15
Oct 08

Otras víctimas de la Primavera Chapina

De el libro Genocidio sobre Guatemala, esta es una lista de algunas de las víctimas olvidadas de La Primavera Chapina; efemérides que la administración socialdemócrata y algunos sectores de la exguerrilla celebran costa de los tributarios, y pomposamente.

David Pivaral, torturado
Daniel Izaguirre, Alcalde de El Tumbador, decapitado
Bartolomé Díaz Anleu, torturado
Mario y Edgar Quiñones Flébil
Fabián Urizar
Guillermo Morales, fusilado
Jorge Haussler, fusilado
Otilio Figueroa, fusilado
Juan Pablo Esquivel, asesinado
Benjamín, Raimundo y Basilio González, asesinados
Ángel González, Eusebio Cruz, Francisco Rodríguez y Juan López, asesinados
Ernesto Tovar Meza, torturado
Tobías Rabanales, torturado
Oscar Luna Campo, asesinado
Félix San Juan Najarro, desaparecido
Alberto Artiga, torturado y asesinado
Hugo Mármol Samayoa, asesinado
Cosme Viscovich Palomo, asesinado
Álvaro Rivera Aparicio, asesinado
Rafael Herminio Diéguez, asesinado
Paulino y Víctor de León Suruy, torturados y asesinados
Porfirio Pérez, torturado y asesinado
Juan Hurtarte, torturado y asesinado
Virgilio Morales, torturado y asesinado
Efraín Díaz, torturado y asesinado
Oscar Porras Portillo, torturado y asesinado
Tomás Ortiz, torturado y asesinado
Eduardo García, torturado y asesinado

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La foto es del libro Genocidio sobre Guatemala

14
Oct 08

Luisfi en la radio

Contravía es conducido, hoy, por Marta Yolanda Díaz-Durán; y ahí estaré para comentar el lado oscuro de La Revolución y de La Primavera chapina, que con tanto empeño celebra la administración socialdemócrata.

No se lo pierda hoy, de 6:00 a 7:00 p.m. (Central Time), en 100.9 F.M. y en http://www.radiopolis.info/


19
Sep 08

¿Luisfi está chochando?

“Vos Luis, estás chochando…deberías de revisar antes lo que escribís”. Así truena el comentario que envió Jorge Ramirez para la entrada titulada El fuego jacobino de los linchamientos.

Luego de la estocada, Ramírez abunda en su argumentación: “¿De dónde sacás que los linchamientos vienen del gobierno del Coronel Jacobo Arbenz Guzmán??? El único fuego jacobino que nos dejó la revolución fue el recuerdo de 10 años de primavera Democrática derrocada por los traidores del patria que aqui pareces admirar tanto”. Sic.

No es que yo sea malvado, ni que quiera poner en ridículo a Ramírez; pero quiero usar este comentario para poner en evidencia tres vicios del debate que abundan entre algunas personas que participan en este gran diálogo nacional que es el intercambio de ideas.

Ramírez comienza su argumentación y la termina con ataques ad hominem. Me dice senil, y me manda a ser más cuidadoso –como si no lo fuera–; y con ello pretende descalificar mis juicios sobre el fenómeno de los linchamientos. Me descalifica, argumenta y me vuelve a descalificar.

Entre ciertas personas existe la cultura de ningunear a otros, o sus contribuciones, acudiendo a circunstancias (verdaderas, o falsas) que nada tienen que ver con lo que se está discutiendo. En vez de poner a prueba ideas, quienes acuden a los argumentos ad hominem insultan y descalifican…generalmente y precisamente a falta de mejores ideas. Por ejemplo, a mí me suelen descalificar como instrumento del capitalismo (lo cual me honra); y con eso, los pretendidos críticos de los principios que yo defiendo, se dan por servidos.

Quizás yo le parezca chocho y descuidado a Ramírez; pero lo la hipótesis de la entrada en cuestión es que los linchamientos son propios de extremistas, capaces de instaurar un régimen de terror. Y aquí viene la parte jocosa del comentario en cuestión.

El pobre Ramirez se creyó que cuando yo me refería a los jacobinos franceses (Robespierre, Marat, Dantón, y Mirabeau, entre otros), en realidad yo estaba hablando de su coronel Jacobo Arbenz. Con ese fetichismo que tienen algunos por la Revolución chapina, Ramirez sumó Jacobino y Jacobo, y le dio lo único que pudo ver desde su perspectiva parroquial.

“Revisá antes lo que escribís”, me manda a hacer, aquel que desenfundó y ni siquiera se el ocurrió chequear en la Wikipedia, si existía algo como jacobino y jacobinismo. La cosa es atacar, y hacerlo con rabia…así de jacobina es la Revolución que añoran los que sudan las fiebres de la Primavera Democrática cuyos crímenes ocultan, discretamente maquillados, los apologistas de aquél fracaso de la izquierda criolla.

Este es otro de los vicios a los que me refiero. Existe una cultura nefasta que, a falta de buenos argumentos, ataca lo que sus practicantes dicen que uno dijo, en vez de discutir lo que uno efectivamente dijo. Ocurre, por ejemplo, cuando digo que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos; y alguien salta para espetar que es una iniquidad que se pretenda que los intereses individuales prevalezcan sobre los intereses colectivos.

En el caso que nos ocupa, yo sostengo que los linchamientos tienen que ver con el extremismo y con el terror; y el buen Ramírez apunta sus saetas contra una supuesta alusión al pobre Arbenz, cuyas hazañas, por cierto, están lejos de las de Robespierre y Dantón. Lejos en el tiempo, y lejos en magnitud.

Creo que las miserias de la Revolución Chapina deben ser discutidas; pero no viene al caso traerlas a colación cada vez que algo suene a Jacobo–y menos repitiendo consignas de la cartilla– .

Una cosa debo reconocerle a Ramírez; y es que, a diferencia de otros, por lo menos no escribió un anónimo. Este, el de tirar la piedra y esconder la mano, es el tercer vicio del debate chapín.

A mí me gustan el debate y las buenas discusiones; y bueno, por eso es que tengo un blog. Sin embargo, prefiero tenerlos con personas que pueden sostenerlos con cierta altura. Un mínimo de estándares no le hace daño a una buena discusión. Eliminemos los insultos y enfoquémonos en las ideas. Esa es mi propuesta.


10
Jul 08

El nuevo IUSI, de Arzú, es confiscatorio

Con el nuevo Impuesto Unico Sobre Inmuebles, que pretende establecer el alcalde Alvaro Arzú, “se deberá pagar hasta Q6 mil de IUSI, cuando el año recién pasado pagaban Q1 mil 235″. Semejante abuso tributario es confiscatorio y viola el principio de capacidad de pago contenido en el artículo 243 de la Constitución de la República de Guatemala. ¿Quién puede enfrentar un aumento de 100 o 500% en sus impuestos sin tener que perder su propiedad? ¿Quién se beneficiaría si muchas familias tuvieran que rematar sus casa por no poder pagar impuestos?

Aquel principio -humanitario- dice que “el sistema tributario debe ser justo y equitativo. Para el efecto las leyes tributarias serán estructuradas conforme al principio de capacidad de pago. Se prohiben los tributos confiscatorios”.

Adicionalmente la municipalidad está modificando, por medio de un manual de valuación, unas tablas que la Corte de Constitucionalidad declaró inconstitucionales en el 2001.

Afortunadamente, ciudadanos como Carlos Molina Mencos y organizaciones como Vecinos Pro Guatemala y la Asociación de Adultos Mayores Notables, están organizando la oposición a aquella sinvergüenzada de Tu Muni. Vecinos responsables, como Valentina Girón, cuestionan la secretividad financiera de la administración Arzú. “El que nada debe, nada teme. ¿Por qué será tan dificil para el alcalde Arzú hacer públicos los ingresos de la comuna capitalina?”, pregunta Girón. El alcalde Álvaro Arzú usa de papel sanitario la obligación de informar sobre el uso de las finanzas de Tu muni, advierte Luis Alfredo Aragón.

Cuando el rey Jorge le puso un impuesto adicional al té; los colonos de Boston organizaron la Fiesta del Té y desencadenaron la Revolución Americana. ¿De qué acusaban los colonos al Rey? Entre otras cosas, de poner contribuciones sin su consentimiento. “Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia en designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad”, dice la Declaración de Independencia.

¿Qué va a hacer usted cuando le aumenten cinco veces lo que paga de impuestos a la municipalidad guatemalteca?

La foto es de una familia desahuciada, durante la Gran Depresión.


26
Jun 08

Se me rajó el embajador cubano

Hoy, en el programa radial A primera hora, iba a tener una discusión con el embajador de Cuba, Omar Morales Bazo; pero el diplomático se me rajó.

El Representante estaba en aprietos porque los conductores del programa -Beatriz Colmenares, Felipe Valenzuela y Juan Luis Font- le habían hecho preguntas como si un programa como A primera hora sería posible en Cuba. Morales había tenido dificultades para explicar que allá, la libertad de expresión no se entiende como aquí. Se había hecho toda clase de quesos para explicar por qué es que la música de Gloria Estefan estaba prohibida en la Isla, de acuerdo con una denuncia de Silvio Rodríguez. De hecho el embajador se quejó de que recibía demasiadas preguntas durante la entrevista.

“Yo soy el embajador de Cuba y no vengo a debatir”, dijo el enviado de los Castro; y se rehusó a platicar conmigo.

Quizás hizo bien, porque no hubiera salido bien parado. Generalmente las discusiones sobre Cuba se basan en percepciones y son adornadas por elementos pasionales e ideológicos; y yo no iba a caer en ese juego. Basado en el libro Los derechos fundamentales y el orden jurídico e institucional de Cuba -por mi amigo, el juez argentino, Ricardo Rojas- yo iba a citar la Constitución y las leyes cubanas; así como discursos y documentos de la Revolución, para poner en evidencia al enviado de Cuba y al régimen que representa.

Si no puede leer el libro, he aquí una Conferencia que Rojas impartió al respecto.

Como estábamos en la radio, yo iba a citar esta joya del artículo 7.1 de la Ley 88/99: “Pena de 2 a 5 años de prisión a quien colabore por cualquier vía con emisoras de radio o televisión, periódicos, revistas u otros medios de difusión extranjeros. La responsabilidad penal en esos casos será exigible a los que utilicen tales medios y no a los reporteros extranjeros legalmente acreditados en el país, si fuese esa la vía empleada”.

Hablando de educación y de artistas, hubiera citado que la enseñanza es función monopólica del estado de acuerdo con el artículo 39 de la ley que rige a aquella. Mismo que “fundamenta la política educacional y cultural en el ideario marxista” y que dispone que “es libre la creación artística siempre que su contenido no sea contrario a la Revolución”.

Vaya que no entramos al tema de la salud, porque le hubiera citado a La tía China, tía abuela de un amigo, y que recién salió de Cuba a sus 81 años: “Los médicos son buenos, cariñosos; pero no hay higiene”.

Por si alguien tiene duda de si el régimen de los Castro es una dictadura colectivista y totalitaria, o no, ¿qué tal esta frase de Fidel, en 1976? “Hay división de funciones, pero no hay división de poderes. El poder es uno”. O, ¿qué tal esta, del artículo 62 de la Constitución cubana? “Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines, ni contra la decisión del pueblo cubano de constituir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible”.

¿Con qué retórica torcida hubiera respondido Omar Morales a estas observaciones? ¡Me hubiera gustado saberlo!

He aquí una frase de esas, de Fidel Castro en 1988: “Yo no acepto la idea de que haya alguien preso por ser adversario político porque realmente hay personas presas por actividades contra el estado socialista, contra la Revolución, en virtud de hechos sancionados por las leyes. No hay nadie preso simplemente por ser adversario político de la Revolución; eso no se puede afirmar. Tenemos y tendremos presos contrarrevolucionarios”. ¿Cómo le quedó el ojo?

Me hubiera gustado oír qué tenía que decir Omar Morales frente al a esta frase del discurso de su Jefe, pronunciado para el VII aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución: “La lucha del proletariado con los grandes propietarios es una tarea relativamente fácil, pero sería un grave error de la Revolución bajar la guardia, descuidarse y dar lugar a que surja, dentro de la sociedad, innecesariamente, una multitud de decenas de miles de pequeños comerciantes; es decir, integrar una masa más numerosa contra los cuales la lucha hubiera sido más dolorosa todavía”.

La Revolución es violenta y agresora; y yo hubiera cerrado mi intervención con una frase que para el pelo, tomada del Discurso por el XIV aniversario del asalto al cuartel Moncada: “Hay una frase que por cuestión de profundos principios, estará abolida siempre de la terminología de esta Revolución, y es la frase: ¡Alto al fuego!”


01
Abr 08

La Revolución exige rigor, por eso la Izquierda apedrea

Mi cuate Juan Carlos Hidalgo fue a Rosario, Argentina, para participar en una conferencia que califica de muy exitosa en ocasión del 20 aniversario de la Fundación Libertad.

“La crema y nata del liberalismo latinoamericano estuvo presente, y fue una experiencia única compartir tres días con mentes tan ilustres. Además, fue una magnífica ocasión para compartir en un solo lugar con decenas amigos que he hecho durante ya casi una década de lucha por las ideas de la libertad”, relata.

Sin embargo hubo un incidente lamentable y violento que vale la pena destacar: “El único punto negro en la actividad fue el encuentro que tuvimos con un grupo de manifestantes de izquierda el viernes por la tarde, cuando el bus en el que nos dirigíamos fue interceptado en la Plaza Ché Guevara (¿casualidad?) por unos 150 gamberros bolivarianos que apedrearon y destrozaron el vehículo”, cuenta Hidalgo.
“En el mismo se encontraban Mario Vargas Llosa, Mauricio Rojas, Cristián Larroulet, Otto Guevara, entre otros. Fue un momento muy tenso e innecesario, puesto que el grupo atacó al bus sin ningún tipo de provocación. Nuestro único pecado fue pensar diferente. Mi principal temor fue que, al haber roto las ventanas del primer piso del vehículo, alguien pudiera prenderle fuego al mismo (de hecho vi pasar cerca a un atacante con un aerosol en su mano).Por suerte el incidente no pasó a más. Sin embargo, esta situación refleja el grado de intolerancia y violencia que caracteriza a la izquierda carnivora latinoamericana, para parafrasear a los autores El Regreso del Idiota Latinoamericano (también presentes en el evento rosarino)”, añade Juan Carlos.

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“Son personas dispuestas a utilizar la fuerza contra aquellos que piensan diferente a ellos, situación que se agrava cuando logran llegar al poder–como en Venezuela, Bolivia y Ecuador–y cuentan con el aparato represivo estatal a su favor.En fin, el ataque fue reseñado por los principales medios latinoamericanos ayer. La Nación de Argentina sacó una nota con declaraciones mías (que por algún motivo que desconozco el periodista consignó que no quise identificarme ni compartir las fotos). Ya que no había periodistas cerca durante el momento de la agresión, las únicas imágenes disponibles del ataque son las que tomamos dos personas que íbamos dentro del bus”, concluye, antes de comentar que comparte las fotos del incidente.
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A mí no me extraña este tipo de violencia; y no se por qué, me recordó la foto que he puesto para ilustrar esta entrada. Es de una pancarta durante La Revolución de 1944 en Guatemala; y dice: La Revolución costó víctimas, su mantenimiento necesita rigor.
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La Revolución demanda severidad, dureza y acrimonia que se expresan en turbas de intolerantes, dispuestos a conseguir por la fuerza (o el engaño) lo que no pueden conseguir por la razón.
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La Revolución siempre ha necesitado rigor. Por eso es que su costo se cuenta en número de muertos. La Izquierda consecuente no dialoga; sino que apedrea, fusila, y encierra.

21
Oct 07

La V, de la Victoria, al estilo de Carlos Peña

Una vez más -sin pena, ni gloria- pasó un aniversario de la Revolución de 1944 en Guatemala (ni siquiera hubo feriado porque cayó en sábado); pero en el Paraninfo de la Universidad de San Carlos hay una magnífica muestra fotográfica de la época de Jorge Ubico, Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz.

Entre las fotos encontré esta, de un grupo de niñas que hacen la V de la Victoria al estilo de Carlos Peña. No al estilo de Winston Churchil que la hacía con la palma de la mano hacia el frente, sino al revés.


24
Sep 07

¿Cuál desbalance?

Si la izquierda revolucionaria guatemalteca termina de desaparecer, como debería de haber desaparecido hace ratos, ¿habrá un desbalance en el país? Esa inquietud ha sido manifestada por varios comentaristas políticos luego de la implosión que sufrió la exguerrilla en los comicios del 9 de septiembre pasado.

Mi hipótesis es que no; y que no hay que perder de vista las habilidades para las que si son buenos los exguerrilleros. Para comenzar, ni el 6% del electorado encuentra expresión en las opciones revolucionarias; y si a esas le descontamos a Rigoberta Menchú, que según Pablo Monsanto “dejo de ser revolucionaria hace muchos años”, sus cifras se ponen mucho más tristes. Adicionalmente, al verdadero revolucionario la democracia le sopla las verijas.

El revolucionario coherente percibe a la democracia burguesa como una falsedad que se presenta como defensora de la igualdad y de los derechos de las personas; pero que sólo sirve a los intereses de la clase dominante. El revolucionario consistente intuye que la democracia burguesa es un escenario muy limitado para la lucha del proletariado. El revolucionario de verdad siente que la democracia socialista (o dictadura del proletariado) es la única expresión política que sirve a la clase trabajadora.

Eso explica la arremetida que Monsanto le pegó a la dirigencia indígena en la célebre entrevista del 2 de septiembre pasado. Al final, la dirigencia mayense le falló a la revolución porque esa dirigencia es más indigenista que proletaria y porque la gente es menos cándida de lo que creía la vanguardia de la revolución. Todo el candongueo terminó en nada.

Lo que no ha colapsado es el ideal socialista según el cual los intereses colectivos tienen prioridad sobre los derechos individuales; una idea compleja, y poderosa en su sencillez aparente.

La incomprensión de sus alcances perversos hace posible, por ejemplo, que muchos integrantes de algunas élites del país crean, ¡de verdad!, que su responsabilidad social va más allá de servir a los consumidores, respetar los derechos ajenos y obtener ganancias. Y ahí andan, proclamando que ¡yo soy más santo que tú!, porque acceden a las demandas que impone la creencia de que los intereses colectivos tienen prioridad sobre los derechos individuales.

Lo que no ha colapsado es lo políticamente correcto y la complacencia con el relativismo. Los revolucionarios han tenido mucho éxito en desprestigiar la lealtad a los principios y la confianza en los valores. Por eso es que, en muchos ambientes, la flexibilidad en los principios es más apreciada que la verticalidad. Por eso es que se admira al acomodaticio y al inconsistente. Por eso es que para La Revolución, ahora son más importantes los progres y los que buscan el balance, que los mismísimos comandantes.

Ya desde 1848, los revolucionarios sabían que para el éxito de su causa era importante desarticular la propiedad, promover impuestos progresivos, gravar el derecho de herencia, controlar el crédito, controlar el transporte, controlar la producción, hacer del trabajo una obligación social y manipular la educación. Todas estas prácticas políticas son prácticas socialistas que materializan la consigna de que el interés colectivo debe privar sobre los derechos individuales. Son prácticas que muchos dan por incuestionables, y son prácticas que deberían llenar de orgullo a cualquier revolucionario que haya leído: “Un espectro se cierne sobre Europa…”

No hay, ni habrá desbalance alguno si desaparece la izquierda revolucionaria. Sus ideales todavía sobreviven entre nosotros porque el socialismo no necesita de la exguerrilla para hacer avanzar su agenda entre muchos chapines. Cada vez que alguien se olvida de que los intereses colectivos NO deben prevalecer sobre los derechos individuales, la libertad pierde sus alas, y los ideales de La Revolución hacen crecer las suyas.

Publicada en el diario Prensa Libre el sábado 22 de septiembre de 2007


14
Oct 06

Otra Guatemala

Para la perpetuación de la miseria en Guatemala, el legado de la Revolución del 44 sigue siendo la plataforma de la izquierda y de los populistas chapines.

Aquel proceso está asociado a calamidades como la reforma agraria (una cruzada contra el derecho a la propiedad), el Código de Trabajo (y a la muerte del derecho de trabajo), la educación pública (y la negación del derecho de los padres a elegir la educación para sus hijos), y la seguridad social (o sea al monopolio y el empobrecimiento de las clases pasivas).

Una tarea permanente de las izquierdas, y de los populistas, ha sido la recuperación de aquella plataforma nefasta. De ahí la guerra, con sus asesinatos, secuestros y extorsiones, llevada a cabo por las guerrillas marxistas leninistas durante 36 años. La firma de los Acuerdos de Paz pretendió detener aquella historia de terror; pero como los acuerdos eran ilegítimos y las izquierdas no alcanzan sus objetivos de poder, la paz sigue postergada.

La criminalidad, la impunidad, los abusos, el racismo y la pobreza de millones de personas siguen caracterizando la polarizada realidad nacional. El Estado, colapsado y totalmente carente de autoridad moral, ha sido engordado por redes de corrupción y de grupos de interés. Las formas de opresión clasistas y etnicistas se han convertido en relaciones de muerte.

Las elites dominantes y sus socios, los exguerrilleros, persisten en usurpar el Estado para preservar sus privilegios. No están dispuestos a perder el control del gobierno y vuelven a abusar de su poder con el continuismo de políticas que concentran la inversión pública para sus proyectos, abusan de la ingenuidad de los tributarios, saquean los recursos naturales y violan los derechos individuales y la igualdad de todos ante la ley.

La soberanía agoniza frente a procónsules europeos, norteamericanos, sudamericanos y de organizaciones internacionales que favorecen sus intereses y los de su clientela local.

Un régimen que basa su funcionalidad en la impunidad y en la ignorancia pretende sellar en piedra un modelo socialista que profundiza los mismos problemas estructurales. La juventud, la población migrante y la mayoría de familias sienten como nunca el impacto de aquel sistema que cierra los caminos para vivir en paz. Hoy se desbordan el crimen organizado y la inseguridad ciudadana. El Estado es cebado por alianzas mafiosas que ejercen control sobre áreas extensas del territorio nacional.

Guatemala necesita un cambio de dirección. Nuestra nación reclama con urgencia una reforma profunda del Estado con la participación cívica de todos los individuos que respetan la vida y la libertad. Guatemala exige acción de parte suya, lector, para detener aquel sistema perverso de poder.

Es el momento de convocar a una alianza que se base en una propuesta coherente, en la que quepan todos menos aquellos que hayan sido parte de actos terroristas y violatorios de los derechos individuales, o violatorios de la igualdad de todos ante la ley; así como de hechos de corrupción pública y privada, del crimen organizado, del narcotráfico y de la guerrilla.

Es el momento de llamar a todas las personas, sin distingo de clase, etnia, género, religión, edad, ocupación, o preferencia deportiva, para formar un frente cívico social para la reforma del Estado. Uno que no se deje engañar por los cantos de sirena de los multiplicadores de privilegios y de los generadores de enfrentamientos.

En el mes de la patria y de mi cumpleaños, esta columna está dedicada a los guatemaltecos buenos; en especial a los que, de buena fe, firmaron el campo pagado titulado Otra Guatemala es posible, suscrito el 10 de septiembre pasado. ¡Animo!