05
Feb 24

“Las Margaritas”, cuando el Sol la hace de arquitecto

 

Suertaza tuve al pasar frente a Las Margaritas cuando el Sol estaba iluminando directamente ese edificio de la zona 10.

Edificio Las Margaritas al atardecer del 17 de enero de 2024.

Los rayos de Helios se colaron por los dos edificios de enfrente, del otro lado de la Calle Real de la Villa y produjeron el hermoso efecto luminoso que capté en la foto.

Las Margaritas me gusta mucho por el uso del concreto; y ¿sabes cuál es el apodo de esas dos torres? A los chapines les gusta ponerle motes a las cosas: El Palacio Nacional es el Guacamolón, por su color verde; en la Tercera avenida de la zona 1 está el Edificio Magermans, que es La Portaviandas, por su forma.  Hubo un avión de Aviateca cuyo apodo era La Papaya Voladora, por su color.  Pues bien, el de estos edificios es Rodajas de Pan Sandwich, porque son delgados por dos costados y anchos en los otros dos. 

La foto fue el 17 de enero, por cierto.


24
Feb 20

Los ángeles que muestran las canillas

Los ángeles de la primera foto son los que veía el cura y tienen las piernas cubiertas; pero los ángeles de la segunda foto son los que veían los feligreses y mostraban las piernas. ¿Alguien sabe por qué?

Foto 1

Angeles con las piernas cubiertas, que veía el cura.

Foto 2

Angeles con las piernas descubiertas, que veían los feligreses.

El domingo anduve por las ruinas de la catedral de La Antigua Guatemala y la guía, Annie, nos mostró los ángeles de las pechinas; y en ellas hay ángeles que enseñan las piernas y ángeles que no.  ¿Cuál sería el motivo por el cuál los ángeles que veía la gente sí mostraban las canillas? ¿Por qué es los ángeles que veía el cura, desde el altar, no muestran las piernas?

¿Alguien sabe por qué?

Claro que son piernas de ángeles y supuestamente los ángeles no tienen sexo…sólo son ángeles; pero llevan faldas, o prendas muy, pero muy parecidas a faldas con vuelos y todo. Por supuesto que hay que recordar que, en aquel tiempo, las mujeres usaban sólo faldas largas, y no faldas que llegaran a la tibia y el peroné.

Por cierto que esto último me recordó algo que mi papá le cantaba a su suegra, mi abuelita Juanita y decía: Mañana, por la mañana/ te espero Juana en el café. / Te juro  Juana, que tengo ganas de verte la punta ´el pie/ La punta ´el pié, la rodilla, la pantorrilla y el peroné.

La canción es de Luis Carriles.


09
Oct 18

Mural de Carlos Mérida, y Benito Juárez

Hay alboroto porque en una casa de la zona 9 -que es propiedad privada- hay un mural de Carlos Mérida y algunas persona temen que sean destruidos. Los estatistas quieren que el Instituto de Antropología, Etnología e Historia (o alguna otra autoridad) proceda a conservar el mural y quieren que sea declarado patrimonio cultural de la nación, lo que equivale a expropiarlo.

Foto tomada de Facebook.

Los más moderados entienden que el mural es propiedad privada y que es a su propietario a quien le corresponde decidir qué hacer con él, y cómo conviene a sus intereses. En última instancia, el respeto al derecho ajeno es la paz, como dijo Benito Juárez. Por cierto que, antes de opinar (a veces vehementemente), ¿alguien le ha preguntado el propietario qué planes tiene para el mural?

No soy fan de eso que llaman arte abstracto, pero personalmente yo lamentaría la destrucción del mural en cuestión porque decora bonito un área urbana que no tiene mayor atractivo. Sin embargo, entiendo que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos.

Hace años, yo mismo lamentaba la destrucción de varias casas de arquitectura extraordinaria y cincuentera, por Wilhelm Krebs, que estaban ubicadas en la Avenida de la Reforma, y que fueron sustituidas por edificios; del mismo modo que lamenté la pérdida de una gasolinera de arquitectura curiosa, en la Avenida de las Américas.  Pero una cosa es lamentar un cambio y otra muy diferente es pretender que el propietario de un inmueble, o de una obra de arte, no pueda disponer de ella como corresponde, sólo porque un grupo de interés estima que no deba hacerlo….o peor aún, pretender que no tenga derecho a hacerlo.

Foto tomada de Facebook.

Por otro lado, ¿sábes qué ocurrirá si prevalece la idea de que en la arquitectura (y en el arte en general) el propietario debe estar sometido a los intereses colectivos? Pues pasará que ya no habrá incentivos para hacer buena arquitectura, o para incluir obras de arte en casas y edificios. ¿Quién querría correr el riesgo de que luego, la gente no lo deje modificar el inmueble, o demolerlo cuando fuera necesario? Sacarán del mercado a los buenos arquitectos y artistas.

El arquitecto de la casa en cuestión, por cierto es Carlos Haeussler.

Hay precedentes en casos como el del mural de Mérida.  En la Quinta avenida y 16 calle de la zona 1 murales de Roberto González Goyri fueron removidos y luego vueltos a colocar en un edificio que fue remodelado.  Pero tengo entendido que fue por voluntad de sus propietarios y no por algún tipo de intervención estatista a modo de coacción.  ¿Fue así?

De cualquier manera, si alguien cree que el mural merece ser conservado, ¿qué es lo que corresponde? Que lo compre y que haga lo necesario para conservarlo cuando sea de su propiedad.  La compra puede ser individual, o por medio de algún tipo de acción colectiva, incluyendo el crowdfunding.  Lo que no se vale es imponer valores, preferencias y necesidades sobre otros.

La foto 1 la tomé de Fotos antiguas de Guatemala.


27
Jul 17

¡Volvieron los murales de González Goyri!

Para  nada soy fan de eso que la gente llama arte abstracto; y entiendo que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos.  Sin embargo, lamenté en su momento la remoción de unos murales de Roberto González Goyri, de un edificio de la zona 1.  Y me alegra que hoy vayan a ser reinaugurados, luego de volver a su lugar.

Esta es la historia de por qué.

En 1976 yo recibía clases de mecanografía en un colegio que está situado a dos cuadras del parque Enrique Gómez Carrillo y la camioneta Uno me dejaba en ese lugar.  En una de tantas pasadas vi para arriba y en el edificio localizado en la Quinta avenida y Quince calle noté unos murales firmados por Roberto González Goyri, uno de los más notables, admirados y respetados artistas guatemaltecos. Hay murales bellísimos suyos en el Banco de Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y otros edificios.  El Tecún Uman monumental de la zona 13 es del maestro.

A lo largo del proceso de deterioro de la zona 1 a veces pasaba por mi mente el hecho de que era notable que aquellas obras de arte estuvieran por ahí sin que nadie -aparentemente- reparara en ellas.  En medio de la fealdad y de la inmundicia del área, y aunque artisticamente  no fueran de mi gusto, era bonito saber que estaban ahí.  Y me hubiera gustado que se quedaran ahí. En esa cuadra estaba  la casa de mi bisabuela, Gilberta a principios del siglo XX, lo cual le añadía encanto a todo el asunto.

Los murales fueron removidos hace dos años y los clamores, las vestiduras rasgadas, los puños cerrados y el crugir de dientes a causa su eliminación no se hicieron esperar. A  mucha gente le  gusta pensar que ciertas obras de arte, incluidas las de arquitectura, no son propiedad de sus propietarios, sino que son algo así como propiedad de todos. Esa forma colectivista de ver las cosas supone que si algo es del gusto de algún colectivo, su propietario no puede disponer de él.  Sucedió hace poco con las estructuras de una gasolinera en la Avenida de las Américas y sucedió hace ratales con un mural pintado en un teatro.

Hace años, yo mismo lamentaba la destrucción de varias casas de arquitectura extraordinaria y cincuentera, que estaban ubicadas en la Avenida de la Reforma, y que fueron sustituidas por edificios.  Pero una cosa es lamentar un cambio; y otra muy diferente es pretender que el propietario de un inmueble, o de una obra de arte, no pueda disponer de ella como corresponde, sólo porque un grupo de interés estima que no deba hacerlo….o peor aún, que no tenga derecho a hacerlo.

La pretensión de que los propietarios de un edificio (o de una obra de arte) no pueden cambiarlo porque hay un grupo que valora  el edificio (o la obra de arte)  parte de la pretensión arrogante de que todos deben valorar lo mismo; y parte de la pretensión peligrosa de que lo tuyo, no es tuyo.  Si prevaleciera el criterio de que los propietarios de una obra de arte en un edificio no pueden alterarla, se crearía un incentivo perverso: el de que es mejor no añadir obras de arte a los edificios para no correr el riesgo de que luego, haya gente que disponga que no se pueden alterar la obra de arte, ni el edificio.

Lamenté la sustitución de los murales del maestro González Goyri por azulejos anodinos; pero respeto el derecho de los propietarios de los murales no sólo a tener gustos distintos a los míos, sino a disponer de su propiedad como le convenga. ¿Por qué? Porque ya lo dijo Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.


15
Feb 17

Los murales de González Goyri están de vuelta

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En noviembre de 2015 de armó un alboroto porque los murales del edificio ubicado en la Quinta avenida y 16 calle de la zona 1 -por maestro Roberto González Goyri– habían sido removidos.  El lunes pasé por ahí y vi que ya están de vuelta, y me dio mucha alegría.  En la foto no se ven; pero están detrás de los andamios.

En su momento lamenté la sustitución de los murales de González Goyri por azulejos anodinos; pero explresé mi respeto por el derecho de los propietarios de los murales no sólo a tener gustos distintos a los míos, sino a disponer de su propiedad como le conviniera. ¿Por qué? Porque ya lo dijo Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.

La pretensión de que los propietarios de un edificio (o de una obra de arte) no pueden cambiarlo porque hay un grupo que valora el edificio (o la obra de arte)  parte de la pretensión arrogante de que todos deben valorar lo mismo; y parte de la pretensión peligrosa de que lo tuyo, no es tuyo.  Si prevaleciera el criterio de que los propietarios de una obra de arte en un edificio no pueden alterarla, se crearía un incentivo perverso: el de que es mejor no añadir obras de arte a los edificios para no correr el riesgo de que luego, haya gente que disponga que no se pueden alterar la obra de arte, ni el edificio.

Dicho lo anterior celebro el retorno de los murales con la esperanza de que no haya sido por la fuerza, ni por la amenaza del uso de la fuerza.

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Hay murales bellísimos de Roberto González Goyri en el Banco de Guatemala, en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y en otros edificios.  El Tecún Uman monumental de la zona 13 es de aquel gran artista.


23
Nov 16

José Javier Fernández y las granjas flotantes

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Con el proyecto Smart Floating Farms, el arquitecto guatemalteco José Javier Fernández, obtuvo el primer lugar en la categoría de Lifestyle & Culture, en el Sustainable Entrepreneurship Award que se celebró en Viena, Austria.  José Javier es miembro del Institute for Advanced Architecture, en Cataluña. ¡Felicitaciones a José Javier!

El proyecto es una simbiosis o combinación de diferentes tecnologías existentes para producir lo que necesitamos; más alimentos frescos y saludables cerca de nuestra casa, explicó el arquitecto. 

En este enlace encontrarás una conferencia que impartió en la Universidad Francisco Marroquín, acerca de su experiencia en la arquitectura.

La ilustración es de aquí.


04
Jul 16

Visita a la Space Needle

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La Space Needle, de Seattle es una torre de observación y un ícono de esa ciudad. Fue construida en 1962 -al año siguiente en que yo nací- y tiene 184 metros de altura, por 42 de diámetro.  Debería resistir terremotos de hasta 9.1 de magnitud, lo cual es importante en una ciudad en la que podría haber ese tipo de terremotos.

Me divierte su forma que recuerda no sólo la Torre Eiffel; sino que a un platillo volador, imágen tan propia de los años 60 cuando comenzó la carrera espacial.


19
Nov 15

Los murales de González Goyri, y Benito Juárez

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En 1976 yo recibía clases de mecanografía en un colegio que está situado a dos cuadras del parque Enrique Gómez Carrillo y la camioneta Uno me dejaba en ese lugar.  En una de tantas pasadas vi para arriba y en el edificio localizado en la Quinta avenida y Quince calle noté unos murales firmados por Roberto González Goyri, uno de los más notables, admirados y respetados artistas guatemaltecos. Hay murales bellísimos suyos en el Banco de Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y otros edificios.  El Tecún Uman monumental de la zona 13 es del maestro.

A lo largo del proceso de deterioro de la zona 1 a veces pasaba por mi mente el hecho de que era notable que aquellas obras de arte estuvieran por ahí sin que nadie -aparentemente- reparara en ellas.  En medio de la fealdad y de la inmundicia del área, y aunque artisticamente  no fueran de mi gusto, era bonito saber que estaban ahí.  Y me hubiera gustado que se quedaran ahí. En esa cuadra estaba  la casa de mi bisabuela, Gilberta a principios del siglo XX, lo cual le añadía encanto a todo el asunto. iPero ya no están…y no faltan los clamores, las vestiduras rasgadas, los puños cerrados y el crugir de dientes a causa su desaparición, o eliminación.  A  mucha gente le  gusta pensar que ciertas obras de arte, incluidas las de arquitectura, no son propiedad de sus propietarios, sino que son algo así como propiedad de todos. Esa forma colectivista de ver las cosas supone que si algo es del gusto de algún colectivo, su propietario no puede disponer de él.  Sucedió hace poco con las estructuras de una gasolinera en la Avenida de las Américas y sucedió hace ratales con un mural pintado en un teatro.

Hace años, yo mismo lamentaba la destrucción de varias casas de arquitectura extraordinaria y cincuentera, que estaban ubicadas en la Avenida de la Reforma, y que fueron sustituidas por edificios.  Pero una cosa es lamentar un cambio; y otra muy diferente es pretender que el propietario de un inmueble, o de una obra de arte, no pueda disponer de ella como corresponde, sólo porque un grupo de interés estima que no deba hacerlo….o peor aún, que no tenga derecho a hacerlo.

La pretensión de que los propietarios de un edificio (o de una obra de arte) no pueden cambiarlo porque hay un grupo que valora  el edificio (o la obra de arte)  parte de la pretensión arrogante de que todos deben valorar lo mismo; y parte de la pretensión peligrosa de que lo tuyo, no es tuyo.  Si prevaleciera el criterio de que los propietarios de una obra de arte en un edificio no pueden alterarla, se crearía un incentivo perverso: el de que es mejor no añadir obras de arte a los edificios para no correr el riesgo de que luego, haya gente que disponga que no se pueden alterar la obra de arte, ni el edificio.

Lamento la sustitución de los murales del maestro González Goyri por azulejos anodinos; pero respeto el derecho de los propietarios de los murales no sólo a tener gustos distintos a los míos, sino a disponer de su propiedad como le convenga. ¿Por qué? Porque ya lo dijo Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.


10
Dic 13

Guatemalteco ganó competancia Spartacus Alive

Javier Fernández Ponce, arquitecto guatemalteco que vive en Barcelona, obtuvo el Primer lugar en la competencia Spartacus Alive, en Rusia.  El y los que obtuvieron el Segundo y Tercer lugar recibirán invitaciones para participar en la Yaroslavl Architectural Biennale y diplomas.

El nombre del proyecto de Javier es 3×1, un concepto nuevo acerca de construir de forma flexible basándose en las conexiones de la gente, en la revitalización de espacios públicos no atractivos y en una estrategia de intensificación y diversificación.


19
Nov 13

Guatemalteco entre ganadores de concurso urbanístico en Bilbao

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El teniente alcalde del Ayuntamiento de Bilbao y el director del Gabinete del alcalde , dieron a conocer  las diez propuestas ganadoras del concurso de participación ciudadana Bilbao Txokoak convocado por Bilbao Ekintza con el fin de impulsar la recuperación y dinamización socioeconómica de diez espacios urbanos.   Una de las propuestas ganadoras es Franjas Urbanas, del guatemalteco y amigo Javier Fernández Ponce.  Haz clic aquí y verás una conferencia que recióen dictó Javier en Guatemala.

El concurso fue un éxito de participación ciudadana y contó con propuestas de gran calidad y creatividad, aportadas por asociaciones y colectivos vecinales, centros formativos y un importante número de vecinos a título individual, que se sumaron a proyectos firmados por profesionales y estudiantes de arquitectura y diseño.

Las diez propuestas ganadoras para diez rincones son: Calle Zamakola 35. La Peña. Franjas Urbanas, de Javier Fernández Ponce; Calle de la Estación. Zorroza Hey babe, take a walk on the wild side, de Sofía de los Ríos y Adrián Víctor; Calle de la Cantera. Bilbao La Vieja. Con ojos de niño!! Bakuva Asociación, de Iratxe Marián y Lander Parra; Plaza Moraza. Uribarri. Acupuntura Urbana, de Jorge Moreno; Calle Iturribide. Casco Viejo. Iturribide, Iturriberde, Iturribizi, de Itziar Bravo, Gloria Díez y Jennifer Pérez.