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Ago 09

¿Qué pasó con 4 grados norte?

El proyecto favorito de Emilio Méndez y del alcalde Alvaro Arzú, Cuatro Grados Norte, ha caído en desgracia. Hay asaltos todo el tiempo, llega menos gente y los negocios están cerrando. ¿Qué pasó con su proyecto alcalde Arzú, la prometida Tacita de Plata de la zona 4? Así preguntó ayer Fernando Linares en El Periódico.


Yo tengo una hipótesis, ¿cómo no? Pasó que 4 grados norte era algo artificial. Pasó que las ciudades no son estáticas, sino dinámicas. Pasó que no era aquello lo que la gente estaba dispuesta a pagar. Pasó que se impuso la realidad como se impuso en la 18 calle, en la Zona Viva, en el transporte público y, en realidad, como se impone siempre y en todo. Por eso es que la naturaleza, para ser gobernada, debe ser obedecida.

En su oportunidad celebré el proyecto porque admiro la audacia empresarial; pero, en mi entusiasmo, olvidé que el riesgo de diseñar ciudades y barrios como si fueran centros comerciales, o parques temáticos, es que o se hace por la fuerza, o se hace a costos inmensos. Y claro, así las cosas no funcionan en el largo plazo.