14
Oct 13

Richard Branson “went Galt”

El dueño del grupo Virgin, el británico Richard Branson, uno de los empresarios con más éxito del Reino Unido, decidió abandonar Inglaterra y  fijar residencia en su isla caribeña de Necker para no pagar tantos impuestos en su país.  El cambio de domicilio le permitirá a Branson ahorrar millones de libras en impuestos por los ingresos que recibe del extranjero del grupo Virgin, formado por la aerolínea y otros negocios.

Este acto de Branson es heróico y ejemplar; y recuerda los de la esposa del pintor japonés, Ikuo Hirayama que ocultó, para proteger del saqueo estatista, unos $3 millones; así como el del actor francés, Gerard Depardieu que renunció a su nacionalidad francesa con el mismo propósito.   En Japón, muchos millonarios están explorando la posibilidad de actos similares, conocidos como Going Galt.

La decisión de Branson fue tomada después de que la administración que preside el conservador David Cameron modificara la legislación en materia impositiva y endureciera las reglas sobre los impuestos que deben ser pagados sobre las ganancias obtenidas fuera del Reino Unido. Este cambio ha afectado a personas con inversiones fuera del país y que antes no estaban obligadas a declararlas, algo que ahora deben hacer. Al residir en el extranjero, Branson no tendrá que ser víctima de le expoliación por los ingresos procedentes de fuera del país, aunque sí sobre los que genere dentro de las fronteras británicas.

Branson, Hirayama y Deaprdieu -entre otros- have gone Galt; y mi forma favorita de Go Galt es apoyar al Startup Cities Institute.

Gracias a mi amiga María Dolores, por la pista.


16
Jul 13

“Going Galt” en Japón

La esposa del pintor japonés, Ikuo Hirayama ocultó, para proteger del saqueo estatista, unos $3 millones; y su caso me recordó al del actor francés, Gerard Depardieu que renunció a su nacionalidad francesa con el mismo propósito.  Sospecho que cada vez son más los creadores y productores que tratan de proteger su propiedad contra el saqueo y la extorsión.  Sospecho que la señora Hirayama y Deaprdieu son sólo la punta de un iceberg y que nos enteramos de ellos porque son famosos.

Durante la Objectivist Conference 2013 fue notable la presencia de un equipo de la televisión japonesa que grabó varias de las sesiones.  Y la razón de esa presencia es que en debido a las malas políticas económicas y fiscales en aquel país asiático, muchos japoneses están explorando la posibilidad de Going Galt. Quién sabe si de la forma en la que lo han hecho Hirayama y Depardieu o de alguna forma más creativa.

¿Qué es To Go Galt?

To Go Galt es indignarse contra las injusticias del sistema y actuar.  Pero…¿cómo actuar? Puedes comenzar preguntándoles a los pipoldermos si eres un esclavo y para qué y quiénes estás trabajando; o comenzar por reconocer que estás siendo castigado no por tus vicios, sino por tus virtudes.  Puedes comenzar por reconocer que tienes un derecho moral sobre tu propia vida y a perseguir tu propia felicidad, así como a recompensas por tu trabajo productivo.  Significa que no tienes que justificar tu vida, ni tus logros.  Significa que tienes la autoridad moral para rehusarte a apoyar y financiar a tus destructores.  Por supuesto que la frase es en alusión a John Galt, el héroe de la novela La rebelión de Atlas, de Ayn Rand.

Hirayama y Deaprdieu -entre otros- have gone Galt; y mi forma favorita de Go Galt es apoyar al Startup Cities Institute.


20
Oct 12

¿Quién es John Galt?

¿Quién es John Galt? Calcomanía en un automóvil en la ciudad de Guatemala.


16
Sep 09

Este es John Galt hablando…

Este es el primer episodio de un proyecto en desarrollo de XCowboy2 para visualizar usando imagenes y vídeos de hechos actuales el discurso de John Galt del libro La rebelión de Atlas, por Ayn Rand.


Gracias a krisangel23 por esta magnífica idea hecha realidad.


09
Sep 09

¿Quién es John Galt?

¿Quién es John Galt? Este letrero lo encontró mi amigo Luis Fernando en Coconut Grove.


12
Mar 08

La solución Galt

Hoy leo que en abril ya no habrá cambio de hora en Guatemala. La administración socialdemócrata estima que si se adelanta la hora “aumentarán las horas peligrosas para la ciudadanía”, debido a la inseguridad creciente.

Aunque la noticia correspondiente muestra unas estimaciones de ahorro, por adelantar la hora; la verdad es que en la administación anterior nunca, nadie, pudo dar razón de si esa medida producía algun tipo de beneficio, o no. A mí me gustaba porque me parecía muy agradable que el día “se extendiera”.

Lo que no tiene pies ni cabeza, con respecto a la justificación de la administración para no hacer lo que dijo que iba a hacer, es que si bien es cierto que algunas personas saldrán en la oscuridad temprano, otras regresarán en la claridad durante el fin del día. Nada se gana, y nada se pierde en ese sentido; porque ahora las personas que salen en la claridad temprano, regresan en la oscuridad durante el fin del día.

Al final de cuentas, si los asaltantes cuentan con la “oscurana” para cometer sus fechorías, pues oscuridad habrá en la mañana, o en la tarde. A mí, todo esto me parece un absurdo que sólo se explica porque los pipoldermos se sienten presionados para “hacer algo” y resolver lo que los precios y las personas responsables pueden resolver por sí solas.

Yo recomiendo la solución John Galt. En la novela La rebelión de Atlas, por Ayn Rand, cuando la economía mundial ha colapsado debido al socialismo y a la intervención de los políticos en la economía, los causantes del caos secuestran al héroe John Galt y le exigen que les diga qué hacer para detener el desastre. Galt se niega a ayudarlos; pero les recomienda que no estorben.


14
Oct 06

Tres remedios

Hace años dos amigos y yo tuvimos una empresa. Al poco tiempo de iniciar operaciones, llegó al negocio uno que había sido mi jefe y a quien le tengo muchísimo respeto y cariño. En la entrada puso su mano sobre mi hombro, me vio a los ojos y me dijo: “Luis, ahora su única responsabilidad es obtener utilidades”.

La frase y la mirada me golpearon duro porque tenía toda la razón del mundo. No sólo tenía que pagar la renta, cumplirle a mis proveedores, pagar los salarios de mis empleados y satisfacer y mantener contentos a mis clientes. También tenía que obtener utilidades para mis socios y para mí. ¡Muchas personas se beneficiarían del éxito de la empresa! Y muchos perdieron cuando fracasé en generar utilidades.

Les cuento esto porque la semana pasada escribí sobre la responsabilidad social empresarial, concepto que es el Caballo de Troya al que muchos empresarios de buena fe, y algunos empresaurios vergonzantes, le han abierto las puertas. Yo digo que de dicho caballo saldrán impuestos y barreras no arancelarias; pero lo peor de es que ya ha salido la creencia de que el empresario exitoso no es un beneficiario de la humanidad, sino un saqueador que debe “devolver” algo de lo que ha tomado.

Una de las primeras objeciones que leí, acerca de la idea de que la única responsabilidad del empresario es generar utilidades es que eso de las ganancias es aceptable a duras penas y que definitivamente no debe hacerse a costa de otros, o del bien común.

Olvidan, quienes sostienen aquellas objeciones, que una empresa exitosa en una economía de mercado, sólo puede serlo si opera con honestidad y si cumple sus contratos. Una empresa exitosa, en una economía de mercado, sólo puede serlo si basa sus operaciones en normas de recta conducta; y en una economía de mercado, la única forma en que el empresario puede tener éxito es satisfaciendo las necesidades de sus clientes y produciendo algo que los demás quieran y que prefieran comprárselo a él, en vez de comprárselo a alguien más.

Por eso es que todo empresario que da empleos y que tiene contentos a sus clientes, ¡y que encima tiene utilidades!, sin acudir al Legislativo, o a la casa de gobierno, debería ser un héroe, y no un penitente.

¿Y sabe usted qué? Que con sus utilidades, yo no conozco un solo empresario exitoso que no tenga por lo menos una obra de caridad favorita. Toda sociedad protectora, toda fundación y toda liga recibe generosas donaciones de personas que deciden compartir sus utilidades en lo individual y de manera voluntaria (y por eso es que también en forma virtuosa). ¿Se da cuenta? No habría nada que dar, si primero no hubiera ganancias. Y si la caridad no fuera voluntaria, ¿sería virtuosa?

Yo propongo tres remedios para aquellos empresarios que se sienten presionados para caer en la trampa de la RSE: el libro La buena empresa, que venden en el Centro de Estudios Económico-Sociales (teléfono 2338-7828); el libro Virtues in Verse: The Best of Berton Braley (que se consigue en Amazon); y el discurso de John Galt, en La rebelión de Atlas (que también se consigue en el CEES).