20
Jul 11

El Popol Vuh desde una perspectiva extraordinaria

Conoce cómo fue creado el mundo, cómo es que los humanos fueron creados primero con lodo, luego con madera y finalmente con maíz; ve la creación del Sol y las terribles profundidades del inframundo de los muertos, todo ello en la gran Historia maya de la creación.  Así dice (en inglés) la invitación de Invitation to World Literature para aventurarse en el Popol Vuh.  El paseo dura 27 minutos y de verdad vale la pena.

El material cuenta con la participación de mayistas notables como Michael E. Coe (coautor de dos de mis libros favoritos: La verdadera historia del chocolate y autor de Breaking the Maya Code); y Richard D. Hansen, director del proyecto de la Cuenca de El Mirador.  A ambos tengo la dicha de conocerlos.   También participan Patricia Amlin, creadora de la película animada Popol Vuh, the Creation Myth of the Maya; Allen Christenson, autor de Popol Vuh, the Sacred Book of the Maya; y Carlos Rafael Rivera, compositor de Popol Vuh, Four Mayan Dance Scenes for Orchestra; entre otros.

El vídeo que ofrece este sitio Web muestra la Historia maya de la creación con sentido del humor, belleza luminosa y un lenguaje único, explica la página.  Y a mí no me decepcionó (con excepción de la interpretación de Christenson sobre el enfrentamiento armadointerno). ¡Me encantó!  Lástima que está en inglés; porque este es un recurso valiosísimo para acercarse al Popol Vuh y a la civilización maya.

Para saber más sobre los Héroes Gemelos, es recomendable leer Imágenes de la mitología maya, recientemente publicado.

Sirva esta entrada como un recuerdo a la memoria de Sam Colop, columnista y traductor del Popol Vuh, recientemente fallecido en Guatemala.

En la foto estamos Michael E. Coe y yours truly.


16
Oct 09

Reportaje sobre El Mirador

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CNN transmitió un reportaje sobre El Mirador, en Petén. Visité el reino Kan en 2005 y siempre me gusta recordar esa aventura y compartirla con quienes puedan tener la oportunidad de hacer el viaje a aquel lugar mágico.

El aroma a copal inundó el aire, y desde lo más alto de la pirámide El Tigre, mis amigos y yo observamos el ocaso. A nuestros pies estaba ese inmenso mar verde que es la selva. Nos llevó dos días y tantito atravesarla, pero ahí estábamos al fin, en la cuna de la civilización maya: la ciudad colosal de El Mirador. Allá arriba, emborrachado por la luz, los aromas y los colores, uno no puede sino pensar en las personas que construyeron ciudades y calzadas a lo largo y lo ancho de esa jungla.

Frente a nosotros estaba la La Danta, una mole increíble que mide 10 metros más que el templo IV de Tikal y cuya base ocupa el área de tres estadios de fútbol. La ciudad es inmensa, ¡y es unos 800 años más antigua que Tikal!

En toda la cuenca de El Mirador hay unas 26 ciudades grandes; y en nuestra jornada a través de la selva visitamos: La Florida, El Tintal y La Muerta.

No es fácil llegar a El Mirador; pero el duro viaje hacia esa ciudad formidable es el vivo ejemplo de cuando el camino vale tanto como el destino. Auxiliados por Billy Cruz, de Petén, mis amigos Silvia, Inés, Antonio y Raúl, así como mi sobrino Alejandro, y yo, emprendimos la aventura el 17 de diciembre pasado.

Ale de 12 años, y yo, fuimos a lomo de macho; pero los demás caminaron por bosques interminables y por bajos intimidantes a través de humedales enormes. A veces el agua fangosa les llegaba arriba de la cintura, yo me caí cuatro veces de mi Rucio, y el Ale quedó colgando de un árbol en una ocasión. Tras horas de montar, más de una vez reviví mi pierna entumecida poniéndole una cruz de saliva, según la costumbre local. Y entendí lo que es ser terco como una mula. Vimos cualquier cantidad de orquídeas, aunque muy pocas en flor; extrajimos copal del árbol que lo produce. Conocimos el chicle. Vimos aves hermosas y el cielo más estrellado que uno pueda imaginar. Pero aquello es la selva, y no hay que olvidarlo. Vimos huellas de jaguar y escuchamos sus rugidos, junto a los de los monos aulladores. Dormimos en campamentos en los que el olor a serpiente era perturbador. A mi sobrino se le metió una tarántula en el zapato y le apareció otra en su carpa. Y tuvimos que esquivar ejércitos de hormigas feroces, algunas de ellas muy olorosas. Dormíamos como tiernos, aunque una noche se inundó el campamento y tuvimos que pasarla entre el agua. Una culebra zumbadora se atravesó en el camino y yo regresé con dos garrapatas conchudas, mostacilla y docenas de piquetes.

El viaje a El Mirador fue toda una aventura, hecha más inolvidable gracias a los cuidados y a la extraordinaria habilidad de nuestro guía Henry Darwin; y gracias a la cocinera, Gladys. Por ella teníamos tortillas del comal y panqueques en plena selva. También por el asistente, Wilmer, y por los arrieros Manuel y Rudy que cargaban las 12 acémilas y montaban los campamentos con eficiencia.

Mi corazón se aceleraba cuando entrábamos a algún sitio, cuando mirábamos algún montículo, y más, cuando llegamos a El Mirador. A lo largo de la jornada uno puede llegar a experimentar algo de lo que sentían los primeros exploradores de esas regiones en el siglo XIX. Yo pensaba mucho en Stephens y Caterwood, así como en los Maudslay, y también en mi amiga Mayra, que hace años estuvo perdida en la selva durante dos noches.

En febrero de 2003, en el Museo Popol Vuh, tuve la suerte de conocer a Richard Hansen, el arqueólogo que está a cargo del proyecto de la cuenca de El Mirador. Y en esa ocasión quedé admirado del trabajo que está haciendo. Y desde entonces que tenía ganas de viajar hacia allá. A diferencia de otros sitios desarrollados, El Mirador todavía es un mundo perdido, ¡de verdad! y lleno de tumbas sin abrir. En él, uno no encuentra montones de turistas, ni mucha basura; y entra en contacto extremo con uno mismo, con la naturaleza y con grandes obras del genio humano. Por eso, la visita a aquella ciudad preclásica y los cinco días que pasamos en la jungla, fueron una experiencia física y psicológica inolvidable que enriqueció nuestras vidas.


29
Sep 08

Richard Hansen: ambientalista del año en América Latina

Richard Hansen, Antropólogo Extraordinaire –y amigo estimado- fue declarado Ambientalista del Año, para América Latina, por la revista Latin Trade.

Hansen tiene a su cargo El Mirador, ese fabuloso sitio Maya que llama tanto la atención entre aquellos a quienes nos interesa la historia de aquella cultura mesoamericana.

¡Mis felicitaciones para Richard!, y he aquí una conferencia suya sobre El Mirador.


20
Ago 08

¡Todo a pulmón en El Mirador!

Todo a pulmón, con Marta Yolanda Díaz-Durán y Jorge Jacobs será transmitido desde El Mirador, hoy entre las 12:00 y las 2:00 p.m. en 100.9 F.M. y en http://www.radiopolis.info/

Allá entrevistarán al arqueólogo Richard Hansen. El Mirador es un sitio arqueológico de características extraordinarias. Esa ciudad antigua tiene la pirámide más grande del mundo maya: La danta. Su base es del tamaño de tres estadios de fútbol y es 10 metros más alta que la pirámide más alta de Tikal.

He aquí el relato de mi aventura cuando visité El Mirador.

He aquí una conferencia de Hansen, en vídeo, sobre El Mirador.