Aprendices de hechiceros

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¿Recuerdas Fantasía?  Mickey es fámulo de un hechicero capaz de hacer conjuros impresionantes.  En ausencia del nigromante, Mickey  decide usar la magia para conseguir que una escoba lo sustituya en la tarea agotadora de acarrear agua.  En sueños Mickey organiza un show de luces y en su entusiasmo de aprendiz de hechicero domina las aguas y las tempestades. Mickey despierta para darse cuenta de su escoba mágica está inundando el lugar y que no puede detenerla. Con un hacha destruye aquella escoba, sólo para que de las astillas surjan más escobas que no cesan de acarrear agua y de empeorar la situación.  Mickey no puede contra las miles de escobas y termina en un remolino incontrolable.

De aquello me acordé cuando leí, de Joseph Schumpeter,  que la Historia es un record de efectos, la mayoría de los cuales nadie tenía la intención de producir. Mickey quería resolver un problema, pero las consecuencias no intencionadas de su experiencia como aprendiz de hechicero empeoraron las cosas; y lo relacioné con lo que está pasando en Guatemala.

Durante décadas –y yo creo que por irresponsabilidad ciudadana– los chapines criaron un sistema corrupto y plagado de privilegios que  hizo agua durante el mandato de los pipoldermos.   Ahora, y a última hora, hay  gente que quiere que todo se arregle para ayer.  ¡Todos queremos acabar con la corrupción y la impunidad!; pero como Mickey, no han faltado los que están dispuestos a hacer cualquier cosa, sin tomar en consideración las consecuencias no intencionadas.

Ahí están los que quieren suspender las elecciones y ahí están los que quieren colar un gobierno de transición –no electo por los mandantes– sino pactado por grupos de interés y muchos de los políticos señalados por corruptos.  Ahí están los que quieren refundar el estado, fabricar crisis y hacer la revolución.  Todo a la carrera y aunque para ello haya que pasar sobre el orden constitucional.  Tal vez los aprendices de hechiceros deberían meditar sobre los efectos que nadie tiene la intención de producir cuando se actúa imprudentemente guiado las pasiones, y no por la razón…y se pacta con el diablo.

Columna publicada en elPeriódico.

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