18
May 16

Jorge Serrano en el café de Nicanor

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Nos cuenta Joaquín Sabina que en el café de Nicanor estaban estaban Gámez el astronauta,  Gastón el flauta, Mari la tetas,  el novillero poeta con su mujer, el pobre don Agapito  y un camellito sin dientes  paisano de un primo hermano de algún pariente lejano  de Ana Belén.  Es un poco como el Frente Amplio de Refundación, una iniciativa política anunciada por ¡nada más y nada menos! que Jorge Serrano Elías, el expresidente que en el 31 de mayo de 1993 tuvo que salir de prisa y sin sombrero luego de que su fujimorazo a la tortrix fallara en Guatemala. Aquella intentona es conocida como El serranazo.

En Panamá,  Jorge Serrano juntó a exguerrilleros como el Pablo Monsanto y César Montes; ex generales como Francisco Ortega Menaldo y Benjamín Godoy; otros exmilitares como Roberto Letona y Otto Bernal, entre otros como la gente de Vea Canal presentó su Frente Amplio de Refundación.   Y ya sabes lo que dijo Sabina: Asociado en sociedad  con tales socios,  se pueden imaginar  que los amores van mal,  la salud mejor ni hablar  y no van bien los negocios.

Sólo medio en broma (sin perder de vista que Serrano se toma muy en serio a sí mismo y que algunos de sus socios eran secuestradores y volaban cosas con dinamita) puede uno referirse a esta iniciativa que confirma lo que ya se sabe: Jorge Serrano es uno de esos sujetos pragmáticos cuyos principios y valores flexibles les permiten dar la cara junto a personajes tenebrosos y atreverse a hacerles una propuesta política a los guatemaltecos.  Y está por verse, claro, cuántos chapines saborean el atol que les de con el dedo.

Uno puede suponer que esta iniciativa de Serrano, los exguerrilleros y los exmilitares ocurre en el contexto de la noche que Guillermina [o quien haya sido] no contenta con la patria potestad  y el ático en Concha Espina,  quiso el Volvo en propiedad,  tirado en una cuneta  [se despertaron],  a dos leguas de El Café,  con una maleta al hombro llena de [dólares] y un bollo de pan de ayer [a donde pertenecen].


21
May 14

“El ocaso de las dictaduras”

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El ocaso de las dictaduras es el título del libro que acaba de publicar el general y abogado José Domingo García; y en él relata sus vivencias -de cerca y desde adentro- con respecto a los golpes de estado de finales del siglo XX, el enfrentamiento armado con la guerrilla marxista-leninista, y el proceso de apaciguamiento en Guatemala.  Tiene, además, fascinantes raíces históricas en el atentado de los cadetes contra el presidente Manuel Estrada Cabrera.

El general García fue ministro de la Defensa Nacional durante el gobierno de Jorge Serrano y durante el serranazo; combatió a la guerrilla; y participó en la comisión de los países del Grupo Contadora.

El libro es rico en testimonios y vivencias; en perspectivas y en fotografías -algunas muy conmovedoras-.  No he leído La guayaba tiene dueño, de Serrano; pero sí he leído Imponiendo la democracia o Dictating Democracy por Rachel M. McCleary; y como director de la Oficina de Información del Sector Empresarial en 1993, viví muy de cerca el serranazo tal y como lo cuento en Mis recuerdos del serranazo.  El libro del general García ayuda a tener una mejor visión tridimensional de los hechos históricos que aborda.

En la página 287 de esta obra, García tuvo a bien citar un artículo mío que dice: Durante 36 años, grupos armados marxistas-leninistas y maoístas castigaron a los guatemaltecos con un enfrentamiento armado plagado de terrorismo, que costó miles de muertos.  Uno de los actos terroristas más inescrupulosos protagonizados por aquellas personas fue el de septiembre de 1980. Había partes humanas esparcidas por todos lados, los hermosos vitrales del Palacio Nacional fueron severamente dañados.  ¡Dos bombas fueron plantadas en el Parque Central!  El propósito de aquella gente era el de establecer “la dictadura del proletariado”.  El comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es espantoso y sus muertos se cuentan por millones, 61 en la URSS, 76 en China…el comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es violencia…Ninguna ideología ha producido tantos tiranos de sangre fría y tantas dictaduras totalitarias como el socialismo real.

Para los interesados en conocer y entender la historia reciente de Guatemala, El ocaso de las dictaduras es una fuente rica, informada y que abre nuevas ventanas.  El libro es una edición de Artemis Edinter.


09
Ago 11

El legado: “Una República, si puedes conservarla”

La resolución de ayer, de la Corte de Constitucionalidad, confirmó y deja sin duda alguna que los parientes del Presidente de la República no pueden ser candidatos presidenciales, de acuerdo con el artículo 186 de la Constitución.

Pero, además, nos deja una lección importante; y es que, como ocurrio durante el serranazo en mayo y junio de 1993, las instituciones republicanas fundamentales todavía funcionan.  La Constitución -cuya función es proteger a las personas contra los abusos de los que ejercen el poder- todavía funciona.  Y el Tribunal Supremo Electoral, la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad, todavía sirven para proteger el orden constitucional.  La desinstitucionalización a la que ha estado sometida la República todavía no ha calado tan profundo que los políticos abusivos se puedan salir con todas las suyas.

Como en 1993 la ciudadanía responsable salió en defensa de la Constitución, hubo líderes que inspiraron a la gente y las instancias legales estuvieron a la altura del momento histórico al enfrentarse al poder y ponerse del lado del orden constitucional.

¿Qué nos toca ahora? Fortalecer ese orden constitucional que -aunque imperfecto- aún puede ser rescatado porque ya experimentamos que vale la pena.  Sin Constitución y sin mecanismos legales para defenderla, sólo nos quedaría el uso de la fuerza.  Creo, honradamente, que este es el momento apropiado para discutir con seriedad la necesidad de garantizar la división del poder; fortalecer el Organismo Judicial; acabar con los privilegios; distinguir entre ley y legislación;  limitar el poder de los políticos y funcionarios; devolverle a los tributarios el control del Presupuesto del Estado; y otros detalles más.  Y la buena noticia es que no tenemos que empezar de cero.

Tenemos, además, una ciudadanía que ha ido despertando a lo largo de un proceso largo y tortuoso pero muy educativo; un largo proceso de prueba y error.  Un proceso que se inició con el serranazo, continuó con la depuración, siguió con los Viernes de luto y la toma de las calles para propósitos pacíficos, continuó con las denuncias de Rodrigo Rosenberg y la participación de miles de jóvenes por medio de las redes sociales, siguió con el surgimiento de nuevos liderazgos y ahora pasa por la defensa de la Constitución.  ¿Cuál será la próxima etapa? Yo sugiero que sea la del fortalecimiento republicano.

Por cierto que mi amigo, Warren, tiene en su oficina los bustos que ilustran esta nota:  Aristóteles, que es quien definió el concepto de República; los Padres fundadores John Adams, Benjamin Franklin y Thomas Jefferson, que hicieron posible una República; y el Capitán América, que es el héroe pop que defiende la República.

Se cuenta que a Ben Franklin, como consecuencia de la Constitución de los Estados Unidos de América, alguien le preguntó que qué era lo que eso le dejaba a la gente.  A lo que el viejo sabio contestó: A Republic, if you can keep it.  ¿Podremos, los chapines, conservar la República que defendimos ayer?  Yo creo que sí, pero sólo sí tu te involucras.


14
Jul 11

Invitados de honor y colados a la fiesta electoral

Hoy, el Partido Unión Democrática publicó un Campo Pagado* en el que dice que El proceso electoral dejó de ser la fiesta cívica en la que todos debemos ser invitados de honor.

El documento trata de convencernos de que, a los ciudadanos y a las organizaciones políticas que no llenan los requisitos constitucionales y legales mínimos -conocidos y pre establecidos, para participar en los comicios- se les niegan sus derechos a elegir y ser electos, cuando las autoridades rechazan sus solicitudes de inscripición, precisamente por no llenar aquellos requisitos.

Esta línea de razonamiento es absurda y si fuera llevada a sus últimas consecuencias, supondría que la ley debe estar por debajo de los caprichos de los pretendientes a candidatos, y que si algún pretendiente y alguna organización política no cumple con los requisitos pre establecidos, aquella pretensión debería ser suficiente para ignorar la ley.

Digamos que sí la Ley Electoral y de Partidos Políticos establece ciertos requisitos para que una organización política pueda celebrar su Asamblea Nacional, y esa organización no cumple con los requisitos, la UD pretende que la ley sea ignorada y que la organización incumplida pueda proceder a capricho y celebrar su asamblea, como si nada.

Si los razonamientos de la UD fueran tomados en serio, el mínimo de 40 años que la Constitución establece para poder optar a la Presidencia de la República no sería un requisito en busca de madurez y ejecutorias de vida;  sino una mera sugerencia que, si un ciudadano en busca de ser electo decidiera que no le conviene por tener él 35 años (por decir algo), debería ser ignorada.

Si los razonamientos de la UD fueran tomados en serio, la prohibición constitucional de que los parientes del Presidente pudieran ser candidatos a la Presidencia no sería una previsión para evitar el nepotismo, el continuismo y la dictadura; sino que sería una mera sugerencia de la que cualquier cónyuge, hijo, padre, sobrino o tío del Presidente podría hacer caso omiso.

Sí. Es cierto que la Constitución nos garantiza a todos los ciudadanos los deberes y derechos políticos de elegir y ser electos, optar a cargos públicos y participar enactividades políticas; pero…pero…cumpliendo con la ley.   Y la ley dice que para hacer asambleas hay que llenar ciertos requisitos pre establecidos y conocidos; y dice que sólo los mayores de 40 años pueden ser Presidentes y que los parientes del Presidente no pueden optar a la Presidencia.

Todos ellos, por cierto, requsitos razonables.  No estamos hablando de que no puedan ser candidatos presidenciales los menores de 75 años, o los mayores de 35.  No estamos hablando de que no puedan ser candidatos a Presidente las mujeres, los hombres, o los indigenas, ni nada parecido.  Es razonable que haya plazos que tengan que ser cumplidos, es razonable que los candidatos tengan que tener finiquitos, es razonable que los candidatos sean guatemaltecos de origen.  Nada de eso contradice a la democracia ni viola derechos civicos.

El Tribunal Supremo Electoral debe velar por el fiel cumplimiento de la Constutición, leyes y disposiciones que garanticen el derecho de organización y participación política de los ciudadanos; y siendo el rector, garante y facilitador de la participación de los guatematlecos, en el proceso electoral, debe hacerlo conforme a la ley y no conforme a los caprichos de politicastros que se quieren pasar de listos.

Hasta ahora, tanto el Registro de Ciudadanos, como el Tribunal Supremo Electoral han demostrado que pueden cumplir con su cometido y que pueden hacerlo bien.  Con decencia y entereza.  A pesar de güizachadas como la de la UD; e incluso de amenazas de violencia física.

Los invitados de honor a la fiesta electoral son todos aquellos ciudadanos que participan en ella de buena fe y respetando la Constitución y las leyes.  Los colados, en cambio, son los que pretenden imponerse caprichosamente sin respeto alguno por el ordenamiento jurídico, ni por el estado de derecho.

Manuel Conde-Orellana, por cierto, es el Secretario General de la Unión Democrática y el firmante del documento en cuestión.  Usted lo recuerda, claro, porque fue Secretario Privado de Jorge Serrano Elías, el protagonista de El Serranazo.

*El documento está publicado en la página 11 de El Periódico.


08
Jul 11

El serranazo y el colomazo o sandrazo

El 25 de mayo de 1993 los guatemaltecos nos vimos en una encrucijada:  Para algunos se presentaba la oportunidad de -A la Fujimori- limpiar la corrupción en los Organismos Judicial y Legislativo.  El precio eran la constitucionalidad y el estado de derecho; pero para los entusiastas del Serranazo, eso era pecatta minuta.  Habíamos otros, sin embargo, que creíamos que por muy corruptos que fueran el Oranismo Judicial y el Legislativo; y que por mucho que fuera deseable limpiar la administración pública; la conservación de la constitucionalidad y del estado de derecho eran más importanes, ¡por principio!

Para no hacer larga la historia, prevaleció el segundo criterio y los guatemaltecos salimos de aquella encrucijada habiendo aprendido mucho acerca de lo que es una república y de los principios sobre los que se apoya.  Salimos moralmente fortalecidos.  No prevaleció la dictadura; y la Instancia nacional de consenso logró sacar a los guatemaltecos del lío en el que nos había metido Jorge Serrano.  Hubo próceres como Epaminondas González y la Corte de Constitucionalidad que presidía, que supieron enfrentarse al wannabe de dictador.

Hoy, ahora mismo, los chapines estamos en otra encrucijada.  Y tenemos la opción de seguir en el camino en el que vamos y dejarnos llevar por el miedo, y la abulia; o podemos rectificar la ruta, fortalecer las instituciones, respetar la constitución y seguir fundando una república sobre un estado de derecho, a pesar de los Marco Tulio Melini, los Helder Ulises Gómez, y los Jorge Mario Valenzuela con los que hay que lidiar.

La candidatura bizarra de Sandra Evita Torres, en persecusión de extender en el poder su Administración y la de su exmarido, ¡a costa de un fraude de ley!, es ilegal y no puede ser inscrita de acuerdo con el Registro de Ciudadanos y el Tribunal Supremo Electoral.  No hay tales de que aquella candidatura espuria sea el ejercicio de un derecho civil propiamente.  No si se basa en una simulación, y no si se basa en un fraude de ley.

¿Constituirá prevaricato la resolución que ampara un acto que constituye  fraude de ley?  ¿Qué papel juegan el Colegio de Abogados y su Tribunal de Honor cuando hay jueces y magistrados que dictan resoluciones contrarias a la ley? ¿Qué tan aceptable creemos que es el litigio de mala fe para imponer una candidatura?

Si los chapines no permitimos el serranazo y le dimos un ejemplo al mundo, ¿permitiremos el sandrazo?

¿Qué les vas a decir tu a tus nietos cuando te pregunten qué hiciste en julio de 2011?


24
May 08

Recuerdos del Serranazo

El 25 de mayo de 1993 ocurrió el golpe de estado que protagonizó Jorge Serrano, en Guatemala; y el diario Siglo Veintiuno incluye hoy un reportaje al respecto. Tuve la dicha de tener alguna participación activa en ese momento histórico porque entonces yo dirigía la Oficina de Información del Sector Empresarial.

Por algun motivo extraño ese día no sonó mi despertador; y estaba dormitando cuando escuché la voz del presidente Serrano en la televisión del cuarto de mi madre. Medio dormido pensé que eso no era normal y me levanté inmediatamente para escuchar que había dado un golpe y que había disuelto el Congreso y la Corte Suprema de Justicia.

A toda prisa me dirigía a la oficina para encontrarme con que la cúpula empresarial, encabezada por el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras se estaba reuniendo en la Cámara de Industria. Ahí acudieron los miembros de la Asamblea de Presidentes del Sector Empresarial y varios expresidentes del CACIF. A lo largo de la mañana se fue armando un árbol de posibilidades y -aunque no había consenso- se llegó a la conclusión de que el Sector respaldaría la democracia y el Estado de Derecho, para ser consecuente con los principios que sustentaba. En coonsecuencia, el Sector le daba la espalda al presidente golpista.

La siguiente preocupación era evitar que se rompiera del todo la institucionalidad y que el río revuelto se convirtiera en ganancia de pescadores. Para hacer la historia corta, muchos otros sectores sociales se acercaron al Sector Empresarial y luego de muchas reuniones se formó la Instancia Nacional del Consenso para encontrarle una salida al asunto. En ese momento la claridad, el liderazgo y la consistencia del Sector Empresarial fueron clave para consolidar un bloque social capaz de mantener la institucionalidad, evitar otro golpe y encontrar una salida.

Mi papel durante esos días era el de mantener el flujo de información entre el Sector y los otros miembros de la Instancia. Mi equipo (don Hector, Amparo, Lilian, Carlos y Rodolfo) tenía la misión de hacer que circulara -por fax, o por mensajero- todas las cartas, comunicados, boletines, y otras informaciones que eran emitidas localmente y en el extranjero, con respecto al golpe. Como había censura para la Prensa, no toda la información circulaba libremente…y en aquellos días no había Internet.

Por eso me llevé un fax a la casa y cada noche me llevaba un sobre con información por si acaso no pudiera entrar a la oficina en algún momento y tuviera que regresar a enviar info desde la casa. También tenía que conseguir los decretos o boletines que emitía el gobierno golpista. Mi oficina también le prestaba compu, fax y teléfono a varios corresponsales extranjeros para que hicieran su trabajo.

En esos días el Secretario General del CACIF tuvo un accidente y tuve a mi cargo la redacción de los comunicados que hacía el Comité. Mi oficina también organizaba las conferencias de prensa de la Instancia Nacional de Consenso, tanto en la sede de la CIG, como en el hotel Camino Real.

El día que renunció el vicepresidente Espina estabamos todos (los miembros de la Instancia, y este shute) en la CIG cuando del Palacio Nacional nos llamaron para que fueramos en grupos. Yo fui uno de los últimos en salir, junto con dos expresidentes del CACIF; y cuando llegué al Palacio a mi grupo y a mí nos condujeron al Ministerio de la Defensa, justo en el momento en el que concluía la reunión entre Espina y la Corte de Constitucionalidad. Ahí le dije adiós al exvicepresidente y luego fuimos al Salón de Recepciones.

Esa es la célebre foto en la que aparecen representantes de distintos sectore detrás de la Corte de Constitucionalidad y del Ministro de la Defensa. No son todos los que están, ni están todos los que son. Gabriel Girón, por ejemplo, se coló y aunque hubo voces de protesta, nadie quiso armar un escándalo y a él y a otros no se les bajó de ahi. Dos de mis exjefes, que habían sido claves, vieron la foto desde abajo.

Todo salió bien: no se rompió la institucionalidad, no hubo golpe, ni violencia y la dirigencia del país dió muestras de alguna madurez. Y yo siento mucha admiración por la dirigencia del Sector Empresarial que supo ejercer liderazgo con mucha consistencia en momentos en los que estaba en juego la Historia y el futuro del país.

Y me alegro mucho de haber estado ahi.

Para más información sobre el serranazo, recomiendo leer Imponiendo la democracia: las élites guatemaltecas y el fin del conflicto armado, por mi amiga, Rachel McCleary; que en inglés se llama: Dictating Democracy: Guatemala and the End of Violent Revolution.