05
Oct 23

De Magallanes a Elcano: La fabulosa odisea de la primera circunnavegación

 

La primera circunnavegación del globo terrestre la concluyeron Juan Sebastián Elcano y 18 expedicionarios que llegaron a Sanlucar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522. Fue lo que quedó de la expedición que comenzó al mando de Fernando de Magallanes el 10 de agosto de 1519.

Haz clic en la foto para ver la conversación.

La siguiente es una conversación sobre esa hazaña que tuve con el historiador Francisco Sánchez.

Es una oportunidad para celebrar el espíritu humano y recordar que el mundo es un continuo unido por el mar, un mar que une civilizaciones y nos recuerda que estamos unidos en una esfera…navegando, explicó Francisco.

La expedición reunió lo mejor de la tecnología y la ciencia, el mejor conocimiento y espíritu emprendedor de la época en busca de especias, organizada gracias a inversiones privadas. También reunió a personajes notables como Gonzálo Gómez de Espinosa, que luego vendría a Guatemala, Elcano y, por supuesto, a Magallanes, explicó el historiador.

Si te gusta la historia te va a gustar esta conversación.


15
Sep 23

Independencia: más que un día, tradición familiar

 

Cuando era yo niño, sobre todo si me tocaba pasar el asueto en casa de mi abuelita Juanita, ella y mi tía abuela La Mamita me llevaban a ver el desfile del 15 de septiembre.  Para mí era una ocasión festiva que precedía, por dos días, a mi cumpleaños.

La Constitucíón de la monarquía española o Constitución de Cádiz, 1812. También conocida como La Pepa.

Era usual que lo viéramos en el parque Gómez Carrillo -al que aquellas viejitas llamaban parque Concordia- y me encantaba ver pasar los pelotones y las bandas.  Eso sí, cuando me tocó marchar de verdad, en Primero básico, preferí irme al mar con mis padres y por eso por poco y pierdo la clase de Educación Física. ¿Por qué no la perdí? Porque a mis profesores se les olvidó…creo…y al final pasé la clase.

Durante muchos años los festejos de la Independencia -que en realidad fue una Desvinculación- perdieron encanto para mí. Pero desde hace una década, minutos más, minutos menos, en casa celebramos la efeméride.

Mis estudiantes hicieron este dibujo el 14 de septiembre pasado, en el pizarrón.

¡Nos encantan las antorchas del día 14 y las vemos en la zona 1 y en el monumento a los próceres de la Independencia!, donde la alegría de los jóvenes y la de las familias es tan contagiosa. 

En casa tenemos una tradición para el día de hoy.  Es el “potluck” chino de Independencia.  ¿En qué consiste? Pues resulta que en la costa sur, después del desfile las familias van a almorzar a restaurantes chinos.  En alusión a esa costumbre, un grupo de amigos nos reunimos al medio día, cada quién lleva un plato chino comprado en el restaurante de su preferencia, y en casa nos juntamos con docenas de platos diferentes y nadie sabe qué habrá. 

Luego de almorzar sale el café, un breve descanso y agarramos camino para la zona 1 con el propósito de disfrutar de las bandas en las calles y asistir a los actos en la Plaza de la Constitución. 

No celebramos por el nacionalismo colectivista contra el que han advertido pensadores como Ludwig von Mises, sino porque esta tierra es nuestra; y porque nos gustan el barullo y los festejos populares y callejeros.  Hay algo…¿mágico?…cuando suenan las notas del Himno de Centroamérica y sólo unos pocos nos sabemos la letra.

Jóvenes y antorchas frene a mi ventana.

Ahora bien, ¿por qué Desvinculación en vez de Independencia?

Porque en el contexto de la particularidad pactista de la Monarquía Hispana, el Reino de Guatemala fue uno de los muchos reinos que conformaron aquella monarquía.  Goatemala no era una colonia propiamente dicha y la Constitución de Cádiz integró a los hispanoamericanos como españoles. Esta parte de la historia se aclara mucho en el libro 15 de septiembre de 1821, por David Hernández. 

David explica que si se define colonias como territorios regidos por leyes especiales, todos los territorios que conformaban la Monarquía Hispánica podrían ser denominados colonias, incluidos los peninsulares, pues por medio del pacto, todos mantenían sus fueros y sus particularidades políticas.  Si colonia es un territorio dominado y administrado por una potencia extranjera, ese calificativo nunca podría ser aplicado a los reinos vinculados a la Monarquía Hispánica, ya que esta no fue una potencia extranjera (a pesar de la propaganda política del siglo XIX), sino que fue la potencia que creó Hispanoamérica.  Siguiendo la tradición pactista propia de la península ibérica, el poder pertenecía a la comunidad cristiana, no al rey y aquella comunidad elegía a un rey para que administrara el poder en su nombre.

¿Y qué es la tradición pactista? Formulada por Isidoro de Sevilla, en el siglo VI, alcanzó a los maestros de la escolástica tardía en Salamanca quienes la adecuaron para los Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.  Consiste en que un pacto entre la comunidad cristiana y el rey es el que le da legitimidad a este para gobernar.  Esa entrega de poder no era absoluta, sino que el poder siempre emanaba y residía en la comunidad o pueblo, pudiendo este recuperarlo en cualquier momento si se cumplían una serie de requisitos.  Sobre todo si el rey administraba el poder de forma injusta.

En consecuencia, los pueblos hispanoamericanos siempre contaron con mecanismos legales, basados en aquella tradición hispana, para desvincularse de una monarquía tiránica, o de una usurpada.  Si aquello ocurría, el pacto quedaba disuelto. 

Sea pues, este día de fiesta, uno propicio para celebrar la vida, y para meditar sobre la historia, sus protagonistas, sus instituciones y sobre lo que podemos aprender para mejorar nuestra calidad de vida.

Columna publicada en República.


17
Ago 23

122 años de emociones: Hipódromo Nacional en tiempos pasados

 

Una copa de plata dada por mi tatarabuelo, Emilio Schuman, fue el premio para el ganador de la séptima carrera de caballos celebrada el 17 de agosto de 1901 en el Hipódromo Nacional de Guatemala, es decir, hace exactamente 122 años, en tiempos de don Manuel Estrada Cabrera.

Emilio, y su hija -mi bisabuela, Mami- criaban caballos de carreras. Recuerdo que mi abuela, Frances, contaba que una de las yeguas campeonas de Mami, o Nueva Orleans se llamaba Lucky Lester y que ganaba carreras en La Habana y en Miami, o Nueva Orleans (esto último no lo recuerdo bien).  

En aquel tiempo el Hipódromo Nacional se encontraba al final de la avenida Simeón Cañas y por eso es que a esa área se la llama Hipódromo del norte.  

Todavía a finales de los años 60 recuerdo haber asistido a carreras en el Hipódromo del sur, que fue construido en tiempos de don Jorge Ubico en la finca La Aurora.  Recuerdo haber ido con compañía de mis padres y de mi tío abuelo, Jorge (hijo de Mami), que había sido jockey

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.


09
Ago 23

Oppenheimer, Hiroshima y Nagasaki

 

Iba a escribir esta nota luego de ver la película Oppenheimer; pero resulta que hoy es el aniversario de la explosión de Fat Man, la bomba atómica arrojada en Nagasaki y hay bastantes comentarios al respecto en redes sociales; así que aquí van unas meditaciones.

Hace cinco años me di cuenta de que en poco tiempo ya no habrá sobreviviente alguno, ni las experiencias atómicas en Hiroshima, y Nagasaki; y de que  muchos de los que entonces tenían suficiente edad como para recordar el horror con alguna claridad, están por entrar a la octava década de sus vidas.

Los demás, los afortunados de no haber estado ahí, ni en la guerra espantosa que precedió a las bombas, tenemos la obligación moral de entender lo que ocurrió y hacer todo lo que sea racionalmente posible para que aquello no vuelva a ocurrir.

Explosión de la bomba atómica en Nagasaki. Charles Levy, Dominio público, vía Wikimedia Commons.

Para ello te recomiendo dos lecturas:

1. El capítulo titulado Gifts from Heaven, en Nothing Less than Victory, por mi cuate John David Lewis (QEPD). No soy fan de las guerras; pero sí lo soy de la historia y de las buenas historias y de aquellos que saben contarlas.  En aquel libro John nos relata  como es que un objetivo de la guerra es acabar con la voluntad de pelear por parte del enemigo; y al identificar las motivaciones humanas detrás de los conflictos militares, su obra expone cómo es que acciones estratégicas ofensivas pueden conseguir la paz duradera.  John también explica cuál es la filosofía, o la patología social que hizo posible la participación de los japoneses en la II Guerra Mundial.

2.  La segunda lectura es el capítulo titulado An Infernal Theocracy, a Celestial Caos, de Modern Times, por Paul Johnson.  El autor destaca el rol del sintoísmo como sucesor del bushido y fuente de las ideas necesarias para el nacionalismo expansionista y para el militarismo y la violencia.

También te recomiendo la película Yamamoto Isoroku acerca del almirante japonés que dirigió el ataque a Pearl Harbor.

Esta película presenta  la perspectiva japonesa del trágico involucramiento de aquel país en la II Guerra Mundial. Cuidadosamente, la peli evade relacionar al emperador Hirohito con la política de guerra; y por ningún lado se asoma la relación que hay entre el ánimo guerrero de los políticos japoneses con la cultura sintoísta, aunque sí asoman las tradiciones samurai.

A lo largo de la peli  se hace evidente la irracionalidad que prevalecía entre políticos, militares, periodistas y personas en general frente a lo que significaba una alianza con Hitler y Mussolini; y frente a lo que significaba enfrentarse a un enemigo formidable como eran los Estados Unidos de América.

¿Tenía justificación el uso de aquellas armas? Coincido con los que opinan que sí.

Primero porque la obligación moral del gobierno de los Estados Unidos (y de los aliados) era la de evitar que continuara la matanza de jóvenes estadounidenses y de jóvenes de otros ejércitos que se hallaban en el teatro bélico del Pacífico luchando contra Japón.  Había que para esa guerra ya, y ya estaba disponible la tecnología para hacerlo.  Aquello tenía que haber terminado luego de el estallido de Little Boy sobre Hiroshima, pero la hubris es mala consejera. Segundo, porque una invasión de Japón se hubiera convertido en una carnicería demencial debido al misticismo japonés.  Esa carnicería hubiera sido entre pobladores de las islas y entre los ejércitos invasores.  Hubiera durado días, si no semanas.  No era difícil imaginar que los japoneses hubieran luchado con varas de bambú afiladas, con uñas y con dientes para defender el honor de su patria y el de su emperador.  Finalmente, los soviéticos estaban avanzando por el norte y hubieran ocupado buena parte del archipiélago nipón, y había que evitar que allá ocurriera la partición que ocurrió en Alemania y en Europa.  ¿Quién, en su sano juicio, querría un Japón del norte a similitud de Europa del este…o de Corea del norte? 

Yours truly junto a una réplica de Fat Man, la bomba de Hiroshima. En la Smitsonian Institution.

Si te interesa el tema te recomiendo este vídeo de Yaron Brook.

Actualización: El 10 de agosto fui a ver la peli y de verdad te la recomiendo. Te dejo con tres frases para meditar:

  • Nadie debería ser juzgado [sometido a un proceso judicial, o político] por expresar sus opiniones con convicción.
  • No se si deben confiarnos esta arma; pero a los nazis, No.
  • Nos necesitan por lo que somos, así que sé tú mismo… solo que mejor.

Creo que esas tres frases resumen tres buenas ideas de Oppenheimer.

Dicho lo anterior y sin dejar de reconocer que Oppenheimer es una buena inversión de tres horas, algo que no deja de inquietarme -de este tipo de pelis- es una especie de justificación de los comunistas estalinistas en los Estados Unidos de América, a quienes se los pinta como liberals idealistas e inocentes que se plantan frente al mal que encarnan los ideales de aquella gran nación. 


07
Ago 23

Alegría, reflexiones y nostalgia, paseo en tren en la mejor compañía

 

Un paseo en tren por calles antiguas de la ciudad de Guatemala, en compañía de amigos, colegas, estudiantes y personas a la que le gustan este tipo de aventuras, ¿cómo no iba a ser una experiencia agradable y memorable?

Vista del patio de abordaje de la Estación Central, haz clic en la foto para ver más fotos.

Fuimos muy bien recibidos al llegar a la antigua Estación Central, nos reunimos en el patio de abordaje y el tour empezó puntual.  Tuve la oportunidad de tocar la campana de bronce de una de las locomotoras y la verdad es que se siente re chulo. El guía nos llevó por el museo donde se cuenta la historia del ferrocarril y se exhiben cajas fuertes, escafandras, equipo y materiales propios del ferrocarril; así como se recrean oficinas y servicios tales como enfermería, cocina y lavandería, una habitación de primera clase y otras.  Gracias a Pablito, por el vídeo con la campana. 

@luisficarpediem

Luisfi y la campana de la locomotra, nos vamos en el tren, paseamos en ferrocarril #tren #railroad #campana #bell Gracias a @curiouspabloz

♬ sonido original – Luis Figueroa

Abordamos -también puntualmente- y agarramos camino por la vía y por las calles de la ciudad rumbo al norte.  Cuando pasábamos por los barrios antiguos la gente salía a saludar y aunque se ve que los adultos gozan el momento, lo mejor son las caritas y ojos de los niños y de los ancianos.  El ambiente dentro de los vagones era festivo y es muy chistoso oír los comentarios de los niños. ¡Tienen tantas preguntas!

La parte sórdida y triste es cuando pasamos por La línea, en el barrio de Gerona, que es una de las áreas más miserables de prostitución en la ciudad de Guatemala.  A pesar de las bromas y de los chistes uno no puede dejar pensar en la vida dura en ese lugar y en las personas que ocupan los cuartitos de esa calle.

Pasado el momento de reflexión vuelve la diversión.  Pasamos por tres puentes: el primero es el de La Barranquilla (que es un puente de hierro inaugurado en 1894, por José María Reyna Barrios, con ocasión de la celebración de la Revolución de 1871) El objetivo del puente era tener acceso fácil a las fincas Tivoli (zona 9) y Santa Clara (zona 10), además de comunicar la región sur de la ciudad con la región norte por medio del ferrocarril. Tanto el puente como la avenida en la que se encuentra recibieron el nombre de La Barranquilla. Esto se debe a que así se le llamaba a un arroyo que recorría parte de la ciudad y terminaba en el terreno en donde ahora se encuentra el mercado La Terminal en la zona 4.

El segundo es el puente De la Penitenciaría.  Este es un puente de piedra labrada que queda sobre la Séptima avenida de la zona 4. Fue construido en 194, también, por el ingeniero italiano J. Payelá y llevado a cabo por un ingeniero inglés de apellido Blackwood.  En su extremo poniente da con la casa Mini (donde estaba el célebre Teatro del Puente, de Dick y Dialma Smith) y por su extremo oriente da a pocos metros de donde se encontraba la antigua Penitenciaría de la ciudad.  En esa casa también estuvo el Centro de Estudios Económico-Sociales. Cuando mi tío abuelo, Joaquín, salió de Guatemala, luego de la caída de don Manuel Estrada Cabrera, fue en ese puente donde saltó al tren y se fue para siempre. 

Paso sobre el puente de La Penitenciaría sobre la Séptima avenida, a mano derecha la Casa Mini.

También pasamos por el puente que está sobre la Sexta avenida; una estructura modernista, de concreto que seguramente data de los años 50 cuando fue ampliada aquella vía hacia el sur de la ciudad.  Cuando yo era niño y pasábamos por debajo de ese puente cuando sobre él pasaba el ferrocarril, en el bus del colegio levantábamos la mano porque alguien dispuso que era de buena suerte hacer eso. 

¡Todos felices por el paseo! Foto por Hana Ko.

Desde niño me fascinaban los trenes y es la primera vez que subo a uno. Me gustaban desde que oía las historias que contaban mi tía abuela, La Mamita; mi abuela, Frances y mi bisabuela, Adela.  Contaban historias de viajes que eran aventuras, contaban de las vendedoras que se acercaban en las estaciones.  Luego, desde que aprendí a leer y leía sobre trenes en la enciclopedia Mis primeros conocimientos.  ¿Tuviste una de esas? El volumen de trenes, aviones y viajes interplanetarios era uno de mis favoritos. Más tarde, con la lectura de La rebelión de Atlas, los trenes se volvieron a hacer presentes en mi imaginación.

Boleto del ferrocarril para este paseo.

La aventura del viernes pasado fue gracias a Cam Quesada que organizó el paseo; y lo organizó de forma impecable.  Fue una experiencia bonita y memorable para todos los que participamos, sin distinción de edades.  Si puedes participar en una de estas aventuras te lo recomiendo, puedes pedir información en Fegua 2208 4747. 


24
Jul 23

Cuando los carruajes reinaban en Guatemala

 

En 1901 el Establo de Schuman anunció que cobrará 15 pesos por el alquiler de carruajes para funerales, en vez de los 12 que cobraba hasta el momento.  

Se anunció que el alza del precio era por los fuertes gastos que hacía la empresa a diario.  El alza de 12 a 15 pesos era para el alquiler en días laborales; mientras que en días festivos el costo se mantenía en 16 pesos.

El propietario de aquella empresa de carruajes era Emilio Schuman, padre de mi bisabuela, Mami.

…y sabemos más de los precios de alquiler de carruajes en aquellos tiempos.

El alquiler de un landó de primera clase, o un victoria costaban ocho pesos; un cabriolet o surrey, costaba seis pesos; un buggy con tronco (dos caballos) tenía un precio de 20 pesos; en tanto que un buggy con un caballo costaba 15 pesos; finalmente el alquiler de un faetón tenía un precio de 25. pesos. ¿Es posible que un buggy sea un cupé?

Me encantan las advertencias del anuncio:

  1. Las personas que usen carruajes sin cochero serán responsables por los desperfectos que sufran el vehículo, o los caballos. 
  2. En días festivos por la tarde no se alquilaban carruajes por menos de dos horas.
  3. Los carruajes eran enviados a su destino con cinco, o diez minutos de anticipación de la hora pedida; pero el cliente pagaba hasta la entrada al establo.
  4. Para matrimonios o funerales la empresa no daba sus carruajes por menos de dos horas.
  5. La empresa se reservaba el derecho las tarifas en días extraordinarios.

07
Jul 23

Minerva y el positivismo en Guatemala: una visión histórica reveladora

 

Minerva en Guatemala. La presencia de la diosa romana en las artes y en la guerra ordenada en el gobierno de Manuel Estrada Cabrera fue el título de una conferencia que ofreció el investigador e historiador Ricardo del Molino en el Museo Popol Vuh.

En dos platos, Ricardo nos contó que el régimen de Estrada Cabrera fue la más pura y profunda manifestación política del positivismo de Augusto Comte no sólo en Hispanoamérica, sino en el mundo.  ¿Y qué es el positivismo? Una filosofía que sostiene que todo conocimiento genuino es el resultado de la interpretación de hallazgos sensorialmente observables y verificables. Es decir, de hallazgos medibles y contables. 

Mi bisabuela, Adela, y su amiga Clara Schippers en la carroza frente al templo de Minerva. Haz clic en la foto para ver más fotos. La foto es de mi álbum familiar.

Los positivistas creían que los fenómenos sociales eran susceptibles de ser observados y comprehendidos mediante el mismo método que se usa en las ciencias naturales.  Su lema político, plasmado en la bandera de Brasil, es Orden y progreso.  El propósito de la guerra ordenada, enunciado arriba, era el de imponer un orden social; y en ese contexto, los positivistas estaban convencidos de que el progreso era imparable y sólo traía cosas buenas. 

Marte, pues, es el dios romano de la guerra agresiva, irracionalmente violenta y conflictiva; en tanto que Minerva es la diosa de la guerra ordenada y racional contra la ignorancia y la barbarie, por la educación y por la ciencia. Pero más que científico y racional, el positivismo era cientificista y racionalista; y gozaba de buena prensa.  ¿Has leído Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos? ¿O por lo menos has visto la peli con María Félix? La hacienda Altamira y el protagonista Santos Luzardo son símbolos positivistas que estaban muy vivos en 1929, y décadas más tarde.

Lo fascinante de la hipótesis de Ricardo es que el tirano de los 22 años deja de ser sólo el dictador caprichoso y sediento de poder que pintaron Rafael Arévalo Martínez y Miguel Ángel Asturias (este último con una maestría admirable), sino que su gobierno (quizás agriado por la muerte temprana y trágica de sus hijos y por una serie de atentados), se enmarca brillantemente en el contexto de una filosofía que gozaba de mucho prestigio desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX…y sobrevive en el XXI.

A mi lado liberal clásico el positivismo le incomoda porque quienes hemos leído a Friedrich A. Hayek y a otros autores similares entendemos que el progreso no es inevitable y entendemos que lo que conocemos como progreso social en realidad es evolución social.  Entendemos, por ejemplo, que lo que la gente conoce como progreso, no siempre trae cosas buenas porque la evolución social es un largo proceso de prueba y error.  Y entendemos que el ideal de orden y progreso es peligroso porque…bueno…es constructivista, ¿quién va a ser el ordenador? ¿Qué entiende ese ordenador por orden? ¿Qué entiende por progreso? ¿El orden y el progreso van a ser a costa de la libertad? ¿Van a ser a costa del individualismo? ¿Van a ser medidos desde una perspectiva colectivista? 

Eso, sí, como dice Hayek, sin las fuerzas que producen eso que llamamos progreso, la civilización y todo lo que valoramos -y ciertamente casi todo lo que distingue al hombre de las bestias-, o no existiría o no podría mantenerse por más tiempo.

A mi lado objetivista el positivismo le incomoda porque Comte fue quien desarrolló el concepto de altruismo en su Catecismo positivista.  No debemos confundir altruismo con benevolencia, sino que hay que entenderlo en su significado original: la idea de que todos estamos moralmente obligados a vivir para los demás y que, por lo tanto, no existen los derechos individuales.  Apunta hacia una supuesta identidad de los intereses personales con los de la comunidad y no sorprende que -por esa vía y poco más tarde- otros pensadores hayan arribado a la idea espantosa de que el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

Ayn Rand explicó que para el altruismo el “beneficiario” de una acción es el único criterio de valor moral y en tanto que el beneficiario sea cualquiera menos uno, todo se vale.

Entender a don Manuel Estrada Cabrera y sus minervalias en un contexto neoclásico -más universal que el de la dictadura hispanoamericana ramplona- le da dimensiones nuevas (que no necesariamente buenas) al período de la historia guatemalteca entre 1898 y 1920.  También invita a pensar qué del positivismo comtiano -racionalista y constructivista- todavía está bien, bien vivo entre nosotros los chapines para desgracia nuestra.

Columna publicada en República


05
Jul 23

Bertha, Harry y Fanny en las carreras de caballos

 

Bertha y Harry son los nombres de la yegua y el caballo -de mi tatarabuelo Emilio Schuman- que corrieron en carreras celebrada el domingo 27 de agosto de 1899. Fanny era el nombre de una yegua suya que compitió en las carreras del 19 de agosto de 1900 en beneficio del Hospital Militar.

En la quinta carrera del día programado Bertha compitió contra Rayo, de Anselmo Ruiz. La yegua llevaba un jockey café y rojo. En la sexta carrera de aquella ocasión, Harry compitió contra Dan, de Mr. Cock. 

La nota periodística del 26 de agosto en el Diario de Centroamérica dice que estos caballos darán tres veces dos vueltas y llevará la ventaja el que gane en dos de las veces

Voy a suponer que las carreras se celebraron en el Hipódromo del norte y ocurrieron durante la presidencia de don Manuel Estrada Cabrera

La mamá de Emilio, mi tatara-tatarabuela se llamaba Bertha, ¿será por eso que la yegua llevaba ese nombre? 

Al año siguiente, el 19 de agosto de 1900 también hubo carreras y en esa ocasión en beneficio del Hospital Militar.  Fanny era el nombre de la yegua de Emilio, una colorada de los Estados Unidos de América que compitió con jockey que vestía colores azul y colorado en la quinta carrera. Fanny compitió contra Marquesa, de F. Estrada De León; y Río Bravo, de W. H. Smith.

En la sexta carrera de ese día, un caballo negro, de nombre Huérfano, que era de mi tatarabuelo compitió con un jockey que llevaba los colores celeste y rosa.  Los contrincantes fueron Rayo, de Juan J. Meza; y. Calvado de Miguel Aparicio.

Fanny Shook, por cierto, era el nombre de soltera de la segunda esposa de mi tatarabuelo.  Fanny es diminutivo de Frances y por eso es que mi abuela, nieta de la primera esposa de Emilio llevaba ese nombre. 

Fanny Shook Schuman, segunda esposa de mi tatarabuelo, Emilio.

No se quiénes ganaron, pero en ambas ocasiones el premio era de $500.

En aquella ocasión también hubo carreras de cintas y de bicicletas.  

Gracias a Andrés Schwartz por la pista.


14
Jun 23

La moda masculina en 1898

 

Los requerimientos de la moda masculina, en 1898, eran elevados según el Salón de la moda, de Barcelona, en una reseña publicada en el Diario de Centro América, aquí en Guatemala.

Un hombre bien, de aquellos tiempos, necesitaba un traje de la mañana; un traje de la tarde, o de visita; uno traje para misa, o boda cuando no fuera parte de la comitiva; otro de comida íntima; necesitaba un traje de banquete; uno de boda cuando formaba parte de la comitiva; un traje de entierro si presidía el duelo, otro de ópera; uno más de teatro; otro de baile; y uno de recepción oficial. 

El otro día ofrecí contar la historia de la chaqueta de estar en casa, de James H. Vinter; así que aprovecho ahora.  En los años 30, James H. Vinter fue el gerente del Anglo South American Bank (que precedió al Banco de Londres y Montreal, que todavía conocí). También fue fundador del hotel Casa Contenta, en Panajachel, establecimiento que luego fue de mi bisabuela, Adela S. de Morales

Mi bisabuela me heredó sus muebles de dormitorio y entre lo que había adentro hallamos una chaqueta de estar en casa que, según Mami, había sido de Mr. Vinter.  Era una chaqueta de tela verde, de una textura suave y muy agradable, con solapas y el borde de las mangas de seda negra.  Era una pieza elegante y que cool era el concepto de chaqueta para estar en casa

Durante mucho tiempo la tuve en casa y la usaba para disfraces; hasta que un día me la robaron cuando yo estudiaba en la University of Maryland.  Así que así se perdió en la guerra la chaqueta de Mr. Vinter. Que algo se perdió en la guerra es un dicho que usamos en casa para referirnos a objetos históricos que hemos perdido en mudanzas, limpiezas generalizadas y profundas, o por descuido…y en este caso por robo.

Por cierto que James H. Vinter y su esposa, Edythh, se hallan enterrados en el espacio de la colonia británica en el Cementerio General de la ciudad de Guatemala. De cuando en cuando, mi abuela, Frances, a quien yo acompañaba, pasaba por ese lugar para asegurarse de que aquellas tumbas estuvieran limpias. ¿Cómo estarán ahora? Edyth, por cierto, fue filántropa vinculada a la Sociedad Protectora del Niño, organización con la que también colaboraba mi abuela, Frances. 

De vuelta al tema de la elegancia de ilo tempore, el columnista de Prensa Libre, Valentín Solórzano, una vez escribió que mi abuelo, Luis Figueroa Olaverri, era el arbiter elegantiarum o árbitro de la elegancia durante la generación de los 30; y estoy seguro que lo fue hasta que falleció en 1963.  Ciertamente era un hombre muy elegante.

Gracias a Andres Schwartz por la pista sobre la moda en 1898.


12
Jun 23

Gösta Gerring y la barba amarilla

 

Gösta Gerring fue un fotógrafo, escritor y documentalista sueco que falleció en Guatemala como consecuencia de una mordedura de barba amarilla, una de las serpientes más letales de por aquí.  Está enterrado en el lote de mi bisabuela, Adela -en el Cementerio General de la ciudad de Guatemala- y la historia de su muerte me impresionó mucho cuando era niño.

La lápida de Gösta Gerring se halla al lado de donde estuvo sepultado mi abuelo, Luis, y a unos metros de donde está enterrada mi bisabuela, Mami.

Mi abuela, Frances, contaba que Gerring fue mordido por la sierpe y que había muerto desangrado.  Está enterrado aquí porque así lo había pedido y porque él su esposa, Dagmar, eran muy amigos de Mami, mi bisabuela. Mami tenía una foto de Daggy sobre la chimenea, en su cuarto.

Gösta Gerring se describía a sí mismo como explorador, y durante mi visita al reino Kan y a El Mirador, siempre tuve a aquel personaje en mi mente cuando cruzábamos la selva y atravesábamos los bajos. Sobre todo cuando vimos una piel de culebra y olimos orines de ofidio en El Tintal. 

Gösta Gerring en 1943. La foto la tomé de https://hjordisniven.com/hjordis-genberg-1930-1940/

El explorador murió en la ciudad de Guatemala en 1946 a la edad de 36 años. Los padres de Gerring visitaron Guatemala después de la muerte de Gösta y le obsequiaron a mi bisabuela un libro titulado This Land of Sweden, que tuve en mi biblioteca durante mucho tiempo, hasta que se perdió en la guerra. Ese es un dicho que usamos en casa para referirnos a objetos históricos que hemos perdido en mudanzas, limpiezas generalizadas y profundas, o por descuido.

A continuación puedes ver un documental que Gerring filmó en Colombia, en 1942. En esta película conocemos al cafetalero Erik von Sneidern en su plantación en las montañas colombianas, a dos mil metros sobre el nivel del mar. Podemos seguir todo el proceso del café, desde que se recogen las bayas, hasta que el esposo y la esposa Sneidern y su hijo toman su café en la terraza y toman una siesta en la hamaca.

Una plantación de café sueco en Colombia, haz clic para ver un documental de Gerring.

¿Qué cosas se han perdido en la guerra? Una piedra para alisar tusas con las que se fabricaban cigarrillos en el siglo XIX, esa me la regaló mi abuelita Juanita; una de los dos jades que me obsequió mi abuelita, Frances; el estuche de cortauñas que era de mi abuelo, Luis, que me regaló mi padre; encendedores de mecha con las firmas de mi padre y de mi madre; la chaqueta de estar en casa, de James H. Vinter (esa es historia para otro día), una colección de litografías de Carlos Mérida y cosas así.