Un adefesio para el bicentenario

Con ocasión de la celebración del bicentenario de la Independencia, Tu Muni está construyendo un adefesio en el Parque Centenario, que desintegrará el área.

Aquel espacio es el corazón del centro histórico de la urbe y cuenta con joyas y símbolos del patrimonio arquitectónico urbano. ¿Qué necesidad, hay, de clavarle una construcción ajena y fuera de contexto en medio?  El monumento en cuestión no solo malintegra el espacio, como lo hizo la plaza que sustituyó al parque tradicional; sino que desintegra el área al separar la concha acústica -casi con violencia visual y de texturas- de los edificios históricos que están a los costados de la Plaza de la Constitución.

La necesidad cognitiva de integración es de importancia para los seres humanos, no sólo al nivel filosófico de la epistemología y la metafísica; sino al nivel filosófico de la ética y de la estética.  ¡E incluso para el nivel más pedestre! Ya que la arquitectura es un arte, y el arte tiene que ver con el sentido de vida del artista y con el del que aprecia la obra, la falta de armonía de las partes con el todo y del todo con las partes -que creará el mamarracho en cuestión- crea una desintegración grotesca no sólo entre el Parque Centenario y la Plaza de la Constitución; sino en el carácter de la experiencia urbana y en el de la efeméride

Si la urbe es la arquitectura de la ciudad, y la ciudad es una forma particular de asociación, ¿qué bien le hace a la urbe y a la ciudad la multiplicación -desde el poder político- de monumentos y edificaciones desintegradas y desintegradoras? El corazón del centro histórico no es tabula rasa y tiene una dignidad que los políticos y los arquitectos orgánicos deberían respetar.  No es el lugar para librar una guerra de estilos.

No se trata de que la urbe no evolucione; sino de que -desde el poder político- no se plante un lunar con pelos en un espacio con carácter e historia propios, sólo porque así se le antoja a una élite que tiene el poder para hacerlo.

Así va la construcción del adefesio.

Todavía es tiempo de detener la agresión que está sufriendo aquel espacio; y evitar la agresión que sufrirá la ciudad.

Actualización: mi mamá dice que parece parada del Transmetro.

Otra actualización: Pasó lo que tenía que pasar, el adefesio ya es dormitorio para mendigos y vagos.

La foto es del 1 de septiembre del 2023.

Columna publicada en elPeriódico.

Comments

comments

Comments are closed.