12
Feb 25

Elisa, fiambre y Reyna Barrios

 

La gravedad de mi hija Elisa, que hace quince días se encuentra postrada en cama con una fuerte fiebre, me ha privado el gusto que hubiera tenido de saludarle en su finca, como se lo ofrecí al partir usted de esta capital. Celebro infinito que siquiera por pocos días, goce usted de la solaz tranquilidad que proporciona el campo, y con un afectuoso saludo, me reitero su obsecuente y seguro servidor, le escribió mi tatarabuelo Federico Chacón Valenzuela al señor general presidente, don José María Reyna Barrios, el 17 de abril de 1897, cuando este se hallaba en su finca El Salto.

Carta que le envió Federico Chacón V. a José María Reyna Barrios. Foto por Luis Andrés Schwartz.

¿Esa finca, El Salto, es la misma del desaparecido Ingenio El Salto, ubicado en Escuintla? Recuerdo que en los años 70 el azúcar de aquel ingenio era anunciada como la más blanca. Por cierto que la finca de Federico quedaba en San Andrés Osuna, también localizada en aquel departamento. 

Elisa Chacón Ubico es relevante en mi historia familiar porque el fiambre que preparamos en casa tiene su orígen en la receta que Elisa, hermana de mi bisabuelo Federico Chacón Ubico, compartió con su cuñada, mi bisabuela paterna, Adela.  De ella pasó a mi abuela paterna, Frances y de ahí a mi madre, Nora. Afortunadamente Elisa sobrevivió a la gravedad de la fiebre fuerte. 

¿Cuántas historias familiares habrán nacido en esas cartas y recetas? La mía sigue viva en cada plato de fiambre que honra la memoria de Elisa y el legado de generaciones.

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista. 


06
Feb 25

Mi tatarabuelo y el presidente

La carta de Emilio Schuman a José María Reyna Barrrios. Foto por Luis Andrés Schwartz.

Me tomo la libertad y le ruego que tenga la amabilidad de ordenar al tesorero nacional que me pague las primas que obtuve en las carreras de diciembre pasado. He gastado una gran cantidad de dinero en la compra de estos caballos y, como tengo que hacer varios pagos importantes en el banco, no puedo afrontarlos a menos que reciba alguna ayuda. Con la esperanza de que perdone mi intrusión, siempre seré su muy humilde servidor. Así dice la carta que mi tatarabuelo, Emilio Schuman le dirigió al presidente José María Reyna Barrios el 26 de marzo de 1897.

Traduje the premiums por las primas, pero ¿Alguien sabe a qué se refiere exactamente? ¿Es primas, o premios?

El caso es que don Emilio no sólo tenía un negocio de carruajes, artículos para carruajes, herrería, carpintería, tapicería y pintura; sino que criaba caballos de carrerasMi bisabuela, Adela, hija suya, continuó en ese negocio hasta la Gran Depresión.  Antes de ese evento, por ejemplo, su yegua Lucky Lester competía en Cuba y no recuerdo si en Nueva Orleans, con mi tío abuelo Jorge de jockey.

Alguna vez, seguramente a finales de los años 60, fui a ver carreras de caballos al Hipódromo del Sur en la ciudad de Guatemala, ubicado al lado del Aeropuerto La Aurora. Todavía se pueden ver restos de aquel lugar en el área, se ven la pista y no recuerdo si se ven las ruinas de la tribuna. Fui con mis padres y estoy seguro de que en la visita, por supuesto que estuvo involucrado mi tío abuelo, Jorge.

Este hipódromo, el del sur, fue obra de José María Orellana y data de 1923 aunque, don Jorge Ubico mejoró sus instalaciones sustanciamente para que formaran parte de la Feria de Noviembre. Antes de 1923 existió el Hipódromo del Norte ubicado al final de la Avenida Simeón Cañas.  Este hipódromo, el del norte, fue construido en 1881 y tuvo relevancia durante las Minervalias de don Manuel Estrada Cabrera

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.


02
Dic 24

Bond, papá y el Martini perfecto

 

El Martini fue uno de los primeros tres cócteles que aprendí a hacer cuando era niño, porque mi papá y mi abuela, Frances, eran muy buenos para estos asuntos. El Martini se lo aprendí a mi papá; en tanto que el Bloody Mary y la Margarita se los aprendí de La Abui..

El sábado hubo tarde de martinis en casa.

James Bond toma martinis y los pide shaken, not stirred, y así los preparaba mi papá. Bond lo toma con vodka, pero mi papá y yo preferimos gin. Cuando vivían en Costa Rica, mis padres solían visitar un restaurante que quedaba en la esquina de su casa: la Bastilla; y ahí pedían un par de martinis cada uno, y comían mousse de chocolate con helado de vainilla. Para el terremoto de 1976, que ocurrió a las 3:03 a. m., mis padres se habían ido a acostar después de la medianoche, con un par de martinis entre pecho y espalda, porque una amiga los visitó; de modo que el movimiento telúrico los pilló, pues ya ves, con un par de martinis entre pecho y espalda cada uno. Con todo, manejaron la experiencia de forma impecable con cuatro hijos y dos chuchos.

La receta que preparaba mi padre es: 2 y media onzas de gin, 1 onza de vermú seco, 2 cubos de hielo y dos o tres aceitunas.

El sábado, mi madre y mi hermana llegaron a casa. ¡Fue tarde de martinis! Mi hermana nunca había probado uno y le encantó; en tanto que a mi madre le trajeron muchos recuerdos. Como familia que prepara cócteles unida, permanece unida, la pasamos muy bien. Fue tarde de anécdotas familiares y risas.

Hace años, unos amigos pusieron un restaurante y, un domingo, me pidieron que les platicara algo de bar y cócteles. Para entretenernos, les enseñé a preparar martinis. La hija de uno de ellos, que estaba en la primaria, también participó en ese proceso educacional (porque cocinar y preparar cócteles son gracias sociales). Lo divertido es que, cuando fue al colegio el lunes, en clase les preguntaron qué habían hecho el fin de semana, y ella contestó: Aprendí a hacer martinis. ¡Ojalá que todavía sepa prepararlos!

Hace años fui socio de un bar en La Antigua -el Bar Calisto- y uno de mis socios era italiano. Un día cualquiera me pidió un Martini y siendo yo Figueroa le llevé un cóctel Martini.  Cuando vi su cara de confusión me di cuenta de que él quería un vermú marca Martini, y pues bueno…yo me tomé el cóctel y a él le serví su vermú. 

De los tres cócteles que mencioné, ¿cuál es tu favorito? ¿Martini, Bloody Mary o Margarita?


19
Nov 24

Schuman y el cobro al Presidente

 

Me veo obligado a molestar de nuevo su atención, con el objeto de suplicar se me cancelen las cuentas a cargo de usted por servicio de carruajes que hasta hoy arrojan un saldo de $1810.50 desde mayo pasado, le escribió mi tatarabuelo, Emilio Schuman al presidente don Manuel Estrada Cabrera el 22 de diciembre de 1899.

Los fuertes gastos de mi empresa y la naturaleza de ella, exigen que todo lo tenga yo que pagar al contado pues de otro modo no podría sostener el establo en las actuales circunstancias. Es por esta razón que me atrevo a hacer a uste esta petición esperando se sirva acceder a ella. Con muestras de consideración soy de usted seguro servidor, dice el resto de la misiva.

A lápiz se lee algo así como Solicita el pago de ¿s/c, o s/e? por carruajes; y Que pronto… Esas anotaciones las hacía el secretario antes de pasarle la correspondencia al Presidente para que él resolviera. Como dice Pronto, me gusta pensar que al fin fue cancelada la deuda que ya tenía seis meses y perjudicaba al negocio. 

Quienes visitan este espacio con regularidad, ¿recuerdan que mi tatarabuelo era propietario del Establo de Schuman en la ciudad de Guatemala? Emilio era el padre de mi bisabuela, Adela, y abuelo de mi abuela Frances. Frances era madre de mi papá, Luis. 

El 12 de diciembre de 1898 Emilio hizo un cobro parecido; y en 1903, mi tatarabuelo tuvo que enviar otra carta similar de cobro.  En 1893, el Establo de Schuman recibió un pago por servicios de carruajes, en tiempos de José María Reyna Barrios. 

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.


23
Oct 24

Tiempos revueltos en 1944

 

El segundo semestre de 1944 fue de agitación en preparación del proceso que empezaría oficialmente el 20 de octubre de aquel año. Los muelleros del Puerto de San José, los trabajadores del ferrocarril en Tiquisate y hasta los zapateros estaban en huelga. De aquella convulsión no escapó la industria hotelera, y mi bisabuela, Adela, se vio envuelta por los vientos que soplaban.

El 31 de agosto de 1944, el periódico El Libertador, que era el órgano oficial del Frente Popular Libertador, el más conservador de los partidos revolucionarios, publicó la siguiente carta. En ella, empleados del Hotel Casa Contenta, de Panajachel, que era propiedad de mi bisabuela, expresaron que en aquella empresa llevaban trabajando mucho tiempo y que siempre habían sido bien tratados y remunerados, por lo que estaban contentos y agradecidos. Sin embargo, dicen los que firman la carta, Julio Matheu y su esposa (del Hotel Maya Inn, en Chichicastenango) trataron de convencer a Mami de que les bajara el sueldo a sus empleados. Los firmantes son Celestino Girón, Abel Bracamonte, Fabián Rivas, Pablo Rodríguez, Roberto Coronado, Everardo Bracamonte y Carlos Rodas.

Nota publicada en El Libertador el 31 de agosto de 1944.

El 13 de septiembre de aquel año, el mismo periódico publicó una carta firmada por mi bisabuela, en la que ella aclara que Julio Matheu D. nunca se ha tratado de inmiscuir en asuntos relacionados con sus empleados, y que los firmantes de la carta anterior fueron instigados por una tercera persona. La identidad del instigador queda en el misterio.

Nota publicada el 13 de septiembre de 1944 en El Libertador.

¿Qué relación tiene este tiquisimiquis con los movimientos sociales de 1944? ¿Ocurrió este affaire en el contexto de la agitación de aquel entonces? Mira que es poco más de un mes antes de que reventara la pita.

Lo que sí sé es que, instigados, o no, por lo menos dos de aquellos empleados siguieron trabajando para mi bisabuela durante años. A Abel Bracamonte lo conocí porque era cocinero de Casa Contenta, y aquí va una anécdota mía con él: Allá por 1968 fui a pasar vacaciones allá por primera vez -sin mis padres- gracias a la generosidad de mi bisabuela y de mi tía abuela, Adela Morales. Los niños solíamos comer en la cocina, y un día, durante el desayuno, le pedí a Abel un cucharón para comer mi mosh. Abel se rió y me pasó… efectivamente… un cucharón de cocina de hotel. Todos en la cocina se rieron, yo me mosqueé y luego el chef me pasó una cuchara sopera. Eso quiere decir que, 20 años después de la carta, Abel seguía siendo de confianza de Mami.

A principios de los años 80, mi abuela, Frances, llegó a casa con un frasco de mango chutney que había traído de Panajachel y que, según ella, tenía unos 10 años de haber sido preparado por Abel. Ella basaba su hipótesis en que era él quien preparaba el chutney (con la receta de mi bisabuela) y en el tiempo que había pasado desde que el cocinero había muerto. Sobra decir que comimos el chutney con gran aprecio y alegría; de hecho, le pedí a mi mamá que preparara costillas de res asadas para disfrutar aquella conserva. Eso no es raro porque el chutney que tengo en casa, hecho por mi con aquella receta, tiene ahora porlo menos 8 años.

Adicional a aquella historia, a Celestino Girón lo conocí a principios de los años 80, cuando ya era mayor y trabajaba como guachimán en el Hotel Cacique Inn (propiedad de mi tía abuela, Adela). Celestino también fue de confianza hasta que dejó de trabajar.

Este incidente cayó en el olvido porque nunca oí que fuera mencionado entre las conversaciones y recuerdos familiares.

Gracias a Luis Andrés Schwartz por los recortes y la información sobre la agitación en 1944.


17
Sep 24

¡Llegué a los 63 años!

 

¡Llegué, y hoy es mi cumpleaños número 63! Nací en 1961, el año en el que se estrenaron 101 dálmatas, Breakfast at Tiffany’s, El Cid, Los cañones de Navarone, The Pit and the Pendulum, Rey de reyes, West Side Story; y el año en el que nacieron Michael J. Fox y Ricky Gervais, y fue el año en el que murió Gary Cooper. Pero todo aquello no quiere decir nada, así que a otra cosa, mariposa.

Más importante es que fui el primer hijo, el primer sobrino, el primer nieto y el primer bisnieto; y todo eso sí que tuvo que ver conmigo, de modo que si tienes quejas, ya sabes por dónde empezar.

Mi primer cumpleaños, con mi mamá. . 

¿Qué me hace feliz? La buena compañía, la buena comida (no importa de dónde), la buena lectura y el silencio. ¡Ah, y mi cama siempre limpia!

¿Qué me incomoda? La traición, el ruido, la mala comida y la mala compañía. Nunca leo mala lectura, porque si un libro no me gusta, lo hago a un lado y no pasa nada. Igual pasa con la mala compañía.

No es que a los 63 me haya vuelto remilgado… Recuerda que soy el primer hijo y todo eso.

Mis padres fueron jóvenes, cariñosos y generosos. Estoy enamorado. Me muero de ganas de ver a la próxima generación de mi familia… pero eso está verde.

Si no es en buenas condiciones, no quiero llegar a viejo; y no es que esté joven, porque ya no me cuezo al primer hervor, pero como dice un letrero que tengo por ahí: old enough to know better, and young enough to do it anyway. Me encanta cuando mis estudiantes me saludan con un “¡Ricos días!” y hacen la señal de Larga vida y prosperidad con la mano derecha.

Prefiero los perros a los gatos; la música clásica, la de marimba, la música pop y las rancheras al reguetón, pero a un buen reguetón en una buena fiesta no le hago el feo. Prefiero los cuadros de Tamara de Lempicka, Joaquín Sorolla y Lawrence Alma-Tadema a cualquier Miró, Picasso o Kandinsky. Me encantan Mozart, Haydn y Bach, por mencionar tres, pero no aguanto a Prokofiev, a Saint-Saëns (a menos que sea en El Carnaval de los animales) ni a Mahler. No soy deportivo, pero puedo echarme un partido de béisbol si hay hot dogs involucrados, y uno de fútbol si hay pizza involucrada… ambos con buena compañía… y la cerveza es opcional. 

Antes pensaba que el vino blanco ni era vino. Pero ahora lo prefiero al tinto, a menos que hablemos de un merlot, o un pinot noir ligeramente fríos. ¿Cuáles son mis chelas favoritas? Guinness, Bass, Hoegaarden y Cabro Extra. ¿Para acompañar qué? Fiambre, anacates, o un buen tamal negro.

Hoy empezó alegre el día.

Cualquier día dame una semana en las montañas; pero si vas a llevarme al mar, me lo pienso dos veces. No porque no me guste el mar… ¡Me encanta el mar!… pero el calor y la arena volcánica son otros cien pesos.

Me emboban las erupciones volcánicas y los buenos aguaceros. No le temo a los temblores de tierra, pero no estoy interesado en vivir otro terremoto. Me gusta una buena tempestad… sí, y sólo si estoy en casa. Tengo muchas ganas de subir un volcán, pero sólo si hay cabalgadura disponible.

¿Quiero llegar a los 64? ¡Sí! De modo que hay Luisfi para rato.


16
Jul 24

Otro cobro de mi tatarabuelo a Estrada Cabrera

 

Esta nota, de mi tatarabuelo, Emilio, al presidente de la República, don Manuel Estrada Cabrera, es por servicios prestados entre marzo y julio de 1907.

Quienes visitan este espacio con regularidad, ¿recuerdan que mi tatarabuelo era propietario del Establo de Schuman en la ciudad de Guatemala? Pues eso…y dice la nota:

Carta de Emilio Schuman a don Manuel Estrada Cabrera. Foto por Luis Andrés Schwartz.

Guatemala, 23 de agosto de 1907

Sr. Lic. Don Manuel Estrada Cabrera, Presidente Constitucional de la Rep. Ciudad.

Señor: Me doy el gusto de saludar a Ud. atentamente y al mismo tiempo me permito supicarle me haga el favor de ordenar al Señor Pagador del Estado Mayor me cancele mis cuentas de Marzo y Julio de este año, que arrojan un saldo de $2002.50 contra la Pagaduría.

Los gastos de mi nuevo establo y la escasez de fondos me obligan a importunar al Señor Presidente, por lo cual le ruego dispensarme. 

En espera de sus muy apreciables ordenes, quedo como siempre,

Su afectísimo Servidor.

El Establo de Schuman alquilaba carruajes y otros medios de transporte, incluidas diligencias. También ofrecía servicios de herrería, carpintería, tapicería y pintura. Incluía venta de artículos para carruajes.  Emilio también criaba caballos de carreras. 

Está claro que, desde siempre, parece que era muy difícil que el gobierno pagara sus compromisos.  Arriba a la izquierda hay una anotación que perece decir Of de Pago.  Seguramente es la orden de pago y la anotación es del secretario antes de pasarle la correspondencia al Presidente. Supongo que con el nuevo establo, Emilio se refire a la locación de la 11 avenida y 14 calle A, conocida esa calle como Callejón del Carrocero. Antes de esa locación, el establo había estado en el Callejón de la Cruz, que es la 3a. avenida A, en el Barrio de la Recolección.

Gracias a mi sobrino, Luis Andrés Schwartz, por la pista.


10
Jul 24

Cuando los viajes eran noticias, y no “selfies”

 

Hasta bien entrados los años 80 era costumbre que, en las secciones de Sociales, de los diarios guatemaltecos se publicara que viajaban algunas personas poco mas, o menos conocidas. Este es un reporte, en el Imparcial, de una vez que mi abuelo, Luis, viajó a los Estados Unidos de América el 5 de septiembre de 1944.

El Imparcial, 5 de septiembre de 1944. Foto por Luis Andrés Schwartz.

Dice, la gacetilla: Esta mañana dejó la ciudad y marchó con destino hacia los Estados Unidos del Norte, el señor Luis Figueroa O., jefe de conocida familia capitalina, quien tiene el proyecto de permanecer allá varias semanas. Presentamos atento saludo de despedida al señor Figueroa apreciado hombre de negocios y representante de casas extranjeras y deseamos que su estadía en tierras del Tío Sam sea muy provechosa.

Esto es de cuando era un acontecimiento que alguien viajara.  De cuando la gente no viajaba en pijama, ni en tank top.  De cuando los viajes eran noticias, y no selfies. Recuerdo que cuando yo era niño -en los años 60- me ponían chaqueta, corbata y ¡Hasta sombrero! para volar. 

Creo que los diarios dejaron de publicar este tipo de notas sociales cuando se hizo peligroso exponer los ires y venires de las personas. Como se hizo peligroso exponer sus fiestas y acontecimientos, así como sus relaciones familiares y comerciales. 

En las secciones de Sociales, de los medios escritos, uno se enteraba de quién era quién, quiénes estaban relacionados con quienes y a veces era muy chistoso.  Guatemala era una sociedad muy pequeña y estaba principalmente concentrada en la ciudad capital donde ocurría todo lo que era considerado socialmente interesante por los medios de comuniación masivos. 

Esa función ahora la cumplen las redes sociales virtuales donde cuando alquien quiere saber quién es quien y quién está relacionado con quien lo que hace es estoquear.

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista. 


04
Jul 24

Federico presidió la Cámara de Comercio

Mi bisabuelo, Federico Chacón Ubico fue electo presidente de la Cámara de Comercio e Industria, de Guatemala, el 10 de febrero de 1944. Así lo reportó El Imparcial al día siguiente.

En esa misma ocasión fueron electos los presidentes de distintas comisiones: Carlos B. Páiz A., hacienda; Otto R. Dorión, Industrias; Arturo Saravia Ubico, legislación y Estuardo Novella, Fomento.

Federico Chacón U. fue el primer esposo de mi bisabuela, Adela Schuman de Morales; y padre de mi abuela, Frances

La junta directiva, presidida por mi bisabuelo, estuvo integrada por: R. Felipe Solares, vicepresidnte; Mario Granai, secretario; Otto R. Dorión, prosecretario; y Enrique Aris, Manuel Barrios, Rodolfo Castillo Azmitia, Federido González Hurtado, Federico Köng, Ricardo L. Meillon, Estuardo Novella y Arturo Saravaia, vocales. 

En aquel tiempo las actuales Cámara de Comercio de Guatemala y Cámara de Industria de Guatemala eran una sóla. 

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista. 


29
May 24

Al rescate de recuerdos

 

Las de la foto son lo que queda de las películas de mi abuelo, Luis.  Faltan tres, que yo sepa, pero es posible que hubiera unas pocas más.  

A mi abuelo paterno le gustaba la fotografía y tenía una cámara de cine de 8 mm. Con ella captaba eventos familiares que son recuerdos valiosos. Por ejemplo: la boda de mis padres, y otras bodas familiares; algún viaje, o excursión; alguna fiesta y la primera vez que mi madre llegó a la casa de mis abuelos paternos. Hay unas de yours truly con sólo semanas de vida. 

Hace poco temí que las pelis se perdieran para siempre a manos de vándalos. Antes de esto las rescaté de una bodega parcialmente inundada.  No todas las que hay en la mesa son rescatables y la mayoría son sólo parcialmente rescatables.  Ahora están en manos de profesionales y de verdad espero que se salve la mayor cantidad posible.

La última vez que las vi completas y  en buen estado fue ca. 1982 mientras me recuperaba de una hepatitis que cogí por comer shucos.  Cuando era niño mi abuela, Frances, a veces exhibía algunas en la sala de su casa y aquello siempre era motivo de alegría entre grandes y chicos. 

Si tienes fotos, o películas viejas en tu casa -especialmente si son de valor familiar, o histórico- haz lo posible por protegerlas.  Si no te interesan, obséquialas a quien las valore.  Es una lástima que mucho de este material se pierda para siempre.

Ya antes había escrito algo de ellas y en la foto se ve que eran más.