, por lo general, de personas, o sociedad más dominantes. ¿Lo notaste? Es un concepto colectivista y político….o más bien…es un anticoncepto y un package-deal en términos objetivistas. Es un anticoncepto porque es un término innecesario y racionalmente inutilizable diseñado para reemplazar y eliminar algún concepto legítimo. El uso de anti-conceptos da a los oyentes un sentido de comprensión aproximada. Pero en el ámbito de la cognición, nada es tan malo como lo aproximado. Puede ser que sea inapropiado (un concepto legítimo) usar cierta ropa para burlarse, o agredir a algún individuo, o grupo de individuos; pero es apropiación cultural (un anticoncepto) usar la misma ropa como muestra de admiración, o de algún grado de conexión con algún grupo cultural.  Es un package-deal porque los conceptos de apropiación y cultural que tienen sentido por separado, cuando se juntan constituyen una falacia que no discrimina diferencias cruciales. Trata, juntos, como partes de un único conjunto conceptual o paquete, elementos que difieren esencialmente en la naturaleza, el estado de verdad, la importancia, o el valor. La clave aqui es el colectivismo (la negación de la individualidad y del individualismo) y la idea de que toda relación humana (o casi toda relación humana) es una de dominación. La negación de los beneficios de la división del trabajo y de la cooperación social.

Hablando de valor, hay pocas cosas tan humanas como el deseo de copiar, y aprender de quienes son diferentes a nosotros porque valoramos las diferencias; de hecho, ¿has oído que la imitación es la forma más sincera de halago? Aprendemos eso desde que somos niños y copiamos lo que hacen nuestros hermanos mayores, nuestros primos mayores, nuestros padres y nuestros amigos. Copiamos lo que admiramos y lo que amamos. De ahí que lo que algunos llaman apropiación cultural puede ser, incluso un acto de amor. ¿Cómo fue que dijo Martin Luther King? Cuando mis hermanos intentan dibujar un círculo para excluirme, yo dibujo un círculo más grande para incluirlos. A mi me parece inapropiada la idea de que si uno es diferente, debe atenerse a los de su propia especie.


07
Sep 18

Misticos de dos clases

¿Te das cuenta? La batalla por la libertad de todos ante la ley la perdimos hace ratos cuando -por no hacer olas con los cuates, o por no pensar en términos de principios- renunciamos a ella y dejamos que los conservadores y los socialistas hicieran suyos temas como los derechos de las mujeres y los de las minorías…y ¿recuerdas? la minoría más pequeña es…el individuo.

¿Qué tienen en común los conservadores y los socialistas, que terminaron juntos en el canasto de los adversarios de la igualdad de todos ante la ley? Como productos de la división entre el alma y el cuerpo del hombre, hay dos clases de maestros de la moralidad de la muerte: los místicos del espíritu y los místicos del músculo, a quienes ustedes llaman espirituales y materialistas, aquellos que creen en la conciencia sin existencia y aquellos que creen en la existencia sin conciencia. Ambos exigen la rendición de su mente, uno a sus revelaciones, el otro a sus reflejos. No importa cuán fuerte se postulen en el papel de antagonistas irreconciliables, sus códigos morales son parecidos, y también lo son sus objetivos: en la materia -la esclavización del cuerpo del hombre, en el espíritu- la destrucción de su mente, explicó Ayn Rand.  Ambos grupos creen que pueden imponerles sus valores y sus códigos morales a los demás, y ambos creen que los individuos no son dueños de sí mismos.  Unos creen que las personas le pertenecemos a su dios (cualquiera que este sea) y otros creen que le pertenecemos al estado; y ninguno de los dos cree que está mal usar el poder de la ley y del gobierno para legislar sobre cómo deberían vivir sus vidas los individuos.

Recientemente, unos quieren que se ejereza la coacción del estado sobre las mujeres que hayan abortado de forma culposa, o sea sin la intención de abortar, por razón de negligencia, imprudencia, o impericia; y quieren prohibir el matrimonio igualitario (virimonio, o femimonio) y quieren que se prohiban programas educativos sobre la diversidad sexual. En tanto que otros quieren imponer el matrimonio igualitario, la ideología de género y la posibilidad de abortar en las primeras 12 semanas de embarazo.

La debilidad de ambas posiciones es su perspectiva colectivista de los derechos (de las mujeres, de las minorías, como si no se tratara de derechos individuales); pero tienen debilidades particulares. Una debilidad de la primera posición es que, mediante la legislación, quiere ponerle un alto al largo proceso de prueba y error que tanto y tan bien ha descrito Friedrich A. Hayek; y al dinamismo que tanto y tan bien ha descrito Virginia Postrel.  Una debilidad de la segunda es que toma el atajo legislativo para remontar el largo proceso de prueba y error y el dinamismo, para implantar políticas y legislación para las cuales la sociedad todavía no está preparada.  Parafraseando a Miguel de Unamuno, en Salamanca, ambas prefieren vencer, que convencer.

En la tradición racionalista y constructivista que la caracteriza, la segunda posición (la mística del músculo, o socialista) -unida al uso y abuso del esperpento como recurso expresivo- no sólo ha estropeado la lucha legítima por los derechos de las mujeres y de las minorías, sino que han despertado al monstruo del conservadurismo religioso (que es el misticismo del espíritu.  Miles y miles se juntaron el domingo en la Plaza de la Constitución y calles adyacentes para dejar bien en claro que: ¡No pasarán! y que la evolución social y el dinamismo terminan donde ellos han plantado la cruz.

¿Y los que no somos de aquellas persuasiones?  Unos callan para no meneallo y para no ofender a sus amigos y parientes conservadores. ¿Y otros? Se enredan porque no piensan en términos de principios y no terminan de entender que lo que es caldo para el pollo, es caldo para el chunto, es decir, que no terminan de entender la idea radical de que las demás personas no son tu propiedad y que ese principio no sólo se aplica al comercio, sino en mataria de conciencia y de proyecto de vida. ¿Y los demás?  Pues aquí…viendo como se pierden oportunidades de oro y cómo podriamos perder la batalla por la igualdad de todos ante la ley,

Una versión abreviada de esta entrada fue publicada en mi columna en elPeriódico.; y la ilustración la tomé de Facebook.


24
Oct 17

Ardió Troya, ¿por un accidente?

¡Ardió Troya!…o por lo menos se alborotaron las redes sociales, porque el diputado Fernando LInares dijo que el parámetro para acceder a la política, o cualquier otro tema, debe ser mérito y no simplemente haber nacido con un accidente biológico de mujer.  En consecuencia varias ONG presentaron una denuncia penal contra el representante.

Aquello, a pesar de que el diputado explicó que nacer hombre, o mujer es un accidente biológico y no se debe decidir con base en eso.

En su segunda acepción, accidental es algo que ocurre al azar, es decir que no es planificado, o deliberado.  Un encuentro accidental es uno que no estaba previsto.  Y el sexo de las personas es accidental.  Que yo sepa, todavía no es posible planificar el sexo de los embriones. Si alguien tiene cromosomas XX, o XY es accidental en el sentido de que ocurre al azar, o que es contingente.

Desde una perspectiva metafísica, todo es causal y nada es accidental; pero llamamos accidental a aquellas relaciones causales que no podemos identificar, o controlar.  ¿Por qué un bebé nace con cromosomas XX y otro nace con cromosomas XY?

Desde una óptica epistemológica -y como el propósito de los conceptos es facilitarnos la clasificación y organización cognitivas, así como facilitarnos conocer y pensar-  la palabra bebé es un símbolo que denota un concepto, es decir que representa un número ilimitado de sujetos concretos, de cierto tipo (Un bebé es un ser humano de muy corta edad), que podemos distinguir de los sujetos concretos adultos (por decir algo).  Para esa organización cognitiva específica (bebé/adulto), las posibilidades de que unos bebés sean hombres y otros mujeres, unos gordos y otros delgados, unos peludos y otros pelones, unos así y otros asá, son accidentales o contingentes.

Como uno no escoge su sexo y como uno no escoge el color de su piel, juzgar a las personas por algo que no depende de su voluntad, ni de sus decisiones, ni de sus valoraciones, juzgar a las personas por algo accidental, es la más baja, cruda y primitiva forma de colectivismo, como expllicó Ayn Rand. No hay virtud alguna en ser de uno, u otro sexo; como no hay mérito alguno en tener la piel de un color, o de otro.  ¿De verdad querríamos una sociedad en la que las personas son juzgadas por la química de su cuerpo y no por su carácter y sus acciones?

Por esa razón es que, cuando he abordado el tema de la reforma electoral, nunca he apoyado las cuotas. Como ocurre con otras formas de colectivismo, el de sexo (que es el que da paso a estas meditaciones) sólo es una forma de conseguir lo que no ha sido ganado.  En este caso, espacios políticos.

Lo que es sido ganado, por cierto, no debe ser ganado por méritos, sino por resultados; de ahí la importancia del carácter y las acciones.  Friedrich A. Hayek advierte que, de hecho, no deseamos que las personas obtengan el máximo de esfuerzo (que él llama mérito), sino que logren la máxima utilidad con el mínimo de trabajo y, por lo tanto, el mínimo de mérito.  Resultaría imposible recopensar todo el mérito y tampoco sería conveniente que las personas tendiesen principalmente a obtener el máximo de mérito.  Solamente podemos juzgar con cierto grado de seguridad el valor del resultado, no la cantidad de esfuerzo y cuidado que ha costado a diferentes personas el logro final.

La ilustración la tomé de Facebook.


17
Feb 17

Estado de derecho y “palabras comadreja”

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Escucha el podcast aquí.

Según un mito las comadrejas pueden vaciar un huevo sin dañar el cascarón; y por lo tanto el huevo no da la apariencia de estar vacío. En ese contexto F. A. Hayek ideó la frase palabras comadreja para referirse a aquellas que son capaces de succionarles a otras su contenido y dejarlas vacías con la apariencia de que nada malo ha ocurrido.

La palabra social, usada para referirse a las relaciones voluntarias y pacíficas de cooperación que ocurren en el kosmos u orden complejo que conocemos como sociedad, describe aquel tipo de relaciones y es de gran valor; de hecho, La acción humana, obra de L. von Mises, iba a llamarse Cooperación social.  Pero, adherida como calificativo de conceptos como estado de derecho se convierte en comadreja.  Ejemplo: si son objetivos del estado de derecho la protección de los derechos individuales de todos por igual y ponerle límites al poder bajo la Constitución y las leyes, aquellos propósitos nobles son neutralizados al condicionar aquella protección y aquella limitación a las demandas y necesidades de grupos o colectivos (sociales) de interés. Demandas y necesidades que  –casi siempre– implican violación de los derechos a la vida, la libertad, la propiedad y a la búsqueda de la felicidad.  Las relaciones laborales como derechos sociales, violan la libertad de contratación, por mencionar algo.

En aquel contexto, la palabra democrático (que no debe ser confundida con republicano) es comadreja inconfundible. Puesto que la democracia es el gobierno de la mayoría, el uso de democrático para calificar al estado de derecho despoja a este de los principios que lo distinguen, y lo deja a merced de los caprichos políticos de quienes dicen representar a la mayoría en las urnas, o peor aún, en las barricadas.

Por eso es que a los socialistas y a otros colectivistas, a los promotores del pensamiento único y del establishment, y a los promotores del pensamiento hegemónico les gusta tanto añadirle social y/o democrático a valores como el estado de derecho. Para despojarlos de su contenido en perjuicio de los derechos individuales de todos por igual, o sea, sin privilegios.

Columna publicada en elPeriódico.


10
Feb 17

¿Qué debería ser ley?

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Escucha el podcast aquí.

¿Te quedaste pensando luego de leer a F.A. Hayek la semana pasada en este espacio? ¡Que bien! ¿Me acompañas otra vez?

En El ideal político del estado de derecho, dice Hayek que quizás sea correcto que el abogado…deba concentrarse exclusivamente en lo que de hecho es la ley [en oposición a lo que debería ser la ley]. Pero entonces, con el debido respeto, debe decirse que la ley que resguarda nuestra libertad es un asunto demasiado importante para dejarlo en manos de los abogados.  Esto es porque necesitamos, además del estudio del derecho positivo, una ciencia crítica de la legislación.

Hayek explica que la base esencial del estado de derecho es la confianza en la acción de reglas abstractas (leyes), que rigen las relaciones entre los individuos. Dado que el estado de derecho implica que el gobierno jamás debe ejercer coerción contra el individuo, salvo cuando se trate de la aplicación de una regla conocida de antemano, que implica necesariamente el acto de coerción, tenemos aquí una limitación en general a los poderes de todo gobierno y en especial a la propia legislación. ¿Te das cuenta? Tanto el gobierno, como la legislación y la facultad legislativa deben tener límites a su capacidad coercitiva.  Es la ley la que pone aquellos límites, ¡para salvaguardar los derechos individuales!

Entonces…¿qué distingue a las leyes, de la legislación? Mientras que legislación podría ser cualquier normativa que emane de los órganos legislativos y cumpla con los procedimientos necesarios, las leyes son reglas generales y abstractas que han sido divulgadas con antelación. Son aplicadas a todas las personas por igual y se refieren a circunstancias conocidas por ellos.  La norma que dice que quien tomare, sin la debida autorización cosa, mueble, total o parcialmente ajena, será sancionado con prisión de 1 a 6 años. no distingue si el autor, o el despojado es hombre, o mujer; ni si es ladino, o indígena por decir algo.  Se le aplica a todos aquellos que se coloquen en la situación de tomar algo ajeno sin permiso.

¿Te das cuenta de lo importante que es distinguir entre ley y legislación?

Columna publicada en elPeriódico.