28
Abr 17

Fascismo contra la libertad de expresión

La concepción fascista de la vida es religiosa, una en la que el hombre es visto en su relación inmanente con una ley superior, dotada de una voluntad objetiva que trasciende al individuo y lo eleva a la pertenencia consciente de una sociedad espiritual, escribió Benito Mussolini en  The Doctrine of Fascism; y si tienes dudas al respecto entérate de que la Coordinadora Nacional Evangélica en connivencia con un grupo de diputados encabezados por uno de nombre Anibal Rojas, presentó un anteproyecto de ley que pretende prohibir que  las entidades públicas y privadas promuevan en la niñez y en la adolescencia políticas o programas relativos a la diversidad sexual y a la ideología de género o enseñar como normales las conductas sexuales distintas a la heterosexualidad.

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Esta propuesta del conservadurismo más rancio es un intento evidente de imponer ideas religiosas en toda la sociedad guatemalteca por medio del uso de la ley como instrumento político y de coacción.  Es fascismo puro y duro.

La propuesta viola  la libertad de expresión.  Si aquel desatino llegara a convertirse en ley, se impondría una forma de pensamiento único y se castigaría la discusión de ideas y se penalizará la búsqueda de la verdad.  Por sus raíces gramscianas, no comparto la ideología de género (y de esto podríamos platicar después, cuando tenga ganas); pero la ciencia tiene mucho que descubrir sobre la sexualidad; y aplastar la inquietud de los jóvenes por discutir el tema abiertamente no contribuye, ni  a entender, ni a valorar aquella parte integral de la humanidad, ni a exponer los errores y las intenciones de la ideología. El que yo no esté de acuerdo con algo, no quiere decir que tenga la facultad de prohibírselo a otros.

La propuesta es un desatino porque, además, se contradice de una forma sofomórica. Por un lado el artículo 15 prohíbe enseñar temas de la diversidad sexual; y  por otro -ese mismo artículo- sostiene que los padres y tutores siempre tienen el derecho preferente de escoger el tipo de educación que habrá de proporcionarse a sus hijos, o pupilos de acuerdo con sus propias convicciones, incluyendo la educación correspondiente al desarrollo de las aptitudes intelectuales, físicas, morales y religiosas del niño y de la niña, la orientación sexual, así como las conductas, principios y valores que regirán la vida de los menores.  Ninguna persona, o entidad -pública, o privada- podrá interferir, limitar, o restringir, el ejercicio de ese derecho de los padres.

¿Te diste cuenta? La propuesta dice que los padres tienen el derecho a elegir la educación de los hijos y que nadie puede limitar ese derecho; pero prohíbe que sean enseñados los temas de la diversidad sexual…porque a los ponentes no les gusta. Cuanto menos, esta propuesta es hipócrita.

¿Quieres más evidencia? El artículo 18 de la propuesta sostiene que toda persona tiene derecho a su libertad de conciencia y de expresión…siempre que no se oponga a los designios políticos de los ponentes.

Por otro lado, si bien es cierto nadie debería ser obligado a aceptar la ideología de género, ni a aceptar como normal la diversidad sexual, como dice la propuesta; también es cierto que a nadie le debería estar vedado el acceso a la discusión y el conocimiento de aquellos, nadie debería ser forzado a no promover su discusión, nadie debería ser privado de la facultad de elegir en qué creer. Nadie debería tener la facultad de prohibirles a otras personas elegir qué tipo de educación quieren para ellos y sus hijos, o sus pupilos. ¡Nadie!, ni siquiera los conservadores, ni los religionistas.  A no ser que vivamos en un estado totalitario, al estilo fascista (por ejemplo) en el que la concepción de la vida sea religiosa, como quería il Duce.

La iniciativa también pretende castigar la información sobre el aborto; y prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Incapaces de distinguir entre la vida real y la vida potencial, los conservadores y los religionistas pretenden coartar la libertad de expresión para ofrecerles una salida a las mujeres que no pueden, o no quieren tener hijos.  La maternidad forzada y la no propiedad privada del propio cuerpo son valores que defiende el proyecto social de la propuesta en cuestión, en el que la vida es religiosa, una en la que el hombre es visto en su relación inmanente con una ley superior, dotada de una voluntad objetiva que trasciende al individuo y lo eleva a la pertenencia consciente de una sociedad espiritual.  No voy a abundar en este tema porque ya lo he hecho en otras entradas de Carpe Diem.

En cuanto a la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, las únicas dos razones por las cuales el estado (o sea los políticos y funcionarios) se involucran en lo que debería ser un contrato voluntario y pacífico entre adultos, son:

  1. La creencia colectivista de que los individuos deben estar al servicio de la tribu, de la sociedad, de la nación, del estado, o de la especie.
  2. La creencia de que el matrimonio es una relación en la cual algún dios y algún culto deben estar involucrados.

Ambas razones íntimamente relacionadas con la función de procrear, ya sea para el estado, o para el culto.

Si el carácter privado del matrimonio fuera respetado por los políticos y los sacerdotes, no habría mucho que discutir.  Pero una vez que el poder político y la facultad de legislación se involucran en el matrimonio, se impone la necesidad de la igualdad de todos ante la ley para evitar arbitrariedades y privilegios.  Actualmente las uniones heterosexuales tienen privilegios que no tienen las uniones homosexuales.  En consecuencia, las segundas se ven perjudicadas arbitrariamente sólo porque no sirven a las necesidades de procreación. Esto a pesar de que, por la vía de la adopción, las parejas del mismo sexo sí pueden contribuir (a menos que les sea prohibido por el estado y la ley) al cuidado de niños que no tienen padres, o cuyos padres no pueden, o no quieren hacerse cargo de ellos. La adopción, por cierto, es una magnífica opción frente al aborto.

En casos de enfermedad, y para efectos de la sucesión, por mencionar dos, las uniones heterosexuales tienen privilegios y gozan de arbitrariedades en perjuicio de la igualdad de todos ante le ley y específicamente de las parejas homosexuales.  Por ejemplo, en caso de enfermedad, una persona homosexual no puede cuidar de su pareja del mismo modo en que una persona heterosexual puede cuidar de la suya; y en caso de sucesión, una persona homosexual no puede heredar de su pareja, como sí podría hacerlo una persona heterosexual de la suya.

La libertad de expresión, el derecho a la vida (al proyecto de vida propio) y la igualdad de todos ante la ley no son dados, no han estado con nosotros durante toda la historia de la humanidad.  Hay gente que ha muerto por ellos, se ha derramado sangre por ellos, ha habido que luchar por ellos.  Es inmoral e inaceptable que políticos y religionistas pretendan anularlos a estas alturas del Siglo XXI.

Si los fascistas, los conservadores y los religionistas ganan esta batalla, aquí y ahora, será una vergüenza no sólo para el liberalismo, sino para toda esta generación.


23
Mar 14

Socialismo, fascismo y comunismo, por los que saben

conceptos-logica-luis-figueroa-luisfi61.com

Qué desperdicio haber perdido a Mussolini. Es un hombre de primera que hubiera llevado a nuestro partido al poder en Italia, dijo Vladimir Lenin en 1922.  Y un año antes, el Duce había declaradoEntre nosotros y los comunistas no hay afinidades políticas pero hay afinidades intelectuales. Como ustedes, consideramos necesario un Estado centralizado y unitario que imponga una disciplina de hierro a todas las personas. Con esta diferencia: que ustedes llegan a esta conclusión por la vía de la lucha de clases, y nosotros por la vía del concepto de nación.

Vamos a suponer que Lenin y Mussolini sabían de lo que estaban hablando; y el que tenga ojos, que lea; porque en estos días en los que -como dice mi cuate Jose Benegas- hasta los terroristas nos amonestan y nos dicen que no pongamos los codos sobre la mesa, es muy útil conocer la relación que hay entre estatismos y colectivismos como el socialismo, el fascismo y el comunismo.  No como etiquetas; sino como conceptos que tienen dimensiones filosóficas, éticas, jurídicas, económicas y políticas.

Un concepto, ¿sabes?, es una abstracción que nos sirve para clasificar e integrar las experiencias que tenemos en nuestros entornos.  Cuando se usan a modo de etiquetas, por decir algo, más que adjetivos son predicados del sujeto.

¡Feliz domingo!


29
Jun 12

Más fascismo entre nosotros

El mercantilismo y el corporativismo tienen raíces en común; y una de ellas es la idea de que el estado paternal tiene la responsabilidad de cuidar de todos, incluso de las utilidades de las grandes empresas, con las cuales puede participar.  Es una idea importante en el pensamiento de Bismark en el siglo XIX y de Mussolini en el siglo XX.

No hay que perder de vista esta perspectiva ahora que el equipo del presidente Otto Pérez propuso una reforma al Artículo 125 de la Constitución, que le dará al Gobierno la facultad de participar hasta en 40 por ciento del patrimonio de las empresas que exploten recursos naturales no renovables, y  abarcaría a las compañías mineras y petroleras.

Esto permitirá que capitales privados gocen del privilegio de contar con un socio inmensamente poderoso; y, adivina tú, quiénes van a ser los perjudicados.  Sobre todo cuando, después de esta, venga la idea de empresas mayoritariamente estatales.

El monopolio estatal de las telecomunicaciones era una fuente escandalosa de corrupción e ineptitud.  Igual cosa eran (¿o es?) el gigantesco instituto de electrificación; y la empresa de aviación (que no tenía aviones propios) y la empresa naviera (que nunca tuvo barcos, ni alquilados).  Guatemala nunca tuvo muchas empresas estatales, pero tuvo una lechería y una comercializadora de granos, con las cuales se enriquecieron quién sabe cuántos funcionarios.  Tuvo un comisariato del Ejército que debe haber producido quién sabe cuántos millonarios. Tuvo bancos (y tiene) que fueron (¿o son?) piñatas.  El sistema estatal de pensiones es saqueado cada tanto.  ¿Confías en que las empresas estatales (municipales) de agua son ejemplos de buen servicio y de probidad?  La empresa estatal de ferrocarriles era piedra de escándalo y de ella no quedó más que chatarra… y quién sabe cuántos nuevos ricos.  Las empresas estatales hicieron que muchos políticos, funcionarios y “empresaurios” quedaran pupusos de plata a costillas de… ¿adivina de quién?

Si la Administración quiere resolver el problema de la conflictividad por la minería, ahora que quiere modificar la Constitución, mejor que explore la idea de reconocerles a las personas su derecho al subsuelo y sus frutos, en vez de recetarnos mercantilismo y corporativismo fascista.

Columna publicada en El Periódico.


05
Jun 12

Prácticas fascistas y oligárquicas entre nosotros

El corporativismo es una idea fascista que supone que la participación en la cosa pública parte de la actividad específica que las personas desarrollan en la sociedad; y que, desde esa posición, eligen a los mejores, entre sus iguales, para que los representen.

De esto me acordé cuando leí que  la política chapina contará con un Consejo Económico y  Social, órgano consultivo que aconsejará al presidente Otto Pérez Molina en temas laborales, políticos, económicos y sociales.

Los   consejeros confirmados  por parte del sector sindical son: Miguel Ángel Lucas, José David Morales, Carlos Alberto Luch, José Luis Yac, Adolfo Lacs, Ramiro Eduardo Herrera, Joviel Acevedo y Rigoberto Dueñas.

En representación del sector empleador acudirán Enrique Neutze Aycinena, Fraterno Vila Girón, Felipe Bosch Gutiérrez, Ricardo Villanueva, Guillermo González, Jorge Montenegro, Carlos Amador y Ernesto Morales,

Los delegados titulares del sector cooperativista serán José Ángel López Camposeco, Rodolfo Orozco, Leonardo Delgado, Edwin Eduardo Andrade, Edin Barrientos, Sthephani de Paz, Ítalo Antoniotti Lira y Edy Alberto Escobar.

Es interesante como el corporativismo facilita las negociaciones políticas entre grupos de interés, dejándo al margen a los tributarios y electores que no están vinculados a los grupos oligárquicos que tienen el privilegio de integrar los grupos consultivos.

¿Por qué oligárquicos? Pues porque una oligarquía es una forma de gobierno en la que el poder está en manos de pocas personas; la oligarquía es un grupo minoritario de personas, pertenecientes a un mismo estrato social, generalmente con gran poder e influencia, que dirige y controla una colectividad, o institución.  Mira los nombres en cada uno de los grupos y verás que siempre son los mismos.  La misma gente, de los mismos grupos de interés, usando el poder y su influencia para velar por los intereses de sus grupos de interés.


01
Feb 12

Fascismo entre nosotros: el Consejo Económico y Social

El corporativismo es una idea fascista que supone que la participación en la cosa pública parte de la actividad específica que las personas desarrollan en la sociedad; y que, desde esa posición, eligen a los mejores, entre sus iguales, para que los representen.

De esto me acordé cuando leí que representantes de los tres sectores productivos que ingegrarán el Consejo Económico y Social, aprobado por el Congreso el 24 de enero pasado, se reunieron el el Presidente Otto Pérez para comenzar el procedimiento para que esa instancia quede instalada.   Lo irónico es que Joviel Acevedo, dirigente de la burocracia de la educación estatal forma parte de ese grupo.

Es interesante como el corporativismo facilita las negociaciones políticas entre grupos de interés, dejándo al margen a los tributarios y electores que no están vinculados a aquellos grupos.


01
Abr 11

Fascismo entre nosotros

El establecimiento de jueces es uno de los puntos más delicados en todas las sociedades políticas…, dice el número 17, Fol. 379 de El amigo de la patria, que publicaba José del Valle, en el siglo XIX.

De eso me acordé cuando, en el marco de la elección de magistrados para la Corte de Constitucionalidad, los medios de comunicación se referían a que tal, o cual grupo de electores había seleccionado “a sus representantes” en aquel cuerpo colegiado.

La idea de que los magistrados representan a los grupos que los seleccionan es una idea fascista que se llama corporativismo. El corporativismo supone que la participación en la cosa pública parte de la actividad específica que las personas desarrollan en la sociedad; y que, desde esa posición, eligen a los mejores, entre sus iguales, para que los representen.

Así: los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los diputados del Congreso, el Presidente de la República, los directivos de la universidad estatal y los abogados, como corporaciones, tendrían sus representantes en la CC. La Corte Suprema de Justicia también es corporativista.

Mussolini basó su régimen en principios corporativistas, como una forma de facilitar el intervencionismo estatista sin alienar a sus bases de apoyo político, que no hubieran aprobado un intervencionismo abiertamente socialista por temor a las revoluciones. Hitler, el nacionalsocialista, hizo lo propio con iguales intenciones.

Lo ideal sería que los magistrados no representaran a corporaciones, sino que fueran magistrados de todos y para todos. ¿Por qué tendrían que ser representantes de los grupos que tienen el privilegio de elegirlos? Cosa parecida –aunque no igual– ocurre con los diputados que se supone que deberían ser representantes nacionales; pero como los distritos electorales corresponden a los departamentos, la gente cree que su misión es la de conseguir privilegios y partidas presupuestarias para los departamentos en los que son electos. Es que la idea fascista de que magistrados y diputados representan a las corporaciones que los eligen está muy enraizada en nuestra lastimosa y lamentable tradición europea.

Este año electoral seguramente no es el momento más oportuno para meditar sobre estos asuntos de fondo; pero siendo que acaba de concluir el proceso corporativista de selección de magistrados, no está de más recordar que, como dijo Henry David Thoreau: Por cada mil personas atacando las ramas de un problema, hay una sola atacando sus raíces.

Esta columna fue publicada en El Periódico; y si  a usted le interesa el tema, le recomiendo Los cinco principios de la opresión, en Alvaro Vargas Llosa. Ruta a la libertad. Planeta, Buenos Aires, 2004.


24
Oct 08

¿Quién dice que la gente no se da cuenta?

Los gobiernos de corte fascista o socialista, a su modo o solapadamente, son los que se sienten vulnerados por la libertad de prensa. De ahí que siempre buscan pretextos para coartarla, porque es el único poder efectivo para desenmascarar los actos de corrupción. Que no nos extrañe que lo que se pretenda es quitarle al ciudadano común y corriente el derecho de percatarse de todo lo que ocurre a su alrededor, para que no tenga capacidad de condenar moralmente, con su merecido desprecio, a tanto sinvergüenza que sólo persigue medrar a costa de nuestros impuestos, y de ahí que no se conforme con aumentar los gravámenes para decretar presupuestos que no concuerdan con la realidad socio económica de nuestro país.”  Esta fue la atinada opinión de Luis Alfredo Aragón, publicada hoy en Siglo Veintiuno.


03
Jul 08

Metabo y el nuevo fascismo japonés

Cuando uno cree que ya lo vio todo suceden cosas como la siguiente: de acuerdo con una ley de hace sólo dos meses las empresas y los gobiernos locales japoneses deben medir las cinturas de las personas de entre 40 y 74 años de edad. Los hombres que se pasen de 33.5 pulgadas, así como las mujeres que rebasen las 35.4 pulgadas, tendrán que someterse a una dieta si luego de tres meses no han bajado de medidas. Y si fuera necesario, esas personas serán re-educadas luego de seis meses.

Metabo, es la palabra con que los japoneses etiquetan a quienes tienen sobrepeso, de acuerdo con la regulación.

Es cierto que el exceso de peso puede ser un problema para la salud (lo sabré yo, que tengo que bajar de peso para quitarle trabajo a mi corazón); pero el exceso de peso no es un problema de salud pública, ni justifica que el estado se meta a fijar metas de medidas. ¡Coño!, el estado benefactor no se mide; y los fascistas de la anorexia han encontrado quien les siga la corriente hasta extemos como el citado. ¿Cuánto tardarán los legisladores en Occidente, en querer imitar una estupidez como esta?


15
May 07

Otro ataque del estado niñera

La Motion Picture Association of America ha decidido que las pelis en las que haya fumadores merecerán una clasificación R, de restringido. ¿Qué pasará proximamente? ¿La MPAA le pondrá R a las peliculas en las que la gente salga comiendo hamburguesas y pizza? ¿Cuál es el límite para el estado niñera?

La ilustración la tomé de Bureaucrash.


11
Abr 07

Y dale con el Anticristo

A mí, eso del Anticristo me parece absurdo y ridículo; sin embargo, leo que “El Congreso emitió ayer un punto resolutivo para sumarse a la medida tomada por Migración, la semana recién pasada, de prohibir el ingreso al país de José Luis de Jesús Miranda, líder de la secta Creciendo en Gracia, quien se hace llamar el anticristo. Aunque reconocemos la libertad de culto, no podemos permitir que alguien venga a causar confrontación y desorden, explicó Leonel Soto, de la Unidad del Cambio Nacionalista”.

Hace años, algunos dirigentes religiosos consiguieron prohibir que fuera exhibida La última tentación de Cristo; hace poco otros (o los mismos) hicieron sus tanes para ver si conseguían prohibir El código da Vinci. Recién ahora, algunos dirigentes indígenistas intentaron prohibir la exhibición de Apocalypto. Hace no mucho, una galería de arte tuvo que dejar de exhibir un cuadro que a algunos les parecía ofensivo.

¡¿A dónde vamos a ir a parar si cada vez que algo no le gusta a alguien eso puede ser prohibido, escondido, o perseguido!? ¡Una caterva de fascistas, eso es lo que son! Dicen respetar la libertad de cultos y dicen ser tolerantes; pero a la hora de rajar ocote, abundan los serviles que se pliegan a las presiones de los grupos de interés totalitarios e intolerantes.