01
Ago 19

¿Quién es enemigo histórico del pueblo de Guatemala?

El comunicado del Colectivo Estudiantil Universitario, que tiene tomada la estatal Universidad de San Carlos de Guatemala, dice que el sector privado es una entidad enemiga histórica del pueblo de Guatemala.

  • ¿De dónde creen, los miembros de aquel grupo, que salen los impuestos que les permiten el privilegio de estudios superiores a precio de quemazón?
  • ¿A dónde, si no es como burócratas, irán a trabajar los miembros de aquel grupo cuando se graduen?

La imagen la tomé de https://twitter.com/martinsimonetta/status/1010218646147358721

Descontado el hecho de que el sector privado no es una entidad, sino miles de entidades, además de miles y miles de individuos, ¿qué es el sector privado?  Pues es el sector voluntario de la economía, en oposición al sector público que es el sector coercitivo de la economía.

¿Se podrá prescindir del sector privado? ¿Qué produce el sector privado? Basado en una publicación del Centro de Estudios Económico-Sociales, te cuento que el sector voluntario de la economía produce:

1. Todos los alimentos que consumimos todos, incluidos los bochincheros;

2. Toda la ropa que usamos:

3  Todos los productos que son exportados;

4. Todos los impuestos con los que, a su vez, se pagan:

a) Todos los gastos de la universidad estatal en la que estudian los bochincheros;

b) Los sueldos y otros gastos de todos los trabajadores de los tres poderes del Estado, desde el más al menos Importante; y de todas las entidades descentralizadas, autónomas y semiautónomas;

c) Las gastos del gobierno, como caminos, acción cívica, seguridad social, y otros;

d) Las pérdidas de las empresas del estado;

e) Las deudas del gobierno;

f) Todas las escuelas estatales;

g) Los hospitales estatales;

h) Todas las escuelas privadas;

i) Todos los salarios del país (los de los burócratas por medio de impuestos y los demás directamente);

j) El capital para invertir en nuevas fuentes de empleo, de producción y de impuestos.

¿Quién te lo ha explicado así?

Gracias a Guatemula por la pista.


20
Sep 14

¿Por qué no escribí sobre Escocia y sí me interesa Jefferson?

Imagen de previsualización de YouTube

Escocia rechazó la independencia en un referendo histórico que amenazaba con dividir al Reino Unido. La votación a favor de la unión de 307 años es un alivio para millones de britanicos. Los electores a favor de la unión se impusieron con un 55% de los votos, mientras que los separatistas obtuvieron el 45% con los 3.6 millones de sufragios -un récord de asistencia electoral del 85%- escrutados.  El asunto, sin embargo, no llamó mi atención para escribir, por la misma razón que no me llaman la atención los esfuerzos separatistas de Cataluña, o del País vasco para mencionar dos:  Aquellas separaciones no sólo no son para establecer estados con más libertad que la que tenían con las uniones de las que forman parte; sino que suelen ser para establecer estados más colectivistas, más socialistas y más destruccionistas.  Suelen ser separaciones nacionalistas sin más valor que el del chauvinismo.

¡Que hueva escribir sobre secesiones así!

La de Jefferson, sin embargo, es diferente: hartos de los impuestos altos y de las regulaciones un grupo de secesionistas están tratando de formar el estado de Jefferson en el norte de California.  Ese tipo de esfuerzos secesionistas, dirigidos establecer estados donde haya más libertad sí son dignos de atención.  Claro que la división de California seguramente no ocurrirá en un futuro cercano; pero no hay que perder de vista este tipo de cosas.


23
May 14

¿Qué limita al gobierno?

Imagen de previsualización de YouTube

Otto Pérez, presidente de la República afirmó que su administración continuará haciendo propaganda, a pesar de que el Tribunal Supremo Electoral está tratando de evitar las campañas anticipadas por parte de los grupos políticos.  El clavo es que –en Guatemala– es muy difícil desvincular al gobierno del partido oficial, porque las figuras cesáreas del Presidente y de la Vicepresidenta están íntimamente relacionadas con la imagen del oficialismo partidista.  El Presidente dice que la prohibición del TSE no limita al gobierno.

La teoría liberal dice que las leyes y la Constitución limitan al gobierno.  Dice que los votantes limitan al gobierno.  Pero cada vez más, creo que “eso son papas y panes pintados”. El maestro Miguel Anxo Bastos y el ensayo If Men Were Angels: The Basic Analytics of the State versus Self-Government, por Robert Higgs, me han ayudado a poner en mejor perspectiva la pregunta inquietante: ¿Qué limita al gobierno?

El gobierno es una expresión de poder y el poder es la fuerza. Mediante la violencia o mediante la amenaza del uso de la violencia, quienes tienen el poder puede obligarte a hacer algo que no quieres hacer. Para ello el gobierno tiene el  monopolio de la coerción legal y busca desesperadamente tener el monopolio del uso de las armas.

El gobierno no sólo controla el uso de la fuerza, también controla el dinero.  Mediante sus facultades monopólicas con respecto al dinero, el gobierno puede generar inflación y empobrecerte sin que te des cuenta.  El gobierno puede endeudarte a ti, a tus hijos y a los hijos de los hijos de tus hijos.  Y tú ni te das cuenta.

El gobierno no sólo controla la fuerza y el dinero, también controla la educación.  El sistema estatal de educación produce ciudadanos ejemplares. ¿Y cuáles son los ciudadanos ejemplares? ¿Tal vez tú que pagas tus impuestos sin chistar, que votas para poner en el poder a políticos que continuarán la piñata, y que cumples con todo tipo de legislación sin protestar?  Los ciudadanos obedientes son ejemplares.

Sospecho que ninguna prohibición limita al gobierno. ¿Qué limita a quienes controlan la coerción, el dinero y las ideas?

Columna publicada en El periódico.

La entrevista que ilustrra esta columna es una conversación que sostuve con Robert Higgs acerca de la guerra perdida contra las drogas, un tema íntimamente ligado al que ocupa las reflexiones de arriba.


09
Mar 14

El Tribunal Supremo Electoral, la democracia y la política

El jueves pasado a los diputados volvieron a mostrar el cobre en el contexto de la elección de magistrados para el Tribunal Supremo Electoral.  Las noticias reportaron que se cayeron los acuerdos entre al partido oficialista y sus aliados.  La llamada sociedad civil y la cúpula empresarial (¿Por qué es que la cúpula empresarial no es parte de la sociedad civil?) se incomodaron y los trapos sucios de tirios y troyanos fueron exhibidos para quien aguantara verlos.

Que hubo negociaciones bajo la mesa, que hay connivencia entre el partido oficial y el grupo opositor más notorio, que las cosas las negocian las dirigencias, que hubo manipulación, que los diputados cayeron en comportamientos tradicionales, que hubo opacidad y discrecionalidad, y que no hubo criterios objetivos, tu ya te sabes la letanía.

Ahora bien, si los diputados cayeron en comportamientos tradicionales…como parece ser que fue, ¿por qué nos sorprende? Pero, peor aún, ¿por qué les parece malo y extraño a los fanáticos de la democracia?

La democracia es el gobierno de la mayoría y por eso les gusta tanto a los demócratas extremos. ¿Te das cuenta de que si el valor de la democracia es -precisamente- que es la voluntad de la mayoría- los diputados son una expresión política y casi indiscutible de aquella voluntad mayoritaria?  Tal vez las actuaciones de los diputados no se ajusten a las expectativas de los grupos de interés (como la sociedad civil); pero lo cierto es que los diputados tienen un mandato democrático conseguido en elecciones razonablemente democráticas.  O…¿habrá un grupo significativo de diputados que no llegó a sus curúles por medio de elecciones democráticas en los que la mayoría de los votantes les dio un mandato?

Tenemos un problema, ¿o no? Yo digo que tenemos varios.

En aquel estado de cosas, el argumento de que procesos como la elección de magistrados para el máximo organismo electoral no sean políticos me parece una ilusión ingenua.  El acto de decidir quiénes van a ser los árbitros en el proceso de repartición democrática del poder es un acto político.  ¡Porque tiene que ver con la repartición del poder!  Claro que el que sea político no quiere decir que sea politizado, ¿me entiendes? Para el futuro de la república es muy peligroso que el Tribunal Supremo Electoral sea politizado. Pero…ya sabemos que en este tipo de procesos los diputados caen en comportamientos tradicionales. ¿Por qué iba a ser diferente ahora? Quizás porque ha sido diferente en otras ocasiones.  Los primeros Tribunales Supremos Electorales eran ejemplares. ¿Por qué es que ahora tenemos la percepción de que no?  ¿Cuáles fueron los incentivos para que las cosas fueran distintas?

Los diputados que la gente elige democráticamente son lo que da la melcocha.  Son lo que hay.  Elegir diputados democráticamente (en vez de hacerlo a dedo, por ejemplo) es una práctica sana.  Pero…¿cómo podemos conseguir mejores diputados? ¿Depende de la oferta, o depende de los electores? ¿O de ambos? ¿Cómo hacemos para conseguir diputados que no caigan en comportamientos tradicionales (que además son predecibles).  El carácter democrático, ¿es suficiente para legitimar un mandato? Yo digo que no y que la democracia no sólo debe tener límites, sino estándares. Y digo que no se le puede pedir a la democracia algo que no puede dar.

Acabo de leer, en Twitter, la frase siguiente:  La adicción al hiperestado se sustenta sobre la (vana) esperanza de un estado mejor y sobre el miedo a alternativas que socaven el “statu quo”.  Debido a las ideas prevalecientes en nuestra sociedad, el hiperestado y la democracia están íntimamente relacionados; y que -en este caso- lo que se dice del hiperestado se aplica a la democracia.  la gente cree, en vano, que podemos tener una democracia mejor (al hacer la más democrática), y la gente le tiene miedo a explorar opciones que alteren el establishment.  ¿Por qué, entonces, nos extraña que en un proceso político y democrático los diputados caigan en comportamientos tradicionales y haya negociaciones bajo la mesa, oscuridad, arbitrariedad e incumplimiento de pactos así como búsqueda de posiciones de poder e influencia.

Hay filosofías sociales que enseñan que en las sociedades humanas las relaciones más importantes son las de poder, cuando no las de dominación.  ¿Qué tal si las abandonamos aunque hagan berrinches el statu quo y el establishment? ¿Qué tal si evitamos la politización de procesos como la elección de magistrado s para el TSE?


08
Mar 13

No es lo mismo si un “error” lo comete el estado

Stephen Slevin pasó 22 meses en confinamiento solitario en una cárcel de Nuevo México.  Durante ese tiempo su salud física y mental se deterioró mucho.  Tanto que tuvo que arrancarse un diente dañado porque le fue negado acceso a un dentista; su piel se llenó de hongos; perdió 50 libras de peso y sufrió de llagas.  En 2005 Slevin fue arrestado y nunca fue presentado ante un juez, ni fue oficialmente convicto por delito alguno.

¿Cuántos casos similares habrá en Guatemala? ¿Cuánta gente habrá presa, que nunca ha sido presentada ante un juez, ni ha sido condenada oficialmente?

Slevin demandó y obtuvo una indemnización por $22 millones que luego fue reducida a $15 millones.  ¡Por supuesto que ninguna cantidad de dinero le devolverá el tiempo y la salud perdidos; pero aquel dinero sí servirá para que pueda mejorar su calidad de vida y continuar viviendo.

En todo esto, las preguntas que asaltaron a mis cuates Tom y Michael fue: Imagínense…¿qué hubiera pasado si un error así hubiera sido cometido por una empresa privada?  ¿Se imaginan las olas de indignación y ataques virulentos en los medios de comunicación y en las redes sociales?  Pero claro, como fue un error cometido por el estado…se arregla con dinero y aquí no paso nada.

Es como cuando hay un derrame petrolero en instalaciones estatales y en instalaciones privadas.  En el primer caso casi no pasa nada; pero en el segundo llueve fuego y azufre. ¿Recuerdas cómo fue con lo de Aumay? ¿Recuerdas cómo fue con la tragedia de Pemex? Lo cierto es que los votantes y tributarios -de la mano con los medios masivos y con intereses políticos específicos- tiene un prejuicio estatista que deja pasar los errores de los políticos y sus funcionarios (en forman parte del sector coercitivo de la sociedad); pero es implacable con los errores de quienes forman parte del sector voluntario y de la sociedad.

Algo debería de ponernos a pensar el caso de Slevin.


30
May 12

El estado no está haciendo su trabajo

Por supuesto que nos vamos a cuidar; pero no podemos decirle a la gente que no salga después de las ocho de la noche porque entonces el estado no está haciendo su trabajo, dijo la vicepresidenta, Roxana Baldetti, al referirse a la inseguridad ciudadana.  (Oigase un rechinido, con de frenazo de llantas)

A ver…la mera verdad es que los servicios que presta el sector público, el estado, o el gobierno no funcionan. Los sistemas de educación y de salud estatales están colapsados; el sistema estatal de vivienda es un ñaque; con todo y la cultura maya y una naturaleza exhuberante, el sistema estatal de promoción de turismo es una inutilidad; el banco central es incapaz de mantener la estabilidad de precios; la inseguridad ciudadana nos tiene mal; el sistema de justicia es una vergüenza; a ver…wake up and smell the coffee.  ¡El estado no está haciendo su trabajo!

Los políticos y funcionarios elevaron los impuestos y tienen estropeado el comercio internacional; pero la mayoría de lo que recaudan (y ya cayó la recaudacion) sirve para gastos de funcionamientoy para pago de deuda.  ¡El estado no está haciendo su trabajo!  Como no sea el de mantener a un establishment o a una clientela que vive de la teta del presupuesto y del dinero de los tributarios.


30
Abr 11

Para lo que sí se le necesita, el estado está ausente

Locatarios del Mercado Santa Teresita, en Chimaltenango, padecen una ola de robos que ya lleva dos meses de estar ocurriendo.  Juan Xiloj dijo que hace unos días encontró su local sin productos. Carlos Gómez  explicó que los delincuentes cargaron con su mercadería y que desde el robo no ha podido recuperarse. Mario Cach, del Comité Promejoramiento de Vendedores del Mercado, refirió que en los dos últimos meses se contabilizaron 35 casos que han dejado miles de quetzales en pérdidas.

En varias localidades, miembros del Comité de Unidad Campesina y de otras organizaciones parecidas bloquearon tramos carreteros con los consiguientes daños para pasajeros, comerciantes y transportistas.  Mariano  Cumatz,  vendedor viajero, dijo que  Indigna que uno tenga que perder tanto tiempo por la actitud de estos malos guatemaltecos.  Mario López indicó que viajaba a San Marcos, donde tiene un negocio y añadió que perdería clientes por llegar tarde.  Danilo Solís  refirió que en la aduana  había más de cien tráileres esperando pasar por el crucero La Virgen, Pajapita, ya que unas 300 personas colocaron piedras y palos en la vía, y amenazaban a los transeúntes si intentaban pasar.

Debido al repunte de la delincuencia y por la falta de apoyo de parte de las autoridades, armados con gorgoritos y palos hombres, mujeres y adolecentes patrullan n las calles de los barrrios El Caracol y Siete esquinas, de Xelajú, donde viven 3000 personas.

El Director Adjunto de la Policía Nacional Civil, de la ciudad altense dijo que Concretamente no estoy enterado de lo que pasa en esos barrios de Quetzaltentango; y ofreció averiguar.  El Comisario Departamental de la PNC tiene idea de que eso de patrullar les corresponde a ellos; y el Gobernador celebró que la gente tenga que salir a patrullar.

El estado está ausente de donde sí se la necesita; a lo mejor ya va siendo tiempo de pensar si necesitamos al estado.

Las fotos que ilustran esta nota fueron tomadas en las calles de Xela.


17
Nov 10

Estado fuerte, o estado grande

La burocracia internacional produjo un estudio del cual algunos pundits coligieron que se necesita un estado fuerte para acabar con la miseria; y que, por lo tanto, se necesita elevar la recaudación fiscal.

Yo coincido con que cabe la posibilidad de que sea necesario estado fuerte, para:

-Garantizar la igualdad de todos ante la ley y para evitar los privilegios.

-Para proteger la vida de todos.

-Para proteger la libertad de todos.

-Para proteger la propiedad de todos.

-Para garantizar el cumplimiento de los contratos.

Un estado así de fuerte podría favorecer ambientes en los que se crea riqueza, y la riqueza es el único remedio contra la pobreza.  Con lo que no estoy de acuerdo es con que el estado deba ser grande, y menos con que deba ser obeso. El estado no debe ser grande como para:

-Inmiscuirse en la vida privada de las personas.

-Tomar la propiedad de unos y repartirla políticamente entre otros.

-Monopolizar y centralizar la prestación de servicios, o la producción de bienes.

-Estorbar y castigar el ahorro.

-Distorsionar la toma de decisiones por parte de las personas.

-Prestar servicios mediocres como salud, educación, vivienda, transporte y otros.

-Intimidar a los habitantes del país que disienten con las políticas oficiales.

-Sea cómplice de actividades criminales.

-Manipule el crédito y el valor de la moneda.

-Impida, o distorsione los intercambios voluntarios y pacíficos entre las personas.

-Críe clientelismos y alimente los apetitos de los grupos de interés que buscan usar al estado para satisfacer sus necesidades.

Uno podría suponer que una lectura sesgada del estudio en cuestión invitaría a que los políticos y los burócratas que controlan el estado interpreten que un estado fuerte quiere decir un estado grande.  Pero no.  El estado debe ser fuerte para proteger a los individuos; y no para hacer de ellos instrumentos de un juego, piezas de una maquinaria, ni peldaños de una escalera.


26
Ago 10

Cuando el estado intervenga el Renap…

Cuando los políticos y burócratas que controlan el estado intervengan el Registro Nacional de Personas, ¿este funcionará como funcionan las escuelas y los hospitales que controlan aquellos políticos y burócratas? El Renap, ¿funcionará como los bancos, que controlan aquellos políticos y funcionarios? ¿Funcionará como la seguridad y la justicia que controlan aquellos sinvergüenzas?


Esta entrada fue publicada por el diario Siglo Veintiuno.