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Feb 07

¡Cualquier cosa, menos el mercado!

Leo que los planificadores del Palacio de la Loba “tienen ideas, pero están frustrados por la falta de dinero, incluso para comenzar a estudiarlas”. Leo que los jefes de las policías municipales de tránsito de todo el país se reunieron para buscar paliativos con qué desfogar el tránsito, que tienen planificado usar carriles reversibles, separar los autos livianos de los pesados, y otras ideas más para que el tráfico fluya con rapidez. Veo que los arrogantes planificadores están dispuestos a probar ¡cualquier cosa!, excepto lo único que verdaderamente resolvería el problema a largo plazo y sin acudir a la coerción: que el precio regule la circulación de vehículos por calles y avenidas. ¿Qué tal si usted pudiera decidir cuánto está dispuesto pagar por transitar en las calles? ¿Qué tal si el cobro se hiciera de forma electrónica en su tarjeta de crédito, o en una tarjeta de débito? ¿Qué tal si dependiendo de la hora en que usted se mueve, así fuera su opción de pago? ¿Qué tal si viajar en transporte colectivo costara menos, por cabeza, que hacerlo en automóvil individual? ¿Qué tal si los servicios de calles y avenidas fueran como los de los celulares: con opciones para todos los gustos y todos los presupuestos? Si el estado niñera dejara de tratarnos como ineptos, todos estaríamos mejor.

Para más información sobre aquellas posibilidades de verdad recomiendo: Street Smart, por Gabriel Roth.

La caricatura es por Fo, caricaturista extraordinaire de Prensa Libre.