15
Abr 24

Israel: faro de valores occidentales

 

No voy a decir mucho, excepto que mi apoyo va para Israel luego del ataque del sábado pasado por parte de Irán.  ¿Por qué? Porque Israel es occidente en el Medio Oriente. En una región donde prevalecen el tribalismo, la tiranía, el colectivismo y el misticismo, Israel es una sociedad en la que prevalecen la racionalidad, el método científico, el sistema republicano…y sobre todo, los derechos individuales.

Momentos como estos es cuando hay que hacer la diferencia entre estar moralmente en lo correcto y ser políticamente correcto: Los enemigos de Israel son enemigos de occidente y de sus valores. Hamas y los que apoyan a ese grupo terrorista son responsables de las muertes y de la destrucción que resulten del derecho que tiene Israel a defenderse y a dejar a sus enemigos sin el más mínimo ánimo de volver a iniciar la violencia.

Por cierto que Reza Pahlevi, principe de Irán, recién llamó a ponerle fin al régimen iraní. Dijo que billones de dólares son desperdiciados en armamento mientras que los iraníes hacen colas para conseguir alimentos y combustibles. La foto autografiada le tengo desde 1984. Ese es el caso de muchas dictaduras que utilizan recursos de sus habitantes para sus propósitos políticos e ideológicos y poco les importa el bienestar de su población.

En aquel contexto, y de forma muy atinada, el gobierno de Guatemala condenó los ataques de la república islámica a Israel. Esto no sólo tiene sentido porque Israel es occidente, sino porque Guatemala y aquel país tienen una larga historia de amistad, si es que se puede hablar de amistad cuando nos referimos a países y gobiernos. 

Para meditar te recomiendo Nothing Less than Victory, libro valioso escrito por mi amigo John David Lewis.


15
Abr 24

Excursión a El Soch, el final

 

El martes fue el día de decirle ¡Hasta pronto! a El Soch y a don Julio, porque, de verdad que Raúl, Lissa y yo queremos regresar.  Luego del desayuno nos dimos el último baño a guacalazos y caminamos hacia la cabaña para cargar el carro. 

Cuando pasamos por el trapiche me acordé que no lo había fotografiado y nos acercamos a la maquinaria y a el bagazo de caña.  Me dispuse a tomar fotos cuando ¡Ay, carajo! sentí un piquete primero y otro después.  Sentí un ardor como de fuego y pensé: Hormigas.  Y cabal dos enormes hormigas rojas me estaban mordiendo, una en un dedo del pie izquierdo y otra más arriba en el pie derecho.  Zapateé contra el piso (más bien chancleteé) para sacudir de las que se estaban encaramando y todavía no habían morido y corrí al arroyo para meter los pies.  Sentí delicioso lo helado del agua y una de las hormigas cayó, pero la otra siguió mordiendo mi dedo que ardía de verdad.  Me agaché y retiré al insecto. Entre risas y maldiciones caminamos a la cabaña donde me unté de Caladryl.

1, 2 y 3. Trapiche en la finca El Recuerdo, en El Soch. 4. La Vuelta del Río, a inmediaciones de Sacapulas. 5. Nuestra mesa tradicional en Santa Cruz. 6. El pick-up empolvado y cargado.

Ese medicamento, que es mano de santo, debe ser infaltable en toda excursión.  En casa lo recuerdo desde que era niño y es una dicha que no sólo todavía exista, sino que ahora viene transparente y no deja marcas rosadas, como cuando lo usaba en los años 60. Me ha ayudado mucho con los piquetes que traje de la selva y que, hasta el viernes pasado, todavía me daban comezón a ratos.

Rumbo a Santa Cruz del Quiché

Pues bueno, cargamos el pick-up, y pasamos a darle un abrazo de despedida y de agradecimiento a don Julio.  ¿Sobra decir que fue un momento emotivo? 

Con nosotros se vino Chito, el ayudante de don Julio a quien le dimos jalón a Uspantán y en esa población legendaria pasamos a despedirnos de doña Mimí y a agradecerle, de nuevo, sus cuidados, sus atenciones y su gratísima compañía en El Soch. 

De ahí la emprendimos hacia Santa Cruz del Quiché porque, aunque nos llevara dos días -y ese era el plan original- por nada del mundo volveríamos por los caminos solitarios, de terracería y polvazón por los que llegamos.  Además teníamos una misión en aquella cabecera departamental: comprar pan de la Panadería Zuly.

1. Santa Cruz del Quiché. 2. Una familia nos encaminó a la panadería. 3. Lissa y Raúl hicieron cola para comprar el pan. 4, 5, 6, 7, 8, y 9. La gente va contenta con su pan.

Pasamos el cruce al triangulo Ixil donde hemos visitado Nebaj y Chajul; pasamos por Sacapulas a comprar sal negra y como ya hacía hambre pasamos -como lo hemos hecho otras veces- a La vuelta del río una playa en el Río Negro.  La idea era comer algo ahí…pero…el hummus que quedaba y habíamos llevado para comer durante la excursión no aguantó hasta ese día y se salió del recipiente en que venía y la hielera llena de hummus y eso nos quitó las ganas de comer.   Por cierto que el hummus me sale delicioso así que perderlo fue una lástima.  Con hambre seguimos el camino hacia Santa Cruz.

Llegamos y en el hotel Casa Antigua El Chalet ya nos tenían reservada la mesa que nos gusta junto a la chimenea.  Siempre elegimos ese hotel porque es chulo, los cuartos son cómodos y se come bien.  Ahí tuve que ir a un Car Wash a lavar la hielera y quitar los restos de hummus que habían manchado todo. Luego de un buen baño con ducha y agua bien caliente almorzamos y nos dirigimos a buscar la Panadería Zuly.

1. Hojas de canak, 2. Tomates de árbol o extranjeros. 3. Helados El Titanic. 4. Sirviendo con pasión, dice la tshirt. 5. ¡Saludos a Rachel! 6. Arco en el parque central.

Disfrutamos un rato del mercado y del parque central y averiguando por donde estaba aquel establecimiento le preguntamos a una familia que andaba de paseo. Viendo que éramos fuereños y que la panadería queda relativamente lejos del parque, la familia se ofreció a encaminarnos.  Yo digo que ese es el espíritu generoso y cariñoso que muchos visitantes aprecian de los chapines.  Me lo han dicho muchos de los visitantes a los que he tenido la dicha de atender en los últimos 20 años. 

¡Pan para Judas!

Gracias a nuestras guías llegamos a la Panadería Zuly donde había cola para entrar. Es que el Martes Santo es el día en el que la gente compra el pan de Semana Santa.  En las calles van y vienen personas, familias, parejas con cajas y canastos de pan. Van para sus casas y algunos viven cerca, y otros lejos.  Lissa nunca había hecho cola para comprar pan y Raúl navegó con maestría la situación.  Mientras yo compraba Coca-Cola y tomaba fotos en la calle, en la panadería atendieron a Lissa y a Raúl con gracia y rapidez.  ¡Y ya teníamos, con nosotros, cazuelejas y bizcochos! Los mismos que nos había recomendado la familia de don Julio, en El Soch. 

Locos de contento, con nuestro cargamento, volvimos al hotel para cenar alguito, tomar un par de tequilas y hacer un debriefing. Pero no encontramos el tequila entre el cargamento del carro, así que nos contentamos con un par de cervezas.

Cansados, contentos y relajados nos fuimos a dormir, no sin que yo pellizcara un pedazo de cazueleja, antes de hacer mis abluciones. 

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, versiones diferentes de Judas. 9. Judith fue la chica que nos encaminó para salir de San ta Cruz.

El miércoles amanecimos recuperados y luego de desayunar fuimos al parque central.  Paseamos por el mercado donde compramos hojas de canak para que Lissa le encargara a su cocinera unos tamalitos envueltos en esa hoja deliciosa.  También compramos tomates de árbol, que en El Soch conocen como tomates extranjeros.  Yo nunca los había probado, pero en casa de Las Tías prepararon un chirmol con esa fruta algo exótica y de verdad que es algo muy sabroso. Luego Lissa nos contó que en su casa prepararon un chirmol bien rico.

Pasamos a la catedral para tomarnos una foto y enviarla a nuestra amiga y compañera de aventuras, Rachel, que nos hizo falta en esta ocasión.

¡De vuelta a Guate!

Volvimos al hotel y luego de una siesta brevérrima agarramos camino en busca de la salida para Zacualpa, Joyabaj y Pachalum.  En las calles de Santa Cruz nos encontramos con una variedad de Judas.  En Guatemala es tradición quemar muñecos que representan a Judas Iscariote el Sábado de Gloria.  A Judas se le quema en un lugar publico, luego de leer su testamento que suele ser un documento chistoso que hace burla de vecinos y autoridades del lugar.  Mientras llega el sábado, Judas es exhibido en diferentes circunstancias de acuerdo con las costumbres locales.  No se cómo es en Quiché, pero en la costa sur, es tradicional bailar con Judas para pedir pan y dinero.  ¡Pan para Judas! es la consigna allá.

En fin…para mantener la tradición de perdernos no podíamos salir bien de Santa Cruz… y Judith, una chica en moto, a quien le preguntamos direcciones, se ofreció a guiarnos y encaminarnos a Zacualpa.  Otra vez esa generosidad chapina que mencioné antes. 

Para ir haciendo la historia corta arribamos a Pachalum con la idea de llegar a San Juan Sacatepequez y de ahí a Guatemala, antes de que oscureciera.  Pero entre Pachalum y San Juan el camino es de terracería…y otra vez polvazón.  Es sin embargo, un camino bonito y muy limpio, impresionantemente limpio porque la gente lo cuida; y pasa por un puente sobre el río Motagua y pasa por campos donde abundan los árboles de tamarindo.

1. No tires basura, te estamos viendo. 2. Camino de terracería, de nuevo.

Para esas horas, ya teníamos hambre otra vez, de modo que nos detuvimos en el restaurante Chuaxán en el kilómetro 42.2 entre San Juan y Mixco Viejo.  Atendidos por Rudy tuvimos una buenísima experiencia, no solo por el ambiente, sino por la comida que estuvo deliciosa.  ¡Aaaaah!, como deseaba una siesta en ese momento, pero había que seguir para entrar a Guatemala antes de que oscureciera. 

@luisficarpediem

Caminos polvorientos llenos de aventuras, anécdotas y buenos recuerdos. El Soch, Quiché #roadrrip #elsoch #quiche #guatemala #camino #aventura #luisfi61

♬ เสียงต้นฉบับ – John (Songs Station) – John (Songs Station)

Pero no todo es fácil, justo antes de entrar a San Juan Sacatepéquez nos enviaron de vuelta porque ya había salido la procesión y era imposible pasar por las calles.  De modo que agarramos para San Raymundo y de ahí Ciudad Quetzal, San José las Rosas y la Calzada San Juan. La carretera, por cierto, tiene su encanto y no la habíamos usado antes. ¿Te acuerdas del anuncio de televisión de la lotificación San José las Rosas? El jingle decía: Yooo tambeeién voy a viviiir en San José las Rooosas.

Llegamos a casa de Lissa y descargamos parte del carro.  La aventura había llegado a su fin. Luego a casa, a descargar el pick-up, a desempacar maletas, hieleras y cajas. Un baño laaaargo y delicioso, y llenos de recuerdos entrañables, listos para la próxima aventura..colorín colorado, este cuento se ha acabado


12
Abr 24

Basura y poder, juego peligroso

Llegó la hora límite para escribir este artículo y no encontré la cita que necesito.  Hace ratos leí algo así como que si le das al gobierno poderes extraordinarios durante una emergencia, los políticos inventarán emergencias para conseguir poderes extraordinarios.  La idea viene como anillo al dedo como consecuencia del incendio del basurero de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán.  Nombre imposiblemente más irónico para tremendo foco de contaminación y su relación supuesta con la protección del ambiente.

Para hacer la historia corta, el tema es que agarró fuego aquel vertedero y, como consecuencia, la calidad del aire en buena parte de la ciudad de Guatemala está fatal.  Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, el incendio fue intencional y ya fue puesta una denuncia en el Ministerio Público.

Lo que interesa para estas meditaciones es que la Conred le solicitó al presidente Arévalo que declarara un estado de calamidad pública debido al incendio y a la contaminación; que el Ministerio de Educación suspendió clases en Escuintla, Guatemala y Sacatepéquez; y que los pipoldermos solicitaron Q. 110 millones para manejar a su antojo con el pretexto de combatir el incendio del basurero y otros que hay en el país que, afortunadamente no obtuvieron.  Entonces fue que me acordé de la frase del primer párrafo de estas meditaciones y que, en 2020, los semilleros y sus aliados se contaban entre los más entusiastas de los encierros forzados y del uso de mascarillas (aunque fueran mal usadas).

El estado de calamidad es un régimen de excepción mediante el cual la administración, o los pipoldermos (como quieras llamarle) se atribuye la facultad de violar garantías constitucionales de forma legal (más no legítima; por eso es que los estados de excepción son anticonstitucionales).  ¿Por ejemplo?  Cuando está en vigencia un estado de calamidad, la administración puede limitar tu derecho de libre locomoción. Puede cambiar o mantener tu lugar de residencia, puede establecer cordones sanitarios, limitar la circulación de vehículos e impedir la salida o entrada de personas en la zona afectada. La administración puede impedir concentraciones de personas y prohibir o suspender espectáculos públicos y cualquier clase de reuniones.  En corto, puede prohibirte hacer lo que la ley (Nomos) no prohíbe, mediante legislación (Thesis) y arbitrariedad.  ¿Te acuerdas en el 2020 cuando algunos alcaldes (sin tener facultades legales para hacerlo) prohibían el ingreso de personas a sus municipios? Podían hacerlo -con impunidad- porque la administración había decretado estado de excepción y tenían la fuerza para hacerlo, al margen del derecho.

Lo de la suspensión de clases en Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez es otra arbitrariedad enorme como de aquí a Pinula.  Es cierto que en centros escolares aledaños al basurero de AMSA el hedor y la contaminación han sido espantosos; pero en una sociedad de personas libres a quienes les hubiera correspondido decidir enviar o no a los niños a la escuela o al colegio es a los padres o encargados.  Si algunos padres, o encargados hubieran querido una acción colectiva, la decisión de tomarla correspondería a un acuerdo entre padres y la dirección de las escuelas o colegios involucrados. Eso hubiera sido en una sociedad libre, pero en una estatista, colectivista y autoritaria como la chapina, la orden vino de orden superior. 

Este tipo de ordenes autoritarias tiene muchas desventajas porque son arbitrarias. Tengo dos hipótesis sobre su origen: la primera es que se originó entre los maestros sindicalizados que, no queriendo ir a dar clases en condiciones desagradables y adversas (con razón, consiguieron una disposición generalizada para no tener que hacerse responsables). La segunda es que la gente siempre espera que la administración haga alg” y pues, hizo algo.  Prohibir es algo que toda administración puede hacer para satisfacer a su clientela y para cumplir con el principio precautorio (que es enemigo de la libertad y de la responsabilidad individual).  Por otro lado, ¿en serio los niños respiran aire menos contaminado en casa que en la escuela? 

Como mencioné arriba, a la administración semillera le gustan los encierros forzados. La diferencia de los encierros del 2020 con los de ahora es que durante aquel abuso los padres estaban en casa para atender a los niños que se quedaban sin ir a la escuela o al colegio. ¿Alguien pensó en el brete en el que metían a muchos padres o encargados si sus niños no salían a estudiar? No todos los padres, o encargados pueden quedarse una semana con sus hijos y no todos tienen personal para cumplir esas funciones. 

¡Hasta los semilleros saben que hay que decirles que no a los estados de calamidad, porque se prestan para que los pipoldermos roben!  Durante el estado de excepción, ministerios y otros centros de costos para los tributarios (que sos tú, no te confundas) pueden comprar bienes, suministros y servicios, así como hacer contrataciones sin cumplir con los requisitos de la legislación de contrataciones.  Y, por arte de magia, en medio de la calamidad, los pipolermos que se distinguen por actuar sin coordinación, sin conocimientos, mediante la coacción y muchas veces de forma venal van a ser transparentes, probos y van a actuar solo con el bien común como faro para guiarlos.

Dicho todo lo anterior, ¿sabes qué si hace falta? Determinar si los incendios han sido causados a propósito y por quiénes.  ¿Sabes qué más? Reconocer que crisis como la del vertedero de AMSA las cría la Administración desde el estatismo y luego las quiere resolver con más estatismo, porque así va a haber más presupuesto y porque los tributarios no terminan de entender que -en última instancia- ellos son los que pagan con los impuestos que les quitan los pipoldermos.

Urge, para ya, la desestatización de la basura; y urge, para ya devolverles a los padres y encargados la libertad de decidir sobre la educación de los niños; y urge, para ya, desactivar esa arca abierta y ese nacedero de arbitrariedad que puede ser un estado de calamidad.

Columna publicada en República.


10
Abr 24

Excursión a El Soch, cuarto día

 

El lunes amanecí con nostalgia porque este sería nuestro último día completo en El Soch, en la finca El Recuerdo y en compañía de nuestros estupendos anfitriones.  Pero amanecí con hambre y con la curiosidad de qué había pasado con la perica y el gavilán.

Luego del lavado de cara y dientes, listos para lo que nos trajera el día nos encaminamos hacia el rancho; y ahí la novedad es que doña Mimí y Julio Jr. estaban desgranando elotes de la finca para preparar atol de elotes.  ¿Sabes qué pasó con la perica? Pues se salvó, ¡Todo el orbe cante! y volvió a la casa de Las tías Chita, Norma y Tita.  Así que tutti contenti, a desayunar. Y luego de comer rico el consabido baño a guacalazos.

Ese día, don Julio en compañía de Chito, nos llevaron hacia la parte de la finca donde hay cardamomo, macadamias y milpa. Lissa, Raúl y yo subimos el cerro y subimos el cerro.  Don Julio nos explicó los altos y bajos del cultivo de aquellos productos.  Ya te conté que me gustan mucho las macadamias y que me recuerdan las fiestas de aniversarios de bodas, de mis padres, cuando era niño.  También me gusta el cardamomo porque mi padre compraba café y cardamomo para una compañía japonesa.  Aquel producto me encantó desde la primera vez que mi padre llevó unas semillas a la casa.  Yo las comía solas y hacía café con cardamomo y galletas de cardamomo.  ¿Te acuerdas de que en los 80 había unos chi

cles de cardamomo? La marca era Romy.  

1. Don Julio, Raúl y Lissa en el cerro donde están las siembras. 2. Raúl cruza el puente rumbo a la cabaña. 3. Semillas aromáticas de cardamomo. 4. La planta del cardamomo. 5. Árbol de macadamias 6. Frutos de macadamias. 7. Vista desde el cerro. 8. Otra vista desde el cerro. 9. Heliconia y elote de El Soch.

Cuando subimos el cerro de las siembras vimos una cotuza.  Yo nunca había visto una y aunque la ví por pocos segundos me encantó el color rojizo de su pelambre.  Adivina de qué me acordé cuando comentamos el avistamiento de aquel animalito.  Me acordé de que al cardenal Mario Casariego lo apodaban Sor Cotuzo.  

Cuando llegó al medio día bajamos a la cabaña donde Raúl y yo tomamos la siesta de ley mientras Lissa disfrutaba de la cascada y de su agua fría.  Por cierto que, en la mañana cuando subimos al cerro, don Julio les había dado permiso a unos niños para bañarse en la catarata y se veía que disfrutaban como Lissa del agua clara y helada.

Niños disfrutan en la catarata frente a nuestra cabaña en El Soch.

Ya descansados fuimos a comer la pierna horneada, la caponata y unos quequitos de bananos que Raúl y yo llevamos preparada, mismas que, ¿cómo iba a ser de otra forma?. compartimos con don Juliio, doña Mimí, Julio Jr. y Chito. ¡Y atol de elote que hizo doña Mimí! ¿Qué es lo que corresponde luego de almorzar y a causa del efecto florifundia? Una siesta breve para agarrar fuerzas e ir a explorar la parte de El Soch que queda junto a la casa de Las tías.

Cuando bajó alguito el sol emprendimos camino a la parte alta de El recuerdo, pero no por el camino principal como el día anterior, sino cruzando las siembras de don Julio.  La casa estaba en silencio y escuchamos a la perica aliviados. Allá arriba sólo estábamos don Julio, Julio Jr., Lissa, Raúl y yo.

@luisficarpediem

Sitio arquelógico El Soch #elsoch #sitioarqueologicoelsoch #arqueologia #maya #aventura #archaeology #roadtrip #adventure #luisfi61 #quiche #chicaman

♬ Johnny Quest – Telly Addicts

Luego caminamos hacia los basamentos de El Soch que se hallan en esa parte.  Son diferentes a los que hay en la parte baja.  Estos son más piramidales.  La casa de Las tías se halla exactamente junto a la escalinata principal de uno de los basamentos.  Hay otros basamentos atrás y restos de un campo de juego de pelota, y ¡Sorpresa! Un monolito precioso, con una cara chula que me recordó al dios gordo que se halla en el Museo Popol Vuh. Este no debe ser confundido con los barrigones de La Democracia; ni con los cabezas gigantes de los Olmecas.  Si consigo más Info sobre el dios gordo, te cuento.

1. Siempre es un buen momento para melcocha de doña Mimí. 2. Niños en la catarata. 3. Piedra con inscripciones junto a la catarata. 4. Estructura de El Soch junto a la casa de Las tías. 5. Cráneo en la selva. 6. Campo de juego de pelota. 7. Basamento con escalinata. 8. Otra vista del basamento con escalinata. 9. El supuesto dios gordo.

Si la visita a esta parte del sitio arqueológico fue fascinante en sí misma, la guinda del pastel es que don Julio y Raúl vieron pasar un quetzal entre el bosque.  Yo no lo vi, ni he visto uno en persona; pero sabes que estaba ahí y que ellos lo habían visto me llenó de alegría.  Este era nuestro último atardecer en El Soch y la vida nos había regalado un quetzal.  Cuando uno mura un quetzal es algo mágico, es estremecedor, dijo Raúl

Especulé que es el dios gordo porque se parece a uno que hay en el Museo Popol Vuh.

Cuando se puso el sol nos dispusimos a bajar, pasamos a refrescarnos a la cabaña, pre empacamos tantito y al rato agarramos camino para el rancho. ¿A qué? ¡A cenar y a escuchar historias de don Julio!

En esas estábamos cuando la Luna se dejó ver entre los árboles.  Una Luna casi llena que sería nuestra última en El Soch.   Y en ese momento, en la paz de la noche en la selva y a la luz brillante de Ixbalanqué sentí una gratitud profunda por todo lo que habíamos vivido desde el viernes, en la mejor compañía posible. 

Nuestra última Luna en El Soch.

Luego caminamos a la cabaña, abluciones y a dormir porque al día siguiente haríamos viaje.

Continuará.


08
Abr 24

Eclipses, de la magia a la física

 

¿Sabes qué me encantó hoy con la experiencia del eclipse? Las expresiones de asombro de los estudiantes al maravillarse con las imágenes del sol siendo oscurecido por la Luna. Nunca pierdas tu capacidad de admirar las maravillas cuando estés viviendo una, o frente a una.

El eclipse desde mi oficina.

Durane fenómenos como el eclipse solar parcial de hoy me invitan a pensar en cómo es que la humanidad -o más bien como es que una buena parte de la humanidad- ha pasado de las explicaciones místicas a las explicaciones científicas de los eclipses y meteoros.  Como es que los humanos pasamos de la creencia de que un murciélago se comía al Sol, a entender la relación que hay entre el tamaño de la Luna y su distancia con respecto a  la Tierra y al Sol para explicar por qué es que una cubre al otro.

¡Me encantan los eclipses!, y aunque disfruto los de Luna, amo los de sol. Creo que no me cansaría de perseguir eclipses si pudiera hacerlo.

Hace 33 años vi el último eclipse total de sol que se vio en la ciudad de Guatemala.  El que vi en el balcón de la casa de mi madre, junto a ella y a mi sobrino Andrés. El primer eclipse de Sol que recuerdo fue uno total que ocurrió en 1973.  Ese lo viví en casa de mis padres; y en el colegio no se hablaba de otra cosa. Este y el de 1991 fueron los mejores porque fueron totales.

Yours truly en el Jardín Manuel F. Ayau gozando el eclipse.

He visto otros eclipses parciales de Sol; el del 15 de octubre de 2023 que vi en casa en compañía de Raúl y de mi sobrino, Andrés. Uno en el parque central de La Antigua, otro en el Mall de la Universidad de Maryland, en College Park en 1998 y en compañía de mis cuatas Natalie y Tracy; y otro también en el jardín Manuel F. Ayau de la Universidad Francisco Marroquín en 2017, como el de hoy. Es una lástima que no tenga fotos de 1973, ni de 1991.

En tiempos de eclipse te recomiendo la peli Einstein y Eddington. luego de leer el primer capítulo de Modern Times, de Paul Johnson. También te recomiendo la película Farinelli -porque il castrato canta Alto Giove, de Nicola Porpora, cuando él acompaña al Rey de Francia y a su corte para observar un eclipse. A pesar del misticismo, ver un eclipse y escuchar Alto Giove es una experiencia deliciosa.

El próximo eclipse de sol visible en Guatemala será uno anular parcial el 26 de enero de 2028.

…y por cierto, ¿a qué hora fue el rapto? Las cosas ya no son como eran antes.  Illo tempore, la gente tomaba en serio el fin del mundo y era un drama.  Ahora, no le avisan a uno la hora exacta, ni le indican cuál es el dress code.


08
Abr 24

Excursión a El Soch, el mejor día

 

Nuestro tercer día en El Soch fue el más intenso y el mejor; no sólo por los paseos, sino en el plano emocional.  Ese día paseamos por el bosque, vimos numerosos arroyos y nacimientos de agua, cedros gigantescos y centenarios, llegó la familia de don Julio y doña Nohemí y visitamos a las hermanas de don Julio.

1 y 2. Es hora de recoger frambuesas. 3. Raúl pasa frente al trapiche rumbo a la cabaña luego de bañarse a guacalazos. 4, 5 y 6. Vistas de la selva y de las montañas. 7. Lissa junto a la catarata que estába frente a nuestar cabaña.

La mañana comenzó con la búsqueda de frambuesas a la vera del camino, siguió con el desayuno y la sobremesa en casa de nuestros anfitriones y luego con el baño a guacalazos. Ya comidos y aseados saludamos a buena parte de la familia García Urizar, hijos, nietos y bisnietos que estaba llegando al rancho.  Y luego…la aventura, o el trabajo…porque en el campo el trabajo nunca cesa.

Don Julio nos llevó a pasear por otra parte de la selva junto a su rancho y por otras estructuras del sitio arqueológico.  Vimos arroyos y manantiales abundantes, uno de esos manantiales salía de debajo de un árbol y ahí tomé agua en un vaso hecho con una hoja. vimos cedros enormes y centenarios y Pablo, el hijo de Chepa (la señora que llegó a ayudar a dona Mimí) nos bajó unas limas.  ¡Qué delicia es comer limas junto a un manantial! Raúl ya me había contado de esa experiencia de cuando creció en una finca en la costa sur; y no fue hasta ahora que pude vivirla. 

1. Hongos en la selva. 2. Dos exploradores. 3, 4 y 5. Cedros gigantescos y centenarios. 6, 7, 8 y 9. Pablo se encaramó para bajar limas.

Acompañamos a don Julio, y a su asistente Chito, a vender pacayas al mercado de la aldea de San José El Soch.  Un pequeño mercado situado junto a una ceiba y frente a la iglesia de la localidad.  Raúl y Lissa bajaron caminando de la finca hacia la población (y agarraron el camino equivocado, rumbo a la mera Zona Reyna) y adivinen quien bajó en carro…y llegó directo.  ¡Nada como el viento fresco en la ventanilla cuando uno va bajo el sol picante de por allá!

Concluido el negocio la emprendimos de vuelta a la finca.  Lissa y Raúl subieron caminando y adivinen quién subió en carro…y agarró por el camino hacia la Zona Reyna por despistado. Vaya que me di cuenta rápido cuando vi que la aldea se iba quedando abajo y que la cuesta era más empinada y menos boscosa que cuando iba bajando.  Para hacer la historia corta, volví por donde había subido, sólo para enterarme que el resto del equipo había notado mi desvío y ya iba a ir tras de mí.

Ese día Lissa se bañó en la catarata; algo que a mí me hubiera encantado hacer pero la dificultad de llegar hasta el mejor punto para bañarse me disuadió.  Y nada se diga del agua helada.

1. Rumbo a San José El Soch para vender pacayas. 2, 3 y 4. El camino a San José El Soch desde el sitio arqueológico. 5 y 6. Venta de pacayas en el meercado. 7. Vista del mercado de San José El Soch. 8. Lissa y Raúl en la “plaza” de San José El Soch. 9. La ceiba de San José El Soch.

Al llegar se hizo presente el efecto florifundia y a dormir una siesta brevísima porque, para almorzar nos esperaba la familia y un delicioso pollo en recado que habían preparado doña Mimí y su hermana con ayuda de nueras e hija.  Rápidamente la familia nos integró a este encuentro, hablamos de la vida en el campo, del sitio arqueológico, de nuestros quehaceres cotidianos, de panes de semana santa, de quesos caseros, de tradiciones, de recuerdos.

Durante la conversación nos recomendaron (y comimos) cazuelejas y biizcochos de la Panadería Zuly, en Santa Cruz del Quiché (que visitaríamos en nuestro viaje de regreso a Guatemala)…y casi le dimos mate a la melcocha de doña Mimí.  

¿Adivinas qué hicimos después? Regresar a la cabaña y echar otra siesta.

A eso de las cuatro, o cinco la familia pasó por la cabaña y nosotros ya estábamos listos para salir a explorar…pero lo que se venía era mucho, pero mucho mejor que sólo explorar.

Entre anécdotas y bromas subimos hacia la parte de la finca donde viven las hermanas de don Julio: las tías Tita, Chita y Norma, y donde también nos esperaba Marlin, prima de don Julio.  En esa parte de la propiedad estaba la casa original de la finca y ahí están enterrados el papá de don Julio, que fue asesinado durante la guerra, y su mamá. En silencio les presenté mis respetos.

Entramos al casco de la finca por un jardín bien cuidado y detrás de los árboles oímos a las tías y prima de don Julio cantando en la capilla de la propiedad.  No resistí la tentación de grabar el momento y te lo comparto porque transmite muy bien la paz y la belleza del lugar. Ahí van Raúl y Silvana, nuera de don Julio y doña MImí.

 

Las tías y Marilin los recibieron con cariño, con esa forma de dar la bienvenida que tiene la gente sincera y a la que, de verdad, le da alegría recibir visitas.  Otra vez, la familia y las tías nos integraron con generosidad.

La sencillez y la belleza del lugar se combinan de forma natural.  La casa da al jardín, pero también a un valle enorme en forma de V que luego sería el escenario para algo maravilloso. Junto a la casa hay…plantas a las que yo les digo helechos jurásicos y de uno de ellos cuelgan nidos de oropéndolas, aves que, junto a los zanates y otras aves vuelan sobre la propiedad y trinan para complementar perfectamente el ambiente. Junto a la casa, sobre un basamento del sitio arqueólogico, vimos una enorme macoya de Lycaste virginales. La variedad albina de esta orquídea es la Monja Blanca, flor nacional de Guatemala.

Lissa dijo que es como entrar a la escena de The Sound of Music, y tiene razón. The hills are alive...

1. La perica antes de ser perseguida por “El Barón Rojo”. 2. Chunto que vi con cara de mole. 3. Las omnipresentes flofifundias o floripondios. 4 y 5. La planta que yo digo que es un helecho del período jurásico, cargada con nidos de oropéndolas. 6. Macoya de Lycaste virginalis. 7. ¡Todos animando a la perica! ¡Vuelve ala casa, perica! 8. La Luna llena frente a nosotros. 9. La cena va a estar lista.

Todo aquello no quiere decir que no hubiera un momento de tensión extrema. En el jardín y en total libertad vimos a una perica nativa (y le tomé foto porque me cayó en gracia).  No se a qué hora la perica alzo el vuelo sólo para ser divisada por un gavilán que se dio a la cacería.  En un momento, en el suelo habíamos un grupo angustiado por la perica; y se oían gritos de ¡Vuela, perica, vuela! ¡Ven hacia acá perica! ¡Perica, perica! ¡Entra ala casa, perica! En mi imaginación y en el aire la escena se veía como una de aquellas películas de batalla aérea durante la Primera Guerra Mundial. El gavilán era el Barón Rojo y la perica era un aviador británico tratando de escapar.  En un momento la perica se metió al bosque y detrás el gavilán…y ya no supimos de ellos.

El pesar por la perica desaparecida, que posiblemente había sido atrapada por el depredador no impidió que las tías nos invitara a cenar.  Comimos deliciosos huevos revueltos fritos en manteca de cerdo, acompañados por frilojlitos colados, escabeche con pacayas, tortillas hechas en casa y café de ahí mismo.  Todo aquello preparado en el poyo que las tías mismas habían construido en su oportunidad.

Comiendo estábamos cuando alguien nos llamó al jardín.  Ahí, sobre el vértice de la V del valle estaba la Luna casi llena.  Roja, rojísima ascendiendo frente a nosotros.  Fue imposible no sobrecogerse por la belleza y la intensidad del momento.  Atrás, el murmullo en el comedor, al frente la Luna casi plena, el aroma de las flores en el aire y…de repente…sonaron las notas de Noche de Luna entre ruinas, cortesía de Julio Jr. Fue de esos momentos que uno no quiere que terminen nunca. No sólo por el encanto del lugar, sino por el calor humano de esta reunión familiar con tres shutes.

Luego de conversar y descansar…descansar de comer…emprendimos el regreso a la cabaña, no sin encargar, por favor, que nos contaran si la perica había sobrevivido a la persecución del gavilán.

La Luna desde El Recuerdo.

Esa noche, antes de dormir, fue que se me ocurrió que don Julio es el John Dutton chapín (salvando las distancias y tomando en consideración el contexto) por su amor y compromiso con la familia, la naturaleza y el patrimonio cultural.  Hay ahí y en él una conexión generacional íntima con El Soch y su historia.

¿Sobra decir que al volver a la cabaña dormimos como tiernos?


07
Abr 24

Tatuaje y la Enciclopedia de Diderot

 

Hay unos 275 años de historia entre los instrumentos musicales de la derecha, en La Enciclopedia de Diderot y D´Alambert y la guitarra eléctrica en el tatuaje de uno de mis alumnos.

La Encyclopédie, editada Denis Diderot y Jean Le Rond D´Alambert fue un proyecto de sistematización del conocimiento que reunió a algunos de los más notables intelectuales de la Ilustración, con la intención de difundir los principios de universalidad, verdad, humanidad, autonomía de la razón, y laicismo. Pretendía reunir todo el conocimiento humano en una serie de volumenes.  Fue la Internet de ca.1750.

Con mis estudiantes exploramos este volumen durante una visita a la Sala de colecciones especiales de la Biblioteca Ludwig von Mises para conversar sobre las tradiciones liberales francesa, racionalista, constructivista y continental; e inglesa, empirista, evolutiva e insular en el contexto del capítulo IV de Los fundamentos de la libertad por Friedrich A. Hayek,

Resulta que cuando vimos estos instrumentos musicales uno de mis estudiantes mostró su tatuaje y ¡Pum! casi tres siglos de historia de la música y de tecnología unidos en un momento y en una foto.

Por un lado la imprenta como printing press, es decir como una tecnología para reproducir textos e imágenes mediante la presión sobre papel; y por otro lado la tecnología de reproducir imágenes en la piel mediante punzadas (ambas tecnologías con tinta). Por un lado instrumentos musicales con cuerdas, de madera y metal unplugged; y por otro lado una guitarra eléctrica.

La Enciclopedia es una de mis piezas favoritas en aquella sala de la Biblioteca von Mises; junto con La Pepa, que es la Constitución de Cádiz; una primera edición de La riqueza de las naciones, de Adam Smith, en español; un Código Civil napoleónico, El Salustio de Ibarra, y un libro autografiado por Jeremy Bentham.


06
Abr 24

Paulina Cofiño y la vida diaria

 

Paulina Cofiño tiene buen ojo para ver y valorar lo sutilmente encantador que es lo de todos los días en el mundo exterior; pero también tiene buen ojo para ver hacia adentro, ponerlo en su lugar apropiado y compartirlo con su pincel.  Por eso es que es artista.  Porque uno puede ver su obra y decir: ¡Ve, hay algo de mí ahí!  

No de forma pretenciosa, claro; ni de forma impertinente, sino porque sus obras conectan con la realidad externa y con la realidad interna, no como cuando uno ve una fotografía, sino como una interpretación. Como se interpreta una pieza musical, o como se interpreta un plato de cocina.

Yo tenía que decir eso, porque soy cocinero.

De su obra recientemente expuesta en Proyecto Poporopo es difícil elegir favoritos, así que te comparto algo de lo que más me gustó:

Funerales renaces es una obra rica en muchos niveles; y Ya no aguanto más, lo siento complementa aquella obra de forma inquietante, pero con un sentido del humor muy fino.

Sastrería antigua me habló porque nunca he contado esto; pero a mí me gusta muchísimo ir a un buen sastre. Disfruto ir a un buen sastre.  La primera vez que fui a uno fue cuando estaba en Primer año de Primaria, para que hiciera mi traje de Primera Comunión.  Fui con mis padres y recuerdo re bien que disfruté muchísimo de la experiencia.  Ese no fue mi primer traje, pero si fue el primero a mi medida.

Los siguientes cuatro son ejemplos de esa cotidianeidad que Paulina capta con ojo de artista y -en su simplicidad y hasta en su irrelevancia aparente- consigue causar emociones, o evocar sentimientos.

Este, Sin título, es…voy a decirlo así… mi favorito y se llama El recuerdo. ¡Cuántas veces habré vivido una experiencia así en una camioneta!  Además el cuadro es engañoso y eso me divierte mucho.

Sin título y Espalda, como el anterior, son esos atisbos interiores que mencioné arriba. Por un lado son dos obras conmovedoras; y por otro su candidez profunda las saca de cierta oscuridad aparente para encontrarles luz.

Finalmente: Tienda, una obra en vidrio que merece atención no sólo por la técnica, sino porque, una vez más, conecta con experiencias mundanas, sencillas, nimias que son, algo entrañables.  A mi me lleva a 2019 cuando me detuve camino a Los cerritos de Chijoj durante un roadtrip con personas muy queridas, a otra experiencia igual en Zacualpa, en 2022; y a las docenas de veces que compré una Coca-Cola y unos Tortrix en circunstancias similares.

Para apreciar obras como las de Paulina me encanta usar el método de Luc Travers que consiste en tratar a la obra como si fuera el cuadro de una película.  Algo ocurrió antes y algo ocurrirá después del cuadro que estás viendo.  Imagina que ves personas, o hechos reales.  Describe para ti la escena que ves y toma nota de que los detalles son importantes.  Conéctate personalmente con lo que ves.  Dale voz al personaje e imagina que estaría diciendo.

A mí, este método me ha ayudado muchísimo a apreciar mejor muchísimas obras de arte, sobre todo aquellas con las que comparto sentido de vida.

Gracias, Paulina, por llevarnos de la mano y darnos un buen paseo guiado por tus ojos…y con tu pincel.

Si te gustó la obra, seguramente querrás ver Paredes


05
Abr 24

¿Quién controla tu cuerpo?

 

La maquinaria estatista se salió con la suya y el Congreso de la República aprobó el Decreto 5-2024, que contiene la legislación para la disposición y trasplante de órganos, tejidos y células humanas.  

Al anunciar esta nueva regulación el sitio de noticias del Congreso indicó que Los legisladores conmovidos por el contenido humanitario de la ley, aprovecharon para contar sus experiencias personales. ¿Cómo iba a ser de otra forma, si el tema es de un contenido emocional elevado? Y esa característica siempre ha hecho muy difícil la conversación objetiva sobre el asunto.

Para estar claros, el trasplante es la implantación de un órgano (o tejido) que funciona bien en un organismo que tiene deficiencia en ese mismo órgano (o tejido). 

La foto la tomé de https://bit.ly/3vFa4aE.

Al explorar el contenido de la nueva normativa llama la atención que, se descarta definitivamente la posibilidad de recibir gratificación, remuneración, o pago alguno para la donación de órganos, tejidos, o células.  Con esa medida no sólo se viola el concepto de “la propiedad de uno mismo”, sino que se perpetúa al cuello de botella que hay en la disponibilidad de órganos para quienes los necesitan desesperadamente para salvar sus vidas, o por lo menos para mejorar su calidad de vida.

Llama la atención el tema de la confidencialidad absoluta impuesta por la legislación ya que…te cuento: el hermano de un amigo donó semen en su juventud.  Hizo un análisis de su saliva para explorar su genealogía y descubrió que tiene un hijo (¡Sorpresa!) Y ahora padre e hijo se llevan muy bien (Por suerte). Mi punto es, ¿qué confidencialidad puede haber cuando las herramientas de la modernidad escapan al alcance efectivo de la normativa? ¿Puede, esa regulación, evitar que uno descubra familiares desconocidos?

El ente rector de la legislación, el encargado de que se cumplan las normas de incondicionalidad, legalidad, seguridad, confidencialidad e igualdad, va a ser el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.  El mismo ministerio que tiene el Cementerio General de la ciudad de Guatemala hecho un asco y el mismo ministerio que ha permitido el saqueo de aquel camposanto.  La misma cartera que tiene en el abandono los hospitales y el mismo que quién sabe qué “chinche” hizo con el negocio de las vacunas durante los encierros del 2020. El mismo ministerio que a veces no tiene ni antiácidos para los tributarios que los necesitan.

Adivinas si para estas alturas de la lectura estás pensando que la nueva legislación va a ser otra sangría para los tributarios y va a ser un nacedero de burocracia.  Va a haber un Consejo Nacional de Trasplantes, un Registro Nacional de Trasplantes, un Consejo Técnico Consultivo y todo eso (incluidas la corrupción y la mala administración) no lo van a pagar los interesados, sino que lo van a pagar hasta los tributarios más pobres. La nueva legislación empodera caciques de los trasplantes. ¿Por qué es que estos consejos y registro van a ser moralmente diferentes al resto de la administración pública que se gasta 40% del presupuesto del estado en corrupción?

Se pueden importar órganos, tejidos y células del extranjero (y vaya uno a saber si hubo pago, o no); pero no se pueden exportar órganos, tejidos y células chapinas hacia otros países con fines de lucro. 

Es razonable, eso sí, que no se permita la donación de personas incapaces, o inconscientes; que las de presos sólo sean posibles en circunstancias específicas y que las de menores de edad en vida. Estos tres grupos son muy vulnerables.  Es razonable, también, que la legislación chapina no haya ido a los extremos de convertir a todos los ciudadanos del país en “donantes” de órganos en forma tácita, salvo que -expresamente y en vida- hubieran manifestado por escrito su oposición. Si la “donación” es así de forzada, ya no sería donación.

Detalles más, detalles menos, lo que me interesa en estas meditaciones es la propiedad de uno mismo.

Una de las teorías más aceptadas acerca del orígen de los derechos individuales es la de que eres dueño de tu propia vida (y de tu propio cuerpo, y de tu propia mente); y negar ese principio implica que otro, u otros tienen tienen más derechos sobre tu vida (o tu propio cuerpo, o tu mente), que tu mismo.  ¡Pero ninguna otra persona, o grupo de personas debe ser  dueña de tu vida; ni tu eres dueño de las vidas de otras personas!

Es muy convieniente, para cualquier ideología colectivista acabar con la idea de que las personas son dueñas de sus cuerpos y de sus vidas.  Al fin y al cabo, ¿qué es el colectivismo sino la ideología según la cual,  las personas no tienen derechos; ya que su cuerpo, su personalidad y su trabajo le pertenecen al grupo, comunidad, colectivo, o sociedad?  Dejas de ser el propietario de tus riñones, tu corazón, tu hígado, tus córneas y demás, porque los políticos estatistas y colectivistas (y sus clientelas y patrocinadores) ya dispusieron que en qué condiciones puedes donarlos.

Como están las cosas y hecho a un lado el contenido emocional de esta legislación, la nueva normativa consolida la estatización del cuerpo humano, les carga a los tributarios costos que no les deberían corresponder, fomenta el cuello de botella para aliviar a los que necesitan órganos, politiza las donaciones y trasplantes, y expone el tema a la corrupción propia de la administración política.

Columna publicada en República.


02
Abr 24

Excursión a El Soch, segundo día

 

¡Amanecimos en El Soch!…y amanecer allá es un deleite por sí mismo. Luego de una noche reparadora emergimos pasadas las 8:00 a. m. que es tardísimo para la vida de campo; pero muy bueno para tres viajeros aventureros.

Vista de el basamento principal frente al rancho de don Julio y doña Nohemí, en El Soch.

Dimos un paseo por las inmediaciones de la catarata, nos habituamos a los sonidos de las caídas de agua y de la selva y Raúl recogió frambuesas que creían a la vera del camino.  

1. Tierra de arroyos y cascadas. 2. Tierra de florifundias. 3. Raúl cosechó frambuesas. 4. Tierra de pacayas. 5. Tierra de macadamias. 6. Tierra de flora exuberante.

Por supuesto que despertamos con hambre y con ganas de visitar el sitio arqueológico, y adentrarnos en la selva.  Luego de disfrutar un desayuno de doña Mimí y luego de la larga sobremesa, nos bañamos Lissa, Raúl y yo a guacalazos con agua entibiada gracias al fuego del poyo.

Luego, don Julio -con toda la paciencia del mundo- nos condujo a los basamentos y al campo de juego de pelota que está a un paso de perico, frente a su rancho. El sitio arqueológico es lo que nos había llevado a aquellas tierras misteriosas y encantadoras y ¡al fin estábamos ahí!

Vista de las estructuras que están a inmediaciones del rancho de don Julio y doña Nohemí.

Gracias a que don Julio y doña Mimí han protegido ese asentamiento maya, al aproximarse a las estructuras uno siente como si fuera un explorador del siglo XIX que descubre una ciudad antigua en la jungla vírgen.  Las piedras silenciosas contrastan con la algarabía de la selva.  La humedad y el frescor envuelven el ambiente. Lissa, Raúl y yo tuvimos la certeza de estar en un lugar especial, no solo por la parte de su historia que se remonta al período clásico temprano, sino por su historia reciente que invita a meditar sobre el valor del patrimonio histórico, el valor de la naturaleza y el valor de la familia en un contexto de guerra como la que vivió Guatemala en los años 80.

La historia de El Soch, pues, está íntimamente ligada a la de Guatemala y junto a las plataformas del complejo escuchamos ias historias fascinantes y conmovedoras que nos compartió don Julio y que son materia para otra entrada en Carpe Diem, un día de estos. En cuanto a la historia prehispánica del sitio, Melvin Guzmán, de la Universidad del Valle de Guatemala escribió la tesis titulada Sitio arqueológico El Soch, El Quiché, Guatemala: análisis del posicionamiento estratégico del sitio para el control de un área geográfica.

Vista lateral del basamento principal en El Soch.

Nuestro segundo día en El Soch incluyó no sólo un paseo por las estructuras cercanas al rancho de don Julio y doña Nohemí, sino que nos adentramos en la selva entre la vegetación propia del lugar y las pacayas que son uno de los productos que se cultivan en la finca.  Allá también hay macadamias, cardamomo y caña.  En la finca corren arroyos y hay nacimientos de agua encantadores. ¿Sabes? Como esos que se ven en las películas y son descritos en la poesía. El rumor del agua, el canto de las aves y el paso del viento hacen de esas caminatas experiencias para todos los sentidos. 

Tengo un gusto particular por las macadamias porque cuando mis hermanos y yo éramos niños, mi papá nos encargaba que organizáramos la celebración del aniversario de bodas de él y mi madre.  El nos dejaba cava y algunos tentempiés y, cuando él y mi madre volvían (de quién sabe dónde) ¡Sorpresa! los niños habíamos puesto la mesa y los esperábamos para celebrar.  Cada año, las veces que hicimos esa fiesta, había macadamias incluidas y en aquel tiempo, en los años 70 sólo las había importadas de Hawaii y a nosotros nos parecían unas de las cosas más deliciosas que comíamos.

El segundo día en El Soch tuvo la particularidad de que cayó neblina y fue fresco y húmedo en contraste con el día anterior en la carretera y cuando nos aproximamos a Chicamán.

El sábado fue un dia de niebla y llovizna suave, que invitaron a bajar revoluciones.

Fue chistoso que al hacer inventario de mi ropa para el viaje me di cuenta de que me faltaría una camisa, así que ese sábado aproveché para lavar la camisa del día anterior.  

El efecto florifundia hizo de las suyas y dormimos en la tarde para despertar sólo a tiempo para hacer un debriefing en el porche de la cabaña; y para caminar en la tranquilidad de la tarde/noche y luego dirigirnos al rancho para conversar y cenar. ¿Qué hubo de cena? Lasaña de carne y berenjenas que llevó Lissa y estuvo deliciosa. ¿Y de postre? Moyetes de Tres Genaraciones.

@luisficarpediem

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¿Sobra decir que volvimos a dormir como tiernos?