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Jul 15

La caja de Miguel García Granados

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Tal vez ya se supo y no me he enterado; pero cuando fueron exhumados los restos de Miguel García Granados -héroe de la Revolución liberal de 1871- la caja que los contenía estaba adornada con un escudo de Guatemala y otras piezas de metal.  Sin embargo, cuando los restos fueron devueltos al Cementerio Ganeral, la caja en la que iban no tenía ornamento alguno.

Si la familia decidió quedarse con los adornos pues ¡que bien! De hecho cuando exhumamos a mi abuelo, Luis, yo me quedé con su lápida de bronce y cuando exhumamos los de mi padre, Luis, mis sobrinos se llevaron las letras de bronce de la lápida.

Me gustaría que aquel fuera el caso; y no que los ornamentos hayan ido a parar a manos de los amigos de lo ajeno. Digo, porque en el Cementerio General el saqueo de bronces y otras piezas metálicas es escandaloso.  En la ciudad de Guatemala, monumentos y placas han sido arrancados y mutilados de una forma vergonzosa.  Unas plaquitas de bronce que había en la Sexta avenida y 8a. calle de la zona 1 desaparecieron cuando fue remodelada esa vía; y cuando fue remodelada la Plaza de la Constitución, la placa que recordaba a las víctimas del bombazo de septiembre de 1981 por parte de la guerrilla, también fue desaparecida.  El mismo monumento a don Miguel, en la Avenida de la Reforma, está mutilado.

También llamó la atención la poca dignidad con la que las autoridades trataron los restos del líder de aquella importante revolución.

¿Alguien sabe qué pasó con las decoraciones que había en la caja de don Miguel?

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Las fotos las tomé de Facebook.


30
Sep 09

¿Los apodos del Presidente?

A mí me llaman el presidente del cambio climático porque me llueve en la mañana, al medio día y en la tarde, dijo Álvaro San Nicolás Colom en Chile. Pero en realidad…¿cuál es el apodo de Alvaro Colom?

Yo le digo San Nicolás porque no hace más que regalar aquí y regalar allá; y por cierto que a su esposa le digo Evita, como podría decirle Madame Déficit. Empero…no he visto que esos apodos peguen en el mainstream. Por ahí oí que al Presidente le dicen Álguaro; pero…vaaaaya usted a saber por qué. Y en un intento propagandístico, que tampoco pegó, durante un tiempo le dijeron Gavilán.
 
San Nicolás, por supuesto no es el único presidente chapín con apodo. A Óscar Berger se le dice Conejo, por orejón; a Alfonso Portillo se le dice Pollo ronco, por su voz desagradable; a Álvaro Arzú, el difunto Padre Chemita le puso Mono de Oro; a Ramiro De León le decían Huevos Tibios, por aguado; y a Jorge Serrano le dicen Marrano, por obeso y porque rima. El más ingenioso es el de Vinicio Cerezo, conocido como Cemaco, porque las tenía a todas bajo un techo, en alusión a la publicidad de una tienda popular en Guatemala.
 
Antaño, los presidentes chapines también han tenido apodos: Juan José Arévalo era Chilacayote, por grandote; Manuel Orellana era Rapadura, por moreno; Jorge Ubico era El 5 por el número de letras en su nombre y en su apellido; Carlos Castillo Armas era Cara de hacha por su nariz afilada; Carlos Enrique Díaz -presiente por un día- era Pollo triste. Vicente Cerna era Huevosanto, por cachureco; y Rafael Carrera era Racacarraca, porque se decía que así firmaba en el supuesto de que era analfabeto. A Manuel Lisandro Barillas le decían Brocha por la forma de su bigote. A Miguel García Granados lo apodaban Chafandín, quizá por su aire aristocrático, o por burlarse de su carácter intelectual.