02
Feb 24

“La sociedad de la nieve”, recuerdos y meditaciones

 

Cuando vi La sociedad de la nieve volví a tener los sentimientos de respeto y admiración que tuve cuando en conocí a Carlos Páez y a Roberto Canessa en 2002. Ambos héroes visitaron Guatemala y ofrecieron una conferencia organizada por la Organización para las Artes de la Universidad Francisco Marroquín. 

Yo tenía 11 años de edad cuando ocurrió el accidente que llevó a un grupo de jóvenes rugbiers uruguayos a vivir los 72 días de pesadillas que inspiraron la película de Juan Antonio Bayona. Yo tenía aquella misma edad cuando leí acerca de la tragedia en la revista “Selecciones”; y más tarde, por supuesto, vi Los supervivientes de los Andes, en 1976; y ¡Viven! una peli de 1993. Aquel es uno de los dramas humanos que más me han conmovido en la vida.

Carlos Páez, Yours Truly y Roberto Canessa en la UFM el 18 de julio de 2002. 

Por eso me impresionó bien la película nueva.  La peli logra transmitir muy bien aquella tragedia espantosa.  Los efectos especiales del choque del avión con la montaña; la angustia, el desconcierto, la confusión, el dolor y el miedo de aquellos momentos; así como el despedazamiento de la aeronave fueron muy bien logrados.

Luego… todo lo demás: el deterioro físico y las angustias morales y psicológicas de los sobrevivientes. La maravillosa capacidad de los seres humanos para no abandonar la civilización, ni la calidad humana, aún en circunstancias horriblemente adversas.  Como escribió Alberto Algorta, la resiliencia no es la capacidad de recuperación.  Es la capacidad de pasarla mal, de soportar lo indescriptible y no romperse.  Volver a la civilización y hacer una vida civilizada, es justamente producto de esa capacidad de ser igualmente normales en el dolor, enla angustia, en el hambre y en el frío.

Y lo más fascinante: la toma racional de las decisiones necesarias para conseguir que los objetivos de sobrevivir y volver a sus hogares tuvieran posibilidades de convertirse en realidad. Los sobrevivientes de los Andes -en la vida real- enfrentaron las mismas preguntas que enfrentó Mark Watney en The Martian -en la ficción-. Esas preguntas son: ¿Dónde estamos? ¿Cómo lo podemos saber? ¿Qué tenemos que hacer para vivir? Preguntas que deben ser respondidas de forma racional y objetiva para que provean la información necesaria que permita actuar con efectividad.

En el día a día, sin necesidad de enfrentar un accidente en los Andes y sin necesidad de quedar varados en Marte, todos nosotros tenemos que hacernos esas preguntas; y no sólo para sobrevivir biológicamente, sino para ¡Vivir!

De vuelta a La sociedad de la nieve, en esas condiciones extremas el reto de sobrevivir para luego vivir demandó el mayor esfuerzo intelectual y heroico de parte de los jóvenes rugbiers y de los adultos que los acompañaran.  La decisión de comer carne de sus compañeros fallecidos requirió una claridad moral monumental que tuvo que remontar todos los prejuicios místicos con los que la mayoría de nosotros cargamos como consecuencia de nuestros modelos mentales y patrones de crianza, especialmente -pero no solamente- a los 20 años de edad.  Y luego, para vergüenza de muchas personas, tuvieron que enfrentar esos mismos perjuicios cuando volvieron a sus hogares.

A mí aquella tragedia me sacudió mucho.  Estimo que los sobrevivientes son héroes porque actuaron para promover sus vidas y demostraron grandes habilidades morales y prácticas.  Un héroe, explica mi amigo Andrew Bernstein, es una persona de elevada estatura moral y habilidades superiores que -de forma audaz- persigue valores en condiciones de dificultades extremas. 

Revista Selecciones. La foto es de Ginette Leiva y la tomé de https://bit.ly/3SxY2sf.

¿Qué es lo que hace posibles y necesarios a los héroes?  Los héroes son posibles porque, en medio del caos aparente, el mundo está abierto a la consecución y a la creación de valores por parte de personas racionales. De ahí que las grandes mentes creadoras, que hacen posible la vida humana, merezcan ser protegidas.  Andy explica que aunque los  héroes cometan errores y tengan flaquezas, y la cultura enferma en la que vivimos se enfoque en aquellas flaquezas y errores, las personas racionales deben dimensionar los errores y flaquezas y estilizar la grandeza en los héroes.  

Chapó de nuevo para aquellos jóvenes, que no sólo sobrevivieron a 72 días perdidos en un infierno espeluznante, sino que han tenido que sobrevivir a un mundo que no siempre ha sido comprensivo.

En un ensayo titulado La ética de las emergencias, Ayn Rand aborda temas relacionados con esta película y seguramente querrás leerlo. El amor y la amistad son valores profundamente personales y egoístas; el amor es una expresión y una afirmación de la autoestima, es una respuesta a los valores de uno en la persona de otro. Uno recibe una alegría profundamente personal y egoísta a partir de la mera existencia de la persona a la que ama. Es la propia felicidad personal y egoísta la que uno busca, gana y deriva del amor, dice la autora.

De cualquier manera, La sociedad de la nieve rescata el tema de la amistad solidaria en tiempos extraordinarios, incluso más allá de la muerte; y la frase con la que te dejo es: Acá lo único que nos queda es la vida y debemos protegerla más que todo. Y te recomiendo mucho la conversación entre Arturo y Numa, a una hora y 15 minutos de la peli.; así como unas palabras de Nando Parrado: Cuando el destino te atropella no te avisa y el mejor día de tu vida, y el peor día de tu vida amanecen iguales..  Disfruten el presente.

Columna publicada en República.


13
Nov 23

¡Lista mi conferencia sobre buenas costumbres y ética!

Cuando era adolescente fui a pasar un fin de semana a la casa de campo de los padres de un amigo y poco tiempo después el padre de mi amigo se encontró con mis padres y les dijo ¿Saben qué me gusta de Luis? Que se levanta cuando uno entra al salón.  Esa observación me reivindicó frente a mis padres por lo que te voy a contar en el próximo párrafo.

Yours Truly durante la conferencia sobre buenos modales y ética en la UFM.

Estaba en la Primaria cuando jugábamos futbol en el jardín de la casa de mis papás no era raro que la pelota se fuera a la vecindad.  La dueña de la casa vecina nos devolvía las pelotas; pero alguna vez la cosa se complicó y debo haber hecho un berrinche.  Tal fue la cosa que un día la vecina nos encontró a mi mamá y a mí en la calle y dijo: Ahí va el malcriado.  Y yo hubiera querido que me tragara la tierra.

Aquel par de anécdotas inspiraron mi conferencia titulada Las buenas costumbres y la ética, que ofrecí en el Festival del Capitalismo, 2023 que se celebró en septiembre pasado. 

En ella expliqué que como escribió Henry Hazlitt, los modales son una ética menor; pero en otro sentido son una ética mayor porque son la ética de la vida diaria.

Los modales son:

  • Pequeños costos de oportunidad.
  • Tienen en cuenta los sentimientos de otros.
  • Facilitan un orden de precedencia.
  • Ahorran tiempo.
  • Eliminan malestares menores.
  • Facilitan la cooperación social.

Por eso es que a mi me incomoda muchísimo la gente que no tiene buenos modales en el tráfico, por ejemplo.  La desgracia del tráfico sería menos dramática si la mayor parte de la gente actuara educadita en los embotellamientos y en los cruceros difíciles. 

Me encanta la gente que tiene sentido del humor en el tráfico; y no entiendo a la gente que, por avanzar dos metros, le cierra el paso a otros vehículos.  De verdad no entiendo por qué es que hay conductores que se dejan ir en el semáforo en amarillo y terminan bloqueando cruceros.  ¿Es tan difícil entender el concepto del zípper a la hora de dar paso en vías principales, o no principales? ¿Por qué es que mucha gente prefiere dejarse ir con fuerza, antes que bajar su vidrio oscuro, pedir paso, por favor y luego dar las gracias? Me encanta la gente que sonríe y da paso cuando otro conductor lo necesita para facilitar el tráfico.  ¿De verdad es tan costoso usar las luces pidevías? 

Si lo piensas, la moralidad cotidiana debería preocuparnos más que la moralidad en tiempos de crisis porque, como explicó Ayn Rand, por su naturaleza, las emergencias son temporales, y si perduraran, la vida humana se extinguiría.

En el Festival del Capitalismo se abordaron temas como arte, buenos modales, capitalismo, propiedad, historia, objetivismo, inteligencia artificial, justicia, heroísmo y la responsabilidad de pensar.

En este enlace puedes ver los otros temas abordados y quienes fueron los conferencistas; también hay enlaces a otras conferencias. 

Si te interesa el tema checa la conferencia.


26
Sep 23

Buenas costumbres y moral en Festival del capitalismo

 

En el Festival del Capitalismo se abordaron temas como arte, buenos modales, capitalismo, propiedad, historia, objetivismo, inteligencia artificial, justicia, heroísmo y la responsabilidad de pensar. Tuve el gusto de exponer sobre la relación que hay entre las buenas costumbres y la ética.

La ilustración es de https://www.differencebetween.com/difference-between-mores-and-vs-norms/

Jeniffer Grossman, CEO de la Atlas Society, destacó la importancia del capitalismo y el ahorro en su conferencia. Warren Orbaugh, director del Centro de Estudio del Capitalismo de la Universidad Francisco Marroquín y organizador del Festival se refirió a la abolición de la esclavitud en Guatemala. Claudia Antillón habló sobre héroes del capitalismo. María Dolores Arias advirtió sobre no ser tontos útiles. Cris Lingle elogió la participación de los estudiantes. Leonel Morales reflexionó sobre la inteligencia artificial. Walter Peter habló sobre el arte y la libertad. Ricardo Rojas destacó la importancia de la propiedad y la libertad.

El propósito de los buenos modales es facilitar la cooperación social, Luis Figueroa. Foto por Claudia Antillón.

Hablé acerca de situaciones de la vida contemporánea en las que es importante acudir a los buenos modales, tales como el tráfico pesado, o el uso de teléfonos móviles.

Los buenos modales son la moralidad de la cotidianidad. Foto por Raúl Contreras.

Comenté que para Henry Hazlitt, las buenas costumbres son una ética menor. pero en otro sentido son una ética mayor, porque son la etica de la vida diaria. Por lo tanto, sirven para favorecer la cooperación social y no para hacer la vida más complicada.  

Son pequeños costos de oportunidad que tienen en cuenta los sentimientos de otros.  Facilitan el orden de precedencia.  Ahorran tiempo.  Eliminan malestares menores. 

En la ciudad de Guatemala, una dama usa un guante de Minnie Mouse para pedir paso, con gracia. La foto la tomé de Facebook.

Son costumbres, normas o modos de proceder que son socialmente convenidos. Algunos pueden ser arbitrarios como el tipo de tenedor que se usa para ciertas comidas, pero generalmente responden a consideraciones razonables como el hecho de que en la acera, cuando se camina al lado de una dama, ella debe ir del lado de la pared, no de la calle.

Otras conferencias que he ofrecido en el Festival del capitalismo:


14
Sep 23

Ética y Costumbres: Reflexiones en el Festival del Capitalismo

 

Las buenas costumbres y la ética será el tema que presentaré durante ell Festival del Capitalismo que se celebrará el jueves, 21 de septiembre del 2023. Mi conferencia será a las 10:15 en el auditorium Milton Friedman, de la Universidad Francisco Marroquín.

El festival es organizado por el Centro de Estudio del Capitalismo y otros temas y conferencistas serán Capitalism, por Jennifer A. Grossman; Escultura heroica, por Walter Peter; En defensa del derecho de propiedad, por Ricardo Rojas; Las Españas y los derechos de gentes, por Warren Orbaugh; Objectivism, por Jennifer A. Grossman; Inteligencia artificial, individualidad, personalidad y libertad, por Leonel Morales; Foundations of Justice, Moral Action & Human Liberty, por Christopher Lingle; Héroes del capitalismo, por Claudia Antillón; y Tontos útiles, por María Dolores Arias. 

Las conferencias serán entre las 8:00 a. m. y las 5:15 p. m. en la Universidad Francisco Marroquín, y puedes ver los detalles aquí.

Otras conferencias que he ofrecido en el Festival del capitalismo:


21
Oct 22

La indecencia de forzar el barbijo

 

Es indecente, por moralmente reprobable, que cajeros, meseros, cocineros, guardias de centros comerciales y otros empleados de atención al público sigan siendo obligados a usar mascarillas, mientras que muchísimas personas ya nos las usamos y la mayoría de quienes las usan lo hacen de forma voluntaria.Ya el papá gobierno les dio -a quienes lo necesitaban- el permiso para no usar barbijos en público, ni en privado. Hasta cuando van solos en sus automóviles, pueden no llevar mascarilla.  Pero hay empresarios y gerentes que, como parte una actitud cuestionable de señalización de virtud, siguen exigiéndoles a sus empleados que usen barbijos.

En estas meditaciones no niego que las empresas tengan la facultad de pedirles ciertas conductas a sus empleados; pero lo que pongo en duda es la bondad de imponer la mascarilla, cuando ya no tiene sentido (ni médico, ni legal) sólo para aparentar virtuosidad frente a cierto tipo de clientela. ¿Por qué? Porque mi derecho no termina donde empieza tu miedo.

Es cuestionable la bondad de forzar a ciertos empleados a usar la mascarilla porque suelen ser trabajadores muy vulnerables económicamente, empleados a los que no les queda de otra.  Conozco, por ejemplo, a una chica a la que el barbijo le causa alergia y le ha hecho mucho daño en la cara.  Pero tiene que usar aquel objeto infame porque trabaja en atención al cliente…y no vaya a ser que un cliente delicado se incomode si es atendido por alguien sin mascarilla. El mismo cliente que convive con docenas de personas que no usan barbijo, pero a las que no puede obligar a usarlo.

Ya es tiempo de ser más decentes y de liberar a cajeros, meseros, cocineros, guardias y otros empleados del uso obligatorio de la mascarilla.  Por supuesto que estas meditaciones no cuestionan su uso voluntario, que es una decisión personal y en muchos casos es prudente.  Pero eso es muy diferente a la idea de que otros deben usarla, aunque yo no, aunque mis vecinos no, aunque mis compañeros no, aunque mis amigos no.

¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.


26
Jul 22

Bergoglio abusa de sus facultades

 

Jorge Bergoglio se reunió con sobrevivientes de una antigua escuela residencial para indígenas en Canadá, para pedir perdón por el papel que tuvo la organización que dirige en la violencia infligida a miles de menores de pueblos autóctonos.

La foto la tomé de Facebook,

El dirigente católico dijo: Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, sobre todo a través de su indiferencia, en los proyectos de destrucción cultural y de asimilación forzosa promovidos por los gobiernos de la época, que culminaron en la sistema de escuelas residenciales.

Pero…¿puede Bergoglio hacer algo así éticamente?  Digo, porque la responsabilidad consiste en hacernos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones y de nuestras acciones…personales e individuales, concretas.  Sólo puedes pedir perdón por tus decisiones y acciones, no por las de otros…y menos si son de hace décadas, o siglos. Quién perdona se comprende profundamente a sí mismo y a sus semejantes, permitiéndole entender la razón de por qué perdona. De ahí que el perdón deba ser personal e individual, concreto.  No puede ser un acto colectivista y abstracto.  No puedes pedir perdón por algo que no hiciste, y no puedes perdonar a alguien que no te hizo nada.  No tiene sentido alguno pedir perdón por algo que hicieron otros cuando no estabas en posición de tener algo que ver con esos actos.

Bergoglio tendría que saber y entender aquello porque la responsabilidad estrictamente personal de los actos es una de las rescatables aportaciones éticas del cristianismo. Opuesta, incluso, a la responsabilidad colectivista aniquiladora del Viejo Testamento en el que todos los bebés son pasados por las armas, o en el que dos ciudades son destruidas por fuego y azufre.  Sin distinguir individuos.  Sólo masas.

Bergoglio no sólo no está obligado a pedir perdón por decisiones y actos ajenos; sino que no tiene derecho a hacerlo.  Es vacía la pretensión de Bergoglio, y la de otros políticos. de buscar redención por actos que ocurrieron hace décadas y siglos, aunque diga que siente tristeza, indignación y vergüenza…porque no son suyas de sentir, ni suyas de expresar.

Es cierto que muchos miembros de la organización que ahora dirige Bergoglio cometieron abusos y hasta crímenes, como lo que algunos religiosos de su persuasión cometieron en Canadá, o el caso de Las hermanas de la Magdalena, por citar un caso entre ¿Cientos? ¿Miles? Pero…los responsables de aquellos actos fueron personas específicas, concretas e individuales, sobre todo individuales. No cabe criar culpa, ni atribuir responsabilidad a la Iglesia que no son sólo Bergoglio y sus cardenales, sino que son todos los católicos como tu, tu y tu, algunos de los que están leyendo estas líneas.


19
May 22

¿Qué fue primero, la moral, o las costumbres?

 

En su libro, Individuo y sociedad, Ricardo Rojas aborda -entre otras- la cuestión de ¿Qué fue primero, la moral, o las costumbres? y lo hace en un contexto praxeológico. Porque la praxeología es la ciencia de la acción humana y se ocupa de toda forma de interacción humana.

Es fascinante conversar con Ricardo y explorar los principios del individualismo metodológico y la praxeología llevados a temas como la sociedad, el conocimiento, el lenguaje, la historia, la política y la moral.  Ya antes, por cierto, Ricardo había escrito un volumen completo sobre los fundamentos praxeológicos del derecho.

Haz clic en la foto para ver la conversación.

Con respecto a la pregunta que da pie a estas meditaciones, la perspectiva del individualismo metodológico rechaza la idea de que la moral es un conjunto de normas abstractas que nadie sabe exactamente de dónde salen y explica que la moral es un código individual que guía nuestras acciones.  Si se concibe así a la moral, también se concibe a las costumbres como el producto de la interacción de valores e individuos, que termina generando acuerdos sobre principios y costumbres que ayudan a las personas a interactuar.

No podría existir costumbre, si no hubiera moral, explica Ricardo; y esa idea es contraintituiva.  Luego de ver la conversacion, ¿tu qué piensas?


12
May 22

“King Richard”, una peli para conversar en familia

 

Entre la basura victimista y woke que suele uno encontrar en la tele de cuando en cuando aparece algo que merece la atención como una peli motivadora e inspiradora, tal es el caso de King Richard, que lleva el nombre del padre y entrenador de las estrellas del tenis Serena y Venus Williams.

Aparte de que es una buena historia bien contada y de que algún experto podría estar de acuerdo, o no con los métodos particulares de Richard Williams, esta peli ilustra la importancia de tener un propósito en tu vida, la importancia de establecer una pirámide de valores que sea tuya y la de que la racionalidad, la honestidad y le independencia, así como el orgullo sean las virtudes mediante las cuales obtengas y conserves tus valores.

De acuerdo con la ética objetivista, que es una ética prudencial:

El propósito es el valor fundamental que sirve como guía, o faro para integrar la jerarquía de tus otros valores; y el orgullo es el resultado de alcanzar el propósito.

La honestidad es la virtud de no falsear la realidad y nunca buscar, ni conceder lo inmerecido.

La independencia es aceptar la responsabilidad personal de realizar uno sus propios juicios y vivir de acuerdo con ellos.

La lista podría seguir y encontrarás esas y otras virtudes en la vida de la familia Williams; de la cual Oracene Williams es una persona clave y que es brillantemente interpretada por Aunjanue Ellis.

A mí me encantó la peli y sospecho que no tiene mejores calificaciones en parte por los prejuicios contra Will Smith después de lo que ocurrió durante los premios Oscar; y porque la película no responde a los cánones, ni a los estereotipos que están de moda en Hollywood, en Netflix, en Disney y en otros ambientes que rechazan los valores y las virtudes que muestra la peli.

Entre mis citas favoritas se cuentan:

The most strongest, the most powerful, the most dangerous creature on this whole earth is a woman who knows how to think. Ain’t nothing she can’t do, de Richard Williams porque tiene que ver con la virtud de la independencia y claro, se aplica tanto para hombres, como para mujeres.

Unlike you, I don’t need the world to tell me I’m great, de Oreacene Williams porque tiene que ver con la virtud del orgullo.  El orgullo, claro, no debe ser confundido con la soberbia.

También la cita que ilustra esta entrada: Nothing is free, somebody pays for it, de Richad Williamos.  La clásica There is no such thing as a free lunch, que ilustra la virtud de la honestidad.

Si buscas una peli para conversar en familia, o para compartir en clase, no dejes de ver esta.


20
Abr 21

Chernóbil, resultado de le ética de los soviets

Ningún elogio que hayas leído, o escuchado sobre la miniserie Chernobyl le hace justicia; y ya se que vengo tarde, porque seguramente muchos de ustedes ya la vieron, pero no quiero dejar de comentarla brevemente porque estoy convencido de que fue el resultado más oprobioso de la ética de los soviets y del socialismo real.

¿Alguna vez notaste el subtítulo de esta producción? Es: ¿Cuál es el costo de las mentiras? Frase que le viene como anillo al dedo no sólo a la miniserie, sino a todo el sistema soviético.  Una vez leí que la URSS era un país del tercer mundo con un ejército del primero y eso se hace dramática y extremadamente evidente en Chernobyl.  No sólo en la naturaleza tecnológica de la planta que llevaba el nombre de Vladimir I. Lenin, sino en su administración y su política, y en el manejo de aquel que fue un desastre de magnitudes casi inimaginables, y que pudo haber sido un cataclismo que nos arrastrara a la más oscura de las experiencias humanas.

¿Sabes que me impresionó? Yo estaba consciente de que lo que ocurrió en Chernóbil fue un desastre de grandes proporciones; pero no fue hasta ver la miniserie y tratar de dimensionar las cifras, que me di cuenta de lo espantoso que había sido.  Es que las cifras son espeluznantes. Me impresionó también que algunos de mis amigos y coetáneos tampoco se dieron cuenta de lo monstruoso de lo ocurrido y de lo perverso de las mentiras soviéticas.  Uno de mis amigos incluso me comentó que él siempre había creído que lo de Chernóbil había sido una exageración.  Quizás es que, como les ocurre a algunas personas con el Holocausto, a los seres humanos nos cuesta mucho concebir que el mal pueda superar ciertas dimensiones.

Al final de la miniserie nos cuentan que Mijaíl Gorbachov consideró la posibilidad de que el desastre de Chernóbil fuera la causa final del colapso de la URSS, y no dudo que -en un contexto de perestroika y glásnost– lo de Chernóbil desnudara y debilitara tanto a aquel sistema corrupto, anquilosado, inhumano y construido sobre muertos y mentiras, que el sistema soviético fue incapaz de sostenerse más.


18
Sep 20

Empatía

Empatía es el concepto que Adam Smith, en su obra Teoría de los sentimientos morales, identifica como la capacidad de ponerse en el lugar del otro para sentir lo que el otro siente, sin perder la identidad propia. Es, digamos, la capacidad de ponerse uno en los zapatos del otro.

La ilustración la tomé de Facebook.

Si, ya se que Smith no le llamó empatía, sino simpatía; pero entre nosotros, en el siglo XXI, el término simpatía tiene otras implicaciones inatingentes. Uno podría decir que tal, o cual persona es simpática en el sentido de que es agradable y atractiva.

Para Smith, lo que conocemos como empatía no es solo la capacidad de compartir el sufrimiento, o la alegría ajena, sino que es la habilidad que facilita las interacciones entre las personas, hasta tal punto de que hace posibles el orden y la armonía en la sociedad.  Tenemos mejores sociedades en la medida en que hacemos más grandes los círculos de empatía.

De aquello me acordé al horrorizarme por algunas de las reacciones como consecuencia de la desaparición y muerte de un chico de 17 años al que se llevó un alfaque a inmediaciones de Monterrico.  Ya es bastante triste y doloroso que muera una persona en plena juventud, como para que los fariseos, y los sacerdotes de la envidia y del odio aprovechen la ocasión para pontificar…sin una onza de empatía.

No es la primera vez que veo esa conducta en redes sociales, e incluso en vivo.  Con ocasión de otras tragedias individuales, no escasean los individuos que aprovechan para encender los polvorines de la envidia, el resentimiento y el odio, y no faltan quienes recogen el fuego y lo esparcen por donde pueden. A veces en el espíritu de I am holier-than-thou y a veces en el de la lucha de clases. Motivos para ser pusilánime, supongo que no faltan.

La ausencia de empatía no sólo apunta a trastornos individuales, sino que pone en evidencia a una sociedad en deterioro.  No me digas que no has notado, con el encierro forzado, cómo es que muchas personas actúan de forma agresiva y tan poco empática, que hasta dan un poco de lástima.

¿Podemos rescatar la empatía?

Columna publicada en elPeriódico.

Actualización: Por supuesto que la empatía requiere de contexto; y, además, la práctica de la empatía requiere de honestidad e integridad.  La honestidad es la virtud de no tratar de falsear la realidad y en no fingir que las cosas son otra cosa que lo que son; y la integridad es rehusarse a falsificar la consciencia, es decir, mantener la unidad entre las acciones y las convicciones propias.