15
Abr 21

En la terraza del Palacio Nacional

En 1974 me bajaron tres veces de la terraza del Palacio Nacional y ayer se me hizo conocer ese espacio y pasear por él.

Hace 47 yo solía visitar el Palacio con frecuencia y me paseaba por los corredores y salones a gusto.  Me encantaban su arquitectura y sus detalles.  Disfrutaba de sus patios y fuentes.  Mi imaginación andaba suelta y sin correa en es edificio histórico. Pero la terraza me estaba vedada.  A veces andaba por ahí sólo, y a veces llegaba acompañado, porque buscaba turistas para guiarlos por el Guacamolón y por la Catedral. Cuando el guardia de alguno de los accesos se distraía, yo subía rápidamente sólo para ser invitado a bajar por alguno de los soldados que se hallaban en la terraza. ¿Por qué?

En 1974 estudié en el English American School que quedaba en la décima calle y cuarta avenida de la zona 1 y todavía había dos jornadas, uno iba al colegio de ocho a 12, luego se iba a almorzar a casa y volvía a clases de dos a cuatro; y ahí está que, siempre que podía, me capeaba en las tardes y me iba a pasear por el centro de la ciudad, o por el Centro Cívico y me gustaba explorar edificios.  Del Banco de Guatemala me sacaron dos veces los policías que cuidaban el lugar.

¡Me encantó la experiencia de la terraza!…y me trajo recuerdos de mis días de estudiante capeado.  Actualmente, aquel espacio -como otros- del hermoso edificio, están siendo restaurados.  Fue alegre haber llegado a la terraza, al fin, y me alegra de que esté en uso.  Me gocé la vista de la Plaza de la Constitución.  En ese espacio, en 1974 también pasé tiempo ejerciendo el arte antiguo de people wacthing y leyendo sobre mitología griega.

Es una lástima que la Municipalidad de Guatemala esté construyendo un lunar de pelos en aquel espacio histórico.


27
May 19

Restauraciones que hay que celebrar

Pasé por el Centro Cívico y noté que el mural de Roberto González Goyri, que está sobre la Séptima avenida ha sido restaurado; igualmente está siendo restaurado el Palacio Nacional y me enteré que también fueron restaurados los murales de Carlos Mérida que están en el edificio del seguro social.  ¡Celebro esas restauraciones!

“Nacionalidad” es el nombre de este mural que está sobre la Séptima avenida.

Nacionalidad es el nombre del mural que está sobre la Séptima avenida; lo recuerdo desde que era niño y es uno de mis favoritos. La pieza que el maestro González Goyri erigió en el IGSS es La Nacionalidad Guatemealteca, un mural de grandes proporciones elaborado en concreto. Para 1959, año en el que fue finalizado, esta técnica era tan novedosa como el estilo mismo de los edificios que la rodean. La obra es parte del complejo del Centro Cívico, un conjunto de edificaciones pensadas bajo el concepto de la Modernidad y que hoy son patrimonio nacional. Según explicaba el propio artista, la técnica “consiste en elaborar un mural al revés, directamente sobre la formaleta haciendo las veces de negativo. La idea era al mismo tiempo, que la fundición copiara los accidentes de la madera”. A esto se le conoce como “verdad al material: no hacerlo aparentar como si fuera una talla en piedra”. Goyri fundió los elementos por separado y luego los armó sobre el espacio, dice un reportaje que fue publicado con ocasión del inicio del proceso de restauración.

Por su parte, el Palacio Nacional ya clamaba por atención.  No sólo porque a su avanzada edad ya necesitaba de reparaciones, sino porque, a lo largo de su historia azarosa ha sido víctima de un bombazo terrorista por parte de la exguerrilla y numerosos ataques con pinturas de aerosol y otras sustancias por distintos grupos de interés que no dudan en destruir monumentos y edificios. Al menos 150 personas trabajarán en esta restauración que comenzará con la limpieza de la fachada, como primera fase. Algunos trabajos de remodelación se iniciaron en junio del 2017, en el Salón de Recepciones. Se limpiaron las lámparas centrales y laterales, se limpió la alfombra, se pulió la madera, se fortalecieron la cúpula y las columnas y se armaron los andamios para evaluar las grietas causadas por los sismos. Con el fin de estabilizar la estructura, se lee en otro reportaje.  En 1974, cuando estudiaba en el Centro, y me capeaba en las tardes, uno de los matatiempo que más me gustaba era el de pasar un buen rato en el Palacio. Disfrutaba mucho de sus ambientes y de su arquitectura.

Finalmente los murales multicolores de Carlos Mérida, en la parte de atrás del edificio del IGSS también han sido restaurados.  Debo confesar que nunca les he puesto mayor atención y que me gustaría conocerlos mejor. Ya pasaré por ahí y me detendré a observarlos luego de leer algo sobre ellos.

La restauración y rescate de estos monumentos es importante en un país que necesita conocer mejor su historia y en uno en el que la idea de arte se ha deteriorado mucho.  En un país en el que los chatarreros se robaron todo el bronce que pudieron en la Avenida de la Reforma, la Avenida de las Américas y el Cementerio General. En uno en el que el feísmo hace metástasis por donde puede.


24
Jun 17

¿Para qué es que sirven tus impuestos?

Si los edificios emblemáticos de Guatemala -como el Palacio nacional y el Conservatorio nacional de música- se están desmoronando y en parte es por falta de dinero para darles el mantenimiento necesario, la culpa no es de los tributarios.  Es de los políticos y burócratas que controlan el dinero que toman, en abundancia, de los tributarios.

Entre las cosas que yo pensaba durante la fatídica madrugada del 4 de febrero de 1976 -mientras pasaba el mal rato en uno de los automóviles de mis padres, estacionado frente a la casa- era: Ojalá que no se haya caído la lámpara del salón de recepciones del Palacio nacional.

No recuerdo que hubiera daños mayores en aquella ocasión; pero el Palacio nacional sufrió daños por los sismos de ayer y del 14 de junio. Adicionalmente, en los últimos años, se ha estado deteriorando visiblemente.  En buena parte porque no ha recibido la atención y el mantenimiento que un edificio de esa naturaleza demanda.

Igual cosa sucede con el Conservatorio estatal de música cuyas butacas y pisos dan pena.  El material aislante entre salones está en mal estado, la ventilación y la iluminación no funcionan bien.  Los instrumentos no reciben mantenimiento y no suenan adecuadamente.  Este, como el Palacion nacional y seguramente otros edificios estatales, no reciben mantenimiento.

Al Conservatorio le tengo algo de cariño porque ahí escuché mis primeros conciertos de la Orquesta sinfónica estatal, cuando yo estaba en la Secundaria en compañía de mis mejores amigos del colegio.

Independientemente de si debería haber un conservatorio y una orquesta estatales, el caso es que los políticos y burócratas a cargo de edificios y programas siempre se quejan de que no hay dinero para mantenimiento…y…sin embargo…sí hay dinero -y abundante- para que (por ejemplo) los diputados se asignen bonos y prestaciones millonarias a costa no sólo de los tributarios, sino del mantenimiento de edificios, el cuidado de hospitales -llenos de pulgas y donde mueren bebés- y otras cosas que deberían ser prioritarias.

¡A los políticos y burócratas les abunda el dinero que toman de los tributarios, pero para la piñata!…no para lo que debería ser importante.


26
Ene 15

Marimba explulsada del Palacio Nacional ¿de la cultura?

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El padre de un amigo mío emigró a América -luego de la Guerra Civil española- en un barco italiano.  El y un amigo suyo venían en Tercera clase y de cuando en cuando se subían a la cubierta de Primera clase.  Una vez un marinero los encontró y les gritó:  ¡Presto, a la merda!

Así merito me imagino que el Ministerio de Cultura y Deportes le dijo a la Marimba de Concierto del Palacio Nacional de la Cultura: “¡Presto, a la merda!”  Te me vas para una bodega en el Campo de Marte porque este espacio lo  necesitamos para que lo ocupe algo que tiene prioridad.

El jueves pasado y por disposición de aquella cartera la marimba fue desalojada y enviada ¿a donde no estorbe? Ahora, cada vez que se necesite marimba en el inmueble que lleva el nombre pretencioso de Palacio Nacional de la Cultura, ¿habrá que mover el instrumento con todos los riesgos y costos que eso implica?   ¿Es cierto, como se ve en fotos, que se ponían escobas y otros bártulos sobre el teclado de hormigo, o fue un montaje ad hoc?  ¿Es cierto que mandan la marimba a una bodega inapropiada?

Francamente no me extraña que uno, o más pipoldermos dispongan algo así.  ¿Por qué es que una marimba iba a recibir más respeto que un enfermo en el hospital San Juan de Dios?, por decir algo. ¿Por qué es que una marimba iba a recibir mejor trato que un niño en una escuela estatal?

Mi bisabuela, Adela,  tenía una marimba legendaria; y cuando niño recuerdo el efecto de los bajos en mi pecho. Para míila música de marimba es música de fiesta, de celebración y de nostalgia.  ¡Y como me gustaba ver a la gente bailando elegantemente al son de la marimba.  Por eso, y porque es un mal signo de los tiempos, me da entre tristeza y rabia que hayan mandado a la marimba del Palacio a quién sabe donde y quien sabe en qué condiciones.


24
Jun 14

Motos en el Teatro Nacional y la guerrilla en Tikal

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Ayer nos enteramos de que los daños que ocasionó la competencia de Moto Enduro, organizada por la Municipalidad capitalina en los jardines, graderíos y caminamientos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias -que no en el Teatro propiamente dicho- podrían alcanzar un costo de alrededor de Q 100 mil.   La cuestión, ahora, es que esos costos los pagarán los tributarios.  Se ha hecho un merecido escándalo a causa de estos daños en un conjunto monumental que es patrimonio cultural y todo eso.  Pero…¿quién recuerda otros atentados culturales más…ofensivos…criminales y hasta macabros?

En septiembre de 1981 la guerrilla destruyó el Museo de Tikal, años de trabajo arduo y acucioso fueron perdidos y nueve piezas fueron robadas de aquel lugar.  Entre las piezas robadas se cuentan una mascarilla, un broche de cabeza de jaguar y una figura danzante de jade. Piezas de cerámica, dibujos, osamentas, mapas, fotografías y documentos de incalculable valor cultural fueron devorados por el incendio que ocasionaron los atacantes en las oficinas y en el laboratorio del museo. Los arqueólogos lloraron cuando vieron la destrucción. En templos y palacios -incluido el templo del Gran Jaguar- los atacantes armados pintaron las siglas de las Fuerzas Armadas Rebeldes, una de las organizaciones marxistas-leninistas que integraría la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. Los atacantes llegaron con fusiles y metralletas.  Obligaron a mujeres, niños y hombres a caminar en fila india y a participar en un mitin antigobiernista, de protesta contra el imperialismo yanqui y de apoyo a la independencia de Belice. En El remate, un autobús con turistas recibió disparos y fueron heridos un guía de turistas, una mujer y su hija de dos años.  Los guerrilleros dijeron que no querían que las piezas fueran sacadas de Guatemala…y se las llevaron. Los detalles puedes verlos en las fotos, según lo reportó Prensa Libre.

A ver…los dirigentes de las FAR y de la URNG, ¿devolverán aquellas piezas? ¿Las tienen, todavía? ¿Dónde están?  Si no las tienen, ¿pagarán por ellas? ¿Pagarán por aquellos crímenes contra la cultura?  Porque perdonen ustedes; pero si romper gradas en el Centro Cultural es feo, punible y costoso, ¿no lo es más lo que hicieron los guerrilleros en Tikal?

Aquel desprecio por el patrimonio cultural no fue aislado.

Un año antes, también en septiembre, la guerrilla puso dos bombas en el Parque Central de la ciudad de Guatemala.  Aquel atentado les costó la vida a seis adultos y a un niño, dejó numerosos heridos y esparció partes humanas en el área.  En aquella ocasión los vitrales del Salón de banquetes y del Corredor central del Palacio Nacional fueron masacrados.

A ver…ya hace 34 años de aquella bomba y de aquellos daños que superan -por mucho- a los causados en las inmediaciones del Teatro.  ¿Quedarán impunes? La exguerrilla, ¿asumirá la responsabilidad moral y económica de aquellos crímenes?

¡Veamos la indignación, pues!

Gracias a mi cuata, Reny, que está escribiendo una novela sobre aquel acto terrorista contra la cultura.


05
Mar 11

Casa Larrazabal y Palacio Nacional en deterioro

Ahora que leí que la Casa Larrazabal  fue declarada inhabitable, pensé en que, de verdad, esta gente todo lo estropea.  Como el país entero -y la institucionalidad- esta célebre residencia del siglo XIX (ocupada por oficinas del Congreso de la República) se está viniendo abajo.  Como se está viniendo abajo el Palacio Nacional, convertido en supuesto museo por la Administración de Alvaro Arzú y dejado casi en el abandono por la de Alvaro Santa Clos Colom.

La foto, que tomé en octubre pasado es del palco presidencial, en el Palacio Nacional.


18
Oct 10

La tristeza de los vitrales del Palacio Nacional


Tenía añales de no entrar al corredor central del Palacio Nacional; y el sábado, que anduve por ahí, me encontré de nuevo con los vitrales destruidos que hay en esa área.

En septiembre de 1980, los guerrilleros detonaron una carga explosiva en el Parque Central, frente al Palacio, y con ello no sólo destruyeron los vitrales que hay en el corredor central, sino los que se hallan en el salón de banquetes.  Además, asesinaron a varias personas que estaban en el área.  No estoy seguro de si hicieron daños en los vitrales que están en el salón de recepciones.

Los vitrales del corredor central tienen como temas la literatura guatemalteca; y los que vemos en las fotos se refieren a La tentativa del león y el éxito de su empresa, una fábula por Matías de Córdova y a Rusticatio Mexicana, el poema de Rafael Landívar, entre otros.

Estos vitrales son obras de arte preciosas y fueron hechos por Julio Urruela en 1942; y a don Julio, lo conocía ca. 1987 cuando un colegio de señoritas le ofreció un homenaje.  Yo andaba por ahí porque otro de los homenajeados fue el noticiario Aquí el Mundo y yo iba en representación del programa.  A Urruela lo recuerdo como un hombre muy agradable y orgulloso de su obra.  Creo que en esa ocasión fue que aprendí que, en los murales, el color amarillo es muy escaso porque es muy caro de producir ya que para hacerlo se necesita de oro.


22
Sep 10

Daños al Palacio Nacional

Aunque sea un símbolo del poder, le tengo cariño al Palacio Nacional y quisiera que algún día, en vez de aquello, lo fuera de libertad. Por eso me molesta mucho cuando la plebe, o los guerrilleros la agarran contra él.


Ocurre que, con alguna regularidad, los sectores populares llegan a ese edificio y lo pintan con spray. Con eso dañan su revestimiento verde hasta el punto de que hay espacios en sus paredes que se ven desteñidos en comparación con los que están fuera del alcance de los responsables de aquellos daños.

Ayer, grupos de estudiantes del Instituto Normal para Varones y del Instituto Adrián Zapata que preparaban la oficialista celebración del Día Mundial de la Paz, protagonizaron una riña durante la cual hubo quienes arrojaron piedras contra el Palacio; y una de esas piedras hizo impacto en uno de los hermosos vitrales que adornan el Salón de Banquetes. Esos vitrales son obras de arte preciosas y fueron hechos por Julio Urruela en 1942. Los vándalos no han de tener ni idea de lo que hicieron.

Por cierto que ca. 1987 tuve el gusto de conocer a don Julio cuando un colegio de señoritas le ofreció un homenaje y yo asistí en representación del noticiario Aquí el Mundo, que también iba a ser homenajeado en esa ocasión. Lo recuerdo como un hombre muy agradable y orgulloso de la obra que había dejado en el Palacio.

El Palacio ha recibido otros embates por parte de cafres. En marzo de 2008 un grupo de estudiantes que participaban en la Huelga de Dolores metió una carroza con fuego en el edificio y dañó el piso. Y en septiembre de 1980, los guerrilleros detonaron una carga explosiva en el Parque Central, frente al Palacio, con ello no sólo causaron daños materiales enormes en los vitrales; sino que asesinaron a personas que se hallaban en el área. Nunca olvidaré una foto en la que se veían pedazos de un cuerpo humano colgados de uno de los árboles en la plaza. El acto terrorista fue tan repugnante que la población reaccionó con una manifestación de repudio impresionante.

Por cierto que, en tiempos de Alvaro Arzú, el Palacio Nacional fue neutralizado y denominado Palacio Nacional de la Cultura. Acto irónico tomando en cuenta que los otros espacios culturales estatizados, como museos y teatros, están casi en el abandono. Ah, y el Palacio tiene un apodo: los chapines lo conocemos cariñosamente como El guacamolón, por su color.

22
Mar 08

Daño en el Palacio Nacional

Este es el daño que causó, en el Palacio Nacional de Guatemala, un grupo de estudiantes de la universidad estatal, que participaba en la llamada Huelga de Dolores que los sancarlistas organizan cada año antes de la Semana Santa.

A alguien se le ocurrió meter una carroza con fuego en el edificio y con ella destruyeron el piso.

Dicho “festejo” nació como una oportunidad para la sátira política durante los años 20; pero ha ido degenerando en una oportunidad para el vandalismo y la extorsión. Especialmente en Occidente, donde el evento se sale de toda dimensión.

En fin, frente al repudio creciente, los organizadores trataron de no hacer muchas cafradas; sin embargo…nunca falta uno…o varios.


04
Feb 07

Barandas espantosas

Quiero saber, ¿quién es el responsable de haber puesto esas barandas espantosas en las jardineras del Palacio Nacional. Digo, ¿no había alguien con mejor juicio a quién pedirle un diseño que hiciera juego con El Guacamolón? ¿Tenían que ser así, genéricas?