El tirano de Cuba, Fidel Castro, se murió en un Black Friday -que es uno de los días más icónicos del capitalismo-; y en casa ya puse a enfriar el cava.
Aunque vienen días difíciles para los cubanos (porque falta Raúl), con la muerte de aquel monstruo es posible que el siglo XXI alcance a la Isla Prisión…y se abre la puerta para que el siglo XXI entre plenamente a América Latina. Si bien es cierto que Fidel Castro dejó una huella global, también lo es que esa pisada ominosa dejó más sangre y dolor en América Latina y especialmente en Guatemala, donde la guerrilla fidelista protagonizó un enfrentamiento armado interno que duró 36 años y dejó miles de muertos, viudas, huérfanos y desaparecidos. ¿Para qué? Para imponer la dictadura del proletariado y el modelo cubano.
Nací en 1961 y el nombre de Fidel Castro acompañó a mi generación. Mis padres tenían amigos cubanos que habían escapado de la tiranía. Cuando yo estaba en Primer grado de primaria escuché a mi madre decir que la canción Cuando salí de Cuba le daba mucha tristeza. Dos de mis compañeros de la Secundaria fueron asesinados por admiradores de la revolución cubana…pero no porque fueran burgueses (que no lo eran), sino porque estando del lado de la revolución, se convirtieron en obstáculos para los revolucionarios.
Para entender al criminal este, de lo mejor que he leído entre esta madrugada y ahora, acerca de la muerte de Fidel Castro, está el artículo La historia no lo absolverá, por el cuate, Carlos Alberto Montaner.
Leyendo por ahí me encontré con este comentario de Gerardo Caprav sobre el cual vale la pena meditar: El hecho que la prensa mundial hable de la muerte del líder de la revolución cubana, y no del sanguinario dictador que sojuzgó a su país desde el 59 a la fecha, es la fiel muestra que no solo sus ideas y dominio absoluto del poder eran lo que lo sostuvieron tanto tiempo, la complicidad mundial de la prensa e intelectuales fueron el otro y principal gran motivo.
Tristemente -porque sus víctimas no tuvieron esa oportunidad- Fidel Castro murió de manera apacible y entre sábanas limpias, como Mao Tse Tung, pero es posible que supiera que la Parca venía a arrancarle la vida ya que sólo un día antes de ayer había hablado de cambios en Cuba. En esta nueva era, cuando la Generación Histórica de Cuba muere de vieja y corrupta, les deseo lo mejor a los cubanos. ¡Y que la historia no sea benévola con el asesino!
Y si Fidel Castro se murió en Black Friday, ¿qué tal si Nicolás Maduro se reúne con con el Che Guevara y otros de esa calaña en el día de la quema del diablo?