Los impuestos a la telefonía y al cemento; así como las nuevas regalías para las mineras fueron declaradas inconstitucionales por la Corte de Constuticionalidad, cuya función es la defensa del orden constitucional, frente a los abusos de poder de parte de quienes lo detentan.
Aquello debe haber sido un shock para los políticos y funcionarios cuyos ejercicios dependen de su capacidad para tomar dinero ajeno y repartirlo. Pero no debe haber sorprendido a los técnicos del sistema tributario. Aquellos impuestos hedían a inconstitucionalidad desde el principio. ¿Qué aprendemos de esta experiencia? Que es morónico apoyar el sistema tributario en impuestos que violan la Constitución.
Quizás en esta administración y la próxima, para no ganarse el título de pipoldermos, quieran aprender de los errores cometidos y atender consejos técnicos antes de imponer criterios ideológicos y expoliadores.
Para la próxima debe estar claro que los políticos sólo pueden obtener recursos si obligan a la gente a entregarles parte de sus ingresos y que si la carga es muy pesada, confusa, o ilegal, la gente lo va sentir y se va a hacer los quites.
Si ha de haber impuestos; si vivimos en una sociedad en la que a las personas no les importa que su dinero sea tomado por la fuerza y repartido políticamente, los impuestos deberían tener ciertas características para servir a las funciones legítimas propias del gobierno.
Primum non nocere o Primero no hacer daño debería ser el principio tributario fundamental, del que se derivan: Neutralidad, o sea que los impuestos no deben crear ventajas, ni desventajas para actividad económica alguna. Simpleza, o sea que la gente entienda qué es un impuesto, por qué lo está pagando y cómo lo debe pagar. Eficiencia, o sea que deben ser sostenibles y no deben corroer la formación de capital, ni debilitar la economía. Limitados, ya que si los impuestos son demasiado elevados, no sólo frenan el crecimiento y resultan en una recaudación menor; sino que los tributarios encontrarán que es más rentable evadirlos, y habrá menos recaudación.
Columna publicada en elPeriódico.