24
Abr 14

Catolicismo pierde terreno en Guatemala

evangelicos-catolilcos-prensa-libre

El catolicismo ya no es la religión mayoritaria en Guatemala. Ahora son sólo el 47% y el porcentaje ha decaído sostenidamente a pesar de las procesiones y de tres visitas papales.

En 1996 el 54% de los guatemaltecos decía profesar la religión católica, frente a un 25% de evangélicos. Pero en 2013 el cálculo para los primeros se situó en 47%, solo 7% más que el 40% que dijo profesar el protestantismo.  Así lo informó Prensa Libre.

Entre 1996 y 2013, el porcentaje de chapines que admite que no profesa religión alguna ha llegado a 13% en 2000 y 2007;  pero en 2013 se situó en 9% . Es fascinante saber que esto ocurre.

Por las declaraciones del Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, que le atribuye al liberalismo del siglo XIX y principios del XX el orígen del declive católico, ¿será válildo suponer que los dirigentes de aquella organización hubieran preferido que el monopolio protegido por el estado no les hubiera sido retirado?  La competencia dañó sus intereses.  En los años 80 también hubo un repunte del protestantismo porque en aquellos años muchos curas, catecistas y monjas católicas estaban involucrados con la guerrilla e incentivaban la gente a involucrarse también. Las iglesias evangélicas, en cambio, no participaban directamente en el conflicto, ni involucraban a sus seguidores en la lucha de los marxistas-leninistas.

Ejemplos de esto son las actividades de muchos jesuitas, maryknoll y otros; así como testimonios como el de Escaping the Fire que es un relato de cómo es que cientos de ixiles salvaron sus vidas durante el enfrentamiento armado que les llevó el Ejército Guerrillero de los Pobres, muchas veces de la mano de militantes católicos.

En el reportaje que anima estas meditaciones se menciona de paso lo poco efectiva que es la iglesia católica en cuanto a construir sentimientos de comunidad entre sus adeptos; y no se menciona con justicia lo efectivos que son los evangélicos en ese sentido.

¿Sabes qué hace falta en los análisis de los consultados para el reportaje? En ningún lado se hace mención de los abusos contra niños cometidos por funcionarios de la iglesia católica. ¿Habrá gente que les de la espalda por esa razón?

Veo varias causas principales para la pérdida de terreno de la iglesia católica en Guatemala: La ruptura del monopolio que tenían, el involucramiento de sus dirigentes y sus militantes con la guerrilla marxista-leninista; y no sólo los abusos contra niños sino los actos de ocultamiento de los mismos. Veo que mientras que el catolicismo hace encomios de la pobreza, los evangélicos suponen que si dios es el rey y ellos son hijos de dios, no tienen por qué avergonzarse de ser querer vivir como príncipes.

Puede que mi perspectiva no sea políticamente correcta; pero creo que aclara y amplía el análisis.

Actualización: El lector, Javier, me llamó la atención sobre un detalle: aunque es evidente que el catolicismo está disminuyendo en sus números; sigue siendo mayoritaria.  Esto es cierto porque  lo que llamamos iglesia evangélica, en realidad es iglesias evangélicas.  La iglesia evangélica no es una y piramidal, como la católica.  Se puede decir, eso sí, que el protestantismo ha desplazado al catolicismo.

La ilustración es de Prensa Libre.


18
Sep 13

Más sobre la teología de la liberación

121031_jesus_revolucion

La Iglesia Católica parece estar dando un giro impulsado por Jorge Mario Bergoglio.  El Papa se reunió con el cura peruano Gustavo Gutiérrez, padre de la Teología de la Liberación, corriente que el Vaticano mantuvo a raya desde tiempos de Karol Wojtyla.

Lo de la reunión se supo el 14 de septiembre pasado, en las noticias y ocurrió pocos días después de que el diario oficial del Vaticano publicara textos de aquella corriente teológica luego de muchos años de no hacerlo.

Gutiérrez había viajado a Italia para presentar la reedición de su libro De parte de los pobres, teología de la liberación, teología de la Iglesia, escrito en colaboración con el actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el teólogo alemán Gerhard Ludwig Müller.  Joseph Ratzinger dirigía esa congregación durante el tiempo de Wojtyla; y fue él quien nombro a Müller.

En El Salvador, el jesuita José Tojeira dijo que hay que reconocer que el papa Francisco está dando enormes pasos frente a la Teología de la Liberación, vemos un escenario positivo donde cabe una reconciliación, tomando en cuenta que es una deuda que tiene la Iglesia Católica.

La foto que ilustra esta entrada la tomé en la Sexta Avenida del Centro Histórico de Guatemala luego de  los disturbios del 20 de octubre pasado.


06
Sep 13

¿Vuelve la teología de la liberación?

Con un papa latinoamericano la teología de la liberación no podía permanecer mucho tiempo en la sombra a la que había sido relegada, dijo el padre U[go] Sartorio ahora que L’Osservatore Romano les dio espacio a textos de G[ustavo] Gutiérrez, fundador de aquella corriente que mezcla la teología católica con el marxismo, según reportó el Vatican Insider.

En 2 mil 150 caracteres no se puede profundizar; pero para que tengas una idea de qué es aquella teología podemos leer a F[rancisco] Pérez de Antón en El gato en la sacristía: Los apologetas del socialismo religioso pintaron una doctrina social a base de pinceladas extraídas de antiguos textos cristianos, los cuales, yuxtapuestos, daban la impresión de coherencia doctrinaria o cuanto menos de reflejar fielmente el espíritu del cristianismo original. Y las luces para entender aquel espíritu nos las da el jesuita I[gnacio] Ellacuría, citado en El gato…: La doctrina de los santos padres viene dada por una serie de afirmaciones fundamentales cuya validez cristiana es incontrovertible y que podrían resumirse en el principio de que el dominio de la propiedad ha de ser de la comunidad, y no privado, y cualquier forma de privatidad (sic) que vaya en contra de la comunidad debe anularse, pues no tiene razón de ser.

¿Es posible que el jesuita Bergoglio –que barrió con el camauro, las zapatillas Prada y las cruces doradas– esté sacando a la teología de la liberación de debajo de la alfombra? Bergoglio ha criticado lo que llama capitalismo salvaje; pero no se ha leído que critique al socialismo salvaje. Y, con todo y todo, Bergoglio se enfrentó a los teólogos de la liberación en Argentina, ¿a qué se debe el cambio en L’Osservatore?

Esto es importante porque en Some Observations on Liberation Theology, A[lberto] M[artínez] Piedra escribió que en Puebla, K[arol] Wojtyla dijo que “no es por medio de la violencia, los juegos de poder, o los sistemas políticos, sino por medio de la verdad que los seres humanos encontrarían el camino hacia un futuro mejor’” y eso, precisamente, es lo opuesto a lo que muchos teólogos de la liberación están predicando en América Latina.

Esta columna fue publicada en El periódico.


26
Ago 13

Los jesuitas y la guerrilla, ¿la alianza que mantiene vivo el enfrentamiento?

2013_calavera_capuchinas_prieto

Entre 1960 y 1996 los guatemaltecos vivieron un enfrentamiento armado entre el estado de Guatemala y diversas formas de guerrillas marxistas-leninistas que querían imponer, en este país, una dictadura del proletariado por medio de la revolución. Alrededor del mundo, aquel tipo de regímenes totalitarios dejó un legado de miseria y degradación –física y moral– de dimensiones nunca antes vistas en la historia de la humanidad.  Pero su legado más ominoso se cuenta por millones de muertos: Casi 62 millones en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, casi 77 millones en la China comunista, 2 millones en Camboya, y 2 millones en Corea del Norte, para citar los ejemplos más espeluznantes.

Explica Gabriel Pautasso, profesor jubilado de la Universidad Nacional de Córdoba, que en la revista Tricontinental,de Cuba, número 18, de mayo-junio de 1970 se podía leer que los movimientos revolucionarios de Guatemala y Nicaragua son los que están más desarrollados en América Central; y en 1981, Rafaél Córdoba, miembro de la Junta Sandinista de Nicaragua aseguró que si prevalece la izquierda –y no podemos menos que desear la victoria de nuestros camaradas de El Salvador– Guatemala inmediatamente caerá como una fruta madura y en Nicaragua se acentuará el proceso revolucionario sandinista. La “teoría del dominó” es todo menos una “teoría”: el dominó número 1, Nicaragua, ya cayó; el número 2, El Salvador, está al borde de ser fagocitado; el número 3, Guatemala, será un juego de niños y luego caerá como un frutal el número 4, México, con su petróleo y su frontera con el Tío Sam.

En aquel contexto, Pautasso relata que el arzobispo de Medellín y ex presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, Alfonso López Trujillo, cardenal, les reprochó a los jesuitas el propagar una teología política e inspirar directamente a los movimientos guerrilleros. Así, por ejemplo, los jesuitas del Centro Gumilla, de Venezuela, sostenían activamente la revolución en Centroamérica; y el padre Arturo Sosa Abascal, director de la revista SIC, declaró al diario “El Nacional”, de caracas, el 3 de julio de 1979, que consideraba perfectamente viable la convergencia entre el socialismo marxista y el cristianismo, tal como se ve en el Nuevo Testamento.

En México a los jesuitas vinculados con estudiantes se les espiaba y se les acusaba de ser sacerdotes rojos que propagaban la idea de que Cristo era el primer comunista; y según Jacinto Rodríguez Mungía, Tinker Visiting Professor en la University of Texas at Austin, sus historias quedaron en los archivos de la Dirección Federal de Seguridad.  Cuenta, Rodríbuez, que a finales de los setenta Miguel Nazar Haro, cabeza de la DFS mandó a elaborar un libro sobre la Liga Comunista 23 de septiembre, el grupo guerrillero que se convirtió en su eterna pesadilla; y su capítulo VI se llamaba Grupos manejados por sacerdotes jesuitas. Para la DFS uno de los orígenes de la Liga estaba conectadocondos grupos que operaron en la Universidad Autónoma de Nuevo León yen el Instituto Tecnológico de Monterrey: la Obra Cultural Universitaria y el Movimiento Estudiantil Profesiional.  Hasta aquí, dice Rodríguez, aquellos datos formaban parte de las rutinas de cosecha de información; pero lo que llevaría a aquellos sabuesos a hacer un seguimiento puntual fue la aparición de dos personajes clave: los jesuitas Javier D´Obeso y Odendáin, y Manuel Salvador Rábago González. En el libro citado por Rodríguez se eplica que mientras que en 1971 comenzaban los grupos guerrilleros a operar en la ciudad, por medio de asaltos a bancos, en Monterrey los sacerdotes citados controlaban la OCU y el MEP con la finalidad de que los estudiantes se formaran una mentalidad progresista dentro del ramo del cristianismo, haciendo destacar la personalidad de Cristo como el iniciador del reparto de los bienes entre los seres humanos y señalándolo como “el primer comunista del mundo”.

En la vecina Nicaragua, a más de dos décadas del fin del sueño de la revolución, el padre [Fernando] Cardenal todavía es criticado por su decisión de apoyar al Frente Sandinista y haber aceptado un alto cargo en el Estado. Una decisión que le costó ser expulsado de la Compañía [de Jesús], en 1984, por orden de Juan Pablo II. (Aunque 12 años más tarde fue reintegrado), así lo relata un reportaje de La Prensa, que sigue: La cosa (la revolución) era muy pura, muy limpia, la corrupción vino después, en el noventa, con “la Piñata, dice Cardenal, que no fue el único jesuita en apoyar el proceso. También lo hicieron, entre otros, Xabier Gorostiaga, uno de los diseñadores de la política económica sandinista; Alvaro Argüello, quien fue parte del Consejo de Estado y José Antonio Sanjinés, dedicado a la lucha antes y durante la revolución. Según Cardenal,  fue el propio Pedro Arrupe, superior general de la Compañía, quien les dio la orientación de dar apoyo a la revolución sandinista, pero un “apoyo crítico”, dice el reportaje citado.

Así era en América Latina; pero, ¿cómo era en Guatemala?

Un grupo de jesuitas itinerantes fue particularmente activo en el uso de técnicas de concientización para entrenar a los catequistas y a los líderes de cooperativas. Como estos sacerdotes se decepcionaron con los resultados de los proyectos de desarrollo, explicó la Iglesia Guatemalteca en el Exilio, su mensaje no estaba orientado a resolver los problemas económicos mediante el desarrollo, por ejemplo, de una nueva tecnología o una organización de financiamiento. Sino que iba orientado a desbloquear la mente de ataduras tradicionales, siendo la principal y más profunda el respeto a las autoridades. Por eso, era un mensaje que subvertía la ley, cuenta David Stoll en ¿América Latina se vuelve protestante?

Blase Bonpane, sacerdote Maryknoll, en The Church and Revolutionary Struggle in Central America escribió que los cursillos de capacitación social fueron desarrollados en Centroamérica por los jesuitas y los padres y hermanas Maryknoll que trabajaban muy de cerca con estudiantes universitarios y de secundaria. Los cursillos (que no deben ser confundidos con los Cursillos de Cristiandad) se convirtieron en instrumentos efectivos de diálogos sobre el cristianismo marxista tanto en el campo de los estudios como en el de las acciones.  Su atmósfera era militarista.  Los participantes, que eran hombres y mujeres jóvenes de secundarias y de universidades debían compenetrarse en la seriedad del programa, o dejarlo.

En Nicaragua y en Guatemala, cuenta Bonpane, los cursillos se adaptaron a las realidades locales y abordaban temas como la lucha guerrillera.  ¿Qué incluía uno de aquellos cursillos que empezaban a las 6:00 a.m. y concluían a las 10:30 p.m. durante 8 días?   Calistenia, aseo, meditaciones sobre el Nuevo Testamento, y exploraciones de ideas como ¿Soy un burgués?, si el cursillo se celebraba en un área urbana; o ¿Los caballos viven mejor que los campesinos?, si el cursillo se celebraba en un área rural.  El día incluía deportes, clases (impartidas por profesionales, o por curas) y charlas con temas como: Si estás en una manifestación y el ejército empieza a disparar, ¿qué instrucciones les das a tu grupo, como líder que eres?  La misa de las 6:30 p.m. era una celebración revolucionaria con cantos folkloricos y orientada hacia la teología de la liberación; y, ¿Qué estaba programado para las 9:00 p.m.? Un debate con temas como ¿Es necesaria la lucha armada? Bonpane cuenta que para 1967 los cursillos entraron en crisis y que sus dirigentes acordaron, con las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) que sus miembros no se opondrían a la guerrilla y que ayudarían a atraer a los indígenas cristianos hacia la revolución.

A finales de los años 50 y principios de los 60, los chicos que estudiaban en colegios jesuitas leían una obra bien elaborada llamada En la escuela de lo social: manual de formación social para la juventud, por Dionisio Aranzadi s.j. y Carlos Giner s.j.

El tono de aquella obra es el siguiente: No fiarse de lo que hemos oído en casa, porque esa fuente está intrínsecamente enrarecida pues está impurificada con un prejuicio clasista.

En una parte truena con que ¿cómo se explica que los ricos vivan tan tranquilos sabiendo que Jesucristo los condenó? Pero eso sí, más adelante pone como modelo a un ejercitante de Loyola que, asustado, le dice al director de Ejercicios: Padre, he hecho una gran fortuna en América. No piense que ha sido por medios ilícitos; pero…ahí tiene usted un cheque con todo mi capital. Tome.

Con respecto a la propiedad, los autores de En la escuela de lo social citan a Ambrosio de Milán: ¿Hasta dónde se extienden, oh ricos, vuestros irracionales apetitos? No das limosna al pobre de lo que es tuyo, sino que le devuelves lo que es suyo; y a Gregorio Magno: La tierra…es común patrimonio de los hombres.  En vano, pues, se creen inocentes cuando toman para su uso particular el don que hizo Dios común a todos.

Se predica con el ejemplo: la historia del jesuita Fernando Hoyos

Más adelante en el siglo XX, la carta de Fernando Hoyos s.j, a sus compañeros jesuitas Juan Hernández Picó y César Jerez ilustra cómo era el ambiente en septiembre de 1980: Dentro de las exigencias de la lucha revolucionaria actual, hoy doy el paso de integrarme más a la lucha revolucionaria donde lo exige la situación: en un lugar de la montaña de Guatemala.  Pienso que es lo que de mi exige la lucha revolucionaria en este momento.  Mi fidelidad es a ese pueblo en el que Dios está presente y lo demás son instrumentos para esa lucha…Para mí este paso no significa dejar la Compañía de Jesús, aunque estoy abierto al futuro y puede ser que dentro de unos meses no piense así.  Pero si esto es incompatible con seguir siendo jesuita, tendré que aceptar, no sin dolor, el dejar de serlo.  En todo caso, nunca dejaré de ser cristiano, pues pienso que aunque yo dejar de ceer en Dios, El nunca dejaría de creer en mí.

Continúa Hoyos: La Compañía de Jesús era un instrumento para mí en la lucha revolucionaria…instrumento que fue muy importante para mí durante muchos años e importantes años de mi vida.  Pero hoy, encuentro otro camino, mi participación en Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP)…Hoy, para mí, en la lucha revolucionaria de Guatemala el mejor camino, el mejor instrumento, es mi pertenencia al EGP…Después que logremos el triunfo, seguiré en las tareas necesarias a la construcción de una nueva sociedad revolucionaria, siempre en las tareas que la revolución me asigne.

¿Qué llevó al jesuita Fernando Hoyos a aquel extremo? Nos lo aclara Sergio Palencia Frener en Fernando Hoyos s.j. y Chepito Ixil; encuentro y comunión revolucionaria desde las montañas de Guatemala: A mediados de 1979, el jesuita Fernando Hoyos se ve obligado a  radicalizar su lucha a medida que el Estado incrementa sus secuestros y masacres. Margarita Hurtado, revolucionaria  del EGP y socióloga, enumera las tareas que realizaba junto  a Fernando en Huehuetenango: “En 1979 la dirección del  EGP decide retomar el trabajo en Huehuetenango, esta vez  de una manera más estructurada y acorde con los planes de  generalización de la guerra de guerrillas. En ese contexto, se  creó el Equipo de Dirección del Tibet (EDT), el cual tendría  a su cargo la enorme tarea de crear las condiciones políticomilitares para fundar en breve un nuevo frente guerrillero. El  trabajo en el Tibet estaba bajo la responsabilidad directa de  Benedicto (Mario Payeras), miembro de la Dirección Nacional  de la organización, ubicado en la ciudad capital”.

Hoyos vivía entre la residencia semiclandestina de La Merced, en la ciudad de Guatemala,  y Huehuetenango.  Murió en México, como miembro de la dirigencia del EGP y combatiente, luego de un enfrentamiento con el ejército guatemalteco en Huehuetenango.

La historia del jesuita Luis Eduardo Pellecer

Cuenta Paulo Robles s.j., que el jesuita Luis Eduardo Pellecer Faena reveló que era miembro activo del Ejército Guerrillero de los Pobres y que decidió entregarse a las fuerzas de seguridad del gobierno guatemalteco “al comprender que había tomado un camino equivocado”. También confesó haber participado activamente en acciones violentas y de guerrilla en Nicaragua y El Salvador, siempre apoyándose en organizaciones de campesinos.

Pellecer dijo que La teología de la liberación consiste en la presentación a un pueblo pobre de un nuevo Jesús, un Jesús totalmente distinto al que todos nosotros conocimos. Se trata de un Jesús rebelde, revolucionario, opositor al sistema capitalista…Un Dios parcial, el Dios de los pobres, que únicamente aseguraba la salvación para el pobre y marginaba al rico y al hombre que se encontraba al frente del gobierno. Había aquí la primera semilla de distorsión, había una fe predicada equivocadamente. Desde el comienzo de este nuevo Evangelio aparecía el desvío. La gente se preguntaba por los otros (por los ricos), y la nueva iglesia respondía que los económicamente poderosos habían permanecido explotando al pueblo por varios siglos y que era necesario que el pobre tomara el poder.

Y continúa Pellecer: El año pasado predicamos esto al extremo de decir lo siguiente: la Navidad debería de celebrarla sólo el pobre, porque el que nace es el Jesús de los pobres, el rico no sabemos qué es lo que está celebrando” Para penetrar entre la sociedad se necesitan cuatro años de estudio que yo efectué en México y El Salvador, es decir, me convertí en un experto en esta clase de doctrinas. Al principio pensé que ese instrumental marxista sólo quedaría en un ideal y que nunca podría llevarse a la práctica. Aquí tuve una equivocación muy grande, porque efectivamente, el marxismo ha llegado a lo trágico”.

En aquella reunión se acordó que todos los jesuitas deberían trabajar en favor de todos los sectores más pobres del campo y la ciudad. Que deberíamos contribuir a radicalizar ese mensaje del Jesús pobre. Nuestras vidas y nuestros conocimientos deberían ponerse al servicio del campesinado y del obrero”  (el jesuita Pellecer se refiere a la XXXII Congregación General de la Compañía de Jesús que se celebró en Roma a inicios de 1975 bajo la presidencia de Pedro Arrupe, superior general).  Fue así como depositamos entre la ciudadanía un nuevo evangelio, un nuevo Jesús sangriento, por así decirlo. Nuestro objetivo era alejar al campesino y al obrero de La Iglesia tradicional para convertirlos en auténticos Luchadores en función de una fe y de un espíritu religioso. Fuimos capaces de saber entrarle al pueblo, de dosificar toda aquella ciencia marxista para los niveles propios de las personas que tienen una cultura general y política muy baja.

Finalmente Paulo Robles s.j. reflexiona que hay también algunos sacerdotes rebeldes guerrilleros, además de Pellecer Faena, que recapacitaron, dejaron la Compañía y hoy llevan una vida normal: uno es José Antonio García Durán, profesor de economía en la Universidad de Barcelona. Antes de dejar la Compañía, sus superiores le pidieron que secuestrara a una mujer y después, con los años, la hermana de la secuestrada llegó a ser una de sus alumnas. Lo reconoció, pero la familia le perdonó porque entendió que el profesor de economía ya no tenía nada que ver con el sacerdote guerrillero, autor de artículos de economía marxista.

Curas radicales y la lucha armada

Los casos de jesuitas como Hoyos, Pellecer y García no eran tan extraordinarios; y así como eran las cosas, actividades como las de los Cursillos de Cristiandad, o el acercamiento a estudiantes de Secundaria y universitarios tampoco sorprende. Como no sorprende que los jesuitas y otros clérigos fueran instrumentos efectivos para integrar a la guerrilla (hasta ese momento burguesa y urbana) a los campesinos.

Greg Grandin, en To End with All These Evils: Ethnic Transformation and Community Mobilization in Guatemala’s Western Highlands, 1954-1980, explica que Stoll llama al Comité de Unidad Campesina (CUC) el logro más conocido de los jesuitas y hace énfasis en la influencia de ladinos marxistas locales y de curas radicales españoles en su formación; sin embargo Grandin aclara que, si bien es cierto que hubo apoyo de aquellas dos fuentes, las raíces indígenas profundas del Comité explican su fuerza y su tenacidad.

James V. Schall s.j., en Central America and Politized Religion cuenta que estudiantes suyos en la University of San Francisco y en la Georgetown University le habían preguntado que por qué es que los jesuitas eran marxistas; y luego relata que muchos clérigos en América Latina eran percibidos como marxistas, o auxiliares de las causas marxistas.  Luego cita al obispo Aparicio de la diócesis de San Vicente en El Salvador: Muchos clérigos se unieron a la así llamada “lucha armada”, pero la mayoría de ellos abandonaron el país…y su función actual es la de crear propaganda contra El Salvador.  ¿Cuántos clérigos, jesuitas, o no, se unieron a la lucha armada en Guatemala y luego dejaron abandonados a los campesinos, estudiantes y otros para ir a hacer propaganda en Europa, o en los Estados Unidos?

En Escaping the Fire, la conmovedora epopeya del  pueblo Ixil que escapó del Ejército de Guatemala y del Ejército Guerrillero de los pobres, Tomás Guzaro, quien los guió en la huída, cuenta que la guerrilla no amenazaba a los católicos porque sus líderes generalmente apoyaban la revolución. Pero, ¿a qué tipo de amenazas se refiere Guzaro? Hace unos tres años, los guerrilleros llegaron a nuestra aldea y obtuvieron el control total del área, y forzaron a cada persona capacitada a unírseles.  Algunos de nosotros tuvimos que ir a sus campamentos escondidos en las selvas bajas del Ixcán, como a unos cuatro días de camino desde mi aldea Salquil Grande.  Nos entrenaron para pelear, nos enseñaron que matar a los hombres era como matar perros, que los hombres no tenían alma y que al morir solo servían como abono para la tierra.  Nosotros no creímos lo que decían por lo que no queríamos ayudarlos, pero nos dijeron que nos matarían si no lo hacíamos.  Algunas veces aceptaban dinero a cambio de dejar de amenazarnos por un tiempo.  Pero, desafortunadamente, solo la gente que había trabajado en las fincas tenía efectivo, y los guerrilleros ya no nos dejaban ir a trabajar allí.

Jesuitas para el siglo XXI

El Apostolado social de la Compañía de Jesús en Centroamérica es un plan estratégico que se basa en las tareas que la Comisión Provincial del Apostolado Social se propuso impulsar regional e intersectorialmente por medio de las obras de la Compañía de Jesús en Centroamérica y organizaciones amigas; y es una actualización del que se hizo en 2005.

El documento hace referencias a la desigual tenencia de la tierra y a cómo es que lo que llama capitalismo y desigualdad, según los autores, son lo que configuró la agricultura de agroexportación.  No sólo se refiere a los tradicionales café, azúcar, algodón y banano; sino que hace referencia a la palma africana, a la minería y a las hidroeléctricas.  Y en ese contexto lamenta que los procesos de paz…no han propiciado un cambio profundo de estructuras socioeconómicas en los países centroamericanos que fueron escenario de los procesos de conflicto armado o que sus territorios se usaron para involucrarse en estas guerras internas.  Permanecen en Centroamérica las causas que motivaron la rebelión y la guerra revolucionaria en varios países.

El documento añade que esta situación es fruto de una “civilización del capital” que privilegia desmesurada e inequitativamente al capital por encima del trabajo, y de una “civilización de la riqueza” que supervalora el enriquecimiento insaciable e infravalora la pobreza permanente de muchos.

“El Apostolado Social de la Compañía de Jesús” sueña con “otra Centroamérica” donde todos y todas compartamos la mesa del “Banquete del Reino” desde una promoción creativa desde la civilización del trabajo y de la pobreza, contrapuesta dialécticamente a la civilización del capital y de la riqueza.  Una civilización que afronte el modo actual consumista del desarrollo capitalista.

Así, hay jesuitas para el siglo XXI.

Esta ntrada fue publicada originalmente en el CEES; y la ilustración se halla en el convento de Capuchinas (La Antigua Guatemala), la foto es por Luis F. Prieto.


23
Abr 13

¿Jesuitas al ataque?

Apostolado social de la Compañía de Jesús en Centroamérica se titula un documento que acabo de leer y que vale la pena compartir.  Pero antes…unos antecedentes.

A finales de los años 50 y principios de los 60, los chicos que estudiaban en colegios jesuitas leían una obra bien elaborada llamada En la escuela de lo social: manual de formacion social para la juventud, por Dionisio Aranzadi s.j. y Carlos Giner s.j.

He aquí el tono de aquella obra:

No fiarse de lo que hemos oído en casa, porque esa fuente está intrínsecamente enrarecida pues está impurificada con un prejuicio clasista.

En una parte truena con que ¿cómo se explica que los ricos vivan tan tranquilos sabiendo que Jesucristo los condenó?” Pero más adelante pone como modelo a un ejercitante de Loyola, que asustado le dice al director de Ejercicios: Padre, he hecho una gran fortuna en América. No piense que ha sido por medios ilícitos.  Pero…ahí tiene usted un cheque con todo mi capital. Tome.

El libro citado describe a las reducciones de indios, en Paraguay, como el mejor ejemplo de una acción inteligente de la Iglesia que se adapta a la capacidad del neófito y atiende por igual a la parte material y espiritual de sus hijos.

Con respecto a la propiedad, los autores de En la escuela de lo social citan a Ambrosio: ¿Hasta dónde se extienden, oh ricos, vuestros irracionales apetitos? No das limosna al pobre de lo que es tuyo, sino que le devuelves lo que es suyo; y a Gregorio Magno: La tierra…es común patrimonio de los hombres.  En vano, pues, se creen inocentes cuando toman para su uso particular el don que hizo Dios común a todos.

Apostolado social de la Compañía de Jesús en Centroamérica

Este plan estratégico se basa en las tareas que la Comisión Provincial del Apostolado Social se propuso impulsar regional e intersectorialmente por medio de las obras de la Compañía de Jesús en Centroamérica y organizaciones amigas; y es una actualización del que se hizo en 2005.

El documento hace referencias a la desigual tenencia de la tierra y a cómo es que lo que llama capitalismo y desigualdad, según los autores, son lo que configuró la agricultura de agroexportación.  No sólo se refiere a los tradicionales café, azúcar, algodón y banano; sino que hace referencia a la palma africana, a la minería y a las hidroeléctricas.  Y en ese contexto lamenta que los procesos de paz…no han propiciado un cambio profundo de estructuras socioeconómicas en los países centroamericanos que fueron escenario de los procesos de conflicto armado o que sus territorios se usaron para involucrarse en estas guerras internas.  Permanecen en Centroamérica las causas que motivaron la rebelión y la guerra revolucionaria en varios países.

El documento añade que esta situación es fruto de una “civilización del capital” que privilegia desmesurada e inequitativamente al capital por encima del trabajo, y de una “civilización de la riqueza” que supervalora el enriquecimiento insaciable e infravalora la pobreza permanente de muchos.

El Apostolado Social de la Compañía de Jesús sueña con “otra Centroamérica” donde todos y todas compartamos la mesa del “Banquete del Reino” desde una promoción creativa desde la civilización del trabajo y de la pobreza, contrapuesta dialécticamente a la civilización del capital y de la riqueza.  Una civilización que afronte el modo actual consumista del del desarrollo capítalista.

Hagámos aquí una pausa.  El apostolado jesuita, ¿está diciendo, de verdad, que la civilización de la pobreza debería sustituir a la civilización de la riqueza? ¿Está sugiriendo que la rebelión, la guerra revolucionaria y el conflicto armado se justificarían ahora porque permanecen sus supuestas motivaciones?  De verdad espero que no.

De hecho, de lo que habla es de una participación ciudadana, honesta y responsable desde una movilización social con objetivos concretos humanizantes: lucha contra la violencia empezando desde los hogares y los barrios y colonias; respeto e igualdad de genero en la vida ciudadana y laboral y en el acceso a la educación emancipadora; respeto y dignificación de las culturas originarias y afroamericanas, y espacialmente de sus propias lenguas: medios de comunicación populares y en manos de la ciudadanía, desde las frecuencias radiales y televisivas hasta la prensa, internet y las redes sociales.

Voy a pararle aquí porque es un documento largo de resumir; y voy a suponer que por lo ya transcrito vas teniendo una idea de cuál es el tono de este documento y cuál es su relación con En la escuela de lo social y con la monja anticapitalista que comentaré abajoSi lo deseas puedes ver aquí el documento del Apostolado.

En las páginas 30 a la 42 está la matriz del plan. Préstale especial atención a la columna de indicadores que es lo que refleja de manera clara las acciones concretas que se espera de los miembros y amigos de la pastoral jesuita.

El caso de la monja anticapitalista

No tiene que ver, pero sí tiene que ver, el caso de Teresa Forcades, moja que desde un convento en Cataluña que se ha dado cuenta de que el modelo económico actual, y el orden político e institucional ha colapsado.  Forcades dice que es urgente crear un nuevo modelo político y social sin repetir fórmulas del pasado. Cosas con la que uno no puede estar más de acuerdo.  Lamentablemente lo que propone es expropiación y estatizacion de la banca, no a las privatizaciones y a la austeridad fiscal, economía ecológica, expropiación y estatización de las empresas de energía y de la soberanía alimenticia, estatización de los medios de comunicación.  Todas estas, fórmulas del pasado. Todas aquellas, fórmulas del pasado.


18
Feb 13

Libertad de expresión, “Plaza pública”, e impostura

Estoy de acuerdo con la idea de que los medios de comunicación -incluidos los masivos- existen para el ejercicio de la libertad de expresión de sus propietarios; y por eso creo que no se debe limitar la existencia de medios de comunicación.  The more, the merrier; porque así los hay para todos los gustos.  Creo, también -pero esta es una consideración más mercadológica, que de otra naturaleza- que a los medios de comunicación que tienen pretensiones de ser masivos, les conviene ser diversos.  Y a los usuarios nos conviene que compitan.

Estoy convencido de que cuando los propietarios de un medio de comunicación deciden publicar algo, o no, lo que hacen es ejercer su derecho de propiedad y que esa decisión no constituye censura.  El propietario tiene derecho a decidir qué ideas va a apoyar con sus recursos, y qué ideas no.  Y ya que hay ideas buenas, e ideas malas, no considero que sea algo virtuoso financiar, o apoyar la diseminación de las ideas malas.  Es más, creo que eso es intrínsecamente malo.  El buen periodismo debe ser objetivo; pero…¿tiene que ser imparcial?

Dicho lo anterior no me parece que Plaza pública haya cometido censura cuando su director, Martín Rodríguez tomó la decisión de quitar una columna de opinión y cerrar el blog: La vida parcialmente examinada, compartido por Walda Salazar y Oscar Pineda.  El director de aquel medio actuó en defensa de los intereses de los propietarios del diario y de sus patrocinadores.  El diario es de los jesuitas y estos tienen derecho a pedirles a sus empleados y a sus colaboradores que no critiquen a la Compañía, ni al Papa, ni al Vaticano.

Y hasta aquí llegaría la cosa si no fuera porque Plaza pública se presenta como paladín de la libertad de expresión sin compromisos con los poderes, ni con los patrocinadores o anunciantes.  Con respecto a la relación entre el periodismo y los patrocinadores, el 9 de marzo de 2012 el diario publicó un editorial titulado El periodismo y la censura empresarial.  En esa pieza el diario afirmó que  uno de los problemas más profundos de la libertad de expresión en una democracia y la consideración del derecho a la información como un bien público para la sociedad de Guatemala y Centroamérica: la censura empresarial y la autocensura de los medios.

“Plaza pública” surgió…porque un grupo de periodistas estábamos frustrados con los límites a la libertad de expresión y de prensa que existen en los medios tradicionales a la hora de abordar …el papel del sector privado en nuestro país.

Los periodistas y los medios en Guatemala nos legaron en 25 años una democracia en la que le perdieron el miedo a fiscalizar a los políticos y a los militares, pero nos heredaron también una gran deuda en cuanto a describirnos al resto de poderes en la sociedad, empezando por los más poderosos, los empresarios. Y es que, contrario a las restricciones imaginarias construidas por el discurso conservador, la cosa pública, el interés público, eso que debe ser discutido y abordado por una sociedad, no se limita a las acciones y a los actores del Estado.

En la democracia guatemalteca y su libertad de expresión –abortada en el siglo XX y amordazada desde el Estado al amparo de la elite conservadora– es comprensible que la alerta permanente para evitar censuras dirija sus reflectores a los políticos y al Estado. No está de más.

Pero desde esta tribuna…queremos apuntar otros reflectores hacia la censura que ejerce fuera de micrófonos parte del sector privado sobre el periodismo en Guatemala y que no tiene que ver con la línea editorial de los medios, línea que en muchos casos, da buen y legítimo cobijo a los intereses patronales. Es algo cotidiano que ante un cuestionamiento de parte de un reportero, un empresario llame al dueño del medio para vetar artículos que considera que pueden afectar a las aspiraciones de su empresas, o de sus amigos, casi siempre con éxito. O incluso llegar al extremo de que telefónicas tengan el poder de vetar cartas de los lectores que sean críticas con sus servicios.

En aquellas líneas, Plaza pública daba la impresión de ser un medio que estaría libre de la censura, o autocensura que supuestamente ejercen los poderosos, los dueños, los anunciantes y los patrocinadores.  Daba la impresión de que se erigía frente a los lectores un medio de comunicación al que no frustrarían los límites a la libertad de expresión que ejercen los poderosos y los conservadores.  Daba la impresión de que sus reflectores no iban a apuntar sólo a las acciones de los políticos y del estado, sino que iban a ser de más amplio espectro.  Daba la impresión de que ninguno de sus colaboradores iba a recibir llamada alguna de propietario alguno  para vetar artículos que perjudicaran sus intereses, o los de sus amigos.  Y daba la impresión de que, si eso llegara a suceder, el que llamara no iba a tener éxito.

Pero qué va.  Ahí está que no.  Ahí está que era impostura.  Ahí está que a Plaza pública, como a cualquier otro medio de comunicación masivo, tiene que pensar dos veces si se mete con sus propietarios, con sus intereses, con los amigos de sus propietarios, con los socios de sus propietarios, ni con sus intereses.  Y si se mete…tiene que enfrentar las consecuencias.

Más valiente y cabal hubiera sido que Plaza pública fuera sido objetivo y que no se hubiera puesto ínfulas de paladín contra los poderes, ni contra los intereses de los propietarios y patrocinadores de otros medios.  Mejor hubiera sido que, desde el principio, hubieran dicho que aunque no reconocían el derecho que los anunciantes tienen de decir que ideas patrocinan y qué ideas no patrocinan, si reconocían la facultad de los jesuitas a decidir qué ideas patrocinan y qué ideas no.  Hubieran dicho, desde el principio, que no creían que los propietarios y anunciantes de otros medios tuvieran el derecho de negarle espacio y tiempo a nadie; pero que esa creencia exceptuaba a los jesuitas, al Papa, al Vaticano y a sus intereses.  Así la gente no se hubiera confundido y las cosas hubieran sido claras, respetuosas y transparentes; sobre todo para sus lectores, y también para Salazar, Pineda y otros colaboradores.

Al final de cuentas Plaza pública no va a morder la mano que le da de comer; porque si lo hace, y ad majorem dei gloriam, un jesuita va a llamar a Martín para recordarle que en ese medio no se debe criticar a los dueños, ni a los patrocinadores.