17
Feb 25

“Cónclave”, ¿Intriga, o bostezo?

 

No iba a escribir sobre la película Cónclave porque me aburrí como ostra viuda. Por poco y me quedo dormido en el cine mientras la veía el sábado pasado.

La ilustracion la tomé de http://www.impawards.com/2024/conclave_xlg.html

Me animo a escribir ahora porque, cuando la comentamos en la oficina y expliqué los motivos por los que no me había gustado, un colega me dijo: No metas la ideología; y me picó. ¿En serio? Esa película quiere ser un thriller político… es decir que trata sobre cómo conservar el poder y no perderlo frente a los que piensan distinto, ¿cómo no va a haber ideología involucrada? Además es sobre la corrupción que suele acarrear la lucha por el poder.

Quienes gustan de la peli suelen decir que es porque muestra entresijos de cómo es elegido un papa. Pero aquellos detalles suelen ser explicados y explicados en medios cada vez que es sustituido un soberano del Estado del Vaticano. Y, aunque es cierto que tiene su gracia ver una peli sobre aquel proceso, ¿era necesario acudir a una trama tan cansona con tanto presupuesto?

Digo… Cónclave tiene dos momentos emocionantes: uno involucra un sonido fuerte, y otro es la participación de la hermana Agnes (Isabella Rossellini) como superiora de las monjas a la hora de exponer una conspiración. En cuanto al graaaaaan misterio de la peli, el cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) lo empieza a resolver de una forma tan jalada en el cuarto del papa muerto, que es risiblemente inverosímil. Finalmente, aquel misterio resulta ser un no brainer, casi salido de una compu de la USAID.

Luego, es un recurso muy básico la extremada caricaturización del cardenal conservador Tedesco (Sergio Castellitto) para facilitar el triunfo de los bergoglios en la peli. Este es el mensaje ideológico y político final de la película: que, a pesar de todo, ganan los bergoglios y que los demás son los malos, unos por corruptos y otros por conservadores.

En fin, Cónclave tiene buena fotografía y cuenta con actorazos, pero no se salva; y si no hubiera sido porque antes de ir a verla pasamos a comer Cavatini a Pizza Hut, la tarde del sábado hubiera sido un sólo un bostezo caro.

A partir de aquí, spoilers:

  1. El bombazo es absurdo porque al principio de la peli se explica que colocan bloqueadores en las ventanas para que, desde afuera, no se puedan escuchar las conversaciones dentro de la Capilla Sixtina…y luego…queda el agujero en la ventana, sin bloqueadores, ni nada.  De hecho se ve como entra el viento durante las deliberaciones.
  2. Lo del tiquismiquis del cardenal africano con la monja parece salido de La Rosa de Guadalupe, sólo faltaron el vientecito y la rosa blanca.
  3. Un cardenal conservador que grita ¡Guerra santa, guerra santa! después de ser mostrado como un sujeto muy malcriado, abusador y desabradable es demasiada caricatura para que los modernistas quede como santos varones.
  4. En serio, los documentos escondidos en la cabecera de la cama papal es tan, pero tan, tan inverosimil que me hizo hacer un gesto mientras trataba de no dormirme.
  5. Finalmente…Inocencio,  ¿En serio? Que el nuevo papa hispanoamericano dispusiera llamarse Inocencio y pusiera cara de chivo ahorcado al anunciarlo fue la guinda de este bodrio. 

14
Feb 25

Rehenes del tráfico y la política

 

El viernes pasado, como colapsó el tráfico en la ciudad de Guatemala y como es posible que ocurra hoy, hijos pequeños de muchos de mis familiares, amigos y colegas pasaron entre tres y cuatro horas en los buses de sus colegios sin poder llegar a sus casas. ¿Te imaginas un bus de chiquitos con hambre, sueño y ganas de ir al baño?

Cuando vi cómo estaban las cosas, dispuse irme caminando a casa, y a las 9:30 de la noche volví a la oficina para recoger mi carro.

La ilustración es de República. Haz clic para leer ahí mi columna.

¿Sabes? Es posible que hoy vuelva a ocurrir algo parecido. Seguramente no será igual porque, por ejemplo, muchos colegios dispusieron suspender clases presenciales y todo el que pueda no saldrá a las calles. Esa es una solución parcial y práctica al hecho de que la directiva del gremio de abogados le trasladará el costo de su ineptitud al resto de los habitantes de la ciudad. Se repetirá el abuso… sólo porque se puede.

¿Por qué ocurrió el colapso? Porque hubo eleccion de directiva del gremio de abogados. No para elevar la calidad moral del gremio, ni para mejorar las prestaciones de los agremiados. No para contribuir a mejorar la administración de justicia. Sino porque el control de aquella directiva lleva implícito el poder político para influir en la elección del fiscal general….y porque el Colegio ha de ser una piñata.

¿Por qué es valioso ese poder? Porque aquella directiva es muy importante para la guerra legal o lawfare que, entre nosotros, elevó a la décima potencia la mal recordada CICIG. Esa comisión hizo uso de esa mala práctica a su antojo contra los tirios, y ahora estos hacen lo mismo contra los troyanos. Aquellos quieren recobrar el control de la fiscalía y estos no quieren perderlo.

Lo que ocurrió el viernes pasado, y posiblemente ocurra hoy, es una oportunidad para que los ciudadanos y tributarios conversemos –con seriedad– acerca de cómo evitar que la fiscalía sea usada para la guerra legal y sirva a la justicia.

Por lo pronto, pongo sobre la mesa cinco centavos de ideas: 1. Que actores privados puedan ejercer la acción penal en delitos de acción pública, ya sea de manera directa, o como coadyuvantes. Esto implicaría redefinir el rol del Ministerio Público, y mantener su función de garante de la legalidad y del debido proceso, pero sin el monopolio de la persecución penal. 2. Que personas, o entidades privadas puedan iniciar y conducir procesos penales. Esto incluiría establecer mecanismos claros sobre: quiénes pueden ejercer la acción penal privada (por ejemplo, víctimas, familiares, o asociaciones especializadas); definir requisitos de legitimidad y representación legal; y garantías de imparcialidad y control judicial para evitar persecuciones abusivas, o malintencionadas. 3. Incorporar la figura de fiscal privado, que actuaría en representación de la víctima, o de un interés público legítimo, bajo la supervisión de jueces de control. Este fiscal privado podría: iniciar investigaciones y presentar acusaciones; y solicitar medidas cautelares y participar en audiencias y apelar decisiones judiciales. 4. Para evitar abusos, el control judicial debería ser reforzado, mediante permitir a los jueces verificar la legitimidad y proporcionalidad de las acciones penales iniciadas por privados. Esto incluiría revisar: la legalidad de las pruebas presentadas, la objetividad de la acusación y la adecuación del proceso a los derechos fundamentales. 5. Establecer salvaguardias para evitar el uso de la persecución penal privada como mecanismo de venganza, o coacción, como: sanciones por denuncias maliciosas;  y requisitos de solvencia moral y profesional para los fiscales privados.

Si no cuestionamos el uso político de la fiscalía, seguiremos siendo rehenes de intereses ajenos a la justicia; y la conversación debe empezar hoy.

Columna publicada en República.


24
Ene 25

Bola de socialistas

 

Filosóficamente el espectro político no se divide entre derecha e izquierda porque esas palabras son palabras comadreja. Basado en la creencia de que las comadrejas pueden vaciar un huevo sin romper la cáscara, dando la apariencia de que es un huevo bueno, Friedrich A. Hayek explicó que las palabras comadreja son vacías, pero aparentan tener contenido. Filosóficamente el espectro político se divide entre individualismo y colectivismo.

Desde las perspectivas colectivista, estatista, e intervencionista, los socialismos son la misma cosa. La ilustración la tomé de Facebook.

De acuerdo con el individualismo, toda persona humana individual tiene derechos individuales que nadie —y ningún grupo— tiene la facultad de violar (independientemente de su sexo, etnia, religión, estamento o nacionalidad, por ejemplo). Para el individualismo, los derechos individuales prevalecen sobre los intereses colectivos. En ninguna circunstancia deben ser violados, ni siquiera para el bien de colectivo alguno, por grande que este sea.

Según el colectivismo, los grupos humanos (sexuales, étnicos, religiosos, de clase o nacionales, por ejemplo) tienen supuestos derechos que ningún individuo tiene derecho a obstaculizar, sobre todo cuando esos supuestos derechos benefician a ese grupo en particular. Para el colectivismo, los intereses colectivos prevalecen sobre los derechos individuales.

Los colectivistas más relevantes en el siglo XXI son los socialistas de todos los colores. Los nacionalsocialistas (de Hitler) y los fascistas (de Mussolini) se distinguieron por su colectivismo de carácter étnico y nacionalista. Los socialistas científicos (de Marx y Engels) se apoyaron en la clase social (la de los proletarios) que haría la revolución; y cuando esa parte de su edificio ideológico se desplomó (cosa que advirtió Eduard Bernstein, el albacea de Marx y Engels), hubo que superar a aquel par. Bernstein se unió al Partido Social Democrático de los Trabajadores y abandonó los ideales revolucionarios.

Estos ideales revolucionarios fueron rescatados por Lenin con el concepto de la vanguardia del proletariado (porque el proletariado ni se había depauperizado ni estaba interesado en revolución alguna) y por Mao, que volteó sus ojos hacia el campesinado (porque en China no había proletariado). De los socialistas utópicos no hablamos porque no fueron relevantes en el largo plazo.

La Escuela de Fráncfort sacó el pecho de forma ingeniosa y abandonó la científica lucha de clases (que hacía aguas por todas partes) e ideó la lucha entre oprimidos y opresores, lucha que era mucho más versátil que la del socialismo científico. Es tan versátil que, en pleno siglo XXI, da para incluir al clima, a los animales y hasta los géneros inventados.

El ideal socialista sobrevivió a sus desbarajustes por medio de corrientes que se ampararon en la democracia (el gobierno de la mayoría). Tal es el caso del socialismo democrático o socialdemocracia. A algunos teóricos les gusta hacer como si aquellos conceptos son diferentes; pero hacen malabares. Los socialistas democráticos rechazan los métodos violentos de los socialistas científicos, les gusta llegar al poder mediante el voto popular y, una vez en el poder, suelen modificar las reglas para crear clientelas electorales que dependan del presupuesto del estado y que, por lo tanto, sean votantes casi incondicionales.

El socialismo democrático es internacionalista, y los partidos de esa persuasión suelen estar agrupados en la Internacional Socialista o la Internacional Progresista, grupos que acogen bien a los socialdemócratas. El socialismo democrático es estatista e intervencionista. Como sus colegas de arriba, estiman que los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos individuales.

Los socialdemócratas también, y también son estatistas e intervencionistas. Hay quienes dicen que la socialdemocracia es más compatible con el capitalismo que el socialismo democrático; pero capitalismo, socialdemocracia y socialismo democrático son excluyentes. ¿Por qué? Porque no puede haber capitalismo sin respeto absoluto a los derechos individuales, ¡sobre todo frente a los intereses colectivos! Como sus pares de arriba, los socialdemócratas se basan en la justicia social (que es la negación de la justicia, por ser redistributiva) y en la equidad (que es la negación de la igualdad de todos ante la ley, por igualitarista). El hecho de que las socialdemocracias toleren la propiedad y las empresas privadas (para ordeñarlas) no las hace compatibles con el capitalismo.

No es un detalle de fondo ni de importancia, pero sí es una curiosidad: a los comunistas se les dice rojos (como a la China roja), Bandiera rossa es un himno de los comunistas y socialistas italianos, roja es la bandera del socialismo democrático y roja es la rosa de la socialdemocracia.

No hemos mencionado al socialcristianismo, que es una corriente política que participa de los principios del socialismo democrático o socialdemocracia y del cristianismo. Para esta corriente, el capitalismo es una forma de idolatría enraizada en la codicia y la avaricia, del mismo modo que para otros socialistas, como los agrupados en la Internacional Progresista, el capitalismo es un virus que hay que erradicar (a menos que se lo pueda ordeñar).

Cuando los distintos socialistas discuten a qué corriente pertenecen y por qué son diferentes de sus iguales, me acuerdo de aquel meme en el que tres hombres araña se señalan unos a otros porque son la même chose, como diría mi abuela. Son las antípodas del capitalismo, y del capitalismo sus columnas son el respeto absoluto a los derechos individuales de todos, la igualdad de todos ante la ley y el respeto al principio de no agresión.

Columna publicada en República.


27
Nov 24

Legislación de incompetencia

 

Entre mis amigos que saben de estas cosas, hay dos posiciones con respecto a la legislación de incompetencia, más conocida como Ley de Competencia. Unos dicen que será un instrumento del gobierno para la coacción (y de extorsión) política contra los grandes empresarios que no se alineen; y otros dicen que es compadre hablado, y que los grandes —que tienen abogados de renombre— ya saben cómo usar esta legislación contra competidores eventuales. ¡Vaya uno a saber!

El Congreso. Foto de RepúblicaGt.

Creo, eso sí, que fue una medallita que se pusieron los semilleros de una facción para tratar de compensar un año de desatinos y de desgaste político casi sin precedentes. De ahí que, al día siguiente de la aprobación de aquella normativa, Twitter estuviera lleno de trinos como: Loa de Bernardo para Samuel, Elegía de Samuel para Bernardo, Madrigal de fulano para mengano y así. Todos los semilleros abrazándose entre sí.

Lo cierto es que, si desde el poder de verdad se quería que hubiera competencia libre, lo único que había que hacer era eliminar todos los privilegios políticos, las barreras arancelarias y no arancelarias, y las regulaciones que impiden la competencia. Bastaba con que se le devolviera a la gente la facultad de comprar, vender, producir y servir sin coacción ni privilegios… pero ¡NO! Había que legislar y generar partidas presupuestarias. No sólo para complacer a la burocracia europea, sino para gozo de los estatistas de todos los colores, y para el de la clientela semillera más básica.

Lo cierto, sin embargo, es que la legislación de incompetencia crea una burocracia todopoderosa, de esas que podrán ejercer la arbitrariedad y gastarán, en canastos, dinero de los tributarios. Con una legislación que viola el principio de inocencia, y en la que los acusados tienen que demostrar que son inocentes, ¿cuánto tiempo pasará antes de que veamos grandes empresarios hincados por la extorsión, como en tiempos de la CICIG?

La ley de incompetencia es un disparo en el pie para una economía emergente como la de los guatemaltecos, y ha creado muchas expectativas tan altas —como la de los precios justos— que terminará siendo otra decepción. Además, ¿ya sabes? ¿Verdad? Mientras más regulaciones, más requisitos, más burocracia y más partidas presupuestarias hay… más oportunidad para la corrupción hay, también. Esta es una legislación mercantilista más para los guatemaltecos. 

Esta legislación, además, tiene el potencial de operar en beneficio de los que ya están operando en el mercado, porque ya están establecidos, en perjuicio de los que quisieran entrar, o son muy pequeños, o son foráneos. Con el equipo apropiado de abogados, muchos prodigios son posibles.

En fin… la administración semillera sigue legislando en su favor… y en su favor… y en su favor… una normativa aquí, y una normativa allá. ¿Cuáles crees que serán los efectos electorales y en las instituciones de esta estrategia? ¿Te acuerdas de la gente que decía que no importaba que la mala simiente obtuviera la presidencia porque el Congreso iba a ser de oposición? Pues siempre No. ¿Estamos preparados para eso? 


13
Sep 24

¡Ojo con la reforma electoral!

 

Un fantasma recorre el Congreso de la República, y es el espectro de una reforma electoral. De que una reforma es necesaria no hay duda alguna, pero no cualquier reforma.

Sería absurda, por ejemplo, una reforma que forzara la igualdad de candidaturas entre hombres y mujeres, o una similar de carácter etnicista. Sería muy atinada una reforma que eliminara los listados para elegir diputados y que les reconociera a los electores la facultad de votar individualmente por candidatos con nombres y apellidos. Atinada sería, también, una reforma que respetara la libertad de conciencia y la libertad de asociación de los diputados, y eliminara la prohibición de cambiarse de partido, prohibición que sólo sirve para mantener la hegemonía artificiosa de los partidos políticos.

Estoy convencido de que no es bueno —para la república— limitar la duración de las campañas electorales, práctica que sólo sirve a los intereses de los partidos bien establecidos.

Debe ser totalmente inaceptable cualquier reforma que mengüe la autoridad y autonomía del Tribunal Supremo Electoral. Es by the book la práctica de cualquier pretensión de dictadura socavar al TSE. No cabe, por ejemplo, reducir el período de los magistrados.

Para beneficio de los electores, los tributarios y la salud de la república, los partidos políticos no deberían estar facultados a tomar dinero de los impuestos. En Argentina, el presidente Javier Milei acaba de proponer precisamente eso: Eliminaremos el financiamiento público de los partidos políticos. Cada partido tendrá que financiarse con aportes voluntarios de donantes y afiliados, dijo.

Milei también propuso que toda persona condenada en segunda instancia por corrupción no pueda ser candidata en elecciones nacionales, y que cualquier exfuncionario que tenga condena firme por corrupción pierda todo beneficio que tenga por haber sido funcionario. ¿Ves qué maravilla?

Esta oportunidad de reforma electoral no debe ser para que la casta política “se sirva con la cuchara grande” y refuerce el carácter clientelar y de roscas que tienen los mal llamados partidos políticos. Tampoco debe servir para que, a la hora de que ocurran elecciones de dudosa legitimidad, el TSE esté castrado. De modo que, ¡Ojo, pues!

¿Qué reformas deberían ser bienvenidas? Las que refuercen y fortalezcan el rol de los mandantes y del sistema republicano. La creación de distritos electorales pequeños y la reducción del número de diputados son dos reformas que deberían ser seriamente consideradas.

Una reforma electoral es buena si crea incentivos para que los partidos no se distancien de los electores; y si apunta a disminuir el nivel de descontento que hay —entre los mandantes y los tributarios— contra una casta política privilegiada, abusadora, corrupta e inepta. El régimen de Maduro/Cabello no es casualidad… es la consecuencia de décadas de política privilegiada, abusadora, venal e inepta, y de grupos mercantilistas que la consintieron y se beneficiaron de ella.

La ley electoral —y los políticos— debe respetar el derecho de propiedad en los medios de comunicación; y aquellos no deben tener la facultad de utilizar espacio y tiempo ajenos para difundir su propaganda. Este es un caso típico en el que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses particulares.

Al final, hay que recordar que los objetivos de la reforma política deben ser fortalecer el sistema republicano, limitar el poder de los que ejercen el poder y contribuir a la maduración cívica de los electores y elegidos.

Pero una reforma como aquella debe pasar por los partidos, por los diputados y por los pipoldermos; de modo que el rol de la opinión pública para hacerla realidad es fundamental. Como es fundamental tu participación como tributario, elector y mandante. Porque la opinión pública no se hace sola. Y si la casta no siente la presión, vas a seguir pagando, pagando y pagando, no sólo desde tu billetera, sino moralmente, que es lo peor.

Columna publicada en República.


23
Ago 24

Sperisen, ¿Justicia o venganza?

 

Se enjuiciarán los actos, verás, lo que hiciste y lo que no, las posturas y el color de tu pabellón, y habrá que decir por qué, cómo y cuándo, y para qué, por dónde y por qué razón y con qué ambición, así dice una canción de Patxi Andión que cito, no porque crea en un juicio final místico, sino porque estoy convencido de que nuestras acciones tienen consecuencias y de que debemos hacernos cargo de ellas frente a nosotros mismos. Incluso los jueces, fiscales, oenegeros y burócratas activistas.

Me acordé de esos versos cuando vi El caso Sperisen, una vergüenza judicial, documental que con trocitos y con detalles explica cómo es que a Erwin Sperisen, exjefe de la Policía Nacional Civil de Guatemala, le fueron violados sus derechos humanos y sus garantías procesales, según resolvió el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

¿Violados por quiénes? Por una coalición aterradora de ONG, jueces, fiscales, burócratas, operadores políticos y activistas que, de la mano de la CICIG, se coludieron para mantener a Sperisen tanto tiempo como fuera posible en una prisión infame —y sometido a tortura— en abierta violación a la presunción de inocencia y con más ansias de venganza que deseos de hacer justicia.

En un proceso por encargo, los perpetradores de aquella vergüenza cometieron una serie de estafas judiciales para las cuales no dudaron en fabricar y presionar testigos, producir testimonios contradictorios, engañar a una anciana supuestamente denunciante, obstaculizar la defensa, considerar innecesaria la presentación de pruebas contundentes y manipular supuestas evidencias, hasta conseguir la barbaridad de declarar a Sperisen cómplice de una persona inocente. Repito: ¡declarar a Sperisen cómplice de una persona inocente!

El juicio estalinista al que fue sometido el exfuncionario puso en evidencia lo corrompido que está el sistema judicial de Suiza; pero no te engañes al preguntarte cómo es que cosas así pasan en aquel país, que no es una república bananera. Es capciosa esa aproximación. La venalidad y la podredumbre a todos los niveles de aquel sistema judicial tienen un común denominador: el socialismo. De ahí la conexión de los actores mencionados arriba y su intimidad con la CICIG; y para entender el fenómeno que es aquella comisión te recomiendo La CICIG, ¿experimento, o conspiración?, por Carlos Sabino, y Un libanés de San Marcos, por Aziza Musa.

Dicho lo anterior, el peor crimen de aquella coalición infernal no es solo haberle matado y arrancado casi 12 años de vida (zoé en términos griegos) a Erwin Sperisen, que ya es malo. Lo peor es que le mataron 12 años de ¡Vida! (bios en términos griegos) al padre, al esposo, al hijo, al amigo, al hombre independiente, productivo y orgulloso. Lo más desgarrador y conmovedor del documental no son solo los testimonios de los hijos y la esposa de la víctima (que también son víctimas), sino cuando estamos frente a ellos en la pantalla. Y no se quedó atrás el testimonio del hijo de Javier Figueroa, declarado inocente en Austria, donde el socialismo no consiguió jueces prevaricadores.

Por el lado malo, la lección que nos deja la experiencia de Erwin Sperisen y su familia es que la maldad existe y que el averno puede levantarse con ferocidad si tienes los enemigos necesarios. Pero por el lado bueno, la experiencia humana que nos deja aquella pesadilla (que no ha acabado) es el valor de tener propósito, el de la familia y el de los amigos; es entender el valor del para qué, frente al por qué; y el hecho de que lo que te pasa en la vida, no te determina.

Erwin Sperisen es el Alfred Dreyfus chapín y El caso Sperisen es un magistral Jáccuse…! que todo guatemalteco de bien debería ver junto a las personas que más ama.

Columna publicada en RepúblicaGt.


20
Ago 24

¿Otra psyop como en 2020?

La Administración Arévalo emitió una alerta epidemiológica por la viruela del mono. ¡Ten cuidado! porque pareciera que estamos en enero del 2020 y a las puertas de otra psyop espantosa como la de aquel año. 

Una psyop es una operación militar destinada a influr en el estado mental del enemigo, o de una población -por medios no combativos, como un fenómeno- y de esa forma manipular tus opiniones y actitudes. La palabra viene de psychological operation.

La ilustración la tomé de X.

¿Te acuerdas del 2020 y puedes comparar con lo de ahora? Empiezan con el bombardeo de imágenes desagradables que infunden temor entre los más irracionales y vulnerables.  El tema ocupa medios de comunicación masivos, redes sociales y conversaciones.  Está en todas partes, todo el tiempo.

El temor y la irracionalidad se extienden hasta el punto de que desactivan la capadidad de la mayor parte de personas para pensar y para reaccionar de forma prudente y con dos dedos de frente.

La psyop del 2020 dejó muchos daños emocionales entre ancianos y niños especlalmente, pero no exculsivamente. ¿Te imaginas ser niño y crecer en un hogar atemorizado por las noticias y los rumores? Se de ancianos que fueron encerrados a piedra y lodo por familiares temerosos.  El 2020 y el 2021 fueron desperdicios educativos.  Seguro que conoces a alguien que perdió su trabajo, o tuvo que cerrar su negocio a casusa de lo que las autoridades hicieron en el 2020…con la aprobación de muchísimas personas.  Los encierros forzados convirtieron en Pavlik Morozov a todo el que estaba dispuesto; y ¿te acuedas del linchamiento en redes sociales que recibió una chica que tuvo el atrevimiento de salir a leer en Cayalá. ¿Te acuerdas del odio que generaron los encierros? ¿Olvidaste de cuando las autoridades divulgaban las listas de los encuerantenados por el virus chino? 

Horadamente creo que los causante y los operadores de la psyop del 2020 deberían, por lo menos, pedir perdón, cuando no enfrentar juicios como los de Núremberg. 

Cuando se trata de ficción entiendes. Sin embrgo te reusas a ver cuando se trata de la realidad que vives.

¿Recuerdas lo absurdo de todo? La cuarentena a partir de las 16:00, o de las 18:00 horas, de forma arbitraria.  Los encierros totales de unos domingos sí, y otros no. Los pediluvios secos, o inmundos con los que se combatía un virus respiratorio. La gente que usaba mal la mascarilla, pero lo importante es que usara el bozal, aunque lo usara mal. Los termómetros mal calibrados que indicaban que tu temperatura era la de una rana. Los geles viscosos y asquerosos que dañaban la piel de muchas personas.  Todo para influir en tu estado mental y manipular tus opiniones y actitudes. 

No olvides que muchos semilleros y su fandom eran partidarios de los encierros más radicales.

La foto de abajo es una vista desde mi balcón.  La luz roja es de un hotel que queda junto a la Avenida de las Amèricas y siempre está encendida y cambia de colores. Pero durante los encierros del 2020 la luz fue apagada (debido a la falta de viajeros) y su ausencia se sumaba a la oscuridad y al silencio ominoso de aquellas noches. En casa nos encanta ver que está encendida.

Un símbolo de resistencia.

Frente a la nueva amenaza, tengo la esperanza de que los chapines hayamos escarmentado y de que no se repetirán las tragedias del 2020 y 2021 a causa del temor, de los encierros, de la arbitrariedad y de la irracionalidad. 


07
Jun 24

El poder pleno da escalofríos

 

Desde hace años que voto cruzado, ¿para qué? Para que el Ejecutivo no tenga una aplanadora en el Congreso; y hago esto basado en tres ideas:

Una es de C. J. Friedrich, citado por A. Herrarte en El Estado de Derecho, y dice que la división del poder es la base del gobierno civilizado; y como desde una perspectiva sencilla la civilización es una sociedad compleja, pues me parece que sí, tomando en cuenta que, en una sociedad -si ha de ser sociedad-, la coacción debe estar reducida al mínimo.

 La otra idea es de Karl Loewenstein, también citado por Herrarte, y advierte que la clasificación de un sistema político como democrático constitucional depende de la existencia, o carencia de instituciones efectivas por medio de las cuales el ejercicio del poder político está distribuido entre los detentadores del poder, y por medio de las cuales los detentadores del poder están sometidos al control de los destinatarios del poder.  Difiero con Loewenstein en el sentido de que lo que él describe como un sistema democrático constitucional, estoy convencido de que es una república; pero mutatis mutandis, el poder político debe estar distribuido entre los que lo detentan y estos deben estar sometidos al control de los mandantes.

Dicho lo anterior, la tercera idea es de mi querido F. A. Hayek que, en Los fundamentos de la libertad dice que El liberalismo (en el sentido que tuvo la palabra en la Europa del siglo XIX, al que nos adherimos en este capítulo) se preocupa principalmente de la limitación del poder coactivo de todos los gobiernos, sean democráticos o no, mientras el demócrata dogmático sólo reconoce un límite al gobierno: la opinión mayoritaria.

De ahí que me interese la distribución del poder y que me haya llamado la atención algo que dijo el diputado oficialista Raúl Barrera en el contexto de los resultados de las elecciones en México: El voto cruzado se va terminando. El pueblo ha notado que para que las cosas pasen el poder debe ser pleno. Y ¡Chispas!…lo del poder pleno me dio escalofríos. Poder pleno es lo que tienen Ortega y Bukele aquí en la vecindad. Es lo que tiene Maduro en Venezuela; y lo que tienen Xi, en China; y Putin en Rusia; es lo que tiene Kim, en Norcorea. Poder pleno tenían Estrada Cabrera y Ubico aquí entre nosotros. Tal vez es cierto que, en ciertos ambientes, el poder no se suelta aunque te queme las manos.

Las posibilidades de limitar el poder coactivo del estado se reducen si el Presidente tiene una aplanadora en el Congreso y si por medio de esa aplanadora tiene control del Organismo Judicial, del Ministerio Público y de otras instancias como la Contraloría General de Cuentas y la Corte de Constitucionalidad, por mencionar dos. 

¡Por supuesto que no es lo mismo si la aplanadora se usa para proteger la esfera de acción privada de las personas, que si se usa para reducirla! Y tampoco es lo mismo si la aplanadora se usa para reducir las posibilidades de coacción arbitraria, que si se usa para multiplicarlas. Pero…buenas intenciones aparte y haciendo uso del velo de la ignorancia, de J. Rawls, prefiero que el poder este distribuido, dividido, o como quieras llamarle, para limitarlo. 

Es cierto que la ausencia de concentración del poder complica la acción política; pero, como no sea para salir de un pantano colectivista (incluso si no es totalitario), las cosas de palacio deben ir despacio. Todo intento de legislación que invada las esferas de acción privada de las personas, que viole derechos individuales, y que cree privilegios debe pasar por un proceso político que la exponga, la atrase, que le quite los dientes, y la bloquee. 

La calidad del fandom de Semilla, no ayuda.

Columna publicada en República


09
May 24

División del poder y violencia

 

Cuando visité el Capitolio, en Washington D. C., nuestro guía comentó que el Presidente de los Estados Unidos de América tenía que pedir permiso para visitar ese edificio y al Congreso de allá.  A mis compañeros africanos eso les impresionó mucho porque…¿te imaginas a uno de los jefes de estado de allá pidiendo permiso para ir al Congreso de allá?

Por mi parte, y eso fue en 1997, pensé que así era como debería ser.

De aquello me acordé cuando vi al presidente Bernardo Arévalo y a una variopinta compañía, escoltada por docenas de policías, militares y por el servicio secreto, caminar del Palacio Nacional a a la sede del poder Legislativo, para exigir la aprobación de una ley para controlar el Ministerio Público (y de paso, al poder Judicial). Una cosa hay que reconocerle a la Administración semillera, ¡Saben, mejor que nadie, cómo montar un buen espectáculo mediático para su clientela!

Arévalo caminó por la Sexta Avenida con notable impacto mediático. Foto de la Agencia Guatemalteca de Noticias.

Por lo que he visto y oído en esta semana, y ustedes sáquenme del error si estoy equivocado, da la impresión de que el Presidente cree, de verdad, que tiene un ascendente legal y jerárquico sobre los tres organismos del estado.

La obsesión del Ejecutivo con la remoción de la Fiscal General va con prisas hasta el punto de que la Administración Arévalo ha descuidado su mandato para gobernar, porque la mala simiente teme que en noviembre Joe Biden pierda la elección en los Estados Unidos de America y que, con esa derrota, se acabe el apoyo gringo a su proyecto para Guatemala.

De ahí que la polarización y la crispación que causan entre los chapines sea una apuesta elevada, pero necesaria desde su particular perspectiva; y como es su costumbre, el Movimiento Semilla y sus fans se han aferrado al discurso maniqueo de que todos son corruptos y golpistas, menos ellos. 

Según un diputado del bloque VIVA, en el Congreso, durante las maniobras del Ejecutivo para conseguir su reforma retroactiva a la ley del Ministerio Público, él recibió amenazas por parte de mareros con el objetivo de presionarlo para que apoyara la iniciativa semillera. Sobra decir que diputados oficialistas también han denunciado amenazas por parte del otro bando.

La dirigencia del partido oficialista ha reiterado que el pueblo de Guatemala está listo para salir a protestar, y por pueblo, ¿quién no sabe que se trata de grupos de acarreados, clientela, y grupos comprados? 

A estas alturas, la dirigencia semillera no oculta que necesita una aplanadora oficialista (¿Como las que tienen Daniel Ortega y Rosario Murillo, por ejemplo?) en el Congreso para que imponerse sobre las minorías, porque no son capaces de conseguir acuerdos, y menos de alcanzar consensos.

Los fans de la mala simiente llegado al colmo de pedir la intervención del ejército para imponerse, lo que en mi pueblo se conoce como golpe de estado.  No tienen vergüenza en usar como excusa un supuesto cierre de salidas institucionales (porque no se hace su voluntad y no valoran la división del poder) y como en 1960, usar eso para recurrir a otras acciones…no institucionales, claro.  No falta quien crea que Jorge Serrano debería haber tenido éxito con su golpe de estado.

Por cierto que, alzarse contra una dictadura y contra una tiranía es un recurso válido; pero clamar por la intervención del ejército, por irse a medias de hecho y hacer apología de un golpe absurdo sólo porque la división del poder es inconveniente, y porque la ley vigente no se ajusta a los intereses del Ejecutivo y del partido oficialista, es un desatino.


26
Abr 24

La simiente y su laberinto

 

Si como dice el tango, Veinte años no es nada, imagínate lo que son 100 días. La observación viene a cuento porque esta semana la Administración Arévalo o Administración semillera cumplió 100 días de ejercer el poder en Guatemala.

Estoy seguro de que los primeros 100 días son estresantes para un partido político con cuadros, que ha tenido tiempo suficiente para hacerse a la idea de que controlará el Organismo Ejecutivo, y que posiblemente tenga apoyos partidarios medianamente asegurados en el Congreso.

Mi impresión es que la Administración Arévalo o Administración semillera está en un laberinto. Foto por Kritzolina, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Pero, imagina cuán abrumadores han sido -esos 100 días- para un movimiento integrado por una multitud de intereses específicos y concretos, acostumbrada a la barricada y a las pintas callejeras, sin experiencia política, ni administrativa. Imagínate como han sido para un grupo que llegó al poder por puro chiripazo y que, ni en sus sueños de opio, podía haber anticipado que tendrían que llenar -con gente medianamente capaz- la multitud de puestos de responsabilidad política y administrativa que caben en el presupuesto de gastos del gobierno.  Imagina cómo ha sido no tener bancada debido al origen dudoso del movimiento. Imagina cómo ha sido enfrentar las expectativas de grupos de interés a cuyos dirigentes parece no haberles cerrado el lóbulo frontal, a pesar de la edad de algunos.

Parece que lo dijera en son de burla; pero hay un toque de empatía.  De verdad creo que el plazo de 100 días es más una oportunidad mediática que un plazo razonable. Dicho lo anterior, y para aprovechar el festín mediático, ¿qué nos ha dejado la simiente?

Por lo pronto una obsesión…voy a decir…interesante… con la ley anticompetencia y con salir, aunque sea ilegalmente, de la Fiscal General. Una para quedar bien con su clientela con un big bang; y otra para remover obstáculos para el ejercicio más pleno del poder.

¿Qué más? A fuerza de presión mediática, el Presidente se hizo una rebaja simbólica de los ingresos que recibe del presupuesto del gobierno.  Clavos con funcionarios que creyeron que podían usar los recursos del gobierno para asuntos personales; porque fueron pillados.  Un abuso del Estado de calamidad, recurso que, hasta los mismos semilleros han advertido que es una forma de arca abierta. Elecciones fallidas de gobernadores. Y ya han anunciado que necesitan una piñata más grande, a pesar de que, según aseguraban, si se eliminaba la corrupción iba a abundar la plata.

¿Qué más? Manipulación de los procedimientos de formación y sanción de leyes para promover legislaciones de alto impacto mediático y para su clientela; ¿Por ejemplo? La legislación de donación de órganos y la del cáncer y la de pueblos indígenas para mencionar tres. En esa misma dirección, la normativa de géneros. Todo aquello apoyado por una actividad notoria, intensa y ¿costosa? en redes sociales virtuales.

¿Qué más? Un acuerdo secretísimo con Iván Velásquez, y ataques a la prensa por hacer preguntas incómodas para la Administración.

Que no te sorprenda; porque aquí y en Tombuctú, los socialistas (en todo el espectro) siempre han entendido muy bien el valor que tienen los efectos especiales de corto plazo, los dulces para la clientela y el control de la narrativa.

En estos primeros 100 días, mi impresión es que la Administración Arévalo o Administración semillera está en un laberinto.

Columna publicada en República.