28
Ago 14

“La farsa del genocidio en Guatemala”

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La farsa del genocidio en Guatemala es el libro de Oscar Platero que pone en evidencia las maquinaciones que la exguerrilla marxixta-leninista y la iglesia católica pusieron y tienen en marcha para imponer el criterio de que en este país hubo un genocidio.

No hay duda alguna de que durante los 36 años que la guerrilla intentó hacerse con el poder por la fuerza, los guatemaltecos -como ocurrió también con los argentinos, chilenos, colombianos, nicaraguenses, peruanos y salvadoreños- se vieron arrastrados a una vorágine de violencia cruel y espantosa.  No hay duda de que en aquel ambiente hubieran sido cometidas atrocidades e incluso crímenes de lesa humanidad.  Pero lo que no hubo fue genocidio.  No lo hubo porque nunca existieron intención o propósito de destruir total o parcialmente a grupo nacional, étnico, o religioso alguno, como tal, (o sea por el atributo de nacionalidad, etnicidad, o religión).

Aquello ya se sabe y por eso es que la novedad que nos ofrece este estudio reside en otra parte.  La novedad es que expone a las ideas y los actores que hay detrás de la farsa del genocidio.  Expone la relación entre la guerilla y la iglesia católica por medio de la teología de la liberación.  Pone en evidencia el rol de personajes como Rigoberta Menchú, Ricardo Falla, Luis Gurrirán, Frank La Rue, y otros.   Expone el papel de las izquierdas a nivel internacional, así como el de las organizaciones no gubernamentales.

El libro de Platero es un documento que reune evidencias y perspectivas.  Uno que el historiador, el periodista, el comunicador, el maestro, el juez,  el cura, el soldado, el estudioso y el curioso no deberían dejar de consultar.


21
May 14

“El ocaso de las dictaduras”

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El ocaso de las dictaduras es el título del libro que acaba de publicar el general y abogado José Domingo García; y en él relata sus vivencias -de cerca y desde adentro- con respecto a los golpes de estado de finales del siglo XX, el enfrentamiento armado con la guerrilla marxista-leninista, y el proceso de apaciguamiento en Guatemala.  Tiene, además, fascinantes raíces históricas en el atentado de los cadetes contra el presidente Manuel Estrada Cabrera.

El general García fue ministro de la Defensa Nacional durante el gobierno de Jorge Serrano y durante el serranazo; combatió a la guerrilla; y participó en la comisión de los países del Grupo Contadora.

El libro es rico en testimonios y vivencias; en perspectivas y en fotografías -algunas muy conmovedoras-.  No he leído La guayaba tiene dueño, de Serrano; pero sí he leído Imponiendo la democracia o Dictating Democracy por Rachel M. McCleary; y como director de la Oficina de Información del Sector Empresarial en 1993, viví muy de cerca el serranazo tal y como lo cuento en Mis recuerdos del serranazo.  El libro del general García ayuda a tener una mejor visión tridimensional de los hechos históricos que aborda.

En la página 287 de esta obra, García tuvo a bien citar un artículo mío que dice: Durante 36 años, grupos armados marxistas-leninistas y maoístas castigaron a los guatemaltecos con un enfrentamiento armado plagado de terrorismo, que costó miles de muertos.  Uno de los actos terroristas más inescrupulosos protagonizados por aquellas personas fue el de septiembre de 1980. Había partes humanas esparcidas por todos lados, los hermosos vitrales del Palacio Nacional fueron severamente dañados.  ¡Dos bombas fueron plantadas en el Parque Central!  El propósito de aquella gente era el de establecer “la dictadura del proletariado”.  El comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es espantoso y sus muertos se cuentan por millones, 61 en la URSS, 76 en China…el comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es violencia…Ninguna ideología ha producido tantos tiranos de sangre fría y tantas dictaduras totalitarias como el socialismo real.

Para los interesados en conocer y entender la historia reciente de Guatemala, El ocaso de las dictaduras es una fuente rica, informada y que abre nuevas ventanas.  El libro es una edición de Artemis Edinter.


24
Abr 14

Catolicismo pierde terreno en Guatemala

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El catolicismo ya no es la religión mayoritaria en Guatemala. Ahora son sólo el 47% y el porcentaje ha decaído sostenidamente a pesar de las procesiones y de tres visitas papales.

En 1996 el 54% de los guatemaltecos decía profesar la religión católica, frente a un 25% de evangélicos. Pero en 2013 el cálculo para los primeros se situó en 47%, solo 7% más que el 40% que dijo profesar el protestantismo.  Así lo informó Prensa Libre.

Entre 1996 y 2013, el porcentaje de chapines que admite que no profesa religión alguna ha llegado a 13% en 2000 y 2007;  pero en 2013 se situó en 9% . Es fascinante saber que esto ocurre.

Por las declaraciones del Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, que le atribuye al liberalismo del siglo XIX y principios del XX el orígen del declive católico, ¿será válildo suponer que los dirigentes de aquella organización hubieran preferido que el monopolio protegido por el estado no les hubiera sido retirado?  La competencia dañó sus intereses.  En los años 80 también hubo un repunte del protestantismo porque en aquellos años muchos curas, catecistas y monjas católicas estaban involucrados con la guerrilla e incentivaban la gente a involucrarse también. Las iglesias evangélicas, en cambio, no participaban directamente en el conflicto, ni involucraban a sus seguidores en la lucha de los marxistas-leninistas.

Ejemplos de esto son las actividades de muchos jesuitas, maryknoll y otros; así como testimonios como el de Escaping the Fire que es un relato de cómo es que cientos de ixiles salvaron sus vidas durante el enfrentamiento armado que les llevó el Ejército Guerrillero de los Pobres, muchas veces de la mano de militantes católicos.

En el reportaje que anima estas meditaciones se menciona de paso lo poco efectiva que es la iglesia católica en cuanto a construir sentimientos de comunidad entre sus adeptos; y no se menciona con justicia lo efectivos que son los evangélicos en ese sentido.

¿Sabes qué hace falta en los análisis de los consultados para el reportaje? En ningún lado se hace mención de los abusos contra niños cometidos por funcionarios de la iglesia católica. ¿Habrá gente que les de la espalda por esa razón?

Veo varias causas principales para la pérdida de terreno de la iglesia católica en Guatemala: La ruptura del monopolio que tenían, el involucramiento de sus dirigentes y sus militantes con la guerrilla marxista-leninista; y no sólo los abusos contra niños sino los actos de ocultamiento de los mismos. Veo que mientras que el catolicismo hace encomios de la pobreza, los evangélicos suponen que si dios es el rey y ellos son hijos de dios, no tienen por qué avergonzarse de ser querer vivir como príncipes.

Puede que mi perspectiva no sea políticamente correcta; pero creo que aclara y amplía el análisis.

Actualización: El lector, Javier, me llamó la atención sobre un detalle: aunque es evidente que el catolicismo está disminuyendo en sus números; sigue siendo mayoritaria.  Esto es cierto porque  lo que llamamos iglesia evangélica, en realidad es iglesias evangélicas.  La iglesia evangélica no es una y piramidal, como la católica.  Se puede decir, eso sí, que el protestantismo ha desplazado al catolicismo.

La ilustración es de Prensa Libre.


21
Abr 14

Este año también hubo alfombra

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¿Por qué es que practico algunas tradiciones -aunque no esté de acuerdo con la filosofía de muchas de ellas-? Es que me gusta el encuentro entre generaciones; el establecimiento y fortalecimiento de vínculos culturales, históricos, familiares, y amistosos.  Las tradiciones nos presentan la oportunidad de enriquecernos cultural y afectivamente.  Nos sirven para  aprender acerca de costumbres y prácticas que no sólo son inmemoriales (en muchos casos), sino que se han adaptado, o han permanecido prácticamente inmutables.

Los lectores descuidados creen que porque uno es individualista debería rechazar las prácticas culturales colectivas.  Empero, no hay nada en el individualismo metodológico que apunte en esa dirección; y ciertamente no hay nada en el individualismo -como principio según el cual los hombres poseen  derechos inalienables que no les pueden ser arrebatados por ningún otro hombre, ni tampoco por cualquier número, grupo o conjunto de hombres- que apunte hacia aquella creencia.

Las tradiciones colectivas son parte de la evolución social y la enriquecen.  Son parte del largo proceso de prueba y error por medio de cual crece y prospera una sociedad.  No sólo de forma, sino también de fondo.  Las tradiciones dan un sentido de pertenencia: a este grupo de amigos, a estas familias, o a esta tribu.

Dicho lo anterior, de verdad les agradezco a mi bisabuela, a mis abuelas, a mis padres, a mis amigos y a todos los que no sólo me enseñaron a disfrutar de las tradiciones y de la alegría de celebrarlas en compañía de quienes uno ama; sino que me permiten ser parte de ellas.  ¡Mi vida es muchos más rica gracias a las experiencias, y a quienes me acompañan en el camino de vivirlas!

Este año, como en 2013,  hicimos con unos amigos en la Quinta avenida y Primera calle de la zona 1. Las alfombras son componentes propios e indispensables de las procesiones chapinas. En su libro, Alfombras de aserrín,  Amelia Lau Carling cuenta que La semana antes del domingo de Pascua…los vecinos crean alfombras de aserrín teñido, de flores y de frutas sobre el camino de muchas procesiones.  Año tras año las hacen con nuevos diseños.  Año tras año las procesiones marchan sobre ellas, destruyendo sus dibujos al pasar.  De niña en Guatemala, mi hogar era el de una familia china que se aferraba a sus costumbres.   Pero la semana santa era una temporada como ninguna otra hasta para una familia china tan tradicional como la nuestra.  Con los vecinos nos juntábamos en las aceras para admirar las alfombras antes de que los cortejos caminaran sobre ellas.  Viendo las procesiones, yo sentía que la historia que narraban ocurría ahí mismo.  Y la belleza de los breves tapices creados con tanto primor se ha quedado grabada en mi corazón.

Elegí este relato porque Amelia expresa muy bien mis propios sentimientos frente a las alfombras; porque la familia de Amelia vivía en la Quinta Avenida de la zona 1, a unas cuadras donde vivía mi tatarabuela, Gilberta y su familia, sobre la misma avenida en la que hicimos la alfombra del viernes; y porque este año –por segunda vez en mi vida– estuve algo involucrado en la elaboración de una alfombra de aquellas.

Al describir el proceso, Amelia cuenta que Primero puso una capa de aserrín natural y la regó con agua.  En seguida sus ayudantes dibujaron sobre ella las figuras de aserrín coloreado.  Se encaramaban sobre  tablas para alcanzar los lugares que debían adornar sin estropear lo que ya habían hecho.  Con un colador y unos esténciles de cartón, pasaban finas lloviznas de colores.  Cuidadosamente medían los diseños, siguiendo las instrucciones…luego otro ayudante pasaba por toda la alfombra con una regadera muy fina de agua, “pish, pish”, para que el aserrín quedara bien plano.  Ay, que linda era.  ¡Parecía una alfombra de verdad!

Luego de elaborar la alfombra, y luego de que pasara la  procesión de La Recolección, doña Yoli nos invitó a almorzar los tradicionales bacalao a la vizcaína y torrejas.  ¡Que le salen deliciosos!  Una buena recompensa por unas 6 horas de trabajo…que no cuentan como trabajo porque es un agradable encuentro entre viejos y nuevos amigos, acompañado por buenas bebidas y variadas bocas o tapas. A veces cansados, pero siempre dispuestos a reírnos y a disfrutar de todo lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico.  Le haim.

El de la foto de abajo (por Bernardo) es el equipo que elaboró la alfombra frente a la casa de doña Yoli.

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20
Abr 14

Los aromas de la temporada: corozo y jocotes marañones

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¿A qué huele esta temporada en Guatemala? A corozo y a jocotes marañones.  A pan de yemas horneado en leña, a dulce de garbanzos, a bacalao, a moyetes y torrejas, a mangos en dulce, a encurtido…y a bronceador.

En casa el aroma del corozo y de los jocotes marañones alegra mis mañanas de esta temporada; así como el del pinabete y las manzanillas alegra mis mañanas de fin de año.

El corozo es la flor del manaco, una especie de palma; y viene en vainas conocidas como pochas.  A los jocotes marañones o anacardos me los gozo muchísimo en refresco y en helados. Me gustan su textura y su sabor; pero sobre todo su aroma.

En esta temporada, además de ser consumidos como frutas, la gente los usa para adornar altares y andas propios de la festividad.


14
Abr 14

La voz de “La Chepona”

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La Chepona es el nombre que la gente le dio a la campana principal de la Catedral de la ciudad de Guatemala, que es la campana más grande del país.   Las campanas tienen nombres y Chepa es el femenino de Chepe, y Chepe es la contracción de José.  Mi tía abuela La Mamita y mi abuelita Juanita me contaron eso.

La Chepona suena grave y  llama la atención particularmente cuando dobla con solemnidad.  En el audio, La Chepona se escucha entre el bullicio de la gente en la Plaza de la Constitución y al fondo suena la banda de una procesión.

Leí que  fue fundida en 1861,  por Julio Vassaux a pedido del cabildo metropolitano, y  pesa cinco mil libras de bronce. Se dice que se escuchó su tañido cuando se puso en vigencia la Constitución de Cádiz, de 1812 conocida popularmente como  La Pepa.  Pepe, como Chepe es contracción  José.   Esto me parece raro porque La Pepa no estaba vigente en 1861.  Lo estuvo durante 2 años en tiempos de Fernando VII, fue derogada por la invasión napoleónica y durante el reinado de José Bonaparte o Pepe botella (otro Pepe involucrado)  y volvió a estar vigente durante el Trienio liberal que concluyó en 1837.  Por cierto que, durante aquella invasión, los españoles gritaban ¡Viva La Pepa! para vitorear la Constitución de 1812 y repudiar a los franceses.

La foto es de una alfombra de aserrín,  tradicional guatemalteca,  para las procesiones propias de esta temporada.


13
Abr 14

¡Bomba!

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Esta bomba la pusieron como a 30 metros de donde yo estaba.  Las bombas tradicionales, de las procesiones festivas guatemaltecas, suelen ser abundantes y muy ruidosas.  Aunque uno sepa que van a estallar, uno no puede sino pegar un brinco cuando suenan.

¡Pum!, estallo esta y me tembló el teléfono.  Lo raro es que esta y las otras que estaban quemando hoy en la mañana sólo estallaban en el tubo y no estallaban en las alturas como suele ser.


31
Mar 14

Carpe Diem: las entradas más visitadas

Estas son las entradas más visitadas en los últimos 30 días, aquí en Carpe Diem:


30
Mar 14

La Guatemala fea

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No sólo los aspirantes a pipoldermos, de todos los colores, ensucian las carreteras, las piedras y los árboles en todo el país en violación de la Ley electoral y en desprecio a los electores y a los tributarios.  No sólo se multiplican las McMansions con su arquitectura grosera y pretenciosa. No sólo se propagan los edificios estatales diseñados con muy, pero muy mal gusto.  No sólo abundan las construcciones que mezclan la piedra con el ladrillo, los hierros barrocos con las balaustradas y los azulejos.

Al afeamiento generalizado de Guatemala se le ha sumado la empresa Tigo, no sólo como lo hacen Claro y Movistar al pintar todo lo que pueden con sus logos; sino que -con una tosquedad que raya en lo increíble- hasta se atreven a afear cosas tan bonitas como el tunel Santa María en Zunil, Quetzaltenango.  ¿Cuánto tardarán en poner vallas y logos monumentales en Capuchinas, en La Antigua, o en el Gran Jaguar, en Tikal?  ¿Qué alcaldillo les cobrará por hacer algo así de corriente?

No es extraño, sin embargo, que funcionarios estatales no tengan capacidad alguna para darse cuenta de lo inaceptable que es lo que ocurrió en el túnel.  Lo que uno no se explica es que en la administración de una empresa privada seria sean aprobadas estrategias publicitarias tan burdas y destructoras.  ¿Quién sería el genio de la publicidad que tuvo aquella idea? ¿Quién fue el ejecutivo de la empresa que creyó que esa era una buena idea? ¿Quiénes lo aplaudieron?

El túnel es un hito hermoso en la carretera y posiblemente es el único túnel  de ese tipo en Guatemala, está ubicado en un área preciosa, ¿en qué cabeza cabe ponerle publicidad tan fuera de lugar e invasiva?

Pasé por ese túnel, por primera vez, para la Semana Mayor del año en que estaba en Segundo grado de primaria y no olvidé nunca la experiencia. Como niño quedé fascinado.  Lo pasé otra vez, a principios de los 80 en una ocasión en que bajé en bicicleta de Xela a la Costa (aunque regresé en camioneta).  Y no volví a pasar por ahí hasta mediados del siglo XX.  En cada ocasión ese lugar me pareció encantador.  No me extraña, para nada, que la gente tome represalias contra el abuso de estropear así un lugar tan bonito.

La connivencia entre empresas irresponsables y funcionarios voraces para hacer fea a Guatemala es inaceptable.  Y por cosas así es que después andan grupos de iluminados tratando de prohibir, regular y condenar todo tipo de publicidad, marcas, logos y demás.

Que conste que no me opongo a que una empresa colabore con  la iluminación de algo como el túnel Santa María; pero…¿tiene que ser de forma invasiva, de mal gusto y zafia?  ¿No se puede hacer algo elegante y que eleve la barra?

La foto es por R.A. Martínez, de Prensa Libre.


28
Mar 14

Hay menos personas “jalando la carreta”

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En buen chapín, ahora hay menos personas jalando la carreta. La población económicamente activa, en Guatemala, disminuyó en 4.9 por ciento en comparación con el año pasado.   ¡Se está encongiendo la cantidad de personas que están siendo productivas, o están buscando oportunidades para ser productivas!

La proporción de los mayores de 15 años que cuentan con empleo, o están en busca de uno, es de 60.5% —equivalente a unas 5.9 millones de personas—, mientras que el año pasado ese porcentaje equivalía al 65.4% —es decir, unas 6.2 millones de personas—.

¿Tendrá algo que ver que el año pasado la Superintendencia de Administración Tributaria se ufanó de cerrar 392 fuentes de empleo? ¿Será porque el impuesto a los rendimientos del capital asfixia a las nuevas inversiones? ¿Será porque la inseguridad -ciudadana, jurídica e impositiva- hace que Guatemala no sea tan atractiva para los negocios?

Sea por lo que sea, lo cierto es que disminyó la población económicamente activa; y eso debería ponernos a pensar.   Tengo la esperanza de que mucha de la gente que no está en el radar del Instituto Nacional de Estadística se haya movido del sector formal al Sistema D, mal llamado economía informal.  Empero, aún si así fuera, ¿qué futuro nos espera si en vez de crecer el número de personas económicamente activas, ese número va en descenso?

La ilustración es de Siglo 21.