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May 14

Luego del Día del trabajo

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Me causa algo de gracia cuando la gente se pregunta que por qué es que el Día del trabajo se celebra con feriado, o sea…no trabajando. Y, como me causa gracia, he buscado algunas explicaciones.

El trabajo es desútil, decía Rosa María Gomar, mi profesora de postulados económicos fundamentales; y con ello quería decir que preferimos no hacerlo. El hecho es que, mientras trabajamos no podemos dedicarnos al ocio, ni al solaz.  Para trabajar usamos el tiempo que podríamos emplear en otras cosas.  Por eso es que tratamos de satisfacer nuestras necesidades con la menor cantidad de trabajo y esfuerzo posibles. Digan lo que digan, nos sometemos a la fatiga del trabajo y renunciamos al ocio no porque el trabajo sea un beneficio en sí mismo, sino porque nos sirve para obtener otras cosas…incluido más y mejor tiempo para el ocio.

Según Julian Simon, a quien entrevisté hace añales, en los EUA en 1870 una persona promedio tenía 39 días de ocio al año; en 1973 el número de días ascendió a 113 y en 1990 la cifra era de 125.  ¡Eso es calidad de vida!  ¿Cómo será eso entre nosotros?

Economizamos trabajo por la misma razón que tomamos el camino más corto para llegar a nuestro destino.

Dicho lo anterior, Ayn Rand explica que ya sea al componer una sinfonía, o al trabajar en una mina, todo trabajo es un acto de creación. Todo trabajo productivo, dice, involucra una combinación de pensamiento y acción física para traducir el pensamiento en formas materiales y sustentar la vida.  Por eso es que el trabajo productivo es el propósito central de la vida de un hombre racional.  La razón es la fuente y la precondición del trabajo productivo, y el orgullo es su resultado.

Y claro, la vida del hombre no es mera existencia (ya que no es un árbol, ni una ameba).  La vida del hombre es vida qua ser humano (y es teleológica porque persigue fines propios de los individuos) y por eso es que aun cuando el trabajo productivo es central para el hombre racional, este no vive  para trabajar, sino que trabaja para vivir…bien.  Y, entre otras cosas, vivir bien es tener tiempo para otras cosas y para descansar de las labores habituales.

Columna publicada en El periódico.