21
Dic 24

Prudencia al volante salva vidas

Por favor, no manejes pasado de tragos, sobre todo si tienes familia. No manejes bolo, sobre todo por las demás personas. Por las fiestas de fin de año, es común que muchas personas manejen bajo los efectos del alcohol, o las drogas. Así que, incluso si tú no lo haces, por favor maneja con prudencia extraordinaria.

Accidente en la 10 calle y 14 avenida de la zona 10.

En eso pensé hoy en la madrugada, porque me despertó un choque en la esquina de mi casa. No sé si alguno de los involucrados conducía bajo la influencia de sustancias, pero lo cierto es que, por lo menos, uno conducía de forma imprudente. No hubo fallecidos, al menos en el momento; pero pudo haberlos. Y ya sabes, la prudencia es la virtud de pensar bien para identificar qué es lo verdaderamente bueno.

En estos días, también, la crispación –que ya es demasiado común en el tráfico– se eleva a la enésima potencia. Hay gente armada ahí afuera, y el problema no es que esté armada; el problema es que pueden ser personas emocionalmente no aptas para andar armadas.

Aprovecho la ocasión para recomendarte:

  • No bebas si manejas. Beber y manejar es criminal.
  • La vieja receta de tus padres y abuelos nunca falla: pide por favor y da las gracias. Baja tu vidrio polarizado para que las relaciones en el tráfico no sean anónimas, entre vehículos impersonales. Bájalo para que las relaciones en el tráfico sean entre personas.
  • Si te dan paso y no da tiempo de bajar el vidrio para dar las gracias, enciende brevemente las luces de emergencia para agradecer.
  • Cede el paso siempre que puedas; no pelees por avanzar tres metros. Los actos de bondad se multiplican.
  • El tráfico no es una competencia, ni son Los juegos del hambre. No hay ganadores ni perdedores. Bueno… sí hay perdedores si uno va tenso, irritable y dispuesto a la violencia.
  • Las condiciones del tráfico demandan atención. Que no se te vaya el pájaro. No textees, usa los carriles correctos, planifica bien tu tiempo y tu ruta.
    No bloquees cruceros. Eso es una desconsideración para los demás.
  • Ni sabes qué hago en el tráfico denso. Pongo mi playlist de música ranchera y canto… aunque un motorista cretino pase rayándome la parte de atrás del carro y salga huyendo.
  • Si vas en moto, no te subas a las aceras, ni pongas en peligro la integridad de los peatones.

Ahora mismo que escribo estas líneas oigo sirenas en la calle y pienso: ¡Qué sufrimiento innnecesario para quién sabe cuántas familias a causa de la imprudencia!


20
Dic 24

Camino de diciembre

 

El último viaje de mi abuelo, Luis, fue en compañía de mi abuela, Frances, porque acompañaron a sus amigos Güicho y Tenchita a comprar un auto en Houston y volvieron con el vehículo a lo largo de México. Vi imágenes de ese último viaje porque he estado viendo películas que filmaba mi abuelo. Y pensé que demasiadas veces, durante un viaje, nos enfocamos mucho en el destino y nos arriesgamos a perder de vista lo maravilloso del camino.

Además lo pensé en el contexto de las fiestas de fin de año. ¿Por qué? Porque he oído frases como: ¡Tanto preparativo para una noche y todo se acaba rápido! Cuando yo era niño esa era mi perspectiva: todo se centraba en las expectativas para la Nochebuena y la Navidad, principalmente en los regalos y… ¿cómo iba a ser de otro modo? ¡En la comida deliciosa! Era la época en la que mis padres nos mandaban a dormir temprano a los niños para luego, a la medianoche, ir a despertarnos en medio de la cohetería. Mi padre nos cargaba y nos bajaba medio dormidos a la sala donde nos esperaban la familia y los ansiados obsequios.

En la medida en que fui creciendo… y tal vez madurando alguito, y en la medida en que la familia se fue dispersando naturalmente, empecé a valorar más y más el alboroto de los tíos adolescentes, de los invitados, y el de mis hermanos. La familia, como fuente de calor humano y manantial de tradiciones y anécdotas, fue cobrando más protagonismo en mis expectativas del solsticio de invierno. Pero todavía estaba enfocado en el destino, en la noche del 24 y la mañana del 25 de diciembre.

Aquella perspectiva fue cambiando en la medida en que descubrí que las fiestas de fin de año son mucho más que una noche y una mañana. Comienzan cuando se sienten los primeros aires fríos de diciembre, y en casa arrancamos con la quema del diablo, fiesta que este año disfrutamos junto al Cerro del Carmen con una familia y un vecindario que nos acogió, solo porque los chapines son así de generosos y hospitalarios. En casa, el camino de diciembre sigue con las fiestas de Concepción y Guadalupe, y por lo tanto huele a tanta pólvora e incienso que a veces ataranta. En casa la fiesta sigue cuando salen los adornos propios de la temporada y cuando los aromas a pinabete y manzanilla nos dan los buenos días; y avanza hacia la cena de fin de año en casa de uno de mis hermanos y hacia la tamalada de las M&M. ¿Ves? ¡No es una fiesta de 24 horas porque sigue hacia la Nochebuena y la Navidad, que celebramos en casa, solo para detenerse frente a la rosca de reyes el 6 de enero!

Voy a decir que el viaje de fin de año es uno 30 días de celebraciones. Unas veces con la familia y otras veces con amigos. Siempre juntos, siempre compartiendo. Pero lo más valioso es la oportunidad de transmitir de generación en generación las anécdotas, los recuerdos, las añoranzas y las esperanzas. La oportunidad de revisar las flores y las piedras que hemos encontrado en el camino de la vida y nos hacen ser como somos. Y aquel es un camino que, si tuviera que volver a hacer, lo haría igual porque, ¿qué somos hoy, sino la consecuencia de nuestras decisiones y acciones de ayer? Y lo único que lamento, eso sí, es haber lastimado a más de alguno por negligencia, imprudencia o impericia.

@luisficarpediem

Llegó la fiesta a casa #solsticio #solsticiodeinvierno #celebracion #findeaño #fiestas #navidad #luisfi61 #luces #colores

♬ Solstice – Mark Fabian & Alexander Smith

En casa, pues, las fiestas de fin de año son un viaje y no un destino. Y como no sabemos si va a ser nuestro último viaje, ¿por qué capricho podríamos estar desperdiciando oportunidades para maravillarnos como niños con cada abrazo, cada paquete envuelto, cada torito y cada bocado (sobre todo si nos traen recuerdos viejos, o nos construyen recuerdos nuevos)? Desde aquí —desde este espacio y desde mi casa— te deseo larga vida y prosperidad. Que en estas fiestas y en el año que viene tengas salud, y amor. Que no te falten abrazos, y que no te falten quienes te hagan reír. Ni te falten mazapanes.

Columna publicada en República.


13
Dic 24

Toritos y tradición

 
Desafiar toritos es una de mis actividades favoritas en las fiestas de fin de año; y anoche, en el Callejón Maravillas, hubo dos toritos bravos durante la celebración de la Fiesta de Guadalupe.

Escenas de la fiesta de anoche en el Callejón Maravillas.

¿Cuál fue la novedad? Unos muchachos llevaron un lanzabombas con cinco tubos, de modo que cinco bombas podían ser lanzadas casi al mismo tiempo. Estuvo divertido cuando un torito persiguió a uno de los muchachos casi alcanzándolo. Por supuesto que hubo marimba, moros, pólvora e incienso y mico para tomarnos una foto como corresponde.
 
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Este año cenamos paches gracias a la alegría y la hospitalidad de amigos queridos. Es que, ¿sabes?, las fiestas se disfrutan mucho mejor cuando se comparten con gente a la que uno valora. La reunión estuvo tan divertida que Raúl y yo llegamos a casa a la 1:30 a. m. de hoy… después de habernos desvelado por la entrada del rezado en nuestro barrio ayer mismo a las 4:00 a. m. ¡Todo por buscar toritos, bandas y fiestas populares!
 
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El toque extra de encanto fiestero lo dio un niño que bailaba en hombros de su madre cuando pasó la banda detrás de la procesión. Las bandas son otra cosa que me gusta mucho de estas fiestas y pensé que ese chiquito podía ser yo, agitando los brazos y tratando de llevar el ritmo.
 
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En 2021 escribí que las tradiciones no sólo nos dan un sentimiento y una sensación de comunidad; sino que cumplen una función sanadora frente a la desesperanza y a la inestabilidad. Aromas, alimentos y sonidos, texturas y colores, así como rituales nos traen recuerdos y nos invitan a reflexionar. Fuegos artificiales, costumbres, disfraces y más son parte de aquel acervo rico y enriquecedor.
 
Cuando yo era niño, las historias de mi tía abuela, La Mamita, acerca de toritos durante las fiestas tradicionales disparaban mi imaginación. Yo tenía muchas ganas de ver toritos y no fue hasta hace relativamente pocos años que vi el primero en San Juan del Obispo. Desde entonces pocas cosas me emocionan y divierten tanto y me ponen tan contento como salir a buscar toritos y verlos desplegando sus luces y sus colores entre la gente que se les acerca y les huye. ¿Alguna vez te ha corrido un torito? Es de lo más divertido y emocionante.

13
Dic 24

Maldición del viernes 13

El 13 de octubre de 1307, un viernes, los caballeros templarios fueron arrestados para luego ser torturados y condenados a la hoguera en una matanza espeluznante, por orden de Felipe IV en complicidad con el papa Clemente V. Desde entonces es que el viernes 13 es día de mala suerte.

Templarios en la hoguera. Anónimo, Dominio público, vía Wikimedia Commons.

 Siete años más tarde, Jacques de Molay, el último gran maestre de de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón u  Orden del Temple, fue quemado vivo en la hoguera frente a la catedral de la Notre Dame, en París. Por qué? Porque el rey Felipe IV de Francia le debía mucho dinero a la Orden y no podía pagar, ni aún después de haber causado inflación en su reino.  ¿Qué hizo, entonces? Echó a andar la bola de que los templarios tenían comportamientos inmorales y, con la complicidad del papa Clemente V urdió un plan para quedarse con las riquezas de los templarios. Los conspirardores pagaron con sus vidas la canallada que hicieron porque murieron pronto…supuestamente por una maldición que les lanzó de Molay.

¿En qué supersticiones crees?

Cuando yo era niño y en el bus del colegio, se creía que si levantabas la mano cuando pasabas bajo los puentes del tren a la altura del Centro Cívico –en el momento en el que pasaba el ferrocarril– entonces tendrías buena fortuna. Una de las supersticiones más populares, entre mis coetáneos era la de que, si te tocaba un número de boleto de camioneta, que sumara 21, eso era de buena suerte.

Claro que pasar debajo de una escalera no traería nada bueno; y el que se te atravesara un gato negro era mal augurio. Tampoco era favorable que rompieras un espejo, o que derramaras sal. ¿Has visto ajos forrados de papel celofán rojo, colgados sobre una puerta? Eso es para que te vaya bien en tus negocios. Y en casa tenemos una herradura colgada porque es divertido.

Una superstición popular es la de creer que los políticos y burócratas actúan inspirados por motivaciones distintas a las de los demás seres humanos.  En consecuencia, hay gente que cree que los pipoldermos generalmente van a poner los intereses colectivos, antes que los suyos propios.

Hay gente que cree que los impuestos los pagan los ricos; y que los pobres no pagan tributos.  Ignoran que los impuestos -como costos- pueden ser trasladados del mismo modo en que se trasladan otras formas de extorsión; otras veces el pago –para los pobres- se materializa en falta de oportunidades de empleo ya que los impuestos desvían recursos del sector productivo, al sector improductivo de la economía.

Otra superstición popular es la de que hay que privilegiar las exportaciones; creencia que hace caso omiso de que las exportaciones pagan las importaciones y al revés.  A mayores exportaciones, también mayores importaciones y que si se reducen las importaciones (sobre todo de bienes de capital) no se puede exportar.

¿Por qué nos gustan los cuentos? ¿En qué supersticiones crees?

Columna publicada en República.


12
Dic 24

La fiesta Guadalupe-Reyes

 

La Vuelta Guadalupe-Reyes es el nombre coloquial que los guatemaltecos le damos a las festividades de fin de año correspondientes al solsticio de invierno, o a la navidad. Como vivo en la Villa de Guadalupe, literalmente la fiesta empezó ayer y hoy en la madrugada. Los festejos van del 12 de diciembre al 6 de enero.

Estuvo alegre la madrugada.

 
La Villa de Guadalupe tiene su plaza, mercado e iglesia como las tiene toda villa, o pueblo. Aquí se viven las tradiciones intensamente, a ratos te llega el olor a leña y en el interior del barrio la gente saluda cuando se cruza contigo. En las fiestas populares la gente tira la casa por la ventana y se quema pólvora como si no hubiera mañana.
 
De esa cuenta, hoy a las 4:00 a. m. me despertaron la banda y las bombas del rezado que pasó a 100 metros de mi casa; y ya despierto lo que correspondía era ir a la plaza y disfrutar de los fuegos artificiales y del alboroto a pesar del frío. ¡Y sí que estaba frío!
 
Me embocé como pude, con sombrero y todo, y pude maravillarme con las tradiciones, la música, los bailes y la pólvora. ¡No hubo torito!… pero estuvo alegre. ¡Y cómo terminó la madrugada? En casa con una deliciosa taza de atol.
 
La fiesta, vuelta, o Maratón Guadalupe-Reyes, es de origen mexicano; pero igual es algo chistoso.

11
Dic 24

Murales perdidos de Panajachel

 

El Hotel Casa Contenta, en Panajachel, fue ejemplo de la arquitectura y la estética de su época entre neocolonial y ubiquista. Además, muy marcado por las preferencias de mi bisabuela, Adela, que fue su propietaria. Los murales del bar eran magíficos pero se perdieron para siempre.

Entre las botellas que hay al fondo logré identificar una de Anís del Mono, y una de Benedictine.

Los mismos artesanos que trabajaron la ebanisteria en el Palacio Nacional trabajaron en el comedor y el bar de aquel establecimiento legendario; y muestras de esa misma estética se encuentran en la sede de la Fuerza Aérea Guatemalteca (que era el aeropuerto viejo de la ciudad de Guatemala). Los motivos en las puertas, los artesonados, las lámparas y los muebles del hotel eran exquisitos, igual que la herrería.  En algún momento de los años 40 el fotógrafo guatemalteco Lionel Stein tomó fotografías para publicidad del hotel y dos negativos de esa serie de fotos llegaron a mis manos. Ambas fotos muestran no sólo el mobiliario y la barra de la cantina (mi bisabuela le decía cantina, al bar); sino que lucen los magnificos murales que adornaban el lugar y que se estropearon para el terremoto de 1976.

Me gustaría mucho saber quién fue el autor de aquellas bellezas.  Lástima que quienes podrian saber, mi bisabuela, Adela; mi abuela, Frances, o mi tía abuela, Adelita ya fallecieron; y he buscado y rebuscado en Internet, pero no hay modo.  Es una lástima que no se recuerde al muralista con admiración y algo de cariño.

El mural grande muestra tres personas en un cayuco, un buey acarreando una carreta con bananos, dos personas llevando piezas de alfarería, un transporte colectivo propio de aquellos años, dos mujeres caminando. y un hombre durmiendo. De niño me caía muy en gracia el cerdo que va corriendo. En esa foto, a mano derecha, se ve un arco y detrás de él estaba la famosa marimba de Mami, mi bisabuela.  

En la foto siguiente, sobre tres arcos, hay tres escenas distintas: turistas en la playa, un turista fotografiando a dos personas y turistas de paseo.

El ambiente del bar era muy elegante.

Por suerte hay una foto mía y de mi papá en aquella barra, pero lástima que mi padre sale con cara de vaya uno a saber qué. Esos eran tiempos en los que las fotos salian como salían y ya.  Sin embargo, hay otra foto de ambos en el piano que se ve en la foto de los tres arcos. 

Ni mi padre, Luis Figueroa Ch. ni yo tocábamos el piano.

La siguiente foto es del mural que muestra un baile de moros y a invitados que participaron en la fiesta de cumpleaños de mi bisabuela, el 20 de abril de 1947.

Los cumpleaños de Mami se celebraban a medio dia y en la noche con familia, amigos y huéspedes del hotel.

Arcafilmlab hizo muy buen trabajo en rescatar los negativos y hacerme viajar en el tiempo con las dos fotos del bar.


10
Dic 24

Toritos: ritmo, fuego y emoción

El mejor torito que he visto —en años de perseguir toritos— fue el de Brandon, y lo vimos en la zona 2 de la ciudad de Guatemala para la fiesta del 8 de diciembre. ¿Por qué fue bueno? Por la variedad e intensidad de luces y porque lanzaba misiles. Una cosa es que lo persiga a uno el torito, y otro nivel es que le lance a uno misiles. ¡Hasta un poi, parapetado en la palangana de su pick-up, tuvo que esquivar los misiles sin dejar de grabar!

Loa, toritos, juegos pirotécnicos y desfile hubo en la fiesta.

Cualquier cantidad de pólvora y fuegos artificiales vimos el domingo en la 3a. calle y 9a. avenida de la zona 2 a las 6:30, y lo apunto porque quiero estar ahí el año entrante. Es fascinante cómo familias, vecinos, amigos y compañeros de trabajo se organizan en estas festividades para hacer los mejores espectáculos de fuegos artificiales posibles. Además, una cuadra después vimos una loa. ¿Sabes? He visto loas en Ciudad Vieja, Sacatepéquez, pero nunca había visto una en la ciudad de Guatemala. En Guate, las loas son obras de teatro breves que tienen fines evangelizadores. De una forma u otra, aluden al triunfo del bien sobre el mal y temas así.

Atrapado en el tráfico y la procesión el poli se parapetó para grabar el torito.

En esa cuadra vimos dos toritos. Lo bonito de los toritos no sólo es el despliegue y abundancia de pirotecnia con variedad de colores y efectos. También tiene que ver la habilidad de quien lo baila y el ingenio con el que embiste y persigue al público. Todo tiene que tener ritmo, relacionado no sólo con la música, sino con la disposición de los fuegos artificiales y sus efectos.

Cuando yo era niño, las historias de mi tía abuela, La Mamita, acerca de toritos durante las fiestas tradicionales disparaban mi imaginación. Yo tenía muchas ganas de ver toritos, y no fue hasta hace relativamente pocos años que vi el primero en San Juan del Obispo. Desde entonces, pocas cosas me emocionan y divierten tanto, y me ponen tan contento como salir a buscar toritos y verlos desplegando sus luces y sus colores entre la gente que se les acerca y les huye. ¿Alguna vez te ha corrido un torito? Es de lo más divertido y emocionante.

De vuelta a los misiles, mi cuata, Majito, me contó que ese tipo de toritos es muy común en las festividades de Mixco.

Temprano en la tarde, por cierto, en la Sexta Avenida nos topamos en el desfile navideño de Coca-Cola y no hay duda alguna de que a los chapines nos gustan los desfiles de bandas. Especialmente a los jóvenes que participan y van con todo a la celebración.

Muy chulo fue un carro completamente cubierto con luces navideñas. 

¿Te imaginas paseando en este auto?


10
Dic 24

Siria y el infierno en la tierra

 

Lo de Siria es muy complejo y nos recuerda que, cuando se trata del Oriente Medio, hilar fino no es suficiente. 

Prisión de Sednaya, Siria. La foto la tomé de X.

¡Por supuesto que el régimen de. Bashar al-Ássad era un régimen infernal! y lo que se ha descubierto allá es bastante más que espeluznante. El centro de torturas de Sednaya, conocido como El Matadero, es como el infierno emergido a la superficie de la tierra. He leído que ahí hay unos 10,000 prisioneros bajo tierra y vivos y que nadie sabe como encontrar sus celdas, por ejemplo.

Aquella dictadura deja un reguero que va a ser otra forma de infierno pues lo que la sustituirá es un régimen islamista de lo más primitivo ya sea por la via totalitaria, o por la vía de la anarquía.  Lo que quedará es un régiman dominado por grupos vinculados al terrorísmo islamista, que odian a las mujeres, son homofóbicos y competirán por el poder a cualquier costo humano.

El siguiente es el testimonio de Omar Alshogre que, durante el College Freedom Forum de 2023, celebrado en la Universidad Francisco Marroquín, contó su sobrecogedora y aterradora historia en el régimen de Ássad. HIstoria que comenzó con su primer amor, una manifestación en la que la gente va desarmada y las autoridades llevan rifles, y es capturado y torturado…a la edad de 15 años.  Y luego… a la edad de 17 años pasó tres en una cárcel del régimen. La suya es una historia de dignidad y te prometo que no vas a ser indiferente a ella. 

Finding Strength in Vulnerability | Omar Alshogre

Por los miles de omares que hay allá, o están dispersos por el mundo.  Por los presos que están en Sednaya y en otros lugares parecidos.  Por los miles y miles de niños que no deberían crecer en un infierno como el de Ássad, pero tampoco deberían crecer en un averno como el de los ayatolas y los policías de la moral islámica. 


09
Dic 24

Azul que atrapa y embruja

 

Lo que más me llamó la atención sobre Memorias de Brujas fue la elección del color del cielo —que mi teléfono no captó exactamente—. Es el de la hora azul, y dispuse que es la hora azul de la mañana y no de la tarde. Es un color azul que atrapa y encanta. ¿Se vale decir que es un color azul que embruja?

A diferencia de la hora azul de la tarde, que es precedida por la hora dorada, la hora azul de la mañana es seguida de la hora dorada, y es cuando la vida empieza en las calles. Memorias de Brujas capta esos instantes previos a que la gente salga de sus casas y llegue a sus negocios. En un instante (tres, dos, uno), esa calle vacía y casi suspendida en el tiempo se llenará de vidas para cumplir su raison d’être y dejar atrás el silencio visual que nos tocó presenciar.

La autora de Memorias de Brujas es Paulina Dávila, de quien te he compartido obras en otra ocasión.. Esta fue presentada en una exposición colectiva del estudio de arte de Eva Salazar, una muestra que reúne obras de diferentes artistas en variedad de técnicas y formatos. Las obras hablan de cada uno de ellos, de su mundo, de lo que les gusta, de sus intereses, de lo que observan, de lo que aman, de quienes son. ¡Me alegra mucho cuando jóvenes como Paulina se interesan en las artes!

Es cierto que las obras hablan; y, para apreciar toda obra de artes plásticas, me encanta usar el método de Luc Travers, que consiste en tratar a la obra como si fuera el cuadro de una película. Algo ocurrió antes y algo ocurrirá después del cuadro que estás viendo. Imagina que ves personas o hechos reales. Describe para ti la escena que ves y toma nota de que los detalles son importantes. Conéctate personalmente con lo que ves. Dale voz al personaje e imagina qué estaría diciendo. A mí, este método me ha ayudado muchísimo a apreciar mejor muchísimas obras de arte, sobre todo aquellas con las que comparto sentido de vida.

En la exposición hubo otras obras que me llamaron la atención:

Mirada interior, de Adriana Flores. Me encantó el ojo único, cuidadosamente detallado; y me invita a pensar en qué emociones transmite.

Gabriel, de Tita de Ojeda. Como la obra anterior, me impresionó el nivel admirable de los detalles y que el retrato transmite introspección. 

y Camino de Belu Valdéz. Esta obra me transportó a mis aventuras en sitios arqueológicos, particularmente a El Soch, que es un lugar encantador.  Casi sentí la humedad, la frescura y los aromas de la selva. 

La exposición, por cierto, está en el Museo Ixchel


08
Dic 24

Quema del diablo con calor chapín

 

En uno de los barrios más tradicionales de la ciudad de Guatemala, una familia y sus vecinos nos acogieron para quemar el diablo, de acuerdo con la tradición chapina.

Una familia y sus vecinos nos acogieron al pie del Cerro del Carmen.

A la sombra del Cerro del Carmen, entre los comentarios y la alegría de los niños, las llamas que consumían a los diablos y cohetes despedían el mal. Por cierto, que hubo unos como barrilitos de pólvora que me recordaron mucho a los volcancitos de cuando era niño. Primero porque duraron tantito y luego porque ofrecieron variedad de luces al quemarse. Los vecinos compartieron estrellitas con Raúl y conmigo; y, por cierto, ya no son las de metal que conocíamos, sino de plástico, y esas no duran.

Caímos ahí porque, al subir el Cerro con la esperanza de ver la quema del diablo como otros años, resultó que había una boda. Un hombre que acarreaba bombas nos informó que no habría fiesta porque la persona que la organiza está enferma; así que, desde aquí, van mis mejores deseos para que recupere pronto su salud.

El diablo feroz y sus diablitos están listos para arder.

Decepcionados, bajamos el cerro con la certeza de que en el barrio encontraríamos algún diablo a punto de ser entregado a las llamas. Y no nos equivocamos. En la 1a. calle B vimos preparativos. Con algo de pena nos acercamos, nos presentamos y preguntamos si podíamos acompañarlos. Y ahí salió las proverbiales hospitalidad y generosidad chapinas. El muchacho que preparaba al diablo y su familia nos dieron la bienvenida y nos hicieron parte del grupo al que se fueron uniendo vecinos de todas las edades. ¡De verdad que muchas gracias por una experiencia encantadora! ¡Y por ese calor humano chapín!

Pienso que íbamos por algo muy bueno, que es la quema en el Cerro del Carmen; y aquella familia y sus vecinos nos dieron una experiencia mejor. En las faldas del Cerro se vive esta festividad con el más auténtico espíritu chapín. Lástima que no me animé a tomar fotos de las casas que atisbamos abiertas porque ahí dentro, también, lucían los colores y adornos propios de estas fiestas en la ciudad de Guatemala. ¡Es una dicha que los jóvenes y las familias conserven las tradiciones con todos sus elementos!

¡Pero hubo más!

En la iglesia de San Sebastián vimos un torito espectacular, de esos que tienen mucha pirotecnia y… algo que me gusta mucho: en algún momento los fuegos artificiales se detienen y parece que el show se ha terminado, sólo para volver con intensidad para deleite del público al final del rezado. El torito fue muy aplaudido.

Al salir, vimos pasar el final de un desfile de motoristas. Uno detesta a los motoristas en el tráfico de todos los días; pero este desfile fue re chulo. Los motoristas iban sonando sus bocinas y adornados con motivos y luces navideños. La verdad es que resulta muy bonito que la gente haga este tipo de cosas y contribuya con su ingenio y su alegría de la vida a las celebraciones propias del solsticio de invierno.

Las llamas consumieron al diablo y a sus compinches.

¿Qué es la quema del diablo?

La quema del diablo es una tradición guatemalteca que representa la oportunidad ritual para echar al fuego lo malo, lo inservible, lo caduco, lo que hace daño y lo que no queremos para el año que viene, en un contexto místico y mitológico. Hace cinco años descubrimos que esta fiesta familiar se celebra de forma tradicional y encantadora en lo alto del Cerro del Carmen, en la ciudad de Guatemala.

Desde una perspectiva racional y más universal, la fiesta trae la luz y el fuego a la época del año en la que las noches son más largas, frías y oscuras, por lo que es apropiado celebrarla con familia y amigos, y recordar que, aun en la oscuridad, es posible la luz. Estoy seguro de que cada quien podrá sacar de todo esto lecciones de vida y aprendizajes que habrá que transmitir a las generaciones siguientes.

Disfruto mucho esta fiesta chapina porque es una ocasión propia para celebrar la vida y recordar a dos personajes malentendidos, uno de ellos casi olvidado, que -aparentemente- no tiene nada en común: Lucifer y Prometeo. Ambos se rebelaron contra dioses tiránicos y arrogantes. Ambos fueron cruelmente castigados por su atrevimiento. Uno es el traedor de luz, y el otro les dio el fuego a los hombres. Ambos son heroicos.

En 2018, cuando fuimos a la quema del diablo en el Cerro del Carmen por primera vez, el cura explicó que María, la que anuncia la luz, precede a Jesús, que es el Sol; y en la realidad, ¿quién precede al Sol? ¡Venus precede al Sol cuando Venus es lucero de la mañana! ¿Y cuáles son otros nombres antiguos de Venus? Lucifer, el traedor de luz; e Ishtar, diosa del amor, de la belleza y de la fertilidad. Los mayas, por cierto, no eran ajenos al concepto de que Venus, Lucifer o Ishtar es traedor de luz, ya que para ellos Venus (el heósforo) anunciaba que el Sol saldría ese día, luego de su paso por Xibalbá.

¡Hay que celebrar estas fiestas por la vida y por el valor de quienes traen la luz y de quienes se rebelan ante dioses tiránicos y arrogantes!

Cuando era niño, por cierto, la fiesta solía incluir la reunión de amigos en la mañana para ir a buscar ramas y chiribiscos con qué armar una buena pira. Luego, en la tarde, llegaba mi padre con cohetes y algunos fuegos artificiales, y a las seis mi madre preparaba buñuelos, y había mucha alegría en la calle y en la casa.

Como el año pasado, en esta ocasión caminamos desde la Quinta avenida y once calle hasta el Cerro del Carmen. Como en 2023, durante el trayecto hacia aquel lugar emblemático, antiguo y tradicional, vimos muchas personas y niños acarreando sus piñatas de diablos. Ahora hay diablos y diablas, canches y negros; los hay de cuatro patas y monumentales. Cuando yo era niño, las piras no incluían estas piñatas; se hacían con ramas y, cuanto mucho, cajas de cartón. Eso sí, siempre había cohetes involucrados.