29
Jun 18

Redes sociales y ánimo de la gente

Cuando se aborda el tema de las noticias falsas y redes sociales, lo que viene a mi mente es que el valor que debe ser protegido es el de la libertad de expresión.  En el entendido de que la libertad no es la facultad de hacer lo que yo quiera, sino la de actuar conforme a mi mejor juicio, sin estar sometido a la coacción arbitraria por parte de otros.

Escucha el podcast aquí.

El tema viene al caso porque el martes pasado participé en un programa sobre cómo influyen las redes sociales en las mentes y el estado anímico de la ciudadanía, en Canal Antigua.

Las redes sociales en particular, y la Internet en general, han empoderado a todo individuo que tenga acceso a ellas y le han dado voz y espacio para emitir y compartir ideas -propias y ajenas- sin más límite que el de su mejor buen juicio.  Pero eso no sucedía antes.  En mis tiempos si querías compartir tu opinión sobre algo con un público más allá de la mesa del comedor de tu casa, dependías de la buena voluntad de un editor de medios masivos. Peor era la cosa si querías publicar un libro.  Y algunos piensan que eso evitaba que hubiera noticias falsas, o libros llenos de babosadas.

Empero, la manipulación de las noticias, e incluso la invención de noticias preceden a las redes sociales y a la Internet.  Ve a cualquier buena biblioteca y vas a encontrar libros con ideas que no pasan la mínima prueba de lógica elemental.  La diferencia, ahora, es que la posibilidad de generar olas de reacciones populares basadas en noticias falsas y manipulación se ha elevado a la N potencia.

Algunas personas piensan que el remedio está en la censura por parte de quienes ejercen el poder y que debería haber una ley. Pero soy de la opinión de que estamos en un período de adaptación y de maduración.  Prefiero creer que el empoderamiento de los individuos y grupos, para generar olas de opinión pública, demanda de los consumidores más responsabilidad y más habilidades para identificar hechos objetivamente y para reconocer cuáles son las fuentes confiables de información de las cuales puede nutrir sus opiniones propias.  Sin perder de vista que, el valor a proteger es el de la libertad de expresión.

Columna publicada en elPeriódico. Haz clic en la foto para ver la conferencia sobre libertad de expresión, por Flemming Rose, en la Universidad Francisco Marroquín.


31
Mar 17

Por la libertad de expresión

Escucha el podcast aquí.

La libertad se pierde minuto a minuto.  No se pierde toda y en un día, sino poquito a poco y por eso no nos damos cuenta de cómo nos vamos privando de ella.

Actualmente y en todo el mundo, una de las libertades más amenazadas es la de expresión.  La corrección política, la penetración cultural y la de ideas alla Gramsci, la multiplicación de espacios seguros contra ideas controversiales, y el totalitarismo islámico, entre otras formas de conservadurismo, son las principales fuentes de aquellas amenazas.

En enero pasado, en Guatemala, Flemming Rose explicó que la libertad de expresión se basa en el concepto del individuo como un ser moralmente autónomo que tiene capacidad de entender y decidir qué decir y de cómo reaccionar a lo que otras personas dicen y piensan.  Pienso, dijo, que ningún político, ningún individuo, ningún grupo, debería tener el poder de ocultarnos opiniones, ni formas de expresión.  En ese sentido la libertad de expresión también se trata de la dignidad humana; debemos tratarnos, unos a otros, como adultos, como individuos independientes y autónomos, y no como criaturas inmaduras, robots, o niños.

Entre nosotros, el más reciente ataque contra la libertad de expresión ha sido dirigido contra el diputado Fernando Linares, en abierto desafío contra aquel derecho, contra las garantías constitucionales, y contra sus prerrogativas como diputado.  ¿Cómo podría, cualquier diputado, discutir abierta y francamente temas concernientes a la cosa pública, si no pudiera cuestionar las intenciones de los grupos de interés, especialmente si esos grupos buscan privilegios?

Es tentadora la posibilidad de hacer callar las opiniones que nos ofenden, que nos incomodan, las que no nos parecen verdaderas, entre otras; pero así de a poquito, haciendo callar aquí y haciendo callar allá, terminaremos en silencio, y con la vista hacia el suelo.  En la medida en que renunciamos a la libertad de expresión, en esa medida nos acercamos más a la esclavitud, perdemos un valioso instrumento para la búsqueda de la verdad, y para la conservación de la dignidad humana como seres racionales.

Columna publicada en elPeriódicoy la ilustración la tomé de Cubanet .


25
Ene 17

Flemming Rose y la libertad de expresión

flemming-rose-luis-figueroa

Porque muchos artistas creativos europeos estaban autocensurándose por temor a la violencia islamista; y sobre la premisa de que el respeto no implica sumisión, en septiembre de 2005 Flemming Rose, entonces editor del diario Jyllands-Posten de Dinamarca  tomó la decisión de que ese medio publicara una serie de caricaturas del profeta islámico Mahoma.  Aquella decisión editorial de Flemming lo convirtió en blanco de Al-Qaeda.

El jueves pasado tuve el honor de presentar a Flemming en la Lección inaugural de la Universidad Francisco Marroquín como el campeón de la libertad, que es.

La Lección inaugural fue titulada Attacks on Freedom of Expressioin in Today´s World.  El tema es muy importante porque, como escribió Steve Simpson en Defending Free Speech, la libertad de expresión es indispensable en una sociedad libre y civilizada; y, sin embargo, ese derecho precioso está bajo constante ataque en la actualidad.

Fleming Rose es autor de The Tyranny of Silence. Recibió el premio Milton Friedman para al avance de la libertad, que otorga el Cato Institute, en 2016.  En 2015 recibió el Publicist Price que otorga el Club Nacional de Prensa, de Dinamarca; y el Honor Award, que otorga la Fundación Fritt Ord, de Noruega.  Actualmente es Senior Fellow del Cato Institute (del cual yo hice la primera versión de su sitio Web en español).  Actualmente escribe una novela sobre la psicología del terrorismo, titulada The Possessed.

Cuando investigaba quién era él, me encontré con una cita que me parece oportuno compartir: La lección de la Guerra fría es que si uno se entrega a los impulsos totalitarios una vez, las nuevas demandas siguen … Occidente triunfó en la Guerra fría porque manteníamos nuestros valores fundamentales y no aplacábamos a los tiranos totalitarios.

Durante el fin de semana tuve la ocasión de verlo en acción y de escuchar sus ideas; y no sólo creo que es un personaje admirable profesionalmente, sino que me impresionaron mucho su serenidad, su entusiasmo por las ideas y su generosidad con las mismas.  Con él y un grupo de personas extraordinarias también paseamos por La Antigua el viernes pasado.