Bombazo en el parque central

Las escenas de aquel 5 de septiembre de 1980 fueron espantosas; y, sin duda, los más jóvenes no se acuerdan de ellas. Había partes humanas esparcidas por todos lados, los hermosos vitrales del Palacio Nacional fueron dañados severamente (y hasta la fecha permanecen incompletos), y hubo daños a la propiedad. ¡Dos bombas habían sido plantadas en aquella área! Lo recuerdo bien porque tenía 19 años.

Seis adultos y un niño muertos y un número indeterminado de heridos reportó Prensa Libre en su edición del 6 de septiembre. Y esas víctimas tenían nombres y familias. Entre los muertos se contaban: Domingo Sánchez, piloto del Ministro de Agricultura; Joaquín Díaz y Díaz, limpiador de automóviles; y Amílcar de Paz, agente de seguridad. ¿Cuál era el propósito de aquel acto terrorista? Contribuir al enfrentamiento armado para imponer la dictadura del proletariado o socialismo real.

El Gráfico reportó así el acto terrorista: cadáveres decapitados colgados de las piernas entre los hierros retorcidos de vehículos deshechos, cuerpos informes (sic) entre vidrios y fragmentos de ramas de árboles por todos lados se provocó con la explosión terrorista que sacudió el corazón de la ciudad, ayer a las 9:35 horas. Reporteros de ese matutino que pudieron llegar al sitio mismo de la explosión, segundos después del terrorífico estallido, se encontraron con una escena verdaderamente infernal en la 6a. avenida y 6a. calle –convertida en un gigantesco horno. Los reporteros presenciaron, también, el dramático auxilio de los heridos. Algunos de suma gravedad, como un hombre que perdió completamente la pierna izquierda (que era solo jirones de piel desde el muslo).

Irónicamente, el martes que fui a buscar las fotos de aquel acto terrorista en la Hemeroteca Nacional estacioné mi automóvil en el parqueo que hay debajo del Parque Central, ahora conocido como Plaza de la Constitución, a unos metros de donde fue el estallido. Si quieres ver las fotos, por favor visita http://tinyurl.com/6rwymuq. Son verdaderamente impresionantes.

Una de las gráficas muestra a dos de los que murieron como consecuencia de la explosión; y otra muestra a una niña que fue herida cuando ingresaba al Palacio. Otras muestran los vitrales destrozados, y otras dan cuenta de los automóviles retorcidos.

Columna publicada en El Periódico.

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  1. […] guatemaltecos con un enfrentamiento plagado de terrorismo, que costó miles de muertos. Uno de los actos terroristas más inescrupulosos, protagonizados por aquellas personas, fue el de septiembre de 1980. Había […]