19
Feb 16

¿Por qué apoyo la pena de muerte?

Pancuronium-3D-vdW

Puedes escuchar el podcast aquí.

El estado de guerra es uno de enemistad y destrucción que se produce cuando, de modo premeditado, una persona actúa contra la vida de otra, explica John Locke en su segundo tratado de gobierno .  Quien se pone en estado de guerra contra otro se expone a que su vida sea tomada por aquel, o por cualquier otro que se le una en su defensa, en virtud de la ley fundamental según la cual uno debe conservarse a sí mismo hasta donde sea posible, añade el filósofo.

Locke explica que un hombre puede destruir a otro que le hace la guerra, por las mismas razones que puede matar a un lobo, o a un león que lo ataca.  Porque los hombres así no tienen más regla que la de la fuerza y la violencia.

En esta columna estuve así de cerca de cometer el error de oponerme a la pena de muerte en el supuesto de que las existencias de los delincuentes que cometen –premeditadamente– crímenes horribles, de esos que causan gran sufrimiento físico y psicológico a sus víctimas, a sus familiares y a sus amigos, son vidas humanas.  Eso hubiera supuesto, el error, de que la existencia de los que asesinan y violan a una niña (por ejemplo) es igual a la vida de la niña, y a las de sus padres, sus hermanos, y sus amigos que viven pacíficamente.

Proteger la existencia de reos peligrosos como los que asesinaron a un repartidor de agua en el Preventivo de la zona 18, hace unos días, es una injusticia no sólo para el repartidor, sino para las víctimas anteriores y para las víctimas futuras de aquellos criminales que…no te engañes, no se están rehabilitando en aquella prisión.

Es cierto que  la vida humana debería ser respetada absolutamente y que nadie debería tener la facultad de dañarla; pero desde la perspectiva de Locke –que comparto– cuando un grupo de criminales asesina a una persona inocente, no como consecuencia de un impulso apasionado y momentáneo, sino de forma premeditada, los criminales se ponen en estado de guerra y deben ser tratados como criaturas peligrosas y dañinas.

La pena es la consecuencia jurídica de la declaratoria de un estado de guerra; y –en justicia– debe ser proporcional a la naturaleza de la destrucción causada.

Columna publicada en elPeriódico.  La imagen es de una molécula de bromuro de pancuronio, un relajante que paraliza músculos y pulmones y sirve para la inyección letal. La imágen es de dominio Público,

https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=858960


17
Feb 08

Yo no fuí, fué Teté

Rodolfo Quezada, cardenal guatemalteco, opinó que la pena de muerte no resolvará el grave problema de inseguridad que vive el país y generará más violencia. Dijo que la pena capital es un invento del diablo. Consideró que su organización debe defender siempre la vida y rechaza la pena de muerte*.

El dirigente católico dijo que la pena capital no es disuasiva y aseguró que “en los lugares donde todavía existe, siguen los asesinatos”.

El principal argumento del Príncipe de la Iglesia pierde todo sustento cuando uno lee La pena de muerte es disuasiva, columna de Luis Enrique Pérez en la que el periodista expone cuatro estudios científicos que claramente prueban que efectivamente, la aplicación de la pena capital si disuade a delincuentes potenciales.

Y bueno…¿qué decir de la segunda parte del razonamiento cardenalicio? ¡Claro que la delincuencia va a existir a pesar de que haya prohibiciones y penas para su comisión! Si el problema no es que haya delincuentes, lo grave es que no enfrentan las consecuencias necesarias de su conducta criminal. Por eso, más importante que la existencia de la pena de muerte en el Código Penal, es que se cumpla dicha pena luego de que es impuesta por los tribunales de justicia. De nada sirve la existencia de una pena que todos saben que nadie va a tener la entereza de aplicar.

¿Saben qué me extrañó, y no debería parecerme raro? Desde mi punto de vista, la mejor objeción contra la pena de muerte es que, como la vida es el valor supremo, nadie debe estar facultado para violarla; ni siquiera en ejercicio de las facultades judiciales del Estado, en cumplimiento de la búsqueda de la justicia. Y al Cardenal se le escapó este detalla importante.

Y no me extraña, por supuesto, porque Quezada es dirigente de la misma organización que no dudaba en quemar en la hoguera a filósofos y mujeres sencillas, sólo porque no estaban de acuerdo con sus dogmas, o porque “eran brujas”.

A manos de la Inquisición “El detenido era encarcelado en una cárcel especial. Se secuestraban sus bienes para su mantenimiento y los gastos de su proceso. Incomunicado, el reo ignoraba a menudo por completo los cargos que se le imputaban. El proceso consistía en una serie de audiencias en que se escuchaba a los denunciantes y al acusado. Este último contaba con un abogado que no la defendía sino meramente le amonestaba a que confesase sus culpas, o le asesoraba en cuestiones de procedimiento. Para obtener la confesión se podía utilizar la coacción; ya sea mediante la prolongación de la prisión, ya sea por la privación de alimentos, o bien, en útlimo lugar, por la tortura”.

“La condena podía ser leve o vehemente. En el primer caso el castigo podía ser una multa, una reprensión y llevar un sambenito para que la gente supiese que había sido penitenciado por el Santo Oficio y prestase atención a lo que decía por si volvía a cometer herejía. En el segundo caso, era, según la fórmula, relajado al brazo secular, esto es, entregado a la jurisdicción ordinaria para su ejecución. Si el reo a ajusticiar se arrepentía, se le ahorcaba, si era de baja condición social, o se le degollaba si era de condición social alta; si no abjuraba de sus errores, se le quemaba vivo“.

La organización de la que Quezada es un dirigente de primera línea quemaba, degollaba y ahorcaba a sus condenados; pero en su sabiduría infinita (o en su hipocresía) no lo hacía de propia mano, sino que los entregaba a la justicia ordinaria, para no mancharse las manos. A modo de Yo no fuí, fue Teté, la Iglesia mandaba a matar, pero no ejecutaba las penas. Y santos en paz. O quizás no.

En una cosa tiene razón el Cardenal chapín: otra de las objeciones válidas para la pena de muerte es que los tribunales se pueden equivocar; como se equivocó su organización cuando mandó a quemar a Giordano Bruno, cuando quemó y atormentó a brujas y hechiceras (aunque no fueran tantas como se cree), o cuando intimidaba y condenaba a Galileo Galilei.

No estoy a favor de la pena de muerte porque creo que la vida humana debe ser intocable y porque se pueden cometer errores; y por esas razones debe ser abolida. Sin embargo, mientras esté vigente y mientras los tribunales la hayan impuesto, aquella debe ser aplicada.

*Prensa Libre, página 3, del 16 de febrero de 2008. No pongo el enlace porque no está funcionando http://www.prensalibre.com.gt/


13
Feb 08

La trampa del recurso de gracia

No se de donde, recuerdo una canción que dice: Era una chinita,/ Que bailaba el mambo,/ Mientras se resbalaba/ En una cáscara de mango.

En el Congreso de la República le pusieron una cáscara al presidente socialdemócrata Alvaro Colom: El Congreso restituyó la figura del indulto presidencial para los condenados a muerte. Muy acertadamente, el Presidente ha dicho que “no va a pasar sobre las sentencias de los tribunales, por lo que no concederá ningún indulto”.

Pero eso lo pone en un brete con la socialdemocracia internacional que, generalmente, está contra la pena capital. Por lo pronto, Amnistía Internacional ya le pidió a Colom que rechace la ley citada, que abre la vía para que se aplique de nuevo la pena de muerte.

Colom tendrá que bailar su mambo, y a ver si se resbala, o no.


14
Feb 07

Retiro del indulto presidencial, una buena decisión

La idea de que una decisión política, tomada por el Presidente de la República, sustituyera a una decisión de justicia tomada por los tribunales correspondientes, en aplicación de la ley, era muy mala. Por eso es bueno que fuera retirada ayer, “después de haberse leído en su primer debate, la iniciativa de ley para dejar de nuevo en manos del presidente de la República el indulto o la ejecución de la pena de muerte”, tal y como lo informa hoy, Prensa Libre.

Creo que la foto es del diario Prensa Libre, pero no recuerdo.


23
Ene 07

El indulto presidencial es un mal mensaje

¿Por qué nos extraña que en Guatemala no se respeten las leyes? La Comisión de Reforma al Sector Justicia ha dictaminado que el Presidente debe decidir si perdona, o no a los reclusos. Es decir que independientemente de que la ley mande que para ciertos delitos la pena que corresponde es la de muerte, aquella comisión considera que lo que debe privar, al final, es una decisión política, y no una de justicia.

¡Por eso es que en Guatemala no se respetan las leyes! Los chapines saben que al final, mediante el uso de influencias y de otros medios como la fuerza, la ley no se les aplica. Lo que importa al final no es la justicia, sino la política. La decisión no será de los tribunales, como corresponde, sino de la instancia política superior en abono a la figura decimonónica del Presidente de la República como amo de vidas y haciendas.

Vea un buen debate sobre la pena capital, aquí.


06
Ene 07

Por Evelyn

1. Repulsión fue lo que sentí el 3 de enero cuando vi la noticia de que Evelyn Isidro, de sólo 7 añitos había sido decapitada. Según informaciones periodísticas los monstruos responsables de semejante atrocidad fueron dos sujetos que confesaron haberla secuestrado, violado, asesinado y enterrado.

Esos dos degenerados iban a ser linchados por vecinos y amigos de los padres de la pequeña víctima; pero ese acto de venganza fue evitado por la PNC. Según el Ministerio Público se podría pedir la pena de muerte contra los victimarios de Evelyn; y yo pregunto ¡¿de qué jodidos serviría si hay una cola de condenados a muerte y el Estado de Guatemala no tiene la autoridad moral, ni las agallas, para ejecutarla y hacer cumplir la ley en beneficio de la justicia?!

A mi me cuesta mucho escribir a favor de la pena capital, siendo que digo sostener la vida como el valor supremo y sabiendo que los tribunales pueden cometer errores. Sin embargo, bestias como las que segaron la vida de Evelyn ¿se merecen algo menos que la aplicación de la ley? Digo esto porque, precisamente, el Código Penal establece aquella pena para los culpables de violación agravada, asesinato, o secuestro. Yo quisiera que algún día desapareciera la pena capital; pero en tanto esté ahí los funcionarios cometen pusilanimidad y cobardía moral al no aplicarla.

En aquel contexto, la pena de muerte es el costo que tienen que pagar los humanoides que asesinan, secuestran y violan. Esto es justicia retributiva, que no debe confundirse con la venganza, que es inaceptable.

En el caso de engendros como los asesinos de Evelyn y la obligación que tiene el Estado de hacer justicia, yo tomaría en cuenta que uno de los propósitos de la pena es proteger a futuras víctimas y el otro es la ya citada justicia retributiva. Y también que toda persona que comete un crimen horrible, como son los cometidos en este caso, debe recibir el castigo estipulado por la ley.

Yo se que muchas personas religiosas tienen objeciones sobre la pena de muerte y son responsables de la cola de condenados mencionada arriba; pero al leer las escrituras se ve claramente que a veces Dios aplica la pena él mismo, y a veces usa a otros para aplicarla en su nombre.

Por todas las Evelyns que no han recibido justicia, estos asesinos y otras escorias parecidos deben ser sentenciados a la pena que les corresponde; y los funcionarios que están a cargo de hacer que se cumpla están obligados a ejecutar la condena. Si no lo hicieren, como no lo ha hecho en otras ocasiones, ¡declárense incompetentes, sapos de alma, pusilánimes y ñaques!, o cambien la ley.

2. Libertad para Kareem: Hacinado en una celda, en Alejandría, se encuentra el estudiante Kareem Amer, de 22 años, desde hace más de un mes. ¿Por qué está ahí? Por “difamar al presidente de Egipto” y “destacar aspectos inapropiados que dañan la reputación de aquel país”. Como dicen Dalia Ziada y Jesse Sage en el Internacional Herald Tribune, si los estándares de censura de los fiscales de Alejandría fueran aplicados en los Estados Unidos, en Europa [o en Guatemala] miles y miles de bloggers estarían detrás de las rejas. El principio básico de la libertad de expresión no es respetado en Egipto y la decisión de las autoridades egipcias de encarcelar a un joven estudiante, por ejercer dicha libertad, muestra que en el Oriente Medio hay una lucha constante y ardua entre los bloggers disidentes y los censores oficiales.

Por favor firme una petición para la liberación de Kareem en http://www.hamsaweb.com/c2/home.php?id=Kareem, o escríbale al embajador egipcio en Guatemala, Maher Baddar, a la 5ª. Avenida 10-84, zona 14. El lunes, también puede llamarlo al 2333-6296.
Por favor, como individuo y como persona, tome un momento para ayudar a Kareem; él no ha cometido crimen alguno y debería estar libre. Recorte esta nota y póngala donde le acuerde apoyarlo.

Publicado en Prensa Libre el sábado 6 de enero de 2006.