03
Feb 07

Los wikiobispos

1. Bajo el lema ¡Vence tú el mal a fuerza de bien!, los obispos chapines se reunieron en asamblea plenaria y se pronunciaron sobre el agrarismo, la energía eléctrica, la ecología, las deportaciones masivas, la educación, el conflicto en los hospitales, el crimen organizado, el narcotráfico, la violencia, la campaña electoral y la crisis bancaria. ¡Sus Ilustrísimas ya parecen la Wikipedia; porque uno encuentra de todo en sus pronunciamientos!

De aquel último tema, los prelados dicen: “Los obispos queremos unir nuestra voz a la de tantos clientes bancarios perjudicados que claman justicia y piden el esclarecimiento de los hechos. También urgimos a las autoridades financieras y bancarias del país para que actúen con la mayor responsabilidad y transparencia para restituir la confianza en el sistema bancario, confianza de la que se beneficia toda la sociedad y es esencial para el desarrollo de la actividad económica”.

Esto me llamó la atención especialmente, no sólo porque tienen razón, sino porque después de la experiencia del Banco Ambrosiano, estoy seguro de que los mitrados sí han de saber de banca y de finanzas.

En 1982, en Italia, quebró el Banco Ambrosiano; y el principal accionista de aquella organización bancaria era el banco del Vaticano, llamado oficialmente L’Istituto per le Opere di Religione, dirigido por el obispo Paul Marcinkus.

El presidente del banco de los sacerdotes, como era conocido el Banco Ambrosiano, era Roberto Calvi, miembro de una logia ilegal llamada Propaganda Dos, conocida como P2. El obispo Marcinkus, por su parte, había sido director de la offshore del Ambrosiano, ubicada en las Bahamas.

El objetivo original del Banco Ambrosiano era financiar “organizaciones morales, trabajos piadosos, y cuerpos religiosos instalados para las ayudas caritativas”; pero Calvi amplió los horizontes y el banco de los sacerdotes ayudó a crear muchas empresas en Bahamas y en América del Sur, además de verse involucrado en algunas aventuras políticas. Sandinistas, Contras y el sindicato polaco Solidaridad, se contaban entre los beneficiados por la organización bancaria.

Las operaciones irregulares del Banco Ambrosiano llamaron la atención del Banco de Italia; pero cuando aquel estaba siendo investigado, el magistrado que dirigía la pesquisa, Emilio Alessandrini, fue asesinado por un grupo terrorista de izquierda.

Para hacer la historia corta el Ambrosiano se metió en problemas, Calvi huyó de Italia con un pasaporte falso, su secretaria se suicidó dejando una nota comprometedora, el cuerpo de Calvi fue encontrado colgando del puente Blackfrairs (Frailes negros) en Londres, los intereses de la operación offshore fueron suspendidos, el banco colapsó y el Vaticano tuvo que pagar millones de dólares sin aceptar responsabilidad alguna.

El obispo Paul Marcinkus, presidente del banco del Vaticano, murió en 2006 sin haber aclarado su nivel de responsabilidad en el mayor colapso bancario de Italia. Aunque las autoridades italianas trataron de capturar y procesar a Marcinkus por su posible vinculación a varios delitos financieros, el Vaticano lo protegió con el manto de la inmunidad diplomática y Su Excelencia acabó sus días tranquilamente en Arizona.

El escándalo de aquella quiebra dio tanto que hablar que es uno de los ejes principales de la trama de El Padrino III, película que si no ha visto, vale la pena ver.

Finalmente, gracias a la Wikipedia por los detalles para esta columna; porque yo me acordaba del clavo, pero no de sus intersticios. ¿Cuál es la moraleja? Que en todas partes se cuecen habas.

2. Ayer se celebró el natalicio de mi filósofa favorita, y novelista, Ayn Rand. Ella es autora de El Manantial y de La Rebelión de Atlas, que se venden en Sophos. Esta es una oportunidad para ver el documental Ayn Rand, a sense of life, que se encuentra en Take One, la tienda de vídeos de la Plaza Futeca, en la zona 14.

Publicado en Prensa Libre el sábado 3 de febrero de 2007.


20
Ene 07

Lo que no se ve

Los que se robaron el dinero del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, ¿eran funcionarios? Los diputados que se fueron a París, ¿son funcionarios? Los que saquearon el Crédito Hipotecario Nacional, ¿fueron funcionarios?

El gobierno hace mal cuando le hace creer a la gente que sus funcionarios les garantizan la seguridad y la certeza que la gente misma es supuestamente incapaz de buscar para sí y sus bienes. La pobre gente “descansa” en el IGSS y cree que este le va a garantizar una vejez digna, del mismo modo en que se engaña creyendo que la Superintendencia de Bancos va a sustituir su responsabilidad individual y va a velar por sus ahorros.

En el contexto de los problemas de algunos bancos guatemaltecos, los villanos han resultado ser los bancos fuera de plaza y los banqueros que los promueven. Por supuesto que cabe probar, en los tribunales de justicia, si algún banquero ha cometido fraude en el manejo de su negocio. Sin embargo, como se necesitan dos para bailar un tango, el depositante también es responsable de la elección que hace cuando le entrega su dinero a una organización bancaria, o a otra; a menos que el gobierno le quite esa responsabilidad

Los bancos offshore existen por razones que le convienen al depositante; y cuando alguien decide colocar su dinero en un banco que se asienta en el extranjero y someterlo a las regulaciones de otros países, lo hace porque quiere beneficiarse de las ventajas que eso ofrece.

Los primeros offshore de bancos chapines surgieron porque el gobierno les prohibía a las personas conservar sus dólares y depositarlos en bancos de aquí. Antes de la Ley de Desconcentración de Divisas, la gente era obligada a cambiar sus dólares valiosos por quetzales que se devaluaban y a depositarlos en bancos locales. Pues bien, los offshore les ofrecieron a los tenedores de dólares la posibilidad legítima de conservar el valor de su dinero. Por eso es que mucha gente tiene su plata en bancos de los EUA, en las Bahamas, o en otras plazas.

Muchos depositan sus dólares afuera, en busca de mejores rendimientos. Si un banco local ofrece un interés de 2% y un banco en el exterior ofrece 4%, u 8%, pues hay gente que se ve atraída por ello y deposita su dinero en la organización offshore. No hay nada mal en eso; pero el ahorrante debe saber, y es raro que no lo sepa después de Autocasa y otras malas experiencias, que las tasas muy altas son indicación de riesgos muy altos.

En cuanto a ganancias, ¿a quién no le gusta recibir rendimientos altos? Pero los rendimientos que verdaderamente cuentan son aquellos que quedan después de pagar impuestos; de modo que uno de los incentivos para depositar en bancos fuera de plaza es el de pagar menos tributos. Como el impuesto a los rendimientos del capital en Guatemala es de carácter nacional, el ahorrante tiene incentivos fuertes para guardar el fruto de su trabajo en donde los impuestos le afecten menos. Mucha gente deposita en bancos offshore para pagar menos impuestos y obtener mejores rendimientos.

Y hablando de rendimientos e incentivos, los altos costos de operar en Guatemala, para los banqueros, también les motivan para establecer operaciones fuera de plaza. ¿Por qué no? Si usted tuviera una tienda, ¿la pondría en el lugar que le ofreciera más ganancias?

Lo que no se ve, es que el gobierno y sus regulaciones están en la raíz del problema. El estado niñera le quita la responsabilidad a la gente, y la gente deposita en bancos fuera de plaza porque busca mejores rendimientos, porque quiere pagar menos impuestos, y porque quiere proteger el valor de su dinero; y todo eso tiene un precio en términos de riesgo.

El dinero local pierde valor porque el emisor monopólico, o sea el gobierno, es incapaz de garantizar dicho valor. Los impuestos altos y los costos elevados de operación, también los impone el gobierno. Y, encima de todo el gobierno asegura que se privaticen las ganancias mientras que se socializan las pérdidas de las operaciones bancarias. Entonces, ¿qué nos extraña?

Publicada en Prensa Libre el 20 de enero de 2007.


19
Ene 07

Cada vez menos valor

El de la izquierda es un centavo de 1954; el del centro es uno de 1984; y el de la derecha es de 1999.

La historia de la ficha de a centavo es una historia de pérdida total de valor. Perdió tanto valor que en varios momentos de su vida el metal del que estaba hecha la moneda resultaba ser más valioso que el signo monetario que representaba.

Por eso es que el tamaño se redujo y por eso es que se cambió la aleación de la cual estaba hecho.

¿Sabe que? Lo mismo ha pasado con la moneda de 1Q. Ahora resulta que si usted vende los quetzales como si fueran chatarra, obtiene más valor que si los usa como moneda. ¡El quetzal es poco menos que calderilla!

Próximamente, aquellas fichas serán sustituidas por billetes “plásticos”; debido a que con el polímero del que están hechos no se corre el riesgo de que salga más caro el caldo que la gallina.

¿Notó usted que hace poco salieron anuncios del Banco de Guatemala (el emisor monopolista de dinero en Guatemala) solicitando la entrega de las fichas de 1Q? Eso es parte del proceso de retiro del metal que será sustido por coquetos (pero “valueless”) quetzales de plástico.


30
Dic 06

12 uvas

1. Estos son mis 12 deseos para Guatemala y los guatemaltecos en este Año Nuevo. ¿Qué tal si nos atreviéramos a romper paradigmas y nos decidiéramos no sólo tener un año mejor, sino un siglo mejor?

Primera uva: Acabemos con el Impuesto Sobre la Renta. Los guatemaltecos necesitamos más y mejores empleos, y más oportunidades para salir de la pobreza. La existencia de un impuesto a los rendimientos del capital es uno de los obstáculos para que haya más y mejores inversiones.

Segunda uva: Dejemos de preocuparnos por a quién darle nuestro voto en los próximos comicios. Enfoquémonos en cambiar el sistema porque si no lo hacemos cambiar, no importa quién llegue, su gestión será un fracaso más. Por favor, lea la propuesta de www.proreforma.org.gt

Tercera uva: Digámosle No a los privilegios. Optemos -de una vez por todas- por la igualdad de todos ante la ley sin distinción de posición económica, etnia, sexo, religión o lo que sea.

Cuarta uva: Abandonemos la arbitrariedad. Impidamos el aprovechamiento de la majestad de la ley por parte de grupos de interés para su propio beneficio. Decidámonos por apoyar la fundación de un estado de derecho, en vez de continuar con uno en el que los intereses de unos prevalecen sobre los derechos de todos.

Quinta uva: Aprendamos de José Batre s Montúfar: “¡Mientras más leyes hay, más contrabando!”. Cerremos de una vez las aduanas. Que se reconozca la libertad de las personas para intercambiar con cualquiera sin tener que sufrir coerción y sin tener que hacer pagos innecesarios.

Sexta uva: Para obtener su parte del presupuesto del Estado, grupos de ecohistéricos, de etnicistas, de proteccionistas, de sexistas y muchos otros, distraen nuestra atención con gritos de “¡Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo!” ¿Qué tal si les decimos ¡hasta aquí!, y nos negamos a financiar sus aficiones y sus intereses?

Séptima uva: Dejemos de vivir en el pasado. Que Alvaro Arzú, Oscar Berger, los exguerrilleros, los burócratas y las ONG que viven de ellos se peleen por celebrar los acuerdos de pacificación. Los demás veamos al futuro, celebremos que ya no hay más guerra para defendernos del marxismo-leninismo y demandemos un gobierno que proteja nuestra vida, nuestra libertad y nuestra propiedad.

Octava uva: Sepultemos al pragmatismo, al posmodernismo y al relativismo. Probemos qué se siente vivir conforme a principios. Si decimos que defendemos la libertad, por ejemplo, defendámosla para todos y siempre, aunque nos perjudique personalmente en algún caso específico.

Novena uva: Pongamos en su lugar a los entrometidos organismos internacionales y a las embajadas de otros países Ni Cicig, ni guerra contra las drogas, ni contratos millonarios, ni leyes racistas, ni médicos activistas deberían ser aplaudidos. Comportémonos con dignidad para que “los amigos” dejen de tratarnos como si fuéramos subciudadanos de sus colonias.

Décima uva: ¿Qué tal si pudiéramos salir a caminar sin temor a que nos quitaran el celular, la billetera, el reloj…o hasta la vida? ¿Qué tal si hubiera seguridad para que recuperemos la confianza en Guatemala?

Undécima uva: Pasemos más tiempo con la familia y los amigos. Leamos más libros y veamos menos televisión. Tomemos mejor café y comamos mejor chocolate. Conozcamos Guatemala; y si no los ha probado, pruebe los refrescos de chan y de tiste.

Duodécima uva: Compartamos algo con alguien que no tiene; y como dicen por ahí: “trabajemos como si no necesitáramos el dinero, amemos como si nunca nos hubieran lastimado y bailemos como si no nos estuvieran viendo”.

En esta noche de Año Nuevo, mientras come sus 12 uvas, por favor piense en ¿qué tal si en vez de hacer siempre lo mismo, optáramos por tener un país mejor?

2. Mojito de año nuevo: Entra el médico y le dice a Raúl Castro: “Comandante, Fidel ha muerto”. Y Raúl le contesta: “¡Coño!, y ahora, ¿cómo se lo vamos a decir?”.

Publicada en Prensa Libre el sábado 30 de diciembre de 2006.


28
Dic 06

El quetzal y sus cosas

Pronto habrá billetes de Q200 y Q500, según leí hoy. La necesidad de billetes de altas denominaciones es una confirmación inconfundible de que el quetzal , la unidad monetaria de Guatemala, sigue perdiendo valor o poder adquisitivo.

Cuando usted necesita más y más quetzales para comprar lo mismo, lo que está ocurriendo es que dicha unidad monetaria pierde valor frente a lo que usted quiere adquirir con ella.

Por eso es que los billetes de denominaciones bajas, como los de Q1, o Q0.50 fueron sido sustituidos por fichas. Llegó el punto en que el papel en que eran impresos los billetes era más valioso que el signo valor monetario que representaban y por eso se hizo necesario que duraran más, para que su valor de reposición no fuera tan oneroso para el emisor monopólico que es el Banco de Guatemala.

La foto, por cierto, fue publicada para ilustrar un artículo mío sobre salarios que publiqué el 26 de agosto de 1990 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno.


14
Oct 06

Hermano lejano

En San Salvador me causó gracia, y algo de ternura, un monumento que allá llaman Al hermano lejano; y en Nuestro Salvador, en Nueva York, el presidente Oscar Berger fue a recibir palo de parte de los chapines lejanos.

“Es lamentable ver a los adolescentes arriesgando su vida porque en Guatemala no encontraron apoyo”, dijo una migrante. “Nos damos cuenta de que la mayoría de promesas que con entusiasmo nos hiciera han quedado insatisfechas”, expresó otra.

Por su parte, Berger les dijo a los migrantes que “ustedes son héroes, no sólo por los $ 3 mil millones de divisas que le dan al país al año, sino por el ejemplo de lucha”; a lo que un migrante le respondió que “los héroes, como usted nos nombra, necesitamos un pronunciamiento más fuerte”. Los migrantes no quieren que Berger respalde la propuesta de “trabajos temporales”, del presidente George Bush.

Berger es tan bueno que, como aquel personaje de Quevedo, salió de la Gran Manzana acompañado por doscientos cardenales.

La paliza, claro, no fue del todo inmerecida. En el mundo, unas 200 millones de personas, o sea el 3% de la población del Globo ha salido de sus países y envían a ellos unos $ 250 mil millones en remesas, según estimaciones del banco mundial. “Las remesas son la más grande fuente de financiamiento externo para los países en desarrollo”, dijo Dilip Ratha, del World Bank, citado por un artículo publicado en Investor´s Business Daily, publicado el 15 de septiembre pasado.

Pero aquí viene lo bueno. El artículo citado cuenta que Kofi Annan acaba de decir que “los gobiernos están empezando a ver a la migración internacional a través del prisma de la oportunidad, en vez de hacerlo a través del prisma del miedo”, en el supuesto de que la emigración beneficia a los países desarrollados.

La tesis del artículo es que si bien es cierto que algunos gobiernos se benefician de la migración, estos no son los que Annan supone. ¡Los que se benefician de la migración son los gobiernos miserables del Tercer Mundo!

En países como Guatemala, la migración sustituye a las oportunidades económicas; y los gobiernos malos disfrutan de las remesas como una recompensa para su mala administración. Las remesas engrosan las reservas internacionales y tienen efectos parecidos a los ingresos por exportaciones y por turismo: le permiten al gobierno seguir gastando dinero.

Por eso, dice el artículo, es que en México las remesas han alcanzado cifras record, algunas veces excediendo los montos de la inversión extranjera y drenando a los talentos del los países que generan migrantes.

“Tanto en México como en las Filipinas [y ahora en Guatemala] los gobiernos califican de héroes a sus trabajadores en el exterior”, dice el artículo, y anota que el presidente de Ghana le agradeció a sus trabajadores migrantes por las remesas que envían. 21% de los filipinos, que generarán cerca de $12 mil millones en remesas en 2006, consideran que su gobierno es “totalmente sin esperanzas”; ¿Qué pensarán los emigrados chapines que producen $3 mil millones?

Zimbabwe tiene 80% de desempleo, 1,200% de inflación y 90% de sus graduados universitarios viven en el exterior. Las remesas son lo único que mantiene a flote el odioso régimen marxista de Robert Mugabe. La mitad de la población depende de las remesas y algunos Zimbabweses le han dicho, a la prensa local, que sin las remesas ellos se morirían.

Según información de Reuters, la ONU parece creer que Occidente tiene el deber de procurarle un empleo a cada ciudadano de aquellos países cuyos gobiernos han colapsado y que se rehúsan a facilitar el desarrollo y la creación de riqueza para sus habitantes. “Esto es, esencialmente, una transferencia de riqueza de parte de Occidente hacia países fracasados a los que les importa poco el desarrollo económico y los derechos individuales”, dice el análisis de Investor´s.

¿Quién se beneficia netamente de la migración? Gobiernos miserables como los de México, Filipinas, Ghana, Zimbabwe, Ecuador, El Salvador y Guatemala.


14
Oct 06

Otra Guatemala

Para la perpetuación de la miseria en Guatemala, el legado de la Revolución del 44 sigue siendo la plataforma de la izquierda y de los populistas chapines.

Aquel proceso está asociado a calamidades como la reforma agraria (una cruzada contra el derecho a la propiedad), el Código de Trabajo (y a la muerte del derecho de trabajo), la educación pública (y la negación del derecho de los padres a elegir la educación para sus hijos), y la seguridad social (o sea al monopolio y el empobrecimiento de las clases pasivas).

Una tarea permanente de las izquierdas, y de los populistas, ha sido la recuperación de aquella plataforma nefasta. De ahí la guerra, con sus asesinatos, secuestros y extorsiones, llevada a cabo por las guerrillas marxistas leninistas durante 36 años. La firma de los Acuerdos de Paz pretendió detener aquella historia de terror; pero como los acuerdos eran ilegítimos y las izquierdas no alcanzan sus objetivos de poder, la paz sigue postergada.

La criminalidad, la impunidad, los abusos, el racismo y la pobreza de millones de personas siguen caracterizando la polarizada realidad nacional. El Estado, colapsado y totalmente carente de autoridad moral, ha sido engordado por redes de corrupción y de grupos de interés. Las formas de opresión clasistas y etnicistas se han convertido en relaciones de muerte.

Las elites dominantes y sus socios, los exguerrilleros, persisten en usurpar el Estado para preservar sus privilegios. No están dispuestos a perder el control del gobierno y vuelven a abusar de su poder con el continuismo de políticas que concentran la inversión pública para sus proyectos, abusan de la ingenuidad de los tributarios, saquean los recursos naturales y violan los derechos individuales y la igualdad de todos ante la ley.

La soberanía agoniza frente a procónsules europeos, norteamericanos, sudamericanos y de organizaciones internacionales que favorecen sus intereses y los de su clientela local.

Un régimen que basa su funcionalidad en la impunidad y en la ignorancia pretende sellar en piedra un modelo socialista que profundiza los mismos problemas estructurales. La juventud, la población migrante y la mayoría de familias sienten como nunca el impacto de aquel sistema que cierra los caminos para vivir en paz. Hoy se desbordan el crimen organizado y la inseguridad ciudadana. El Estado es cebado por alianzas mafiosas que ejercen control sobre áreas extensas del territorio nacional.

Guatemala necesita un cambio de dirección. Nuestra nación reclama con urgencia una reforma profunda del Estado con la participación cívica de todos los individuos que respetan la vida y la libertad. Guatemala exige acción de parte suya, lector, para detener aquel sistema perverso de poder.

Es el momento de convocar a una alianza que se base en una propuesta coherente, en la que quepan todos menos aquellos que hayan sido parte de actos terroristas y violatorios de los derechos individuales, o violatorios de la igualdad de todos ante la ley; así como de hechos de corrupción pública y privada, del crimen organizado, del narcotráfico y de la guerrilla.

Es el momento de llamar a todas las personas, sin distingo de clase, etnia, género, religión, edad, ocupación, o preferencia deportiva, para formar un frente cívico social para la reforma del Estado. Uno que no se deje engañar por los cantos de sirena de los multiplicadores de privilegios y de los generadores de enfrentamientos.

En el mes de la patria y de mi cumpleaños, esta columna está dedicada a los guatemaltecos buenos; en especial a los que, de buena fe, firmaron el campo pagado titulado Otra Guatemala es posible, suscrito el 10 de septiembre pasado. ¡Animo!


14
Oct 06

Ubicatex

“Los que estamos desubicados somos nosotros; porque, ¿de dónde sacamos que estamos en Occidente?”, me dijo un cuate cuando comentábamos el “código penal de Acatán”, las penas infamantes y los linchamientos que se aplican entre los indígenas guatemaltecos.

Después de mi dosis de Ubicatex forte pensé que de repente y sí. Que de repente y hay una parte de Guatemala que está más cerca de los talibanes, de Pol Pot y de Evo Morales, que de Occidente.

Pero, ¿qué es Occidente? Hace miles de años algunas especies de primates superaron el salvajismo y la barbarie y descubrieron la división del trabajo y la cooperación social. Unos grupos atravesaron las edades de bronce y de hierro para desarrollar culturas y organizaciones sociales complejas; y de ellos, sólo unos pocos cruzaron los umbrales de la revolución científica e industrial de los siglos XVII y XVIII.

A lo largo de ese recorrido, la experiencia humana en Occidente se enriqueció enormemente con aportaciones importantes. En Grecia fue desmitificada la naturaleza y fue democratizada la vida de los hombres en sociedad. En el Renacimiento fue rescatada, la humanidad, de aquella hibernación que había sido la Edad Media.

El espíritu de Prometeo, caracterizado por el dominio acumulativo y progresivo del entorno físico y social, por medio de la tecnología y de la ciencia se hizo manifiesto. Reconociendo, claro, que aquellas tecnología y ciencia son simples medios al servicio de fines más altos y más importantes. Fines relacionados con la búsqueda de la felicidad y con los ideales de justicia, de libertad y de solidaridad basados en el respeto a la persona humana y a su dignidad.

“Esta aventura del hombre occidental no puede dejar de suscitar admiración. Indudablemente el esfuerzo de la humanidad por escapar a la animalidad primitiva, de dominar a la naturaleza y de civilizarse, proporciona una visión inspiradora”, dice Louis Rouggier en El genio de Occidente, obra de la cual extraje el resumen de arriba y que concluye en que dondequiera que prevalezcan los derechos del hombre y los procedimientos que los garantizan, dondequiera que se respeten las reglas de la investigación científica , y dondequiera que se respeten las libertades de pensamiento y de expresión, allí está Occidente.

Y advierte, eso sí, que lo que Occidente llama progreso podría parecerles a algunos hombres un desasosiego carente de significado. Y que aunque no tenemos derecho a imponer nuestros valores y nuestros modelos de conducta; todos tenemos la obligación de mantener las condiciones necesarias para la coexistencia pacífica.

Cuando era adolescente me impresionaba una foto que vi. Era una mujer rapada que, con su niño en brazos, huía de una multitud que la acosaba. Era una foto de la barbarie durante la II Guerra Mundial. Ahora imagino mujeres rapadas y hombres azotados e hincados en maíces; y me pregunto: ¿estamos volviendo a la barbarie? ¿Estamos en Occidente?

Veo el “código penal de Acatenango” y leo que la violación por la noche está penada, pero que no se dice nada de la violación de día. Veo que el divorcio está prohibido. Veo que no está permitido jugar básquetbol, pero que no se dice nada del fútbol. Veo arbitrariedad por todas partes. Veo que Occidente está más lejos de lo que yo creía. Al paso que vamos los guatemaltecos no sólo vamos a tener que elegir entre las nimiedades de todos los días. Tarde, o temprano nos enfrentaremos al dilema de elegir entre Occidente y otra cosa. Y ¿sabe quienes van a ser los culpables? Vamos a ser usted y yo que vimos como es que ocurría el desmadre e hicimos poco, o nada, para evitarlo. El estado de Guatemala, que ha colapsado, necesita una reforma de fondo; porque no es con cambios de personas que evitaremos el descalabro de la sociedad guatemalteca. Como dice mi cuate: ¡Ubicate!, no necesitamos cambiar de piloto; lo que necesitamos es cambiar el pichirilo.