Vandalismo en momumentos

La semana pasada visité en monumento a los héroes de la guerra nacional de Centroamérica contra los filibusteros y dos cosas me impresionaron, el vandalismo del que ha sido víctima ese lugar y que casi nadie sabe cual fue aquella guerra.

La visita fue durante un paseo alegre y educativo.

El monumento ha sido víctima de dos tipos de vandalismos: el de los chatarreros que se robaron casi todas las placas y muchos bustos en las avenidas de la Reforma, las América y otras partes de la ciudad; y el de los ignorantes que creen que es un monumento al ejército y en sus fiebres revolucionarias la agarran contra el conjunto.

En aquel lugar faltan bustos, piezas como la balanza de la justicia, un brazo a alguna alegoría, una espada aquí y otra allá, y así.  ¿Has visto las placas da ese monumento? Son hermosas y muestran edificios que ya no existen en la ciudad.

Da algo de rabia y tristeza que cafres y palurdos destruyan los monumentos de la ciudad.

Y ahora, ¿cual fue la guerra centroamericana contra los filubusteros? La que los centroamericanos lucharon contra Willliam Walker y sus aventureros en Nicaragua.  Los centroamericanos expulsaron a los filubusteros.

Tiene que ver, y no tiene que ver que circula un vídeo de unos patojos poniéndole ropa al monumento de Miguel Angel Asturias. ¿Cuál es la diferencia entre lo que hacen esos chicos, con lo que hacen otros? Los de MAA le ponen ropa a la estatua, se divierten y no hacen daños; pero otros grupos pintan con spray los monumentos -el Palacio Nacional entre ellos-, se roban piezas o sólo los destruyen y no lo hacen por diversión, sino por odio y rencor.

Hace años era costumbre ponerles condones a los toros de la Reforma, y eso es sólo una broma, no daña, ni destruye. Antes era costumbre encaramarse a la Torre del Reformador y, aunque era una imprudencia, no había daños, ni destrozos.

Hay que poner las cosas en perspectiva, ¿verdad? Cuando yo estudiaba en la University of Maryland at College Park, oí la historia de que hace décadas los estudiantes de otra universidad habían secuestrado el monumento a Testudo (la mascota de UMD) y que los de Maryland habían tenido que irla a rescatar.  Hay una gran diferencia entre bromas de estudiantes y vandalismo.

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