20
May 21

Decapitados en Cantel

 

Siete reos fueron decapitados en la Granja penal de Cantel mientras se encontraban bajo la custodia y responsabilidad de la Dirección general del sistema penitenciario y del Ministerio de Gobernación. El talego, la trena, chirona…la cárcel no es un tema para bromear, como dice una canción del grupo Ilegales.  El bote, en chapín, tampoco.

Granja penal de Cantel, foto por el Periódico.

Las cárceles no son de broma porque las prisiones son lugares de tristeza, miedo, tensión y degradación humana que merecen muchísima más atención de la que les prestamos; y encima, son ambientes perfectos para el bisne de los de siempre. ¿Será por eso que, a pesar de las advertencias constantes, no se ve que se ponga orden en el sistema carcelario?

En 2019 el CIEN llamó la atención sobre la necesidad de una readecuación de la infraestructura carcelaria, la expansión de un nuevo modelo de gestión para la atención y rehabilitación de los presos, el diseño e implementación de una carrera penitenciaria y el fortalecimiento de unidades de control interno en las cárceles; y hacer realidad el control telemático. ¿Alguien puso atención en el Organismo Ejecutivo? ¿En el Ministerio? ¿En la Dirección general? ¿Si? ¿No?

Ha de ser jugoso el bisne, porque el sistema penitenciario es una de las cuatro columnas que sostienen el sistema de seguridad/justicia, juntamente con la policía, los tribunales y la fiscalía; y, aún así, nada cambia a pesar de que las extorsiones salen de las prisiones, a pesar de los motines, a pesar de las decapitaciones y a pesar de que los reos viven en condiciones muy precarias.  En el hacinamiento, ¿cuántos contagios ha habido de covid-19 en las cárceles? ¿Cuántos reos han muerto por el coronavirus? ¿Alguien sabe? ¿A alguien le importa?

En julio de 2020 los encargados del sistema penitenciario informaron que subió a 15 el número de privados de libertad fallecidos por coronavirus. Los datos corresponden a dos semanas después del último reporte, cuando se registraron 11. ¿Cómo es la situación entre aquella fecha y ahora?

En 2014, en el marco de un coloquio titulado The Constitutional Political Economy of Statelessness, leí un ensayo de David Skarbek que tiene por título Governance and Prison Gangs. Ese ensayo, que se convirtió en libro, es una lectura que recomiendo a cualquiera que se involucre en la urgente tarea de reformar el sistema penitenciario.

El artículo explora los sistemas de autogobierno entre los presos; el poder que tiene los reos –aún estando presos– sobre criminales y pandillas que están libres; el rol de las instituciones (como sistemas de normas) entre los privados de libertad y otros temas que no conviene ignorar cuando se trata de entender el orden social en el bajo mundo.

Si te interesa el tema esta EconTalk, con Russ Roberts y Skarbek, te va a atrapar:

Imagen de previsualización de YouTube

 

Las penas de cárcel son consecuencias jurídicas de actos delictivos; pero no por ello deben ser inhumanas.  Además, toda reforma penitenciaria que pueda ser exitosa, no debe ignorar los descubrimientos de Skarbek sobre cómo se comportan los seres humanos en prisión.

Ya sé que te la he recomendado antes; pero es que la película es buena y si no la has visto, permíteme recordártela.  Se trata de Presunto culpable, que, aunque la historia ocurre en México, seguramente es el caso de otros países de América Latina y de Guatemala.  Es la historia de un muchacho que va a parar preso y la de su lucha y la de su familia y abogados contra un sistema corrupto y viciado; así como la de su vida en prisión.  Siempre pienso en esa peli cuando abordo temas como la presunción de inocencia, la prisión preventiva, las prisiones, el sistema de justicia….los motines y las decapitaciones.


18
Jul 20

Las condiciones de los presos

Las condiciones en las que viven los presos es un tema que revienta de cuando en cuando, pero que siempre diferimos.  Cuando empezó el tema de la pandemia, en Guatemala, fue uno de mis primeros pensamientos: ¿Qué va a ser de los reos? Y ahora me impresioné con las imágenes de un preso -con síntomas de covid-19- siendo arrastrado por guardias penitenciarios.

La foto es de elPeriódico.

Impresiona más el hecho de que los familiares del reo no reciben información acerca de su pariente enfermo que fue trasladado…arrastrado…al hospital estatal San Juan de Dios. Las autoridades penitenciarias dicen que el reo está estable y que no tenía covid-19; pero una hermana afirma que todos los días vengo a averiguar sobre el reo, por el hecho que está preso no nos dicen qué pasa con él, nos dijeron que murió. Hemos ido a información y me dijeron que no tiene coronavirus, pero que está delicado, no nos dicen más. La situación es confusa; pero lo cierto es que ha de ser muy angustiante para las familias la situación de sus parientes privados de libertad…sean delincuentes, o no.

Por cierto que los encargados del sistema penitenciario recién informaron que subió a 15 el número de privados de libertad fallecidos por coronavirus. Los datos corresponden a dos semanas después del último reporte, cuando se registraron 11.

Es preciso no olvidar que el sistema penitenciario es una de las cuatro columnas que sostienen el sistema de seguridad/justicia, juntamente con la policía, los tribunales y la fiscalía; y sin embargo, las prisiones son lugares de tristeza, miedo, tensión y degradación humana que merecen muchísima más atención de la que les prestamos.

Las penas de prisión son consecuencias jurídicas de actos delictivos; pero no por ello deben ser inhumanas; ni siquiera para criminales convictos, ya no digamos para delincuentes culpables de delitos que sólo lo son porque están tipificados como tales, sin ser crímenes, o delicta mala in se. ¡Y menos para los que están presos injustamente!

Sé que ahora hay muchas cosas en qué pensar; pero este es un tema importante.  En 2014, en el marco de un coloquio titulado The Constitutional Political Economy of Statelessness, leí un ensayo de David Skarbek que tiene por título Governance and Prison Gangs. Ese ensayo, que se convirtió en libro y es una lectura que recomiendo a cualquiera que se involucre en la urgente tarea de reformar el sistema penitenciario. Toda reforma penitenciaria que pueda ser exitosa, no debe ignorar los descubrimientos de Skarbek sobre cómo se comportan los seres humanos en prisión.


01
Feb 19

Prisiones y gobernanza

Me sueltan mañana,/ saldré a la calle,/ respiraré libre,/ me subiré a los árboles./ Cuando llegué mañana,/ voy a sentirme bien,/ pero sé de algún chivato,/ que va a tener que correr, así dice una canción de Ilegales que es la número uno en la lista de las Diez grandes canciones carcelarias, que publicó el ABC hace tres años, reportaje que comienza con la frase: El talego, la trena, chirona…la cárcel no es un tema para bromear.

Imagen de previsualización de YouTube

Eso es lo puro cierto; pero no sólo porque el sistema penitenciario es una de las cuatro columnas que sostienen el sistema de seguridad/justicia, juntamente con la policía, los tribunales y la fiscalía. No es de broma porque las prisiones son lugares de tristeza, miedo, tensión y degradación humana que merecen muchísima más atención de la que les prestamos.

El CIEN ha llamado la atención sobre el tema al recomendar una readecuación de la infraestructura carcelaria, la expansión de un nuevo modelo de gestión para la atención y rehabilitación de los presos, el diseño e implementación de una carrera penitenciaria y el fortalecimiento de unidades de control interno en las cárceles; y hacer realidad el control telemático.

En 2014, en el marco de un coloquio titulado The Constitutional Political Economy of Statelessness, leí un ensayo de David Skarbek que tiene por título Governance and Prison Gangs. Ese ensayo, que se convirtió en libro, es una lectura que recomiendo a cualquiera que se involucre en la urgente tarea de reformar el sistema penitenciario.

El artículo explora los sistemas de autogobierno entre los presos; el poder que tiene los reos –aún estando presos– sobre criminales y pandillas que están libres; el rol de las instituciones (como sistemas de normas) entre los privados de libertad y otros temas que no conviene ignorar cuando se trata de entender el orden social en el bajo mundo. 

Las penas de prisión son consecuencias jurídicas de actos delictivos; pero no por ello deben ser inhumanas.  Además, toda reforma penitenciaria que pueda ser exitosa, no debe ignorar los descubrimientos de Skarbek sobre cómo se comportan los seres humanos en prisión.

Columna publicada en elPeriódico.


10
Ago 18

La vileza de la prisión preventiva

En casi todo el mundo -y en una medida, o en otra- las cárceles son lugares de degradación humana, hacinamiento, delincuencia, incuria, corrupción, irresponsabilidad, impunidad abusos de poder y violencia para mencionar algunas de las circunstancias en las que viven millones de presos. Y en los países en los que el estado de derecho es precario, o inexistente, las condiciones son peores, aunque a las cárceles se les llame granjas penales de rehabilitación, o de otra forma fancy.

La cárcel, o sea la privación de libertad, es la consecuencia jurídica para ciertos actos de aquellos que, en palabras de John Locke, se pusieron en estado de guerra contra otras personas, y para aquellos que, no siendo criminales, han cometido delitos.  Por eso es que la pena de cárcel debería responder a la justicia y no a la venganza.  Por eso es que la prisión preventiva no debe ser usada como castigo para quien no ha sido oído y vencido en juicio, según las garantías del debido proceso.

A pesar de que he estado de visita dos veces en Pavón y una en el Preventivo de la zona 18, la primera vez que abordé este tema fue en 2012 poco después de haber visto la película Presunto culpable, que te recomiendo.  No sé cómo es ahora; pero en 2016 más de tres mil seres humanos –con familias, supongo– se hallaban presos en cárceles guatemaltecas, ¡a pesar de que ya habían cumplido sus condenas!, a causa de la desidia de algunos burócratas.  El martes pasado leí que la mitad de los presos se hallan encarcelados en prisión preventiva y que 15 por ciento de los reos podrían ser beneficiado con medida alternativa porque no hay riesgo de fuga, o porque el delito que se le imputa cuenta con ese beneficio; pero esas personas son mantenidas en prisión, sólo porque a alguien no se le da la gana hacer su trabajo.

Ahora que hay muchos reos notorios y varios presuntos delincuentes han sido privilegiados políticamente con cauciones, es de aprovechar que hay luz en torno a este problema humanitario, con el propósito de ponerle remedio.

Columna publicada en elPeriódico.


18
Jul 16

El poder y el asesinato de Byron Lima

Imagen de previsualización de YouTube

Primero fue el sargento Obdulio Villanueva, que fue decapitado y su cabeza fue usada como pelota; ahora fue el capitán Byron Lima que fue asesinado con un granadazo, junto a 12 personas más. Ambos hechos (que podrían ser inconexos) no ocurrieron en pleitos de cantina, sino que ocurrieron cuando ambos personajes estaban en prisión. Villanueva en el Centro Preventivo de la zona 18 y Lima en la Granja Penal de Rehabilitación Pavón. ¿Qué los vincula? Ambos estaban presos porque fueron condenados con relación al asesinato del obispo Juan Gerardi.  Sin que fueran identificados el autor, o los autores del asesinato de Gerardi, Villanueva y Lima fueron condenados por complicidad.  Por lo mismo también fueron condenados Byron Lima (padre) y el cura Mario Orantes (que vivía en la misma casa que Gerardi), que ya estaban en libertad.  Si te interesa esta historia te recomiendo el libro Quién mató al Obispo, por Maite Rico y Bertrand de la Grange.

Este fenómeno, el de las pandillas que controlan las cárceles (o el de los grupos poderosos que dominan donde no hay ley) ni es novedoso, ni es exclusivo de nuestra sociedad; te recomiendo escuchar la entrevista que Ross Roberts le hizo a David Skarbek titulada Prison Gangs and the Social Order of the Underwold.

Cuando la gente piensa en las pandillas de las prisiónes, piensan en bandas caóticas y en matones racistas violentos. Pocas personas piensan en las pandillas como organizaciones complejas (a menudo con elaboradas constituciones escritas) que regulan el mercado negro de la prisión, resuelven conflictos, y estratégicamente equilibran las demandas competitivas de los internos, miembros de pandillas, y los funcionarios de prisiones. Sin embargo, como sostiene David Skarbek, las pandillas se forman para crear orden entre los forajidos y producen las instituciones de gobernanza alternativas para facilitar la actividad ilegal. Él utiliza la economía para explorar el mundo secreto de la cultura de convictos, de la jerarquía de preso, de las políticas de pandillas de la prisión, y para explicar por qué es que se forman las pandillas en las prisiones, cómo es que  las instituciones formales las afectan, y por qué es que tienen una influencia poderosa sobre la delincuencia, incluso más allá de las paredes de la prisión. Las ramificaciones de sus hallazgos se extienden mucho más allá de la sociedad aparentemente irracional y a menudo trágica de los presos. También iluminan sobre cómo es que el orden social y político puede surgir en condiciones en las que no existen las instituciones tradicionales de gobierno.

Lo que si es cierto es que el asesinato de Byron Lima deja un vacío de poder (¡Aún si su asesinato fue por encargo!)…y el poder aborrece de los vacíos. Sospecho que los políticos y funcionarios que no pueden administrar decentemente escuelas y hospitales van a mostrar la misma incapacidad y venalidad para tratar el tema del vacío de poder en las cárceles. Y sospecho que el orden social y político dentro de Pavón va a reorganizarse (¿de forma violenta?) y que, por lo tanto, alguien va sustituir al capitán asesinado.  Y así va a ser ¿in saecula saeculorum?


09
Jun 14

David Skarbek habla sobre pandillas en prisiones

Imagen de previsualización de YouTube

Ahora que el tema del control de las pandillas en las prisiones está muy presente entre los guatemaltecos, los dejo con esta conferencia titulada: The Nature of Prison Gangs and the Government Underbelly of the Criminal World.   David acaba de publicar un libro al respecto, titulado: The Social Order of the Underworld: How Prision Gangs Govern the American Penal System.

En la conferencia, David habla sobre las estructuras que rigen las pandillas de prisiones y ofrece valiosos puntos de vista sobre tema inusual. David visitó varias cárceles en las que  realizó investigaciones directamente con los presos. La conferencia fue ofrecida a la Essex League for Liberty, que es una sociedad de estudintes de la Universidad de Essex. David es profesor de Economía Política en el King´s College y es esposo de mi cuata, Emily.

Cuando la gente piensa en las pandillas de las prisiónes, piensan en bandas caóticas y  en matones racistas violentos. Pocas personas piensan en las pandillas como organizaciones complejas (a menudo con elaboradas constituciones escritas) que regulan el mercado negro de la prisión, resuelven conflictos, y estratégicamente equilibran las demandas competitivas de los internos, miembros de pandillas, y los funcionarios de prisiones. Sin embargo, como sostiene David Skarbek, las pandillas se forman para crear orden entre los forajidos y producen las instituciones de gobernanza alternativas para facilitar la actividad ilegal. Él utiliza la economía para explorar el mundo secreto de la cultura de convictos, de la jerarquía de preso, de las políticas de pandillas de la prisión, y para explicar por qué es que se forman las pandillas en las prisiones, cómo es que  las instituciones formales las afectan, y por qué es que tienen una influencia poderosa sobre la delincuencia, incluso más allá de las paredes de la prisión. Las ramificaciones de sus hallazgos se extienden mucho más allá de la sociedad aparentemente irracional y a menudo trágica de los presos. También iluminan sobre cómo es que el orden social y político puede surgir en condiciones en ñas que no existen las instituciones tradicionales de gobierno.

Así es descrito el libro y los énfasis son míos.