14
Sep 12

Thomas Szasz, un grande de la libertad

Thomas Szasz falleció el 8 de septiembre pasado; pero dejó un inmenso y valioso legado intelectual, no solo en su área de expertaje médico, sino para la filosofía de la libertad.

El proverbio dice “No deberías morder la mano que te alimenta”. Pero quizás deberías, si te impide que te alimentes por ti mismo, escribió, Szasz, quien visitó Guatemala en 1979 cuando recibió un doctorado honoris causa de la Universidad Francisco Marroquín.

En el último año supe bastante de Szasz porque edité varias traducciones al español de artículos suyos para una revista en línea; y porque él era amigo de Ethan Nadelmann, de la Drug Policy Alliance; y cuando yo andaba en La Antigua, con Ethan, hace solo unos meses, Szasz le dijo que se alegraba de que él estuviera de visita en Guatemala y en la UFM.  La semana pasada, mi cuate Craig citó a Szasz mientras cenábamos: Si una persona habla con Dios, está rezando; pero si Dios habla con él, es porque es esquizofrénico.

Szasz sostenía que el suicidio, la práctica de la medicina, el uso de medicamentos y las relaciones sexuales deberían ser asuntos privados, contractuales y ajenos a la jurisdicción de los políticos y del Estado. Se basaba en el principio de que cada persona tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo y mente; y defendía el derecho a ser libre de la violencia generada por otros.  Fue un crítico de los fundamentos morales y científicos de la psiquiatría y fue profesor emérito de esa disciplina en la State University of New York.

La frase del segundo párrafo coincide con que, en Facebook, circula una caricatura que muestra cómo es que las corrientes estatista y de mercado buscan ayudar a los pobres.  Del lado izquierdo se ve a los pobres en un pozo recibiendo cubetas y una de ellas dice: Estado benefactor; mientras alguien, arriba, grita: ¡traigan más comida!  Del lado derecho se ve a los pobres en un pozo y a dos personas bajándoles una escalera con peldaños etiquetados con la palabra Libertad.  Mientras otra persona grita: ¡traigan más peldaños!

Y estoy de acuerdo con que no hay nada de malo en morder las manos que, en vez de facilitar peldaños para que los pobres salgan del pozo, prefieren bajarles cubetas. ¿Cachas la idea?  Con la partida de Thomas Szasz se fue un grande de la libertad.

Esta columna fue publicada en El Periódico.


28
May 09

Ocho locuras nuevas

Si posteo en este espacio más de una, o dos veces al día; y si me como dos cubiletes y un vaso de leche a las 2:30 a.m. luego de un temblorón (como en esta madrugada)…¿podría estar loco?

Pues hoy me he topado con 8 New Ways You Might Be Insane, artículo publicado en The Daily Beast por mi amigo Constantino; y parece que me he salvado por un pelo.  Sin embargo, según el Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorder, de la American Psichiatric Association, ahora hay estos ocho nuevos desordenes mentales.
1. Binge-Eating Disorder: ocurre cuando las personas consumen, con frecuencia, grandes cantidades de comida.
2. Night Eating Syndrome: ocurre cuando las personas tienen el hábito de asaltar el refrigerador durante la noche.
3. Internet Addiction: o sea, cuando las personas no pueden dejar de jugar por internet, o satisfacen sus deseos sexuales por esa vía, o cuando no pueden dejar de consultar el email o los cibertextos.
4. Sex Addiction: es cuando se presenta un patrón de amantes sucesivos a los que sólamente se les usa.
5. Compulsive Shopping: se caracteriza por compras excesivas que ocasionan inquietud o alguna forma de impedimento.
6. Embitterment Disorder: esta forma de amargura suele ser el resultado de algun trauma; pero como dice Facundo Cabral, hay que ser feliz, porque las personas infelices se la pasan jodiendo a los demás.
7.  Pathological Hoarding:  tradicionalmente conocido como una forma del desorden obsesivo-compulsivo que consiste en la manía de acumular y guardar cosas.
8. Pathological Bias: es una forma extrema de intolerancia que lleva a cuestiones como racismo, homofobia, y otros prejuicios.
Desde otra perspectiva, el doctor Thomas Szasz, autor de Psyichiatry: The Science of Lies, citado por Constantino, duda del buen juicio que haya detrás de la multiplicación de desórdenes mentales.  Los psiquiatras fabrican diagnósticos mentales de la misma forma en que el Vaticano fabrica santos, dice Szasz.