16
Jun 25

Adiós a Brian Wilson

 

California Dreamin´ es una de esas canciones que, cuando la escucho, quiero cantarla; y no precisamente porque sueñe con Sovietfornia, sino porque es buena música, con una letra encantadora. Te cuento esto porque Brian Wilson, co fundador de los Beach Boys, falleció el 11 de junio pasado; y la suya fue una vida muy triste.

La canción, por cierto era de The Mamas & The Papas (1965); y ambas versiones me gustan mucho.

La primera vez que fui a Las Vegas fue para un Freedom Fest, y me hospedé an un hotel -que ya no existe- de temática playera. El caso es que en las áreas comunes se oía mucha música de The Beach Boys. Eso me causaba mucha gracia no sólo porque me gusta esa música, sino porque nunca había estado, ni he estado, en un hotel temático. 

Adiós a Brian Wilson.


09
Jun 25

Dos adioses

 

La semana pasada fallecieron Margaret Dix y Humberto Grazioso, dos personas con quienes me crucé en la vida y de quienes tengo buenos recuerdos.

Margaret Dix

Margaret Dix, la foto la tomé de Facebook.

La doctora Dix y su esposo, Michael, eran miembros de la Asociación Guatemalteca de Orquideología; y como durante varios años hice del cultivo y estudio de esas plantas fascinantes un propósito para mi vida, pude disfrutar de su compañía y de sus conocimientos durante algún tiempo. A veces en las sesiones mensuales y a veces durante las excursiones alegrísimas que hacíamos en la AGO. Paseos a los que siempre iban acompañados por sus hijos pequeños.

Margaret era científica —como Michael—, era bióloga, conocía muchísimo de taxonomía y a ella acudía uno cuando tenía una duda insoluble con ese tema. La gente creía que era inglesa, pero había nacido en la isla de Jersey. Ella y Michael dedicaron muchos conocimientos y esfuerzos a la conservación del lago Atitlán, lago al que le tengo mucho cariño.

Humberto Grazioso Bonneto

«Respeto su opinión, pero no la comparto», es la frase que estoy seguro de que todos los que fuimos estudiantes de Humberto Grazioso recordamos con un toque de humor.

El doctor Grazioso me dio la clase de Filosofía del Derecho II en la Universidad Francisco Marroquín y creo que uno de sus autores favoritos era el jurista Luis Díez Picazo.

Aprecio mucho un consejo valioso que me dio cuando le compartí que estaba pasando por una crisis existencial. Me dijo: No deje que lo dominen las circunstancias.

Sobre el propósito y las circunstancias

Ayn Rand, en una entrevista con la revista Playboy, explicó que un propósito establece la jerarquía, la importancia relativa de sus valores, lo salva de conflictos internos sin sentido, le permite disfrutar de la vida en una escala amplia y llevar ese disfrute a cualquier área abierta a su mente. La orquideología fue un propósito en mi vida.

Viktor Frankl sostuvo que aunque no siempre podemos controlar lo que nos sucede,  siempre tenemos la libertad de elegir nuestra actitud frente a las circunstancias, incluso en las más extremas. Esta elección determina nuestra capacidad de encontrar significado. Sostuvo que la principal fuerza motivadora del ser humano no es el placer (como en Freud) ni el poder (como en Adler), sino la necesidad de encontrar un propósito o significado en la vida. Este sentido puede variar según las circunstancias y es único para cada persona.

Adiós, Margaret y Humberto. Que sus legados sigan inspirando a quienes los conocimos y a las generaciones futuras.


06
Jun 25

Adiós, doña Rebeca

 

Mi letra, ahora, es medianamente legible gracias a doña Rebeca de Arias, quien, al ver cómo escribía yo cuando me conoció en cuarto grado de primaria, me puso a hacer planas. Planas de letra script.

Lila Engelhardt y Rebeca de Arias. La foto la tomé de https://www.facebook.com/groups/8044612310.

Ya mis padres habían hecho el intento de corregir mi letra porque mi tía Baby les había aconsejado que me pusieran a hacer planas. Pero, ya sabes, querer es poder y hallé el modo de hacerme los quites. Pero a doña Rebeca, no había modo de hacerle los quites.

Doña Rebeca y Mrs. Lila Engelhardt eran las directoras del Colegio Guatemalteco Bilingüe donde estudié del cuarto al sexto grado de primaria. Mrs. Lila nunca me dio clases, pero doña Rebeca me dio Historia y Matemáticas en el último año.

Historia siempre fue mi clase favorita, de toda la vida, así que me disfruté a los egipcios, los griegos, los romanos, la Edad Media y la Edad Moderna de la mano de aquella profesora de verdad. Eso sí, en matemáticas me iba siempre como la culpa traidora, y no estoy seguro de a quién le di más disgustos en ese campo, si a ella, o a mis pobres padres.

Ah, mis pobres padres, ¿cuántas veces fueron a la Dirección del colegio porque su retoño daba batería?

Verás, doña Rebeca era una maestra de verdad. No solo porque sus clases eran buenas, en el sentido de que uno aprendía en ellas, sino porque en sus manos uno no era solo un número ni un cheque a fin de mes. Doña Rebeca era de esas maestras que ejercían el magisterio en el sentido de tener no solo los conocimientos, habilidades y competencias para ser docente e instruir, sino para ser formadora y educadora. Siempre comprensiva, siempre paciente y siempre generosa, sin descuidar la disciplina, ¡por supuesto!

Además, era una dama. Una gran señora. Si hubiera sido romana, hubiera sido patricia. En Inglaterra hubiera sido lady Rebecca, y en Guatemala llevaba el título de doña, como solo las doñas saben llevar el doña.

Fue una dicha, en mi vida, contar con guías como ella, como Mrs. Lila, y como doña María Teresa de O’Meany en otro contexto. Eran directoras ejemplares en el sentido de que eran modelos a seguir porque reunían en sus personas cualidades humanas y profesionales inspiradoras para florecer. Es cierto que a la edad de 13 años uno puede idealizar con mucha facilidad, pero estoy seguro de que promoción tras promoción de estudiantes coincidirán en que sí eran ejemplares. Mi hermana, Guisela; y mi sobrino, Luis Andrés, seguro que coinciden conmigo. Igual que mis cuñadas, Anae y María José.

@luisficarpediem

Doña Rebeca era una maestra de verdad. No solo porque sus clases eran buenas, en el sentido de que uno aprendía en ellas, sino porque en sus manos uno no era solo un número ni un cheque a fin de mes. Doña Rebeca era de esas maestras que ejercían el magisterio en el sentido de tener no solo los conocimientos, habilidades y competencias para ser docente e instruir, sino para ser formadora y educadora. Siempre comprensiva, siempre paciente y siempre generosa, sin descuidar la disciplina, ¡por supuesto! #maestra #maestros #educacion #nostalgia #colegioguatemaltecobilingue #luisfi61 #recuerdos

♬ Keyboard_typing sound(894890) – keiichiro Akamine

Hasta principios del siglo XXI, a doña Rebeca solía encontrarla en Super Verduras. Siempre tuvo palabras amables para mí y mi familia. Mi madre siempre le tuvo cariño y agradecimiento. Y yo también. A ella y a doña Olga (que fue mi profesora de Lenguaje y de Historia en quinto grado) tal vez les debo que, muchos años después de 1973, yo me ganara la vida con mi voz y con mi pluma. Doña Rebeca me dio el encargo de ser maestro de ceremonias en más de una ocasión, y doña Olga me dijo: Tú tienes voz de locutor.

Doña Rebeca falleció el 29 de mayo pasado y desde aquí la despido, me quito el sombrero y hasta le hago reverencia. Su legado vive en cada estudiante que formó, en cada letra que corregimos y en cada historia que contamos. ¡Gracias, doña Rebeca, por ayudarnos a ser mejores!

Columna publicada en República.


05
Jun 25

Jaguar-Stitch: ¡un guiño maya!

El de la foto es un jaguar; pero dime si no se parece a Stitch, de Lilo & Stitch. Cuando atiendo visitantes en el Museo Popol Vuh, una de las bromas que me gusta hacer es decir que este personaje es el de la película.

Jaguar en el Museo Popol Vuh. Se parece a Stitch, ¿si, o no?

No he visto la peli, pero el tema principal me pareció encantador y vi que cuenta la historia de un rey que le devolvió el hula a la gente luego de que los misioneros lo prohibieran. A man of my own heart, ciertamanente.

Debido a que se crió en Hawaii, mi abuela Frances bailaba hula, y la recuerdo muy bien bailando Lovely Hula Hands y Hukilau Song. Esta última también la bailaba mi mamá, y era muy hermoso verlas a las dos. La última vez que mi mamá bailó fue hace 11 años, en un Año Nuevo en Amatitlán, acompañada por mi sobrino, Alejandro, con el ukulele.

Nora baila la Hukilau Song y El Ale toca el ukulele.

De vuelta al jaguar, es parte de la tapadera de un inciensario, es del Período Clásico y… mira la casualidad, proviene del fondo de aquel lago.

https://www.tiktok.com/@luisficarpediem/video/7512513930133097733

¡Un jaguar que parece Stitch, un baile que une generaciones y un lago que guarda historias: la cultura siempre nos sorprende!


05
Jun 25

¿Te capeaste como Ferris?

 

Ferris Bueller’s Day Off es una película icónica de los años 80. Protagonizada por Matthew Broderick, cuenta la historia de un chico que, con sus amigos Cameron y Sloane, se capean de la escuela para pasar un día inolvidable en Chicago…en un día como hoy. ¡Me encanta esa peli!

Escenas de Ferris Bueller´s Day Off. La ilustración la tomé de Facebook.

Ferris es el típico adolescente díscolo con gracia, y es casi imposible no simpatizar con él. Además, la peli es un homenaje a Chicago, y cuando estuve en esa ciudad en 2013, fue imposible no recordar las aventuras del muchacho. Yo, que me capeaba regularmente del colegio y que tuve dos o tres aventuras, nunca pude igualar el día libre de Ferris.

Lo más parecido fue el fin de semana en que en el cole nos tocaba laboratorio de química, pero mis amigos y yo ya teníamos planeado un viaje a Amatitlán. Le dijimos a la directora que la profesora de química había cancelado la clase (que era sábado), y luego fuimos a la Universidad de San Carlos a decirle a la profesora que doña Tere había cancelado el laboratorio. Hasta el viernes, todo bien: les notificamos a nuestros compañeros que la clase había sido cancelada, y el sábado por la mañana agarramos para Amatitlán y volvimos el domingo.

El lunes, sin embargo, doña Tere entró a la clase y llamó: «Ricardo, Tono y Luis, síganme a la dirección porque voy a hacerles entrega de la oficina». Para hacer la historia corta, nos dio una regañada, y nuestros padres fueron notificados.

Otra de las mejores fue el día en que Tono nos contó que tenía una moto nueva, y dispusimos ir a pasar el viernes a la pista de motocross. Nos escapamos del colegio engañando al portero, fuimos por la moto, arreglamos merienda y agarramos camino a la pista. Tono se subió a la máquina, agarró la pista con empeño, y en un salto, la moto salió disparada por un lado y él por otro. Tono se lesionó levemente una mano, pero la moto quedó torcida e imposible de usar el resto del día. Así que volvimos a la ciudad, nomás para que a mi amigo le cayera una regañada, además de la que recibimos cada uno en nuestras casas y los tres en el colegio.

¿Divertido? Sí, pero nada comparado con la aventura de Ferris Bueller que, con sus amigos, y en un día como hoy, nos dejó una peli que hay que ver de cuando en cuando, sobre todo si uno maduró en los 80.

Así que, ¡tómate un día libre, pero con cuidado! Porque, como Ferris, puedes vivir una aventura épica, pero, como nosotros, también puedes terminar en la Dirección.


05
Mar 25

Nostalgia de Silverspring

Silverspring es la ciudad donde viví mientras estudiaba en el Phillip Merrill College of Journalism en la University of Maryland entre 1997 y 1998.  Cuando iba y venía a la universidad, o a Washington D. C. utilizaba el metro y la estación de Silverspring era mi estación.  

La foto es de la serie Night Agent y muestra la estación de Silver Spring.

¿A qué viene esto? A que la semana pasada estaba viendo una serie llamada Night Agent y salió la estación de Silverspring y me dió algo de nostalgia. Recordé las docenas de veces que caminé de mi apartamento a la estación y de regreso a lo largo de diez meses.  Me acordé cuando iba y venía del supermercado halando mi carreta con alimentos.  Y me acordé de cómo me gustaba usar el metro. 

Tengo buenísimos recuerdos dell Programa Humphrey, que está diseñado para profesionales jóvenes y/o que están a mitad de sus carreras profesionales, en distintas áreas. La idea es un año de estudios (sin créditos para obtener un grado) a nivel de posgrado y colaborar profesionalmente con contrapartes de los EE. UU.  La parte académica es muy valiosa; pero muy importante es que te facilita una experiencia de vida. En la UMD tuve profesores magníficos, ganadores de premios Pulitzer como Nan Robertson y Bill Eaton. Y otros expertos en sus áreas periodísticas y de comunicaciones.

Mis compañeros de programa fueron: Armindo Chavana, de Mozambique; Evariste Kabore, de Burkina Faso; Sandile Memela, de Sudafrica; Nkechi Nwankwo, de Nigeria.  Chull Lee, de Corea del Sur, Murari Shivakoti, de Nepal y Thiha, de Burma; Oksana Ustyuzhanina, de Ucrania; y María Elena Núñez, de República Dominicana, y Juan Lozano, de México.  Todos con experiencias de vida y profesionales variadas y enriquecedoras.

Yours Truly (en el extremo derecho) con los Humphrey Fellows.

Durante ese año, los únicos días que me quedé encerrado en casa fueron aquellos contados en los que estaba muy cansado para salir.  Fue ese año en el que, como intern en el Cato Institute, hice la primera versión de elcato.org No había un día en el que no hubiera algo que hacer, como visitar algún museo de la Smithsonian Institution, asistir a algún espectáculo, o a conferencias por personajes como Benjamín Netanyahu, Steve Forbes, Bud Grace (el caricaturista de Ernie), Steve Case (de America Online), Lech Walesa, los últimos astronautas en pisar la Luna, el jefe de la agencia espacial rusa,  Vaclav Claus (a quien recientemente saludé en Guatemala) y un par de docenas más de ese nivel.

 


21
Feb 25

Lucy, maestra inolvidable

 

Lucy Martínez-Mont era legendaria cuando yo estudiaba en la universidad. Una vez escuché que en clase había regalado un krugerrand, y los krugerrands eran unas monedas celebérrimas, de una onza troy de oro fino, emitidas por Sudáfrica.

Thor Halvorssen, Armando Valladares, Lucy Martínez-Mont y Yours Truly durante un coloquio en Miami. No recuerdo quién tomó la foto.

¿Vas a creer que, en todo el tiempo que después tuve la dicha de trabajar junto a ella, nunca le pregunté si eso era cierto? Voy a justificar mi descuido por el hecho de que Lucy siempre tenía una conversación magnífica que había que aprovechar con todo.

Lucy era economista y era una economista de verdad, como los que describe Friedrich A. Hayek en El dilema de la especialización. Lucy sabía de historia y de otras ciencias sociales. No era sólo una mujer leída, sino que era una mujer culta y de mundo, que había crecido en un ambiente nutricio para la intelectualidad. Era tan educada que no era pedante por ello, aunque tenía un carácter fuerte, eso sí. ¿Quién, que la conociera, no recuerda a Lucy vivaz y elegante?

Sabía de mi debilidad por la buena comida y la cocina, así que, de cuando en cuando, hablábamos de las delicias de la mesa. Durante un almuerzo en su casa, una vez me mostró su libro de recetas favorito y pasamos un buen rato hojeándolo y comentando. Hablamos de comidas que ya no están de moda y que sería bonito que regresaran. Ahora mismo no recuerdo cuál era su posición con respecto a los áspics, pero hablamos de los áspics.

Para los no iniciados, los áspics son gelatinas saladas, y mis favoritos son uno que es como la bandera de Italia, con colores verde, blanco y rojo, y otro que mi abuela preparaba con camarones y carne de patitas de cerdo. ¡Ah, la próxima vez que prepare uno de esos será para honrar la memoria de Lucy!

Cuando Lucy dirigía el programa Exploraciones de la Libertad —de la Universidad Francisco Marroquín y el Liberty Fund— me invitó varias veces a participar en coloquios. Recuerdo bien uno sobre la obra de John Locke, otro titulado La educación universal, uno más sobre Empires of the Atlantic World, la obra de J. H. Elliot; otro titulado Max Weber: la libertad, el poder y el dominio; otro que llevaba por título La libertad y la autoridad en el pensamiento español; uno más sobre el pensamiento económico de los escolásticos tardíos; uno titulado Los valores de la libertad y otro más sobre libertad, igualdad y redistribución. También en uno sobre el Canal de Panamá, en el que fui observador, no participante. Cuento esto porque, gracias a Lucy, tuve la oportunidad de leer libros fascinantes y de conversar sobre ellos con personajes de gran talla en el mundo hispanohablante.

Lucy era columnista  y siempre me gustaba leer lo que publicaba. En una de mis favoritas, Lucy argumentó que, seguramente, Jesús no era pobre como lo pintan. Y, por supuesto que ofreció argumentos razonables. Por ejemplo, que los soldados se jugaron a los dados la túnica de Jesús, y que eso no hubiera tenido sentido si aquella prenda no hubiera sido de buena calidad. Lucy era creyente, pero era intelectualmente honesta. Cuando falleció su nieto, me partió el alma su tristeza; pero, ni aun en aquellos momentos sombríos, su presencia dejó de ser la de una gigante, a pesar de que era menuda.

Lucy Martínez-Mont tiene un lugar de honor como maestra y como persona. L’chaim, querida y recordada Lucy.

Columna publicada en República


21
Ene 25

Stand by Me, una novedad

 

Mucho antes de que yo supiera que Stand by Me (de Ben E. King) había sido un éxito en 1961, el año en que nací, esa canción ya era una de mis favoritas en todo el universo mundo; y por eso me emocionó la versión de María José.

Ah, me encantaron su voz y la musicalización y el uso que hace de los violines de la versión original. Yo no conocía a María José aunque ella fue miembro de Kabah, los de La calle de las sirenas Esta versión recién la conocí ayer; pero la original la oí en los años 80 por primera vez.

En 2015 la versión original de King fue calificada como cultural, histórica y estéticamente siginficativa por el National Recording Registry de la Biblioteca del Congreso en Washington D. C. y no me sorprende porque la música es tan soberbia, como la letra poderosa.

La primera estrofa dice:

When the night has comeAnd the land is darkAnd the moon is the only light we’ll seeNo, I won’t be afraidOh, I won’t be afraidJust as long as you standStand by me.

Dime si no son hermosas las dos versiones y la letra.


02
Ene 25

Adiós Leo Dan

¡Que difícil fue elegir mis canciones favoritas de Leo Dan!  Es que hay tantas que me traen recuerdos.

Leo Dan en 2014, foto por BrainEduardo, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons.

La más remota es Por un caminito.  Cuando yo era niño veía la serie de Lassie; y en una de tantas Lassie se perdió.  Y por algún motivo que ignoro yo relacionaba Por un caminito yo te fui a buscar…con la desaparición de aquella perra legandaria…y pues yo me ponía muy triste con aquella canción. Recientemente me gustó mucho la versión que cantó con el Grupo Cañaveral.

Allá por 1974 el gobierno impuso la idea de adelantar la hora supuestamente para ahorrar energia.  En estas latitudes la idea es una tontera, pero el punto es que me tocaba bañarme cuando el cielo todavía estaba oscuro y eso nos causaba gracia a los niños.  En ese tiempo yo metía la radio al baño y no había día en que no sonara alguna canción de Leo Dan mientras yo me bañaba.  Una de esas era Siempre estoy pensando en tí. Por cierto que a mi padre no le caía en gracia que metiera radios al baño porque se huedecían con el vapor ya que a mi me gusta bañarme con el agua como para pelar pollos. 

No creo que sea cierto; pero El amor y la felicidad también están en mi lista de favoritas y era infaltable en aquellos baños madrugadores.

En la lista no puede faltar Tu llegaste…

…y tampoco puede estar ausente Cuando un amor se va que cantó con Natalia Jiménez. 

¿Cómo podría dejar afuera Como te extraño mi amor?

Ojos azules, con Amanda Miguel tampoco puede quedar fuera de la lista.

Aaaaaaah, no se va a quedar fuera Fanny, con Kinky. 

Y como soy de mariachis me encanta Con nadie me compares, con Alicia Villareal.

El gran Leo Dan, omnipresente en mi infancia, mi adolescencia y hasta ahora, falleció el 1 de enero del 2024.  Adiós, Leo Dan.


26
Dic 24

Adiós a Dulce

 

Dulce tenía una voz inconfundible y conocí sus canciones en los años 80.  Era una de las cantantes que ansiaba escuchar en la radio, especialmente cuando mis padres me prestaban el carro.

Foto por Maritza Ríos,Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, CC BY 2.0 via Wikimedia Commons.

La de Dulce era bién música de desamor; pero eso no importaba.  La cosa era cantar sus canciones como se cantan las rancheras, o las country. Cantar por cantar con sentimiento.

Vaya uno a saber por qué tengo canciones que me gusta escuchar en el carro, más que en otros contextos.Tengo varias de esas: Careless Whisper, de Wham; Feel, de Robbie Williams; Lemmon Tree, de Fools Garden; y Qué pasará mañana, de José Luis Perales, por ejemplo.

¿Cuáles son mis canciones favoritas de Dulce?

De seguir así

Cara a cara

Echame la culpa a mi

Dulce era genial para transmitir emociones con su voz, su talento y su carácter.

Adiós, Dulce.