07
Jun 24

El poder pleno da escalofríos

 

Desde hace años que voto cruzado, ¿para qué? Para que el Ejecutivo no tenga una aplanadora en el Congreso; y hago esto basado en tres ideas:

Una es de C. J. Friedrich, citado por A. Herrarte en El Estado de Derecho, y dice que la división del poder es la base del gobierno civilizado; y como desde una perspectiva sencilla la civilización es una sociedad compleja, pues me parece que sí, tomando en cuenta que, en una sociedad -si ha de ser sociedad-, la coacción debe estar reducida al mínimo.

 La otra idea es de Karl Loewenstein, también citado por Herrarte, y advierte que la clasificación de un sistema político como democrático constitucional depende de la existencia, o carencia de instituciones efectivas por medio de las cuales el ejercicio del poder político está distribuido entre los detentadores del poder, y por medio de las cuales los detentadores del poder están sometidos al control de los destinatarios del poder.  Difiero con Loewenstein en el sentido de que lo que él describe como un sistema democrático constitucional, estoy convencido de que es una república; pero mutatis mutandis, el poder político debe estar distribuido entre los que lo detentan y estos deben estar sometidos al control de los mandantes.

Dicho lo anterior, la tercera idea es de mi querido F. A. Hayek que, en Los fundamentos de la libertad dice que El liberalismo (en el sentido que tuvo la palabra en la Europa del siglo XIX, al que nos adherimos en este capítulo) se preocupa principalmente de la limitación del poder coactivo de todos los gobiernos, sean democráticos o no, mientras el demócrata dogmático sólo reconoce un límite al gobierno: la opinión mayoritaria.

De ahí que me interese la distribución del poder y que me haya llamado la atención algo que dijo el diputado oficialista Raúl Barrera en el contexto de los resultados de las elecciones en México: El voto cruzado se va terminando. El pueblo ha notado que para que las cosas pasen el poder debe ser pleno. Y ¡Chispas!…lo del poder pleno me dio escalofríos. Poder pleno es lo que tienen Ortega y Bukele aquí en la vecindad. Es lo que tiene Maduro en Venezuela; y lo que tienen Xi, en China; y Putin en Rusia; es lo que tiene Kim, en Norcorea. Poder pleno tenían Estrada Cabrera y Ubico aquí entre nosotros. Tal vez es cierto que, en ciertos ambientes, el poder no se suelta aunque te queme las manos.

Las posibilidades de limitar el poder coactivo del estado se reducen si el Presidente tiene una aplanadora en el Congreso y si por medio de esa aplanadora tiene control del Organismo Judicial, del Ministerio Público y de otras instancias como la Contraloría General de Cuentas y la Corte de Constitucionalidad, por mencionar dos. 

¡Por supuesto que no es lo mismo si la aplanadora se usa para proteger la esfera de acción privada de las personas, que si se usa para reducirla! Y tampoco es lo mismo si la aplanadora se usa para reducir las posibilidades de coacción arbitraria, que si se usa para multiplicarlas. Pero…buenas intenciones aparte y haciendo uso del velo de la ignorancia, de J. Rawls, prefiero que el poder este distribuido, dividido, o como quieras llamarle, para limitarlo. 

Es cierto que la ausencia de concentración del poder complica la acción política; pero, como no sea para salir de un pantano colectivista (incluso si no es totalitario), las cosas de palacio deben ir despacio. Todo intento de legislación que invada las esferas de acción privada de las personas, que viole derechos individuales, y que cree privilegios debe pasar por un proceso político que la exponga, la atrase, que le quite los dientes, y la bloquee. 

La calidad del fandom de Semilla, no ayuda.

Columna publicada en República


09
May 24

División del poder y violencia

 

Cuando visité el Capitolio, en Washington D. C., nuestro guía comentó que el Presidente de los Estados Unidos de América tenía que pedir permiso para visitar ese edificio y al Congreso de allá.  A mis compañeros africanos eso les impresionó mucho porque…¿te imaginas a uno de los jefes de estado de allá pidiendo permiso para ir al Congreso de allá?

Por mi parte, y eso fue en 1997, pensé que así era como debería ser.

De aquello me acordé cuando vi al presidente Bernardo Arévalo y a una variopinta compañía, escoltada por docenas de policías, militares y por el servicio secreto, caminar del Palacio Nacional a a la sede del poder Legislativo, para exigir la aprobación de una ley para controlar el Ministerio Público (y de paso, al poder Judicial). Una cosa hay que reconocerle a la Administración semillera, ¡Saben, mejor que nadie, cómo montar un buen espectáculo mediático para su clientela!

Arévalo caminó por la Sexta Avenida con notable impacto mediático. Foto de la Agencia Guatemalteca de Noticias.

Por lo que he visto y oído en esta semana, y ustedes sáquenme del error si estoy equivocado, da la impresión de que el Presidente cree, de verdad, que tiene un ascendente legal y jerárquico sobre los tres organismos del estado.

La obsesión del Ejecutivo con la remoción de la Fiscal General va con prisas hasta el punto de que la Administración Arévalo ha descuidado su mandato para gobernar, porque la mala simiente teme que en noviembre Joe Biden pierda la elección en los Estados Unidos de America y que, con esa derrota, se acabe el apoyo gringo a su proyecto para Guatemala.

De ahí que la polarización y la crispación que causan entre los chapines sea una apuesta elevada, pero necesaria desde su particular perspectiva; y como es su costumbre, el Movimiento Semilla y sus fans se han aferrado al discurso maniqueo de que todos son corruptos y golpistas, menos ellos. 

Según un diputado del bloque VIVA, en el Congreso, durante las maniobras del Ejecutivo para conseguir su reforma retroactiva a la ley del Ministerio Público, él recibió amenazas por parte de mareros con el objetivo de presionarlo para que apoyara la iniciativa semillera. Sobra decir que diputados oficialistas también han denunciado amenazas por parte del otro bando.

La dirigencia del partido oficialista ha reiterado que el pueblo de Guatemala está listo para salir a protestar, y por pueblo, ¿quién no sabe que se trata de grupos de acarreados, clientela, y grupos comprados? 

A estas alturas, la dirigencia semillera no oculta que necesita una aplanadora oficialista (¿Como las que tienen Daniel Ortega y Rosario Murillo, por ejemplo?) en el Congreso para que imponerse sobre las minorías, porque no son capaces de conseguir acuerdos, y menos de alcanzar consensos.

Los fans de la mala simiente llegado al colmo de pedir la intervención del ejército para imponerse, lo que en mi pueblo se conoce como golpe de estado.  No tienen vergüenza en usar como excusa un supuesto cierre de salidas institucionales (porque no se hace su voluntad y no valoran la división del poder) y como en 1960, usar eso para recurrir a otras acciones…no institucionales, claro.  No falta quien crea que Jorge Serrano debería haber tenido éxito con su golpe de estado.

Por cierto que, alzarse contra una dictadura y contra una tiranía es un recurso válido; pero clamar por la intervención del ejército, por irse a medias de hecho y hacer apología de un golpe absurdo sólo porque la división del poder es inconveniente, y porque la ley vigente no se ajusta a los intereses del Ejecutivo y del partido oficialista, es un desatino.


26
Abr 24

La simiente y su laberinto

 

Si como dice el tango, Veinte años no es nada, imagínate lo que son 100 días. La observación viene a cuento porque esta semana la Administración Arévalo o Administración semillera cumplió 100 días de ejercer el poder en Guatemala.

Estoy seguro de que los primeros 100 días son estresantes para un partido político con cuadros, que ha tenido tiempo suficiente para hacerse a la idea de que controlará el Organismo Ejecutivo, y que posiblemente tenga apoyos partidarios medianamente asegurados en el Congreso.

Mi impresión es que la Administración Arévalo o Administración semillera está en un laberinto. Foto por Kritzolina, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Pero, imagina cuán abrumadores han sido -esos 100 días- para un movimiento integrado por una multitud de intereses específicos y concretos, acostumbrada a la barricada y a las pintas callejeras, sin experiencia política, ni administrativa. Imagínate como han sido para un grupo que llegó al poder por puro chiripazo y que, ni en sus sueños de opio, podía haber anticipado que tendrían que llenar -con gente medianamente capaz- la multitud de puestos de responsabilidad política y administrativa que caben en el presupuesto de gastos del gobierno.  Imagina cómo ha sido no tener bancada debido al origen dudoso del movimiento. Imagina cómo ha sido enfrentar las expectativas de grupos de interés a cuyos dirigentes parece no haberles cerrado el lóbulo frontal, a pesar de la edad de algunos.

Parece que lo dijera en son de burla; pero hay un toque de empatía.  De verdad creo que el plazo de 100 días es más una oportunidad mediática que un plazo razonable. Dicho lo anterior, y para aprovechar el festín mediático, ¿qué nos ha dejado la simiente?

Por lo pronto una obsesión…voy a decir…interesante… con la ley anticompetencia y con salir, aunque sea ilegalmente, de la Fiscal General. Una para quedar bien con su clientela con un big bang; y otra para remover obstáculos para el ejercicio más pleno del poder.

¿Qué más? A fuerza de presión mediática, el Presidente se hizo una rebaja simbólica de los ingresos que recibe del presupuesto del gobierno.  Clavos con funcionarios que creyeron que podían usar los recursos del gobierno para asuntos personales; porque fueron pillados.  Un abuso del Estado de calamidad, recurso que, hasta los mismos semilleros han advertido que es una forma de arca abierta. Elecciones fallidas de gobernadores. Y ya han anunciado que necesitan una piñata más grande, a pesar de que, según aseguraban, si se eliminaba la corrupción iba a abundar la plata.

¿Qué más? Manipulación de los procedimientos de formación y sanción de leyes para promover legislaciones de alto impacto mediático y para su clientela; ¿Por ejemplo? La legislación de donación de órganos y la del cáncer y la de pueblos indígenas para mencionar tres. En esa misma dirección, la normativa de géneros. Todo aquello apoyado por una actividad notoria, intensa y ¿costosa? en redes sociales virtuales.

¿Qué más? Un acuerdo secretísimo con Iván Velásquez, y ataques a la prensa por hacer preguntas incómodas para la Administración.

Que no te sorprenda; porque aquí y en Tombuctú, los socialistas (en todo el espectro) siempre han entendido muy bien el valor que tienen los efectos especiales de corto plazo, los dulces para la clientela y el control de la narrativa.

En estos primeros 100 días, mi impresión es que la Administración Arévalo o Administración semillera está en un laberinto.

Columna publicada en República.


12
Abr 24

Basura y poder, juego peligroso

Llegó la hora límite para escribir este artículo y no encontré la cita que necesito.  Hace ratos leí algo así como que si le das al gobierno poderes extraordinarios durante una emergencia, los políticos inventarán emergencias para conseguir poderes extraordinarios.  La idea viene como anillo al dedo como consecuencia del incendio del basurero de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán.  Nombre imposiblemente más irónico para tremendo foco de contaminación y su relación supuesta con la protección del ambiente.

Para hacer la historia corta, el tema es que agarró fuego aquel vertedero y, como consecuencia, la calidad del aire en buena parte de la ciudad de Guatemala está fatal.  Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, el incendio fue intencional y ya fue puesta una denuncia en el Ministerio Público.

Lo que interesa para estas meditaciones es que la Conred le solicitó al presidente Arévalo que declarara un estado de calamidad pública debido al incendio y a la contaminación; que el Ministerio de Educación suspendió clases en Escuintla, Guatemala y Sacatepéquez; y que los pipoldermos solicitaron Q. 110 millones para manejar a su antojo con el pretexto de combatir el incendio del basurero y otros que hay en el país que, afortunadamente no obtuvieron.  Entonces fue que me acordé de la frase del primer párrafo de estas meditaciones y que, en 2020, los semilleros y sus aliados se contaban entre los más entusiastas de los encierros forzados y del uso de mascarillas (aunque fueran mal usadas).

El estado de calamidad es un régimen de excepción mediante el cual la administración, o los pipoldermos (como quieras llamarle) se atribuye la facultad de violar garantías constitucionales de forma legal (más no legítima; por eso es que los estados de excepción son anticonstitucionales).  ¿Por ejemplo?  Cuando está en vigencia un estado de calamidad, la administración puede limitar tu derecho de libre locomoción. Puede cambiar o mantener tu lugar de residencia, puede establecer cordones sanitarios, limitar la circulación de vehículos e impedir la salida o entrada de personas en la zona afectada. La administración puede impedir concentraciones de personas y prohibir o suspender espectáculos públicos y cualquier clase de reuniones.  En corto, puede prohibirte hacer lo que la ley (Nomos) no prohíbe, mediante legislación (Thesis) y arbitrariedad.  ¿Te acuerdas en el 2020 cuando algunos alcaldes (sin tener facultades legales para hacerlo) prohibían el ingreso de personas a sus municipios? Podían hacerlo -con impunidad- porque la administración había decretado estado de excepción y tenían la fuerza para hacerlo, al margen del derecho.

Lo de la suspensión de clases en Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez es otra arbitrariedad enorme como de aquí a Pinula.  Es cierto que en centros escolares aledaños al basurero de AMSA el hedor y la contaminación han sido espantosos; pero en una sociedad de personas libres a quienes les hubiera correspondido decidir enviar o no a los niños a la escuela o al colegio es a los padres o encargados.  Si algunos padres, o encargados hubieran querido una acción colectiva, la decisión de tomarla correspondería a un acuerdo entre padres y la dirección de las escuelas o colegios involucrados. Eso hubiera sido en una sociedad libre, pero en una estatista, colectivista y autoritaria como la chapina, la orden vino de orden superior. 

Este tipo de ordenes autoritarias tiene muchas desventajas porque son arbitrarias. Tengo dos hipótesis sobre su origen: la primera es que se originó entre los maestros sindicalizados que, no queriendo ir a dar clases en condiciones desagradables y adversas (con razón, consiguieron una disposición generalizada para no tener que hacerse responsables). La segunda es que la gente siempre espera que la administración haga alg” y pues, hizo algo.  Prohibir es algo que toda administración puede hacer para satisfacer a su clientela y para cumplir con el principio precautorio (que es enemigo de la libertad y de la responsabilidad individual).  Por otro lado, ¿en serio los niños respiran aire menos contaminado en casa que en la escuela? 

Como mencioné arriba, a la administración semillera le gustan los encierros forzados. La diferencia de los encierros del 2020 con los de ahora es que durante aquel abuso los padres estaban en casa para atender a los niños que se quedaban sin ir a la escuela o al colegio. ¿Alguien pensó en el brete en el que metían a muchos padres o encargados si sus niños no salían a estudiar? No todos los padres, o encargados pueden quedarse una semana con sus hijos y no todos tienen personal para cumplir esas funciones. 

¡Hasta los semilleros saben que hay que decirles que no a los estados de calamidad, porque se prestan para que los pipoldermos roben!  Durante el estado de excepción, ministerios y otros centros de costos para los tributarios (que sos tú, no te confundas) pueden comprar bienes, suministros y servicios, así como hacer contrataciones sin cumplir con los requisitos de la legislación de contrataciones.  Y, por arte de magia, en medio de la calamidad, los pipolermos que se distinguen por actuar sin coordinación, sin conocimientos, mediante la coacción y muchas veces de forma venal van a ser transparentes, probos y van a actuar solo con el bien común como faro para guiarlos.

Dicho todo lo anterior, ¿sabes qué si hace falta? Determinar si los incendios han sido causados a propósito y por quiénes.  ¿Sabes qué más? Reconocer que crisis como la del vertedero de AMSA las cría la Administración desde el estatismo y luego las quiere resolver con más estatismo, porque así va a haber más presupuesto y porque los tributarios no terminan de entender que -en última instancia- ellos son los que pagan con los impuestos que les quitan los pipoldermos.

Urge, para ya, la desestatización de la basura; y urge, para ya devolverles a los padres y encargados la libertad de decidir sobre la educación de los niños; y urge, para ya, desactivar esa arca abierta y ese nacedero de arbitrariedad que puede ser un estado de calamidad.

Columna publicada en República.


26
Ene 24

Rivalidades, pasiones  y cicatrices que han hecho historia

 

¿Qué es lo que no puede gustar de una buena polémica? ¿O de una buena rivalidad? Sobre todo, si aquellas tienen cierta altura; y más que nada si son de relevancia histórica, y podemos aprender de ellas.

Pues bien, el escritor Roberto Ardón se dio a la labor de investigar seis rivalidades o duelos políticos que han marcado la historia de Guatemala.  Esto es porque han trascendido a sus tiempos y han permanecido controversiales por muchos años;  porque los participantes hicieron uso de todos los recursos disponibles incluidas la pluma, el púlpito, los medios masivos de comunicación, las redes sociales y las armas según fuera la tecnología disponible, y el tenor de los tiempos; porque los rivales consiguieron legiones de seguidores de todas las edades y de todos los caminos de la vida; y porque los duelistas se aseguraron lugares destacados para la posteridad hasta alcanzar niveles legendarios por decir algo.

Rivalidades fue presentado el 19 de septiembre de 2023.

En su libro, Rivalidades, duelos políticos que han marcado nuestra historia, Roberto contribuye a animar el interés de los chapines por conocer de dónde venimos, por qué somos como somos y por qué tenemos las cicatrices que tenemos. ¿Cómo? Mediante la narración, exposición e interpretación de polémicas pasadas y dignas de ser recordadas, contadas y vueltas a contar.  ¿Quién no gusta de un buen relato bien contado? ¡Y más si ese relato involucra polémica, o vehemencia viva!

A mí, por ejemplo, siempre me ha gustado muchísimo un libro que me obsequió la querida y siempre bien recordada, doña Marina Marroquín, titulado En el mundo de la polémica, obra que recoge las controversias y contrapunteos entre Clemente Marroquín Rojas y personajes como Adrián Recinos, Luis Cardoza y Aragón, Enrique Muñoz Meany, Guillermo Toriello, Mario Monteforte Toledo y Ramón Blanco.  Este es un clásico de la polémica y te lo recomiendo porque es una joya en muchos niveles.

De vuelta a Rivalidades, soy team Francisco Morazán desde que terminé de entender que las guerras centroamericanas que siguieron a la desvinculación de 1821 no fueron entre países, sino entre conservadores y liberales.  Ahora, gracias a la aportación de Roberto, tengo muchas ganas de leer la polémica entre Lorenzo Montúfar y Agustín Mencos.

De la rivalidad entre Manuel Estrada Cabrera y José Piñol y Batres -sin dejar de reconocer que el primero fue un dictador, al que había que oponerse- no extraña que la iglesia católica se organizara para combatir a la religión positivista y al humanismo clásico peligroso, incluso si para ello había que llamar a la acción abierta y a la sedición; e incluso si las conferencias de Piñol fueran convenientemente circuladas, de forma privada, entre miembros de la legación diplomática de los Estados Unidos de América. ¡Sorpresa!

La rivalidad entre Jacobo Árbenz y Carlos Castillo Armas es, según yo, el duelo que levanta más pasiones y enciende más sentimientos.  Hace años escribí un artículo titulado El fuego jacobino de los linchamientos; y por jacobino quise aludir a la violencia del período del terror durante la Revolución Francesa. Pues bien, un lector se inflamó y me escribió: ¿De dónde sacás que los linchamientos vienen del gobierno del coronel Jacobo Arbenz Guzmán? Árbenz es un fetiche al que hay que conocer mejor y del que,…sospecho,…vamos a oír bastante durante algún tiempo en Guatemala.

Rivalidades es para los que amamos la historia y para los que aman la política. 

De las bien seleccionadas por Roberto, la rivalidad entre Manuel Colom y Alejandro Maldonado fue la primera que se dio durante mi vida. Yo tenía 9 años para las elecciones de 1970; pero las recuerdo por las conversaciones en casa de mis padres.  Más tarde recuerdo conversaciones sobre el debate de 1976 -en Estudio Abierto– encuentro elevado a categoría mitológica como una batalla intelectual portentosa. El 22 de marzo de 1979 yo estaba en clase, y mi amigo, Ivo -no sé cómo porque esto es antes de los teléfonos móviles y de las redes sociales virtuales- llegó con la novedad de que habían asesinado a Colom.   Recuerdo bien que todos estábamos consternados.

La rivalidad entre Dionisio Gutiérrez y Sandra Torres es de especial relevancia y actualidad porque ayuda a entender buena parte del proceso electoral que -de puro chiripazo- llevó a Bernardo Arévalo a la presidencia de la república; y puso el país en manos del Movimiento Semilla. 

La rivalidad final del libro es la de Álvaro Arzú e Iván Velásquez.  Para un escritor de historia, ha de ser muy difícil abordar la narración, exposición e interpretación de acontecimientos que todavía están calientes; pero Roberto lo hizo muy bien con esta y la rivalidad anterior.  Hasta este duelo y para mí, Arzú había sido el presidente que le entregó Guatemala a la guerrilla mediante la firma de los acuerdos de apaciguamiento; pero se hizo grande cuando enfrentó al jefe de la CICIG.  Ese enfrentamiento allanó el camino para que Jimmy Morales no renovara el acuerdo de aquel engendro.

@luisficarpediem

¿Qué es lo que no puede gustar de una buena polémica? ¿O de una buena rivalidad? Sobre todo, si aquellas tienen cierta altura; y más que nada si son de relevancia histórica, y podemos aprender de ellas #historia #politica #guatemala #rivalidades #libros #luisfi61

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Rivalidades se deja leer con facilidad; pero no es un libro lite.  La habilidad de su autor invita a que uno quiera leer más y a que uno quiera enterarse mejor acerca de sus protagonistas y de sus tiempos.  Es una invitación generosa a explorar libros y periódicos relacionados con los rivales y con los entresijos de sus polémicas porque el diablo está en los detallesRivalidades es para los que amamos la historia y para los que aman la política.  Si no eres indiferente, Rivalidades es un libro para ti.

Columna publicada en República.


21
Ene 24

Mirada sur: “Del plato a la boca se cae la sopa”

Luego de horas de espera, polémicas y desencuentros (que llamaron la atención internacional), Bernardo Arévalo tomó posesión de la presidencia en Guatemala y Mirada Sur tuvo a bien preguntarme sobre lo que ocurrió y esto fue lo publicado:

Luego de horas de tensa espera, polémicas y desencuentros, el nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, asumió el cargo la madrugada del pasado lunes. Si bien la ceremonia de traspaso del poder estaba prevista para las 15 horas locales, una serie de recursos judiciales y peleas políticas, demoraron el hecho e hicieron temer por un quiebre en la institucionalidad del país centroamericano. Ante el retraso, varias delegaciones internacionales tuvieron que abandonar la juramentación, como fue el caso del rey Felipe VI de España y el presidente chileno Gabriel Boric.

“Me llena de profundo honor asumir esta responsabilidad, evidenciando que nuestra democracia tiene la fortaleza necesaria para resistir, y que mediante la unidad y la confianza podemos transformar el panorama político en Guatemala”, comenzó diciendo Bernardo Arévalo. “Estos últimos meses, nos hemos enfrentado a complejas tensiones y desafíos que llevaron a muchos a pensar que estamos destinados a un retroceso autoritario. Para miles de personas estos meses sugirieron el resurgimiento de la dictadura en Guatemala. Sin embargo, el pueblo ha demostrado su sabiduría”, añadió el mandatario.

Más allá de la demora en la ceremonia, otro dato llamativo fue el fervor que la llegada al poder de Arévalo genera en muchas fuerzas políticas “de izquierda” de la región, que parecen ver en este episodio casi que una victoria regional. Sobre todo esto le consultamos a Luis Figueroa, Investigador del Centro de Estudios Económico-sociales

“Lo de la ceremonia atrasada fue una lucha de poder para controlar el Congreso y a mi no me extrañó que tardara tanto y fuera tumultuosa. Los partidos estaban ganando tiempo para conseguir (yo digo comprar) los votos necesarios”, nos decía Luis. “El furor en Hispanoamérica tiene mucho que ver con que Semilla es un movimiento socialista “woke” alineado con el Foro de Sao Paulo y afín a AMLO, Boric, Petro y los otros. También es una venganza por 1954 en Guatemala.  ¡Mucho que celebrar! Además, hasta hace una hora, o poco más, Semilla tenía el control del Ejecutivo y del Legislativo, ya estaba empujando su agenda legislativa (full estatista) y desde ahí hubieran controlado el Judicial cuando llegara el momento”, nos explica el analista. 

“Peeero, ´del plato a la boca se cae la sopa´ y la Corte de Constitucionalidad, como consecuencia de recursos de amparo interpuestos por distintas organizaciones, recién acaba de resolver que se debe repetir la elección de Junta Directiva del Congreso”. Por lo visto, la polémica seguirá rodeando el inicio de la gestión de Arévalo. En las horas siguientes, el Departamento de Estado de EE.UU. sancionó al expresidente  Giammattei, prohibiéndole la entrada a su territorio debido a “su implicación en corrupción significativa”. La sanción también alcanza a los hijos del exmandatario.

Los comentarios los compartí, con Mirada Sur, el jueves 18 de enero. Al final de cuentas el partido oficial consiguió que fuera elegida una junta directiva que espera controlar -aunque no forme parte de ella- para hacer avanzar su agenda legislativa e ideológica. 


18
Dic 23

“La batalla por Guatemala” en “Mirada Sur”

 

Mirada Sur tuvo la gentileza de preguntarme sobre lo que ocurre políticamente en Guatemala y esto fue lo publicado:

Cuando falta un mes para el 14 de enero, fecha para el traspaso de mando en Guatemala, todavía no se sabe si el Presidente electo, Bernardo Arévalo, podrá asumir el cargo. En la segunda vuelta de las elecciones nacionales, celebradas en agosto, Arévalo, del partido Semilla, se impuso sobre la ex Primera Dama, Sandra Torres, con un 58% de las voluntades. Sin embargo, el partido oficialista Vamos y otros nueve partidos de derecha, denunciaron ante el Tribunal Supremo Electoral y la Suprema de Justicia, que en la primera vuelta existió fraude en favor de Arévalo y se niegan a reconocer su victoria en las urnas. Con varios recursos presentados han logrado demorar la oficialización de los resultados y la adjudicación de los cargos obtenidos en la contienda.  

La OEA ha calificado la situación como un “intento de golpe de Estado por parte del Ministerio Público” guatemalteco y expresó su condena en un comunicado emitido el pasado viernes. Por su parte, el presidente de los Estados Unidos, potencia que ha tenido influencia histórica sobre Guatemala, manifestó en varias ocasiones su apoyo a Arévalo y al proceso electoral. No obstante, son muchos los que creen que si el 14 de enero Arévalo logra asumir, será un milagro.

La voz experta. Para entender mejor esta compleja trama de corrupción y políticos aferrados al poder, consultamos a Luis Figueroa, Investigador del Centro de Estudios Económico-sociales de Guatemala.

“En la medida en que se acerca el 14 de enero, día del cambio de la Presidencia de acuerdo con la Constitución, se ha intensificado ´La batalla por Guatemala´. Por un lado el 8 de noviembre el Ministerio Público ofreció su informe sobre las investigaciones que hizo sobre el proceso electoral, las cuales concluyen en que se cometió fraude.” 

Por otro lado, nos explica Luis, “el presidente electo, Bernardo Arévalo y el Movimiento Semilla responden con “salir a la calle” en defensa de la democracia; sin mayores éxitos porque no consiguen demostrar apoyo popular amplio para sus manifestaciones. Si en la última de ellas no hubiera echado el hombro el grupo de dirigentes indígenas conocidos como 48 cantones de Totonicapán, la manifestación hubiera sido más que raquítica. Los organizadores se vieron muy mal cuando el Presidente electo habló rodeado por personajes de la vieja política (dos excandidatos presidenciales y un ex jefe del MP), del tipo que el votante promedio de Semilla, -y el votante promedio de otras opciones- rechaza con vehemencia”.

Para Luis, “Si me preguntan, el informe del MP no termina de presentar evidencias incontestables para ser presentadas en un proceso judicial, como no sea porque hay una compra de teléfonos móviles con sobreprecio que no da buena impresión. Sigue habiendo indicios de que “algo está podrido en Dinamarca”, pero faltan pruebas. Semilla, por su lado, perdió calidad moral luego de la manifestación citada por la presencia de personajes turbios; y porque no logra consolidar un gabinete que pueda presentarles a los ciudadanos para generar confianza”. Y agrega que “Con las vacaciones de fin de año a las puertas las grandes preguntas son, ¿qué porcentaje de posibilidades hay de que Arévalo tome posesión de la presidencia el 14 de enero de 2024?  ¿Prevalecerá la política, o prevalecerá el derecho? Los guatemaltecos, ¿merecemos saber la verdad?”

La publicación es muy generosa cuando pone La voz experta; pero lo que sí es, es la voz sincera. Esta opinión, por cierto, la envié el 12 de diciembre del 2023 antes de la resolución de la Corte de Constitucionalidad que ordenó garantizar la toma de posesión de Arévalo.


15
Nov 23

Que dicha conocer a Richard E. Wagner

 

Richard E. Wagner ha dedicado buena parte de su vida académica a estudiar la teoría de la opción pública (Public Choice), área que me gusta por dos razones: le da una base praxeológica a la ciencia política y desromantiza la política.

Richard E. Wagner y Yours Truly luego de que el primero recibió un doctorado honoris causa de la UFM. Foto por Luis Fernando Samayoa.

La primera parte debería ser obvia, pero no lo es.  La política, como la economía es una manifestación de la acción humana y ¿por qué iba a estar al margen de la teoría general de la acción humana? La segunda parte es valiosa porque todavía hay gente, y seguro que conoces a más de una persona, que cree que los políticos no actúan en su propio beneficio y que, cuando alguien se dedica a la política lo hace para el bien común principalmente.

Tuve el gusto de conocer a Richard porque visitó Guatemala para recibir un doctorado honoris causa de la Universidad Francisco Marroquín el 11 de noviembre pasado. El jueves anterior tuve el honor de mostrarle la Sala de Colecciones Especiales de la Biblioteca Ludwig von Mises y el viernes le di un paseo por el Museo Popol Vuh. En ambas locaciones disfruté mucho de la curiosidad del homenajeado y de su sentido del humor. 

Richard E. Wagner trabajó con James M. Buchanan, también doctor honorífico de la UFM, a quien conocí aquí durante una serie de conferencias en 2001.


04
Oct 23

Semilla y la Internacional Progresista: ¿Izquierda más allá de la izquierda?

 

El Movimiento Semilla se unió a la Internacional Progresista, organización que es una escisión de la Internacional Socialista; y se deriva de los movimientos socialistas de Yanis Varufakis y de Bernie Sanders; y cobija a grupos que se sitúan a la izquierda de la izquierda, según explica Enrique Gomáriz, de latinomerica21.com.

En Hispanoamérica la Internacional Progresista integra organizaciones sociales y de comunicación, pero a pocos partidos políticos y uno de ellos es Convergencia Social, de Gabriel Boric. Acoge regímenes como los de Daniel Ortega y Nicolás Maduro y a personajes como Rafael Correa.

Para los que leen Carpe Diem no es sorpresa; pero nunca faltan los inocentes; y, claro, todo esto hay que documentarlo. Así que ¡Estás advertido, otra vez!, y hay más. ¿En qué creen los grupos que integran la Internacional Progresista?

Nuestra misión es construir poder popular a escala planetaria. Las elecciones son oportunidades para transformar la política y convertir las demandas populares en políticas gubernamentales. Pero sabemos que ganar elecciones no es suficiente para cumplir nuestra misión.  Las elecciones son solo un medio para llegar al poder, y como el poder no se suelta, después cambiar la Constitución -y la institucionalidad- para servir a los objetivos 1 y 7 de abajo.

Nuestro objetivo es la acción colectiva. No nos conformamos con montar una red social. Nuestras actividades nos preparan para la movilización planetaria, haciendo coincidir la escala de nuestras crisis con la escala de las acciones que emprendemos contra ellas.  No es casualidad que La Internacional sea el himno en este lado del espectro político. Leon Trotsky se opuso al internacionalismo de Lenin y mira cómo le fue. 

Y se pone mejor, te comparto una selección de perspectivas; pero te recomiendo que las leas todas para entenderlas bien. 

  • Aspiramos a erradicar el capitalismo en todas partes. Ese era el objetivo de Marx, Engels y Lenin.
  • Nuestro objetivo es trascender las barreras lingüísticas para encontrar nuestro propio lenguaje común de resistencia. De ahí la neolengua.
  • Reconocemos que la supremacía blanca es un principio organizador del sistema mundial. De ahí el racismo.
  • Nuestra demanda es una reparación integral por los crímenes pasados y la restauración inmediata de la tierra, los recursos y la soberanía para todos los pueblos desposeídos del mundo. Una visión colectivista de la historia.
  • Nuestro objetivo es romper con el patriarcado y al mismo tiempo alterar la estructura binaria de género en la que se basa. No es la lucha legítima por la igualdad de todos ante la ley; sino la sustitución de la lucha de clases por la lucha de identidades.
  • La paz sólo puede durar en la seguridad de la justicia social. Y la justicia social es la negación de la justicia.
  • Revolución, no cambio de régimen. Vuelve a leer la primera.

El presidente electo, Bernardo Arévalo, por cierto, recién participó en el encuentro del Grupo de Puebla, entre cuyos fundadores se cuentan: Cuauhtemoc Cardenas, Rafael Correa, Ignazio Lula da Silva, Alvaro Garcia Linera, Alberto Fernández, José Mujica, Evo Morales, Irene Montero, Ana Isabel Prera, José Luis Rodríguez Zapatero, Dilma Rousseff, Ernesto Samper, y Manuel Zelaya. 

Asociado en sociedad con tales socios, te puedes imaginar…como escribió Joaquín Sabina.

Por cierto que no me gusta usar términos como izquierda, ni derecha sin explicar el contexto específico: En un espectro filosófico de individualismo frente a colectivismo la derecha es individualista y la izquierda es colectivista.  El individualismo sostiene que los individuos tenemos derechos que el colectivo no debe violar y que los intereses colectivos no deben prevalecer sobre aquellos derechos de las personas individuales; y el colectivismo sostiene que los individuos no tenemos derechos porque los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos de las personas.


08
Sep 23

Deshojando margaritas: El dilema entre ley y gobernabilidad

 

Mi nana, Elena, fue quien me enseñó a deshojar margaritas. Al ritmo de Me quiere, no me quiere deshojamos varias en el jardín de la casa de mi abuela cuando yo estaba en Primer grado de primaria.

De aquello me acordé cuando pensé en que los guatemaltecos nos debatimos en un dilema moral/político: optamos por que se cumplan las leyes (que son las reglas del juego), o nos vamos por la vía de romper las reglas del juego para tratar de afianzar la gobernabilidad.

La pregunta para la margarita es: ¿Respetamos las leyes, o tratamos de afianzar la gobernabilidad?

Cinco margaritas. Foto por Friedrich Haag, via Wikimedia Commons.

Me explico:

Porque toda persona es inocente mientras no se le haya declarado responsable judicialmente, en sentencia debidamente ejecutoriada, las autoridades correspondientes -tanto en el ámbito administrativo, como en el judicial, cuando toque- están obligadas a probar, sin duda alguna, que los hechos y actos que le atribuye al Movimiento Semilla son reales.  Tal es el caso del uso de personas fallecidas, personas que no han firmado hojas de adhesión, datos de nombres y DPI inexistentes, y anomalías de datos repetidos para su inscripción como partido político.

Si han sido cometidos aquellos actos, que seguramente han sido cometidos por otros partidos políticos, la pregunta para la margarita es: ¿Respetamos las reglas, o nos hacemos los locos para no perturbar la gobernabilidad?

Si no se investigan y se someten a procedimiento administrativo y judicial los supuestos actos de corrupción cometidos por los directivos de Semilla, la pregunta para la margarita es: ¿Qué vale más, la igualdad de todos ante la ley, o la pureza del proceso electoral?

Otra pregunta para la margarita es: ¿Detenemos aquí las malas prácticas electorales, o -como antes ha habido errores y arbitrariedades- los seguimos tolerando para no incomodar el proceso democrático y la gobernabilidad?

Voy a atreverme a decir que una gobernabilidad fundada sobre la aplicación casuística de la ley para no incomodar el proceso democrático es un desatino.  Me recuerda una frase de Nicolás Maquiavelo que dice: El que tolera el desorden para evitar la guerra, primero tendrá el desorden y luego la guerra; idea muy parecida a una de Winston Churchill que dice: El que se humilla para evitar la guerra tendrá la humillación y la guerra.

Es decir que no puedes conseguir algo valioso como la paz, el orden, ni la gobernabilidad, ni un proceso democrático sano sostenibles, si en el corto plazo sacrificas lo que en hace posibles aquellos valores: En este caso las reglas del juego, la ley, la igualdad de todos ante la ley…y la confianza.

La historia de la margarita es útil para ilustrar el problema; pero este es un asunto que no se puede dejar al azar y demanda un ejercicio responsable de parte de los ciudadanos y de los tributarios. ¿Qué vamos a elegir? ¿Respeto a las reglas del juego, o la gobernabilidad?

El tema de la gobernabilidad tiene su trampa porque es de orden político* y su importancia es más evidente y emotiva que la del respeto a las reglas del juego. La gobernabilidad indica el grado de cooperación e interacción entre el gobierno y los actores no gubernamentales, para la toma de decisiones que tienen efectos en la sociedad. Y en ese contexto, si un grupo de aquellos actores bloquea carreteras o comete otros actos de violencia, o de amenazas de violencia para impedir la aplicación de las reglas del juego, puede surgir el desorden.  Este desorden, puede generar ingoberanbilidad. ¿Hacemos una excepción a la aplicación de las reglas del juego para evitar el desorden? ¿Cuándo se vale eso, y cuándo no?

Como a la gente no le gusta el desorden -con razón- ¿vale la pena sacrificar las reglas del juego?  No se qué dirá la margarita; pero parafraseando a Maquiavelo y a Churchil, el ciudadano y el tributario conscientes -y honestos, para no falsear la realidad- deberían responder: El que prefiere la gobernabilidad en el corto plazo, termina perdiendo el respeto a la ley en el largo plazo.  El que tolera la violación a la ley para conseguir gobernabilidad, primero tendrá ingobernabilidad y luego la ley perderá su valor.

*De naturaleza política, porque tiene que ver con la posibilidad de ejercer el poder. 

Columna publicada en República.