01
May 14

¿Cedieron ante presiones en el caso de Yassmin Barrios?

El-periodico

La Asamblea de presidentes de colegios profesionales revocó el fallo del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala contra la jueza Yassmin Barrios a quien este tribunal había suspendido por un año en el ejercicio profesional como consecuencia de que le faltó al respeto y humilló a un abogado durante un procedimiento judicial.  La Asamblea resolvió aplicarle a la Jueza sólo una amonestacion privada y el abogado ofendido presentó una denuncia penal por considerar que a resolución de la Asamblea es ilegal.

¿Cedió la Asamblea de presidentes de colegios profesionales a la presiones en este caso? ¿Por qué es que no escucho a los corifeos del colectivismo gritar: Yankees go home!? ¿Por qué no escucho consignas contra el imperialismo, contra el intervencionismo y contra los gringos y los europeos que también presionaron? ¿Por que es que este intervencionismo es aceptable?  ¿Por qué es es aceptable esta doble moral?

Existe una larga historia de este doble estándar.  No escuchas protestas porque la caída de Federico Ponce Vaides (1944) se haya fraguado desde la embajada de los Estados Unidos de América (cuando estaba al lado de la Casa Crema); pero si hay estridencia porque aquella legación participara en la caída de Jacobo Arbenz (1954).  Para aquellos grupos es inaceptable que el Departamento de Estado promueva y apoye la prohibición de fumar marihuana; pero los grupos que no se sienten incómodos con el apoyo gringo a la  jueza Barrios, tampoco tienen inconveniente con que los gringos apoyen el bloqueo a las adopciones internacionales, para mencionar algo.

En ese contexto uno se explica por qué es que Claudia Paz y Paz, cuya reelección al frente del Ministerio Público fue desestimada por la comisión de postulaciones multisectorial y democrática correspondiente, esté sorprendida ante aquel resultado.  ¿Cómo es posible que sólo 4, de  los 13 miembros que tuvieron la decencia y la dignidad de presentarse a cumplir con el mandato constitucional,  le hayan dado su voto? ¿Cómo pudieron resistir la formidable presión mediática, política y diplomática -nacional y extranjera- que se desplegó para asegurar su reelección?

El jefe de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala dice que está defraudado porque los grupos de interés que apoyan a Paz y Paz confiaron y creyeron que los procesos de postulación se llevaban de forma objetiva.  Lo cual se traduce en que aquellos grupos de interés sólo están contentos cuando las cosas se resuelven a su favor.  ¡Han de estar felices porque las presiones locales y extranjeras parar resolver el problema en que se metió la jueza Barrios sí funcionaron para servir a sus exigencias!

Si los grupos de interés que buscában la reelección de Paz y Paz querían una postulación matemática, no hacía falta la integración de una comisión de postulación.  Bastába con meter data en una computadora -o en una sumadora- y ya.  Para eso no hacía falta una comisión multisectorial. Objetivo, claro, no es sinónimo de matemático; y si la objetividad tiene que ver con la relación que hay entre la conciencia y la existencia, en el sentido de que los hombres deben adquirir el conocimiento de la realidad mediante la razón y de acuerdo con la lógica, uno puede empezar a explicarse por que es que la comisión postuladora optó  por conjurar la polarización extrama que causaron las pretensiones de los clientes y patrocinadores de Paz y Paz, y no incluirla en la lista dorada.   Polarización que persiste, en el caso de Barrios, si sus acciones quedan impunes y si se confirma que las presiones formidables que pesaron sobre la Asamblea de presidentes de los colegios profesionales determinaron su decisión de proteger a la jueza Barrios.


07
Abr 14

Yassmín Barrios y una sanción educadora

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En una sociedad caudillista, en la que la gente cree que el Presidente de la república debería mandar y en la que -tradicionalmente- se le enseña a la gente a obedecer, no es extraño que la gente esté más acostumbrada a la idea de que hay que respetar a las autoridades, más que a la idea de que las autoridades deben respetar a las personas.

Por eso es fascinante que el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados  haya suspendido por un año como colegiada activa a la jueza galardonada Yassmín Barrios, por considerar que ella le faltó públicamente el respeto y humilló a su colega abogado, y defensor, Moisés Galindo, durante las audiencias por el caso Efraín Ríos Montt.  Aquella  instancia del CANG le impuso a Barrios una sanción económica de Q5,040. Galindo denunció a la jueza señalándola de actuar de forma antiética en el Tribunal.  Además, el Tribunal de Honor certificó lo conducente al Ministerio público por la posible comisión de los delitos de Resoluciónes violatorias a la Constitución, Abuso de autoridad y cualquier otro acto que pudiera ser tipificado como delito.

Uno puede cuestionar si los colegios profesionales son la mejor forma, o no, de controlar la calidad de sus afiliados obligados; pero como la Constitución así lo manda, a esas asociaciones les corresponde el control del  ejercicio profesional y la superación de sus miembros.

El vídeo que ilustra esta entrada muestra la actuación de Barrios.

El hecho de que Barrios sea una jueza premiada y el hecho de que goce del favor muchos grupos de interés nacionales e internacionales hace más significativa la sanción.  Quiere decir que un funcionario público -y un juez, en este caso- no está exento de respetar a la Constitución y las leyes y a los mandantes, ni siquiera si tiene patrocinadores importantes e influyentes.

En muchos ambientes no se cuestiona para nada el hecho de que como autoridad pública investida de potestad jurisdiccional para aplicar la ley y la legislación un juez deba ser respetado.  Empero, la autoridad formal de la que goza un juez, por haber sido investido como tal, debe ser acompañada por autoridad real.  Es decir, autoridad reconocida por aquellos sobre quienes va a ser ejercida.  Un juez objetivo, respetuoso, justo y que personifica las virtudes romanas de gravitas, integritas et dignitas cría fama de tal y se hace digno de respeto y merecimientos.  En cambio, un juez que se hace fama de otras cosas, y que demuestra otras actitudes, cría fama de tal y se hace merecedor de llamados de atención y sanciones.  No vaya a ser que actitudes  de irrespeto a los defensores -e incluso a los acusados- se vuelvan habituales en el juez sancionado, y en otros juzgadores.

Por cierto que un abogado defensor es el profesional que ejerce la defensa jurídica de una de las partes durante un proceso judicial.   El defensor tiene un rol importantísimo e indispensable en la administración de justicia.  En un estado de derecho y en una república sana el derecho a la defensa es es el que tiene toda persona individual, o jurídica ante los tribunales de justicia por los cargos que se le imputen. Los tribunales de justicia tienen la obligación de balancear los desequilibrios en las posiciones procesales de las partes; así como de  impedir que las limitaciones de alguna de ellas  puedan resultar en indefensión.

En una república sana el respeto entre mandantes y mandatarios es de dos vías.  Y en una república sana está claro quienes son los mandantes y quienes los mandatarios, así como por qué y para qué.  Por eso es que la sanción que recibió la jueza Barrios cumple una función educadora para tirios y troyanos.  Es, quizás, hasta un acto de paideia.

Actualización: Desde el momento en que una persona entra en la dignidad de “Juez” deja de ser “Abogado”, por el hecho mismo de que le está legalmente prohibido actuar como tal, dice el jurista Eduardo Mayora Alvarado; y la suya es la objeción más atinada que he leído.  Opino que puede que sí; pero, en todo caso, la idea de que los jueces no pueden faltarles el respeto a las partes procesales, ni a sus representantes es válida de explorar y discutir.