26
Ene 24

Rivalidades, pasiones  y cicatrices que han hecho historia

 

¿Qué es lo que no puede gustar de una buena polémica? ¿O de una buena rivalidad? Sobre todo, si aquellas tienen cierta altura; y más que nada si son de relevancia histórica, y podemos aprender de ellas.

Pues bien, el escritor Roberto Ardón se dio a la labor de investigar seis rivalidades o duelos políticos que han marcado la historia de Guatemala.  Esto es porque han trascendido a sus tiempos y han permanecido controversiales por muchos años;  porque los participantes hicieron uso de todos los recursos disponibles incluidas la pluma, el púlpito, los medios masivos de comunicación, las redes sociales y las armas según fuera la tecnología disponible, y el tenor de los tiempos; porque los rivales consiguieron legiones de seguidores de todas las edades y de todos los caminos de la vida; y porque los duelistas se aseguraron lugares destacados para la posteridad hasta alcanzar niveles legendarios por decir algo.

Rivalidades fue presentado el 19 de septiembre de 2023.

En su libro, Rivalidades, duelos políticos que han marcado nuestra historia, Roberto contribuye a animar el interés de los chapines por conocer de dónde venimos, por qué somos como somos y por qué tenemos las cicatrices que tenemos. ¿Cómo? Mediante la narración, exposición e interpretación de polémicas pasadas y dignas de ser recordadas, contadas y vueltas a contar.  ¿Quién no gusta de un buen relato bien contado? ¡Y más si ese relato involucra polémica, o vehemencia viva!

A mí, por ejemplo, siempre me ha gustado muchísimo un libro que me obsequió la querida y siempre bien recordada, doña Marina Marroquín, titulado En el mundo de la polémica, obra que recoge las controversias y contrapunteos entre Clemente Marroquín Rojas y personajes como Adrián Recinos, Luis Cardoza y Aragón, Enrique Muñoz Meany, Guillermo Toriello, Mario Monteforte Toledo y Ramón Blanco.  Este es un clásico de la polémica y te lo recomiendo porque es una joya en muchos niveles.

De vuelta a Rivalidades, soy team Francisco Morazán desde que terminé de entender que las guerras centroamericanas que siguieron a la desvinculación de 1821 no fueron entre países, sino entre conservadores y liberales.  Ahora, gracias a la aportación de Roberto, tengo muchas ganas de leer la polémica entre Lorenzo Montúfar y Agustín Mencos.

De la rivalidad entre Manuel Estrada Cabrera y José Piñol y Batres -sin dejar de reconocer que el primero fue un dictador, al que había que oponerse- no extraña que la iglesia católica se organizara para combatir a la religión positivista y al humanismo clásico peligroso, incluso si para ello había que llamar a la acción abierta y a la sedición; e incluso si las conferencias de Piñol fueran convenientemente circuladas, de forma privada, entre miembros de la legación diplomática de los Estados Unidos de América. ¡Sorpresa!

La rivalidad entre Jacobo Árbenz y Carlos Castillo Armas es, según yo, el duelo que levanta más pasiones y enciende más sentimientos.  Hace años escribí un artículo titulado El fuego jacobino de los linchamientos; y por jacobino quise aludir a la violencia del período del terror durante la Revolución Francesa. Pues bien, un lector se inflamó y me escribió: ¿De dónde sacás que los linchamientos vienen del gobierno del coronel Jacobo Arbenz Guzmán? Árbenz es un fetiche al que hay que conocer mejor y del que,…sospecho,…vamos a oír bastante durante algún tiempo en Guatemala.

Rivalidades es para los que amamos la historia y para los que aman la política. 

De las bien seleccionadas por Roberto, la rivalidad entre Manuel Colom y Alejandro Maldonado fue la primera que se dio durante mi vida. Yo tenía 9 años para las elecciones de 1970; pero las recuerdo por las conversaciones en casa de mis padres.  Más tarde recuerdo conversaciones sobre el debate de 1976 -en Estudio Abierto– encuentro elevado a categoría mitológica como una batalla intelectual portentosa. El 22 de marzo de 1979 yo estaba en clase, y mi amigo, Ivo -no sé cómo porque esto es antes de los teléfonos móviles y de las redes sociales virtuales- llegó con la novedad de que habían asesinado a Colom.   Recuerdo bien que todos estábamos consternados.

La rivalidad entre Dionisio Gutiérrez y Sandra Torres es de especial relevancia y actualidad porque ayuda a entender buena parte del proceso electoral que -de puro chiripazo- llevó a Bernardo Arévalo a la presidencia de la república; y puso el país en manos del Movimiento Semilla. 

La rivalidad final del libro es la de Álvaro Arzú e Iván Velásquez.  Para un escritor de historia, ha de ser muy difícil abordar la narración, exposición e interpretación de acontecimientos que todavía están calientes; pero Roberto lo hizo muy bien con esta y la rivalidad anterior.  Hasta este duelo y para mí, Arzú había sido el presidente que le entregó Guatemala a la guerrilla mediante la firma de los acuerdos de apaciguamiento; pero se hizo grande cuando enfrentó al jefe de la CICIG.  Ese enfrentamiento allanó el camino para que Jimmy Morales no renovara el acuerdo de aquel engendro.

@luisficarpediem

¿Qué es lo que no puede gustar de una buena polémica? ¿O de una buena rivalidad? Sobre todo, si aquellas tienen cierta altura; y más que nada si son de relevancia histórica, y podemos aprender de ellas #historia #politica #guatemala #rivalidades #libros #luisfi61

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Rivalidades se deja leer con facilidad; pero no es un libro lite.  La habilidad de su autor invita a que uno quiera leer más y a que uno quiera enterarse mejor acerca de sus protagonistas y de sus tiempos.  Es una invitación generosa a explorar libros y periódicos relacionados con los rivales y con los entresijos de sus polémicas porque el diablo está en los detallesRivalidades es para los que amamos la historia y para los que aman la política.  Si no eres indiferente, Rivalidades es un libro para ti.

Columna publicada en República.


19
Ene 24

Desnudando tabús: la belleza inconveniente de la libertad de expresión

 

La libertad de expresión es inconveniente; y su mayor inconveniencia es que hay que respetarla; porque, como dijo Lao-Tse, entre más tabús y prohibiciones hay en el mundo más pobre es la gente, pobreza que no sólo puede ser material, sino también cultural, espiritual y de otros órdenes intangibles.

Tabú, por cierto, es una condición de las cosas, instituciones y personas que no es lícito mencionar, tocar, o comer.  Los tabús son cosas, o acciones inaceptables que, aunque suelen ser impuestos en contextos místicos y supersticiosos; también suelen serlo en contextos políticos.  Hay tabús que son consecuencia del largo proceso de prueba y error de la evolución social; y los hay fabricados a fuerza de legislación y de manipulación de la opinión pública.

No permitas que tu voz sea silenciada. Ilustración por Madelgarius, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons.

En occidente han sido tabús, desde hace siglos, los sacrificios humanos y el canibalismo, por decir algo.  Mucho más recientemente el carácter de tabú ha recaído en la libertad de expresión; y las prohibiciones que acarrea aquel carácter tienen bajo asedio aquella libertad fundamental para la vida humana. De hecho, hay una guerra contra la libertad de expresión.

¿Cuál es el caballito de batalla más reciente de esa guerra en Guatemala? El llamado discurso de odio, concepto que es usado para cancelar e incluso linchar a personas que transgreden las reglas prohibitivas del tabú.  Como en muchos países donde los patrocinadores del tabú tienen poder político y/o influencia política, el veto es convertido en legislación y usado para amenazar con el uso de la fuerza a quienes ofendan los intereses y opiniones del grupo dominante.

La relación entre libertad y seguridad. La ilustración la tomé de Facebook.

La naturaleza arbitraria de lo que constituye un discurso de odio es una amenaza seria a la capacidad de todos de participar no sólo en debates abiertos, sino que también en conversaciones francas, e incluso amenaza el sentido del humor. También socava el principio de que la ley debe ser lo suficientemente clara para que las personas comprendan si su comportamiento es legal, o no.

¿Te acuerdas de aquella frase de Benjamín Franklin que dice que Quien renuncia a su libertad por seguridad, no merece ni libertad ni seguridad? Pues el de la libertad de expresión y el de los tabús que la amenazan es un buen tema para meditar serenamente aquella frase.

Creo en la libertad de expresión; pero… La ilustración de de La Atlas Society.

A los seres humanos nos gusta pensar que queremos sociedades en las que florezcan las buenas ideas, la creatividad y la innovación; pero a muchas personas las intimidan…y mucho…ciertas palabras y conversaciones que surgen en ambientes donde hay libertad de explorar ideas, creatividad e innovación. Mi abuela diría que quieren tener el pastel y también se lo quieren comer.

En aquel contexto la libertad de expresión, aunque de miedo, no sólo es algo bueno, sino que es el fundamento de muchas cosas buenas.

Sin libertad de expresión, tal vez el mundo se vea libre de chistes ofensivos y de insultos dañinos; pero también estaría libre de cuestionar por qué es que quienes ejercen el poder, o influyen en él quieren prohibirnos usar ciertas palabras, o pensar ciertas ideas. ¿Te das cuenta de que la libertad de expresión y a libertad de pensamiento van de la mano?  Es que la función principal del lenguaje no es comunicar, como dicen algunos textos; sino habilitarnos para pensar…y para pensar bien.

Cuando no somos libres de expresar en público pensamientos privados, perdemos el incentivo para ser honestos e íntegros intelectualmente, filosóficamente rigurosos e incluso estéticamente audaces. En un ambiente en el que la policía del pensamiento tiene poder para usar la fuerza, o en el que el asesinato de carácter es una práctica aceptada contra la libertad de expresión, lo que quedan es la autocensura, la hipocresía y el imperio del pensamiento único que tanto convienen a las tiranías.

Por otro lado, ¿quién dice que deberíamos compartir en público todo lo que se atraviesa por la mente? ¿Quién dice que deberíamos hacerlo con la mayor frecuencia posible?  ¡Claro que el ejercicio de la libertad de expresión -que es un valor en sí mismo- se debe ejercer con prudencia!  Y la sabiduría práctica es -como otras virtudes- una que no se puede imponer. A final de cuentas, la libertad de expresión no es el derecho a ser mala persona, a ser ofensivo, ni a ser abusador; sino que es la posibilidad de educarnos a nosotros mismos, de explorar ideas (aunque parezcan odiosas), y de materializar la energía creativa en todas las muchas maneras en que podemos ser humanos.

Flemming Rose y Yours Truly en La Antigua.

¿Viste por qué es que los tabús y las prohibiciones sobre la libertad de expresión nos empobrecen? Además, como dijo Flemming Rose cuando estuvo en Guatemala, la libertad de expresión no es un derecho político, sino que es acerca de quiénes somos como seres humanos; y lo que hace a los seres humanos diferentes de otros seres es el lenguajeSomos, dijo Fleming, animales que contamos historias y nos entendemos entre nosotros mediante el lenguaje y las historias.  Eso significa que si alguien infringe ese derecho humano no sólo comete un crimen político, sino que comete un crimen contra la naturaleza humana.

@luisficarpediem

Cuando no somos libres de expresar en público pensamientos privados, perdemos el incentivo para ser honestos e íntegros intelectualmente, filosóficamente rigurosos e incluso estéticamente audaces. En un ambiente en el que la policía del pensamiento tiene poder para usar la fuerza, o en el que el asesinato de carácter es una práctica aceptada contra la libertad de expresión, lo que quedan es la autocensura, la hipocresía y el imperio del pensamiento único que tanto convienen a las tiranías #libertaddeexpresion #pensamientounico #censura #luisfi61 #benjaminfranklin #freedomofexpression

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Ningún político, ningún individuo, ningún grupo -mayoritario, ni minoritario- y ninguna opinión debería tener el poder de convertir en tabú la libertad de expresión y, en consecuencia, ocultar, cancelar o penalizar las ideas y expresiones que no quiere que exploremos, o que incluyamos en nuestras conversaciones.

Columna publicada en República.


23
Dic 23

¿Viven los ingleses en la “inglesia”?

Cuando yo tenía unos tres años les pregunté a mis papás: ¿Los ingleses viven en la inglesia? Y ellos, luego de reírse discretamente me explicaron que No y por qué. Unos pocos años después conseguí una caja blanca, de zapatos, con ella hice un botiquín personal y a en sus lados dibujé una ambulancia, un hospital y un quirófano y escribí: Cruz Roja guatemanteca.  No recuerdo si fue mi madre, o mi padre quien tuvo a su cargo explicarme que lo correcto era guatemalteca. 

Durante los rezos propios de fin de año, uno de mis hermanos decía El Señor escondido donde había que decir El señor es contigo; y decía Rueda por nosotros donde había que decir Ruega por nosotros  ¡Por supuesto que eso causaba mucha risa entre los adultos!…y a los niños también nos divirtió cuando le explicaron y nos explicaron, como iba la cosa.

Yo digo que todos hemos dicho cosas mal alguna vez, ¿cuáles son las tuyas?

Van, para ti y tu familia, mis mejores deseos para que tengan una nochebuena en paz, junto a sus seres queridos, en abundancia y salud. . Ilustración por Gordon Brownie and Other Artists, dominio público, via Wikimedia Commons.

¿Por qué les cuento esto? Porque esta temporada, al menos en este espacio, no es para dramas políticos, ni para el tipo de cosas que habrá que comentar en enero de 2024.  Podría escribir una columna navideña, pero eso ya lo he hecho en otros años.  Voy a compartirles algunos descubrimientos que hemos hecho en casa cuando vemos las producciones en Youtube de algunos creadores de contenido de poray.  Los vemos por motivos psicológicos y sociológicos, pero también por motivos recreativos porque no hay día en que no produzcan joyas como las siguientes:

La frase Primero que nada, segundo que nada es usada cuando la primera parte tiene sentido, como en Primero que nada lávate las manos; pero la segunda parte ya no tiene pies ni cabeza porque, bueno, si ya es segundo, ya no es después de nada.

Cuando cantan Feliz cumpleaños a ti, no lo dicen en plural porque sólo se cumple un año, de modo que la canción va Feliz cumpleaño a ti.  En ese mismo contexto se canta Despierta, ni bien despierta, en vez de Despierta, mi bien despierta.

No hay que desapartarse es usado en vez de No hay que apartarse

Lo que pasa es que tenés que aterrizar los pies le dice uno a otro en vez de Lo que pasa es que tenés que poner los pies sobre la tierra y en esa misma conversación se escucha “Ignorantes, ustedes, porque creen en una línea imaginaria” cuando uno está tratando de explicarle a otro lo que es el ecuador.

Cuando una persona no hace algo para disgustar a otra explica que no lo hizo para no hacerle un mal disgusto.

Si hay dudas, alguien dice.

En ese ambiente hay que tener mucho cuidado con la forma en que uno habla porque el otro día una persona le dijo a otra: Yo no te descogí a vos porque no sabés hablar.

Yo sola me estoy volando toda la batuta, dijo, el otro día, una de las participantes porque la habían dejado sola con una tarea.

En mí sigue sonando muy latente, se quejó otra creadora de contenido cuando se quejó de algo que había oído y la había incomodado. Yo trato de decir las cosas despacito para no ofender, respondió su interlocutora. Hasta el son de ahora me siguen diciendo lo mismo. comentó la primera unos párrafos después.

Hay muchas más, pero, ¿cuál es mi favorita? Mero que le dicen, como en Mero que le dicen hay que ver para los dos lados antes de cruzar la carretera; o Mero que le dicen, una de mujer tiene que tener su casita limpia

Aquellas frases no son nada fuera del otro mundo y hay montones; pero vuelvo a los equívocos que muchos conocemos y hemos cometido.

Hay una ronda de niños cuya letra dice: A pares y nones vamos a jugar; y  un cuate entendía A paresinola vamos a jugar; pero como el asunto le parecía incoherente, interpretó que lo que decía la canción era Apareció un ala. Y él, así cantaba la canción..

Hay una canción de Madonna que dice: Señorita más fina; y otro cuate entendía Señorita matutina. Había otra canción noventera que decía: New York, Río, Tokyo; y él cantaba New York, Río, Romio. Una de las que más me divirtió es la historia de otro cuate que, aquel verso de “Pinocho” que dice: Todo esto será en vano, le falta el corazón, a él le sonaba como A todo ser humano le falta el corazón, y así lo cantaba..

En Guatemala, muchos de nosotros hemos cantado Vamos a la vuelta, del toro, Torojil en la creencia de que la canción es acerca de un toro que se llama Torojil; empero, la letra verdadera dice: Vamos a la huerta, del toro, toronjil, siendo el toronjil, una hierba. Es la huerta de toronjiles.

Hay un juego que, originalmente, dice: Un, dos, tres, treinta, luz roja; pero aquí -por lo menos cuando yo era niño- decíamos: Un, dos, tres, treinta, cruz roja.

La más elaborada y compleja de todas es de las iglesieras de La costa sur. Allá hay una canción que dice Derrama una estrella/ divino fulgor./ Hermosa doncella/ nos dio el Salvador. Pues bien, las señoras en cuestión la cantan así: De rama, a una estrea/ divino fulgor/ Hermosa doncea/ nos dio El Salvador; y esto es porque entienden que no es veia, sino vea; que no es feia, sino fea; y que no es seia, sino sea. De ahí suponen que no es estrella (estreia), sino estrea. Por ese mismo motivo, no es doncella (donceia), sino doncea. Y la mara cree que el Salvador, de la canción, es el país vecino.

Ya te conté los míos y los ajenos. ¿Cuáles son tus equívocos al hablar?

Van, para ti y tu familia, mis mejores deseos para que tengan una nochebuena en paz, junto a sus seres queridos, en abundancia y salud. 

Columna publicada en República.


15
Dic 23

Legislación para crear escasez de parqueos

 

¿Te acuerdas de lo que ocurrió cuando había precios tope para el pan, la leche, el papel toilette y otros productos?  Si ya hace ratos que te pega el sol te acordarás de que el pan y la leche disminuyeron de tamaño y calidad el primero y de calidad el segundo; y de que el papel desapareció y sólo quedó uno de color verde, mal cortado y que raspaba. 

¿Sabes qué va a pasar si prospera la legislación que pretende ponerle precios tope a los parqueos? ¡Cabal! Van a empezar a escasear esos espacios tan necesarios.

Pues resulta que en el Congreso hay una propuesta para ponerle precios tope a los estacionamientos, para modificar el modelo de negocios de esos servicios y para…¡Sorpresa!…crear una comisión nacional que regule los parqueos.

La primera parte está explicada arriba; pero…¿y la segunda?  Pues te cuento que el servicio que prestan -al precio que lo prestan- los parqueos es el de proporcionar un espacio para estacionar.  Cuando uno entra a un parqueo y halla espacio, por lo que paga es por ese espacio.  Los propietarios de estacionamiento no están en el negocio de la seguridad, sino en el del espacio.

Por eso es que te lo advierten de entrada: No se responsabilizan por daños; y es que el negocio de la seguridad es otro animal que tiene otras características, requerimientos, costos y, obviamente, precios.  Y aquí está la trampa de los patrocinadores de aquella legislación: ¿En qué cabeza cabe modificar políticamente la naturaleza de un servicio privado, elevar los costos de su prestación y ponerle precio tope? Es la receta para la escasez. Durante las fiestas populares que se celebran en la zona 1, por ejemplo, cuando hacen tanta falta los estacionamientos nocturnos, pues vete haciendo a la idea de que ya no los habrá porque la legislación habrá matado los incentivos de negocio.

Se estima que el parque vehicular aumentó de 3.5. 4.6 millones en el último año.  En esas condiciones lo razonable sería incentivar la multiplicación de estacionamientos y que los precios sean regulados por la competencia; en vez de producir legislación que asfixie aquellos negocios y los excluya políticamente.

¿Te imaginas la corrupción que va a generar la facultad de la comisión reguladora para clasificar paqueos de acuerdo con tipo, categoría y ubicación y luego autorizarles tarifas?

A aquella receta añádele lo de la comisión.  Esa comisión, generará costos.  ¿Ganarán dietas los miembros? ¿Qué sueldos tendrán los técnicos que la asesorarán? Adivina quién va a pagar el costo de regular y vigilar los parqueos.  ¡Acertaste! Lo pagarás tu que eres el tributario.

La legislación en cuestión no sólo viola las libertades de producir e intercambiar; sino que fuerzan a que unos tengan que pagar por servicios que usan otros. Por qué escojo un parqueo, y no otro que esté a unos pocos metros: primero, por ubicación; segundo, porque tenga baño; tercero, porque los encargados me reconocen y son atentos; y cuarto, por accesibilidad.

Quizás debería haber dos tipos de estacionamiento: unos que sólo ofrezcan espacio, como los que hay ahora; y otros que, por el precio pactado, ofrezcan otros servicios como seguridad, seguro, limpieza y qué se yo qué más podrían querer los clientes y qué más estarían dispuestos a pagar.  Pero estos servicios deberían ser contractuales, voluntarios y pacíficos; no forzados, ni impuestos por la legislación y la política.

La propuesta mal llamada ley reguladora de estacionamiento de vehículos, debería llamarse legislación para crear escasez de estacionamiento de vehículos.

Columna publicada en República.


08
Dic 23

¿Cuántos conductores juegan a la ruleta rusa cuando manejan?

 

Poco antes de las tres de la tarde, del martes pasado, el piloto de un camión de transporte pesado perdió el control del vehículo porque le fallaron los frenos y, a una velocidad de unos 80 kilómetros por hora, chocó a por lo menos unos 15 vehículos.  Afortunadamente no hubo muertos; pero sí hubo por lo menos 6 heridos y muchos destrozos. Eso ocurrió en el kilómetro 19 de la carretera Interamericana.

¿El camión que causó aquel desastre tenía seguro? ¿Cuántos de los vehículos dañados estaban asegurados? Los heridos, ¿tenían seguros?

El accidente fue en la ruta Interamericana. Foto Prensa Libre @Transito_mixco.

Hace como 20 años me chocó un conductor imprudente en la zona 10, ni él ni yo resultamos lastimados; pero mi carro si fue dañado.  Cuando le conté el incidente a mi amiga Lissa, ella me pregunto: Pero tenés seguro, ¿verdad? Y cuando le dije que no, me espetó: Sos un irresponsable.  Y claro que ella tenía razón.  Andar por ahí manejando sin seguro es una irresponsabilidad porque conducir es una actividad peligrosa y uno está obligado moralmente a: responder por los daños que cause a otras personas, a otros vehículos e incluso a inmuebles; protegerse contra los daños que le pudieran causarle al vehículo propio y no ser una carga para los demás en caso de necesitar atención médica como consecuencia de un accidente. Esa misma semana contraté un seguro y ¡Qué alivio!

¿Cuántos transportes colectivos -que operan bajo supervisión política- no cuentan con seguros? ¿Cuántos transportes pesados andan por ahí con llantas lisas y sin mantenimiento y son operados sin seguro? ¿Cuántos motoristas andan por ahí con un death wish sin estar asegurados?

¡Por supuesto que se respeta la libertad de conducir!…pero la libertad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda y son inseparables.  Es impensable una sin la otra y la responsabilidad es la disposición y capacidad de hacerse uno responsable de sus decisiones y acciones.  Quien conduce un vehículo sin mantenimiento apropiado y el propietario de ese vehículo, el que permite que circule en esas condiciones, e incluso exige que circule en esas condiciones, deben ser responsables.  Y la primera línea de responsabilidad es la de mantener los vehículos en buen estado; la segunda línea de responsabilidad es la de tener experiencia para manejarlos y la de contratar personal con experiencia; y la tercera línea es la de contratar seguro.

Por supuesto que también se debe respetar la libertad de contratación de seguro y no es admisible que -legislativamente- se establezca un monopolio de la provisión del seguro.

Friedrich A. Hayek explicó que en occidente siempre ha sido un deber de la comunidad procurar medidas de seguridad en favor de quienes -como consecuencia de eventos que escapa a su control-se vean amenazados.  De ahí se deriva que, si de modo general es razonable proclamar la necesidad de estar protegidos contra las adversidades extremas, parece obvio que todo aquel que conduce un vehículo debería adoptar las medidas previsoras, de la clase que convenga, contra los azares habituales que te pone la vida. Entonces, los conductores de vehículos deben cubrir el riesgo de ocasionar daños a terceros, no en su interés, sino en el de quienes pudieran padecerlos por el actuar de los primeros.

¿Ya es hora de hablar de seguros de aquella naturaleza? ¿O esperamos otra tragedia?

Columna publicada en República.


01
Dic 23

Geraldina Baca-Spross, una sonata de creatividad y entusiasmo por las artes

A Geraldina Baca-Spross, promotora de arte extraordinaire, la vi por primera vez cuando mi abuela, Frances, y yo estábamos haciendo cola para entrar al espectáculo Nueces y cascabelesElla es Geraldina, me dijo mi abuela, Mira que ojos tan lindos tiene.  Y efectivamente, Geraldina se veía guapísima, y nos sonrió cuando mi abuela y yo le hicimos un gesto de saludo y entró al Teatro Nacional.

Geraldina y las artes escénicas en Guatemala son una sola.  Desde 1976 hasta lo que va del siglo XXI, la historia de la música, la danza, la ópera, el teatro, el ballet, y otras artes de esa naturaleza -en Guatemala- no puede ser escrita sin mencionar a esta dama en un lugar distinguido.

La segunda vez que la vi fue en su casa del final de la Avenida de las Américas.  Yo repartía juegos electrónicos Odyssey para ganarme unos quetzales y llegué a su casa a dejar e instalar uno.  Tuve la suerte de que ella me recibiera y ¿sabes que me impresionó muchísimo? En su casa había dos pianos. A uno, de niño, eso lo impresiona mucho.  Era evidente que era la casa de una artista y, sobre todo, la casa de una pianista, porque Geraldina también toca el piano.

Haz clic en la foto para ver una entrevista que le hice a Geraldina en 2012.

Las producciones de Geraldina no sólo han sido espectaculares siempre; sino que, las suyas, siempre han sido elegantes y de muy buen gusto.  No ha habido nada ordinario en sus producciones por sencillas que fueran.  Desde la presentación de una ópera, hasta la de un solista lucen magníficas si Geraldina las organiza.  Si el arte muestra el sentido de vida de los artistas, el arte que Geraldina produce y hace posible, es la materialización de todo lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico.

El miércoles pasado, Geraldina Baca-Spross recibió el reconocimiento Llamas de la Libertad de parte del Consejo Directivo de la Universidad Francisco Marroquín, presea que se otorga a personas que han llevado la misión de la Universidad un paso más allá.  Más merecido, imposible, porque Geraldina ha llevado, a las artes, donde tanto se necesitan, los valores estéticos propios de una sociedad abierta y de personas libres. La vida de Geraldina es la prueba de que una vida con propósito es una vida plena y feliz.

He tenido la dicha de ser invitado a seis producciones de Geraldina, primero enla Organización para las Artes de la Universidad Francisco Marroquín y luego en el Departamento de Artes Escénicas, de la Casa de la Libertad.  Primero en Monstruos y prodigios, como un miembro del público que inicia una guerra de pan con los actores; luego en Holiday of Musicals, como un estudiante preguntón; más tarde en El carnaval de los animales, al leer los textos de esa obra de Saint-Saëns; tuve un párrafo en la producción del Pájaro de fuego; leí una narración en Joy 2022 y, en mayo pasado, fui el narrador en Durmiendo en el museo.  Esas experiencias las he gozado como mico y se las agradezco mucho a Geraldina.

Siempre recordaré el recital que, a oscuras y en medio de lluvia y relámpagos, organizó en su casa durante la tormenta Agatha con la complicidad del virtuoso Roberto Prosseda. Sus soirées de navidad en compañía de Lowell, su esposo, y de damas notables como la cantante de ópera Susy Sello y esa institución que era Siang Aguado de Seidner, y de otros personajes de la cultura guatemalteca, también son memorables. Sus deferencias para mi madre, siempre son valoradas.

¡Estoy seguro de que tenemos Geraldina Baca-Spross para ratos! y de que los chapines seguiremos disfrutando de su vitalidad, de su creatividad y de su entusiasmo por las artes.   L´chaim, querida Geraldina.

Columna publicada en República.


24
Nov 23

Estrellas y sombras, Hollywood y la política inmoral hacia Hamás

 

Susan Sarandon, una actriz admirable…como actriz, fue despedida de su agencia, que es una de las más grandes de Hollywood, después de sus comentarios infames durante una manifestación pro Palestina. Sarandón generó indignación cuando afirmó que los judíos finalmente estaban probando lo que se siente ser musulmán en Estados Unidos, en alusión al antisemitismo. La actriz ha sido intensamente crítica con Israel durante toda la guerra contra Hamás, desencadenada luego de que el 7 de octubre pasado unos 3, 000 terroristas de aquel grupo irrumpieron en la frontera del sur de Israel, mataron al menos a 1,200 personas y tomaron unos 240 rehenes luego de cometer todo tipo de tropelías, incluidas violaciones y asesinatos de bebés.

Avenida de las Américas en la ciudad de Guatemala.

La actitud y lo dicho por Sarandon me recordó algo que dijo Friedrich A. Hayek cuando recibió el Premio Nobel de Economía: El Premio Nobel confiere a un individuo una autoridad que en economía ningún hombre debería poseer… la influencia del economista que más importa es la influencia sobre los profanos: políticos, periodistas, funcionarios públicos y el público general. No hay ninguna razón por la que un hombre que ha hecho una contribución distintiva a la ciencia económica deba ser omnicompetente en todos los problemas de la sociedad (como la prensa tiende a tratarlo hasta que al final él mismo puede ser persuadido a creer).

El querido Fritz añadió que incluso se llega a sentir que es un deber público pronunciarse sobre problemas a los que tal vez no se haya dedicado especial atención. No estoy seguro de que sea deseable fortalecer la influencia de unos pocos economistas individuales mediante un reconocimiento tan ceremonial y llamativo de logros, tal vez del pasado lejano. Por lo tanto, casi me inclino a sugerir que exigáis a vuestros galardonados un juramento de humildad, una especie de juramento hipocrático, de no exceder nunca en los pronunciamientos públicos los límites de su competencia.

Si los galardonados con premios Nobel deberían tomar un juramento de humildad, imagínate el que deberían hacer las celebridades.  Es fatal que esta gente sienta que es un deber público pronunciarse sobre problemas a los que tal vez no le han dedicado atención especial y es fatal que influyan en el público general.  Anthony Hopkins, que es un grande de la actuación explicó por qué cuando dijo que los actores (incluido él) no deberían pronunciarse sobre eventos de actualidad porque los actores son bastante estúpidos y Brad Pitt comentó que los actores no son las mejores personas para ofrecer opiniones sobre determinadas situaciones.  Basta recordar que Jane Fonda fue miembro del Partido Comunista y que Leonardo di Caprio juega en el equipo de Al Gore y Greta Thurnberg.

Por supuesto que no hay que generalizar porque ahí tienes a Ronald Reagan que leía The Freeman; y que fue uno de los más grandes líderes mundiales en el siglo XX a pesar de su conservadurismo en cuanto a la guerra perdida contra las drogas y su ignorancia en cuando al sida. Ahí tienes a Clint Eastwood que se ha expresado abiertamente contra la cultura woke. Rose McGowan y Gina Carano también se han distinguido en esa lucha.

Por supuesto que no se trata de que las estrellas no deban expresar sus opiniones con libertad. ¡Todos, todos, todos, debemos tener la libertad de expresar nuestras opiniones! Y nadie debería ser perseguido penalmente por pensar diferente y expresarse. Pero a la luz de lo que dijo Hayek, cuando se tiene una palestra del tamaño de un premio Nobel, o una del tamaño de las que se tienen en Hollywood esas opiniones deben ser lo más informadas posible y el ejercicio de aquella libertad debe estar acompañado de responsabilidad proporcional.

Lo que hacen Sarandon y otros personajes que justifican los crímenes de Hamás no es sólo una burla para las víctimas.  Lo que hacen es atizar el odio.  Ocultan el hecho de que el mal prospera cuando es apaciguado; y que si Israel no cuenta con el apoyo material, intelectual y moral para acabar de una vez por todas con la perversidad de Hamás y los problemas en Gaza, el próximo objetivo es occidente.

Columna publicada en República.


17
Nov 23

Viaje en la historia chapina: “Nacido el 20 de octubre”

 

Soy lector lento…y me llevé Nacido el 20 de octubre, por Carlos Sabino en tres sentadas.  A la luz de una lámpara que Carlos Enrique Díaz le regaló a mi abuelo, Luis, cuando aquel coronel era Jefe de las Fuerzas Armadas en tiempos de Jacobo Árbenz, avancé con avidez por las páginas de la novela con la esperanza de que no concluyera.

¿Conoces ese sentimiento?  Uno quiere sumergirse en la trama y saber qué ocurre con los protagonistas y otros personajes, pero no quiere que se termine el libro.

Nacido el 20 de octubre, por Carlos Sabino.

No sé a ustedes, pero a mí me pasa más cuando se trata de novelas históricas -y otros textos- relacionadas con Guatemala.  Uno va reconociendo los eventos, ya fuera porque los vivió, o porque leyó sobre ellos, o se los contaron.  Yo tuve la dicha de tener abuelas y tías abuelas que me contaban historias -algunas de las cuales vivieron y sufrieron en carne propia-.  Uno va reconociendo poblaciones, calles y lugares como la zona 2 donde vivía Hans, el protagonista, porque crecí en la Avenida Independencia.  También como ejemplo, cierto restaurante chino que era lugar de encuentro de guerrilleros, prostitutas y taxistas, que conocí en su locación vieja porque era legendario, y para poder contar que comí ahí una hamburguesa y un milk shake.  No pude dejar de sonreír cuando leí la palabra sextear porque para nada significa lo mismo para mi generación, o para la de Hans, que para la generación de los teléfonos inteligentes.

Uno revive experiencias, como cuando, en la segunda parte de la novela, se cuenta el final de la vida de uno de los personajes asesinado por sus compañeros guerrilleros por no estar de acuerdo en todo con ellos.  Una de mis compañeras de bachillerato fue asesinada en Nicaragua por la guerrilla guatemalteca; y uno de mis amigos, también en bachillerato, fue médico de la guerrilla en México y fue asesinado allá por desacuerdos.

De la novela me encantó leer a los personajes, de Carlos Sabino, hablando en idioma chapín.  Me encantaron los saltos en el tiempo y el espacio.  Las reflexiones sobre las guerras, que no es extraño que empiecen con fervor patriótico y hasta con cierta felicidad agresiva, para terminar en destrucción, caos y desesperación. En un momento, Amelia le dice a Hans, Atrévete, es todavía hora de salir de la podrida Europa y al ver lo que ocurre allá con el islamismo, me pregunto si esa frase es tan inquietante ahora como cuando hace 83 años la dijo Amelia. 

la lámpara que Carlos Enrique Díaz le obsequió a mi abuelo.

Nacido el 20 de octubre es una novela histórica, pero no es un discurso político.  Lo cual no quiere decir que no sea educativa en el sentido de que el lector curioso -sobre todo el lector joven- en más de un capítulo querrá saber más sobre lo que se está relatando.  Por ejemplo, ¿Qué ocurrió exactamente y por qué en el puente La Gloria?  Yo llevé a uno de mis sobrinos a ese lugar, cuando eran niño, y le conté lo que sabía, y disfruté su asombro y su curiosidad en aquel lugar histórico.

En fin…Carlos Sabino nos tiene bien acostumbrados a sus obras históricas de no ficción; y ahora nos ha regalado esta aventura novelística que, sin ninguna duda, enriquece el patrimonio cultural chapín, y enriquece las horas de quienes la leemos. 

Actualización: En la Biblioteca Ludwig von Mises, de la Universidad Francisco Marroquín acompañé a Carlos Sabino en la presentación de este libro. 

Yours truly y Carlos Sabino durante la conversación en la Biblioteca von Mises. Haz clic en la foto para ver la noticia. Foto por Mayra Ramírez.

Columna publicada en República.


10
Nov 23

Etnias y disidencias, brechas en el espectro indígenista

 

Vayan a mandar a su casa, a su territorio les dijo una miembro de la alcaldía indígena de Palín a dirigentes de los 48 cantones de Totonicapán que participaban en las manifestaciones del 3 y 4 de noviembre pasados.  Esta bendita tierra, y mírenla bien, esta tierra es pocomam, ustedes quieren mandar, vayan a mandar a su casa, a su territorio, añadió.

Nos van a cortar [el micrófono] porque no estamos políticamente correctas, denunció aquella dirigente, cuando miembros de otras organizaciones que se hallaban en el lugar intentaron persuadirla de que dejara de hablar.   

¿Quién puede enarbolar esta bandera con propiedad?

Lo que ocurrió en aquella tarima, en la Plaza de la Constitución no es novedad; pero es muy ilustrador.  Hizo evidentes las diferencias profundas y anchas que hay entre las distinta etnias, dirigencias y movimientos indigenistas a pesar de todos los esfuerzos -que van desde la propaganda, hasta la academia- para construir lo maya, como si fuera una unidad con comunidad de intereses y visiones colectivas.

Cuando tomé la clase de Partidos Políticos de Guatemala, en el en ICPS de la URL, recuerdo una lectura acerca de los intentos por formar un partido indígena nacional, posiblemente en los años 60, o 70, esfuerzos que resultaron infructuosos debido a rivalidades enraizadas profundamente en la historia, a diferencias ideológicas y políticas, e incluso por disputas personales por posiciones de poder. 

Para quienes estamos familiarizados con el individualismo metodológico y con la praxeología, así como con el análisis económico de las decisiones públicas, aquello no sorprende.  Es la visión colectivista del mundo la que hace creer a algunas personas que los individuos que forman parte de los grupos sociales como el de los indígenas, por ejemplo, deben pensar como indígenas y sólo como indígenas de acuerdo -y esta es la clave- de acuerdo con los cánones fijados por las dirigencias piramidales de aquellos grupos.  Quien se aparte de aquella ortodoxia -bien estalinista- es un vendido.  Y el vendido siempre es el otro.   En aquel contexto, las disidencias son muy mal vistas.

¿Por qué cabe el termino estalinista?  Porque para cuando murieron Marx y Engels era evidente que los proletarios no se estaban depuperizando como la teoría marxista científicamente aseguraba que iba a ocurrir. También era evidente que los proletarios  no estaban interesados en hacer la revolución como aquella teoría científicamente había afirmado que iba a ocurrir.

Eduard Bernstein heredero intelectual y sucesor de aquellos dos pensadores se dio cuenta de que la teoría científica del socialismo real estaba haciendo aguas por todas partes y se planteó la disyuntiva: ¿Qué es más importante, hacer la revolución para acabar con el capitalismo, o mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la gente?  El opto por la segunda y fue tachado de revisionista y de traidor.  Lenin también se dio cuenta de aquel fenómeno y para resolver la complicación decidió que, a falta del interés revolucionario de los proletarios, la revolución iba a ser llevada a cabo por la vanguardia del proletariado que eran él y sus amigos revolucionarios de tiempo completo.

Stalin, implantó una dictadura hecha de acero para desanimar y aplastar todo pensamiento que cuestionara los cánones bocheviques; y de ahí los gulags y otras formas de represión espantosas.  Política que hizo que el cráneo de Trotski se encontrara violentamente con un piolet.

Para ir haciendo la historia corta, no se terminaban de resolver las fallas fundamentales en la teoría marxista; porque en China, Mao no tenía proletarios e hizo su revolución con campesinos, una falla en la matrix con la que el marxismo también se encontró en otras partes de Asía, en África y en Hispanoamérica. 

Para resolver el apuro la Escuela de Fráncfort se puso creativa y enriqueció la teoría marxista mediante el truco de que, si bien la lucha de clases entre proletarios y burgueses nunca iba a ocurrir como la habían vaticinado Marx y Engels, lo cierto es que en las sociedades siempre había colectivos de oprimidos y de opresores.  ¡Y ya no hacían falta los proletarios!…la revolución la iban a hacer los oprimidos.  Los indígenas, por ejemplo.

Pero, claro, para eso se necesitaba que los indígenas tuvieran conciencia de oprimidos, así como los proletarios deberían haber tenido sus conciencias de clase.  Y de aquí la necesidad de que enfrentamientos como el de la doctora Arana y los 48 cantones sean acallados, o que por lo menos no reciban atención mediática.  Aquellas grietas y tensiones ponen en evidencia que la posición de los distintos grupos y millones de individuos indígenas no son un bloque como hecho de hierro estalinista.

Para la próxima administración todo aquello es un camote; porque estando su origen en un movimiento -y no en un partido propiamente dicho- tiene dentro de sí la más variopinta cantidad de intereses específicos y visiones particulares de los colectivos que conforman el movimiento, muchas veces irreconciliables y muchas veces demasiado acostumbradas a la oposición, a la barricada y al graffiti, más que a buscar puntos de encuentro desde el poder.

Finalmente, está sobre el tapete la cuestión de si las dirigencias cakchiqueles, quichés, pocomoames y otras tienen, o no la representación de los tzutujiles, ixiles, y queqchies por mencionar tres.  ¿Las representaciones colectivistas, representan a los individuos de aquellas etnias? ¿Quiénes tienen el carné vigente de revolucionarios?

Columna publicada en República.


03
Nov 23

El tráfico, rancheras y frustración

 

Cuando me atrapa el tráfico, ¿sabes qué hago? Pongo música ranchera, subo el volumen y canto a mis anchas.  Si no tengo prisa, ni voy a un compromiso, me relajo.  Si tengo prisa…un poco también, porque no hay nada que pueda hacer para remediar la situación.  Si voy a un compromiso, llamo para avisar que voy tarde.

Pero claro…no me toca pasar cuatro horas en el tráfico todos los días y eso debe ser espantoso.  Estoy seguro de que ese estado de cosas genera mucha frustración y desgaste, y es uno de los caldos de cultivo para la agresividad y la hostilidad que se notan cada vez más entre los chapines.

El problema del tráfico excesivo en la ciudad de Guatemala es un problema de mercado y hasta que no se entienda así, su solución posible está muy lejos (y en otras ciudades, pero me voy a centrar en el capitalino porque es el que me toca ver y vivir).

A ver, si la solución fueran un sistema de transporte colectivo eficiente y un metro, no habría tráfico fastidioso en ciudades como la CDMX, ni en Nueva York, ni en Washington, D. C.

Claro que el transporte colectivo y el metro son útiles; pero no elimina los embotellamientos en ninguna de aquellas ciudades porque es natural que las personas prefieran usar sus propios vehículos; y porque no tiene costo alguno visible el uso de las calles y carreteras.

En ciudades como la de Guatemala hay otro elemento que hay que tomar en cuenta: No es suficiente que el transporte colectivo (o el metro, si lo hubiera), o las góndolas colgantes (si las hubiera) sean seguras.  Aquello sirve de poco si cuando caminas de tu casa a la estación te pueden quitar la compu a punta de pistola; y si lo mismo puede ocurrir cuando caminas de tu trabajo a la estación.  La inseguridad ciudadana -que está como si les hubieran dado permiso a los ladrones para asaltar a gusto- no anima a usar el transporte colectivo.

Claro que nunca faltan quienes ofrecen soluciones coercitivas, por medio de legislación prohibitiva y de recursos punitivos.  Pero esas no sólo no son soluciones, como lo probó el Hoy no circula en la CDMX; sino que son violatorias de los derechos individuales y son fuentes de corrupción.

Toda solución sostenible para problemas de convivencia social como el tráfico denso, deben apoyarse en normas generales y abstractas aplicables a todos por igual, sin privilegios. Ya te imaginarás que prefiero soluciones de mercado.  Si te interesa el tema, checa Street Smart una obra fundamental para entender el transporte como elemento crucial para el bienestar económico y social. La obra, editada por Gabriel Roth sostiene que muchos de los problemas que hay en calles y carreteras –a causa del congestionamiento, altos costos, corrupción y mal mantenimiento, por citar algunos– pueden ser solucionados mediante la aplicación de los mismos principios solucionan otras necesidades. Es una obra para empezar a abordar el tema desde la perspectiva de principios y para entender la naturaleza del problema y la de sus posibles soluciones basadas en el principio de no agresión.

Cuando alguien va en un bus después de haberlo esperado por media hora en la calle; y sabe que le falta entre una y dos horas para llegar a su casa después de un día productivo no está para cantar rancheras.  Para el problema del tráfico, una solución de fondo y sin falsear la realidad debería ser prioridad de carácter nacional y no sólo municipal, porque cada día que pasa va a empeorar…como siempre…para los más vulnerables.

Columna publicada en República.