06
Ene 07

Por Evelyn

1. Repulsión fue lo que sentí el 3 de enero cuando vi la noticia de que Evelyn Isidro, de sólo 7 añitos había sido decapitada. Según informaciones periodísticas los monstruos responsables de semejante atrocidad fueron dos sujetos que confesaron haberla secuestrado, violado, asesinado y enterrado.

Esos dos degenerados iban a ser linchados por vecinos y amigos de los padres de la pequeña víctima; pero ese acto de venganza fue evitado por la PNC. Según el Ministerio Público se podría pedir la pena de muerte contra los victimarios de Evelyn; y yo pregunto ¡¿de qué jodidos serviría si hay una cola de condenados a muerte y el Estado de Guatemala no tiene la autoridad moral, ni las agallas, para ejecutarla y hacer cumplir la ley en beneficio de la justicia?!

A mi me cuesta mucho escribir a favor de la pena capital, siendo que digo sostener la vida como el valor supremo y sabiendo que los tribunales pueden cometer errores. Sin embargo, bestias como las que segaron la vida de Evelyn ¿se merecen algo menos que la aplicación de la ley? Digo esto porque, precisamente, el Código Penal establece aquella pena para los culpables de violación agravada, asesinato, o secuestro. Yo quisiera que algún día desapareciera la pena capital; pero en tanto esté ahí los funcionarios cometen pusilanimidad y cobardía moral al no aplicarla.

En aquel contexto, la pena de muerte es el costo que tienen que pagar los humanoides que asesinan, secuestran y violan. Esto es justicia retributiva, que no debe confundirse con la venganza, que es inaceptable.

En el caso de engendros como los asesinos de Evelyn y la obligación que tiene el Estado de hacer justicia, yo tomaría en cuenta que uno de los propósitos de la pena es proteger a futuras víctimas y el otro es la ya citada justicia retributiva. Y también que toda persona que comete un crimen horrible, como son los cometidos en este caso, debe recibir el castigo estipulado por la ley.

Yo se que muchas personas religiosas tienen objeciones sobre la pena de muerte y son responsables de la cola de condenados mencionada arriba; pero al leer las escrituras se ve claramente que a veces Dios aplica la pena él mismo, y a veces usa a otros para aplicarla en su nombre.

Por todas las Evelyns que no han recibido justicia, estos asesinos y otras escorias parecidos deben ser sentenciados a la pena que les corresponde; y los funcionarios que están a cargo de hacer que se cumpla están obligados a ejecutar la condena. Si no lo hicieren, como no lo ha hecho en otras ocasiones, ¡declárense incompetentes, sapos de alma, pusilánimes y ñaques!, o cambien la ley.

2. Libertad para Kareem: Hacinado en una celda, en Alejandría, se encuentra el estudiante Kareem Amer, de 22 años, desde hace más de un mes. ¿Por qué está ahí? Por “difamar al presidente de Egipto” y “destacar aspectos inapropiados que dañan la reputación de aquel país”. Como dicen Dalia Ziada y Jesse Sage en el Internacional Herald Tribune, si los estándares de censura de los fiscales de Alejandría fueran aplicados en los Estados Unidos, en Europa [o en Guatemala] miles y miles de bloggers estarían detrás de las rejas. El principio básico de la libertad de expresión no es respetado en Egipto y la decisión de las autoridades egipcias de encarcelar a un joven estudiante, por ejercer dicha libertad, muestra que en el Oriente Medio hay una lucha constante y ardua entre los bloggers disidentes y los censores oficiales.

Por favor firme una petición para la liberación de Kareem en http://www.hamsaweb.com/c2/home.php?id=Kareem, o escríbale al embajador egipcio en Guatemala, Maher Baddar, a la 5ª. Avenida 10-84, zona 14. El lunes, también puede llamarlo al 2333-6296.
Por favor, como individuo y como persona, tome un momento para ayudar a Kareem; él no ha cometido crimen alguno y debería estar libre. Recorte esta nota y póngala donde le acuerde apoyarlo.

Publicado en Prensa Libre el sábado 6 de enero de 2006.


14
Nov 06

Ayude a liberar a Abdelkareem Nabil Soliman

Your help is needed to free a jailed Egyptian blogger. Please sign the petition. It takes just a couple of minutes and it will surely help a defender of Freedom and individual rights who has participated in programs at the Cato Institute and their Arabic liberal project. Abdelkareem Nabil Soliman is living a nightmare most of us can’t imagine.