31
Dic 14

Para meditar en la Noche Vieja

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Desde hace varios años me gusta repasar los consejos para el Año Nuevo, por Benjamin Franklin, en este que es el último día del año. Por supuesto que no estoy seguro de si yo podría practicarlas todas; porque si bien es cierto que ya hace añales que no bebo hasta la ebriedad, muchas veces como más de lo necesario.

Y lo de la castidad, vamos, no entiendo por qué es que la primera parte está incluida; sin embargo, la segunda parte tiene mucho sentido.

Y en cuanto a la humildad, ¿qué tal si cambiamos esta por Orgullo? Digo…por ser uno su valor más elevado.

Si tuviera que elegir tres que necesito practicar, sigo con: resolución, frugalidad y serenidad…y así es cada año. … 🙁

Las 13 virtudes de Franklin, son:

Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad.

Silencio. No hables más que aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales.

Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo.

Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te comprometes a llevar a cabo.

Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada.

Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario.

Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto.

Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber.

Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen.

Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo ni en la ropa ni en la vivienda.

Serenidad: No te dejes alterar por nimiedades, ni por accidentes comunes o inevitables.

Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, y esto por motivos de salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o la de otra persona. Ya lo dije arriba, pero lo repito: La primera parte es un disparate; pero la segunda sí tiene sentido.

Humildad: …y, en todo caso…sugiero cambiar esta por Orgullo: ese que es consecuencia de la autoestima y de ser uno mismo su valor más elevado.

A los lectores de Carpe Diem: ¡Que 2015 les traiga, a ustedes y a sus familias, felicidad y prosperidad! 🙂


29
Dic 14

¡Caldo de pavo y huevos!

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Uno de los platos de temporada que más disfruto -y que es tradicional de mi casa- es el caldo de pavo y huevos.  Es una receta de mi bisabuela, Mami.

La carne del pavo que queda adherida a los huesos es separada y el caldo de huevos se hace con los huesos del pavo, con lo que sobró de relleno y con lo que quedó del gravy luego de que la mayoría de la carne sobrante fuera usada para preparar ensalada de pavo.

Aquellos tres ingredientes se cuecen y luego se cuelan.  Y ese caldo se sazona con crema de tomate (en sobre, o en lata).  Luego se agraga sal, si hiciera falta y se sumerge en ese caldo un ramo generoso de apazote. Cuando el caldo toma el sabor del apazote, se retira el ramo.

Los huevos se cuecen en el caldo, en cada una de las porciones individuales, y los platos se sirven con crema, queso parmesano y chile.

Me gusta destacar que, para llegar al momento en el que uno se toma un plato de esta delicia  antes se tuvo que preparar el relleno del pavo y hornear el ave con toda su sazón y complejidad; y por eso es que este caldo de huevos es superior a cualquiera otro que uno haya probado.

Este año lo comimos acompañado con unos aguacates estupendos y cerveza.


28
Dic 14

Impresionante emisión del volcán de Fuego

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El incansable volcán de Fuego se echó una de las emisiones más altas y masivas que he visto.  La columna de vapor y cenizas ascendió rápidamente y fue seguida por otra de dimensiones similares.  Chi`gag -tal es su nombre indígena- es uno de los tres volcanes activos en Guatemala y se ve así desde la ciudad de Guatemala.

La foto es por Así es la vida.


28
Dic 14

El peor argumento contra la piratería

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El peor, peor, peor argumento contra la piratería es ese de que dicha actividad perjudica al fisco.  ¿Por qué? Porque los impuestos son una forma de robo; y defenderse del despojo violento no tiene nada de malo. De hecho, el gobierno debería defendernos de la expoliación, en vez de ser el sujeto activo de dicha actividad criminal.  Es éticamente incuestionable la facultad…No, ¡el derecho! que tienen las personas de defender su propiedad contra el robo.

En el caso de la piratería, sin embargo, está el hecho de que esta constituye robo de propiedad ajena; y está claro que un derecho deja de serlo -o no lo es- si al ser ejercido viola derechos ajenos.  En este caso, la facultad de las personas a evitar el despojo por medio de impuestos no se constituye en derecho porque para ejercerla los piratas, y los que compran objetos piratas, infringen derechos de terceros.  La piratería es mala no porque evite que un ladrón mejore sus ingresos; sino porque daña a otros en su derecho de propiedad.

En el caso de la piratería de medicamentos hay un hecho agravante ya que están de por medio la salud y la vida de terceros.  El que produce y el que vende productos medicinales piratas (que no tienen los efectos benéficos que deberían tener) dañan la vida y la salud de otras personas y eso sí es intrínsecamente malo.  No sólo debería ser delictivo, sino que es criminal. Pero lo malo no es evitar que un ladrón mejore sus ingresos; lo malo es engañar a terceros y perjudicar sus vidas y su salud.

Que no te hagan sentir mal, pues, con eso de que la piratería causa estragos al fisco; porque hay otras razones…verdaderas razones, para sentirse mal por la piratería.


27
Dic 14

Una vagina a la vez

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Marisabel Ruiz estaba en India cuando se dio cuenta de que muchas chicas faltaban a la escuela con regularidad durante varios días al mes. Como es curiosa –tan curiosa como inquieta– descubrió que la razón era que, durante sus periodos menstruales, las chicas se sentían tan incómodas, inseguras y avergonzadas –sin acceso a toallas sanitarias– que se apartaban de la escuela.

La situación no es diferente en Guatemala, y, ¿cuál es el costo? El costo más importante es el que pesa sobre la dignidad y la autoestima de las chicas; pero haz la cuenta de que más de 800 millones de chicas en el mundo pierden una semana de clases al mes, a causa de la menstruación y de que no pueden comprar toallas sanitarias. En Guatemala, el 30 por ciento de las niñas abandonan la escuela luego de que empiezan a menstruar y son persuadidas de casarse y tener hijos inmediatamente. Guate tiene uno de los índices de preñez adolescente más altos del mundo. Las niñas que no pueden pagar toallas sanitarias usan trapos viejos y hasta lodo para evitar las manchas de la menstruación, y son discriminadas y acosadas cuando las manchas se les notan.

Pues Marisabel es emprendedora y es una explosión de buena energía y de pasión por la vida. Platicas con ella y te dan ganas de echarle una mano con lo que está haciendo. Lo que se le ocurrió es fundar un emprendimiento social llamado sheva.com y la idea es salvar el mundo una vagina a la vez.

¿Cómo funciona? Sheva es la primera comunidad mundial de mujeres en los países donde hay más prosperidad, y pueden ayudar a mujeres en países donde la pobreza es más abundante. ¿Cómo? Pues cuando una mujer compra productos sanitarios por medio de Sheva, a su conveniencia y según sus preferencias, cada vez que ella recibe su Sheva Box la organización dona una caja llena de toallas sanitarias a una chica que las necesita, por medio de organizaciones privadas volutarias de servicio con las que Sheva tiene acuerdos.

Si tienes amigas, parientas, compañeras, socias o conocidas en EE. UU., donde Sheva.com funciona perfectamente, cuéntales de esta iniciativa.

Puedes ayudar a cambiar el mundo una vagina a la vez.

Columna publicada en El periódico.


27
Dic 14

¡Hoy cumpliría años Manuel F. Ayau!

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Hoy cumpliría 89 años de edad Manuel F. Ayau. En ca. 1974, mi padre viajó con él a Nicaragua y regresó fascinado con las ideas de Muso, que proponía un gobierno con poderes limitados; libertad para intercambiar; eliminación de privilegios; y el respeto a la vida, la libertad y al cumplimiento de los contratos; propuestas que eran muy poco exploradas y apreciadas en los años 70. Acto seguido, en casa empezamos a leer Tópicos de Actualidad, el folleto que publicaba el Centro de Estudios Económico-Sociales, centro de pensamiento que dirigía el doctor Ayau.

Luego de que me gradué de bachiller, mi padre hizo lo que pudo para que yo estudiara en la Universidad del Muso; y ahí lo conocí en persona. El era el Rector y a él le correspondió recibirnos a los de la Clase de 1980. El día del acto de bienvenida se subió al podio y dijo: Me han pedido que les de la bienvenida…así que bienvenidos. Y se bajó. Los del público tardamos unos segundos en entender lo que había pasado y estallamos en risas y aplausos. Entonces él hizo una mueca, y se subió de nuevo para ofrecernos una bienvenida que estoy seguro que no duró más de 3 minutos. Y a mí me ganó el corazón. Es imposible no querer, admirar y respetar a la persona que escribía lo que yo leía en Tópicos de Actualidad, y encima tenía el sentido del humor y el savoir faire que tenía Ayau. Ese era el hombre que, cuando fue electo presidente de la Mont Pelerin Society, en vez de ofrecer un discurso, cantó una parodia de Is it true what they say about Dixie?; parodia que, muchos años después, Joe Keckeissen convirtiera en Is it true what they say about Muso.

Como él era un Grande, era generoso y sencillo. Muso era magnánimo con sus conocimientos, con su tiempo y con sus recursos. Más de una vez me cachó en alguna inconsistencia y más de una vez me bajó de la moto; pero cuando me ofrecía una luz en el mundo de las ideas -aunque me viera con cara de cómo se te ocurre semejante cosa- siempre lo hizo con un aire de padre y guía. Una vez que le comenté cómo es que cierto personaje era agradable y humilde, a pesar de ser encumbrado me dijo: Ya te diste cuenta de que los más grandes son los más sencillos.

Muso era un contador de historias fenomenal. Uno podía oír y oír sus anécdotas que, encima de todo, no eran cualquier cosa porque él se movía cómodamente entre Premios Nobel y líderes de talla mundial. Estaba como pez en el agua entre estudiantes. Y gozaba en compañía de gente sencilla que, como él mismo, tenía sed de aprender y de descubrir. En sus últimos años, disfrutó mucho las oportunidades que tuvo para escuchar lo que la gente del interior del país que decir sobre su proyecto ProReforma. Nunca le hizo el feo al ejemplo y a las enseñanzas que podía recibir de otros.

Manuel Ayau fue un guatemalteco universal, un hombre del Renacimiento y un prócer; y en esa dirección, la influencia de su ejemplo y de su compromiso con la Libertad inspiró a miles de personas en América Latina y en todo el mundo. Este educador y emprendedor chapín -tan chapín como las champurradas- sembró el amor por la libertad y el descubrimiento en miles de mentes y corazones que desde la academia, desde los medios de comunicación, en la política y casi todos los campos de la acción humana.

Era un sabio porque andaba en busca del conocimiento y en busca de la verdad. Pocos, como él, entendían el significado profundo de aquella frase de Friedrich A. Hayek que dice que todas las teorías políticas dan por sentado que la mayoría de los individuos son muy ignorantes. Aquellos que propugnan la libertad difieren del resto en que se incluyen a sí mismos entre los ignorantes e incluyen también a los más sabios.

Cuando un día de estos yo haga la lista de las cinco bendiciones más grandes que he recibido en mi vida, una de ellas será la oportunidad de haber compartido la mesa con Muso, de haberlo servido y de contar con su ejemplo.

Cuando me firmó mi ejemplar de su libro El proceso económico, Muso escbirió: Para Luis, con aprecio de su correligionario en la lucha por la libertad. Y así era él, no se veía a sí mismo como el maestro, el líder, el padre y el ejemplo que era, sino como uno más que iba aprendiendo en el camino, y uno más que iba compartiendo en el camino. Para conocerlo mejor, puedes visitar este sitio Web dedicado a él.


25
Dic 14

Maravillosos fuegos artificiales de Nochebuena

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¡Que cantidad de pólvora queman los chapines en la Nochebuena!  Es maravilloso el espectáculo de miles y miles de juegos pirotécnicos que se encienden desde las 11:45 hasta casi las 0:30 durante esta fiesta.   Lo mejor, claro, es a la media noche.  El cielo oscuro de toda la ciudad de Guatemala se enciende con luces de colores y formas creativas e impresionantes.

Este año tuvimos la buena idea de subir al tejado para ver el espectáculo.  El vídeo muestra casi 360 grados de hermosos colores, formas y estallidos.  Algunos muy cercanos -digamos 100 metros- y algunos hasta en los últimos rincones de la meseta que ocupa esta ciudad.

¡Por supuesto que no hay Navidad chapina sin cohetes!  Cuando yo era niño los cohetes y fuegos artificiales no eran tan complejos e impresionantes.   Había unas varas y unas candelas romanas que arrojaban luces; pero nada parecido a lo que disfrutamos ahora.  A mí me gustaban mucho los volcancitos, los silbadores y las estrellitas.  También unas bolitas de colores que tronaban cuando uno las arrojaba contra el piso.  Me gustaba quemar cohetillos de ametralladora uno por uno y -a principios de los 80, con mi amigo Bobby- hicimos con un tubo de metal y el cabo de una escoba, sendas pistolas para arrojar cohetillos.  Los copiamos de unos niños que los tenían en San Lucas Tolimán y eran muy divertidas.  Lastima que me deshice de la mía.


25
Dic 14

La alegria del desayuno de Navidad

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¡Como me disfruto mis dos tamales para el desayuno de Navidad! Uno negro y el otro colorado; este año acompañados por algo que no había probado antes: la torta de recado, tradicional de la Costa Sur de Guatemala. Un desayuno digno de la Saturnalia.

Este año he gozado de buenos tamales: los de Majito, los La Yoli, y los de Ana María; estos últimos según la receta de su mamá: Chabe, a quien recuerdo con mucho cariño.

¡Gozo muchísimo cuando abro las hojas de maxán y de plátano y me encuentro con los colores brillantes de estas delicias de la cocina guatemalteca!  Los aromas intensos de ambos tamales invaden mi cuerpo y mi mente y me llevan por una montaña rusa de recuerdos y alegrías.  El momento culminante  es cuando la masa gentil y el recado poderoso llegan a mi paladar.  A mí me gustan los tamales de masa suave de maíz.

Tengo la dicha de recordar los tamales que hacía  mi bisabuela, Mami y los de mi tia Baby.  Y los de mi tía abuela, La mamita, que  nos hacía tamales pequeños para los niños.   A estos los recuerdo pequeños, como de 2 x 2 pulgadas, bien doblados y bien amarrados.

Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz.   El rrecado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolí) y, en el caso de los negros, con chocolate y anís. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, gallina, pollo y res.   Eso sí a mí me gustan más los de cerdo, y los de pato.  En ciertas regiones -especialmente en la Costa Sur- no se usa el recado propio del altiplano, sino una especie de mole.

Los tamales tienen raices precolombinas, y fueron elevados a la décima potencia cuando se le añadieron ingrediente occidentales. Del Nuevo Mundo son el maíz, los tomates, los chiles, y las hojas de maxán en las que son envueltos.  Los tamales negros, además, llevan chocolate. Del Viejo Mundo son las almendras, las aceitunas y sospecho que también las ciruelas.

La gracia de los tamales no está sólo en la masa y en el recado, sino en la forma de envolverlos y amarrarlos.   Son una experiencia para todos los sentido.  Un tamal que no ha sido envuelto y amarrado elegante y apropiadamente pierde algo de su encanto.  A mí, por cierto, me gustan más grandes que pequeños, y me gusta que la masa no sea muy dura. Hacer tamales el algo complejo y elaborado que requiere de muchos procesos.   Hay que lavar y asar las hojas.  La masa tiene su propia ciencia y es cocida tres veces de tres formas distintas.  El recado lleva varios ingredientes que hay que asar y sazonar con mucho talento.

Desde mediados de los años 80, en casa comemos los de doña Estelita de Alburéz que son basados en  la receta de su madre enSan Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.  Si quieres un tamal memorable, el  teléfono de doña Estelita  es 2474-0260.


20
Dic 14

La tiranía de Cuba ante el capitalismo

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Me decepciona que posiblemente los Castro, en Cuba, no terminarán sus días como Muamar el Gadafi, en Libia; o los Ceaucescu, en Rumanía; esto gracias a que la administación de Barack Hussein Obama les ha ofrecido un salvavidas, ¡Con todo y pedida de perdón!

En 1598, Juan de Mariana, en Sobre el rey y la institución real, explicó el tiranicidio como un derecho natural de las personas. Cualquier ciudadano puede  asesinar con justicia a aquel rey que se convierta en tirano por imponer impuestos a los ciudadanos sin su consentimiento, expropiarles injustamente su propiedad o impedir que se reúna un parlamento democrático, explicó el jesuita.

Me alegra que se pruebe…¡una vez más!…y como si hiciera falta, que el socialismo no puede sobrevivir sin Occidente y sin el capitalismo.  Ni siquiera el socialismo bolivariano, del siglo XXI, rabioso y petrolero de Chávez/Maduro/Cabello -que se hunde en la ignominia- fue suficiente para mantener a flote a la tiranía en Cuba, a pesar de los millonarios subsidios petroleros.

Para sobrevivir, la tiranía cubana no se volvió más socialista.  En la medida en que la política lo ha permitido (y sobre todo en la medida en que se imponen la realidad y la economía), el régimen fue abandonando el socialismo más radical hasta que no le ha quedado otra que doblar la ceríviz frente a su némesis.   Como en otras tiranías (China y Vietnam, para mencionar dos), los regímenes acuden a Occidente y al capitalismo para salvar sus pellejos y prolongarse en el poder.

Está por verse si la oferta de Obama pasa por el Congreso de los Estados Unidos de América.  Y están por verse los efectos del ofrecimiento en la isla prisión.  Hablando de prisión me impresionan muchísimo las reacciones de algunas personas.  Por ejemplo leí la anterior en Facebook: Mi amor, vamos a Cuba antes de que se vuelva una sucursal de McDonald`s.  ¿De verdad es que hay personas que piensan que Cuba -o cualquiera otra sociedad paupérrima y sometida a la tiranìa- es mejor que una capitalista, o medianamente capitalista

La ilustración la tomé de aquí.


19
Dic 14

José García Sánchez y los terremotos de 1917 y 18

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José García Sánchez, propietario del estudio fotográfico La exposición, fue El hombre que fotografió la Historia.  Con ocasión de los terremotos de 1917 y 18 él y su esposa se hallaban en la Catedral de la ciudad de Guatemala.  El tomó una foto de la nave, viendo hacia el Poniente e inmediatamente ocurrió el sismo que derribó la cúpula y destruyó parcialmente aquel edificio. Gracias a que él se hallaba ahí, en ese preciso instante, nos legó fotografías -separadas por pocos segundos-  que retratan aquella gran tragedia. Así me lo contó mi cuate, el doctor Jorge Mario Zebadúa G., nieto de don José.

De don José, el autor de Imágenes del recuerdo (en Prensa Libre), Armando Moreno, escribió:  don José García Sánchez, fue el hombre que dejó plasmada parte de la historia gráfica de Guatemala, en sus momentos de alegría y tragedia.  Español de pura cepa, llegó a Guatemala con una compañía de zarzuela, se enamoró de Guatemala y se quedó aquí para siempre. Falleció hace ya algunos años.  En diversas oportunidades la pregunta obligada de los amigos lectores es ¿Y cómo consigue las fotos?  Hoy contestaremos la pregunta adjunta a la evocación de uno de los más grandes fotógrafos que ha tenido Guatemala, gráficas que él tomó personalmente durante una época que ya es historia en nuestro medio.  En los libros “La calle donde tu vives” [de Héctor Gaitán] se han publicado.

En 1970, Arturo Taracena F. editó el libro Los terremotos de Guatemala, Album conmemorativo del cincuentenario (1917 y 18-1968) , que fue publicado por la Tipografía Nacional.

El álbum con las fotos de don José García S.

En el libro, Taracena cuenta que para conmemorar el cincuentenario de los terremotos que destruyeron la ciudad de Guatemala, se presentó en el pasaje del Palacio Nacional una exposición de fotografías alusivas. Este álbum ofrece la imagen de Guatemala antes de los terremotos y de los efectos de aquella catástrofe a fin de perpetuar su recuerdo ante las nuevas generaciones, las cuales tendrán, como es natural, cada día menos noción de la magnitud y consecuencias de la dramática prueba de los terremotos ocurridos entre el 25 de diciembre de 1917 y el 24 de enero de 1918. La idea conmovedora de la destrucción material, proporcionada por las fotografías, se completa con la lectura de dos de las emocionadas e impresionantes crónicas de José Rodríguez Cerna, reproducidas de su libro “Entre Escombros”, publicado a mediados de 1918, haciendo verdad su título, literalmente entre escombros, frescas, patentes, las terribles escenas vividas por los guatemaltecos de entonces.

Algo de lo que escribió Rodríguez Cerna: 

La ciudad alegre y confiada tuvo en la noche del 25 el despertar del terremoto.  Un instante bastó para que el “Aquí fue Guatemala” fulgurara en el muro sombrío; y el techo se desplomó sobre los desprevenidos comensales de la vida… Nada permanecía en pie.  Los edificios caían con sordo estruendo o como con quejidos lastimeros, envueltos en el espeso sudario de un polvo de asfixia.  En una inverosímil embriaguez, como una bacante loca, la ciudad se entregaba a la más trágica de las danzas, presa de un vértigo sin nombre.  Las maderas unificaban su fracaso en un solo estrépito infernal.  Por los techos rotos, a través de los claros que dejaban las tejas que a chorros caían a la calle, el cielo se asomaba por primera vez… Apagada la luz eléctrica, la catástrofe exterminó con la complicidad de la tiniebla.  Y arriba, aunque velada por el polvo, la ironía de una luna veraniega poniendo su  manso contraste de claridad sobre el pavor indescriptible; aunque a las veces parecía también pálida de miedo… Las gentes saltaron enloquecidas y semidesnudas de los lechos.  Entre la oscuridad y el tumulto del maderamen y de los muros que caían, los niños fueron llevados casi a rastras.  Las pequeñas camitas, cerca de las cuales pudiera aún oírse vibrar de alas angélicas, quedaron destrozadas, como frágiles cuerpos… el loco terror se daba cuenta de lo que sucedía.  Un inmenso grito de desesperación subió desde todos los ámbitos hasta los cielos impasibles y serenos… Llegaban veloces mensajeros de horror, con detalles del cataclismo, que en cada barrio se creía mayor que en los demás.  Para escuchar los detalles espeluznantes la curiosidad se arremolinaba en corrillos ansiosos, que se estremecían a cada relato:  Por los suelos los templos, los edificios públicos, las casas famosas por su lujo o su belleza… Poco a poco la ciudad se fue convirtiendo en campamento.  Las primeras covachas, las improvisadas barracas, surgieron entre la arboleda de los parques, a lo largo de las calles, dentro de los solares, en los campos vecinos. Fue un heterogéneo conjunto de materiales, en que el zinc fraternizó con el petate y la madera con flotantes telas.  La metrópoli cobró un vistoso y bizarro aspecto de agrupación de beduinos y de conglomerado de esquimales… Al aire libre ardieron fogatas y aparecieron puestos de venta.  La oferta y la demanda entablaron su antigua disputa bajo cualquier toldo tambaleante.  Las abluciones mañaneras se hacían a la vista de todo el mundo: se iniciaba la promiscuidad de la desgracia.  Lo que se pudo salvar se aglomeraba en montón: sillas sobre camas, consolas de mármol a la par de enseres de cocina.  Se oyeron las primeras risas y todos contaban a todos dónde y de qué manera les había sorprendido el terremoto.  Hubo chisporrotear de anécdotas y asomó la eterna vanidad en el relato de sucedidos estupendos y salvaciones milagrosas...

Los terremotos de 1917/18 y yo

Tuve la dicha de que mi abuelita Juanita y mi tía abuela La Mamita me contaran, durante mi niñez y mi adolecencia, sus experiencias durante aquellos terremotos.  La casa de mi bisabuela, Gilberta, quedaba en la Quinta avenida y 15 calle de la zona 1, justo al lado del consulado de los Estados Unidos de América, edificio que cayó parcialmente en el patio de mi bisabuela.  Ella y su familia se mudaron al campamento que se instaló en el vecino Parque Concordia y ahí pasaron unos días antes de conseguir un alojamiento mejor en lo que su casa era descombrada.  Por ella supe de las angustias y las penas, las privaciones y las incomodidades.  Relatos y experiencias que luego viviría -salvando las distancias- en el terremoto de 1976.

¿Por qué compartir estas fotos?

Francis Gall, presidente de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, le escribió a Taracena Flores y le dijo:

  1. Los terremotos de 1917-1918 echaron por los suelos la mayoría, si no todas, las construcciones que eran orgullo de la ciudad, como lo demuestra la valiosa serie de sus fotografías.
  1. Las fotografías dan una idea completa de la magnitud de los sismos y constituyen los únicos testimonios gráficos existentes de los fenómenos telúricos acaecidos hace 50 años [96 años, ahora].  Son, de consiguiente, importantes documentos que muestran lo que era la ciudad antes del aciago mes de diciembre de 1917.
  1. De consiguiente, opino que debe hacerse un esfuerzo para publicación de todas las fotografías, por constituir valiosos documentos que hablarán a la posteridad y que, gracias a su conocida acuciosidad y devoción hacia lo nuestro, con ímprobos trabajos usted ha sabido reunir.

Celebro, pues, que mi cuate Jorge Mario Zebadúa G, nieto de El hombre que fotografió la Historia, haya compartido conmigo estas fotografías y el libro de Taracena Flores.  Estoy seguro de que los lectores valoran ese gesto, y que lo valorarán muchas generaciones de chapines más.